·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔�...

Oleh lagatanegra03

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Escrita junto con @anfitriteytalasa ✿.。.:* ☆:**:. Fanfic Fate: The Winx Saga .:**:.☆*.:。.✿ Alphea, el interna... Lebih Banyak

●Cast de personajes●
💜🧚🏻‍♀️💚 PREMIOS 💚🧚🏻‍♀️💜
Capítulo 1: El chico de los cuchillos
Capítulo 2: Hada del engaño
Capítulo 3: Lío de habitaciones
Capítulo 4: El hipotético rubio
Capítulo 5: ¿Has tenido un mal día?
Capítulo 6: Meteduras de pata
Capítulo 7: Temperamento explosivo
Capítulo 8: Habilidades sociales
Capítulo 9: Cobarde, capullo e insoportable puercoespín
Capítulo 10: Exnovias y futuras novias
Capítulo 11: Encuentros fortuitos, los Haaly y una nueva amenaza
Capítulo 13: Las comparaciones son odiosas
Capítulo 14: La cólera del hada verde
Capítulo 15: La fuerza de la mente y del cuerpo
MUSA
Capítulo 16: El estratega
Capítulo 17: Los celos del traidor
Capítulo 18: Susurros tras la puerta
Capítulo 19: Presentimientos y champú de coco
Capítulo 20: Espiando conversaciones y enfrentando monstruos
Capítulo 21: Los poderes de Melody

Capítulo 12: Una mañana catastrófica

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Oleh lagatanegra03

Siempre me ha parecido insoportable el sonido de la alarma al despertarme. Es un ruido desagradable que atraviesa mis oídos y se asienta en mi cabeza durante media mañana, con un ritmo atronador que me genera ansiedad. Así es como amanezco después del increíble primer día en Alphea que ha dado mucho de sí.

En completo silencio, con los ojos cerrados y unas crecientes ganas de perderme mi primera clase, golpeo el móvil para asegurarme de no volver a escuchar esa musiquita martirizante hasta el día siguiente. Tardo un par de minutos en incorporarme sobre la cama y escrutar mi alrededor. El lecho es cómodo, pero con tantas emociones juntas del día anterior no me siento muy descansada... Menudo susto nos dio Bloom.

Frente a mí se encuentra la cama de Beatrix, quien sigue durmiendo con la boca abierta y en una posición extraña que me provoca una sonrisa maliciosa. ¿Sería muy cruel por mi parte hacerle una foto? Estoy demasiado cansada para gastar bromas pero guardo la idea en mi memoria para futuras ocasiones. Bostezo y veo a mi derecha la cama que añadieron a última hora porque a Su Majestad la Déspota no le salía de las narices compartir cuarto con Melody. Mi mejor amiga está sentada sobre ella con las piernas cruzadas y fulminando con la mirada a la enana rabiosa.

Carraspeo para llamar su atención y es cuando Mel parece recaer en mi existencia. Señala a la Bruja Mala del Oeste con el pulgar y luego aprieta los puños y adopta un semblante que solo puede significar una cosa: rabia, odio, antipatía... Bueno, resulta que puede significar varias. De aquí entiendo que Beatrix es el problema de Melody pero dudo entre si es el problema que la atormenta o es el problema de que estemos haciendo señas como si fuéramos mudas en lugar de hablar con claridad. Finalmente, me traslado a su cama en dos saltitos y, acercando mi boca a su oreja, murmuro mi propuesta.

—Si quieres que nos deshagamos de ella solo tienes que pedirlo —bromeo.

Melody estalla en una carcajada y con eso consigo que una buena amiga esté feliz y que nuestra reciente enemiga se despierte con el pie izquierdo.

—¿Es que no pensáis callar? —nos espeta.

—Buenos días a ti también, Beatrix —saludo sarcásticamente.

Sin esperar algún tipo de respuesta por su parte, salgo de la habitación y busco el servicio compartido del apartamento. Para mi sorpresa, están todas despiertas: Aisha y Terra ocupan el cuarto de baño, Bloom bebe un vaso de zumo y Musa se hace unas tostadas en la cocina y busca desesperadamente un tarro de mermelada.

