Selene aun tenia dudas de como se hizo la cicatriz, la señora Pomfrey insistió en que selene se quedara en la enfermería el fin de semana. la muchacha no se quejó, pero no le permitió que tirara los restos de la saeta de fuego
Sabía que era una tontería y que la escoba no podía repararse, pero selene no podía evitarlo. Era como perder a uno de sus mejores amigos.
La visitó gente sin parar; todos con la intención de infundirle ánimos.
Hagrid le envió unas flores llenas de tijeretas y que parecían coles amarillas, y Ginny Weasley, apareció con una tarjeta de saludo que ella misma había hecho y que cantaba con voz estridente salvo cuando se cerraba y se metía debajo del frutero.
El equipo de slytherin volvió a visitarla el domingo por la mañana, esta vez con flint, que aseguró a selene con voz de ultratumba que no lo culpaba en absoluto draco y Hermione no se iban hasta que llegaba la noche.
¿Iba a acosarla el Grim hasta la muerte? ¿Iba a pasar él el resto de su vida esperando las apariciones del animal? Y luego estaban los dementores. selene se sentía muy humillada cada vez que pensaba en ellos.
Todo el mundo decía que los dementores eran espantosos, pero nadie se desmayaba al verlos... Nadie más oía en su cabeza el eco de los gritos de su madre porque selene sabía ya de quién era aquella voz que gritaba.
En la enfermería, desvelado durante la noche, contemplando las rayas que la luz de la luna dibujaba en el techo, oía sus palabras una y otra vez. Cuando se le acercaban los dementores, oía los últimos gritos de su madre, su afán por protegerla de alguien y una carcajada escalofriante
selene dormía irregularmente, sumergiéndose en sueños plagados de manos corruptas y viscosas y de gritos de terror, y se despertaba sobresaltado para volver a oír los gritos de su madre.
Fue un alivio regresar el lunes al bullicio del colegio, donde estaba obligado a pensar en otras cosas, aunque tuviera que soportar las burlas de Ron Weasley
Ron no cabía en sí de gozo por la derrota de slytherin. Por fin se había quitado las vendas y lo había celebrado parodiando la caída de selene.
La mayor parte de la siguiente clase de Pociones la pasó ron imitando por toda la mazmorra a los dementores.
Llegó un momento en que draco no pudo soportarlo más y le arrojó un corazón de cocodrilo grande y viscoso. Le dio en la cara y consiguió que Snape le quitaran 50 puntos a Gryffindor.
Ron:Si Snape vuelve a dar la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, me pondré enfermo —explicó Ron, mientras se dirigían al aula de Lupin, tras el almuerzo
Draco:oye mione mira quien ya regreso
Hermione:¡Estupendo! El profesor Lupin había vuelto al aula.
Ciertamente, tenía aspecto de convaleciente. Las togas de siempre le quedaban grandes y tenía ojeras.
Sele:seguro que estas bien tio
Remus:si cachorra estoy bien pero que hay de ti yo también te veo con ojeras
Sele:nada solo es cansancio
Sin embargo, sonrió a los alumnos mientras se sentaban, y ellos prorrumpieron inmediatamente en quejas sobre el comportamiento de Snape durante la enfermedad de Lupin.
Tuvieron una clase muy agradable. El profesor Lupin había llevado una caja de cristal que contenía un hinkypunk, una criatura pequeña de una sola pata que parecía hecha de humo, enclenque y aparentemente inofensiva.
Remus:Atrae a los viajeros a las ciénagas —dijo el profesor Lupin mientras los alumnos tomaban apuntes—. ¿Veis el farol que le cuelga de la mano? Le sale al paso, el viajero sigue la luz y entonces...
El hinkypunk produjo un chirrido horrible contra el cristal.
Al sonar el timbre, todos, selene entre ellos, recogieron sus cosas y se dirigieron a la puerta, pero...
