No Tendré Una Relación Tóxica

By MurasakiFanfics

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Historia de Transmigración/Reencarnación Tras morir en un terremoto una chica despierta dentro del mundo de I... More

Prólogo: Segunda Oportunidad
Capítulo 1: Familia Irie
Capítulo 2: Exámenes y Competencias
Capítulo 3: Vacaciones De Verano
Capítulo 4: Sentimientos Contradictorios
Capítulo 5: Clase 3-B
Capítulo 6: Celebrando Las Fiestas
Capítulo 7: Examen de Ingreso
Capítulo 8: Graduación Accidentada
Capítulo 9: Universidad y Desamores
Capítulo 10: Cambios
Capítulo 11: Honestidad
Capítulo 12: Casamentera
Capítulo 13: Nuevo Hogar
Capítulo 15: Alianza
Capítulo 16: Celebración

Capítulo 14: Hospitalizados

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By MurasakiFanfics

Mis clases habían terminado temprano y después de pasarme por mi Club de Amantes del Anime para tomar algunos mangas que llamaron mi atención, fui a la casa de la Familia Irie.

Estaba pensando en mis cosas cuando, al estar a punto de abrir la puerta, el sonido de cristal rompiéndose me alertó. Con prisa entré a la casa, siendo recibida por gemidos de dolor y me precipité a toda prisa a la sala de estar.

- ¡¿YUUKI?! - llamé angustiada al verlo tirado en el suelo. A su lado había un vaso roto.

- ¡Mi estómago! - se quejó de dolor y fue cuando supe que estaba pasando.

"¡MALDICIÓN! Como nunca se especificó la fecha en el anime no pude prevenir este suceso. Este es el día en que Yuuki es hospitalizado."

Dejando caer mi mochila al suelo bajé corriendo las escaleras y me arrodillé a su lado, notando el cómo estaba encorvado sobre sí mismo debido al dolor.

- ¿Te duele demasiado? ¿Dónde está Tía Noriko?

- E-Ella fue de compras. - pronunció a duras penas. Al tocar su rostro noté que estaba ardiendo en fiebre. - ¡D-Duele demasiado! ¡Kotoko Onee-san!

Lo tomé entre mis brazos y con gran esfuerzo lo cargué hasta el sofá, donde lo dejé recostado. El movimiento debió ser lo suficientemente brusco para que, de un momento a otro, Yuuki se arqueara llevándose una mano a la boca. Dándome cuenta de lo que pasaba me precipité al baño a tropezones buscando una cubeta y regresé justo a tiempo para que Yuuki vomitara. Froté su espalda, sujetando su cabeza, hasta que se detuvo. Dejando la cubeta en el suelo volví a recostarlo y saqué mi celular para marcar con rapidez el número de Irie-san.

Los segundos se me hicieron eternos y cuando escuché su voz del otro lado del parlante grité llena de pánico y ansiedad. - ¡Irie-san! ¡Es Yuuki!

- ¿Yuuki? ¡¿Qué sucede?!

- ¡Dice que le duele mucho el estómago! Acaba de vomitar hace un momento y está ardiendo en fiebre. - mi voz se quebró, pero traté de hablar lo más claro posible para que escuchara los síntomas. - N-No creo que sea apendicitis. Esto parece ser algo mucho más grave de lo que me pasó a mí.

- Mmm. Podría ser algo intestinal. - indagó Irie-san al escuchar mi explicación. - Escúchame, has justo lo que te voy a decir.

- ¡De acuerdo!

Siguiendo sus indicaciones al pie de la letra llamé a la ambulancia y al doctor de la familia, teniendo que encargarme de cuidar de Yuuki hasta que la ayuda llegara, recostándolo boca abajo para evitar que se ahogara en caso de volver a vomitar.

Tras un par de minutos escuché sirenas y, prometiendo que regresaría pronto, salí a la calle para hacerle señas a los paramédicos, dejándoles entrar a la casa y viendo a Yuuki ser levantado para recostarlo en una camilla y ser llevado a la ambulancia. Subiendo justo detrás de él me senté a su lado mientras nos dirigíamos a toda velocidad al hospital.

Sujeté la mano del menor con una mano, sintiendo su piel arder, y con la otra mano le mandé un mensaje a mi mejor amiga contándole lo que sucedió. Esperaba que Irie-san pudiera comunicarse con los tíos y que nos alcanzaran pronto en el hospital. Yo no era buena sobrellevando la angustia y el estrés. Ahora mismo estaba echa un mar de lágrimas y es que, pese a saber que Yuuki estaría bien, no podía evitar sentirme asustada.

