Octubre, época de otoño, el viento soplaba y el sol oculto tras las nubes estaba, era un clima agradable para un buen viaje, la carretera era lo único que había frente a mí y a los costados un enorme bosque con árboles amarillentos, sus hojas volaban a todas partes y caían en algún punto. El pueblo estaba cerca, pues señales me indicaban que estaba por llegar, por mientras disfrutaba de las vistas desde mi auto.
Todo iba de acuerdo a mi plan de supervivencia para independizarme, me he mudado a Inglaterra y que mejor irme a vivir a un pueblo 'mágico' donde la naturaleza aborda en todos lados. Eso me ayudaría bastante para mi trabajo como fotógrafa independiente y profesional, gracias a mi trabajo tenía una buena vida y podía darme mis ciertos lujos.
Como el haber comprado una mansión en Blightbrooke, y no era cualquier mansión...
¿Por qué lo hice?
Me sigo preguntando lo mismo, pero cuando vi aquel anuncio en una página de bienes raíces, quedé asombrada y bastante intrigada por saber la historia de aquella enorme mansión que ha de tener miles de años, además porque se encontraba lejos de la ciudad que ya conocía y quería experimentar algo nuevo, así que por mi cuenta decidí adquirirla e irme de una buena vez.
Y por fin había llegado al pueblo, era grande y con casas por todos lados al igual que varios comercios, la gente paseaba y se veían muy tranquilos, solo esperaba ser una buena vecina. Me fui deteniendo y me detuve a preguntar sobre el camino a la mansión, este sería mi nuevo hogar y será mejor irme amistando.
— Buen día —
Bajé a la primera tienda que vi y entré saludando al hombre tras el mostrador.
— Buenos días, señorita ¿En que puedo servirle? —
— Quisiera saber como llegar a la mansión... Heelshire —
Dije leyendo una de las hojas que me habían mandado los de bienes raíces, donde toda la información de la casa estaba ahí. Cuando levanté la mirada de nuevo hacia el señor este parecía haber visto un fantasma, su semblante era tan serio que logró incomodar.
— ¿Por qué quiere ir a ese lugar? Es peligroso —
– Bueno, la he adquirido hace unos meses y hoy he quedado en verla —
No veía necesidad de dar explicaciones, pero el hombre de verdad se veía inquietante ante mi plática sobre la mansión.
— ¿La mansión Heelshire ha sido vendida? ¿¡Usted la ha comprado!? ¡No sabe lo que hace! —
Exclamó en alto que retrocedí cuando dio un golpe al mostrador, por suerte solo estaba yo en la tienda, pero eso acabó cuando una mujer salió detrás de unas cortinas que estaban detrás del hombre. Supongo que parte de su casa era.
— ¿Qué son esos gritos? —
— Mujer ¿Tú sabías que la mansión Heelshire se puso en venta? —
El hombre la volteó a ver, ella al igual que él miró con sorpresa ante la pregunta.
— No tenía idea, había escuchado que cerrarían el paso hacia la mansión pero ¿Venderla? ¿Qué loco se atrevería a comprarla? —
Entonces, el hombre me volteó a ver dándole a entender a su mujer que yo era esa loca.
— Yo... no quisiera seguir molestando, solo quiero saber llegar allá —
— No puedo creerlo, pero querida ¿siquiera sabes lo que haces? —
La mujer salió del mostrador acercándose a mí, veía temor en sus ojos.
— Creo que será mejor retirarme —
Di el primer paso camino a la salida, la pareja solo me veía con esas expresiones de temor, no me dijeron nada y será mejor si no los presiono a decirme algo.
¿De qué peligro hablan?
No tenía idea de nada. Seguí mi camino, subiendo a mi auto y tratando de dar con la mansión por mi misma, el bosque estaba muy cerca del pueblo y un camino pude ver a través de los árboles, cerca de esto habían listones de policía y casi nadie rondaba por esos lugares, estaba lo suficientemente retirado de las casas.
Avancé adentrándome al bosque y siguiendo ese camino de tierra, no esperaba a que tardara tanto en llegar, 30 minutos había hecho para al fin poder ver la mansión a unos metros de mí, antes de verla por completo un portón con una gran puerta de rejas de metal se postraba frente a mí, se veía tan imponente y que suerte tenerla pues así me sentiría más segura.
— Estás demente, Portman —
Me dije a mi misma al cruzar el portón, crucé por otro camino de árboles a los costados pero fue más corto y al final de cuentas, la mansión estaba frente a mí. Tres pisos, grandes ventanas, una estructura majestuosa y esos detalles que le daban su toque tan vintage.
— ¡__________! —
Escuché mi nombre, en la mera entrada vi salir a dos personas, la chica de bienes raíces y un oficial de policía. Al estacionarme, bajé y me encaminé a la entrada sin dejar de ver la mansión.
— Que gusto me da verla —
Saludé a la chica quien extendió su mano y le di un apretón, hice lo mismo saludando al oficial.