Remus:Espera un momento, selene —le dijo Lupin—, me gustaría hablar un momento contigo.
selene volvió sobre sus pasos y vio al profesor cubrir la caja del hinkypunk.
Remus:Me han contado lo del partido —dijo Lupin, volviendo a su mesa y metiendo los libros en su maletín—. Y lamento mucho lo de tu escoba. ¿Será posible arreglarla?
Sele:No tio el árbol la hizo trizas.
Lupin suspiró.
Remus:Plantaron el sauce boxeador el mismo año que llegué a Hogwarts la gente jugaba a un juego que consistía en aproximarse lo suficiente para tocar el tronco.Un chico llamado Davey Gudgeon casi perdió un ojo y se nos prohibió acercarnos. Ninguna escoba habría salido airosa.
Sele:¿Has oído también lo de los dementores?
Remus:Sí, lo oí creo que nadie ha visto nunca tan enfadado al profesor Dumbledore. Están cada vez más rabiosos porque Dumbledore se niega a dejarlos entrar en los terrenos del colegio...los dementores te afectan más que a los demás porque en tu pasado hay cosas horribles que los demás no tienen son las criaturas más nauseabundas del mundo.
Infestan los lugares más oscuros y más sucios. Disfrutan con la desesperación y la destrucción ajenas, se llevan la paz, la esperanza y la alegría de cuánto les rodea. Incluso los muggles perciben su presencia, aunque no pueden verlos.
Si alguien se acerca mucho a un dementor; éste le quitará hasta el último sentimiento positivo y hasta el último recuerdo dichoso. Si puede, el dementor se alimentará de él hasta convertirlo en su semejante: en un ser desalmado y maligno. Le dejará sin otra cosa que las peores experiencias de su vida. Y el peor de tus recuerdos, selene, es tan horrible que derribaría a cualquiera de su escoba. No tienes de qué avergonzarte.
Sele:¿Por qué acudieron al partido?
Remus:Están hambrientos Dumbledore no los deja entrar en el colegio, de forma que su suministro de presas humanas se ha agotado... Supongo que no pudieron resistirse a la gran multitud que había en el estadio. Toda aquella emoción... El ambiente caldeado... Para ellos, tenía que ser como un banquete.
Sele:Azkaban debe de ser horrible
Remus:La fortaleza está en una pequeña isla, perdida en el mar. Pero no hacen falta muros ni agua para tener a los presos encerrados, porque todos están atrapados dentro de su propia cabeza, incapaces de tener un pensamiento alegre.
Sele:tu ahuyentaste en el tren a aquel dementor
Remus:Hay algunas defensas que uno puede utilizar
Sele:Pero en el tren sólo había un dementor.
Remus:Cuantos más hay, más difícil resulta defenderse.
Sele:¿Qué defensas? ¿Puedes enseñarme?
Remus:No soy ningún experto en la lucha contra los dementores, selene Más bien lo contrario...
Sele:Pero si los dementores acuden a otro partido de quidditch, tengo que tener algún arma contra ellos.
Lupin vio a selene tan decidida que dudó un momento
Remus:Bueno, de acuerdo. Intentaré ayudarte. Pero me temo que no podrá ser hasta el próximo trimestre. Tengo mucho que hacer antes de las vacaciones. Elegí un momento muy inoportuno para caer "enfermo".
Con la promesa de que Lupin le daría clases antidementores, la esperanza de que tal vez no tuviera que volver a oír la muerte de su madre, y la derrota que Ravenclaw infligió a Hufflepuff en el partido de quidditch de finales de noviembre, el estado de ánimo de selene mejoró mucho.
Slytherin no había perdido todas las posibilidades de ganar la copa, aunque tampoco podían permitirse otra derrota.
flint recuperó su energía obsesiva y entrenó al equipo con la dureza de costumbre bajo la fría llovizna que persistió durante todo el mes de diciembre.
selene no vio la menor señal de los dementores dentro del recinto del colegio. La ira de Dumbledore parecía mantenerlos en sus puestos, en las entradas.
