Problema Con Los Uchiha... (O...

By Dante-21775

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× Sin contenido +18 × Naruko se sentía impotente mientras veía al Uchiha que estaba sentado tranquilo bebiend... More

I. Intruso en propiedad ajena.
II. Sensei sustituto.
III. Primera impresión.
IV. Tora 😺
V. Confusión.
VI. "¿Porqué lo haces apesar de que no tienes la obligación de ayudarme?'
VII. "Misiones"
VIII. "Parece que te estás ganando su confianza"
IX. Olor a serpientes 1/2
X. Olor a serpientes 2/2
XI. Somos amigos
XII. Un nuevo Uchiha.
XIII. Compartiendo en equipo.
XIV. Lo que pasó dos veces se repitió una tercera.
XV. Esfuérzate
XVI. ¡No somos nada!
XVII. Mañana con un Uchiha.
XVIII. Cena extraña
XIX. Misión en las olas, el inicio.
XX. Desembarcara en el peligro.
XXI. El juramento del dolor
XXII. Naruko, una mocosa increíblemente audaz.
XXIII. Una situación deprimente
XXIV. Algunas veces, la verdad asusta...
XXV. Las pesadillas se sienten reales.
XXVI. "La tierra donde alguna vez vivió un héroe."
XXVII, La bella "chica" castaña.
XXVIII, Una extraña sensación.
XXIX. Batalla en el puente, vuelve Zabuza.
XXXI. Alguien en quien ya no confiar.
XXXII. Una confesión.
XXXIII. Confío en ti
XXXIV. Una actitud muy juvenil.
XXXV. Equipo 9!
XXXVI. Cita perfecta.
XXXVII. Dulce sabor amargo.
XXXVIII. Viejo halcón de guerra.
XXXIX. Excusa para pelear
XL. Molestia irritante y gennin extranjeros
XLI. ¿Esa es tu excusa?
XLII. Elimina al más débil.
XLIII. Lenguas sueltas.
XLIV. El valor de las palabras.
XLV. Bosque.
XLVI. Ninja de Kusa
XLVII. Sunshine
XLVIII. Calma.
¡Anunció!

XXX. Fin del juego.

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By Dante-21775

"Misión en las olas, p12."

Mientras los ojos de Naruko vagaban de arriba a abajo tratando de identificar al extraño, el hombre rubio sonreía como si fuera el día más feliz de su vida, y ella no sabía porque.

Cuando el extraño trato de acercarse con los brazos extendidos para abrazarla, ella rápidamente se echó para atrás y subió su kunai para apuntarle directamente, aunque su brazo temblaba.

- Oye, tranquila... Solo quería abrazarte, estoy muy emocionado de volver a verte. - El hombre rubio explico. - Por Kami, hace mucho que no te veo... La última vez que te vi aún cabias en mis dos manos y ahora... - Explico con un toque nostálgico. - ... Ahora eres toda una ninja, solo mírate, eres igualita a mi...

Naruko tartamudeo sin entender, ¿Parecerse a el? Primero que nada, ¿Quién era ese tipo? ¿De dónde la conocía?

- ¿Q-quien eres? - Tartamudeo apretando los dientes, si este era un truco del kyubi lo haría pagar.

- ¿Yo? Oh, claro! Eras muy pequeña en ese entonces, así que no me recuerdas. - Murmuró con un aire de decepción. - También creó que sandaime-sama no te dijo quien soy, ¿No es así?

- ¿Porqué el anciano me hablaría de usted?

- Así que no lo hizo... - El hombre suspiro, ignorando el apodo por el que habían llamado al sandaime. - Bueno, yo soy... - El hombre hizo una pausa para darse la vuelta. - ... El yondaime hokage, Minato Namikaze. - Anunció apuntando a la capa de su espalda.

Naruko abrió los ojos por la sorpresa. Así que de ahí lo recordaba, el hombre cuyo rostro estaba tallado en la montaña hokage; el cuarto hokage, Minato Namikaze.

Oh, mierda, ha estado amenazando al relámpago amarillo de Konoha todo esté tiempo!

