MOTORSPORT

By Diana_skk

20.3K 1.5K 1K

Se rumorea que una figura del mundo clandestino de Yokohama está organizando un concurso. El corredor calleje... More

✦ MOTORSPORT
2. Daifuku de albaricoque
3. Escúchame, idiota
4. Estás en chándal y pantuflas
5. Phantom
6. Responsabilidad
7. ¿No tienes frío?
8. De vuelta al juego
9. Personas a las que salvar
10. Perdóname
11. Hermanos
12. Ultimátum
13. Chispas
14. Es bueno verte
15. Bajo control
16. Ojos en mí
17. Nivel de comprensión
18. Latigazo
19. Deseo de muerte
20. Respirar
21. El resultado
22. Solo una niña
23. Catarsis Parte 1

1. Bienvenido a Mayonaka

1.5K 118 126
By Diana_skk

Recomendación del autor: hay un "#" en el momento en que deberías empezar a reproducir "sheep (alan walker relift)" de LAY. Intenta hacer coincidir la primera caída del ritmo (1:17) con el instante en que usa su nitroso... le da a la escena un toque extra :)

En los comentarios vas a encontrar el enlace que te dirige directamente a Spotify con la canción.

Chuuya no está seguro de estar en el lugar correcto. Se ha detenido en una bifurcación del camino. Son aproximadamente las 12:30 de la mañana.

Bastante temprano.

La carretera aquí es de pura tierra, y Chuuya puede ver las estructuras de aparcamiento y los rascacielos de Yokohama no muy lejos a la derecha, detrás de una extensión de bosque al lado de la carretera. Toda la hierba alta está muerta.

Baja el vidrio polarizado de su Nissan 370z y deja que su brazo cuelgue. Sus guantes de cuero dejan al descubierto la punta de sus dedos, y estos rozan el costado de su amada belleza roja.

Chuuya asoma la cabeza para mirar al pelirrojo de ojos engreídos que fuma a un lado de la carretera. Hay una curita apoyada en el puente de su nariz.

—¿Nombre? —pregunta el chico.

Entonces sí está en el lugar correcto.

Chuuya inclina la cabeza, evaluándolo. Podría derribar este palo en 0,2 segundos, sin problemas.

—Prince —anuncia Chuuya.

El chico saca un pequeño bloc de notas de su bolsillo trasero, hojeando las hojas amarillas llenas de garabatos que deben ser nombres. Algunos de ellos están tachados.

Le da a Chuuya un murmullo de aprobación.

—Ah. El novato —reconoce, acercándose a la ventana de Chuuya.

Novato, mi trasero.

El chico extiende la mano.

—Tachihara —se presenta—. Me llaman Memento.

Chuuya mira la mano que se extiende en su dirección. Todos sus dedos están decorados con anillos de plata.

No está tratando de alargar esto, así que levanta el brazo para estrechar la mano de Tachihara.

—¿Quién te recomendó? —pregunta Tachihara.

—Nadie —dice Chuuya—. Me puse en contacto con Hudson después de escuchar la oferta de Gatsby.

—Hm. Eres de confianza si Fukuzawa te dejó entrar. Toma —continúa, garabateando algo en una hoja en blanco de su libreta. La arranca y se la entrega a Chuuya—. Necesitarás estos números. Tengo ganas de verte esta noche.

—¿Corres? —pregunta Chuuya, evaluando a su posible competidor.

—No, hombre —responde Tachihara con una carcajada. Chuuya olfatea el olor a humo que se filtra en su automóvil—. Tú tienes una dura competencia, pero yo no.

¿Dura competencia? Tch. Gran charla. Pez pequeño.

—Te veré dentro. Bienvenido a Mayonaka —dice Tachihara, extendiendo un brazo en dirección al carril derecho.

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

—Vas a ganar, Zai. Es un hecho —insiste Ranpo, tan animado como siempre.

Dazai tararea, asegurándose de que el soporte de la antorcha esté firme, cada una de las tres puntas negras hundidas unos centímetros en el suelo.

—Ya veremos. Es bueno mantenerse humilde —responde una vez que está satisfecho. Ranpo coloca un puñado de maleza en la pequeña canasta hecha de alambre que se encuentra en la punta del soporte, y luego Dazai la enciende con un fósforo, alimentando la llama con las manos ahuecadas hasta que esté saludable.

Como el corazón y el alma de Mayonaka, casi siempre es su trabajo preparar las noches de carreras.

A decir verdad, Dazai es bastante confiado. Su respuesta es tanto un recordatorio para él como para Ranpo.

—¿Él va a ganar qué? —se acerca una voz conocida. Dazai se gira una vez que el crujido de la hierba seca bajo los pasos se acerca lo suficiente, y le sonríe a Yosano, cuyos rasgos están iluminados por la luz del fuego a un lado y la luz de la luna al otro. Ella lleva su pañuelo azul floreado para mantener el flequillo fuera de su cara esta noche. Es el que Dazai le regaló para su cumpleaños.

—¿Aún no te has enterado? —pregunta Ranpo—. Es la noticia en las calles.

