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—Así es, bueno, hace tiempo que llegamos aquí y no fue sencillo pero, si, no quiero presumir pero convertirme en una experta fue fácil.
Ampliamente sonrió, llevándose una mano al pecho acomodando un poco su vestimenta y giñarle un ojo, era cierto, no fue fácil adaptarse al principio pero con el tiempo fue bastante facil.
—Y dime, ¿Tienes algún nombre?
Le guiñó un ojo. Una acción que nunca antes se le había concebido, sólo sabía de su existencia y significados por algunos libros del castillo, libros que en algún momento leyó y si se permitía recordar bien, este gesto se solía traducir como complicidad e incluso coqueteo. Esta última idea le causó otro conflicto interno en todo lo que iba con la mentira, una pequeña parte de él sintiéndose especial por tal gesto.
Lo especial le duró no más de 3 segundos al notar como su guía correspondía a los otros gestos de coqueteo mucho más evidentes de los caballeros al rededor, de alguna forma sintiéndose engañado.
La nueva pregunta lo ayudó a distraerse.
—Claro, es... ah —desvío la mirada—... Sandman.
En esa civilización era de lo más común, y aveces obligatorio, presentarse con el nombre completo ante cualquier persona. El joven príncipe tal vez había metido la pata, pero ya no quedaba tiempo de inventar algún apellido. Se mantuvo firme y simplemente tomando una apariencia segura de no querer dar su apellido a alguien que no conocía.
—¿Y el tuyo?
Sonrió simpática, nunca creyó que contestará su pregunta, normalmente nunca recibía respuesta de las demás personas respecto a su nombre. Sentía que no lo decían por miedo a un desconocido o por ser diferente físicamente, sin embargo sus palabras llenaron nuevamente ese vacío en su pecho le tranquilizó saber por lo menos su nombre. Tal vez así, cuando todo ésto termine podrían llegar a conocerse más, tal vez incluso ser amigos.
—Sandman, es un nombre lindo para alguien de tu talla.
Su voz resonó en su cabeza y lo miró nuevamente.
—Nita little foot, pero tú puedes llamarme nita. Un gusto en conocerte sadman —Le sonrió.
La idea de desviar su paso con intenciones de alejarse resonó en su mente, no enumeraba las cosas que esa muchacha le estaba haciendo sentir desde que la vió. Era la primera vez que recibía un cumplido con tanta naturalidad que el sonrojo en sus mejillas lo habrían delatado de no ser porque la contraria no tenía su vista en él.
Su guía había volteado para presentarse formalmente, volviendo a conectar miradas el joven príncipe sintió un escalofrío al verse expuesto ante los ojos de su, más que amable, guía.
Sus pasos quedaron cortos por unos segundos, hasta espabilar y cubrir parte de su frente con el sombrero más común del pueblo que traía en esos momentos, y dando ahora pasos largos para ocultar su estado.
—También es un gusto conocer de usted, señorita nita —aparentó una actitud desinteresada, aunque en el fondo quisiese saber más sobre este ser, que con pocas palabras estaba robando su corazón; se adhirió a su plan inicial y se recordó a sí mismo no involucrarse demás con nadie.
Había notado su sonrojo haciéndola reír, no creía que eso lo hiciera sonrojarse, le pareció tierno.
—Eres muy simpático chico, te ves lindo en otros aspectos —Carcajeó.
_𝙏𝙚 𝙫𝙚𝙨 𝙡𝙞𝙣𝙙𝙤 𝙚𝙣 𝙤𝙩𝙧𝙤𝙨 𝙖𝙨𝙥𝙚𝙘𝙩𝙤𝙨._
¿A donde quiere llegar? Se preguntó. Ya iban dos cumplidos seguidos hacia él como un ciudadano promedio, realmente los sintió personal. Desde que nació los elogios eran inevitables sólo por el hecho de ser el primogénito, con el tiempo esas palabras dejaron de tener algún valor importante para él. Sin embargo ahora que las vuelve a escuchar siente esos golpes internos en el pecho que hacen que sus manos suden. Lo peor, no entiende porqué.
—¡Cuidado!
Así como tampoco entendía cómo fue que a su guía se le ocurrió tomarlo con un brazo y empujarlo. Quiso protestar en contra, tal vez contraatacando para definitivamente huir pero al instante se dió cuenta del favor que le había hecho, casi lo atropellaba una carroza que parecía no llevar frenos.
