Pequeño Desastre

By suga_yw23

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Kim Taehyung, un estudiante algo inquieto que juega a querer ser científico. Jeon Jungkook, un profesor que a... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Sujeto #1
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Sujeto #2
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Sujeto #3
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22: Renacer.
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Querido Taehyung.
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Final

Capítulo 26

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By suga_yw23

Ambos grupos se reunieron en un pintoresco restaurante a la orilla de la playa. Habían vuelto cuando el sol se estaba poniendo, por lo que la noche hacia resaltar la luz de los pequeños focos amarillos que iluminaban todo el muelle.

—¿Cómo estuvo el recorrido?

—¡Fue lo peor que hice!—Taehyung seguía indignado por la extensa caminata, aunque no cambiaria ese viaje. Jungkook había confiado en él, y eso valía más que cualquier cosa.

—Es que tú no fuiste hecho para la actividad física extrema, cariño—Sabía que Jimin se burlaba de él. Siempre tenía que usar el doble sentido, además de decir tremenda falacia. Era más chico, y obviamente más precoz, por lo estaba totalmente justificado.

—¿Qué tal el buceo?—preguntó Namjoon.

—Al final Jimin y Seokjin hyung se arrepintieron, así que terminamos siendo solo Yoongi y yo.

—Lo supuse, pero también eran demasiado flojos para subir la montaña.

—Me conoces tan bien, mi amor.

Jungkook no había hablado mucho durante la cena, solo cuando le preguntaban directamente a él. Estaba más concentrado en el sonido de las olas y la mano de Taehyung acariciando su muslo.

Había seguido algo deprimido después de revivir todo lo que vivió con sus padres, pero eso no le impidió convivir con sus amigos, al menos haciendo acto de presencia.

No se sentía con ánimos de hablar, aunque admitía que Taehyung le reconfortaba y hacía querer hacer todo con él, incluso estando algo apagado.

Siguieron platicando luego de la comida, hasta que el cansancio empezó a vencerles.

—Pediré la cuenta—llamó a la mesera, que rápidamente le entregó el recibo de pago. Namjoon no se complicó y entregó su tarjeta, pagando por todos.

Cuando se procesó el pago, algo exhaustos, llegaron a los autos.

Iban en el mismo orden que por la mañana. Jungkook ya había subido en el asiento del conductor, solo esperaba a que los restantes subieran.

—Namjoon hyung—llamó Taehyung cuando este iba a entrar al auto—¿Puedo pedirte un favor?

—Claro, dime.

—¿Podrías ir en el otro auto? Quiero ir con Jungkook a la playa. Quedó algo desanimado luego de lo de la montaña, y quiero animarlo un poco.

—Em..si—rascó su nuca—Solo no lleguen tan tarde, y prométeme que serán responsables y se cuidarán.

—Lo prometo—alzó su mano en señal de promesa.

Entró al auto luego de eso. Jungkook le miró con una sonrisa, y apretó una de sus mejillas.

—¿Y Namjoon hyung?

—Se fue en el otro auto—se abrochó el cinturón de seguridad.

—¿Por qué?—frunció el ceño.

—Porque yo se lo he pedido—Jungkook alzó una ceja, sonriente.

—¿Pretendes secuestrarme o algo así?—acercó su rostro.

—Digamos que si—susurró, acercándose de igual manera. Ahora estaban a centímetros de distancia, sus alientos chocaban y su respiración se volvió más errática.

Taehyung observó los labios ajenos, pasando de sus ojos a su boca. Deseaba probar tal manjar.

Jungkook tomó la iniciativa, tomándolo del rostro y estampando sus labios. Taehyung succionaba su labio inferior, en un beso lento, pero pasional, bastante húmedo a decir verdad.

Solo podían escuchar el chasquido de sus labios, gracias a los vidrios polarizados no se escuchaba nada del exterior.