—Buenos días

—¡Oh! Hola Ellie. —Me dedica una sonrisa radiante—. ¿Cómo has dormido?

—Poco.

—Sí, poco hemos dormido todas después de la aventurita de Bloom de ayer. –Ríe y señala las tostadas–. ¿Quieres unas?

Asiento con la cabeza y apoyo mis brazos sobre el mueble, observando como ella corta más pan para mí.

—¿Has hecho las paces con Terra? —pregunto.

—Ajá. Está todo solucionado. Anoche tuvimos una breve charla al respecto y me sincere sobre mis poderes con ella. ¿Sabes qué hizo?

Niego y espero pacientemente que me desvele la sorpresa.

—Trajo unos altavoces para que compartiera la música que escucho. Dijo que así podría saber ella como me siento yo.

Me alegro mucho de que hayan podido solucionar sus problemas ellas solas, porque si dependieran de mí estarían más que pérdidas. Preparo el desayuno, reservando un par de tostadas para Mel, que sale silenciosa del cuarto con cara de asco.

—No sé si voy a aguantar todo el año con ese mal bicho —comenta—. ¿No se cansa de estar enfadada siempre?

Imagino que se refiere a Beatrix, quien para nuestro consuelo sigue escondida en la habitación vistiéndose. La verdad es que ahora mismo la actitud de la enana rabiosa me es indiferente, tengo una preocupación mayor. Hoy es el día en el que mostraré mis poderes públicamente y todo el mundo conocerá que soy una hada de las ilusiones. Hasta ahora las cosas iban estupendamente: Aisha me adora, Bloom es muy amable, Sam parecía querer ser mi amigo en serio y Sky... bueno, mejor no adelantarse con Sky. Claro que lo mismo estos cuatro individuos me dan la espalda en cuanto comprendan que soy realmente.

—Aisha, Bloom —las llamó—. ¿Podéis venir un momento?

Las dos chicas emergen rápidamente y se aproximan a mi sonrientes. De hecho, la de tez oscura me roba una tostada y le da un mordisco con toda la tranquilidad del mundo. Tengo que decirles la verdad antes de que se enteren por Beatrix, Terra o cualquier otra persona que no sea yo.

—¿Qué pasa? —preguntó la pelirroja, como si fuera capaz de leer mis pensamientos.

—Me-me gustaría contaros una cosa. —La miro directamente y luego a mis zapatos—. Creo que debéis saber por mí, antes de reunirnos con la directora Dowling, que... bueno, que...

—Es un hada del engaño.

Maldita Beatrix.

—¿Tú no tienes nada mejor que hacer, idiota? —le espeto—. No soy nada de lo que tú has dicho. Soy una hada de las ilusiones. Estoy bastante segura de que a ti se te da mucho mejor engañar que a mí, metemierda.

Veo como, absolutamente cada joven de esta sala da un respingo ante mi alarmante mal carácter. No me ha gustado nada lo que ha hecho la enana, ha sido rastrero y me ha privado de la oportunidad de revelar mi secreto al resto.

—¿Y qué hay de malo en ser un hada de las ilusiones?

Bloom lanza su inocente pregunta y yo no me siento lo suficiente bien para responder. Se me olvidaba que ella proviene del Primer Mundo. Sonrío débilmente pero se me quiebra la voz antes de seguir hablando. No me puedo creer que vaya a llorar por culpa de Beatrix.

—Ellie tiene la habilidad de alterar la percepción de la realidad de quienes le rodean —explica Aisha, que no desvía la mirada de mí ni por un momento—. Siempre ha existido un gran rechazo hacia las personas como ella porque se las considera peligrosas. Si se emplea con malos fines ese poder, puede llegar a confundir a cualquiera haciéndole ver algo que no es real pero que le condiciona a realizar un acto determinante real. Hay personas que se han vuelto completamente locas por creer que la ficción que creaban las hadas en su mente era, en verdad, su propia realidad.

—¿Quieres decir que Ellie podría, por ejemplo, hacernos creer que hay un quemado atacándonos dentro del apartamento?

