·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔�...

By lagatanegra03

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Escrita junto con @anfitriteytalasa ✿.。.:* ☆:**:. Fanfic Fate: The Winx Saga .:**:.☆*.:。.✿ Alphea, el interna... More

●Cast de personajes●
💜🧚🏻‍♀️💚 PREMIOS 💚🧚🏻‍♀️💜
Capítulo 1: El chico de los cuchillos
Capítulo 2: Hada del engaño
Capítulo 3: Lío de habitaciones
Capítulo 4: El hipotético rubio
Capítulo 5: ¿Has tenido un mal día?
Capítulo 6: Meteduras de pata
Capítulo 7: Temperamento explosivo
Capítulo 8: Habilidades sociales
Capítulo 9: Cobarde, capullo e insoportable puercoespín
Capítulo 10: Exnovias y futuras novias
Capítulo 12: Una mañana catastrófica
Capítulo 13: Las comparaciones son odiosas
Capítulo 14: La cólera del hada verde
Capítulo 15: La fuerza de la mente y del cuerpo
MUSA
Capítulo 16: El estratega
Capítulo 17: Los celos del traidor
Capítulo 18: Susurros tras la puerta
Capítulo 19: Presentimientos y champú de coco
Capítulo 20: Espiando conversaciones y enfrentando monstruos
Capítulo 21: Los poderes de Melody

Capítulo 11: Encuentros fortuitos, los Haaly y una nueva amenaza

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By lagatanegra03

Me retiro satisfecha del pequeño pasillo en el que nos habíamos puesto a discutir Riven y yo. Ahora mismo estoy como en una nube. Se ha disculpado por lo de esta mañana, hemos peleado de nuevo pero me he salido con la mía: que reconociera que no todo es remarcar los errores o desaciertos que pueda cometer uno sino que las cosas buenas, aunque sean casi ínfimas, se hallan en nosotros y hay que saberlas sacar de la oscuridad. Sé que aprenderá, con o sin mi ayuda, y que estaré apoyándolo.

No sé qué me ha hecho este chico en tan solo un día. Sonrisa boba; todo el camino de regreso a donde están las chicas pensando en él. Doy una vuelta sobre mí misma, mi falda se levanta un poco pero no me importa porque nadie me ve. Estoy muy feliz y no sé bien por qué. O sea, sí, ya hemos quedado en que vamos a ser amigos y me va a hacer un regalo por haber ganado el reto. Me ha acariciado la mano, la mejilla y jugueteado con mi pelo a centímetros de mi rostro. ¡Qué narices! Nadie había hecho eso nunca.

Casi, pero casi casi olvido el hecho de que la pobre Bloom está destrozada en algún rincón de Alfea por el poco tacto de Aisha al comunicarle una verdad tan fuerte y por la persona o personas que le están ocultando este hecho a la pelirroja. Es obvio que la directora ha de saberlo, por eso la trajo con nosotros. Enseguida me pongo triste y me abalanzo por los pasillos para llegar lo más rápido. Debemos encontrarla antes de que cometa otra estupidez.

—Tenemos que averiguar dónde está Bloom —digo a Ellie. Es la primera que viene a mi encuentro al llegar a la recepción. Parece contrariada, quizás no esperaba que después de haber ido detrás de Riven viniera con semejante petición—. Antes ha estado a punto de cagarla, no puede volver a cometer el mismo error —continúo al mismo tiempo que miro a Aisha, ella sabe de lo que hablo. Musa asiente gravemente por lo que también conoce los hechos.

—Llevo un rato enviándola mensajes —murmura Aisha revisando su teléfono.

—Creo que estará en la habitación, al menos iba en esa dirección antes —comenta Musa.

—¿Qué le ha pasado a Bloom? —pregunta Terra.

No hay tiempo para explicaciones largas. Aisha, Musa y Ellie, que tampoco sabe qué ha pasado, suben las escaleras contiguas para ir a nuestras habitaciones. Por el camino le comento algún que otro aspecto de lo de Bloom a Terra, que es una intercambiada no, por supuesto. Eso es algo que debe contar ella.