Una fuerte tos proveniente del menor me hizo guardar mi celular en el bolsillo para limpiar la comisura de sus labios con un pañuelo. Fue entonces que lo vi abrir sus ojos. Se veía tan desorientado y pálido que no pude evitar llorar aún más.

- ¿Kotoko Onee-san? - me llamó preocupado.

Aquello me hizo sentir culpable. Se supone que quién estaba mal era él, no yo.

- Todo estará bien, Yuuki. Estamos de camino al hospital. - traté de tranquilizarlo, forzándome a no perder la cabeza. - Tu hermano y tus padres nos alcanzarán pronto.

- ¿En serio? - preguntó sin fuerzas. Parecía que en cualquier momento perdería la consciencia.

- Sí. Todo estará bien. - me incliné para abrazarlo, acariciando su cabello y escondiendo mi rostro lleno de lágrimas en su pecho. - Todo va a estar bien.

Yuuki dejó escapar una ligera respiración forzosa e hizo un sonido estando de acuerdo. No tardó en quedarse dormido.

Las siguientes horas se sintieran confusas, apenas si registre cuando llegamos al hospital y Yuuki fue llevado de inmediato a la sala de operaciones. Quise seguirlo, pero me hicieron quedarme en la sala de espera, donde caminé de un lado para el otro mordiéndome las uñas hasta que Moto-chan hizo acto de presencia y rompí a llorar en sus brazos. Poco después llegó Irie-san en compañía de los tíos y Watanabe-kun, que había estado con Irie-san cuando lo llamé y se preocupó. Los tíos me abrazaron con fuerza y me dieron las gracias por estar allí para su hijo menor. Irie-san también me agradeció, aunque lo hizo con una fuerte tensión encima, debía estarse forzando a permanecer estoico para no angustiar más a sus padres.

Tras una larga espera el doctor de la familia nos vino a ver.

Yo que en ese momento estaba conversando con Moto-chan y Watanabe-kun, me puse de pie de inmediato. - ¡¿Cómo estuvo la cirugía?!

- No se preocupen, salió muy bien. - un suspiro colectivo se escuchó. - Tal como sospeché, se trataba de una Intususcepción ileocecal. Una sección de sus intestinos quedó atrapada entre una sección inferior; pero volverá a su posición original cuando se recupere. La herida debería cerrarse en una semana.

Tras agradecer al doctor pudimos ingresar a ver a Yuuki. No había despertado todavía y lo más probable era que no lo hiciera hasta mañana; sin embargo, el color había regresado a su cara y la fiebre disminuyó, lo que era un enorme consuelo.

Los tíos tuvieron que retirarse para llenar el papeleo de admisión y los jóvenes nos quedamos al cuidado del menor.

- Intususcepción ileocecal. Un bloqueo intestinal. - pronunció de pronto Irie-san que se encontraba sentado al lado izquierdo de Yuuki junto a Watanabe- kun. Moto-chan y yo estábamos sentadas en el lado derecho. - No tenía idea...

- No tenías forma de saberlo.

- Motoki-san tiene razón, Irie. No puedes predecir este tipo de cosas.

Pese a las palabras de nuestros mejores amigos, el imbécil se mostró aún más desolado.

- Honestamente, nunca supe que lo desconocido podría ser tan aterrador. - su mandíbula se tensó con fuerza. - Querías saber la razón por la que decidí estudiar medicina. - sus palabras me llamaron la atención. - Es gracias a Yuuki y a tí, Kotoko.

- ¿Ah? ¿Qué quieres decir?

- En dos ocasiones sus vidas peligraron. Yuuki casi se ahoga y tú sufriste esa apendicitis. En la primera ocasión tuve que recibir asesoría y la segunda, ignoré por completo tus síntomas. Comprendí que no podría cuidar de ustedes si continuaba de la misma forma y hablando con mi psicólogo llegué a la conclusión de que debía dejar de ser egoísta y hacer más por los demás. Fue cuando recordé tu sugerencia sobre convertirme en doctor.

- Irie-san. - pronuncié incrédula. - Pero... Esa vez de mi apendicitis, se supone que ya habías dado el examen de admisión.

