Probabilidades implícitas

By NocturnaIV

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«Hazbin Hotel» [HuskerDust] «Universo Alterno» [Capítulos 1-3: Winter Symphony Prompts 2022 Capítulos 4-10: H... More

Lover & a Fighter
You Make It Feel Like Christmas
Shot
Mirror
Crimson
Limits
Feral
New York
Film
Shadow
Tie
Escape
Dance
Nightmare
Defiance
Afterlife

Fuck Up the Friendship

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By NocturnaIV

Winter Symphony Prompts 2022

Angel cerró el contrato con un estrechón de manos. Por un momento el vínculo se iluminó en un bonito tono rosado del cual él aún no se cansaba. Angel se sintió satisfecho por lo que acaba de ocurrir en esa oficina y sus ojos se desviaron el cristal que mostraba el club por debajo de ellos.

Después de la planificada muerte de Valentino en la última Exterminación, Angel se sorprendió de que los contratos de almas pasaran a él inmediatamente. Lucifer había dicho que el poder buscaba a quién fuese el más indicado y siendo que Valentino había hecho su monopolio en la Industria del Sexo, no era de extrañarse que su principal estrella heredase su lugar como Overlord.

No había sido lo que Angel había planeado, pero tampoco se quejaba.

El poder lucía bien en él.

Muchos bastardos habían odiado a Valentino, entre esos demonios nacidos. Cuando Angel había buscado aliados para deshacerse de su antiguo jefe, él jamás creyó que los encontraría entre aquellos que servían a Lujuria y aparentemente tomaban como una ofensa personal lo que Valentino vendía como porno. Sin la polilla a la vista, muchos demonios se habían acercado a Angel con el deseo de iniciar nuevas contratos de negocios. Entre esos clubs de fetiches, cuero o BDSM. De los últimos, «MoonGold» era de los populares en la alta sociedad debido a los contratos mágicos de discreción. Y sin Valentino, por fin podían abrir en Orgullo sin tener que participar en guerras de territorio con el antiguo Overlord.

Angel, sinceramente, estaba enamorado del lugar. La estética del primer piso, con el amplio escenario, enorme bar y mesas por todos lados, no le debía nada a Ozzie's. Angel tal vez no podía ir a otros círculos, pero había vistos videos del club de Asmodeus y en múltiples ocasiones había fantaseado con actuar en ese escenario. Pero MoonGold era hermoso a su manera. Y el escenario parecía una mezcla de teatro con un burlesque que rogaba por Angel.

En el pequeño tour que hizo, Angel se fascinó con el despliegue que había en los pisos inferiores dado que contenían múltiples herramientas dedicadas a placer y dolor, además de áreas específicas para actividades sexuales.

Algo que Angel había aprendido rápidamente es que BDSM y sexo no iban necesariamente de la mano. Otra lección importante había sido que, a diferencia de lo que Valentino le había enseñado, el BDSM tampoco se trataba exclusivamente de dolor y humillación. En previas reuniones, la dueña del club le había dado toda una explicación de cómo funcionaba el negocio. Angel había hecho contratos con otros clubs los últimos meses, en especial para proveer bailarines, pero MoonGold era otro nivel. Aquí esperaban que Angel proveyera artistas para poder entrenarlos y ofrecía un excelente pago por ello. Para cerrar el contrato, Angel había revisado todo lo que se esperaría de sus bailarines y en el camino él había aprendido sobre un nuevo mundo que sonaba mucho mejor a lo que vagamente Valentino usó en sus películas porno.

También ayudó que Blitzø conociera al demonio dueño de MoonGold. Al parecer habían frecuentado al mismo club de BDSM años atrás. Angel confiaba en muy poca gente, pero si Blitzø decía que el lugar era de confianza, Angel confiaba en él. Pero la razón por la cual él había aceptado cerrar el contrato esa noche fue porque notó un rostro conocido en el bar.

Su celular vibró y él se sintió valiente al leer que Blitzø estaba de camino.

—Oh, tengo entendido que ya conoces a Husk. —La dueña del club habló, parándose junto a Angel para curiosear qué estaba mirando a través de las ventanas de su enorme oficina— Sus cocteles son legendarios.

—Lo son. —Angel le lanzó una mirada al demonio junto a él— ¿Y qué hace él aquí?

La dueña del club, Lily, amplió su sonrisa, borrando por completo su eterno gesto de fastidio. El demonio era híbrido, mitad piraña —que se podía notar en su rostro de un pálido rojo y sus costados y espalda en tonos turquesa— y mitad payaso pierrot, vistiendo un pantalón blanco y negro con zapatos de pompones. Lily era bajita, ancha y llena de curvas. Pero principalmente, parecía conocer a toda la gente correcta para que Angel quisiera confiar y frecuentar el lugar con regularidad.

—Está pagando una apuesta. —Lily lo miró— Frecuentamos los mismos casinos. Husk porque apuesta, pero yo porque disfruto distraer demonios y hacerlos perder.

Angel rio entre dientes.

—Eso suena cruel.

