Me siento a lo lejos, mirando a gente reunida alrededor de un hombre que dice ser cura mientras los cercanos, los conmovidos y los que nada tienen que ver pero que aprovechan la tragedia para sobresalir están.
Después de todo, la muerte de un adolescente siempre conmueve a un pueblo. Más aún en las circunstancias en las que murió Hades.
Se dijo que fue un accidente, andando en moto, jugando una picada con una motocicleta robada el chico fue encontrado ayer, un día después del hecho. Mi abuelo al enterarse atrasó el vuelo a Italia y ayudó a la familia, estaba muy conmovido por la muerte del chico, tan buen chico era decían en el pueblo.
Llegué tarde, y solo pude ver desde lejos cuando cerraban el cajón. Yo lloré, pero fue mi culpa por llegar tarde. Mis abuelos fueron a la misa y dieron el pésame.
El cuerpo estuvo solo en la ruta, hasta que la policía lo encontró. Teniendo a la policía en medio no me sorprende nada.
Yo apenas he bebido agua en estos dos días, solo pensar en él, solo un día más hasta que alguien dió aviso a la policía de su cuerpo... ni si quiera sé qué pensar, solo que me encerraron para que no escapara para estar de nuevo con él. Estaba segura de que estaba solo ahí donde lo dejaron.
No me importaba lo que me pasara a mí, me lo quitaron a él.
Me quitaron todo.
Ahora estoy a unos metros, al lado de una tumba, mirándo como meten el cajón en la tierra y el padre de Hades llora desconsoladamente arañando la tierra por perder a su hijo. El día está soleado, el cielo despejado, irónicamente.
Debería haber llovido, Hades se merecía que el cielo lo llore también.
Y yo estoy aquí, entre un árbol y una lápida, sin valor para acercarme, porque lo dejé solo. Y él no tenía que estar solo. Me obligaron a dejarlo solo.
Mucha gente del instituto está aquí, son muchísimas más personas de las que imaginaba. Y cuando cargaron el ataúd todo se volvió más real. El cura termina la misa y el féretro empezó a descender.
Mi abuelo pone una mano en el hombro de mi abuela, y ella llora por la muerte de Hades. Lloro amargamente en silencio cuando la tierra es arrastrada por los sepultureros y las flores caen en ese frio espacio en el suelo.
Está solo.
Yo quiero ir con él.
La tierra empieza a cubrir el ataúd, y la foto al lado de la corona de rosas, mostrando al sonriente chico de ojos grises me rompe el corazón.
La tierra cubre la madera, y él se queda solo, allá abajo. Yo me detengo en mi sitio viendo a la gente marchar, y me quedo para el final, cuando ya no hay nadie.
—Te diría que me conmueves, pero no es el caso, princesita —una voz a mi lado hace que mi sangre se hiele y sea como cuchillas clavadas, cortando mis venas desde adentro.
Me giro a verlo, y está vestido de negro, de luto, por su mejor amigo.
—Algún día te mataré, Aaron, te lo juro —susurro cansada y le sonrío con maldad. Se que se burla de mi aspecto, de mis ojeras y mi piel amarillenta.
Cumpliré esa promesa.
No he probado bocado, yo no tengo la fuerza para seguir viviendo mientras él... mientras él está ahí abajo solo.
Aaron me sonríe y luego se acerca más para susurrarme algo.
—Si es que no lo hago yo primero —deposita un beso en mi mejilla y luego se aparta para mirarme.
No le digo nada, él se aleja y a lo lejos Leia lo espera para irse juntos. Ella me mira con una sonrisa y luego aparta la mirada para irse siguiendo a la gente. Yo me detengo a observar la tumba.
Hades Fenrir, 6 de noviembre del 2022, adorado hijo y amigo. Tenía solo diecinueve años cuando murió.
Tengo un tulipán en la mano, y solo camino hacia ahí, no puedo quedarme mucho tiempo. Yo no tengo la fuerza. En mi otra mano tengo el libro que me regaló. Acaricio la cubierta como si él estuviera aquí.
Abro la primera hoja y paso por ellas, hasta encontrar su nota.