—Bueno. Tú eres el chico de las noticias, no yo. Así que ilumíname —pide Yosano, dejando su caja de herramientas en el suelo para sacar una antorcha de la maleta que cuelga del hombro de Dazai.

—Gatsby. Ese ricachón de Fitzgerald —comienza Ranpo—. Hace unos días anunció una oferta para patrocinar la inscripción de uno de los corredores del círculo clandestino de Yokohama a la Fórmula 3, en California. El ganador comienza con tres días de escuela de carreras y luego compite en la temporada.

—¡Oh, mierda! —exclama Yosano, mirando entre Dazai y Ranpo mientras endereza la espalda, colocando las manos en las caderas.

—Es un gran problema, ¿verdad? —pregunta ella mientras el trío se mueve hacia la izquierda para terminar de iluminar el resto de su querido terreno. Están empezando a llegar más clientes habituales, instalando sillas de camping y provocando el alboroto reconfortante que tanto le gusta a Dazai.

—¿Uh- duh? —dice Ranpo—. Tienes que esforzarte, pero eso es un boleto para entrar a la lista de la F1. Imagínate eso, Akiko. Nuestro propio Dazai en la F1, justo donde debe estar.

Dazai le ofrece una suave sonrisa.

Justo donde debe estar, ¿eh?

Si los dichos como "la manzana no cae lejos del árbol" son ciertos, entonces Dazai en la lista de la F1 significa que terminará tres metros bajo tierra más temprano que tarde.

No le disgusta demasiado la idea.

Alguien enciende la música y los fuertes ritmos de EIFORYA de Armin van Buuren comienzan a despertar la adrenalina de Dazai.

—¿Pero qué tiene que hacer Dazai para conseguir la oferta? Mucha gente la quiere, ¿no? —pregunta Yosano.

—Una temporada de F1 suele durar unos 8 meses —explica Ranpo—. Así que Gatsby va a abrir su propia temporada esta noche. Una o dos carreras "oficiales" —hace comillas con los dedos—, por semana. En 8 meses, organizará un banquete para el círculo clandestino de Yokohama, donde los representantes de cada tribu votarán por el mejor conductor de la escena. Las carreras de aquí en adelante son importantes.

—Oh, Dazai. Vas a ganar —asiente Yosano, dándole una palmada en la espalda—. Estoy segura de que toda la ciudad piensa lo mismo.

Dazai le sonríe amablemente. Entonces, un destello rojo llama su atención.

Levanta la vista y ve un Nissan de colores brillantes con ruedas negras mate y faros RGB que entra retumbando lentamente en el estacionamiento, acelerando ruidosamente mientras los transeúntes se agolpan contra el extraño.

Yosano se ríe.

—Alguien vino con un auto modificado hasta la mierda —juzga ella.

—¿Quién es ese? —pregunta Dazai.

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

—Yo —reconoce un chico de cabello negro—. Eres el novato, ¿verdad?

Chuuya está apoyado en su auto, con los brazos cruzados. Todo el mundo por fin lo dejo en paz, aunque él les dará la bienvenida una vez que gane esta noche. Fukuzawa le indicó que esperara a que su mecánico lo encontrara la primera noche, antes de entrar en la alineación para correr.

—Llevo tres minutos esperando —dice, negándose a dedicarle más de una mirada.

—Mi error. No sabía a quién buscaba. Akutagawa —se presenta, haciéndole una reverencia a Chuuya—. Mi nombre de calle es Rashomon. Aunque nosotros los mecánicos difícilmente usamos el apodo —explica Akutagawa mientras Chuuya asiente con la cabeza en respuesta a su reverencia.

—Sólido —reconoce Chuuya. Se presenta y le ofrece a Akutagawa tanto su nombre de calle como su nombre real. De todos modos, estará en términos personales con este.

—Bonito automóvil —elogia Akutagawa. Ante esto, Chuuya sonríe con orgullo. Él la construyó (a Arahabaki) desde cero.

Abre la puerta del pasajero para Akutagawa, y entonces este lo guía hasta el otro extremo del lote, que es donde el cochambroso lugar supuestamente se abre a una carretera que los lleva a Minatomirai, donde comenzará el Shutoko, el ciclo C1 alrededor de las autopistas de Yokohama, y lo que es más importante, la carrera de Chuuya.

Fukuzawa dijo que Mayonaka también tiene su propia pista abandonada en la que se puede practicar. Chuuya lo comprobará más tarde.

—Entonces, las reglas de Mayonaka son simples —afirma Akutagawa—. Tachi te dio los números. El primero es el de Fukuzawa.

Hudson.

—El segundo es el de Yosano.

Dragonfly.

—Agrégalos, y te pondrán en una llamada con ellos y nuestros otros conductores. Es solo en caso de que algo vaya mal, por lo que los puedes silenciar mientras conduces. Esta noche es una de las carreras de Gatsby, así que no te preocupes por el resto de nuestra etiqueta hasta más tarde. Lo resolverás.

—Entendido —responde Chuuya.

