"Fui a la montaña, bebí todo el vino. Caminé por el valle, sentí cada altura. Corrí a través del fuego, cumplí mi tiempo. Encontré mi alma solo para perder la cabeza. (...) Mis demonios están de caza pero mis ángeles me enseñaron a correr. Tengo dos lobos dentro de mí pero yo decido a cuál alimentar."
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(Demi Lovato)
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La mano de Taehyung se posó sobre el hombro de Jungkook, había perdido la cuenta de la cantidad de horas que llevaban recorriendo los bosques sureños pero estaba seguro de que la opción de detenerse no estaba ni remotamente cercana a asomarse a la cabeza de su pareja. Por mucho que este hubiera comenzado a arrastrar los pies torpemente sobre la tierra llena de cenizas, tropezando con cada piedra de tamaño grande que se topaba en el camino.
-Descansemos por un segundo. - sugirió.
-Secundo esa idea. - el mestizo de sombras se dejó caer contra el tronco de uno de los pocos árboles que los rodeaban. - Me tiemblan las piernas. Habéis olvidado que en mi cuerpo la parte humana está mucho más presente de lo que lo está la parte animal. Si tengo que seguir corriendo a vuestro lado, no tardaré en pedir auxilio.
Jimin imitó el gesto del mestizo, dejando caer su espalda contra el árbol.
-Incluso nosotros estamos agotados a pesar de nuestra naturaleza. - el omega suspiró, sus caderas rozaron las de Taemin y los dos se dedicaron una mirada tranquila por un instante. No habían tenido tiempo para hablar demasiado, desde el preciso momento en el que abandonaron la casa de líderes para unirse a la búsqueda de heridos, lobos perdidos y ante todo, de los padres de Jungkook.
El ritmo había sido frenético, tenían poco tiempo y Jeon Jungkook era completamente consciente de ello. A medida que pasaran las horas, las posibilidades de rescatar a sus padres se harían más complejas porque en el caso de que estos necesitasen ayuda, el tiempo lo sería todo.
-No podemos detenernos ahora, al menos yo no puedo... - Jungkook se relamió los labios. El regusto a sangre cubría su boca después de haber forzado un par de transformaciones hasta llegar al área en la que se encontraban ahora. - Todavía quedan muchos puntos del sur por los que no hemos pasado. Si necesitáis descansar, entonces hacedlo. Yo no. Yo seguiré.
Y sus pasos fueron la clara muestra de que no había rastros de mentira o vacilación en sus palabras, pues Taehyung necesitó atraerlo dos veces hasta que finalmente Jungkook frenó los intentos de volver a correr. Estaban dando vueltas, buscando una y otra y otra vez en los sitios que reunían mayor número de posibilidades de ser un escondrijo ya fuera para los enemigos o para aquellos que sentían miedo de recorrer el sur hacia las pocas zonas seguras que la batalla había dejado en pie.
Las cabañas de los guardianes ardieron con llamas imposibles de extinguir, con un tipo de fuerza mágica que ni siquiera los norteños pudieron apaciguar. Ver aquello fue el primer golpe para ellos, saber que ese hogar temporal en el que habían pasado el verano ahora era tan solo escombros y cenizas...
-Jungkook. - Taehyung apartó el recuerdo de las derrumbadas cabañas de su mente y puso toda su atención sobre el chico que amaba. - Usa tu cabeza y no tu mente de guerrero, incluso si eres un Jeon y la guerra, la lucha y el dolor son elementos en los que te mueves con cierta facilidad. Regresa a la estabilidad y piensa antes de tomar decisiones, estamos siguiéndote como a un líder y es por un motivo. Creemos en ti, yo creo en ti - Taehyung tiró de la mano de su pareja, logrando que este finalmente lo mirase a los ojos. - Necesitas descansar tanto o incluso más que nosotros, has estado dirigiendo la búsqueda desde que abandonamos la casa de líderes y tu lobo ya ni siquiera aguanta la transformación por más de cinco minutos seguidos.