Jungkook lo invadió con su lengua, adueñándose de su boca, probando cada rincón de ella. Sus manos ahora estaban en la cintura de Taehyung, que hace ratos se había quitado el cinturón de seguridad que lo apresaba.

Tomaron una respiración, cosa que el más bajo aprovechó para subirse a su regazo.

Volvieron a besarse, esta vez con más desenfreno. Las manos de Jungkook apretaban sus muslos y las contrarias habían tomado vida propia, apropiándose de las rebeldes melenas del pelinegro. Los vidrios del auto habían comenzado a empañarse, y el ambiente había subido cinco tonos más.

Se separaron con un chasquido obseno, por la abundante saliva.

—¿A dónde iremos?—preguntó Taehyung, agitado.

—Creo que mi cabeza no puede pensar otro lugar en este momento.

—¿Y qué es lo que piensas?—susurró en su oído. Movió levemente las caderas, incitándolo. Jungkook lo tomó fuerte, frenándolo, o no podría contenerse más.

—Justo ahora solo quiero tenerte debajo de mí en una cama—dijo sobre sus labios, volviéndolo a besar, con la diferencia de que ahora, tomaba sus glúteos, apretándolos. Taehyung se separó.

—Hay que irnos. Los del restaurante podrían vernos.

Bajó de su regazo, volviendo al asiento del copiloto. Salieron de ahí, Jungkook conducía, pero su acompañante no tenía idea de adónde se dirigía.

La noche era hermosa en la isla. Los negocios bastaste iluminados y la luna reflejándose en el océano. El clima era bastante óptimo en ese momento. Ni demasiado frío, ni calor.

—¿A dónde vamos?

—Ya lo verás.

Siguió conduciendo hasta llegar a una zona de cabañas en la playa. Eran pequeñas casitas de madera, a lo mucho con una cama y un baño.

Jungkook estacionó y bajó rápidamente para preguntarle al casero si tenía cabañas disponibles. El tipo se llevó su tarjeta cuando afirmó que aún tenía una disponible. Volvió al auto de prisa.

—Vamos, precioso—le tendió su mano

Taehyung salió del auto y tomó la mano del pelinegro, para empezar a caminar hacía dónde el encargado los esperaba.

Los llevó hasta una que estaba más alejada del resto, casi retirada del complejo.

—Está es la más grande. Es la que suelen pedir las parejas recién casadas, para evitar perturbar a los demás huéspedes—explicó—Les dejaré una copia de las llaves, y recuerden que el desayuno viene incluido en su estadía, pero no puede pasarse de las nueve. Que disfruten su estadía.

Y se fue, dejando a la pareja en el porche de la cabaña, observando el mar. El sonido de las olas era terapéutico, tanto que el nivel de excitación que traían sus cuerpos se había esfumado.

—¿Traes celular? Tenemos que avisarle a Namjoon hyung que no llegaremos a dormir.

—Lo dejé en la casa.

—Y el mío no tiene batería—rieron—Supongo que nos llevaremos un regaño mañana.

Se adentraron a la pequeña cabaña, dejando sus zapatos en la entrada.

Una gran cama adornaba la mayor parte de la habitación, aunque habían unos pequeños muebles que servían como guardarropa.

Era bastante cálida y acogedora. Se sentía un leve aroma a lavanda y pino. Y en la mesa de noche habían unos aceites esenciales para masajes, junto con unas toallas aromatizadas.

El lugar en si era terapéutico.

—¿Quieres dormir?—preguntó tímido, Jungkook.

El rubio alzó una ceja, divertido —¿A eso hemos venido?

—N-No..ehm, bu-bueno si, no se.

—¿Estás nervioso, Jungkookie?

Taehyung lo empujó a la cama, para después subirse a horcajadas. Estaba solo sentado al borde con el rubio encima, no estaban totalmente recostados.

—¿A dónde se fue el Jungkookie atrevido?—sonrió acomodándose sobre él—El que sugirió tenerme debajo de él en una cama ¿Mhm?