—Para aclarar —añade Akutagawa—. No te enfrentas solo a Mayonaka. Todo Yokohama estará allí.

Chuuya asiente. No es un idiota.

—Pregunta sobre la oferta de Gatsby —interviene el pelirrojo.

—Dispara.

—¿Qué pasa si la escuela se entera de las carreras callejeras y esas cosas? Esto no es exactamente legal —pregunta Chuuya.

—Dos cosas que no debes subestimar son el poder de la riqueza y Francis Scott Key Fitzgerald —afirma Akutagawa con naturalidad.

—Es un tipo quisquilloso, pero puedes confiar en que mantendrá su palabra al pie de la letra, y eso incluye reescribir la historia de toda tu vida si lo necesita.

Chuuya asiente.

—¿Quién es el hombre a vencer? —pregunta a continuación—. O. Mujer. Persona. Cosa. Me importa una mierda.

Akutagawa le mira como si fuera un estúpido por no saberlo.

—McQueen. ¿No lo conoces?

—No.

—Dazai Osamu. Es uno de los nuestros. También es el hijo de Tsushima.

... Tsushima, ¿eh? ¿Qué mierda hace su hijo aquí?

Interesante.

Deja escapar una profunda exhalación cuando Akutagawa deja su auto con unas palabras de buena suerte después de enseñarle las rutas de escape.

Espera pacientemente una vez de vuelta apoyado en su auto, escuchando el estruendo de la música no muy lejos de él. Un par de autos más comienzan a alinearse a su lado.

McQueen, canta la mente de Chuuya.

No pierde de vista que la dueña del Miata negro que está a su lado se acerca a él. Su automóvil se ve bastante sencillo. Los rasgos de la mujer son extrañamente familiares.

—¿Novato? —pregunta, extendiendo un puño enguantado en dirección a Chuuya, con su casco bajo el otro brazo. Él lo golpea, evaluándola.

Se presenta como Akutagawa Gin. También conocida como "Sigilo", porque la mayoría de sus modificaciones son aparentemente internas. Sin embargo, no parece estar bien informada sobre esas modificaciones, por lo que Chuuya ya sabe que es pura palabrería.

—Bienvenido a la ciudad —ella asiente.

—Tu hermano es mi mecánico —ofrece en respuesta. Ella le sonríe y se gira hacia su automóvil.

—Gin —llama Chuuya—. ¿Quién es McQueen?

Gin da un giro, escaneando a la multitud antes de guiar la mirada de Chuuya hacia un grupo de tres personas.

—El alto. Cabello castaño. Un verdadero encanto —dice—. No ha sido derrotado en Yokohama desde que empezó a ganar, hace tres años.

—Voy a cambiar eso —le dice Chuuya.

Gin le mira fijamente durante un segundo antes de estallar en carcajadas.

—Eres valiente, novato-

—Prince.

—Oh, mi error. Bueno, Prince. La mejor de las suertes. Te enfrentas al rey de nuestras calles —le advierte, sentándose en su auto y cerrando la puerta sin romper el contacto visual.

Tal vez Chuuya se quede con ella esta noche.

Chuuya respira hondo, disfrutando de la aceleración de su pulso cuando el estruendo de los autos de todo el mundo canta al unísono, el bajo aumenta el dubstep emocionado que comienza a sonar mientras la multitud de un par de cientos de personas continúa la fiesta.

Es alrededor de la una de la madrugada cuando los cinco conductores de Mayonaka aceleran al unísono, descendiendo lentamente por la amplia carretera de Minatomirai en formación de V, mientras otros pocos autos repletos de espectadores les siguen en el camino. La gente borracha y ruidosa los rodea a todos, disminuyendo lentamente cuanto más avanza Mayonaka por la carretera.

Chuuya no mentirá. Todo esto lo hace sentirse como un dios.

Obliga a su corazón a mantener la calma mientras se niega a intentar echarle un vistazo al chico del Toyota Supra negro que lidera a los corredores, de quien Chuuya ha aprendido en la última media hora de su vida que es su némesis jurado.

Hay multitud de muscle cars en el lote de Minatomirai. Hay mucho que ver y una gran multitud de gente atractiva para que él disfrute, pero el tiempo para Chuuya avanza rápidamente.

Ha venido aquí para una cosa, y solo para una cosa.

Después de lo que parece demasiado tiempo, Chuuya está en una de las dos filas consecutivas con unos veinte conductores en total, cerca de la parte de atrás porque nunca antes había mostrado su rostro en estas partes.

Sabe que McQueen lidera, junto a un tipo llamado Phantom.

No importa. Esto no es un problema.

Escucha algunos murmullos provenientes de su teléfono, que está metido en el portavasos con un paño para mantenerlo seguro. Chuuya se pregunta si una de las risas amortiguadas que escucha en la llamada pertenece a McQueen. Frunce el ceño y se coloca el casco sobre la cabeza.

La chica con la que McQueen estaba en Mayonaka termina frente a todos con un megáfono, junto a una rubia con un sostén de encaje y pantalones, sosteniendo dos banderas rojas con una sonrisa orgullosa. Chuuya apenas puede verlas detrás de todos.