—Lo es. —Lily asintió— Así que él y yo nos conocemos de manera competitivamente amistosa. La última vez apostamos que yo no podría distraer a toda la mesa de póker antes de que terminasen de jugar. Husk obviamente perdió y está pagando su deuda. Por un mes debe ser parte del bar y entrenar bien a mi personal de la barra.

—Estoy viendo un patrón aquí. Te gusta enseñar, Pum-Pum. —Angel movió la punta de sus sandalias de tacón alto contra los botines con pompones del otro demonio— Siempre lo ofreces o lo pides.

—No puedes manejar un club con kinks si no sabes de cosas y quieres compartirlas con otros. —Lily se encogió de hombros— Y cuando conozco a alguien que es experto en algo que me interesa. —Ella señaló a Husk— Me empecino en que comparta lo que sabe. Pero no te retengo más, Angel. Tengo el presentimiento de que deseas merodear un poco el club y tienes mi total aprobación. Solo recuerda las reglas, amor.

—Descuida, soy todo sobre consentimiento y esas cosas. —Angel agitó su mano derecha llena de múltiples pulseras— Y no he olvidado la lección que me diste sobre colores y códigos. Voy a ser tu estudiante favorito en poco tiempo. —Él le guiñó un ojo— Nos vemos, Pum-Pum.

Angel salió de ahí. Inmediatamente la música llegó hasta él, recordándole una vida pasada donde salir de la oficina de un jefe hacia un ambiente de fiesta solía implicar un temblor en su cuerpo y muchas veces exceso de drogas en su sistema. Angel agitó su cabeza, revisó su celular y se encaminó hacia el bar. Las cosas eran diferentes, él había contribuido en matar al bastardo y ahora tenía derecho a disfrutar donde estaba.

El ritmo se metió en su cuerpo, haciéndolo sentir estable y seguro. Su caminar dejó de ser relajado y se volvió una pequeña marcha coqueta que garantizaba que sus pechos saltasen fuera del escote de su vestido con cada paso que daba. El vestido naranja que estaba usando se amarraba a su cuello, así que sus brazos estaban libres y su espalda se lucía peligrosamente. La tela era de exquisita calidad, como nunca había podido conseguir con las migajas que Valentino le dejaba. Pero esta vez Angel podía tener un vestido donde la tela cayese sobre su pecho y enmarcándolo perversamente sin exponerlo y en su espalda, donde caía sobre su espalda baja, sus estrechas caderas terminaban enmarcadas y su trasero ganaba un poco más de volumen. Angel sonrió al sentir las miradas sobre él. Con cierta crueldad, él levantó su mano derecha para lucir las pulseras de diferentes colores que indicaban sus kinks.

Tentador y prohibido.

Sus ojos admiraron a las múltiples mesas formadas de personas que casualmente charlaban entre ellos. Algunos como si fuese un club cualquier y otros demostrando ciertos grados de dominio o sumisión muy lejos de ser eróticos, pero increíblemente estéticos.

—Tus ojos se te van a salir, piernas. —Husk lo recibió, empujando un Martini Expresso en su dirección.

—¿Cómo no estás sonrojado y gruñón? —Angel enmarcó una ceja, pero tomó la copa— Una pequeña insinuación suele ponerte de malas.

Husk dio unos golpecitos en los pins sobre su camisa blanca. Uno tenía los pronombres de Husk y otro era la bandera pansexual. Pero el que Husk estaba tocando era uno rojo, que indicaba que no estaba interesado en participar en ninguna actividad.

La lección de Lily corrió en la mente de Angel rápidamente: Un pin negro en el pecho significaba que el demonio era parte de una dinámica. Blanco indicaba que el demonio estaba libre y con interés de participar con otros. Dado que Angel había ido ahí por negocios, él también lucía un pin rojo porque él había temido distraerse con algún atractivo Dom que quisiera doblegarlo hasta la sumisión si usaba cualquier otro color.

Angel aclaró su garganta y bebió su Martini. Husk llevaba una sola pulsera en su mano izquierda. Una blanca que hizo que Angel sintiera el pelaje de su espalda erizarse porque él llevaba una similar en su mano derecha.

Angel estaba fascinado por el sistema de colores que usaba el club y estaba entusiasmado de implementarlo en sus propios clubs. Otra cosa que había amado eran los pins de pronombres, aunque tendría que ver cómo adoptar eso con sus bailarines que de por si subían al escenario en poca ropa y luego esta desaparecía. Pero le gustaba lo claro que era todo en MoonGold, sin tener que asumir nada.

El código de colores en las pulseras significaba algún tipo de kink. Lily le había explicado que en BDSM no se dividían las cosas entre quien da y quién recibe porque era algo muy binario y que giraba mucho a analogías de genitales. Para esta comunidad, los roles eran para todos, sin importar cómo lucieran o se identificasen. Así que las pulseras reflejaban eso. Si una estaba en la mano derecha, la persona estaba en el rol receptor del kink y si estaba en la izquierda estaba en el rol emisor.

