POV Jennie
Abracé a Mino con fuerza, pasando mis piernas por su cintura.
Lo había echado mucho de menos.
Además, esto supondría una gran facilidad para cumplir el último punto que me quedaba.
Echarme un novio que esté a mi alcance.
Y Mino cumplía todos los requisitos.
-¿Qué haces aquí? -Le pregunté una vez que me separé del abrazo -Te he echado muchísimo de menos.
-Participar en el torneo -Me sonrió -No he llegado antes porque tenía una serie de asuntillos que arreglar.
-Oh... Pero eso es peligroso, ¿no? -No me importaban los demás concursantes, ya que no tengo relación con casi ninguno de ellos. Pero Mino... se jodería mi plan si algo le pasase.
-No te preocupes, Jen -Me sonrió -Tengo el torneo prácticamente ganado.
-Han muerto personas concursándolo, ¿sabes? -El profesor Snape sermoneó a Potter varias veces, utilizando lo de las muertes como protagonista.
Por supuesto, Potter no le hizo ni caso.
Por supuesto, ¿cómo le va a hacer caso a Snape si ya tiene un motivo para ser el protagonista durante este curso?
Jodido repelente.
-Créeme Jennie, llevo preparándome para esto durante años -Me dio un pequeño abrazo -Confía en mí.
-Por supuesto que confío en ti, pero eso no evita que me preocupe -Le acaricié la mejilla con suavidad -Eres mi amigo.
Su mirada cambió.
Percibí un deje de decepción, como si el apelativo "amigo" no terminara de gustarle.
-Gracias Jen, eres una amiga increíble -La palabra "amiga" se le atragantó en la garganta -Me encantaría seguir hablando, pero necesito descansar un poco.
-Oh... si claro -Nos abrazamos fuertemente -Nos vemos más tarde, Min.
Levantó su mano en forma de despedida y se adentró dentro del castillo.
Lo había echado de menos, pasamos un verano increíble juntos.
Pero... no sentía nada por él, sólo un sentimiento amistoso salía de mí cuando estábamos juntos.
Él no era ella, y eso me jodía como la mierda.
Miré mi rejo de pulsera.
-Joder... -Salí corriendo hacia el interior -Llego la hostia de tarde.
Pasaba los pasillos con rapidez mientras intentaba colocarme la túnica de la mejor manera, eso hasta que un tirón fuerte y un pequeño empujón hacia una pared, me hizo detenerme.
-¿Quién demonios era el tío ese? -Su voz ronca inundó mis oídos -Contesta -Seguía apretándome contra la pared, causándome dolor.
-¿Qué mierda te importa? -Espeté con desagrado -Tú y yo ya no somos nada, Kai... Supéralo.
-Lo haces para causarme celos, ¿no? -Seguía pegándose a mi, cosa que me estaba desagradando a sobre manera.
-Hace mucho que dejaste de atraerme, Jongin -Intentaba separarlo con mis manos, pero la diferencia de fuerza era grande -Déjate de juegos, Kai... déjame en paz.
-Él no te va a besar como yo, Jennie -Daba besos mojados en mi mejilla, dejándome rastros de saliva en él.
-Kai te dije que pararás -Movía mi cabeza para evitar su contacto -Por favor, me haces daño.
-Nunca me dejaste tocarte más allá de la espalda baja-Rozaba su áspera mano derecha en mi muslo, subiendo de arriba abajo -Pero estoy seguro que lo haría mejor que él.
Quería llorar, no tenía escapatoria y el gilipollas ese no paraba de tocarme.
-Voy a gritar -Colocó su otra mano en mis labios, apretando con fuerza, evitando que las palabras salieran de mi boca.
-No vas a hacer nada, eres mía Jennie y cuánto antes te quede claro... mejor -Subió su mano por debajo de mi falda, buscando un destino claro.
Una silenciosa lágrima recorrió mi mejilla mientras cerraba los ojos, rezando por mi salvación.
-¡Agh! -Sentí la libertad cuando el cuerpo de Kai cayó de rodillas, miré hacia arriba buscando a mi salvador, en este caso, salvadoras.
Las dos mejores amigas de Lisa estaban paradas frente a mí.
-Tremenda patada que te ha dado en el culo, imbécil -Habló la pelinegra mientras se agachaba agarraba de la quijada a Kai -Para que aprendas a respetar a las mujeres.
La rubia se acercó a mi, Rosé creo que se llamaba, me abrazó con fuerza y empecé a llorar desconsoladamente.
-No te preocupes, Jennie. Ya pasó -Me intentaba calmar mientras acariciaba con suavidad mi espalda, intentando calmarme.
-No te volverá a tocar -dijo ahora la pelinegra -Ya verás cuando se lo contemos a Lisa, le pegará tal paliza que se le quitarán las ganas de incluso mirarte.
Lisa...
-Vamos, te llevaremos a tu habitación -Dijo Rosé.
POV Lisa
Salí de la última clase del día.
Ninguna de mis amigas habían asistido a clase, cosa que me parecía de lo más rara.