Dos semanas antes de que terminara el trimestre, el cielo se aclaró de repente, volviéndose de un deslumbrante blanco opalino, y los terrenos embarrados aparecieron una mañana cubiertos de escarcha. Dentro del castillo había ambiente navideño. El profesor Flitwick, que daba Encantamientos, ya había decorado su aula con luces brillantes que resultaron ser hadas de verdad, que revoloteaban.
Los alumnos comentaban entusiasmados sus planes para las vacaciones. draco y Hermione habían decidido quedarse en Hogwarts y Hermione alegó que necesitaba utilizar la biblioteca, no consiguieron engañar a selene: se quedaban para hacerle compañía y ella se sintió muy agradecida.
Para satisfacción de todos, estaba programada otra salida a Hogsmeade para el último fin de semana del trimestre.
Hermione:¡Podemos hacer allí todas las compras de Navidad! ¡A mis padres les encantaría el hilo dental mentolado de Honeydukes!
La mañana del sábado de la excursión, selene se despidió de draco y de Hermione, envueltos en capas y bufandas, y subió solo la escalera de mármol que conducía a las mazmorras . Habia empezado a nevar y el castillo estaba muy tranquilo y silencioso.
Fred:¡Pss, selene!
Se dio la vuelta a mitad del corredor del tercer piso y vio a Fred y a George que lo miraban desde detrás de la estatua de una bruja tuerta y jorobada.
Sele:¿Qué hacéis? —preguntó con curiosidad—. ¿Cómo es que no estáis camino de Hogsmeade?
Fred:Hemos venido a darte un poco de alegría antes de irnos —le dijo guiñándole el ojo misteriosamente—. Entra aquí... Le señaló con la cabeza un aula vacía que estaba a la izquierda de la estatua de la bruja.
selene entró detrás de Fred y George. George cerró la puerta sigilosamente y se volvió, mirando a selene con una amplia sonrisa.
Era un pergamino grande, cuadrado, muy desgastado. No tenía nada escrito. selene, sospechando que fuera una de las bromas de Fred y George, lo miró con detenimiento.
Sele:¿Qué es?
George:Esto selene , es el secreto de nuestro éxito —dijo George, acariciando el pergamino.
Fred:Nos cuesta desprendernos de él
George:Pero anoche llegamos a la conclusión de que tú lo necesitas más que nosotros.
Fred:De todas formas, nos lo sabemos de memoria.
George:ahora es tuyo
Fred:A nosotros ya no nos hace falta.
Sele:¿Y para qué necesito un pergamino viejo?
Fred:¡Un pergamino viejo! —exclamó Fred, cerrando los ojos y haciendo una mueca de dolor; como si selene lo hubiera ofendido gravemente.—Explícaselo, George.
George:Bueno, selene.. cuándo estábamos en primero.. y éramos jóvenes, despreocupados e inocentes.. Bueno, más inocentes de lo que somos ahora... tuvimos un pequeño problema con Tiramos una bomba fétida en el pasillo y se molestó.
Fred:Así que nos llevó a su despacho y empezó a amenazarnos con el habitual castigo.de descuartizamiento..
George: y fue inevitable que viéramos en uno dé sus archivadores un cajón en que ponía «Confiscado y altamente peligroso».
Sele:No me digáis
Fred:bueno, ¿qué habrías hecho tú? George se encargó de distraerlo lanzando otra bomba fétida, yo abrí a toda prisa el cajón y cogí... esto.
George:No fue tan malo como parece creemos que Filch no sabía utilizarlo. Probablemente sospechaba lo que era, porque si no, no lo habría confiscado.
Sele:¿Y sabéis utilizarlo?
Fred:Si
George: Esta pequeña maravilla nos ha enseñado más que todos los profesores del colegio.
Sele:Me estáis tomando el pelo —dijo, mirando el pergamino.