Minato vio con gracia como el rostro de la pequeña rubia se distorsionaba y cambia de expresiones de la incredulidad hasta la vergüenza, para finalmente verla bajar el kunai y hacer una reverencia exagerado.

- ¡Yondaime-sama, discúlpeme, no sabía que era usted! - Exclamó mientras escondía su rostro rojo por la vergüenza, aunque eso se pasó de inmediato cuando una pregunta vino a su cabeza. - Esperé un minuto, ¿Cómo es que no estás muerto? - Cuestionó al notar como el hokage no se veía para nada como un cadáver.

Minato dejo escapar un risita divertida, los repentinos cambios de humor de la pequeña eran divertidos y le recordaban... Le recordaban a alguien especial.

- Disculpame por lo explicártelo correctamente... Esperaba verte cuando fueras significativamente mayor, no creí que te enojarías tanto a tan temprana edad. - El explico con calma. - Aunque te entiendo. Ese chico pelinegro, es el hijo de Fugaku, ¿No es así?

Naruko entonces abrió los ojos. Debido a lo conmoción por el kyubi y el yondaime, se había olvidado de Sasuke.

Tenía que salir de ahí y ayudar a su amigo.

Volteando a todos lados frenéticamente, trato de buscar una salida. Si no llegaba a tiempo no podría ayudar a Sasuke.

Minato al notar lo ansiosa y desesperada que estaba la pequeña rubia, suspiro, el esperaba poder explicar esto con calma, pero al parecer tendría que lanzar la bomba de imprevisto.

- Naruko. - La llamó usando su voz de hokage, haciendo que ella enderezara la espalda y lo viera a los ojos. - Hay un par de cosas que tengo que explicarte... - anunció.

Naruko se alineó recta y cruzó los brazos en su espalda, como lo solía hacer cuando el sandaime hablaba enserio con ella.

- Primero que nada, la razón por la que estoy aquí es porque cuando sellé al kyubi dentro de ti, también sellé parte de mi chakra y del chakra de tu madre, para cuando ocurriera un incidente como este... - anunció. - Segundo, estoy por reforzar el sello de kyubi para que no intente manipularte más adelante, y tercero... - antes de que pudiera terminar, las palabras murieron en su boca. Durante toda su vida había sido un ninja fuerte y alguien con una voluntad inquebrantable, pero ahora estaba viendo a su niña con los ojos empapados por las lágrimas y no sabía que hacer, ¿Porqué estaba llorando Naruko? ¿Qué podía hacer para calmarla?

- Yondaime-sama, Usted... Usted conoció a mi madre? - Ella tartamudeo, abandonado por completo su postura recta y personalidad agradiva. Si el yondaime sabía quiénes eran sus padres, tal vez aún tenía familiares con vida, tal vez tenía una familia.

Minato tragó seco, no sabía mucho de como había vivido Naruko, lo único que logró ver de sus recuerdos era que ella no era la persona más querida de la aldea y que tampoco tenía a nadie que pudiera llamar un familiar cercano. Así que lo que estaba apunto de decir, no sabía cómo se lo tomaría ella.

- Si, Naruko, la conocí... - Anunció en un suspiro melancólico. - Su nombre era Kushina Uzumaki, - Naruko abrió los ojos ante eso, ¿Kushina Uzumaki? ¿Cómo la mujer de los libros que sandaime le había regalado? - ella era una mujer muy fuerte y un excelente ninja. Ella era de Uzushiogakure, la aldea escondida entre los remolinos, aunque se mudó a Konoha cuando su aldea fue destruida. - Siguió explicando, mientras miraba la cara de ilusión que tenía la pequeña. - Ella fue la Jinchūriki del kyubi antes que tú...

- ¡¿Y tengo más familiares?! ¿Qué hay de mi padre? ¡¿Lo conoce?! - Naruko lo interrumpió. La rubia se había acercado tanto al hokage que no pudo alejarse cuando esté de repente la abrazo.

- Naruko, calma. - Susurró - Claro que conozco a tu padre...

- ¿Y quién es? - Pregunto, al borde del llanto.