Él miró la pulsera de Husk. Blanco en la mano izquierda era Dom. Angel usaba el mismo color en la derecha para indicar que era un sumiso. Pero a diferencia de Husk, él estaba usando más pulseras. En la derecha, negra por masoquista. En su izquierda usaba naranja por exhibicionista. Él había estado tentado por tomar muchas más, de hecho, su mano había tardado varios segundos en alejarse de una pulsera color lavanda, que era para Caregiver/Little, pero se había retractado. Lily le había dicho que con el tiempo podía explorar otras opciones. En su lugar, Angel había tomado dos pulseras rojas de bondage, para indicar que era un Rigger, aquel que hacía los nudos, y un Rope Bunny, quien disfrutaba de ser inmovilizado.

No había nada malo en alardear un poco de sus habilidades aun si no pensaba usarlas ¿no?

Angel miró a Husk por encima de su copa de Martini y dejó su celular sobre la barra. Husk se movió para atender a otro cliente y él lo siguió con sus ojos. Aún estaba molesto con Husk y tal vez fuese algo estúpido seguir así de enojado después de un par de semanas, pero no podía evitarlo.

Angel sabía que Husk y él tenían química. Lo notaba por la manera en que el felino lo miraba cuando hablaban. Lo sabía por la forma en que las largas garras de Husk acariciaban su cabello cuando este creía que Angel estaba durmiendo sobre el mesón del bar. Lo sabía por el tono de voz firme que Husk usaba con él para ponerlo en su lugar y la sonrisa ladeada que le regalaba cuando Angel obedecía. No sabía si era el café en su bebida o los recuerdos de Husk, pero estaba sediento.

Él frunció el ceño al notar su copa vacía y cuando la empujó, otra idéntica apareció a su lado. Angel sonrió ante el guiño cómplice de Husk.

—¿Y bien, Overlord Angel Dust? ¿Te fue bien con tus negocios?

Angel se mordió el labio inferior y se inclinó sobre la barra, dejando que sus pechos descansaran sobre esta ligeramente. Los ojos de Husk descendieron por un segundo hacia estos y este enmarcó una ceja como si en lugar de estar viendo algo erótico, se hubiese encontrado con una travesura.

—Vas a arruinar tu lindo vestido apoyándolo sobre la barra. Por muy elegante que sea este lugar, se sigue usando trapos para limpiar. —Husk dio dos golpecitos sobre la barra y Angel enderezó su espalda para que sus senos no se apoyaran, pero siguieran estando a la vista— Así está mejor.

Algo en su vientre se estremeció por la pequeña felicitación.

—Vas a ver a algunos de mis bailarines en el escenario. —Angel miró hacia el lugar donde por el momento había solo una banda tocando— Así que estás trabajando gratis ¿eh? —Él le lanzó una mirada burlona al felino.

—No. —Husk señaló con su mentón a la oficina de Lily— La bastarda paga bien. Digo, gana demasiado, así que sería el colmo si no me pagara por una ridícula apuesta ¿Has visto quienes están aquí? Realeza, celebridades y Overlords. Hace un rato me dieron una propina que fácilmente es el salario de alguien. —Husk lo miró de arriba hacia abajo— Ustedes los poderosos pagan bien.

Angel lanzó su rostro hacia atrás riéndose entretenido. Ustedes. Seguía siendo tan nuevo pensar que no tenía que preocuparse por... todo. Ahora sus preocupaciones giraban en torno a otras cosas y en especial con este estúpido felino frente a él. Angel bebió de su copa, haciendo contacto visual con Husk y suspiró.

«Necesitas amigos, Angel. Yo soy uno de ellos.»

Él tenía amigos. Tal vez no fuesen muchos, pero no quería que Husk fuese uno de ellos. Y Angel jodía con algunos, por supuesto, pero no era lo que quería con el estúpido hombre frente a él. Porque era Husk. Y los amigos no ronroneaban contra su pecho, totalmente borrachos y susurraban que Angel era una de las mejores cosas que le había pasado. Los amigos no te enamoran de esa forma.

«Cherri no cuenta. Necesitas más amigos.»

Y cuando Angel le dijo que sí tenía amigos, buenos amigos, de los que matarían por él, Husk solo se rio abiertamente, como si Angel estuviese mintiendo.

Solo de recordarlo él se enfureció más.

—¿Vas a esperar a que termine mi turno? —Husk preguntó después de un rato, dándole un margarita de fresa.

—No, estoy esperando a alguien. —Angel apoyó su mentón sobre su mano— Un amigo.

Husk rodó los ojos entretenido.

—Bueno, tienes razón, no es solo un amigo. —Angel admitió, mirando su pantalla.

Era uno de sus mejores amigos, capaz de hacer lo que sea por Angel. Hasta viajar a un bar con nulo aviso porque él necesitaba apoyo emocional para enfrentarse al hombre que amaba.

—¿Algún amante? —Husk preguntó, sus garras tamborileando sobre la barra.

—Un amigo, Husky. Un magnífico amigo. —Angel forzó una sonrisa ligera, como si no fuese la gran cosa— Nos conocemos por... —Él abrió los ojos sinceramente sorprendido— Diez años, oh dios, ya son casi diez. —Esta vez rio con mayor sinceridad— ¡El tiempo vuela!

Angel miró hacia Husk, el brillo en los ojos del hombre había desaparecido.

Los amigos no se ponían celos de esa forma.