George:Ah, ¿sí? ¿Te estamos tomando el pelo? —dijo George. Sacó la varita, tocó con ella el pergamino y pronunció: —Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.
en eso selene recuerda algo que le dijo su madre
James:recuerda pequeña servatillo juro solemnemente que mis intenciones no son buenas
E inmediatamente, a partir del punto en que había tocado la varita de George, empezaron a aparecer unas finas líneas de tinta, como filamentos de telaraña.
Se unieron unas con otras, se cruzaron y se abrieron en abanico en cada una de las esquinas del pergamino. Luego empezaron a aparecer palabras en la parte superior. Palabras en caracteres grandes, verdes y floreados que proclamaban: Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta proveedores de artículos para magos traviesos están orgullosos de presentar EL MAPA DEL MERODEADOR
Era un mapa que mostraba cada detalle del castillo de Hogwarts y de sus terrenos.
Pero lo más extraordinario eran las pequeñas motas de tinta que se movían por él, cada una etiquetada con un nombre escrito con letra diminuta. Estupefacto, Harry se inclinó sobre el mapa. Una mota de la esquina superior izquierda, etiquetada con el nombre del profesor Dumbledore, lo mostraba caminando por su estudio.
La gata del portero, la Señora Norris, patrullaba por la segunda planta, y Peeves se hallaba en aquel momento en la sala de los trofeos, dando tumbos. Y mientras los ojos de selene recorrían los pasillos que conocía, se percató de otra cosa: aquel mapa mostraba una serie de pasadizos en los que él no había entrado nunca.
Fred:Muchos parecían conducir... Exactamente a Hogsmeade —dijo Fred, recorriéndolos con el dedo—. Hay siete en total. Ahora bien, Filch conoce estos cuatro. —Los señaló—. Pero nosotros estamos seguros de que nadie más conoce estos otros.
George:Olvídate de éste de detrás del espejo de la cuarta planta. Lo hemos utilizado hasta el invierno pasado, pero ahora está completamente bloqueado.
Fred:Y en cuanto a éste, no creemos que nadie lo haya utilizado nunca, porque el sauce boxeador está plantado justo en la entrada. Pero éste de aquí lleva directamente al sótano de Honeydukes. Lo hemos atravesado montones de veces. Y la entrada está al lado mismo de esta aula, como quizás hayas notado, en la joroba de la bruja tuerta.
George:Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta —suspiró George, señalando la cabecera del mapa
Fred:Les debemos tanto...
George:Hombres nobles que trabajaron sin descanso para ayudar a una nueva generación de quebrantadores de la ley Bien —añadió George—. No olvides borrarlo después de haberlo utilizado.
Fred:De lo contrario, cualquiera podría leerlo —dijo Fred en tono de advertencia.
George:No tienes más que tocarlo con la varita y decir: «¡Travesura realizada!», y se quedará en blanco.
Fred:Así que, jovencita selene —dijo Fred, imitando a Percy admirablemente—, pórtate bien.
George:Nos veremos
Salieron del aula sonriendo con satisfacción. selene se quedó allí, mirando el mapa milagroso.
Vio que la mota de tinta que correspondía a la Señora Norris se volvía a la izquierda y se paraba a olfatear algo en el suelo.
Si realmente Filch no lo conocía, él no tendría que pasar por el lado de los dementores. Pero incluso mientras permanecía allí, emocionado, recordó algo que en una ocasión había oído a su madre decir: «No confíes en nada que piense si no ves dónde tiene el cerebro.»
Sele:este mapa es de mama
selene medito tiene el mapa que le perteneció a su madre cuando estudiaba . No era lo mismo que robar o atacar a alguien... Y Fred y George lo habían utilizado durante años sin que ocurriera nada horrible.
Selene recorrió con el dedo el pasadizo secreto que llevaba a un salón muy rápidamente, como si obedeciera una orden, enrolló el mapa, se lo escondió en la túnica y se fue a toda prisa hacia la puerta del aula. La abrió cinco centímetros. No había nadie allí fuera.