- Yo soy tu padre, eres mi hija...

La revelación la hizo sentirse vacía, ¿Su hija? ¿El era su padre?

Ella, el demonio de Konoha, era la hija del héroe al que tanto veneraban. Más que eso, su propio padre confesó que le había sellado al kyubi, ¿El la había condenado a esa vida de desgracia?

Se alejo de el bruscamente y lo miro a los ojos sin emociones.

- ¿Tú eres mi padre? - Ante esa pregunta, Minato asintió con una sonrisa amable en su rostro.

Naruko se tambaleó lentamente de regreso hacia Minato, el rubio esperaba un abrazo, por lo que no estaba preparado para de repente recibir un fuerte golpe en el estómago, por cortesía de Naruko.

Mierda, ella tenía la fuerza de Kushina.

- ¡¿Porqué sellaste al kyubi en mi?! - Gritó desconsolada. - No tienes una maldita idea de todo lo que he sufrido por culpa de ese maldito zorro. Todos los insultos, los golpes y lo peor de todo... - hizo una pausa para ver a los ojos de su progenitor. - ... Escuchar como todas esos idiotas me cazaban en tu nombre, como te veneraban como un héroe, cuando en realidad solo eres un desalmado que condenó a su propia hija.

La declaraciones calleron como agujas a su corazón. Realmente no había querido que la trataran así, el quería que la vieran como una heroína, alguien que se sacrifica a si misma todos los días para salvarlo, pero parece que sobreestimó la capacidad cerebral de los habitantes de Konoha.

Sin mucho que poder hacer, abrazo a su hija, a pesar de que está comenzó a darte golpes en el pecho para que la soltara. El se sentía culpable del sufrimiento de la niña, si tan solo hubiera sido más fuerte, el podría haber criado a su hija, junto a Kushina...

Pero no lo fue, y ahora tenía que enfrentar a su hija y ayudarla para que salvará a su equipo.

- Naruko-chan, se que mis disculpas no significarán nada en comparación a todo lo que has sufrido, pero por favor escúchame... - Habló mientras la apartaba suavemente para que lo viera a los ojos. - Yo sellé al kyubi en ti porque no fui capaz de tomar al hijo de alguien más para está tarea. Además, no confiaba en nadie más para está tarea. Si sellé al kyubi en ti fue por una razón, y es que solo confiaba en ti para controlarlo, solo tú eres capaz de domar a esa bestia.

Aunque su confesión fuera suave y monótona, estaba llena de sentimiento. La verdad era que nunca se atrevería a sacrificar al hijo de alguien más, ni siquiera si le hubieran ofrecido a otro candidato, no lo hubiera aceptado. Además de que confiaba en Naruko, pues era una Uzumaki como Kushina, y estaba demostrando que tenía su carácter. En esa caso, significa que no se equivocó, Naruko puede y es capaz de controlar al kyubi.

- Confío en ti... - Detuvo por un momento su voz. El podía sentir un poco de lo que estaba pasando afuera, y Naruko se había salido de control por culpa del chakra del kyubi. Tenían que actuar en ese momento. - Ahora necesito que tú confíes en mí... - Habló llamando la atención de la rubia menor.

- ¿Qué sucede, yondaime-sama? - Cuestión limpiando sus ahora escasas lágrimas. Minato hizo una mueca ante el nombre, pero no dijo nada. El ya sabía que no sería fácil conseguir algo de cariño de su hija a la que apenas conocía, por muy cruel que suene.

- Afuera la batalla continúa, necesito que me ayudes a reforzar el sello.

- ¿P-pero cómo? - Habló un poco en pánico, se había olvidado de la batalla de afuera.

- El kyubi no puede salir de la jaula, pero eso no significa que no pueda sacar parte de sus extremidades. - Explico con calma. - Necesito que inmóvilices sus brazos mientras aplicó el refuerzo al papel de sello, ¿Entiendes?

- Déjame ver si oí bien... Tú quieres que yo, una gennin que en su vida había salido de Konoha, retenga al más poderoso de los bijuu mientras tú refuerzas el sello, ¿Eso fue lo que dijiste? - Pregunto con un semblante sarcástico.