- Verás, Irie hizo dos exámenes, el de Medicina y el de Ciencia e Ingeniería. - reveló Watanabe-kun dejándonos en shock a Moto-chan y a mí. - Le dije que podía ser demasiado para él; pero insistió y al final aprobó ambos exámenes.

- ¡¿S-Seguro que eres humano y no un robot?! - lo cuestionó Moto-chan incrédula.

El imbécil le lanzó una amargada mirada. - Todavía no me decidía por ninguna. Después de ir a ver a Kotoko en el hospital fue que terminé por tomar una decisión.

"Así que esa es la razón por la que se fue de la habitación de esa forma tan abrupta."

- Este incidente me demostró que todavía me queda mucho por aprender. - sus manos se apretaron una contra la otra. - Esta mañana Yuuki tenía un ligero dolor estomacal. Solo le di unas pastillas y le dije que si se sentía mal me llamara. Si no hubieras llegado temprano, él...

Me puse de pie, rodeé la camilla y lo tomé por los hombros para enfrentarlo. - ¡No es tu culpa! ¡¿Lo entiendes?! - le recalqué. - ¿Pero sabes en lo que sí eres responsable? Es en haberme dado indicaciones para poder atender a Yuuki de manera apropiada. No fui solo yo, tú también lo salvaste, así que... Ya no lo aguantes más. - le sonreí. - Puedes llorar, imbécil.

Y como si mis palabras hubieran activado un detonante lágrimas descendieron por sus mejillas. Llevándose una mano a la boca y sin soltar la mano de su hermanito con la otra, Irie-san, el ex protagonista masculino más tóxico de la historia del anime, se puso a llorar.

No pude más que abrazarlo por la espalda. Moto-chan y Watanabe-kun compartieron una mirada y poniéndose de pie se acercaron a nosotros, cada uno de ellos rodeando a Irie-san con un brazo por el costado. Pese a odiar el contacto con las personas, el imbécil no protestó y se quedó en la misma posición, permitiéndose por fin actuar de acorde con sus sentimientos y dejarse consolar por primera vez.

Más tarde, Irie-san negaría haber llorado o permitido que lo abrazaran. No es que importara. Los tres nos íbamos a asegurar de que nunca lo olvidara en lo que le restara de vida.



...



Yuuki despertó al amanecer.

Incapaz de irme sin asegurarme que el menor se encontrara bien me había quedado a montar guardia junto a su cama de hospital con Irie-san, ambos a cada lado del menor sujetando una mano, siendo que nos despertamos al sentir que se estaba moviendo. Llena de alivio por ver a Yuuki despierto y sin ninguna expresión de dolor lo abracé. Por su parte, Irie-san alborotó sus cabellos. Yuuki parecía muy confundido por la situación; pero su sonrisa nos indicó que estaba contento de ser mimado.

Casi a regañadientes tuve que irme cuando Moto-chan me llamó para recordarme que mi primera clase estaba a nada de comenzar y prometiendo regresar lo más pronto posible tuve que irme.

- Kotoko-san, le harás un agujero al reloj si sigues mirándolo así. - comentó divertida Matsumoto-san. Desde hace un par de semanas había empezado a llamarme por mi nombre.

- Ah, Yuuko-san. - respondí refiriéndome a ella por su nombre de igual forma. - Es que sigo preocupada por Yuuki. - le expliqué. Para este punto mi amiga ya sabía que era muy amiga del hermano menor de mi "pretendiente". - ¿Crees que debería llevarle flores? - pregunté recordando que la Kotoko original le había llevado flores; pero Yuuki no las recibió de buena gana. Claro, eso también se debía a que la chica fue al hospital más para ver a Irie-san que para ver si Yuuki se encontraba bien.

- Mmm, ¿Qué edad tiene?

- Cumplirá 9 años en unos meses.

- No creo que le interese recibir flores. - estuve de acuerdo con ella. - Ya que no puede comer nada que no le recete el médico, podrías llevarle algo que le guste, tal vez algo para leer.

Fue entonces que recordé los mangas que todavía llevaba dentro de mi mochila. Ya que Yuuki se quedaría un tiempo internado podría aburrirse. Que mejor que tener algo para entretenerse.

- ¡Gracias, Yuuko-san! Me diste una gran idea. - la joven mujer pareció complacida por mis palabras. Fue entonces que sonó el timbre y la clase empezó a retirarse. Tomando mis cosas me detuve en el umbral de la puerta. - ¡Que te vaya bien en tu cita con Sudou-sempai!