Su ritmo cardíaco empieza a aumentar.

—Esta noche marca el comienzo de la competencia de Fórmula 3 de Gatsby.

Chuuya ahoga su discurso prestando atención al phonk que suena en su equipo de música. La gente habla demasiado.

Chuuya está aquí para conducir. Está aquí para perderse. Está aquí para hacer una escena. Está aquí para vivir un momento tan jodidamente ruidoso que ya no puede ni pensar.

—... y que gane el mejor conductor.

La rubia se hace cargo y Chuuya bebe el cóctel de motores ruidosos y vítores profundos que retumban en la carretera desierta.

Las banderas se levantan. Chuuya toma aire. Estrecha la mirada. Pone segunda con la palanca de cambios como si tuviera el piloto automático encendido, la memoria muscular está tan incorporada en él que las acciones son tan naturales como respirar.

Ve cómo McQueen y Phantom se le escapan en el momento en que las banderas llegan por debajo de la cintura de la rubia, los chirridos de su primer derrape al girar a la izquierda resuenan en el asfalto bajo las ruedas de Chuuya.

Luego, la siguiente fila de autos.

Luego, la siguiente.

Los sentidos de Chuuya se intensifican en el momento en que pisa a fondo el acelerador con sus Doc Marten de color cereza, porque es hora, finalmente es hora de mostrarle al mundo lo que tiene.

Pasa disparado por delante de los tres primeros autos en el momento en que la carretera se abre en la intersección.

A la mierda un derrape. Chuuya no tiene tiempo para hacer eso ahora.

Todavía no. No con tanta gente.

Tiene que ponerse al día.

Agarra la curva y consigue su primera muestra de velocidad de la noche. Respira con fuerza. Sus tripas siempre están a tres metros de distancia. Ninguna droga podrá igualar la emoción eufórica que corre por sus venas en este momento.

Este regocijo.

La satisfacción de superar a Gin.

Esta es la razón por la que está vivo.

Chuuya mantiene su respiración bajo control mientras se mueve entre el siguiente par de automóviles. La fuerza G lo empuja hacia atrás en su asiento. Aprieta los abdominales antes de cada curva amplia para no balancearse hacia la izquierda y la derecha, sintiendo que su cerebro traquetea en su cráneo mientras su auto resuena por los movimientos bruscos y la fuerza. 

Se ríe cuando uno de los automóviles de atrás tiene la audacia de tocar el claxon.

Que te vaya bien.

Lo único que Chuuya tiene en mente es llegar a McQueen. Nada más importa ahora.

Top diez.

Ahí es donde está sentado ahora mismo. A partir de aquí solo va a ser más difícil subir.

No es suficiente. Necesita un subidón más grande. Chuuya es un ganador.

No sabe hacer otra cosa que no sea ganar.

Hay un montón de espectadores rugiendo en la acera en esta parte de la ciudad. Chuuya mira para ver por qué.

Se acerca el primer gran giro en U.

Aprieta la mandíbula en su casco mientras escucha los neumáticos de los automóviles delante de él chirriar contra el alquitrán liso. Ahora no tiene elección: o derrapa o no hace la curva.

Es arriesgado intentar cruzar el Subaru verde que tiene delante ahora mismo. El tiempo se ralentiza. O más bien, los pensamientos de Chuuya se aceleran.

Mira el pequeño y bonito botón rojo del volante que le incita a pulsarlo, solo a un tramo de su pulgar para alcanzarlo. Si él solo...

No.

Todavía no.

Quedan unos siete segundos antes de que tenga que mantenerse en la línea en la que está y girar bruscamente a la derecha, derrapando en un giro de 180 grados para mirar hacia la otra dirección.

Chuuya pilla a McQueen, Dazai, pasándolo por el otro lado de la curva, la luz se refleja en la visera negra de su casco. Todo su atuendo es negro azabache por lo que Chuuya puede ver.

Se está escapando de nuevo.

A la mierda.

Chuuya vuelve a pisar el acelerador, moviéndose en su asiento lo poco que puede. Sabe que es arriesgado. Pero, ¿qué es lo divertido sin un poco de peligro?

Chuuya pasa disparado por delante del Subaru, respirando profundamente mientras se inclina inmediatamente para hacer el derrape. Debería haber hecho eso un segundo antes para mantenerlo limpio.

Ah, bueno.

Se convierte en uno con su auto por un momento, su estómago y las ruedas luchando contra la misma inercia por el repentino giro. Siente que cada uno de los órganos de su cuerpo se eleva, el cosquilleo del mareo se apodera de él mientras todo su cuerpo resiste el impulso de enroscarse sobre sí mismo. Se obliga a mantener los ojos abiertos cuando casi pasa por alto la pared en la parte trasera de la curva.

Antes de que Chuuya se dé cuenta, está de nuevo en una carretera recta, conduciendo bajo un puente. Hace una mueca mientras intenta controlar su auto. 

Deambula por un segundo, y luego se dirige directamente a un túnel detrás de los demás.