- Si, no te estoy pidiendo nada fuera de lo usual... Todos los días retienes al más fuerte de las bestias con cola. Solo debes usar tus cadenas para retenerlo.

- ¿Cadenas?

- Si, las cadenas de diamantina... ¿No las has usado? - Cuestiono un poco incrédulo.

- No se que es una diamantina... - Explico levantando los hombros con inocencia.

- Hmm, bueno, ahora que lo veo... - Murmuró viendo de pies a cabeza a la rubia. - ... No tienes tanto chakra como debería ser para una Uzumaki. - Siguió murmurando. - ¿Puedes dejarme ver tu sello?

Naruko vaciló ante la petición, pero aún así levantó su camisa y abrigo para revelar el sello en su estómago. Minato reviso el sello y en un segundo su cara se iluminó en comprensión.

- Oh, vaya, parece que eso también se sello con nuestros chakras... - Murmuró antes de asentir con la cabeza. - Muy bien, Naru-chan, necesito que confíes en mí y trates de mantenerte el pies, ¿Ok?

Naruko asintió un poco vacilante.

- Bien voy a contar hasta tres...

- 1

- 2

- 3

Cuando llegó hasta tres, Minato uso su dedo índice, medio y pulgar para abrir un pequeño sello de toda la matriz de sellado que estaba dibujada en el estómago de Naruko.

Al principio no sintió nada más que un pequeño golpe en su estómago, pero en menos de un segundo sintió una repentino oleada de chakra que por poco la marea. Una sensación fría llegó a ella, como una fresca brisa de mar golpeando todo su cuerpo. Sintió como si sus retinas de chakra se expandieran y una fuerte sensación de energía le llegará.

- Muy bien, supongo que ya está. ¿Puedes intentar invocar una cadena? - Pregunto Minato, un poco ansioso. Se le estaba acabando el tiempo.

- ¿Cómo hago eso?

Minato sintió ganas de golpearse la cara. Parte de los genes Uzumaki de Naruko había estado sellado, era obvio que no sabía cómo usar las cadenas. El problema era que el tampoco sabía, cuando Kushina las usaba estás cadenas simplemente aparecían, nunca le pregunto cómo las invocaba.

- Eh, eto... - Murmuró mientras miraba cuánto tiempo le quedaba. - E-este, solo piensa en las cadenas y usa tu chakra para materializarlas.

Naruko estuvo apunto de preguntar cómo, pero Minato ya no tenía el suficiente chakra para seguir manteniéndolos en ese lugar, así que el espacio en blanco donde estaban hablando se volvió a transformar en las alcantarillas oscuras donde se encontraba la jaula de kyubi.

De inmediato Minato saco uno de sus kunai de tres puntas y se puso en guardia, listo para lanzarlos y aplicar el refuerzo al sello.

- ¿Lista, Naruko?

Naruko estaba en pánico, pero hizo lo que le dijeron.

Minato lanzó el kunai directo donde se encontraba el sello y vio como la garra del kyubi se movía para interceptarlo, aunque antes de que pudiera hacer nada, una cadenas dorada brotó del piso y arrastró la enorme garra hasta que estuvo aplastada contra el piso.

Minato volteo un segundo hacia atrás solo para ver cómo su hija tenía una cara concentrada y de su espalda salía una sola cadena dorada. El sonrió y rápido desapareció en un destello dorado cuando sintió que su kunai se había clavado en algo.

Apareció justo delante del sello, y se apresuró a hacer sellos con las manos. El kyubi rugió y trato de atacar al Namikaze con su otra garra, pero nuevamente fue detenido, está vez por una segunda cadena.

Con el tiempo contado, Minato dejo de hacer sellos y coloco su palma sobre el papel, para aplicar el refuerzo. Luego de aplicar el refuerzo sobre el sello, un torii gigante apareció en la jaula y aplastó al kyubi quien rápidamente volvió a meter las garras dentro de la jaula para intentar quitar el gran torri rojo de su cuello.