- ¡Que no es una cita! - protestó con las mejillas ruborizadas.

Soltando una risita me escapé antes de que pudiera atacarme.

Regresé al hospital sola, ya que debido a su horario de clases Moto-chan no podría visitar a Yuuki por hoy. Le aseguré que no había problema, que él entendería y que le mandaría sus saludos. Una vez llegué a la habitación me encontré a mi tía cuidando sola de su hijo menor. Mi tío debía encontrarse en el trabajo y el imbécil en la universidad.

- ¡Oh, Kotoko-chan! Qué alegría verte. - me saludó Tía Noriko con alegría.

- No podía no venir. - caminé hasta tomar asiento al lado de Yuuki. - Me alegra ver que estás bien, Yuuki. Mira lo que te traje. - y diciendo eso busqué en el interior de mi mochila extrayendo unos cuantos tomos de manga. - Pensé que te aburrirías. 

Como a Yuuki sí le gustó leer Sailor moon me imaginé que le gustaría Sakura Card Captor.

- ¡Gracias, Kotoko Onee-san! - me agradeció con una gran sonrisa.

- ¡Eres un encanto, Kotoko-chan! ¡Deberías regresar a casa y convertirte en mi hija (nuera)!

"¡PERO SEÑORA! ¡¿OTRA VEZ CON ESO?!"

- ¡Mamáaa! - protestó el menor enojado.

No era el único. Estaba a nada de quejarme cuando alguien más lo hizo en mi lugar.

- ¿Ya empezaste? - Irie-san ingresó a la habitación con un paquete en la mano.

- Pero Onii-chan, ¿No estarías feliz de verla más seguido? - trató de convencerlo.

- ¡Mamá, ya basta! ¡Déjalos en paz! - protestó Yuuki.

- Tía, ya le dije que no es de ese modo. 

- ¡Tsk! ¡¿Quién querría mirar tanto a esta idiota?! - soltó el imbécil para segundos después poner una expresión en blanco, como si acabara de darse cuenta de lo que dijo. - ¡Yo...! No era mi intención...

- ¡ONII CHAN!

- ¡Oye tú me respetas porque me respetas! - le grité enfadada, siendo detenida por mi tía para que no ahorcara a su hijo mayor.

Justo cuando estaba por gritarle hasta de lo que se iba a morir una risa nos enmudeció a todos.

Frente a la cama de Yuuki y recostando su espalda contra una almohada, un niño de cabello negro y rostro angelical nos observaba con una divertida sonrisa. Al verlo lo reconocí en seguida. Era aquel adorable pequeño que se volvería un modelo famoso y arrogante en el futuro y que tras una serie de eventos volvería al sendero correcto, ¡NOBU-CHAN POR FIN A APARECIDO!

- Perdón por todo el ruido, Nobu-chan. - se disculpó Yuuki con culpa en su voz.

- Esta bien. He estado aquí mucho tiempo y todos aquí son muy divertidos. - comentó sin rastro de malicia alguna. Era increíble lo diferentes que eran su yo actual con su yo futuro.

- ¿Has estado aquí mucho tiempo? - le pregunté con preocupación.

- Sí, creo que han pasado seis meses. - su sonrisa se tronó triste. - Parece que voy a tener que repetir cuarto grado.

- ¡De eso nada! - me negué con una firme expresión. - ¡Ya sé! Seré tu tutora, Nobu-chan.

- ¿Y tú qué sabes de enseñanza? - me cuestionó el imbécil con tono arrogante.

- Aprendí de la mejor. - hablé alagando a Moto-chan. - Si te crees mejor que yo entonces tú enséñale, "Doctor Irie". - susurré lo último logrando ponerlo nervioso al estar su madre presente.

- ¡Y Yuuki también te ayudara! ¿Sabes que adelantó dos grados y ahora está en primero de secundaria? - presumí los conocimientos de mi pequeño amigo.

- ¿En serio? ¡Eso es genial!

Al verse involucrado Yuuki se ruborizó de vergüenza.

Ver las expresiones de ambos hermanos fue demasiado divertido y Nobu-chan volvió a echarse a reír. No pude evitar reír junto con él. Tía Noriko tuvo que evitar que esta vez fuera Irie-san el que me estrangulase.