Ahora va en octavo lugar.

Chuuya grita cuando se da cuenta, incapaz de escucharse a sí mismo por encima del chirrido de los autos detrás de él, el bajo de su música a todo volumen en sus oídos y el glorioso rugido de su motor.

Está vivo.

Aquí hay otro tramo recto. El familiar y tenue olor a gasolina y a goma quemada se apodera de sus fosas nasales cuando pasa el siguiente automóvil justo antes de llegar al túnel.

Séptimo.

Una vez que están en el túnel, uno en el que estarán por un tiempo, Chuuya tiene un nuevo obstáculo. El camino es demasiado angosto para pasar a alguien con la cantidad de espacio libre que a Chuuya le gusta tener, dado que no prioriza la precisión mucho más que la velocidad bruta.

Podría esperar a pasar más autos. Pero estamos hablando de Prince, y Prince es un hombre impaciente.

Se desliza por el carril de la izquierda, conduciendo incluso con el auto de al lado durante unos segundos, solo por diversión.

Tiene mucha confianza en que no va a aparecer ningún civil extraviado en ninguna curva mientras acelera en sexta.

La mayor fortaleza de Chuuya es que no le teme a la velocidad. Está empezando a darse cuenta de que todo el mundo parece ir más despacio ahora que sus giros tienen que ser impecables para evitar chocar contra los implacables muros de hormigón que hay a ambos lados.

Tiene que recordarse a sí mismo que debe respirar.

Un Toyota blanco va en quinta. Ahora es más difícil. Están ocupando el centro de la carretera como si supieran que Chuuya avanza.

Bueno, si van a ser tan tercos, a Chuuya no le importa amenazar con darles un pequeño empujón en la dirección correcta.

Una situación como esta es como discutir de quién es la polla más grande. Eso no asusta a Chuuya. Él conoce su mierda. Conoce su automóvil.

Con la ruta en mente, Chuuya cambia a la derecha, y se desliza hacia adelante solo lo suficiente para que su capó esté a un centímetro del ancho alerón trasero. No tiene ningún problema en ir a la par con este tipo, y tal y como Chuuya espera, se mueven hacia la izquierda por temor a que Chuuya choque con ellos.

Esta es la segunda mayor fortaleza de Chuuya: su confianza entre los demás conductores. #

Todo esto es solo un juego amistoso... seguro.

Chuuya sigue con su método hasta que se desliza con éxito en la línea correcta, incluso gana el quinto lugar. Como era de esperar, se acerca una curva cerrada a la derecha. Chuuya sonríe. Tiene menos distancia que cubrir, lo que le garantiza un movimiento hacia arriba en las filas.

Chuuya se digna a mirar en dirección a su competidor. No puede ver mucho a través de la gruesa red que cubre su ventanilla, pero ve una cola de caballo blanca que se asoma de un casco blanco, con una chaqueta de cuero blanca, y solo blanco, blanco, blanco.

Se burla, acelerando con fuerza para ponerse en el camino delante de ellos.

Alcanzar a Dazai es lo único que importa.

Dazai, el hijo de Tsushima Gen'emon, uno de los representantes más exitosos de Japón en la Fórmula 1, tristemente célebre por su muerte en el circuito de Monza hace 15 años.

Probablemente le han dicho toda su vida que la conducción está en su sangre. Que es lo que está destinado a hacer, y que por eso es bueno en ello. Chuuya está seguro de que Dazai ha sido mimado, no, alimentado con cuchara, hasta el éxito.

No importa.

Está a salvo en el tercer lugar ahora que están saliendo del túnel, aprovechando la oportunidad para navegar (si es que se llama navegar a 100 millas por hora). Observa que esta parte del recorrido es una verdadera ventaja para él. Sabe que las cabezas se giran en este punto. Se ríe bajo el casco, imaginando la cara de Gin después de esta carrera.

Ahora están corriendo por la autopista, con el puerto de Yokohama a su izquierda y las bonitas luces de la ciudad a su derecha.

Una carretera larga, recta y abierta. Esto significa que entre Prince, Phantom y McQueen, es una competición entre pura potencia y gestión del combustible.

Fácil.

Es el momento.

—Vamos, nena —susurra, pisando el acelerador una vez más para ganar algo más de velocidad y excitar su turbocompresor.

120 millas por hora.

Vigila de cerca su indicador de presión.

140.

—Vamos... vamos.

145.

Su velocímetro se mueve mientras alcanza su velocidad máxima.

Chuuya mira alegremente su volante, apoyando su cuerpo mientras presiona el botón rojo en su volante, la adrenalina lo golpea contra su asiento de una manera que nunca antes había hecho mientras activa su NOS, porque esto es todo. Aquí es donde Yokohama se entera de que hay un chico nuevo en la calle.

En este momento, Chuuya es hiperconsciente de la anatomía de su auto. Jura que puede sentir el ventilador de su turbocompresor zumbando bajo su capó, y el óxido nitroso inyectándose en su motor, quemándose en nitrógeno y su único y verdadero amor: el oxígeno. Arahabaki puede respirar de nuevo, y ahora lo hace avanzar.