Minato apareció nuevamente junto a su hija. Naruko estaba sentada sobre el piso, sudando y respirando agitada, las cadenas que antes sobre salían de su espalda, ahora ya no estaban, había desaparecido.

El rubio mayor sonrió con orgullo, para luego ayudar a la menor a pararse del suelo.

- Muy trabajó, sabía que lo lograrías. - Felicitó Minato, dejando unas palmaditas en la cabeza de la gennin. - Le sello que puse hace que aparezca ese torii gigante, eso te ayudará hasta que puedas usar tus cadenas adecuadamente y calmar al kyubi cuando sea necesario. - Explicó. - También estará filtrando el chakra maligno que se logro escapar. - Termino de hablar.

Naruko asintió cansada, aunque después se lanzó a darle un abrazo al rubio mayor. Minato se sorprendió un poco, pero acepto el abrazo sin dudar.

- He querido conocerte desde que tengo memoria... - Anunció con un toque melancólico en su voz. - Sandaime siempre me dijo que mis padres habían muerto durante el ataque del kyubi, pero yo... Yo creía que en realidad me habían abandonado, que me odiaban como el resto de la aldea.

- Eso no es cierto. Tú eras nuestra mayor felicidad incluso antes de que nacieras... No sabes lo feliz que fui cuando tu madre me dijo que estaba embarazada. - Comenzó a hablar, mirando a la nada. - Estaba muy feliz de ser padre, y cuando nos dijeron que ibas a ser una niña... Solo quería que llegara el día para conocerte.

- ¿Enserio? - Pregunto con una pequeña sonrisa.

- Si, no tienes ni idea de lo emocionado que estaba por poder asustar a todos tus pretendientes... - Anunció con una risita malévola.

Naruko parpadeó con los ojos en blanco. Esto no era exactamente lo que pensaba cuando miraba las fotos de cuarto hokage, pero si era lo que hubiera pensado que haría un padre.

Minato rompió el abrazo y la miro a los ojos.

- Me gustaría decirte un par de cosas. - Se aclaró la garganta. - He notado de entre tus recuerdos que tienes uno de mis kunai. Entonces si quieres dominar el jutsu, puedes ver mis notas, están en la casa que era mía y de Kushina. La casa está en el bosque detrás del monumento a los hokages, y no te preocupes por los sellos, estos se abrirán si eres tú quien intenta entrar. - Explico con rapidez.

Naruko asintió con la cabeza mientras hacia notas mentales para no olvidar la ubicación de la casa. Ahora que sabía que Minato Namikaze era su padre, era obvio que iba a aprender su jutsu en su honor.

- Y segundo... Dile a ese Uchiha que aunque te haya salvado, ni aún así lo aceptó como mi nuero, que mejor se busque otra porque si me llegó a enterar que esta tramando cortejarte... Voy a salir de mi tumba y lo voy a arrastrar hasta un campo de entrenamiento para luchar contra el. - Anunció con expresión seria y apretando su kunai. - ¿Entiendes, señorita?

- Ah, si, si...

- Muy bien.

Minato sonrió y luego su expresión se volvió triste. El chakra se le había acabado y estaba apunto de separecer.

- Nos veremos después, Naru-chan.

- ¿Ya te vas? - Cuestionó con desilusión.

- Si, el chakra que deje sellado en ti no fue mucho, así que ya me tengo que ir...

Naruko sintió como otra vez sus ojos se hacían agua. Se lanzó a abrazar a su padre y mientras el desaparecia le susurró un "Gracias, padre," logrando que Minato se fuera con una sonrisa.

Al estar por fin sola, noto lo callado que estaba el lugar. Parecía que el sello había logrado calmar al kyubi.

Su consciencia en el mundo real comenzó a despertar, por lo que su figura en su espacio mental comenzó a desaparecer poco a poco.

Cuando despertó se sintió desubicada, lo último que recordaba era haber estado furiosa con Haku por mentirle y ahora no sabía dónde estaba.

Tardó un segundo en darse cuenta que tenía a alguien en las manos, cuando volteo hacia abajo vio en sus brazos a un medio muerto Haku que respiraba con dificultad. Parece ser que no soporto el modo kyubi.