El hada de tierra y yo hemos ido más lento y para cuando llegamos, la puerta principal está abierta de par en par y se escucha a Ellie insultar a alguien. ¡Ays, me recuerda a cuándo se peleaba con mis dos hermanos! Como si fueran los suyos propios. Brandon saca de quicio a todo el maldito universo, ese es su don.

—Dilo de una vez —le espeta mi amiga a Stella, que está tumbada haciéndose fotos en el sofá.

—Pareces calmada pero transmites culpa. —Mi prima analiza a la rubia. Está utilizando su poder y si es verdad que le reconcome la conciencia significa que tiene que ver con la repentina desaparición de Bloom.

—Oye, ¿no estuvo Bloom hablando con Sky?

La pregunta de Terra nos toma a todas desprevenidas. ¿Qué tendrá que ver el macizo rubio en todo esto? A la que más le ha afectado es a Ellie, que observa a la menudita con una mezcla de confusión y curiosidad. Le doy la mano para transmitir mi apoyo, no sé aún qué ha pasado con Sky ni si debo ya juzgar pero todo es muy sospechoso.

—¿Y qué? —inquiere casi despectivamente la princesa purpurina. Continúa meneando su pelo con la mano como si nada le importara menos que esta conversación.

—¿Qué le has hecho a Bloom, estúpida? —gruñe Ellie. Stella apaga la luz que creó con un chasquido y devuelve la mirada arrogante a la morena.

—Yo no he hecho nada y deja de insultarme o vamos a tener un problema —sisea ella. Se levanta del sofá como la diva que es sin volver la vista a Ellie.

—Sé lo que le pasó a la última persona que estuvo hablando con él —dice Terra con tono misterioso y de advertencia. Si no desvela el paradero de la pelirroja, lo contará—. Estuve el año pasado —remarca desafiante.

Tras un pequeño suspiro dramático, la rubia nos relata su "súper gesto de alma caritativa" que ha hecho: darle el anillo de Solaria con el que la pelirroja puede crear un portal para ir al Primer Mundo y ver a sus padres. Intercambio miradas de absoluto desconcierto con Musa y me pregunto si verdaderamente nos está gastando una broma esta bazofia de princesita.

—¿Eres idiota? —cuestiona muy sincera Ellie. Se nota que le ha salido del alma—. El cementerio está a tomar por culo, fuera de la barrera. Si se hace daño, todo será tu culpa.

—Hay que avisar a la directora Dowling, teniendo en cuenta los rumores de que Riven ha visto esta mañana un cuerpo descuartizado fuera de la barrera y con signos claros de haberlo matado un quemado —Terra nos informa tan rápido que no proceso. ¿Riven ha estado en peligro? ¿Al lado de un quemado?

—Voy a avisar a la directora, chicas —declaro convencida—. Id camino al bosque por si acaso está volviendo. He utilizado mucho mis poderes hoy y, además, en caso de combate son inútiles —añado algo decepcionada.

Giro sobre mis talones sin dar oportunidad a que otra se ofrezca a hacerlo. Así por lo menos me siento útil, soy la persona que va a comunicar a la directora la tremenda cagada que ha hecho Su Majestad la Déspota. Ahora que camino por los pasillos me arrepiento un poco de haber dicho que iría por Dowling, no tengo ni pajorera idea de la ubicación de su despacho. Aquí se parecen hasta los cuadros.

—¡Un poco más y me arrastra por el suelo! —exclama algo irritada la persona con la que choque.

Un hombre de ojos azules intensos, pelo castaño oscuro rapado, alto, musculado y con uniforme de especialista ajustado me reclama con su mirada una explicación. Debe ser un profesor, aunque no lo reconozco. Con las prisas he estado a punto de caerme, no sé por qué dice que le hubiese arrastrado a él teniendo en cuenta la masa corporal de bichón maltés que poseo yo frente a la suya de jabalí.