Jungkook tragó grueso. Tae además de ser tierno, resultó ser todo un atrevido.

Se movía en pequeños círculos sobre su regazo, incitándolo. El rubio sentía el miembro de Jungkook despertar, presionando sobre su trasero.

—Al parecer alguien ya empezó a despertar...—colocó las manos alrededor de su cuello, para así balancearse con más facilidad y rapidez. Jungkook soltó un jadeo exasperado, y tomó fuertemente sus caderas, ayudándolo a moverse sobre si. El rubio gimió por fricción en su miembros por los bruscos movimientos.

—Mierda, Jungkook—jadeó—Bésame.

Hizo caso omiso a la petición y siguió moviéndolo, sujetando más fuerte sus caderas. Taehyung gemía más fuerte y constante, la fricción en su miembro se volvía insoportable con la tela del jeans. Con Jungkook no era diferente, soltaba jadeos y gruñidos.

Taehyung se detuvo, jadeando cansado. Con solo rozarse ya se sentía al borde, y no quería terminar de esa forma, por lo que lo recostó en la cama, quedando ambas cabezas a la misma altura.

El rubio jaló el labio inferior, para por fin unir sus labios, cosa que el pelinegro le negó antes. Sus lenguas invadieron las bocas contrarias, probando el sabor de los tragos con los que acompañaron la cena. Jungkook sabía a whisky y Taehyung a vino tinto.

—Ehm..Tae—le llamó en medio del beso—Yo nunca lo he hecho..

—¿Nunca has tenido sexo?

—No, digo si, solo que no con un chico. Esta es mi primera vez.

—Si te sirve de consuelo, solo lo he hecho con una persona, y nunca estuve abajo—sonrió, acariciando su mejilla, dándole tranquilidad—Ambos aprenderemos, y no te preocupes, yo te guiaré—asintió dando un pequeño beso al rubio.

Empezó por quitarle la camisa, dejando besos por su cuello, bajando por su pecho hasta sus pezones. Rodeó uno con su boca, oyendo el ruidito de satisfacción del pelinegro. Succionó, mientras apretaba el otro, frotándolo con sus dedos.

Siguió bajando por su estómago, encontrándose con las cicatrices. Por un momento la rabia se apoderó de él, pero prefirió besarlas todas y cada una con amor.

Le sonrió antes de deslizar el chándal junto con los bóxers por sus gruesas piernas. Frente a su rostro se irguió orgullosa la erección del pelinegro. Era bastante más grande que la suya, y realmente no sabía si cabría en su boca.

Con la pornografía había entendido la técnica, aunque no la práctica. Y ahora estaba algo dudoso de poder ahogarse con ella.

Empezó lamiendo el glande, teniendo una respuesta positiva de Jungkook, quien gimió ahogado al sentir al rubio ahí. Lamía el falo completo, sin meterlo a su boca aún. Este tenía un sabor ligeramente salado, pero no le desagradaba, es más, la sensación de darle placer al pelinegro le encantaba.

Chupó solo la punta, succionándola con cuidado de no morder, sabía que eso podría ser algo desagradable.

—Mi-Mierda, Taehyung—suspiró entrecortado cuando lo sintió bajar más, quizá hasta la mitad. Se sentía en la gloria. La boca del rubio era caliente y húmeda, y le estaba haciendo perder la cordura.

Subía y bajaba por su pene, y lo que no podía meter a su boca, lo tomaba con su mano, masturbándolo. Siguió por algunos minutos, hasta que sintió a Jungkook sacudir sus caderas en un espasmo, que lo hizo apartarse rápidamente, antes de que se pudiera correr en su boca. Y no es que le diera asco, pero pensó qué tal vez a Jungkook le podría incomodar.

—Agh—gimió cuando terminó de masturbarse y correrse sobre su estómago. Trató de recuperarse del orgasmo, llevando una mano a su pecho para calmarse—Ha si-sido asombroso.