—Sí, pero el quemado no sería real —intervino Musa—. El supuesto peligro de las hadas de las ilusiones no está en su poder si no en la reacción de los demás cuando lo emplean. Suponiendo que Ellie proyectara al monstruo, tú nunca estarías en peligro porque en realidad no existe. Sin embargo, al creer que lo es, podrías usar tu magia de fuego para defenderte y terminar abrasando a alguien accidentalmente. ¿Comprendes? Por eso las llaman hadas del engaño.

Se hace un incómodo silencio que me paraliza el corazón. Ahora vendrá el veredicto final y, sinceramente, no es que tenga muchas esperanzas. Aunque para ser honesta, por mucho que me lleven repudiando toda la vida, nunca deja de dolerme que los demás me rechacen. Es una horrenda sensación a la que no consigo acostumbrarme.

—Por lo que a mi respecta —habla Aisha—, no puedo caer en estúpidos prejuicios y menos sobre alguien que ayer demostró con creces que era digna de confianza. Si el poder de Ellie es peligroso, ¿el mío que es? Imaginar que pierdo el control. Podría inundar el apartamento y ahogaros a todas. Bloom nos podría abrasar vivas. Musa y Melody, manipular nuestras emociones. Terra podría hacernos pedazos con una de sus enredaderas y Stella... ¿Dónde está Stella? —Se detiene un instante y todas echamos un vistazo a nuestro alrededor—. Ya aparecerá. En fin, la magia es siempre peligrosa: por eso estamos en Alphea, para aprender a controlarla. Además, es más probable que un día Beatrix nos electrocute a que Ellie juegue a crear discordia entre nosotras.

Las otras rompen en una carcajada. Mi corazón siente un alivio indescriptible al escucharle decir todo ese monólogo y no puedo evitar que se me escape una lágrima por la mejilla. Rápidamente me la limpio con el dorso de la manga y sonrío avergonzada.

—Ellie, anoche me ayudaste a escapar del quemado —murmura Bloom—. Si no fuera porque avisasteis a Dowling a tiempo, ahora mismo estaría muerta. No sería capaz de pensar mal de ti ni aunque media escuela dijera lo contrario.

La primera en abrazarme es Melody, que ha escuchado todo en silencio y sonríe tiernamente ante mi reacción. Me cuesta mucho sincerarme en público y ella lo sabe. Este ha sido uno de mis mayores esfuerzos. De pronto, estoy rodeada por las cinco, quienes entre risas y palabras cariñosas se funden conmigo en un gesto de apoyo que no podré olvidar jamás. A pesar de Beatrix y Stella, estoy contentísima de compartir cuarto con estas maravillosas hadas.

El cálido gesto se ve drásticamente interrumpido por la entrada de la desaparecida Princesa de Solaria en el apartamento, y aquí es cuando un nefasto recuerdo se cuela en mi mente: anoche, mientras buscábamos a la directora Dowling, me pareció ver a la rubia salir hacía el Ala de los Especialistas. Algo me dice que fue a ver a Sky e, inexplicablemente, siento una puñalada en el corazón. Él me ha decepcionado y ni siquiera entiendo por qué. Si le acabo de conocer.

—Oh, ese modelito es parecido al de ayer, ¿mismo diseñador? —cuestiona Musa, sarcásticamente.

—¿Sabes lo que opino de esa broma o te lo tengo que explicar? —espeta la rubia, esbozando una sonrisa antipática.

Tras ese breve intercambio de palabras me doy cuenta de que mis sospechas son reales: Stella ha pasado la noche con un especialista y la probabilidad de que sea Sky es enorme. Hasta Musa lo ha notado: la idiota número dos se ha acostado con el chico que me gusta. Al fin y al cabo, creo haber oído que fueron pareja. Eso se murmuraba a voces por toda la fiesta de bienvenida, cuando el soldadito rubio le contestó abruptamente frente al público de adolescentes. Teniendo en cuenta que luego vino a buscarme para coquetear descaradamente, empiezo a pensar que el rompecorazones de la escuela no es Riven si no el falso de Sky.

—¿Y Bloom? —Stella hace las preguntas como lo haría un militar al interrogar a un prisionero de guerra.

—Ha pasado una mala noche. Gracias a ti. —responde Musa.

