Al llegar a casa, lo primero que hizo Jeongin fue meterse a su habitación y revisar Instagram.
Estaba seguro de que había visto a ese chico antes. Claro, incluso había preguntado por él cuando lo vio por primera vez en la universidad, puesto que, sin importar su insufrible carácter, era muy atractivo.
— Lee MinHo — susurró en cuanto encontró su usuario. — Es verdad... Fue el último novio de Hyunjin. — en ese momento se metió a revisar qué cuentas seguía, ya que quería saber si seguía a la de Hwang, pero se dio con la sorpresa de que uno de esos perfiles era manejado por él. — ¿Sigues a FoxiNy_Draws?... Wow... El mundo es un puño.
De pronto un mensaje de Hyunjin llegó de golpe, como si lo hubiera atrapado con las manos en la masa. Jeongin se tranquilizó al ver lo que realmente estaba pasando, se salió de ese perfil y revisó la notificación mientras salía de su habitación y se dirigía a la sala.
— Me acaba de enviar un mensaje diciéndome que probablemente vaya al parque de atracciones, y que debería ir porque será divertido. ¿Tú qué piensas, Seungmin? — manifestó Jeongin mientras se acercaba al sillón donde estaba sentado su mejor amigo con un bowl lleno de frituras sobre su regazo. — ¿Debería ir?
— ¿Por qué no? Después de todo son vacaciones.
— Pero muchos de los juegos que hay allí no son para mí. — indicó desanimado, pero por alguna razón sentía que ya le había dado esa explicación a alguien más antes. — Quizá se aburra, ya que no soporto las alturas como tú.
— Yo puedo ir contigo si así lo quieres. — propuso Seungmin. No se veía super entusiasmado con la idea, pero Jeongin sabía que él sí disfrutaba del parque de atracciones en cuanto estaba allí, así que ir quizá no terminaría siendo un desperdicio de tiempo. — Voy contigo, pero te dejo a solas con él.
Terminaron en el acuerdo de que irían sólo los dos, sin embargo, se encontraron con Hyunjin en el lugar, y en vez de parecer una cita entre el rubio y él, se pareció más a una cita entre Seungmin y Hyunjin. Para Jeongin era extraño describirlo, ya que ese par no hacía el esfuerzo por llevarse bien, ni por ser amigos, pero lograban tener un tipo de química que llevó a Jeongin a dar un paso al costado.
Mientras Seungmin y Hyunjin se paseaban en la rueda de la fortuna, Jeongin se mantuvo sentado en una banca que estaba cerca a la salida. De repente le llegó un par de fotografías de parte de su mejor amigo. Pese a que había vomitado toda su manzana acaramelada por culpa de la montaña rusa, no pudo evitar sonreír al ver la foto de Seungmin en la cabina de la rueda de la fortuna; en la siguiente imagen salía Hyunjin, sólo que éste ni siquiera había tenido tiempo para posar (era muy típico de Seungmin enviarle algo así).
— Creo que se llevarán bien... — dijo para sí mismo casi convencido.
En ese momento volvió a ingresar a Instagram. Distraídamente buscó el usuario de Lee Minho. No podía creer que realmente siguiera la cuenta donde él subía sus dibujos, se le hacía casi irreal que algo tan personal fuera del gusto de alguien como ese chico. Tras ello comenzó a revisar sus publicaciones, ya que su perfil se encontraba público, a diferencia del suyo.
Al parecer había sido modelo para distintas portadas de revistas, lo cual se le hacía increíble, ya que pese a eso, en la universidad casi no se sabía de él o de su familia. Tras seguir deslizando su dedo por la pantalla entretenido, hubo una fotografía que le llamó la atención en especial...
Ya que después de esta, aparecía una fotografía completamente diferente, y no sólo en esa publicación, sino que en su perfil por completo. No había otra así...
Jeongin se quedó viendo la imagen hipnotizado. No sentía nada en específico, nada más que curiosidad. Cuando se dio cuenta, sobre la banca en donde estaba sentado, comenzó a caer nieve. Miró el cielo y entonces lo supo: la primera nevada había llegado. Sonrió por inercia, apagó su celular, sin darse cuenta de que había presionado algo a casualidad, y suspiró, dejando escapar vaho de su boca.
— ¿Qué estoy haciendo? — preguntó en voz alta, viendo a las personas detenerse un momento a disfrutar de la nieve que iba cubriendo el parque de atracciones. — Sigo buscando el amor siendo alguien que no soy... Pero, además de Seungmin, ¿alguien en el mundo me amará por quien realmente soy?
Jeongin temía que no fuera así, temía que nadie fuera capaz, así que, en vez de perder tiempo y arriesgarse, prefería irse por lo seguro, fingir una personalidad completamente diferente, una agradable e inocente, fácil de querer, y usándola con chicos que podrían ofrecerle lo necesario. Era eso o quedarse solo, era eso o arriesgarse a enamorarse de alguien que podría rechazarlo por ser él mismo.