Su cabeza se movió de un lado a otro frenéticamente, estaba buscando a Sasuke. Sus ojos pararon en donde estaban Sakura y Tazuna, al parecer el clon había llevado a Sasuke con ellos

La irá comenzó a fluir nuevamente en ella, pero logro controlarse. El lugar de golpear a Haku, simplemente lo vio con ojos asesinos y lo fulminó con la mirada.

- Tú... - Gruñó apretando el agarré en el cuello de Haku. - Creí que me entendías... Lo de las personas preciosas fue solo una habladuría, ¿No es así?

Un brazo tembloroso de posó sobre el que sostenía el cuello de Haku.

- ¿Habladuría? Claro que no... - Haku hablo, encontrando su voz entre el desastre de sangre que eran sus pulmones.

- Claro que sí... La gente como tú no puede tener personas especiales. - Gruñó con aún más enojo.

- ¿El es una de tus personas preciosas, no? - Haku pregunto, refiriéndose a Sasuke.

- ¿Y qué si lo es? Acabas de matarlo...

- Yo también tengo una personas preciosas... Era tu amigo o mi persona preciosa, lamento mucho ser tan egoísta, pero elegí a mi persona preciosa...

Ante eso, Naruko aflojó el agarre en el cuello de Haku.

- Zabuza es tu persona preciosa, ¿No es así? - Cuestionó en un murmullo, aunque Haku no respondió, era evidente que la respuesta era si.

De repente el sonido de mil pajaros hizo eco en todo el lugar. Haku y Naruko voltearon a ver la pelea de Kakashi y Zabuza...

Zabuza estaba siendo sostenido por un monto de perros, mientras que Kakashi estaba cargando hacia el con su mano llena de rayos.

Haku utilizo una gran fuerza para liberarse del agarre de Naruko. La rubia vio sorprendida al castaño, por la apariencia de este, no tenía sentido que pudiera siquiera moverse.

- Lo siento mucho, Naruko-san, necesito salvar a mi persona preciosa. - Comentó antes de salir disparado en una ráfaga de velocidad.

La mano cubierta de rayos perforó limpiamente la carne, ocasionado que sangre y restos de tejido humano salieran volando en diferentes direcciones.

Zabuza y Kakashi abrieron los ojos en simultáneo. La persona a la que Kakashi había atravesado no fue Zabuza, si no a su compañero, Haku.

Haku cayó al piso como peso muerto. Los perros que tenían atrapado a Zabuza desaparecieron, ocasionando que el cayera de rodillas.

- ¡Kakashi, Haku! - La familiar voz sonó en las oidos de Kakashi, lo que ocasionó que girará la cabeza para ver quién era. Un suspiro de alivio salió de sus labios cuando miro a su alumna rubia hacia ellos, sin rastros de chakra del kyubi por ningún lado.

Naruko se detuvo a unos pocos centímetros de ellos y obsevo con los ojos abiertos al cadáver de Haku. El se había sacrificado por Zabuza, había salvado a su persona preciosa.

- Haku... - Murmuró incrédula.

- Vaya, vaya, parece ser que el demonio de la niebla resultó ser solo una farsa. - Una arrogante voz habló.

Las miradas se dirigieron al origen de la voz, en el lugar estaba un hombre de baja estatura vestido con un traje de negocios y detrás de él había decenas de matones.

- Me temo que no voy a poder pagarte, Zabuza. - Explico con falsa culpa. - Veo que no pudiste contra un solo ninja y su grupo de mocosos, además de que con todo lo que tenía que pagarte, pude contratar a todos estos matones. - Se burló. - Tú y ese idiota no fueron más que una pérdida de tiempo.

Zabuza ignoro la irritante voz de magnate y solo se concentró en el cadáver de su antiguo compañero.

La rubia volteo un momento hacia Zabuza y no pudo creer lo que vio, el demonio de la niebla había derramado una lágrima. Fue entonces que las palabras de Haku hicieron sentido... Ellos dos solo se tenían a si mismo, cada uno era la persona preciosa del otro.