La mano del alfa norteño se movió sobre la piel morena del brazo de Jungkook hasta encontrar la cara interna de la muñeca de este. Podía entender la necesidad de su pareja por encontrar a sus padres, pero si seguían rastreando a ese ritmo... No podrían defenderse ante cualquier imprevisto y en tiempos de guerra eso suponía una enorme diferencia entre la vida y la muerte. Los cuatro se sentían agotados incluso cuando Jungkook fingía estar perfectamente bien. Una transformación más y sus lobos se negarían a regenerar las heridas y moratones que todavía les llenaban el cuerpo tras la lucha de dos días atrás.
-¿Qué tal si nos sentamos, comemos algo y trazamos un plan que contemple las zonas con mayor probabilidad en las que tus padres puedan estar más allá de esas en las que tú crees que podrían haberse escondido? - Jimin se acuclilló. - Hemos buscado durante toda la noche en el sur pero no te has planteado la posibilidad de que estén en el norte. Si por casualidad los han atrapado, incluso si han escapado heridos y asustados... Bueno...
-Las Lunas Rojas pertenecen al norte. - Taehyung continuó la frase de su mejor amigo. - Si realmente existe la posibilidad de que hayan tomado rehenes, entonces definitivamente el norte les ofrece mucha más posibilidades para esconderse y mantenerse a salvo. Y si tus padres huyeron de la batalla sin conocer el resultado de esta, la posibilidad de que decidieran acudir al norte en busca de asilo es algo que debemos tener en mente.
-Mi padre jamás abandonaría sus responsabilidades. - Jungkook sollozó. - Incluso cuando yo creía que él era un ex guardián plenamente fiel a las creencias del sur y al consejo territorial, sé que es el tipo de persona que nunca dejaría que el miedo superase sus fuerzas.
-Pero no sabemos lo que ha podido ocurrir, todas las posibilidades deben ser puestas sobre la mesa en tiempos de guerra. - Jimin miró a Jungkook, sus ojos estaban tan aguados como los del alfa sureño. - Yo mismo he perdido a mis padres. Yo mismo pensé que ellos jamás atacarían la unión y ahora ni siquiera estoy seguro de lo que soy o de dónde vengo exactamente. No estamos en un momento en el que la rutina y lo habitual pueda aplicarse a la tarea de rastreo, Kook.
Jungkook se tomó unos segundos para respirar profundamente antes de aceptar el toque de su pareja, Taehyung continuaba acariciando su piel como si ansiara arrancarle el dolor que le llenaba el pecho con temor asfixiante. No estaba seguro de querer abandonar la búsqueda en el sur todavía, porque eso podría significar que realmente sus padres se encontraban en una situación complicada.
Pero confiaba en Tae y confiaba en la capacidad de Jimin para seguir rastros de humor. No habían hallado ni la más mínima señal de presencia de sus progenitores en el territorio que él conocía, buscar en el norte era una opción y él estaba más que dispuesto a tomarla si existía alguna posibilidad de que sus padres estuvieran en las tierras Yook. Por muy pequeña que fuese esta.
-Descansemos entonces. - dijo finalmente. - Vamos a comer algo, a beber, a recuperar fuerzas y a revisar el arenal. Si mis padres no están en la última zona que nos queda por rastrear, cambiaremos el rumbo hacia el norte y vosotros dos dirigiréis la búsqueda. No quiero que ninguno se sienta agotado, si yo decido andar o correr hacia el peligro entonces es mi decisión, no la vuestra.
-Somos un equipo. - fue Taemin quien habló, dejando vagar sus dedos entre las hebras del cabello de Jimin distraídamente. - No sé lo que eso significará para los lobos pero entre los humanos la costumbre es que los equipos se mantengan unidos y los miembros de los mismos se ayuden mutuamente. Si corres hacia el peligro deberías ser consciente de que existe una gran probabilidad de que te sigamos.
Taehyung sonrió, percibiendo el ceño fruncido de su alfa en respuesta a las palabras del mestizo.
-Él tiene razón, Kook. A dónde sea que vayas, mis pasos te seguirán. No pienses ni por un solo instante en la posibilidad de enfrentarte al peligro solo.
Jungkook tomó aire.
-Solo necesito que me prometas algo...
-Habla.
-Si tu vida corre peligro, salvate a tí mismo antes que a cualquier otra persona.