Con mucho cuidado, salió del aula y se colocó detrás de la estatua de la bruja tuerta. ¿Qué tenía que hacer? Sacó de nuevo el mapa y vio con asombro que en él había aparecido una mota de tinta con el rótulo «selene Potter».
Sele:wow bueno será mejor que valla con papa el va a ir conmigo a hogsmeade
el mapa se cierra y selene recorre los pasillos de Hogwarts al fin encontrándose con su padre
Tom:lista serpiente
Sele:si papi
padre e hija salen de la escuela y se dirigen a hogsmeade, para que a selene no la reconozcan se puso una capucha
Sele:oye papa ¿cómo fue que conociste a mama?
Tom:lo conocí en Hogwarts cuando iniciamos el curso era un dolor de cabeza hacia tantas bromas con tu tío y padrinos
Sele:jajajajaja ya me imagino
al llegar a la aldea fueron a honeydukes
Tom:que dulces quieres hija
Sele:solo se me antoja ranas de chocolate papa
Tom:ok entonces serán unas ranas de chocolate, pasteles de calderos,Caramelos que estalla, ananá confitado,Cucuruchos de cucaracha y Cubitos de coco recubiertos con helado
Después de pagar los dulces que habían cogido, salieron los 2 a la ventisca de la calle. Hogsmeade era como una postal de Navidad. Las tiendas y casitas con techumbre de paja estaban cubiertas por una capa de nieve crujiente. En las puertas había adornos navideños y filas de velas embrujadas que colgaban de los árboles.
Subieron por la calle, inclinando la cabeza contra el viento. Así que cruzaron la calle y a los pocos minutos entraron en el bar. Estaba calentito y lleno de gente, de bullicio y de humo.
Una mujer guapa y de buena figura servía a un grupo de pendencieros en la barra.
inmerso en una conversación con un hombre corpulento que llevaba un sombrero hongo de color verde lima y una capa de rayas finas: era Cornelius Fudge, el ministro de Magia.
Mirando a través de las ramas más bajas y densas, selene vio las patas de cuatro sillas que se separaban de la mesa de al lado, y oyó a los profesores y al ministro resoplar y suspirar mientras se sentaban. Luego vio otro par de pies con zapatos de tacón alto y de color turquesa brillante
Minerva:Una tacita de alhelí...
Rosmerta:El ron de grosella tiene que ser para usted, señor ministro.
Fudge:Gracias, Rosmerta, querida
Rosmerta va a la mesa de tom y selene
Rosmerta:valla tom hace mucho que no vienes aqui
Tom:también es bueno verte rosa
Rosmerta:es tu hija
Tom:si selene ella es rosmerta trabaja aqui
Sele:mucho gusto
Rosmerta:el placer es mio querida y bueno que les sirvo
Tom:serán 2 tarros de cerveza de mantequilla porfavor
Rosmerta:en seguida
20 minutos después llega con los 2 tarros
Rosmerta:aqui tienen
selene la vio alejarse sentía los latidos del corazón en la garganta. ¿Cómo no se le había ocurrido que también para los profesores era el último fin de semana del trimestre? ¿Cuánto tiempo se quedarían allí sentados?
Necesitaba tiempo para volver a el colegio aquella noche
Rosmerta:¿Qué le trae por aquí, señor ministro? —dijo la voz de la señora Rosmerta.
selene uso su oido de lobo para poder escuchar mejor la conversacion
Fudge:¿Qué va a ser; querida? Peter pettigrew me imagino que sabes lo que ocurrió en el colegio en Halloween.
Rosmerta:Sí, oí un rumor —admitió la señora Rosmerta.—¿Cree que Peter sigue por la zona, señor ministro? —susurró la señora Rosmerta.
Fudge:estoy seguro
Rosmerta:¿Sabe que los dementores han registrado ya dos veces este local? — dijo la señora Rosmerta—. Me espantaron a toda la clientela es fatal para el negocio, señor ministro.