Él miró hacia las mesas a su alrededor. En verdad había algo hermoso en ese lugar. No necesariamente amor, pero intimidad. No algo exclusivamente sexual, pero si intenso. Angel se encontró sonriendo, siempre había encontrado hermoso cómo los roles podían destrozarse en el Infierno, aún si algunos pecadores no recibían el memo de que ya no estaban bajo las reglas de los vivos. Angel admiró algunos sumisos sentados en el suelo, sus rostros sobre el regazo de sus Doms. Grandes o pequeños, sin importar género o expresión, eran una imagen extraordinaria. Otros sumisos descansaban sobre el regazo de un Dom mientras otro demonio les daba de comer pequeños bocados de alguna fruta. Ellos estaban bañados en afecto y atención. Afortunados ellos. También vio sumisos sobre sus manos y rodillas, teniendo los pies de sus Doms sobre sus espaldas, como un simple accesorio. Y tal vez eso luciera crudo e incómodo, pero aun desde la barra, Angel podía notar lo tranquilos que ellos estaban, haciendo un gran trabajo al complacer. Y lo hacían, sus Doms lucían orgullosos.

La confianza de esas relaciones era algo que Angel añoraba. Tal vez no fuese sexual o romántico, pero se veía tan estable e íntimo.

Una mano cayó sobre su muslo, dedos largos se cerraron en la cara interna de su pierna y Angel sonrió cuando un borrón rojo se impulsó del suelo hasta sentarse en el otro taburete. Para ser un imp, Blitzø era alto y, aun así, Angel se inclinó para empujar la palanca del taburete y este subiera más hasta que Blitzø estuviese cómodo a la altura de la barra. El imp le guiñó un ojo, sin quitar su mano de su muslo.

Si Husk quería jugar a ser solo un amigo...

Blitzø y Angel iban a dejarle jugar, pero ellos le enseñarían cuáles eran las reglas.

Él se inclinó en dirección del imp y la otra mano de este se cerró en su nuca, sosteniéndolo en su lugar. Blitzø acortó la distancia entre ellos, ojos letales y sonrisa devoradora. Blitzø le guiñó un ojo en confidencia, encerrados en esa pequeña burbuja de confianza y Angel rio entre dientes.

—¿Te divertiste? —Blitzø susurró.

—No tanto como quisiera, vine por trabajo, no placer.

—Eso podemos arreglarlo.

El imp se alejó, deslizando su larga lengua por el borde de sus dientes y luego este miró a Husk, ordenándole una cerveza roja.

Angel contuvo su sonrisa al ver al felino obligarse a cerrar su boca y moverse hacia el otro lado de la barra para buscar la orden. Por debajo de la barra Blitzø le ofreció su puño y Angel apoyó el suyo.

Husk tendría que aprender que jamás debía meterse con un actor y un artista. Ambos sabían cómo mantener los ojos del público sobre ellos.

—Puedo ver por qué te atrae el gruñón. —Blitzø susurró, quitándose su chaqueta de cuero para quedar con un crop top del mismo color y lucir una larga falda de flequillos que dejaba ver sus muslos rojos.

Blitzø era un profesional del BDSM, sus manos estaban llenas de pulseras, usualmente en el rol de aquel que infligía la acción. La única pulsera que adornaba su mano derecha era la naranja, aunque también tenía una en la izquierda debido a que Blitzø era igualmente voyerista que exhibicionista.

—Así que... —Blitzø le robó de su margarita y bebió un poco— ¿Algo en particular que desees? ¿Full Daddy Dom? ¿Devoto admirador? ¿Romántico novio? ¿Con qué estoy trabajando aquí?

Angel rio ante el movimiento juguetón en las cejas de Blitzø.

—No voy a mentirle. Solo se tú mismo y espero que así entienda el mensaje.

Husk se acercó a ellos con la cerveza y Angel le guiñó un ojo de forma juguetona.

—Blitzø, te presento a Husk, nos conocimos en el hotel. —Angel hizo las presentaciones— Husk, este es Blitzø, nos conocimos jugando online. Aunque en un inicio no creía que fuese yo y sigo sin perdonarle por el grado de desconfianza hacia mi perfecta persona.

Blitzø le dio un apretón de manos a Husk y se giró en dirección a Angel, señalándolo con su cerveza.

—¿Quién va a creer que el demonio más famoso y sexy del Infierno estaba jugando un RPG online? —— Blitzø le lanzó una mirada a Husk— ¿Tú creerías que tienes tanta suerte para conocer a esta belleza por casualidad?

Angel rio y movió su pierna para golpear la de Blitzø de forma juguetona. Sus ojos se desviaron hacia Husk, quien estaba mordiéndose la mejilla, buscando trampas y engaños.

El gran apostador estaba analizando a su rival.

Rival.

Angel estaba vibrando en su asiento y bebiendo de su trago.

—¿Un juego online? —Husk preguntó— ¿De qué tipo?

Angel buscó en su celular y abrió su navegador para enseñarle algunas imágenes de ponys a Husk.

—Es un juego de fantasía. Ya es bastante antiguo. Como jugador puedes escoger entre diferentes razas, pero es que... —Angel se inclinó más en la barra para abrir su carpeta de imágenes donde tenía algunas de su pony— Dime si no es...