—Aunque la habríamos pasado peor si tú nos hubieras obsequiado con tu real presencia —murmuro lo suficientemente alto para que Su Majestad me escuche.

Puedo sentir la mirada de Stella fulminarme la nuca y sonrío para mí misma saboreando el momento.

—¿Y mi anillo?

Como no podía ser de otra manera, su Alteza Imperial mira egoístamente por ella en lugar de hacerse responsable de sus negligentes actos y pedirle unas buenas disculpas a Bloom.

—Madre mía, qué egocéntrica —dice Melody.

—Esa cosa... ese quemado se lo llevó.

A diferencia de Stella, Bloom sale de su cuarto para dar la cara.

—¡¿Qué?!

—Cálmate, princesa —espeta Musa.

—No me digas que me calme y no uses mi título como un insulto.

—Sí, Su Majestad —verbalizo con voz aguda.

Melody y su prima dejan escapar una graciosa risita. Stella, por su parte, me atraviesa con la mirada y se pone frente a mí, bloqueándome el paso.

—No espero que una asquerosa hada del engaño como tú pueda comprender la gravedad del asunto. ¿Qué? ¿Te sorprende que no haya caído en tu mentira y sepa quién eres en realidad? Ya se habla por los pasillos de la vergüenza de Alphea.

—¡Eh! No le llames así —me defiende mi mejor amiga.

—Tranquila, Mel. No hay una palabra que pueda decir la Reina de Corazones para que me ofenda. —Pero no es verdad, me aterroriza eso que ha dicho de que se habla de mí por el internado. ¿Quién se ha ido de la lengua y por qué tan pronto?

—¿Es una princesa de verdad? —Bloom, que va con retraso al resto del grupo, señala a Stella con cara de no entender nada de lo que acontece a su alrededor.

—Sí lo soy, ¿de acuerdo? Mi madre es la reina y el anillo que has perdido es una joya de la corona de Solaria. Quizá no signifique nada para ti, así que pídele a tu compi que te enseñe la enorme cagada que has hecho.

—Casi tan enorme como que tú se lo dieras a ella.

Suelo sentirme la reina de las pullas, pero está se merece el primer premio y sale de la cabeza de Aisha. Tiene todos mis respetos.

—Dowling ha encerrado a la criatura, lo que sabrías si hubieras estado aquí anoche —añade, severa.

Solo de imaginarme lo que debió estar haciendo con Sky se me revuelven las tripas. También me duele un poco el pecho, como si me hubieran clavado una flecha justo en el corazón.

—Está bien. Ya lo arreglaré después de clase pero de momento, que nadie le diga nada a nadie.

Es increíble que Stella siga dando órdenes cuando es evidente que nadie la aguanta precisamente por ir dando órdenes todo el rato. Ruedo los ojos y me pongo una chaqueta. Mis amigas, las tres nuevas y las dos antiguas, se preparan para dirigirnos al bosque, donde la mismísima directora dará nuestra primera lección.

·······💜🖤💚💙·······

El Círculo de Piedra es un espacio sobrenatural de la naturaleza de Alphea con la capacidad de amplificar la magia. Mientras el hada más poderosa de la escuela comparte algunos los principios básicos con nosotras, me acomodo en un roca, al lado de Terra y Musa, mientras contemplo ensimismada el lugar. Hermosas praderas, árboles enormes y el rumor del agua fluctuando por el río, son el escenario perfecto para acoger a un público tan inexperto como los alumnos de primero. En el centro del Círculo, veo una vasija de cobre pintada de colores oscuros.

—La magia reside en el tejido de la naturaleza —explica la directora—. El Círculo de Piedra la amplifica y la vasija que hay en el centro de aquel pone a prueba vuestra capacidad para canalizarla. Podréis canalizar otros elementos, pero en el primer año os centraréis en vuestro poder nato.

Con esto, la directora señala en mi dirección y, por un escaso momento, creo que algo malo va a ocurrir. Los estudiantes no dejan de mirarme ni un momento, oigo cuchicheos en uno y otro lado. Todo el mundo habla de mí. Después de lo que ha dicho Stella, tengo claro que me he convertido en el punto de mira de la escuela. Estoy tan preocupada que ni siquiera me doy cuenta de como Terra se alza y aproxima a la vasija.