Y aunque Kim Taehyung asintió, todos los presentes supieron que mentía. Si estuvieran en peligro, el alfa norteño era quién probablemente reunía mayor número de posibilidades de lanzarse a la muerte como un kamikaze para tratar de rescatarlos. Como un digno hijo de guardián altiorem y un digno nieto de aquellos que arriesgaron sus vidas años atrás por acoger entre las paredes de su casa a los deltas que se escapaban de las purgas.
Si bien el territorio norte no era mucho más grande que el sur, suponía un lugar todavía muy lejano para Jeon Jungkook. A pesar de que su pareja fuese un norteño y a pesar de que de alguna manera su abuela hubiese tenido contacto con los Yook mientras vivía. Él no sabía nada de aquel lugar más allá de lo que Kim Taehyung le había mostrado, por lo que se sintió tremendamente perdido mientras avanzaban en su forma humana por al menos una hora completa hasta llegar a una zona que comenzaba a tomar aspecto conocido ante su mirada.
Sin embargo, uno de los pocos sitios que podía admitir con cierta confianza que conocía era el lago y precisamente por eso no le resultó complicado entender que algo extraño estaba ocurriendo mientras los cuatro comenzaban a adentrarse en las inmediaciones de este. Con los pies sobre las rocas mojadas en las que semanas atrás Tae y él se habían tumbado bajo el sol, Jungkook movió su mirada a un lado y al otro para comprobar el territorio que los rodeaba..
Aquel era el lugar en el que descubrió la magia de los lobos norteños y el sitio que fue testigo del modo en el que los sentimientos más inesperados comenzaban a crecer en el interior de su mismísimo pecho. Había ocurrido hace poco y sin embargo parecía mucho el tiempo transcurrido desde el instante en el que los únicos problemas que tenía eran aquellos que se ponía a sí mismo. Problemas sobre su negación a amar a alguien por su clase de lobo, y problemas que ahora parecían completamente absurdos cuando los colocaba al lado de la posibilidad de una nueva guerra activándose debido a que dos grupos diferenciados de lobos no eran capaces de vivir entre sí debido a dogmas e ideologías que los dañaban una y otra vez.
-Hay algo extraño aquí. - el alfa sureño susurró, extendiendo su mano para tomar la de Taehyung cuando este le ofreció su ayuda para atravesar el tramo de agua sobre la cascada. - El ambiente se siente...
-Mal. - Jimin terminó la frase. - Los rastros de humor perdidos en el aire también son confusos pero apostaría lo que sea a que llevan a un sitio concreto. Hay muchos sentimientos mezclados, puedo ver miedo pero también esperanza y eso significa que fácilmente podrían ser rastros de los refugiados que fueron trasladados al templo.
Ese amanecer no había animales alrededor de la orilla del lago como en otras ocasiones, ni una sola ardilla entre las ramas de los árboles o animados pájaros dejando que sus canciones brotasen alrededor de la pequeña cascada como el perfecto acompañamiento musical. Era como si todos ellos se hubieran escondido con la Diosa Luna, no queriendo ver aquello que se avecinaba mientras el aire susurraba que la sangre sería derramada una vez más.
-El templo. - Jimin señaló hacia los frondosos manzanos repletos de fruta roja que seguían más allá del lago Crystallo. - Todo apunta hacia el templo, al menos estoy completamente seguro de eso.
Cuando el omega se agachó para tomar un puñado de tierra entre sus manos, Taehyung se detuvo e hizo que su agarre sobre la mano de Jungkook se afianzara. Pocas veces en su vida había visto a Jimin rastreando algo con tanta vehemencia como la que sus brillantes ojos demostraban en ese preciso instante.
-Sé que el principal objetivo de esta búsqueda son tus padres, pero si el templo está en peligro significa que las Lunas Rojas han tomado un camino basado en la siembra de terror sobre sus propias gentes. Tenemos que asegurarnos de que...
El alfa norteño ni siquiera necesitó terminar esa frase.