Al día siguiente volví con algunos libros y libretas que pensé serían útiles para enseñarle al menor. Pensé que Irie-san me regañaría por tomarme este asunto tan en serio; pero me sorprendió cuando al llegar Yuuki y él ya le estaban enseñando a Nobu-chan. Sin querer quedarme atrás me sumé a la lección de estudios.

Más tarde, fuimos regañados por una enfermera que al tomarle la temperatura al niño comprobó que tenía 38°. 

- En serio, a Nobu-chan le da fiebre con facilidad; así que si no tienen cuidado...

- Lo sentimos. - nos disculpamos con la cabeza baja.

- Esta bien. Estoy acostumbrado. - el pequeño sonrió con rostro cansado. - Pero desde que admitieron a Yuuki, ha sido muy divertido. Onii-san y Onee-san me ayudan a estudiar y Yuuki-kun conversa conmigo y leemos mangas juntos.

Fue solo al oírlo decir esto que me di cuenta que nadie más venía a visitarlo. No tenía idea de quiénes fueran sus padres; pero estaba furiosa con ellos por dejar a su hijo solo.

- Tan pronto como baje la fiebre Kotoko y yo te enseñaremos más. - prometió Irie-san.

- Así es. Y Yukki y tú podrán seguir leyendo mangas. - aseguré con una sonrisa. Yuuki hizo un sonido de aprobación desde su respectiva cama.

Esa noche cuando llegaron los tíos y los dos menores se encontraba durmiendo, Irie-san y yo salimos al corredor por unas bebidas. Mañana sería fin de semana y no teníamos clase, por lo que decidimos quedarnos a pasar la noche en el hospital.

- ¿Qué enfermedad tiene Nobu-chan? - me aventuré a preguntar.

- Escuché que eran sus riñones.

- Es tan joven. Tiene la misma edad que Yuuki. - no pude evitar imaginar a Yuuki en lugar de Nobu-chan. Puede que Irie-san pensara lo mismo debido a su seria expresión. - Todos los días está agotado, siendo examinado y teniendo que tomar medicamentos amargos. No puede hacer nada divertido en absoluto. - me lamenté antes de que la realización me golpeara. - ¡Ah! ¡Tú podrás ayudarlo!

- ¿Yo? ¿Cómo? - preguntó contrariado.

- Te convertirás en doctor, ¿no? Siendo un genio de alguna forma se te ocurrirá alguna nueva práctica o procedimiento para salvarlo.

- Eso me llevará años y no puedes estar segura de sí lo lograré.

- ¿No te gustan los retos? ¡Pues ya tienes uno! Y este es uno en el que no puedes fallar. - y diciendo eso regresé a la habitación dejándolo atrás en estado de shock.



...



- Naoki, ven aquí un momento. Necesitamos hablar.

El anormal tono serio de Tío Shigeki nos puso nerviosos a todos. Era temprano en la mañana y ni siquiera habíamos desayunado. No entendía que pudo haberlo puesto de mal humor.

Sin decir nada, Irie-san salió de la habitación junto con su padre. Tras compartir una mirada con Tía Noriko y Yuuki fuimos a apoyarnos contra la puerta para escuchar a escondidas. Nobu-chan nos observó confundido desde su cama.

- ¿Es cierto? ¿Te has transferido de carrera? - escuchar eso me dejó helada, ¡No se supone que esto pasara tan pronto!

- Sí. Di un segundo examen de ingreso. Jamás estudie en el departamento de Ciencia e Ingeniería.

- ¿Qué? ¡Nunca mencionaste esto!

- Lo siento por no decirte. Es solo que he estado pensando en lo que realmente quiero hacer y si tengo planes para el futuro.

- Naoky. - su voz se escuchó flaquear. - Quiero que seas mi sucesor.

- Voy a convertirme en doctor. - anunció Irie-san con firmeza. - No me haré cargo de tu empresa. Ya lo he decidido.

- ¡N-Naoki...! ¡UGH! - tras su quejido se escuchó un estruendo.

- ¿Papá? ¡Papá! ¡¿Qué ocurre?!

Alarmados, abrimos la puerta encontrando a Tío Shigeki desplomado en el suelo con una mano en el pecho y su rostro comprimido en una expresión de dolor. Irie-san estaba arrodillado a su lado con expresión de horror.

Tía Noriko y Yuuki se agacharon inmediatamente.

- ¡Cariño! ¡¿Qué sucedió?!

- ¡Papá! ¡Papá!