La mano de Blitzø se cerró en su cintura y lo jaló un poco lejos de la barra.

—Tu vestido. —El imp dijo con voz seria y luego le sonrió de lado— No querrás manchas indeseadas en esa bonita tela ¿no?

Angel agitó sus pestañas.

—No, Daddy. —Angel susurró manteniendo su postura y luego volvió a ver su celular para buscar otra imagen— Dime si esto no es lo más adorable que has visto en tu vida.

Por el reflejo de su pantalla podía ver a Husk frunciendo el ceño, inclinándose más cerca de él de lo que era necesario. Angel contuvo su sonrisa porque era un profesional. Como puto, había aprendido a poner a sus clientes unos contra otros, no necesariamente por celos, sino por ese sentido de posesión. Él era un experto para reconocer ese tipo de sentimientos.

Angel iba a demostrar lo que una amistad y con suerte Husk iba a entender que debido a lo que sentían, ellos no eran amigos.

Después de todo, Angel no era una buena persona. En realidad, era un profesional manipulador y tentación reencarnada.

Angel se alejó lo suficiente al encontrar la imagen de su personaje en el juego. Este era un pony con su paleta de colores y llevando un traje similar al que usualmente él usaba. Junto a este había un cerdito como Fat Nuggets. A su lado estaba un unicornio rojo con manchas blancas y una distintiva gargantilla y chaqueta como la de Blitzø. Angel sintió el mentón del imp apoyarse en su brazo y reírse entre dientes al ver la imagen.

—En el internet, incluido ese juego, hay un montón de personas que fingen ser Angel. —Blitzø continuó— Así que entenderás que en un inicio no creí que se tratase de Angel Dust hasta que intercambiamos contactos y tuvimos una videollamada.

—Y aun así creíste que era alguien muy parecido. —Angel lo empujó burlón, aunque tuvo que tomarlo de la cintura para que no cayera del taburete— Soy un pecador, este específico modelo es único.

—No me culpes por dudar. —Blitzø miró a Husk— Y el resto es historia.

—Oh...

El felino se sirvió una cerveza y pasó sus dedos sobre la copa de Angel. Repentinamente apareció un paraguas naranja de coctel y en la parte de arriba una fresa confitada. Angel sonrió y aplaudió silenciosamente. Él amaba los trucos de Husk. Eran de las pocas cosas que podían mejorar su humor.

—¡Oh, eso fue genial! —Blitzø comentó entusiasmado— Crecí en el circo y todo el tiempo solía seguía al mago que trabaja ahí. El muy bastardo nunca me reveló sus trucos.

Husk rio abiertamente y se apoyó sobre la barra.

—¿Y qué hacías en el circo?

—Trapecios. —Blitzø sonrió de lado— Algunos trucos que tiene Angel se los enseñé yo.

—Danza aérea. —Él asintió y jugó con el pequeño paraguas, tomando la fresa entre sus dedos y llevándola a su boca, conteniendo un suspiro— Le propondré a Lily algo con eso, el escenario es perfecto para algunas telas.

Husk afiló su mirada, observándolos analíticamente.

—¿Y bien? ¿Quieres ir a mi departamento o dado que luces tan bien nos vamos a un bar? —Blitzø bajó su botella vacía y chasqueó sus dedos hacia Angel— Tú pagas, Overlord.

Ambas opciones sonaban bien. Él miró a Husk, quien estaba casualmente apoyado en la barra, pero muy cerca de él. Angel le guiñó un ojo a Blitzø.

—¿Va a estar Loona en el departamento? —Él miró a Husk— Su hija, es una amenaza y la amo.

Blitzø, como todo papá orgulloso, buscó en su celular y le enseñó una de las cientos de fotos que tenía con Loona y Husk se enderezó, sonriendo con respeto a Blitzø.

—¿Una can infernal? —Husk sirvió otra cerveza a Blitzø— Mi hija suele ser confundida con una, aunque es una pecadora que ya tiene hecha su propia vida y no necesita tanto a este viejo.

Angel abrió su boca y casi saltó sobre la barra para agarrar uno de los tirantes de Husk.

—¿Tienes una hija?

—¿Cómo se llama?

Angel y Blitzø preguntaron al mismo tiempo. Husk se soltó del agarre de Angel y le señaló su margarita. Él se lo bebió rápidamente y le hizo señales de que continuara.

—No es oficialmente mi hija. Un poco difícil adoptar a alguien que murió a sus 19 años ¿no? Pero la encontré merodeando atrás de uno de los casinos, metiéndose en peleas y... —Husk se encogió de hombros, pero se notaba que había una pequeña sonrisa en sus labios— Esa pequeña punk se quedó con nosotros. Su nombre es Cymini. Ahora es parte del equipo de seguridad de Rosie. —Él señaló a Angel— Una de sus armas favoritas es como la tuya, un bate con clavos. La he visto batear cabezas a cuadras de distancia.

Angel abrió y cerró la boca sin poder creerlo. Claro que ellos habían tenido vidas antes del hotel. Pero Angel no pensó que algo tan serio simplemente no fuese mencionado. La mano de Blitzø cayó en su muslo y le dio un suave apretón como señal de apoyo.