Minho se detuvo frente a un accesorio que había sido bastante popular en los setenta y ochenta. Minutos atrás había estado caminando por la calle como cualquier ciudadano coreano común y corriente, pero entonces se vio frente a esa tienda de antigüedades y no pudo evitar ingresar. A Hyunjin le gustaba coleccionar ese tipo de cosas, y aunque tuvo el impulso de comprarlo, recordó que ya no estaba con él, por lo que estaba perdiendo su tiempo.
— Genial... Otro día pensando en ese imbécil...
De repente su celular comenzó a vibrar dentro de su bolsillo. De inmediato lo sacó de ahí, revisó la pantalla y en cuanto vio al remitente, contestó:
— Deberías estar estudiando, Lia.
— Hola, Minho oppa. ¿Cómo estás?
— Tu coreano ha mejorado — admitió con una pequeña sonrisa. — Ya no pareces tanto Google.
— ¡Oye! — se quejó la menor, probablemente haciendo un puchero que Minho no podía ver, pero que aun así le causó una risita traviesa. — Teniendo un hermano coreano y no hablo coreano fluido. ¡Enséñame!
— Creo que tienes suficientes profesores para eso — dijo Minho, para acto seguido dirigirse a la salida de la tienda. — Dime, ¿a qué se debe tu llamada? Tú a las justas te acuerdas de mi existencia. ¿Qué hiciste?
— ¿Crees que maté a alguien o algo así? — se quejó con su lengua canadiense. Minho tenía que esforzarse para entenderla. — Sólo quería saber cómo estabas... Ya sabes, que a mitad de año iré a estudiar allá. Debo hablar coreano fluido cuanto antes.
— Bueno, habla coreano ahora, que mi inglés está oxidado. — le pidió amablemente, mientras se dirigía al lugar donde había estacionado su auto. — Sana no me habla en japonés. Deben ser pacientes conmigo.
— Nuestra familia es internacional. ¿Cómo puedes tener problemas con los...
— Idiomas.
—... con los idiomas?
— Porque nuestro padre es coreano, duh — soltó con obviedad. Ya se encontraba a una cuadra de su vehículo. Desde esa posición podía ver el parque de atracciones que se había establecido a lo lejos. La enorme montaña rusa y, en especial, la rueda de la fortuna, no pasaban desapercibidos por nadie. — ¿Y por qué vas a interrumpir tus estudios para venir aquí?
— Así lo quiere papá — contestó Lia un tanto desanimada, lo cual no era muy típico en ella. — Ya hice mi protesta. Incluso hice bonitas dispositivas que explicaban el porqué debía quedarme aquí en Canadá, pero no le importó.
— Ah, entiendo — dijo Minho sonriendo ladino. Lia sabía que pasaría, ya que su hermano era listo. — Me llamaste para decirme todo esto y así yo pueda convencer a papá para que te quedes allá, ¿no es así?
— Mi primera opción fue Sana...
— Entendí eso — declaró el mayor con seriedad. Lia pasó saliva. — Lo siento, pero no. Ya tuve un altercado con papá, así que no me va a escuchar. Tendrás que venir. Soporta seis meses de Corea del Sur, quizá te guste.
— Pero...
— Te hará bien, además... — dudó en continuar. No es como si fuera la mejor noticia del mundo, pero probablemente pudiera animarla ante su llegada inminente. Se había prometido no decirle nada, pero, ya que Lia tenía que llegar sí o sí, no vio una razón para no hacerlo.
— ¿Además?
— ¿Te acuerdas del chico del campamento? ¿Del que te hiciste amiga como a los trece años? — decidió irse por los recuerdos primero. Si ella no lo recordaba, quizá no fuera importante mencionarlo en primer lugar. — Dijiste que él te ayudó a aceptarte o algo así. Sana y yo no servimos como hermanos mayores por su culpa.
— Han Jisung — dijo ella con una sonrisa. Minho suspiró mientras cerraba los ojos. — ¿Qué tiene?
— Estudia en mi universidad — respondió el contrario, llevó su mano al volante y mordió levemente su labio inferior. — Es decir, en la universidad donde también vas a estudiar tú.
— No bromees así — advirtió Lia desde el otro lado. Minho escuchó sus mini gritos de emoción. Había buscado a Han Jisung durante mucho tiempo, así que, en definitiva, esa era una victoria. — ¿Desde cuándo lo sabes?
— No importa. Ya debo irme. — le cortó, antes de que Lia comenzara a ponerse intensa. — Así que, ya no estés desanimada. Me tendrás a mí y a ese viejo amigo tuyo aquí en Corea del Sur. ¿Algo más?
