REPUTATION ──── HYUNIN

By ___sxftcookie

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En donde Yang Jeongin, un cantante conocido por su mala reputación se enamora de Hwang Hyunjin, un famoso emp... More

un invitado sorpresa
twitter, un lugar un tanto peligroso
el comienzo de una nueva amistad
el final más esperado
la importancia de conocer lugares en donde esconderte
entreacto: hwang yeji, la jefa en la sombra
nada bueno empieza en un coche de huida
un tema algo delicado
definiendo la palabra "amor"

un sobre tan rojo como su forma de querer

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By ___sxftcookie

- Christopher, Félix. ¿Es cierto eso de que invitaréis a Yang Jeongin a vuestra boda? -

- ¿Por qué siquiera haría eso? Es mi ex pareja, no tendría sentido. -

Y Jeongin no podía creer lo que veía en aquel programa de prensa rosa. Apagó el televisor y miró a su mánager, quién se mordía las uñas nervioso.

- ¿Estás seguro de que quieres abrirlo? -

- Bueno, no es como si tuviera dentro una bomba. -

El sobre rojo encima de la mesa de café lo intrigaba demasiado y cuando lo abrió y leyó el contenido, su expresión cambió de una de seriedad a una de confusión.

- ¿Qué dice? - Doyoung no obtuvo respuesta, así que tuvo que quitarle la carta de las manos al cantante. - "Querido Yang Jeongin: a pesar de que hemos tenido nuestros pequeños roces has sido una persona muy importante en mi vida, y me gustaría... invitarte a la celebración de mi boda". - Aquello último casi que lo había susurrado.

Jeongin sentía estar al borde del llanto. ¿Que Christopher había sido un idiota manipulador que le importaba más su reputación que la relación? Sí, pero, justo por eso aquella invitación le dolía tanto al pelirrosa. ¿De verdad tenía tanta cara como para hacerle eso?

- Voy a llamar a alguien. - Dijo, yendo hacia el balcón. Doyoung le dejó solo porque sabía muy bien que en ese momento no debía molestarlo.

Jeongin buscó entre sus contactos y allí, con un corazón y por la letra jota, lo encontró.

- ¿Hyunjin? ¿Te pillo ocupado? -

- No, me estoy tomando el día libre. ¿Pasó algo? ¿Me necesitas? ¿Quieres que vaya a tu casa? -

Jeongin sonrió sonrojado al ver como Hyunjin se preocupaba tanto por él, pero al voltear y ver el sobre rojo sobre la mesa su expresión cambió a una de incomodidad, recordando por qué lo había llamado.

- No, nada de eso. Sólo... me llegó una carta. De Christopher. -

- ¿Qué quiere ese idiota ahora? ¿Por qué aparece siempre que estás superándolo? -

- Me invitó a su boda, que es dentro de una semana. No puedo ir solo, necesito que vengas conmigo. Por favor. -

- Lo que sea, Innie. - Oh, él también solía llamarlo así. - Si es lo que quieres, lo haré. Ya verás como a partir de ese día te dejará tranquilo. -

- Eso espero, porque no creo que sea muy correcto enviarle cartas a tu ex mientras estás casado con otro. -

Ambos rieron y después de despedirse melosamente, Jeongin cortó la llamada.

Al regresar al sillón del salón, tomó de nuevo el sobre con delicadeza. Se sentía casi irreal después de todo lo que había pasado con él.

Cuando Christopher le pidió una cita cuando se conocieron claro que se lo pensó. Le llevaba seis años y eso le hacía sentir un poco incómodo, pero como le parecía guapo y divertido aceptó. Por qué no, ¿verdad? Después de todo, una cita no hace daño a nadie.

Después de aquella cita, vinieron otras. Y después de esas otras, sucedió lo inevitable: ambos se habían enamorado y Christopher le había pedido salir. Jeongin, a sus entonces veintitrés años aceptó totalmente inocente. Sabía que la prensa lo atacaría de nuevo por estar con otro chico, pero no le importaba sabiendo que Chris estaría a su lado.

Todo empezó bien: eran la pareja perfecta y envidiada por todos, pero las cosas empezaron a torcerse repentinamente. Christopher le repetía cada que podía que tuviera cuidado con lo que hacía porque la televisión y los periódicos estaban al tanto de ellos, y cuando salía una noticia mínimamente mala sobre él, el australiano lo amenazaba con acabar su relación; y de hecho varias veces sucedió eso, aunque no a ojos públicos porque siempre regresaban con Chan diciendo "te quiero demasiado, pero espero que no se vuelva a repetir, ¿vale?"