—Ella sigue siendo un fastidio, como una muela con caries. —Husk se encogió de hombros— Al estar atado a Alastor, yo sabía el riesgo que era involucrar a Cymini en nuestras vidas, especialmente porque la gente la confunde con una can infernal. Así que todos nosotros nos acostumbramos a guardarla como un secreto. —Él miró a Angel, sin cambiar la expresión de su rostro— Ustedes dos se llevarían bien.

—Eso suena bien. —Angel sintió un golpe de inspiración y regresó a ver a Blitzø— Sabes que voy a preferir pasar tiempo con Loona por encima de salir a festejar. Además, no te preocupes por mi atuendo, técnicamente solo estoy usando ropa de trabajo ahora. No puedo ser el Overlord del sexo sin lucir como una diosa. —A través de sus largas pestañas Angel notó la mirada de Husk siguiendo sus manos, sin saber a dónde ir. Si seguir a las que estaban tocando sus pechos o aquellas se cerraban en su cintura.

El felino puso distancia y bebió un largo trago de su cerveza como un sediento.

Adorable.

—No puedo discutir con esa lógica. —Blitzø miró a su alrededor y le dio una palmada al muslo de Angel— ¿Pero sabes qué? Voy a hablar con Lily un momento. Me propuso poner un show y quiero ver si podría ser uno de estos días. —Él miró a Husk— ¿Vas a trabajar aquí permanentemente o esto es una sola ocasión?

—Un mes.

—Perfecto. Creo que puedo armar una rutina en ese tiempo. —Blitzø sonrió de lado y miró a Angel— Podrías unirte conmigo en el escenario ¿Bondage? ¿Juego de impacto?

—Sí. —Angel junto sus manos bajo su mentón, mientras las otras las usaba para descender el taburete de Blitzø y así ayudarlo a bajar— Sí a todo, ya sabes BDB.

—Lo supuse. —Blitzø le lanzó una mirada a Husk— Cuídalo. Si te distraes alguien más se lo llevará y te haré culpable.

—No soy niñero. —Husk gruñó, siguiendo con la mirada a Blitzø, quien levantó su dedo del medio sin regresarlo a ver— Idiota.

—Lo sé, lo amo. —Angel notó cómo las orejas de Husk se levantaban y él rio.

—¿BDB?

—Big Dick Blitzø —Él sonrió de lado— ¿Celoso?

—Esa si es una buena broma, piernas.

Pero Husk no se alejó. En su lugar él tomó licor de vainilla, vodka y unos cubos de hielo, puso todo en el mezclador, comenzando con un suave movimiento antes de agitar con fuerza. Angel se relamió los labios al verlo trabajar, la camisa abrazando muy bien sus anchos brazos mientras estos se tensaban y relajaban. Husk sirvió el coctel en una copa de margarita y dejó caer por los bordes un chorro de espesa leche condensada. Él empujó el coctel hacia Angel y dio un golpecito con una de sus garras a la pulsera roja en la mano derecha de Angel.

—Bunny. —Y señaló la copa para indicar que también era el nombre del coctel.

Angel se inclinó en su dirección, deslizando su dedo índice sobre la mano del otro demonio.

—¿Sí, Husky?

Husk giró los ojos, pero no se apartó.

—¿Así que el imp es tu amigo?

—Te dije que tenía más amigos que Cherri. —Angel lo fulminó con la mirada.

—¿Seguro que son solo amigos?

Angel bebió de su copa disfrutando el sabor dulce y asintió.

—Él era todo manos. —Husk se encogió de hombros.

—Cherri también lo es. Para mí eso es ser amigos, tener la confianza de invadir el espacio personal del otro. —Angel enmarcó una ceja— Cada que te toco te pones tan rojo con la chaqueta de Alastor.

—No seas exagerado. —Husk lanzó una mirada hacia el escenario y luego a Angel— ¿Con amigos haces escenas?

—Si practican BDSM, sí. —Él sonrió de lado y acortó más la distancia entre ellos— ¿Tienes algo en mente que quieras hacer conmigo? Soy un profesional.

Husk giró su rostro y bebió de su botella. Angel admiró la forma en que sus labios se cerraban y su garganta se movía. Él no podía entender cómo es que Husk podía actuar como si no tuviese un cuerpo deseable simplemente por ser un felino. Ellos estaban en el mismo Infierno y la mayoría de los pecadores tenían apariencia animal. Husk era una quimera demasiado atractiva. Angel solía fantasear con esos ojos, los afilados colmillos, áspera lengua, esas peligrosas garras y la forma en que su cuerpo se estiraba de forma casi imposible. Pero era mejor el cómo hablaba Husk, sus sinceros y sabios consejos o su mirada fija sobre su rostro cuando charlaban. Todos esos detalles eran demasiado atractivos. Para ser alguien gruñón, Husk se preocupaba tanto que era inevitable para Angel el sentirse especial.

—No me vas a decir que la única diferencia entre un amigo y algo más es sexo ¿no? —Husk lo miró.

—Oh, no, Blitzø y yo hemos tenido sexo. Sino ¿De dónde crees que le saqué su sobrenombre? —Angel se encogió de hombros— Tenemos muy buena química, pero debe ser porque confío en él.