—¿Es usted profesor? —pregunto tímidamente.

—Profesor Silva, entrenador jefe de los especialistas —responde en un tono menos autoritario que el de antes. Recojo un mechón detrás de mi oreja algo nerviosa—. Me debo en la obligación de preguntar adónde se dirigía con tantas prisas.

—Despacho de la directora. Una compañera ha ido más allá de la barrera, al viejo cementerio —explico con preocupación—. No contesta a los mensajes.

El señor Silva se queda callado procesando la información, escogiendo en su mente qué hacer. Me indica con un leve gesto que le acompañe y comienza a volar por los pasillos y escaleras del gran edificio que es Alfea. Estoy algo asustada, no quiero que le pase nada malo a Bloom. Lo del Quemado tiene que ser cierto, Riven no se inventaría algo así. Tropiezo con un escalón pero con una agilidad impresionante Silva me agarra del brazo antes de que me coma el suelo y me quede sin dientes.

—Gracias —murmuro—. Soy un poco torpe.

—¿Estás cien por cien segura de que la chica ha ido en esa dirección? —pregunta preocupado. Asiento firmemente, lo más que me permite la congoja que tengo—. Vuelve a la habitación, eh...—Sospecho que quiere saber mi nombre.

—Melody Haaly—respondo.

—Oh, una Haaly —su rostro se torna en una mueca de sorpresa y algo de disgusto—. No me lo esperaba, teniendo en cuenta lo...digamos, extrovertidos que son Pitt y Brandon. ¿Tus hermanos, cierto? —cuestiona elevando ligeramente una ceja.

—En efecto.

Elevo los ojos al cielo. ¿Qué le habrán tenido que hacer mis hermanos al pobre? Ha cambiado su sonrisa reconfortante por una más de preocupación.

—No soy como ellos. —Me apresuro a decir. No puede ser que me vaya a tener enfilada por las acciones de ese par de atolondrados.

—¿Ah, no? ¿No te quieres parecer? —Ríe divertido—. Ambos son excelentes guerreros.

—Seguro que porque usted los ha enderezado. A papá le han traído de cabeza con sus ideas locas, sus supuestas bromas y los violentos combates que terminaban en una caída sobre las cuidadas hortensias.

—Agradezco el cumplido, Haaly. Pitt era más calmado que Brandon he de decir, aunque tenía más picardía.

—¿Quién cree que acababa en las hortensias? —le interrumpo.

—De todas maneras, no pienses que no les tengo cariño —menciona—. Son grandes personas, algo inmaduras todavía pero creo que el ejército de Solaria habrá hecho de Pitt todo un caballero...o más le vale.

—Sé por él que le está yendo bien. —Sonrío.

—Me alegra que sea así. No se lo digas pero en verdad le daban algo de vida a los entrenamientos —susurra y, acto seguido, me guiña un ojo—. Regresa y espera a tu amiga. No está en peligro, Melody —me asegura con firmeza. Le sonrío agradecida por este trato tan bueno—. Voy a avisar a Farah. Espero volverla a ver, tiene que contarme cómo es que usted es hada de la mente —concluye volviendo a tratarme de usted.

Una ligera sonrisilla recorre su rostro antes de darse la vuelta e internarse por las oscuras y angostas escaleras para llegar al último piso. Me alegra tanto haberme encontrado con el profesor, se le ve buena persona. Algo severo, sí, pero ha tenido que aguantar de todo, ya por mis hermanos tenía que tener un premio honorífico.

Mientras intento ir al bosque a avisar a mis amigas pienso en el entrenador. Nunca me lo había imaginado así, Pitt me habló muy bien de él y es como su segundo padre. Siendo el mayor y sin ser hada como nuestros padres sino un especialista entrar en Alfea fue algo totalmente nuevo y que le asustaba. Pero mi hermano está hecho para proteger nuestros reinos y con ayuda de Silva ha conseguido ser uno de los más cotizados para los ejércitos, aunque ahora está en el de Solaria de permanente. Me agrada este hombre, ojalá espabile a Riven.