-Lo sé. Muchas personas han sido acogidas por el templo, si las Lunas Rojas han atacado sus propias zonas de culto sagrado, entonces no hay ninguna posibilidad de que acepten el diálogo. - esa vez fue Jungkook quién apretó el agarre de su mano sobre la de Taehyung. - Tienes razón. Necesitamos ver qué es lo que está pasando.
Taehyung asintió.
-El templo debería ser intocable para todos los norteños, la raíz de nuestras costumbres nace con la sacerdotisa y su magia. Nuestras primeras runas, las ceremonias más importantes de nuestras vidas y por supuesto incluso la quema de nuestras cenizas cuando morimos... Un lobo del norte nace, vive y muere conociendo la importancia del templo. Es poco probable que hayan decidido dañar la esencia de sus creencias más arraigadas pero no es imposible.
Pronto, los cuatro llevaron sus pasos hacia el frondoso bosque que desembocaba en el poblado que rodeaba el templo, entre los abedules más antiguos y siguiendo el camino marcado por un pequeño arroyo que se bifurcaba más allá de Crystallo. No había pasado mucho tiempo desde la última y primera vez que Jungkook visitó aquella zona de la montaña, por eso no necesitó esperar a escuchar la opinión de Jimin y Taehyung cuando la sensación de que algo no iba como debería comenzó a quemar en el interior de sus pechos. No se suponía que un lugar como aquel fuera así... Ni siquiera se suponía que las cabañas y gentes del sitio parecieran tan apagadas y extinguidas como lo estaban en ese instante. Incluso a pesar de que hubiese amanecido poco tiempo atrás.
-Maldita sea. - Jimin precipitó sus pasos hacia el frente y cuando lo hizo, el mestizo de sombras no dudó ni por un instante en seguirlo. - Es... Me siento mareado siguiendo estos rastros de humor. Todo está teñido de rojo pero es un rojo que no conlleva tanto dolor como el que uno se esperaría encontrar. Lo que los rastros me muestran difiere con aquello que mi olfato respira y eso que mis ojos visualizan.
Taehyung apretó su mano alrededor de la de Jungkook y los dos compartieron una mirada repleta de palabras mudas, los latidos de sus corazones sonaban con tanta fuerza que ni siquiera podían concentrarse plenamente en escuchar aquello que los rodeaba. No era necesario que Jimin explicase nada. Más allá del lugar en el que se encontraban, los rastros de sangre se presentaban sobre la tierra fértil como regadíos de sangre fresca y brillante.
-Nosotros dos entraremos. - Jungkook tragó saliva mientras intentaba pensar en la forma adecuada de actuar. Su mente era la de un futuro guardian altiorem que tendría que dirigir a una unidad pero sus sentimientos eran los de un lobo enamorado que acababa de reconocer a esa persona que deseaba amar por el resto de sus días. La responsabilidad impregnaba cada una de sus decisiones en la misma medida que el miedo lo paralizaba. - Vamos a comprobar las inmediaciones del templo y solo atravesaremos las puertas cuando estemos seguros de que podemos hacerlo sin salir muertos. Al menos deberíamos tener la oportunidad de luchar. Jimin y Taemin... - el alfa sureño respiró profundamente. - Necesito que os quedéis aquí, comprobad todas las posibles salidas de escape en caso de que el templo tenga que ser desalojado. Si en media hora Tae y yo no hemos regresado...
-Entonces reunid a todos los lobos que podáis. Nuestras muertes no tendrán sentido si la guerra sigue un camino abierto hacia nuestras familias y seres queridos. Si vamos a arriesgar nuestras vidas, que sea con buenos motivos. Hagamos que las Lunas Rojas se arrepientan de haber escogido la violencia como opción.
Jimin dudó, lo hizo porque esa persona que ahora comenzaba a arrancarse la ropa de forma apurada para poder transformarse sin dificultades añadidas, ese alfa que ya comenzaba a gruñirle al firmamento mientras permitía que la runa sobre su cuello se iluminase, ese que durante un tiempo corrió a su lado y se hundió entre los bosques de la más colorida lavanda, ese era también su mejor amigo. Kim Taehyung no era el guardián en el que muchos apostaron que se convertiría desde el instante en el que nació y de hecho ninguno de ellos dos había querido serlo jamás, sin embargo ahí estaban. Todavía juntos y preparados para luchar en contra de una posible guerra si es que fuera realmente necesario hacerlo como lo haría cualquier guardián con cierta conciencia y fidelidad a la paz que llevaban años deseando alcanzar.