Taehyung le sonrió, quitando su propia camisa, ya que el único desnudo era el pelinegro, el aún estaba completamente vestido.

—Ahora yo te haré sentir bien...

Cambiaron las posiciones, ahora quedando Taehyung abajo. Jungkook fue directo a sus pezones, apropiándose de ellos, succionando y mordiendo. El rubio se retorcía del placer, moviéndose en la cama cuando sentía la sobre estimulación en sus pezones, una de sus áreas más sensibles.

Bajo sus pantalones, encontrándose con una sorpresa de encaje. Boqueó sorprendido.

—¿Bragas?

Sonrió tímido asintiendo. Jungkook tragó saliva, teniendo una fijación en esa parte de su cuerpo. Paso su mano, sintiendo el suave material al tacto.

—Te follaré con ellas puestas—Taehyung rió.

—Ya volvió el Jungkookie atrevido.

—Y no sabes todo lo que soy capaz de hacerte...

—Entonces no pierdas más el tiempo.

Atacó sus labios en un beso desordenado, dejando que la saliva cayera por la comisura de sus bocas. Taehyung respiraba agitadamente, tratando de seguirle el ritmo, sin lograrlo. La viagra no se comparaba al ímpetu de Jungkook en esos momentos.

El peli negro se separó, alejando su torso y apoyándose en sus rodillas, para admirar el cuerpo del rubio. Trazó con sus manos la curva de la cintura, blindando con sus caderas anchas, para finalizar en su trasero, haciendo que arqueara su espalda para darse acceso a esa zona.

—¿Y ahora qué hago?—abultó su labio inferior, mirando con duda a chico tendido en la cama.

—¿Te han dicho que tienes una gran dualidad?—Jungkook ladeó su cabeza, sin entender. Abrió sus piernas para que el pelinegro cayera entre ellas—Hace unos momentos eras una bestia descarada, y ahora pareces Bambi. Y así solo me dan ganas de comerte a besos.

Lo rodeó con sus brazos y lo besó. Esta vez el beso era dominado por Taehyung, suave y profundo.

—Primero tendrás que prepararme, y ya que no hemos venido preparados, podríamos usar el aceite de coco que nos han dejado—asintió cogiendo uno de los botes de la mesita, lo olió comprobando que fuera aceite de coco.

—Embadurna dos de tus dedos y adentra uno por uno. Hazlo suave o podría lastimarme—Jungkook volvió a asentir, concentrado en hacer lo que el rubio le indicaba.

Hizo a un lado la braga, dejando expuesto su agujero. Presionó el índice, haciendo círculos alrededor para preparar la zona. Lo metió con cuidado de no dañar al rubio, cuando entró completo, lo movió adentro, tratando de estirarlo.

—Ugh—se quejó. Jungkook se alarmó, y lo sacó.

—¿Te lastimé?

Sonrió—No, cariño. Solo es algo incómodo. Trata con dos ahora.

—¿Seguro?—parecía inseguro, pero acató la orden del rubio.

Adentró dos dedos esta vez, abriéndolos como tijeras en el interior, ahora con Taehyung siendo receptivo a sus toques.

—M-mhm, mete o-otro—y lo hizo. Ahora jugaba con tres dedos en su interior, mientras besaba sus muslos haciendo marcas. El rubio empezó a gemir más agudo cuando sintió al pelinegro en su vientre, chupando la piel de ahí.

Sacó los dedos de su interior cuando sintió que estaría preparado para recibirlo. Aunque ahora se daban cuenta de un problema.

—No tengo condones—La verdad es que no tenía intención de que el día terminara así, y no se preparó. Hace mucho que no mantenía relaciones sexuales, y los profilácticos no estaban en su lista de viaje.

—Confío en ti, ¿Puedes hacerlo conmigo?

—También confió en ti.