Fudge:Rosmerta querida, a mí no me gustan más que a ti —dijo Fudge con incomodidad—. Pero son precauciones necesarias... Son un mal necesario acabo de tropezarme con algunos están furiosos con Dumbledore porque no los deja entrar en los terrenos del castillo
Minerva:Menos mal —dijo la profesora McGonagall tajantemente. —¿Cómo íbamos a dar clase con esos monstruos rondando por allí?
Flitwick:Bien dicho, bien dicho —dijo el pequeño profesor Flitwick, cuyos pies colgaban a treinta centímetros del suelo.
Fudge:De todas formas —objetó Fudge—, están aquí para defendernos de algo mucho peor. Todos sabemos de lo que pettigrew es capaz. y no supiste lo que paso en el juego de quidditch
Rosmerta:no qué paso?
Fudge:la hija de el auror james callo de su escoba 20 metros un dementor le chupo algo de su alma
Rosmerta:ay dios
Minerva:por suerte sobrevivió pero siempre que la veo la noto con ojeras
Rosmerta:¿Sabéis? Todavía me cuesta creerlo —dijo pensativa la señora Rosmerta—. Peter pettigrew era el último del que hubiera pensado quiero decir, lo recuerdo cuando era un niño en Hogwarts. Si me hubierais dicho entonces en qué se iba a convertir; habría creído que habíais tomado demasiado hidromiel.
Fudge:No sabes la mitad de la historia, Rosmerta —dijo Fudge con aspereza—. La gente desconoce lo peor.
Rosmerta:¿Lo peor? —dijo la señora Rosmerta con la voz impregnada de curiosidad—.¿Peor que matar a toda esa gente?
Fudge:Desde luego, eso quiero decir
Rosmerta:No puedo creerlo. ¿Qué podría ser peor?
Minerva:Dices que te acuerdas de cuando estaba en Hogwarts, Rosmerta — susurró la profesora McGonagall—. ¿Sabes quién era su mejor amigo?
Rosmerta:Pues claro —dijo la señora Rosmerta riendo ligeramente—. Nunca se veía al uno sin el otro. ¡La de veces que estuvieron aquí! Siempre me hacían reír. ¡Un trio de cómicos, Sirius Black,James Potter y Remus Lupin!
selene casi escupe su cerveza de mantequilla
Minerva:Exactamente —dijo la profesora McGonagall—. Black, Lupin y Potter. Cabecillas de su pandilla. Los 4 eran muy inteligentes. Excepcionalmente inteligentes. Creo que nunca hemos tenido 4 alborotadores como ellos.
Hagrid:No sé —dijo Hagrid, riendo entre dientes—. Fred y George Weasley podrían dejarlos atrás. En fin aun no puedo creer que ese muchacho que parecía bueno intentaba hacerle algo a los potter pobrecita selene tenía una herida grande en la frente
Flitwick:¡Cualquiera habría dicho que los 4 eran hermanos! —terció el profesor Flitwick—. ¡Inseparables!
Fudge:¡Por supuesto que lo eran! —dijo —. Potter confiaba en sus amigos más que en ningún otro amigo.
minerva:Nada cambió cuando dejaron el colegio. Black y Evans fueron los padrinos de boda cuando James se casó con Tom. Luego fueron los de selene.
Rosmerta:¿Porque Peter le hacia daño a esos muggles? —susurró la señora Rosmerta.
Fudge:esto es aún peor; querida... —Fudge bajó la voz — Pettigrew estaba cansado de su papel de niño bueno y parece que tenía una mala intención de hacerlo en el momento en que entro a la casa de los potter
Rosmerta:porque que hizo?
lo ultimo no lo pudo escuchar selene ya que su padre le hablo
Tom:selene ya es hora de irnos
Sele:si papá
padre e hija salen de el bar y regresan a Hogwarts
Tom:te divertiste mi serpiente
Sele:si papá
Tom:ok ahora que escuchaste
Sele:que cosa
Tom:se que usaste tus orejas de lobo
Sele:demonios
Tom:así que habla
Sele:escuche a Fudge diciendo que Peter estudiaba con ustedes y que era amigo de mama, padrino y tío Remus
Tom:si eso es cierto a tu madre lo conocían como cornamenta
Sele:como los merodeadores
Tom:¿cómo sabes eso?