Con las manos temblando, Park Jimin se acuclilló e hizo chocar su frente contra la del lobo blanco ante sus ojos. Se tomó al menos un minuto para dejarle saber a Taehyung a través de sus actos que si aquella era su despedida, entonces de verás pondría sus manos en el fuego para lograr que mereciese la pena.
-"Ve y haz lo posible por detener los planes de mi padre, prometo que si los lobos que nos conocieron y apostaron por nuestro potencial como herederos del linaje de nuestros padres, no estaban equivocados. Hoy seremos incluso más duros, fuertes y brutales que el mejor y más condecorado guardián altiorem."
Taehyung se tomó un instante para lamer las lágrimas saladas que ya resbalaban sobre las mejillas de su mejor amigo.
-"Si la situación no fuera así te pediría dejar la montaña." - su voz sonó alta y clara en el interior de la cabeza del omega. - " Si las cosas no parecieran estar a punto de derivar en una masacre, te diría que merecemos escapar con aquellos a quienes amamos y que deberíamos formar una familia muy lejos del dolor y la batalla. Pero este lobo que hoy te mira no es el mismo animal que te miraba en el inicio del verano y este que ahora memoriza tus facciones quizás no sea el mismo si en algún instante del futuro la suave nieve invernal del norte vuelve a ser teñida del rojo más profundo. No sé si vamos a morir hoy, Jimin... pero antes de que eso suceda me gustaría llamarte hermano. Mi hermano, el único que he tenido y quizás el único que tenga. Incluso en tu último aliento no olvides que no eres culpable de los crímenes cometidos por tu padre. Él no te define, su sangre corre en la tuya y en cambio eso no significa absolutamente nada para mí y sé que demostrarás que tampoco lo significa para tí en cuestiones de justicia."
Un fuerte golpe resonó en la distancia y cuando los lloriqueos susurrantes se abrieron paso en el interior de los tímpanos de los tres lobos, supieron que quizás el punto ciego había estado a la vista de todos ellos mientras le temían a la noche calmada del sur. Porque tal vez mientras se atrevieron a recuperar fuerzas en la cómoda estancia de líderes, puede que en el mismo instante en el que ellos se cubrían con sábanas limpias o se sentaban a la mesa para comer, tal vez a la par que retomaban energía muchos otros estuvieran perdiendo sus vidas.
-Un suspiro es mucho tiempo para aquellos que corren peligro. - Taemin apoyó su mano sobre el hombro de Jimin. - Si vamos a hacer esto, hagámoslo de una maldita vez por todas lobo. Mi vida por un futuro mejor.
Jimin apretó los ojos con fuerza antes de apartarse de Taehyung para acercar sus labios a la frente de Jungkook. Besó el cabello de este como lo había hecho con el de su propio amigo.
-Cuida de mi hermano, Jungkook. Cuidalo incluso si eso conlleva arriesgar tu vida.
-"Lo haré, sin atreverme a dudar ni por un solo instante, Jimin. Puedes estar seguro de que si está en mis manos él vivirá hasta que la Diosa Luna quiera sostenerlo entre sus brazos. Cuídate a ti mismo también, si la guerra se declara y él sobrevive fuera de la batalla, necesitará tenerte a su lado. Como su mejor amigo, su familia y su contacto con la parte de realidad que su lobo jamás debería perder de vista."
Los susurros y lloriqueos que rodeaban el templo eran casi imperceptibles pero estaban ahí cuando Jungkook y Taehyung comenzaron a bordear el pequeño poblado después del repentino estallido que los había obligado a escoger un rápido modo de actuación. Sus patas expertas no hacían el menor ruido durante su avance, sus oídos atentos hasta el más pequeño murmullo que minutos atrás había pasado desapercibido durante su búsqueda no evitaban ni tan siquiera el movimiento de las ramas de los árboles que rodeaban su rumbo.