Husk ladeó el rostro y sus ojos se entrecerraron.

—¿Entonces? ¿Por qué no sales con él? Suena perfecto.

Oh, Angel iba a golpearlo.

Idiota y melancólico demonio.

—Porque no estoy enamorado de Blitzø. —Angel ladeó su rostro e invadió el espacio personal de Husk— Porque quiero ser su amigo. Tengo amigos, Husk. No necesito otro. En especial no necesito alguien que obviamente actúa como todo menos mi amigo.

—Angel...

Él respiró hondo y puso distancia entre ellos, tomando un pequeño sorbo de su coctel.

—Antes creía que toda tu distancia era por mi profesión, pero dijiste que no tenías problema con ello. —Angel cruzó su segundo set de brazos debajo de su escoto, porque podía estar enojado, pero no por ello iba a lucir menos sexy— Entonces pensé que mantenías tu distancia por mi contrato con Valentino ¿Pero bueno? El tipo lleva muerto por meses ¿Cuál es el problema ahora? ¿Ahora te molesta que sea un Overlord?

—Jamás me han preocupado esas cosas para estar con alguien. —Husk giró los ojos y se terminó su botella. Sus garras peinaron el pelaje de su cabello y respiró hondo— Las relaciones no duran para siempre, piernas. La amistad es algo que sobrevive mucho más. Mi historial con relaciones es pésimo.

Angel saltó de su taburete, ganando más altura sobre el mesón. Sus manos se apoyaron en la barra y las otras tomaron el rostro de Husk, notando el sonrojo sobre sus mejillas.

—Yo jamás he tenido novio y no me ves entrando en pánico. —Él lo soltó— Nunca vamos a poder ser amigos y lo sabes.

—¿A qué te refieres?

—Porque siempre esta esto encima de nosotros. Y no solo es deseo sexual, Husk. Aunque debo admitir que de eso tenemos mucho. —Él sonrió de lado— Pero me refiero a los celos y el ser posesivos. Antes de que te enteraras que Blitzø es padre, tú lo estabas mirando como si fuese tu más grande enemigo ¿Y así quieres ser mi amigo?

—Puedo lidiar con eso. —Husk intentó alejarse, pero Angel tomó su mano— No tienes que preocuparte de mí o mis sentimientos, se manejarlos bien.

Pero Angel lo atrajo con más fuerza eliminar el espacio entre ellos dos.

—Me preocupo por ti y no necesito que lidies con ello. Así que la pregunta es, gato gruñón ¿Vas a besarme? —Él pidió— Y que por favor se joda la amistad.

Husk contuvo la risa por eso último, pero no se movió.

—¿En serio crees que no podemos ser solo amigos?

—¿Quieres que vaya con Blitzø y juegue a la familia con él? —Angel mintió, porque eso jamás pasaría— Tú lo dijiste, suena—

Husk lo tomó de la nuca y acortó la distancia entre ellos, besándolo. Angel jadeó, aferrándose a lo que pudo, a la camisa de Husk, justo sobre su brazo y a su hombro. Angel se presionó contra la barra y deslizó su lengua contra el firme perfil en la boca sellada de Husk, pero este solo capturó su labio inferior, estremeciéndolo por la punzada eléctrica que desató en su cuerpo para luego soltarlo. Angel respiró hondo, intentando procesar si eso realmente había ocurrido pero el sonrojo en las mejillas de Husk era demasiado real para tratarse de una alucinación.

—No deberías distraerme tanto mientras trabajo, piernas.

Angel se mordió el labio inferior. Justo en el lugar que Husk había capturado segundos antes.

—¿Eso significa que quieres que me vaya o espero a que termines tu turno...?

—¿No ibas a irte con el imp? —Husk enmarcó una ceja.

Una notificación llegó al celular de Angel. Al leer el mensaje desde su pantalla, él sonrió.

—Blitzø dice que puede llamar a alguien y pasar un rato en los pisos inferiores. —Angel se encogió de hombros— ¿Ves lo que hace un amigo? Te deja irte con un sexy bastardo para que te joda hasta la estupidez o salgan de aquí para ir y acurrucarse en cama. Como sea, un amigo te apoya.

Husk giró los ojos, negando en silencio. Angel descendió sus manos hasta que una de ellas llegó a la mano de Husk, creando espirales ahí.

—...admito que no podría hacer eso. —Husk gruñó entrecerrando los ojos— Puedo verte ir con otros, pero... no puedo darte toda esa mierda de apoyo activo.

—Te dije que no podíamos ser amigos. —Angel sonrió con victoria— Pero estas haciendo que analice todo lo que dices... —Él ladeó el rostro, poniendo su expresión más inocente— No ayuda si estás así de cerca y me miras como si quisieras besarme otra vez, Husky.

—No me vengas con esa actitud inocente que nadie te cree, piernas.

—¿Estoy mintiendo? Quieres besarme otra vez. —Angel tomó su coctel con dos manos, llevándolo a sus labios como si fuese una taza de chocolate caliente y no un coctel dulce y fuerte— Pero no sé de qué hablas. —Él agitó sus pestañas y sus labios formaron un burlesco puchero— Tú deberías ser bueno conmigo y simplemente ser directo en lugar de jugar con mi corazón de araña. —Angel sonrió un poco y bebió— ¿Vas a llevarme a casa?