Selene saca de su pantalón el mapa
Tom:ay dios lo tienes
Sele:jejejejeje sorpresa
Tom:mientras no te metas en problemas
Sele:no lo haré papi
Selene no había podido pegar el ojo hasta el amanecer. Al despertarse, había hallado el dormitorio desierto, se había vestido y subir la escalera de caracol y ir a el gran comedor, donde no había nadie más que draco, que se comía un sapo de menta y se frotaba el estómago, y Hermione, que había extendido sus deberes por tres mesas.
Sele:¿Dónde está todo el mundo?
Draco:¡Se han ido! Hoy empiezan las vacaciones, ¿no te acuerdas? . Es ya casi la hora de comer. Pensaba ir a despertarte dentro de un minuto.
selene se sentó en una silla al otro lado de las ventanas, la nieve seguía cayendo. Crookshanks estaba extendido delante del fuego, como un felpudo de pelo canela.
Sele:fui a el bar con papa
Hermione:y que te parecio
Sele:muy bien pero estuve escuchando a fudge.....resulta que peter estudiaba aquí con mis padres, padrino y tío
Hubo un silencio en el que Crookshanks se estiró voluptuosamente, sacando las garras
Draco:Mira —dijo, tratando de cambiar de tema—, ¡estamos en vacaciones! ¡Casi es Navidad! Vamos a ver a Hagrid. No le hemos visitado desde hace un montón de tiempo.
Hermione:¡No! —dijo rápidamente—. selene no debe abandonar el castillo
Sele:Sí, vamos ¡Y le preguntaré por qué no mencionó nunca que el conocía a peter cuando estudiaba con mis padres !
Draco:Podríamos echar una partida de ajedrez —dijo apresuradamente—. O de gobstones papa me dejó un juego.
Sele:No vamos a ver a Hagrid
Así que recogieron las capas de los dormitorios y se pusieron en camino , recorrieron el castillo vacío y salieron por las puertas principales de roble.
Caminaron lentamente por el césped, dejando sus huellas en la nieve blanda y brillante, mojando y congelando los calcetines y el borde inferior de las capas. El bosque prohibido parecía ahora encantado. Cada árbol brillaba como plata y la cabaña de Hagrid parecía una tarta helada.
Draco llamó a la puerta, pero no obtuvo respuesta.
Hermione:No habrá salido, ¿verdad? —preguntó, temblando bajo la capa.
Draco pegó la oreja a la puerta.
Draco:Hay un ruido extraño —dijo—. Escuchad. ¿Es Fang?
selene y Hermione también pegaron el oído a la puerta. Dentro de la cabaña se oían unos suspiros de dolor.
Draco:¿Pensáis que deberíamos ir a buscar a alguien? —dijo nervioso
Sele:¡Hagrid! —gritó , golpeando la puerta—. Hagrid, ¿estás ahí?
Hubo un rumor de pasos y la puerta se abrió con un chirrido. Hagrid estaba allí, con los ojos rojos e hinchados, con lágrimas que le salpicaban la parte delantera del chaleco de cuero.
Hagrid:¡Lo habéis oído! —gritó, y se arrojó al cuello de selene
selene estuvo a punto de caer bajo el peso del otro, pero draco y Hermione lo rescataron, cogieron a Hagrid cada uno de un brazo y lo metieron en la cabaña, con la ayuda de selene. Hagrid se dejó llevar hasta una silla y se derrumbó sobre la mesa, sollozando de forma incontrolada. Tenía el rostro lleno de lágrimas que le goteaban sobre la barba revuelta.