—Tierra: arena, piedra, suelo y todo tipo de plantas. —Dowling echa un vistazo rápido a la clase que consigue silenciar todos los comentarios.

Terra se sitúa justo en frente de la vasija mágica y canaliza su magia con una facilidad admirable. Sus ojos brillan en un color verde intenso y claro, evidenciando el esfuerzo que hace su espíritu al exteriorizar su poder. El tallo de una hermosa planta se eleva desde el centro del recipiente y la clase lanza exclamaciones de asombro.

Tras mi reciente amiga, repiten el mismo acto el resto de hadas de la tierra y me sorprende ver que cada uno hace crecer un tipo de planta diferente. Es un espectáculo digno de contemplar.

—No paro de sentir miedo.

Musa murmura a mi lado frases sin sentido. Sus ojos se vuelven rosa de modo intermitente y agacha la cabeza ocultando una mueca de sufrimiento. Las demás están tan absortas en la clase que no se dan cuenta de la incomodidad que padece el hada de la mente. Así que apoyo mi mano en su espalda y la masajeo trazando círculos con suavidad.

—¿Estás bien?

—No —susurra—. Estoy percibiendo muchos sentimientos ajenos a la vez. Hay admiración y curiosidad pero principalmente miedo. Es muy desagradable, Ellie, y no para.

Escruto mi alrededor mientras escucho a Musa intentar explicarme la tempestad de sentimientos mezclados que se abalanzan sobre ella como si fueran propios. Lo único que veo es a la gente mirarme y es entonces cuando entiendo que soy yo quien causa ese miedo. Lo saben. Es evidente que lo saben. ¿Qué otra cosa podría ser si no? Saben que soy un hada del engaño. La voz de Stella se repite en mi cabeza.

Apenas me doy cuenta de que Aisha vuelve a sentarse en una roca y sus ojos, ahora azules como el cielo, se apagan progresivamente hasta volver al marrón ordinario de su mirada. Creo que me he perdido a las hadas del agua canalizando su magia en la vasija. Trago saliva y escucho a Dowling llamar a las hadas de la mente. Todo esto va demasiado rápido y pronto me tocará a mi.

Melody se levanta y busca a Musa con la mirada. Al dar con ella y ser conocedora de ese semblante lleno de sufrimiento, mi amiga frunce el ceño y me mira interrogante. Niego con la cabeza porque no sé cómo explicarle que Musa siente como propio el miedo y el odio de los alumnos hacía mi.

A pesar de las circunstancias, la chica de los cascos se mantiene firme y avanza hasta el recipiente de metal dispuesta a realizar el ejercicio. Cierra los ojos un segundo y vuelve a abrirlos coloreados en un tono rosa intenso y luminoso. En la vasija flota una especie de bruma traslúcida: la máxima expresión del poder de Musa. Lo ha conseguido, ha pasado la prueba y, automáticamente, ha cubierto sus orejas con los cascos y vuelto a mi lado a la velocidad del rayo. Sonrío orgullosa pero ella me mira preocupada.

—Creo que saben que eres un hada de las ilusiones. Todo el mundo te teme —confiesa.

—Lo iban a saber de todos modos en un rato —respondo—. Yo también tengo que utilizar la vasija.

Aunque mis palabras son ciertas y siempre supe que las cosas iban a ser como son desde el principio, no puedo evitar que me duela ser el punto de mira de las casi treinta personas que hay allí. Me siento juzgada, me siento pequeña y, especialmente, me siento humillada. ¿Cómo lo han sabido? ¿Quién se ha encargado de difundir una información tan personal sobre mí? Debí ser yo quien decidiese cómo y cuándo exponer mi identidad, no los demás.

Me he perdido a Melody y a mi compañera de cuarto. Así es, la estúpida de Beatrix ha salido a jugar con sus corrientes eléctricas y ni me he enterado pero... ¿qué importa? Tengo todo el año para verla fundir las bombillas de la habitación.

—La ilusión —La directora me mira y con una ligera sonrisa me anima a salir a escena.