Pensar en Pitt me lleva a pensar en Brandon, en papá y mamá. Creo que no es el momento para esto, Bloom está en peligro. Sin embargo, es justo lo que le ha pasado a la pelirroja: echaba de menos a su familia, como yo. Bueno, no sé si volvería a Linphea ahora mismo. ¡Mejor que viniesen ellos! Con tal de evitar nuestro invernadero-casa... les quiero tener cerca, a pesar de los piques con mis hermanos o las charlas de mi padre sobre sus nuevos y aburridos descubrimientos.

—Creo que este no es el camino —murmuro para mí misma. Mel, dentro de Alfea estás a salvo.

He entrado por uno en el que apenas ilumina la Luna por la ventana. Un chorro de luz enfoca directamente a un chico de pelo revuelto, con gafas y absorto en lo que ve en su portátil sentado en el suelo de piernas cruzadas. En la pantalla se pueden ver una serie de naves plateadas que disparan rayos de luces azules o naranjas a asteroides. Va con cascos por lo que no se ha dado cuenta de que estoy aquí.

Muerta de curiosidad avanzo unos pasos para ver qué juego es, no lo reconozco. El chico teclea agresivamente intentando que sus naves no sean golpeadas, pero no lo está consiguiendo. Suelto una risita que le sobresalta cuando una de sus naves se choca, me mira de arriba abajo descubriendo de mi existencia y sus naves terminan todas por empotrarse contra los pedazos de piedra. En la pantalla aparece en letras amarillas y mayúsculas la palabra Loser.

Deja su ordenador y los cascos torpemente sobre el banco de piedra que tiene al lado —¿por qué no se sentó ahí?— y se rasca la nuca con nerviosismo. No se atreve a levantar la mirada por lo que inicio la conversación de manera divertida, aunque estoy algo avergonzada por haberle espiado.

—No quiero ser cotilla pero, ¿qué haces aquí, tú solo, en un pasillo oscuro jugando a los marcianos? —le pregunto con una sonrisa. Sus mejillas se sonrojan.

—Eh, yo...No pienses cosas raras —me suplica juntando sus alargadas manos.

Suelto una carcajada por sus palabras. ¿Qué voy a pensar? Que se aburre en la fiesta, nada más.

—No pienso nada extraño. Siento haber estropeado tu partida, no era mi intención. —Mi sincera disculpa es aceptada por el chico. Se descoloca aún más el pelo y por primera vez desde que aparecí sonríe. ¡Qué curioso, tiene un pequeño hueco entre las dos paletas! Le da un toque gracioso y tierno.

—Me aburre la fiesta —confiesa con voz quebrada—. Mis pocos amigos están ligando, charlando o morreándose con alguien. Ninguna de esas cosas se me da bien. —Suspira sentándose de nuevo en el cemento. Doy unos pasos y me agacho a su altura.

—Oh, lo siento. —Él niega con la cabeza, le resta importancia pero no le creo—. Si te sirve de algo, salvo charlar, todo lo demás se me da mal. Ya no eres el raro. —Río. Le saco otra sonrisilla a la vez que se ajusta las gafas de pasta.

—Siempre soy el raro, aunque ya me da bastante igual.

—¿Por jugar a los marcianitos? —inquiero. Me siento a su lado cansada de estar en cuclillas.

—Es una mejora que he hecho del Asteroids. —Deja de hablar y suspira molesto. Rodea sus rodillas con sus brazos—. Mierda, si no sabrás ni de qué videojuego hablo.

—Me suena mucho, por lo de destruir asteroides —digo convencida—. Lo que no me cuadran son esos rayos de luz.

—Esa es una de mis aportaciones —replica a media voz—. Quise hacerlo más adaptado a nosotros, a nuestro mundo. No soy un hada, soy especialista pero friki de la tecnología —aclara cohibido—. Imagino que tú si lo eres, hada digo. No sé si te has dado cuenta de que cuando utilizáis vuestros poderes sale un halo de luz en algunas hadas al cargar con vuestro objetivo.