Tú también me encantas
Sonrío al recordarlo y luego sigo pasando las hojas, hasta que llego al final del libro y veo que hay tinta. Esto no lo había leído antes. Paso las hojas rápido hasta llegar a la parte y veo en la misma tinta, y en su misma letra que las últimas hojas blancas tienen algo escrito en su letra.
Shakespeare le dijo a su amada: "la vida es muy corta para amarte en una, prometo buscarte en la otra". Yo espero amarte en esta y en las próximas vidas, porque donde sea te voy a encontrar.
Escribo esto mientras planeo verte mañana, ya sé que vas a ver a tu amiga y voy a secuestrarte, como de costumbre. Estoy nervioso por esto, tengo guardado el libro para decirte esto pero no sé como hacerlo en persona.
Si las cosas salen mal quiero que sepas que si pudiera volver el tiempo atrás y me dieran a elegir el volver a por pasar todo esto yo lo repetiría, elegiría volver a vivir esto una y mil veces por estar contigo. No es tu culpa, nada de esto es tu culpa. Tú solo te enamoraste de un loco como yo y yo me enamoré de una chica buena como tú.
Como los libros que te gusta leer.
Es loco esto, pero estoy asustado, muy asustado. Nunca lo había estado tanto como con la idea de perderte. Te amo, ¡TE AMO MALDICIÓN! Es que nunca le había dicho eso a alguien y se siente extraño, pero bien. ¿Tú qué sientes?
Yo creo que me di cuenta que estaba enamorado de tí mientras escribo esto. De verdad quiero que lo logremos juntos, volví porque me di cuenta de que extrañaba estar contigo, que nadie me habló de que existen adicciones de ojos marrones y sonrisas bonitas.
Eres mi droga. Estás un poco loca con tu amor por Los Vengadores pero después creo que estás bien, aunque me discutes mucho sabes que tengo la razón porque soy muy lindo y esas cosas obvias. ¿Soy hermoso verdad?
En fin, perdón por esas últimas lineas, me puse nervioso después de decirte que me gustas. Eso ya lo sabes, quiero decir, me encantas, y creo que te amo. Pero si algo sale mal, piensa que te amé como jamás amé a alguien en mi vida, y espero que seas feliz. Deseo que seas feliz Gianna Morrigan.
Nunca dejes de ser feliz.
Y si alguna vez me extrañas, búscame en las páginas de este libro. Seguiré aquí, esperando por tí, bonita.
Eres lo mejor que me pasó alguna vez en la vida.
¿Quieres ser mi novia?
Me encantaría ser tu novio.
pd. ¿Te dije lo linda que te ves?
Hades
Cierro los ojos y abrazo el libro a mi pecho, sintiendo que hay una parte de él aún conmigo. Y me duele todo, me duele el corazón, me duele el alma. Me duele él.
Sí quiero ser tu novia.
—Me encantaría —susurro y dejo la flor, junto con las otras. Acaricio la tierra fresca un momento... Y luego me voy, porque me duele el corazón, me voy caminando al auto que me espera para dirigirme al aeropuerto.
Me subo al auto y veo a mi abuelo en el asiento del conductor, miro por la ventana por última vez a este pueblo al cual nunca debí haber llegado, y las trabas se cierran. El abuelo apenas me mira, solo avanza y yo sostengo el libro en mi regazo. En ese momento suena una llamada telefónica que él atiende.
—¿Madre superiora? —dice él. Lo oigo por lo lejos, y no presto suficiente atención—. El avión llegará a la madrugada...—hace una pausa—. Le agradezco nuevamente por hacer un lugar para mi nieta... Si, adiós.
Miro a mi abuelo por el espejo retrovisor y él me mira a mí.
—Es por tu bien —explica él—. El instituto Saint Margot para monjas te recibirá al llegar.
No dice nada más pero entiendo lo que hará conmigo, volverán a meterme a un instituto de monjas. Evito su mirada y me aferro al libro como si Hades estuviera a mi lado diciéndome que todo estará bien.
Agacho la cabeza y siento que mis lágrimas intentan salir, pero trago el nudo en la garganta.
—Todo estará bien —promete.
—Ya nada está bien —susurro.
Miro por la ventana y guardo en mis retinas el recuerdo de un lugar que nunca juro que volveré a pisar.
Y tenía razón...