- ¡Voy a llamar a un doctor! - me apresuré al pasillo pidiendo ayuda.

Por suerte, este acontecimiento pasó en el hospital y no en su casa a diferencia de en la historia original, pudiendo recibir atención inmediata. Tras unos tensos minutos se nos informó que se encontraba fuera de peligro. Gracias a un par de influencias de Tía Noriko y con ello me refiero a un pequeño soborno, Tío Shigeki fue trasladado a la misma habitación que Yuuki y Nobu-chan para que pudiéramos cuidar de todos a la vez. Me ofrecí para ir a la casa de la Familia Irie a por las cosas de mi tío. 

De regreso en el hospital compré un poco de comida en una máquina expendedora y al estar por ingresar a la habitación me detuve, escuchando una conversación.

- Doctor, ¿Cómo está él?

- Mañana realizaremos pruebas más exhaustivas; pero sospecho que fue un infarto. Dependiendo de los resultados de la prueba, puede que necesite cirugía.

- ¿Cirugía? ¿Cómo un Bypass Coronario?

- E-Estás bien informado. - comentó el doctor impresionado. Era de esperarse que el imbécil presumiera un poco. Se lo dejaría pasar esta vez debido a la delicada situación. - Bueno, solo podemos tomar una decisión después de ver los resultados. Sea lo que sea, necesita descansar. Lo mantendremos aquí un tiempo.

- Se lo agradezco mucho, doctor. - se pudo escuchar la voz de Tía Noriko.

Por mi parte, di un par de vueltas más por los pasillos antes de volver a la habitación, donde se me informó de lo que dijo el doctor. Pese a que insistieron en que debería ir a casa a descansar decidí quedarme a ayudar a cuidar de Tío Shigeki y Yuuki. También les hice saber que había pasado por mi departamento para recoger mis cosas y poder quedarme el fin de semana en el hospital.

- Muchas gracias, Kotoko-chan. - me agradeció mi tía entre lágrimas.

- Has sido de gran ayuda. - reconoció Irie-san con una sonrisa.

Tuve que aguantarme las ganas de llorar. - Es lo menos que puedo hacer. Vayan a casa, Tía Noriko, Irie-san. Pueden contar conmigo.

- Está bien. Volveremos a primera hora de la mañana.

- Kotoko Onee-san. - me llamó Yuuki con expresión preocupada luego de que su madre y su hermano salieran de la habitación. - Puede que Onii-chan se culpe por lo que pasó con papá. No va a dejar de estudiar medicina, ¿o sí?

Nobu-chan colocó una expresión preocupada. - ¿Onii-san iba a ser doctor?

Entendía las preocupaciones de los dos.

En realidad, eso es justo lo que pasó en el anime y fue lo que conllevó a ese pequeño arco donde el protagonista masculino accede a hacerse cargo de la empresa familiar y a comprometerse con la hija de uno de los colegas de su padre para solucionar una deuda. Hija que no era ni más ni menos que Chris-chan.

- Me encargaré de eso. Tú no te preocupes de nada, Yuuki. - le aseguré con una sonrisa. Confiaba que en esta ocasión las cosas se solucionarían mejor y más rápido gracias a que había tomado medidas al respecto. 

- No te esfuerces tanto. No eres súper-humana, Kotoko Onee-san. - me regañó Yuuki. 

Nobu-chan soltó una risita ante el comentario y yo me rasqué la cabeza algo avergonzada por ser delatada.

Tomé asiento en la silla al lado de Tío Shigeki y lo observé dormir. Puede que entendiera su disgusto al enterarse de manera tan repentina que su hijo mayor no quería heredar su empresa; pero no podía anteponer sus deseos propios ante otra persona.

Regresé mi atención a donde Yuuki y Nobu-chan conversaban sobre la situación.

Yuuki correría con el mismo destino, decidiendo ocuparse de la empresa familiar para que su hermano mayor, al que tanto admiraba, no abandonara su sueño. Fue una noble acción de su parte; sin embargo, ¿Estaba bien dejar caer una responsabilidad de ese tamaño sobre los hombros de un niño? Puede que tuviera sus propios sueños a los cuales tuvo que abandonar por el bien de otros. Siendo de ese modo, no había forma en que yo dejara que Yuuki se sacrificara en esta ocasión.

"Despierta pronto, Tío Shigeki. Debemos hablar muy seriamente sobre algo."

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