Dirige su mirada hacia el velocímetro para encontrar el dial presionado contra la velocidad máxima indicada de 155. Va fácilmente a 170, 180.

Chuuya tiene esta epifanía cada vez que corre: que podría conducir para siempre.

Pertenece justo donde está.

No hay tiempo para disfrutar del placer, porque Dazai parece compartir una o dos neuronas con Chuuya, habiendo alcanzado a Chuuya con una velocidad que un Supra solo puede lograr con la ayuda del óxido nitroso.

Chuuya lo escucha antes de verlo. McQueen es muy ruidoso. El Supra de Dazai saluda a Chuuya fuera del campo derecho de su visión.

Han dejado atrás a Phantom hace unos cinco segundos.

Ahora son solo Prince y McQueen, rojo y negro, cabeza a cabeza, robando miradas el uno al otro mientras se reúnen en carriles consecutivos a pesar de la amplia extensión de la carretera a ambos lados. Están tan cerca, que si Chuuya se desplaza un poco hacia la derecha, su espejo retrovisor será volado por el de Dazai.

Es extrañamente íntimo.

Chuuya está rezando para que su nitroso corra más que el de Dazai. Solo lo suficiente para pasar a Dazai. Con algo menos de una cuarta parte de la pista, el tiempo que tiene Chuuya para dominar esta carrera se está acabando.

La segunda gran curva en U se acerca.

Mierda.

Dazai está en el interior de la curva. Y si está buscando derrapar...

Mierdaa.

De repente, Chuuya elabora una situación hipotética a la velocidad del rayo en su cabeza.

Va a poner a prueba a Dazai.

¿Rey de las calles?

Apostemos.

Chuuya se desvía solo un poco hacia la izquierda, dándose espacio para tomar la curva lo más amplia posible. Se da cuenta de que la visera negra de su oponente lo está mirando y asiente con la cabeza hacia Dazai.

Es una muestra irónica de respeto, y eso hace reír a Chuuya.

Cuando llega la curva, Chuuya finaliza su evaluación de que tiene una oportunidad para deslizarse al frente ahora mismo, siempre y cuando Dazai mantenga su giro imposiblemente firme para acomodar el propio desorden de Chuuya.

Chuuya espera solo un momento de más antes de frenar. Si Dazai es tan bueno como dicen, solo necesita unos pocos metros.

Vamos a ver de qué estás hecho, amigo.

Ambos inclinan sus autos suavemente en la dirección de la curva, desacelerando para prepararse para el derrape.

Entonces, Chuuya le confía su vida a Dazai por primera vez.

Es algo hermoso, realmente, la forma en que el mundo se mueve a cámara lenta cuando Chuuya mira. Ve a su rival tirando de su volante en un giro brusco a la derecha exactamente al mismo tiempo que él. Dazai se inclina hacia la curva tal como lo hace Chuuya mientras sus volantes giran hacia la izquierda, sucumbiendo a la física al unísono. Sus autos comienzan a quemarse juntos, columnas blancas escapan de sus ruedas traseras mientras sus máquinas se desplazan hacia la izquierda para girar a la derecha. Están uno al lado del otro.

Chuuya ríe con fuerza, su respiración entrecortada contra su pecho por la presión. Dazai está cerca. La izquierda de su auto está a solo un par de centímetros de la derecha del de Chuuya.

Está impresionado.

Realmente lo está.

Dazai mantiene su giro limpio. Más limpio de lo que Chuuya podría soñar con derrapar. Está tan cerca de Chuuya, que un solo movimiento erróneo significa que chocaran.

Chuuya lo entiende ahora.

McQueen es jodidamente bueno.

Pero Prince es mejor.

Chuuya ejecuta su amplia curva, relamiéndose los labios ante el delicioso chirrido bajo sus ruedas. El derrape dura más allá de la curva.

Chuuya cambia su derrape a la dirección opuesta, solo por diversión. Si Dazai no gira con él en el momento justo, la punta de su auto rozará la cola del de Chuuya.

Él lo hace perfecto. Y ahora está persiguiendo la cola de Chuuya al otro lado de su auto, dándole a Chuuya una ventaja aún mayor.

Están bailando, solo por un momento.

Chuuya necesita estabilizarse nuevamente, pero está bien, porque está frente a Dazai.

Este es el último tramo. Chuuya puede ver a la chica rubia agitando sus banderas a varios cientos de metros de distancia, mientras la multitud se pone a la vista. Sus vítores le animan mientras pisa el acelerador una vez más, rebotando en su asiento mientras se estabiliza.

Chuuya lo celebra demasiado pronto.

Dazai se las arregla para alcanzar a Chuuya casi de frente, pero esta vez a su izquierda en lugar de a su derecha.

Mierda.

Ambos están ganando velocidad.

Vamos.

La respiración de Chuuya es dificultosa en este punto. Su adrenalina está empezando a desplomarse. Pero esto es lo que más importa.

Está presionando 140 de nuevo. 142. 145.