Y a pesar de que Jeongin apenas podía vivir una vida normal por culpa de todo lo que le controlaba Christopher, sus ojos estaban tapados con una venda invisible y pensaba que todo aquello lo hacía porque se preocupaba por él. Pero no, a él nunca le importó. Nunca le importó su relación, ni nadie, ni nada. Jeongin sabía que desde que lo vio acercarse aquello podía convertirse en un gran problema y que la culpa era de él, pero el tiempo no se podía revertir.

...

Ya había pasado una semana y Hyunjin se estaba terminando de atar la corbata.

Aún seguía sin entender por qué Jeongin quería ir a la boda de su ex, pero prefería no preguntar. El pelirrosa solía ser muy reservado respecto al australiano y respetaba que no quisiera contarle esas cosas, quería darle tiempo.

Después de un tiempo, ya se encontraba frente a la puerta del edificio donde vivía Jeongin y dios, estaba más nervioso que el día de su graduación. ¿Aquello era normal?

Se recuerda a sí mismo con diecisiete años, el pelo largo recogido con una coleta y teñido de azul eléctrico porque su padre odiaba los colores tan vistosos y le encantaba molestarlo de cualquier manera posible. Había ido a buscar al chico que sería su pareja para el baile, aunque cuando este intentó besarlo huyó asustado porque nunca antes había tenido esa sensación. Echaba de menos aquella época donde no tenía que fingir ser un hombre serio, aunque gracias a Jeongin podía ser él mismo más seguido.

Miró su pelo corto negro en el cristal del coche. ¿Debería cambiarlo? Verse así lo hacía parecer aburrido.

- ¿Hyunjin? -

Al escuchar aquella voz, volteó para ver a Jeongin y decirle que deberían irse, pero todo rastro de conversación desapareció al ver al hermoso chico vestido con su traje.

- ¿Te gusta? Lo compré por ti. Aunque si no te gusta me lo puedo quitar y-. -

- Jeongin, estás increíble, ¿vale? Y aunque no me gustara, si te gusta a ti te lo quedas y punto. -

Yang sonrió débilmente. No estaba acostumbrado a que le dieran tanta voluntad propia con esos temas.

- ¿Nos vamos? - Preguntó Hyunjin, a lo que el más joven asintió.

Cuando se subió al asiento del copiloto y Hwang a su lado, no pudo evitar morderse el labio con nerviosismo. Sentía que ese día iban a pasar demasiadas cosas.
Toda esa sensación de nerviosismo desapareció cuando el pelinegro unió su mano con la suya y la apretó levemente tres veces, convirtiéndose en un momento especial para ambos.

- Todo va a salir bien, Jeongin. Estoy contigo. -

- Hyunjin. - El pelinegro contestó con un pequeño "¿hm?" - Sabes que no te quiero sólo como un mejor amigo, ¿verdad? Y sabes lo que realmente significa que este traje me lo haya comprado por ti. -

- ¿Acaso quieres que te lo quite? - Ambos rieron, sonrojándose cada vez más.

- Puede. - Jeongin desvió la mirada a la ventanilla, con su rostro completamente rojo.

...

Finalmente llegaron al lugar de la boda y cuando se bajaron del coche, Jeongin tragó saliva antes de acercarse a la entrada. Un guardia de seguridad los miraba de arriba a abajo, pero sobre todo a él. Quizás lo reconocía.

- Adelante. - Dijo sin más, sin siquiera revisar la lista de invitados. Suspiró, intentando tranquilizarse.

Hyunjin tomó su mano y volvió a apretarla un poco tres veces. Jeongin se acercó a su oído.

- ¿Qué significa eso de apretarme la mano tres veces? - Susurró.

- Significa que te quiero. - Susurró de vuelta Hwang.

Jeongin se alejó y sonrió, apretando la mano del mayor tres veces también. Ahora Hyunjin sabría que él también lo quería.

Toda aquella tranquilidad y nube de amor desapareció cuando de repente vio a los recién casados bailando juntos en el centro mientras sus amigos y familiares los miraban de cerca. Entonces, en un pequeño giro, Christopher lo miró a él a los ojos y su respiración comenzó a acelerarse.

El baile terminó y todos comenzaron a aplaudir, pero él aún se encontraba en shock por lo sucedido.

- Jeongin, aplaude. - Le susurró Hyunjin. Asintió lentamente y comenzó a aplaudir también pero sin muchas ganas.

El pelinegro a su lado hizo una mueca, comenzando a preocuparse. Jeongin tenía mala cara y se notaba mucho que no quería estar ahí, pero, ¿por qué a pesar de todas las veces que le había dicho que podían irse, Jeongin se negaba?

- Voy a por algo de beber. - Dijo. Quizás eso lo calmaría. - Tú quédate aquí, ¿vale? - Jeongin miró a su acompañante y dijo un leve "sí" luego de pensárselo un poco.