Tan serio y preocupado, se le erizó la piel y una nueva sensación se escalofrío se sumó a ese día que seria inolvidable para el príncipe en cubierto.
—Deberías tener más cuidado, se pone algo loco aquí —Y carcajeo una vez más por su compañero distraído.
—¿Qué sucede? —se maldijo internamente por sonar nervioso y ese sonrojo que no se quitaba.
—Nada, debemos apresurarnos. Está anocheciendo.
Siguiendo adelante obstaculizo todo aquello que distragera a su compañero, no quería causarle tropiezos apenas recién conociéndose. El morocho siguiéndola hasta el final de la fila intentó no mencionar nada hasta llegar al centro y terminar con esto, fue suficiente para un día.
La muchedumbre se empujaba entre si, incluso varios hombres se golpeaban con los codos al intentar colocarse en la fila.
Haciendo caer la noche, ambos jóvenes lograron inscribirse a tiempo.
—Bien, al parecer lo logramos —Se expresó la morocha con sus brazos cruzados.
—Si...me pareció una eternidad.
—Lo sé casi fuimos arrollados por una carroza pero vivimos para contarlo.
Eso les sacó una carcajada a ambos.
—Bien, supongo que este es el adiós. Fue un gusto sands, espero poder verte en los juegos.
—Fue divertido, eso espero también señorita nita.
Se obsequiaron una sonrisa quedando abrumados por los ojos penetrantes del otro.
—Bueno...nos vemos, y mira por dónde vas. Las carrozas están un poco salvajes.
Fue lo último que escuchó de ella antes de verle partir, no sabía si tomar eso como un halago o como un insulto. Pero si que le hizo reír.
_𝙉𝙤𝙨 𝙫𝙚𝙢𝙤𝙨._ susurrándole tomó su camino nuevamente al bosque dónde había dejado sus pertenencias, lo había olvidado por completo de no ser por esa joven que se interpuso en su camino habría terminado con esto desde el principio. Pero, de cierta forma tuvo diversión por primera vez con alguien.
Una vez vestido formalmente como debe ser, subió a su yegua y cabalgó hasta la carroza con mayor previsión de no ser visto.
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Dandole una última revisión a los papeles de las personas registradas antes de dormir y con su pijama puesto, quiso tener todo preparado para comenzar los juegos. Debía entrenar lo más duro posible para poder ganar si quería demostrarle a su madre que puede ser más de lo que ella cree.
—Cielos.... Esto será un poco más difícil de lo que creí.
Acarició sus sienes frustrado, hojeando por última vez los documentos y los guardo para la supervisión de mañana. Hasta toparse con dicha inscripción, lo tomó entre sus manos y encaminó hasta su enorme cama.
_𝘿𝙚𝙗𝙚𝙧𝙞́𝙖𝙨 𝙩𝙚𝙣𝙚𝙧 𝙢𝙖́𝙨 𝙘𝙪𝙞𝙙𝙖𝙙𝙤...𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙢𝙪𝙮 𝙨𝙞𝙢𝙥𝙖́𝙩𝙞𝙘𝙤._ resonó en su cabeza una y otra vez, recordando como sonreía con cada palabra saliente de sus labios.
—Así que nita.
_𝙎𝙪𝙨𝙪𝙧𝙧𝙤́ 𝙖𝙣𝙩𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙘𝙖𝙚𝙧 𝙧𝙚𝙣𝙙𝙞𝙙𝙤 𝙖𝙣𝙩𝙚 𝙚𝙡 𝙨𝙪𝙚𝙣̃𝙤 𝙨𝙪𝙟𝙚𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙖𝙪́𝙣 𝙖𝙦𝙪𝙚𝙡 𝙙𝙤𝙘𝙪𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙞𝙣𝙨𝙘𝙧𝙞𝙥𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙙𝙪𝙙𝙖𝙗𝙖 𝙢𝙪𝙘𝙝𝙤 𝙚𝙣 𝙘𝙧𝙚𝙚𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙖 𝙫𝙤𝙡𝙫𝙚𝙧𝙞́𝙖 𝙖 𝙫𝙚𝙧, 𝙥𝙚𝙧𝙤. 𝙎𝙤𝙣̃𝙖𝙧 𝙣𝙤 𝙘𝙪𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙣𝙖𝙙𝙖._
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Olaaa eh vuelto y con esto que casi no me agradó jsksjksksk en fin espero que hayan recibido su halloween ✌️🌹