No puede decir más.

Mierda.

No puede decir quién está al frente.

Por favor.

Quedan quince segundos muy, muy largos en esta carrera.

Mueve su mirada para ver el casco de Dazai concentrado en el camino frente a él, y Chuuya sigue su ejemplo, recordando que en este momento, solo están él y su auto.

Diez.

Chuuya respira por última vez antes de la línea de meta marcada con tiza.

Nueve.

Agarra el volante como si su vida dependiera de él.

Ocho. Siete. Seis.

Chuuya se inclina hacia adelante en su asiento, poniendo tanta presión en el acelerador que piensa que podría romperse.

Cinco.

No puede deshacerse de Dazai.

Cuatro.

Joder.

Tres.

Chuuya presiona la parte trasera de su cabeza -dos- contra su asiento, manteniéndola tan firme como puede.

Uno.

▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

Silencio. La escena clandestina de Yokohama está en completo silencio.

Eso es todo lo que necesita Dazai para saberlo.

Se tambalea fuera de su auto, emocionado y sin aliento. Ni siquiera puede estar enojado en este momento.

Es la mejor carrera que ha tenido en mucho tiempo.

Busca a Ranpo y a Yosano entre la multitud, demasiado hastiado como para sentir la vergüenza que debería sentir por la cantidad de miradas de asombro y expectativas fallidas que lo rodean.

Oye que Fyodor y Nikolai se detienen no muy lejos detrás de él, y que Shibusawa lo sigue no muy lejos.

Todo el mundo con una pizca de cultura sabe que nadie más allá de estos cuatr- cinco.

Nadie más allá de estos cinco importa.

Dazai desliza su lengua sobre el sudor que se acumula en su arco de cupido, rompiendo violentamente su cuello hacia la izquierda y hacia la derecha mientras se acerca a Ranpo, quien luce derrotado.

—Es solo el principio —le tranquiliza Dazai con un ligero movimiento de cabeza. Yosano le entrega una botella de agua—. Voy a por él. Sea quien sea.

Tiene que mantener la calma. Romper tan pronto no es una buena escena. Fue una carrera reñida, y esto es en lo que Dazai decide concentrarse. Quienquiera que sea el gran rojo, es inteligente. Pero Dazai es más inteligente.

El foco de atención cambia de Dazai a la figura que emerge lentamente del llamativo 370z. Dazai lo mira con los ojos entrecerrados mientras se quita el guante con los dientes para pasar los dedos por su cabello empapado de sudor.

Oh. Pequeño rojo. No gran rojo. Dazai no se dio cuenta de que el tipo estaba de pie a toda altura hasta que lo vio alejarse lo suficiente de su auto para que Dazai pudiera ver su figura completa.

—Prince —le susurró Ranpo.

Prince.

Es un nombre bastante enfermizo. Lleva una chaqueta de cuero roja y unos jeans negros, con unos Docs color cereza en los pies. Dazai está bastante intrigado por ver lo que hay debajo del (y esto es una verdadera sorpresa) también rojo casco.

Unos guantes que no cubren sus dedos se alzan para quitárselo.

Oh, hermano.

¿Hay algo de este tipo que no sea rojo?

Dazai se queda mirando el medio mechón que Prince lleva en su hombro izquierdo.

Si solo pudiera darse la vuelta, sería genial.

Al menos, eso es lo que piensa Dazai antes de que se dé la vuelta, porque joder, es bonito. No, en realidad. Algo así como, problemáticamente bonito.

Cada uno de sus rasgos es afilado y delgado, desde los ojos hasta la nariz y la barbilla y toda la estructura de la mandíbula. Es irónico, realmente, dado que su conducción es todo menos afilada y delgada. Dazai se pregunta qué mierda ocurrió con la genética de Prince. Sus ojos son de un azul intenso, brillante, perforando el pecho de Dazai a pesar de que ni siquiera lo está mirando, y a pesar de que la luz de la luna seguramente no les hace la misma justicia que la luz del sol.

Así que este es el tipo con el que Dazai... perdió, ¿eh?

La palabra es ajena a su mente, pero Dazai es un buen deportista.

Esto está bien.

Está bien.

... Lo está.

De vuelta a Mayonaka, Dazai está aceptando la enésima muestra de simpatía, que a decir verdad, era una tarea increíblemente molesta desde el principio.

Ya es casi la hora de escapar de todos, piensa, porque la noche empieza a ser un problema para él y le gustaría irse a casa antes de tener que lidiar con Fukuzawa.

Enfrentarse a sí mismo podría ser incluso más difícil que a Fukuzawa, sinceramente. Dazai quiere. No. Necesita ir a California, por razones que van más allá de un simple deseo infantil de ser un conductor famoso.

No puede tomarlo tan a la ligera ahora que tiene una competencia real. Incluso sin Prince alrededor, Fyodor y los otros todavía estarían esperando para darle una carrera por su dinero.

Tiene que demostrarse a sí mismo que la confianza de Yosano y Ranpo no está equivocada.