Me he quedado paralizada. Yo, que siempre sé que decir y qué hacer, estoy paralizada mientras los ojos de todas las hadas se estancan en mí, cargados de juicios. No puedo hacerlo.

—Ellie, no tengas miedo.

Sí, señora directora, voy a decirle a mi corazón que deje de hacer el imbécil y no tema por nada, ¿cómo no se me había ocurrido? Asustada como una niña pequeña, me levanto temblando. No puedo ni pensar con claridad, ¿cómo me voy a poner a crear ilusiones?

Me sitúo frente a la vasija y coloco las manos dejando un espacio entre ellas. Sé hacer esto, sé como exteriorizar mis ilusiones, me paso los días proyectándolas. Lo único que no sé hacer es que permanezcan durante más de quince minutos. Pero, salvo eso, mi control es casi perfecto.

—Sus ojos...

Desconozco al propietario de esa voz, pero deduzco que hace referencia a mi mirada que ya no es marrón, si no verde lima. Me concentro en canalizar la magia pero no dejo de escuchar voces y más voces hablando de mí.

—¿Estás viendo esa luz? Da muy mala espina, es como un extraño humo maligno...

—Tengo miedo...

—Creí que el verde era el color de la tierra pero... también se asocia a los villanos.

—¡Silencio! —grita Dowling—. Bien hecho, Ellie, bien...

La directora no termina su frase. Las emociones controlan los elementos y las mías son un caos ahora mismo. Intento calmarme y no dejarme dominar por los comentarios del resto, pero me cuesta y la vasija no ayuda. Me hace más fuerte: a mayor poder, mayor responsabilidad. La bruma va tomando forma hasta convertirse en un monstruo con fuego verde sobre su piel. Me sorprende mi imaginación, pero ahora no es momento para ponerme creativa, voy a asustar a los demás.

—Por todas las hadas, ¿qué es eso? —grita una chica.

—¡Callaos! ¡Callaos!

—¡Esa bruma verde nos va a devorar! ¡Es un monstruo! ¡El hada del engaño nos quiere matar!

—¿Pero qué narices dices? —A esa voz puedo identificarla, es Melody—. El poder de Ellie es inofensivo, no puede dañar. No es fuego, ni agua, ni electricidad... Son solo ilusiones, cobarde.

Las palabras de Mel se pierden entre el ruido del gentío y entonces, tomando las riendas de nuevo, cierro mis manos formando puños y me dispongo a terminar con este espectáculo. Mi magia no hace otra cosa que mostrar cómo me siento: aterrorizada. Por eso ha adoptado forma de monstruo, así es como ellos me tratan.

En cuanto respiro hondo y recuerdo quien soy el monstruo se desvanece en una nube de humo verde. Se acabó.

—Lo siento —le digo a la Directora Dowling—. Es muy difícil concentrarse cuando toda la clase te tiene miedo y no dudan en hacérmelo saber.

Ella aprieta los labios y me mira con lástima. Otra vez la maldita mirada compasiva. No entiende lo humillada que me siento, no comprende el ridículo que acabo de sufrir por culpa de esas voces. Me ha pillado de sorpresa, no sabía qué hacer, ni que decir... No esperaba enfrentarme a la primera clase de esa manera. Mi corazón se llena de odio y rabia. Necesito saber quien me ha desvelado, por qué lo ha hecho y hacerle pagar por este mal rato. Se va a arrepentir... En mi mente cruza una imagen: es un chico menudo, de gafas rojas, pelo alborotado y sonrisa graciosa. Recuerdo cómo le calificaron Sky y Sam: el chismoso por excelencia de Alphea.

—Maldito cotilla del demonio —murmuro, echando humo por las orejas.

—¿Eh? —Melody se sorprende, pero no tiene tiempo de retenerme.

Ya estoy casi de vuelta al internado y juro por todas las hadas que ese niñato me va a oír. 


Caótica clase de Ellie, los alumnos de primero ya sabían de su poder. ¿Quién pudo decirlo? Ella lo tiene muy claro y le va a decir cuatro cosillas en los siguientes capítulos. ¿Y vosotros? 👀


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