Me dirigí a mi habitación, saludando a algunos compañeros en el camino.
Abrí la puerta y me encontré con las dos chicas que llevaba buscando desde esta mañana.
Rosé estaba sentada en la cama con la espalda apoyada en la cabecera de la misma, y Jisoo estaba tumbada con la cabeza en el regazo de la rubia.
Rosé le hacía cariños en el pelo mientras se reían y se daban pequeños y castos besos en los labios.
-¿Dónde demonios habéis estado? -Les pregunté mientras tiraba mi maleta al suelo -Llevo buscándolas desde la mañana.
-Hola Lis -Me contestó simplemente Rosé -Y no fuimos porque tuvimos un percance.
-¿Qué percance? -Pregunté.
-Uno, Lisa -Rosé parecía nerviosa.
-Kai casi abusa de Jennie -Me contestó con simpleza Jisoo.
Espera... ¿qué Jongin qué?
Sentí como la rabia subía por mis venas y se instalaba en mi corazón.
Mi mente pasaba imagen por imagen, completamente inventadas, pero se veían reales.
-Ya le dimos su merecido, Lis -Rosé se levantó al ver mi estado -No hagas ninguna tontería.
-Voy a matarlo,Rosé... De la manera más violenta y dolorosa que pueda existir -Fui hacia mi armario sacando un bate de béisbol de él.
Mi tío Graham me lo regaló para navidades, todo por haber mostrado un mínimo interés en un partido de los Yankees.
-¿Dónde vas con eso? -Me preguntó la rubia asustada.
-A reventar cabezas.
-Voy contigo -Jisoo se levantó, dejó un suave beso en los labios de Rosé y salió junto conmigo.
-Chicas no... -La rubia intentó seguirnos, pero era inútil. Nadie me podría parar -Jodidas idiotas, que se jodan.
-¿Sabes dónde puede estar? -Me preguntó Jisoo.
-Hoy le toca entrenamiento de Quidditch -Le sonreí.
-Que pena que no vaya a poder jugar el siguiente partido.
Salimos al patio y nos dirigimos con rapidez al campo de Quidditch.
Allí estaba, sonriendo como si no hubiese tocado a Jennie.
Apreté mis nudillos en el mango del bate.
Lo miré, dirigí mi mirada a Jisoo y se lo lancé.
Me miró confundida.
-Quiero que el primero sea con mis manos -Me sonrió en respuesta.
-¡Jongin! -Grité lo suficientemente fuerte para que me escuchase.
Mi miró con horror, pero no retrocedió... Se las estaba dando de gallito.
Cuando estuve lo necesariamente cerca, lancé mi puño hacia su mejilla golpeándolo con fuerza.
Él no se lo esperó, causando que cayese al suelo.
Me agaché y agarré su camiseta, golpeándolo una vez más.
-Como -golpe -Vuelvas -golpe -A tocar -golpe -a Jennie -golpe.
Acerqué su ensangrentada cara a mi rostro.
-Te mataré -Pronuncié para dejarle medio K.O en el suelo -El bate -Le espeté a Jisoo.
Lo cogí al aire y abrí las piernas de chico en el suelo.
Todos miraban sorprendidos la situación.
Me preparé y lancé un fuerte golpe en su entrepierna, arrancándole un grito de puro dolor.
-¡Lisa! -Esa voz conocida, me puso los pelos de punta.
Era Jennie, se acercó a mi corriendo.
-Para para -Dijo alejándome de un adolorido moreno -¿Qué estás haciendo?
-Protegerte -Contesté con simpleza.
Los nudillos me dolían rabiar.
Jennie bajó la vista hacia mis manos, agarrando suavemente una de ellas e inspeccionándola por encima.
Me miró a los ojos y dejó un pequeño beso en cada herida que había.
Mi corazón danzaba feliz y no pude evitar esbozar una enorme sonrisa.
La quería joder.
Pero esa sonrisa no me duró mucho.
-Lalisa Manoban -La autoritaria voz del profesor Snape interrumpió nuestro momento.
El oscuro profesor analizó la escena, viendo a un medio desmayado Jongin, a Jisoo con un bate en la mano y a mí con los nudillos hechos mierda.
-Kim Jisoo y Lalisa Manoban, os quiero en el despacho del director ahora mismo -Pronunció con severidad.
Mierda...
Una hora después...
Dos jodidas semanas de expulsión, mi madre me iba a matar.
Por suerte había convencido al señor Dumbledore que Jisoo no tuvo nada que ver, así que sólo le castigó limpiando la biblioteca por las tardes durante mi periodo de expulsión.
-Te lo dije, Lisa -Me reñía Rosé -Pero tenías que dártelas de superhéroe.
-Ha merecido la pena, Rosé -Le contesté mientras guardaba mi equipaje.
-¿Lo volverías a hacer? -Me preguntó seria.
-Las veces que haga falta.
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Perdón por no actualizar en mucho tiempo, estoy hasta el tope de trabajo.
Estoy súper agradecida con vuestro apoyo y vuestros comentarios, que por cierto los leo todos.
Besotes; L🤍💳