— Es un placer, señorita Portman, soy el oficial Myers, del pueblo —
— Me dio el gusto de acompañarme hasta acá, es algo complicado dar con la mansión —
Comentó ella.
— Dígamelo a mí, no sabía para dónde dar y nadie quiso darme una respuesta —
El policía pareció incomodarse que se removió en su lugar, más no dijo nada.
— ¿Te parece entrar? Está helando y tenemos mucho papeleo el cual firmar —
Como una niña, entré a la mansión viéndola por primera vez por dentro, no se comparaba a nada con las fotografías que habían enviado y eso que pude haber tomado mejores, era más grande de lo que creí y todo parecía intacto. El tiempo dejó de avanzar ahí adentro, los muebles, las pinturas, las paredes... todo era tan antiguo.
— Vaya, es... increíble —
Vi hacia las escaleras, tenía ansias de conocer todo ya.
— Como podrá ver, señorita Portman, todo sigue en su lugar. Una vez adquiriendo las escrituras legalmente, será completamente suya —
— ¿Cómo es que los señores Heelshire hayan dejado esta belleza? —
Me di vueltas por lo que era la sala de la entrada principal, desde ahí podía ver varios pasillos que daban al living y a la cocina, también a otra sala pero esta se encontraba cerrada y un listón amarillo la marcaba.
— De cierta forma... — llamaron mi atención — Se logró poner en venta con ayuda de varios abogados, es una reliquia familiar después de todo —
— Tuve la suerte de ser yo quien la adquiriera ¿no? — sonreí
— Bueno, señorita Portman, usted fue la única que llamó para adquirir la mansión —
Eso hizo que mirara a la señorita Hill, el oficial solo quedó con la cabeza gacha, me acerqué y parecía que la única emocionada era yo por tener esa mansión. No quise hablar, solo asentí a todo lo que me siguió diciendo, como que una vez firmando yo sabría que hacer con todo lo de la mansión porque nada había sido sacado de ahí, objetos, ropa, utensilios, todo seguía ahí.
Hasta que firmé.
— Me encargaré que le traigan la despensa, señorita Portman — dijo el oficial
— Oh ¿pueden hacer eso? Yo aún así, no tengo molestia en ir hasta el pueblo —
— No se preocupe, para eso estamos nosotros. Me encargaré —
— Gracias, oficial —
Y al final, todo quedó en acuerdos, la señorita Hill me dejó las escrituras y los planos de la mansión, ahora me pertenecía.
— Fue un gusto hacerle la venta, señorita Portman. Cualquier cosa, mi número está en los documentos que le he dado —
— Muchísimas gracias —
— Nos espera un largo camino, lo espero en el auto, oficial — la chica se fue
Quedé en la entrada de la mansión, el oficial estaba a mi costado viendo a la señorita Hill subir al auto y entonces se giró para conmigo. De nuevo esa expresión, como la de la pareja de la tienda, llena de temor.
— Señorita Portman, solo espero que sepa lo que hace —
— No entiendo que es lo que pasa — dije cruzando mis brazos
— Verá, señorita. Esta mansión oculta demasiadas cosas, los señores Heelshire no hubieran querido que cualquiera estuviera aquí — contó — ¿Ha escuchado la historia de Greta Evans? —
— ¿La mujer loca que mató a su ex pareja y juraba decir que había sido un muñeco? Si, he leído algo de eso, pero ja... usted no creerá eso ¿o si, oficial? —
Quedó en silencio.
— Muchas historias se cuentan de esta mansión, versiones que ya ni siquiera se sabe cual es la real. Pero si algo sé de este lugar, señorita, es que no es seguro y debe tener cuidado —
El crujir de la madera sonó dentro de la casa que nos hizo a los dos voltear, parecía provenir del comedor.
— Tendré cuidado, no dejaré que ningún muñeco diabólico me haga algo — hice burla ante el tema
— Manténgase en contacto, señorita, la señal no es tan buena aquí y como recomendación solo le diré... no haga caso a los murmullos tras los muros. Que tenga un lindo día —
El oficial se retiró y se fue junto a la señorita Hill, quedé sola en esa mansión en medio de la nada, solo rodeada de bosque. Miré el interior de la casa, era enorme para una sola persona, pero ya estaba aquí y mis ahorros se habían ido al carajo, ya no hay nada que pudiera hacer así que era mejor ir acostumbrándome.
Un gran suspiro solté y se escuchó como eco al momento de estar en el centro de la entrada, debía bajar ya mis cosas así que regresé afuera directo a al auto para sacar mis maletas. Sentir la mansión a mis espaldas era abrumador por lo enorme e imponente que era, aquí comenzaba mi vida como independiente, lejos de todos y todo.
¿Qué malo podría pasar? Yo no creo en historias de terror.
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No puedo terminar mis historias pendientes y ya publiqué otra c':
La película The Boy (2016) la pueden hallar en YT, en todo caso de no haberla visto UwU
Espero les guste ~