Y se besaron una vez más, esta vez Taehyung rodeando la cintura del pelinegro con sus piernas, clavando sus tobillos en el desnudo trasero.

—¿Estás seguro?

—Lo estoy. Hazlo ya.

Dirigió su pene a su entrada, después de haberlo lubricado con el aceite. Jugó pasando el glande por el agujero del rubio, hasta tomarlo por la punta y presionarlo en la endidura, adentrándose.

—Agh

—¿Estás bien?—preguntó, este solo asintió. La sensación era incómodamente placentera.

Lo sentía abriéndose paso en su interior, estirándolo. Cuando estuvo completamente dentro, se quedó ahí, esperando para que el rubio pudiera acoplarse a su tamaño. Lo besó por mientras, tratando de distraerlo de la presión en su zona.

Dejaba suaves besos por todo su rostro, como besitos de mariposa, sacándole suaves y tiernas risas al rubio. Volvió a sus labios, molestándolo con piquitos secos, hasta que luego de unos minutos se sintió listo.

—Pu-puedes moverte.

Empezó dando lentas estocadas, con miedo de moverse brusco y lastimar a su pequeño rubio. Tenía las manos plantadas en el colchón para darle estabilidad. Trataba de besarlo mientras le embestía, creando una atmósfera más pasional y romántica.

El rubio rodeó con sus brazos su espalda cuando sintió que podía desfallecer del placer. Lo apretaba hacía si, rasgándolo con las yemas de los dedos. Deseando que fuera un poco más fuerte.

—Uhm..m-más rá-rápido—pidió.

Jungkook decidió cambiar la posición, poniéndolo sobre sus manos y rodillas. Hizo su braga a un lado, para adentrarse de una sola estocada.

Está vez las estocadas eran más precisas, y su ritmo era desenfrenado. El interior del rubio era espectacular, y le apretaba en demasía, tanto que tenía que concentrarse para no correrse.

—Mi-mierda, Taehyung.

Para este punto el rubio no podía dejar de gemir, sentía que su garganta podía desgarrarse en cualquier momento. Tenía el impulso de cerrar las piernas por tanto placer, pero las manos del pelinegro se lo impedían.

Cayó sobre el colchón, no pudiendo sostenerse más. Había tocado su próstata, haciendo sus piernas temblar.

—Uhm..a-agh, Jun-Jungkook, m-más

—Tu lo has pedido, precioso.

Lo volteó de nuevo, poniendo una pierna sobre su hombro, arremetiendo casi violentamente contra él. Taehyung había comenzado a sollozar de placer, haciendo al pelinegro gruñir por lo caliente que se veía.

—A-ahh, me v-voy a venir—bajó su pierna, rodeándole las caderas a Jungkook, quien no se detuvo, él también estaba muy cerca.

Taehyung se corrió con un grito que se ahogó en la boca de Jungkook. El pelinegro siguió con la embestidas, buscando ahora su propio orgasmo.

El rubio gritaba por al sobre estimulación. Las embestidas eran muy rápidas, y todas dando en su punto. Sentía que podría volver a correrse, y así lo hizo junto con el pelinegro, que salió para correrse en la sábanas, masturbándose un poco para poder hacerlo.

Cayó casi desmayado sobre el cuerpo de Taehyung, totalmente agotado por el esfuerzo. Había sido el mejor sexo de su vida.

Tae abrazó el cuerpo sudoroso que cayó sobre él, dándole besitos en las orejas y él cabello.

—Estuviste genial, amor—le dijo sin aliento el rubio. Estaba cansado, pero los mimos después del sexo le parecían fundaméntales.

Jungkook lo miró con adoración. Veía aquel rostro colorado y de ojos empañados, y se sintió realmente seguro. Aquellos brazos que lo rodeaban le hacían sentir en casa. Se recostó a la altura de su pecho, sintiendo de inmediato los latidos acelerados de Taehyung.

Y cayó en los brazos del Morfeo con las caricias que le brindaba en su cabello.

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