[Pasado]
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Korn sonreía con esa aparente calma que carcomia el alma de Pete.
—Cuando Kinn y tú se casen, lo primero que espero son nietos. —Korn rio genuinamente—. Cachorros pequeños corriendo de aquí para allá.
Pete bajo la mirada sin atreverse asentir.
Korn se mostraba en ese momento como un futuro abuelo soñador, pero Pete sabía que realmente todo era una fachada. Si Pete llegaba a quedar en cinta, era bien sabido que su hijo sería un Alpha Dominante o en el mejor de los casos un Omega Dominante.
Lo mejor de lo mejor. Korn quería tener en su familia descendientes fuertes, astutos, letales y de castas superiores.
Todo esto de la unión era una simple excusa para tratar a su futuro cachorro como una arma infalible que sería moldeada en las manos de Korn.
Korn tenía tantos planes para ese pequeño inocente. Él no quería ser el abuelo dulce y amable, quería remediar los errores que cometió con sus hijos.
—Pa, es muy pronto para hablar de eso. —Kinn a su lado lo miró preocupado—. Pete y yo aún estamos conociendonos.
—Pero eso no quiere decir que no se casaran. —Korn miró al Omega—. Pete me dará la razón al decir que serán niños hermosos.
Phongsakorn sonrió forzado asintiendo a las palabras del Alpha mayor.
Observó a Khun Kinn y vio la ingenuidad pintada en sus ojos. Anakinn le creía cada palabra a su padre sin sospechar que su hijo sería solo una pieza de ajedrez en ese tablero que Korn llamaba vida.
Pete se aterro al pensarlo. Su cachorro tenía que ser un bebé amado, un bebé risueño que no tenga miedo de expresar cada una de sus emociones, un ser que tengan la libertad de decidir que hacer con su vida.
Pete amaría al pequeño que alguna ves alquilara su vientre.
—Mi cachorro será precioso. —Soltó sin más.
Korn asintió con una sonrisa mientras tomaba de su taza de té.