—¿En serio? —Husk respiró hondo— ¿Eso quieres?

Angel separó sus labios listo para relajar todo con una broma, pero Husk tomó su mentón con una de sus garras y lo atrajo sobre la barra. Angel saltó de su asiento para poder pararse y que su pecho no tocase la superficie. Husk usó su pulgar para obligarlo a ladear el rostro, mirándolo como si buscase algo. Angel se sintió desnudo en ese simple escrutinio. Él tragó y quiso desviar la mirada, pero la garra se clavó en su piel ligeramente, como advertencia. Así que Angel mantuvo la mirada fija, colgando de un fino hilo y al borde del abismo.

Tal vez había algo entre ellos.

Tal vez iban a intentarlo y no funcionaría.

Y aun así... era obvio que ser solo amigos no era una opción.

Pero ¿Era algo que Husk quería intentar?

—Deja que tu amigo imp tenga verdadera diversión con quien quiera invitar. Pero tú te quedas aquí, sentado y portándote bien ¿Me oyes, piernas? Bien. —El felino enmarcó una ceja dejando que su voz firme arrancase en Angel lentos asentimientos— Y no me vas a distraer.

—Sí...

La mano libre de Husk, aquella donde Angel había estado haciendo espirales, se giró, palma arriba. Sus dedos tocaron la pulsera que estaba tenía ahí.

Negra, Dom.

—Sí, Señor.

Husk le sonrió con orgullo y él se estremeció hasta su centro.

—Y después de mi turno iremos a ese bonito y nuevo departamento tuyo. —Husk jugó con las pulseras de Angel— Quiero ver si es verdad que el amanecer se ve tan bien ahí como dices o son puras patrañas. Qué haremos estando ahí lo escoges tú.

Angel asintió con fuerza. La garra en su mentón lo liberó y él jadeó, apoyando su mano sobre su corazón acelerado. Si no tenía cuidado sus marcas iban a iluminarse o su vestido iba a volverse mucho más corto por culpa de la carpa entre sus muslos.

—Un cóctel más. —Husk ordenó— Luego de eso algo ligero, como cerveza.

—Pero...

Angel se cruzó de brazos. No era justo. Como Overlord podía escoger si emborracharse o no. Y los cocteles de Husk eran demasiado buenos, en especial con un bar tan bien abastecido como ese.

—La cerveza me hace eructar. —Él refunfuñó.

Husk se rio y acarició su mejilla.

—Eres un niño grande, sobrevivirás un poco de gas. —Husk le aseguró.

—También hace que quiera ir muchas veces a orinar. —Angel mordisqueó su mejilla.

—Y los baños están ahí. —Husk señaló el camino— Sobrevivirás.

—Nada de eso es símbolo sexual.

Husk se cruzó de brazos y enarcó una ceja.

Joder.

¿Por qué tenía que ser tan sexy cuando se ponía así?

—¿Y bien? —Husk tamborileó sus garras sobre su bíceps.

—Sí, Señor. Solo otro coctel y cervezas. —Angel agarró su copa con ambas manos, sin importarle que fuese una copa.

Husk se inclinó y rozó los labios contra su oído.

—Buen chico.

Angel ahogó un gemido, muy consciente que sus marcas estaban encendidas. Husk se rio con malicia.

—La próxima vez no olvides ponerte la pulsera lavanda. —El felino bromeó y se alejó de él para poder atender a otros clientes.

Angel era un actor porno y prostituto ¡Un Overlord! Dos palabras no deberían dejarlo tan mal.

Otro mensaje llegó a su celular. En mayúsculas y lleno de emoticones.

«¿Por fin se jodió su amistad?»

Blitzø.

Angel rio y le respondió.

Él se prometió darle lo que fuese al imp ¿Quería dinero? ¿Territorio? ¿Contactos? Lo que sea, era suyo. Y aun así Angel sabía que le estaría debiendo de por vida. Con solo ser irremisible y descarado Blitzø había logrado empujar los botones de Husk de la manera justa.

Porque no se trataba de poner celoso a alguien, sino de dejarle ver cuál era la diferencia.

Él siguió con la mirada al felino, quien estaba preparando algunos cocteles y suspiró.

Definitivamente prefería arruinar esa amistad que perderse esa nueva oportunidad.

Saludos criaturitas diurnas y nocturnas: Y bienvenidos a un descabellado intento por mi parte de publicar diariamente durante diciembre. Cree este pequeño reto llamado Winter Symphony (que pueden encontrarlo en mi Tumblr (nocturn-iv) o Twitter (NocturnIV) que es una lista de prompts basadas en canciones para este mes. Así que me verán publicando 10 fics diferentes y cada uno contendrá tres capítulos.

(Y para la gente que lee todo lo que publico... sí, estoy copiando la misma nota de autora. Algo de piedad aquí, son 10 fics).

Prompt: "Fuck Up the Friendship" por Leah Kate.

Espero que les haya gustado.

Nos leemos en unas horas.

Nocturna IV

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