—Mis poderes, bueno, no hacen eso. —No me apetece mucho hablar de mi don. No me quejo pero es mucho menos impresionante que el de las demás—. Me he dado cuenta de ello, sí. Eres todo un observador.

—Cuando eres invisible y nadie te hace caso percibes muchas cosas, detalles que la gente no ve o no quiere ver. Tú, por ejemplo —salta él—. Ibas o huyendo de alguien o persiguiendo a alguien, ¿verdad?

—No, listillo.

—No vale mentir, que te he abierto mi corazoncito —me reprocha dramáticamente. Estallo en una carcajada, ese tono tan dantesco y teatral.

—Te devolveré lo hecho, pero sin yo abrir mi corazón —le corto dándole un manotazo en su brazo pues se apresuraba a continuar—. Buscaba a mis amigas que han ido fuera pero me he equivocado de pasillo.

Levanto mi culo del suelo y chasqueo la lengua enfadada, se me ha quedado congelado. Me niego a volver a ponerme una falda. El chico del que todavía no sé el nombre recoge su ordenador y sus cascos.

—Retrocede todo lo que has andado de pasillo, gira hacia la derecha y tras caminar otro poco encontrarás las escaleras hacia la recepción —me indica. Se sacude los pantalones a manotazos—. Te guiaría pero creo que te he entretenido y tenías mucha prisa.

—¿Eres de segundo? —pregunto sorprendida por las indicaciones. ¡Qué estúpida, pues claro!

—Sí y tú eres de primero, sin necesidad de preguntar. —Ríe el de gafas. Le doy un pequeño empujón, se burla de mi despiste. No es justo—. Tranquila, a mí también me costaba los primeros días, te lo aprenderás. Es algo sistemático.

—¿Funcionas a base de patrones o qué?

—Sí, por cosas como esa no voy a fiestas. La gente no tiene patrón, un videojuego sí está bien hecho sí —contesta con una sonrisa triste.

—Las personas somos complejas, no puedes pretender que sean simples.

—No lo hago, pero ayudaría a mi supervivencia en este internado que lo fueran.

—Conmigo no te ha ido tan mal, agorero —le animo divertida—. Espero que volvamos a encontrarnos, marcianito.

—Sí que soy un marciano, aunque me llamó Timmy —dice el castaño.

—Encantada, marcianito Timmy. Gracias por la ayuda. —Hago una pequeña reverencia que le hace gracia.

—No, gracias a ti por animarme este día de mierda.

Nos sonreímos a modo de despedida sabiendo que tengo que irme ya. Cierto es que este muchacho me ha absorbido parte del tiempo esencial pero necesitaba ayuda, un poco de ánimo. Se le veía tan tristón y solitario. Comienzo a volver sobre los pasos que he dado apenas cinco minutos antes.

—¡Oye, no me has dicho tu nombre! —escucho que grita. Me asomo por la esquina que justo acabo de doblar y solo muestro mis ojitos. El eco le da mi pequeña risa, le guiño un ojo y me aparto. Se quedará sin saberlo, no por nada en especial—. ¡Venga ya! ¡Confirmas mi teoría sobre las personas complejas!

Tapo mi boca para ahogar las carcajadas, es tan adorable. Me sabe mal no decírselo, seguramente nos volvamos a cruzar. Sigo sus brillantes indicaciones con pasos veloces y acabo como bien dijo, en la recepción. A partir de aquí ya sé salir al exterior, mil gracias a Timmy y a los encontronazos fortuitos de la vida.

La noche fría y húmeda me abraza nada más salgo del edificio. Aprieto las mangas de mi sudadera para que el frío no entre por los agujeros y tras dejar el terreno llano y cuidado de Alfea me interno en la más tenebrosa oscuridad. El ulular de un búho es el único sonido que me acompaña, no sé si es bueno o malo. Enciendo el teléfono, sin linterna me podría tropezar y bueno, con la linterna, pero ese no es el caso.