Dazai cierra los ojos y echa la cabeza hacia atrás. Baja su botella de cerveza a su lado mientras gira los hombros hacia atrás para liberar algo de tensión, respirando un poco del aire frío de las 3 de la mañana mientras camina hacia el remolque en el centro de Mayonaka, donde las conversaciones son más ruidosas y es más difícil pensar.

La gente ya está empezando a salir ahora que el show de la noche ha terminado, pero Dazai está atascado tratando de sacar a Prince de su cabeza.

Choca con alguien y sus ojos se abren de golpe.

Bueno. Hablando del diablo.

—Ah —saluda Dazai en voz baja—. Prince.

No sabe qué esperar, pero una sonrisa tan socarrona y tan difícil de descifrar no estaba en el plato de posibilidades. Prince parece odiarlo tanto como lo admira. Pero eso es solo una suposición de Dazai.

—Así que. McQueen. El notorio prodigio

—Por favor, llámame Dazai. Somos amig--

—¿Tienes alguna palabra sobre cómo te acaban de humillar? —pregunta Prince, su sonrisa inicial se extiende hasta convertirse en una sonrisa arrogante decorada de dientes perfectos—. No tengas una crisis de identidad. No pasa nada.

Oh, dulce cielo, perdona mi alma.

Como si el hecho de que sea lindo no fuera lo suficientemente malo, encima es un idiota infantil. Dazai tiene que resistir la tentación de reírse de la frase "te acaban de humillar"

Es genuinamente gracioso.

Considérame encantado.

—Suerte de principiante —acusa Dazai ligeramente con una sonrisa, porque se siente cómodo combatiendo fuego con fuego.

Por el momento, ignora la decepción que produce el hecho de haber sido derrotado por primera vez en tres años. Tenía que ocurrir en algún momento. No significa que vaya a suceder de nuevo.

Dazai se asegurará de ello.

—Tú, el gran McQueen, ¿estás equiparando que te gane... con la suerte de un principiante? ¿De verdad eres tan patético? —pregunta Prince con una brillante y astuta sonrisa, su lengua asomando entre sus dientes mientras mira a Dazai con esos ojos tan, tan azules.

—Sí —responde él, manteniendo la calma. Prince no merece su enfado—. Lo estoy equiparando a la suerte del principiante. Sin embargo, tu falta de respeto me hace gracia.

Por favor. No me hagas reír —se burla, dando una palmadita en el hombro de Dazai mientras sigue de largo hacia quién sabe dónde. La mandíbula de Dazai se endurece.

—¿Dónde están las bebidas? Oh...hola, señoritas —escucha que Prince grita ruidosamente detrás de él—. ¡Gin! Creo que me debes un trago...—su voz se desvanece.

Parece que su objetivo es armar un alboroto donde sea que ponga un pie.

Dazai resiste el impulso de darse la vuelta y ver cómo se va. Prince es increíblemente molesto. Engreído. Dazai va a borrar esa estúpida sonrisa de su cara aunque sea lo último que haga. Por lo que le importa, le quitará ese mechón pelirrojo de la cabeza.

Prince no es mejor conductor que él. Es descuidado, sacrifica los giros limpios, la eficiencia y la seguridad por la velocidad bruta. Tiene talento, Dazai lo admite. Pero es evidente que no conoce la carretera ni el automóvil como Dazai. Es como si un fanático del anime de 14 años criticara a Miguel Ángel por su conocimiento de la anatomía humana. Prince es el tipo de conductor que se mata tratando de presumir.

Sin embargo, esto ni siquiera se trata de quién es mejor. Solo se trata de quién le gusta más al público. Dazai necesita esa oferta a California, más que nadie.

Él sigue siendo más popular. Él tiene más conexiones, y más razones para ser querido en la ciudad.

Conducir es su legado.

Dazai entrecierra los ojos al escuchar cómo la hierba seca y muerta se arruga bajo algo que rueda sobre ella, un sonido que le resulta más familiar de lo que desearía.

Es un conductor más popular. Por ahora.

Dazai mira al hombre en silla de ruedas que se acercó. Su cabello negro azabache está descuidadamente recogido en un moño en la parte trasera de su cabeza.

—¿Qué quieres, Mori?

Mori le dedica una sonrisa intrigante, como si acabara de poner a Dazai en jaque en un juego de ajedrez. Como si le preguntara a Dazai, ¿Qué vas a hacer ahora?

—Bueno. McQueen. Parece que Jackson Storm ha llegado a la ciudad.

Continue Reading

You'll Also Like

165K 8.3K 110
𓂋 Spanish translations ៸៸ ⊹ 𓈒 ˚ ⸰ 백 합 𝐓𝐮𝐦𝐛𝐥𝐫 ٫٫ ♡⃞ ⟡ ׅ ﹙ Lector masculino ﹚ ♡︭ ✦⠀⠀ᣞ ⬭ Ninguno me pertenece ...
181K 10.3K 25
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
337K 16.7K 51
𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶! | 𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 ılı.ıllı
470K 7K 5
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Madelyn siempre tuvo esos pensamientos al saber q...