— Siempre es bueno hablar contigo, Minho oppa. — dijo ella con tono aliviado. El mayor sintió satisfacción, ya que era linda la sensación de ser un buen hermano, de ser de ayuda para las personas que amaba. — Descansa. Seguiré estudiando.
— Bien. Voy a colgar.
Estuvo a punto de guardar su celular en el bolsillo de su abrigo, cuando este volvió a vibrar, indicando que le había llegado una notificación. Prendió nuevamente su móvil y observó la pantalla, quedándose sin palabras.
Al parecer "FoxiNy_Draws" le había devuelto el follow. No pudo evitar pensar que era algo raro, puesto que esa cuenta no seguía a nadie y ahora sólo lo seguía a él.
— Genial — pensó en voz alta. Guió su mirada al frente, ya que creyó ver algo extraño, pero sólo era nieve cubriendo las lunas de su auto. — Oh, vaya...
La primera nevada había llegado, junto con ese nuevo seguidor.
Cuatro días después, Jeongin descartó a Hyunjin como posible novio.
Después de golpearse con la almohada una infinidad de veces, ya que no se había dado cuenta de que le había devuelto el follow a Lee Minho y ahora le daba vergüenza quitarlo, y de esquivar las preguntas inquisitivas de Seungmin (puesto que su mejor amigo no tenía idea de lo que estaba pasando y tampoco sabía sobre su cuenta secreta), pudo reponerse, y se dio cuenta de que la conversación con Hyunjin había dejado de fluir como antes, pero aun así debía seguir insistiendo hasta que ambos se agotaran.
Seungmin no preguntó mucho al respecto, mas bien se veía satisfecho, ya que el encanto de hablar a cada minuto de Hwang Hyunjin había pasado.
Esa mañana Seungmin le dijo que iría a casa de sus padres, lo cual Jeongin vio como una gran oportunidad para tener tiempo para él mismo y comprar lo que necesitaba, por lo que tuvo que rechazar su oferta de acompañarlo. Lo vio salir del departamento con esa maleta con stickers, bien abrigado y esa sonrisa suya que le hacía feliz, sabiendo que, aunque se iba sólo cinco días, lo iba a extrañar como nunca.
Al día siguiente decidió ir al centro comercial por lienzos más grandes y pintura nueva, además de un piano, ya que había visto videos en YouTube de gente joven y talentosa que lo hacía, y no pudo resistirse a intentarlo. Sin embargo, grande fue sorpresa al encontrarse con Seungmin y Hyunjin en la tienda de instrumentos musicales.
"Algo anda mal" pensó al intuir la sonrisa nerviosa de su mejor amigo. Estaba mintiendo, y se estaba esforzando, pero, ¿por qué? Después de escuchar sobre el robo que sufrió, no vio razones por las cuales debió haberle mentido. "Pero tú también le ocultas cosas en tu armario y debajo de tu cama. Muéstrale tus cuadros, Jeongin".
— ¿Deberíamos alejarnos de Hyunjin? — le preguntó el día que lo recogió de la casa de Hwang. Seungmin se había ido a casa del rubio la noche anterior para beber con él, y por más que pensaba al respecto, no le encontraba sentido. — Sé que te esforzaste en ser su amigo por mí, pero ya no necesito eso. — fue cuando tomó la decisión. Quizá no debió aceptar la invitación de Hyunjin, no debían pasar el año nuevo juntos. — Ya no me gusta, te lo juro. Así que, podemos alejarnos de él y fingir que...
— ¿Por qué? — le interrumpió abruptamente. Poco después carraspeo su garganta al notar el ceño fruncido de Jeongin, para luego decir — Es decir, ahora me cae bien, pero si te ha hecho sentir mal en algún momento, o si te incomoda...
— No, no es eso. — aclaró de inmediato Jeongin. Bajó la mirada apenado, dándose cuenta de la estupidez que había dicho. ¿Quién se creía para alejar a Seungmin de las personas que él quería conocer? Después de todo, sabía que sólo eran amigos, pero no tanto como ellos. Todo estaría bien. Siempre lo tendría para él. Suspiró, llevó sus manos a su cintura y forzó una sonrisa de labios. — Olvídalo.
Cuando pasaron año nuevo juntos, pudo notarlo más. Pero todo se vio perdido cuando Seungmin invitó a Hyunjin a pasar parte de las vacaciones en casa de sus padres. Esa invitación siempre había sido exclusivamente para él, pero ahora Hyunjin también podía disfrutar de esa oportunidad.
Era verdad, Hyunjin ya no le gustaba, incluso en ese momento no podía siquiera verlo.
Seungmin era la única persona que lo amaba de verdad... ¿Seungmin podía amar a dos personas a la vez? No lo creía posible, y si debía elegir entre Hyunjin y él, Jeongin haría todo lo posible por mantenerse como su primera prioridad.