Mando rápidamente un mensaje a Ellie de que voy de camino y ella me pasa la ubicación concreta. Estoy a tan solo unos metros, menos mal. Algo suena a mi izquierda y lo enfoco con rapidez. Nada de nada. ¿Qué habrá sido? No puedo darle muchas vueltas porque he llegado donde están las chicas.

—La directora ya está dentro —murmura la morena—. ¿Dónde estabas? Me tenías algo preocupada.

—Primero me encontré con el entrenador Silva que fue quien le dijo a la directora porque yo estaba perdida —comienzo a explicarlas pues Musa, Aisha y Terra se habían acercado. Aisha tenía un ojo en mí y otro en el portal—. Después me volví a confundir de pasillo y estuve charlando con un chico que estaba solo.

—Ah, muy bonito...De charleta estaba la niña —bromea Musa. Le doy un pequeño abrazo.

—La próxima vez te acompañaré, Melody —sentencia firmemente Terra—. Me conozco este lugar como si hubiese nacido aquí.

—No os preocupéis, tendré que aprender ahora que voy a vivir aquí. Además, me agrada el señor Silva y el chico que conocí también. —Y es verdad. Ojalá volver a verles y por supuesto que lo haré teniendo en cuenta que ahora tengo excusa para ir a los entrenamientos de especialistas: Riven, Timmy y una charla pendiente con el profesor Silva.

La puerta de madera del antiguo cementerio se abre de golpe y sale Bloom terriblemente asustada y con la coleta casi deshecha. Antes de que la puerta se cierre divisamos a la directora lanzando hacia atrás a un bicho tres cabezas más grande que ella, negro como el carbón y que chilla por el golpe recibido. Tras eso, silencio.

—¿Estás bien? —preguntamos Aisha y yo a Bloom.

Asiente varias veces pero a mí no me convence, creo que a las chicas tampoco. Está aterrorizada y nos exige que le digamos qué es esa cosa. Eso es un puto quemado, joder. Dieciséis años sin saber de ellos y tienen que volver a aparecer y justo en Alfea. Muy sospechoso.

Por si alguien no creía la versión de Riven sobre ese cuerpo mutilado ahora con el propio bicho hay pruebas fehacientes. ¡Joder, que han vuelto! Y si regresan significa que vamos a tener mucho trabajo que hacer, hadas y especialistas pero en especial mis queridos hermanos. Creo que pronto aparecerán sus lindas cabecitas por aquí...

Bloom está tan histérica que, aunque estoy agotada, hago el esfuerzo de utilizar mis poderes. La abrazo fuerte, absorbiendo parte de esos sentimientos tan negativos y ella apoya su cabeza en mi hombro. El pinchazo es el más duro que he recibido hoy, tiene demasiado poder y unas emociones peores que las de un pre adolescente mimado.

¡¡OFICIALMENTE ESTE ES EL ÚLTIMO CAPÍTULO BASADO EN EL PRIMER EPISODIO DE LA SERIE!!

En el siguiente comenzarán las clases en Alfea y Mel y Ellie están deseando dar guerra. Bueno, no es su verdadera intención pero al final siempre se lía :)

¿Os podéis creer que nadie le había contado a Mel sobre Timmy y no sabe que es el gran cotilla de Alfea? No tiene ningún prejuicio sobre él y se han caído bastante bien👀

También ha aparecido el entrenador Silva y se han vuelto a nombrar a esos pesados de hermanos que tiene Mel que le han quitado la sonrisa al pobre profesor...¿Se viene más cosillas o caerán en el olvido? Opiniones!! 💜💚

Ayer fue el cumpleaños de la beia anfitriteytalasa y la semana pasada de una de nuestras lectoras asiduas y que también es muy beia SharonCarterSM !!!💃🏻💃🏻💖💖🎉🎉

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