- Ahora mis matones te matarán, luego a los ninjas y a Tazuna. - Gato anuncio.

Zabuza se paró lentamente, como podía, ya que no podía usar sus brazos. Cuando estuvo de pie, se colocó al lado de kakashi, quién estaba mirando a Gato como si no fuera más que polvo.

- Parece que ya no somos enemigos, kakashi.

- Parece que ya no. - Kakashi confirmo mientras apretaba su kunai.

- Déjame al gordo a mi... - Habló refiriéndose a Gato.

Kakashi asintió en acuerdo.

Gato se rió, pero Zabuza solo tomo un kunai en su boca y comenzó a correr hacia el hombre enano. Gato retrocedió y le indico a sus matones que atacaron a Zabuza, algunos de ellos lo hicieron, pero fueron rápidamente superados por el ninja de la niebla oculta, quién rápido llegó hacia el magnate y le rebanó el poco cuello que tenía.

Gato se sostuvo la garganta mientras se ahogaba en su propio sangre. El hombre se tambaleó hasta que llegó al borde del puente y cayó muerto en el agua.

Zabuza vio sin emociones como la corriente arrastraba el cadáver de Gato, antes de que el cayera al piso, inconsciente o probablemente muerto.

Naruko se sostuvo el vientre, ver gente muriendo y sangre derramada no estaba en la lista de cosas que le gustaban, pero probablemente se tendria que acostumbrar. Una mano en su hombro hizo que subiera su cabeza para ver a kakashi.

- Tranquila, piense en que el hizo lo que hizo por un bien mayor. - Murmuró Kakashi, el sabía de la culpa y las náuseas de cuando veías un cadáver por primera vez, y estaba listo para ayudar a Naruko, si es que necesitaba ayuda.

- Bien, bien, ¿Ahora quién carajos va a pagarnos? - Uno de los matones pregunto con enojo en su voz.

- Si no van a pagarnos iremos a la ciudad y saquearemos todo. - Otro de los matones propuso, haciendo que todos rugieran de acuerdo.

- Pero primero vamos a matarlos a ustedes!

Kakashi dejo escapar el aire en un suspiro exagerado, mientras que Naruko entró en pánico. No podían dejar que los matones atacarán la ciudad.

- Kakashi-sensei... - Llamó Naruko con ansiedad.

- Lo sé, lo sé... Aún me queda un poco de chakra. - habló Kakashi mientras ponía sus manos en sello... - Jutsu multi clones de sombra. - Kakashi gritó y al instante aparecieron bolas de humo que tomaron gran parte del puente.

Cuando el humo se dispersó, aparecieron montones de kakashis, eran tantos como los matones y todos tenían sus kuanis listos para atacar.

Lo siguiente que se produjo fue una masacre, los kakashis se deshcieron de todos los matones, no dejaron ni siquiera uno. Cuando acabaron, los clones explotaron en humo y solo quedó el verdadero kakashi frente a una pila de cadáveres.

Kakashi sintió como alguien jalaba de su camisa y volteo para ver a Naruko, la niña observaba a los cadáveres con un semblante que no pudo descifrar.

- ¿Está bien, Kakashi-sensei? - Pregunto preocupada. Kakashi sonrió con sus ojos, ver cómo la niña trataba de ayudarlo como hizo el hace un instante le resultaba adorable, aunque a diferencia de ella, el no sentía nada al ver morir a matones.

Uh, ya el siguiente es el último capítulo de este arco. (Spoiler, es el regreso a Konoha)

Bueno espero que les haya gustado y bla bla bla.

Cómo siempre pueden dejar sus quejas u opiniones, pero también déjenme recordarles algo...

Esta historia está etiqueta como del género "Fanfiction" o ficción hecha por fans, es mi historia y voy a hacer muchos cambios, hay cosas que voy a poner en diferentes líneas de tiempo y algunas cosas completamente nuevas que voy a escribir.

Igual, otra vez, gracias por leer, se bañan, toman agua y se duermen temprano.

Nos estamos leyendo!




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