Cuando Hyunjin se fue, Jeongin se dio cuenta de que los hijos de algunos amigos y familiares de Christopher y Félix estaban cerca de él, corriendo y jugando. Mientras tanto, los adultos hablaban lejos de ellos.

Eso le recordaba a como Christopher solía hacerlo sentir en su relación. Él y sus amigos hablaban de cosas que Jeongin no entendía y se sentía como un niño que no debía meterse en conversaciones de mayores. Y a pesar de todas las veces que expresó cuanto le molestaba que eso sucediera, el australiano siempre lo trataba como un exagerado; luego él lloraba, Christopher se disculpaba y todo estaba bien hasta que volvían a ver a los amigos del mayor. Era un círculo vicioso.

Mientras estaba distraído y mirando a un punto fijo de forma distante sintió como alguien se sentaba en la silla a su lado, más no se molestó en ser el primero en hablar.

- Al final sí viniste. -

Su cuerpo se congeló al completo. Christopher lo miraba esperando que siguiera la conversación y él ni siquiera era capaz de hacer contacto visual.

- Sí, vine. - Dijo, mirando al suelo. - Me acompaña con un amigo. -

- Oh, ¿aquel con el que salías tanto en las noticias? -

No debería haberse sentido mal al escuchar aquello porque ni siquiera seguían juntos, pero el tono que usó lo había hecho temblar y recordar todas aquellas amenazas y manipulaciones que había empleado en él.

- Tiene nombre. - Dijo con rabia. Debía enfrentarse a él, porque para eso había ido hasta allí: para enfrentar su mayor miedo y así poder empezar un nuevo capítulo en su vida junto a alguien que lo quería de verdad como Hyunjin. Alguien que le enseñaba que el amor no era rojo como lo veía con Christopher, sino dorado.

El rubio soltó un intento de risa y negó con la cabeza, impresionado. Jeongin frunció su ceño; ¿acaso se estaba riendo de él?

- Ya, tiene nombre. Pero me gusta llamarlo "tipo que acabó nuestra relación". -

- Esta relación la acabaste tú solo. ¿O debo recordarte que tu esposo al principio era tu amante? - Replicó el menor, guardándose algunas palabras inapropiadas.

- ¿Aún piensas en eso? Parece que estás obsesionado conmigo. - Dijo Christopher, burlándose de él.

Y Jeongin iba a ofenderse, pero luego lo pensó bien. Él no era el que había invitado a su ex a su boda, ni el que seguía intentando que su ex novio se sintiera intimidado a su lado, ni el que a pesar de tener una nueva pareja seguía pensando en la anterior.

- Estoy seguro que eres tú el que piensa en mí. -

- ¿Qué? - El rubio lo miró confundido.

- ¿Sabes? Ni siquiera necesito ser tu psicólogo para saber que si sigues así, nunca serás feliz. Lo siento Christopher, pero ya no soy tu muñeco al cual puedas manejar a tu antojo, y no me dejaré manipular por tus viejos trucos. Espero que te vaya bien con Félix. -

Se levantó de la silla en la que estaba al ver a Hyunjin con dos bebidas y sintió la mirada de Christopher clavándose en él, pero no le prestó atención, jamás lo haría de nuevo.

Porque siendo sinceros, ¿quién haría caso a Christopher teniendo a alguien como Hyunjin frente a él? Sentía sus manos temblar cada que lo tenía cerca y cada que decía su nombre, todo se detenía.

- Te he visto hablar con tu ex, ¿estás bien? -

Y luego, esa preocupación por él. Siempre le preguntaba si necesitaba algo, si estaba bien o incluso si hacía falta que fuese a su casa. Puede que al principio hubiese sido un poco idiota al tener siempre en mente su reputación, sí; pero desde que estuvo a punto de perderlo, se dio cuenta de que realmente lo quería. O bueno, al menos así lo sentía Jeongin.

- Sí, estoy bien. Lo he superado del todo. -

- Me alegro, Jeongin. - El cantante cerró los ojos sólo por escucharlo. - ¿Quieres que nos vayamos? -

- Nunca he estado en una boda, quedémonos... sólo para bailar un rato. -

Las manos de Hyunjin fueron a parar a su cintura y las suyas subieron hasta los hombros del más alto, mirándose a los ojos mientras aquella canción lenta sonaba en la habitación.

Ya no importaba si todos los demás los miraban, ya no importaba su pasado con Christopher. Ahora sólo importaba el futuro junto a la persona más perfecta que había conocido: Hwang Hyunjin.

.
.
.

2105 PALABRAS, QUE ES ESTO-

Espero que hayáis disfrutado de este capítulo tan largo, en este he puesto muchas referencias ;)

Nos vemos! <3

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