La fuente del ruido era desconocida pero no necesitaban plantearse demasiadas opciones porque los rastros de sangre que rodeaban las cabañas de los lobos que habitaban alrededor del templo, llevaban hasta el propio edificio en el que la principal anciana del lugar había recibido a Jungkook, Taehyung, Jimin y Yugyeom semanas atrás
-"¿Cómo no lo hemos notado antes?" -Taehyung llevó su hocico hacia la tierra manchada de sangre. - "¿Y cómo es que estando rodeados de sangre tampoco percibimos ahora la sensación de miedo o dolor en el aire?"
Jungkook movió su cabeza, acercándose hacia el lugar en el que se encontraba su pareja. Al igual que él, también había percibido como algo extraño el detalle de que aquella sangre no presentase más señales que el propio olor de quienes hubieran sufrido las heridas que la ocasionaron.
-"Tal vez las Lunas Rojas que escaparon de la batalla de hace unos días estén aquí. ¿Qué dicen los miembros del templo acerca de defenderse ante bandidos de su manada?"
Taehyung negó levemente y ese simple gesto sirvió para que Jungkook entendiera lo que pretendía decir.
-"Porque imagino que ellos avisarían a la guardia norteña en caso de que algún sospechoso de cometer crímenes se acercase a un sitio al que muchos refugiados han sido llevados..."
-"Bueno, si lo que quieres preguntar es si la sacerdotisa estaría dispuesta a protegerlos a pesar de sus actos... Yo creo que sí. En el templo todos los norteños pueden encontrar un refugio y hogar independientemente de sus crímenes pasados. Si aceptan arrepentirse sinceramente de aquello que han hecho y deciden responder ante la deuda que ella decida imponerles, entonces son libres de encontrar un hogar aquí."
-"¿Estás siendo sincero? ¿Realmente aceptan a criminales entre sus paredes tan solo porque prometen arrepentirse?" - Jungkook dejó que un gruñido reverberase en su garganta.
Se sentía tremendamente enfadado, no sólo por el hecho de que Taehyung hubiera esperado tanto para comunicar que existía la posibilidad de que el propio norte podría estar escondiendo a los Lunas Rojas en el templo donde refugiados del sur y lobos afines a las Lunas Azules se encontraban escondidos, sino también por el importante detalle de que directamente a él no se le había pasado una posibilidad como aquella por la cabeza. No con el líder norteño trabajando mano a mano con Joy para encontrar a los responsables del ataque a la paz que ellos dos habían establecido y por supuesto no con los guardianes del norte a un lado de los sureños manteniéndose pata con pata en el esfuerzo de proteger su montaña, mucho menos con el dogma que los Yook seguían acerca de que la violencia no era una respuesta ante ningún problema.
No con el propio norte enfrentado entre sí por las creencias radicales de los Lunas Rojas que se enfrentaban en gran medida al modo de vida de los Lunas Azules.
-"La sacerdotisa decide el castigo que ellos deben cumplir a cambio de acogerlos en el templo, Jungkook. Ningún criminal se queda aquí por el simple hecho de que lo ha querido así. Hay justicia en nuestro modo de hacer las cosas, diferente de la vuestra pero justicia al fin y al cabo. "
Jungkook volvió a gruñir.
-"¡Debiste decírmelo antes!"
La ira golpeó el interior de la mente del alfa norteño y por un instante Taehyung casi sintió la necesidad de encogerse ante los ojos iluminados del sureño.
-"No pongas sobre mis hombros una culpa que no es mía, Kook. Incluso si..."
Pero las palabras de Kim Taehyung murieron en su cabeza en el mismo instante en que una explosión sonó de nuevo, esta vez debido a su posición los dos fueron capaces de percibir el modo en el que la oscuridad del templo se iluminaba con ardientes llamas rojas. Y después de eso...
-"Taehyung."
Después de aquello, Jungkook cayó.
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Hiii!!!
Tengo que pedir disculpas nuevamente pero he tenido que llevar a una de mis mascotas esta tarde al veterinario y no me ha quedado de otra que tardar. De todos modos aquí tenéis el nuevo capítulo que espero de corazón que os guste. En principio planeaba hacerlo más largo pero me ha resultado del todo imposible.
Un beso,
os amo
Mel
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