Hermione:¿Qué pasa, Hagrid? —le preguntó aterrada.
selene y draco vieron sobre la mesa una carta que parecía oficial.
Draco:¿Qué es, Hagrid?
Hagrid redobló los sollozos, entregándole la carta a selene, que la leyó en voz alta:
Sele: Estimado Señor Hagrid: En relación con nuestra indagación sobre el ataque de un hipogrifo a un alumno que tuvo lugar en una de sus clases, hemos aceptado la garantía del profesor Dumbledore de que usted no tiene responsabilidad en tan lamentable incidente. —
Draco:Estupendo, Hagrid —dijo dándole una palmadita en el hombro.
Pero Hagrid continuó sollozando y movió una de sus manos gigantescas, invitando a selene a que siguiera leyendo. Sin embargo, debemos hacer constar nuestra preocupación en lo que concierne al mencionado hipogrifo.
Sele:Hemos decidido dar curso a la queja oficial presentada por la señora Molly weasley y este asunto será, por lo tanto, llevado ante la Comisión para las Criaturas Peligrosas. La visita tendrá lugar el día 20 de abril. Le rogamos que se presente con el hipogrifo en las oficinas londinenses de la Comisión, en el día indicado. Mientras tanto, el hipogrifo deberá permanecer atado y aislado.Atentamente el ministro
Draco:¡Vaya! pero, según nos has dicho, Hagrid, Buckbeak no es malo. Seguro que lo consideran inocente.
Hagrid:No conoces a los monstruos que hay en la Comisión para las Criaturas Peligrosas... —dijo con voz ahogada, secándose los ojos con la manga—. La han tomado con los animales interesantes.
Un ruido repentino, procedente de un rincón de la cabaña de Hagrid, hizo que selene, draco y Hermione se volvieran. Buckbeak, el hipogrifo, estaba acostado en el rincón, masticando algo que llenaba de sangre el suelo.
Hagrid:¡No podía dejarlo atado fuera, en la nieve! —dijo con la voz anegada en lágrimas—. ¡Completamente solo! ¡En Navidad!
selene, draco y Hermione se miraron. Nunca habían coincidido con Hagrid en lo que él llamaba «animales interesantes» y otras personas llamaban «monstruos terroríficos». Pero Buckbeak no parecía malo en absoluto
Hermione:Tendrás que presentar una buena defensa, Hagrid —dijo sentándose y posando una mano en el enorme antebrazo de Hagrid—. Estoy segura de que puedes demostrar que Buckbeak no es peligroso.
Hagrid:¡Dará igual! —sollozó Hagrid—. Molly weasley tiene metidos en el bolsillo a todos esos diablos de la Comisión. ¡Le tienen miedo! Y si pierdo el caso, Buckbeak...
Se pasó el dedo por el cuello, en sentido horizontal.
hermione ,draco y sele: No
Sele:¿Y Dumbledore?
Hagrid:Ya ha hecho por mí más que suficiente —gimió Hagrid—. Con mantener a los dementores fuera del castillo y con Peter Pettigrew acechando, ya tiene bastante.
Sele:Escucha, Hagrid, no puedes abandonar. Hermione tiene razón. Lo único que necesitas es una buena defensa. Nos puedes llamar como testigos...
Hermione:Estoy segura de que he leído algo sobre un caso de agresión con hipogrifo —dijo pensativa— donde el hipogrifo quedaba libre.— Lo consultaré y te informaré de qué sucedió exactamente.
Hagrid lanzó un gemido aún más fuerte. Selene y Hermione miraron a draco implorándole ayuda.
Draco:Eh... ¿preparo un té?
selene lo miró sorprendido
Draco:Es lo que hace mi madre cuando alguien está preocupado —musitó encogiéndose de hombros.
Por fin, después de que le prometieran ayuda más veces y con una humeante taza de té delante, Hagrid se sonó la nariz con un pañuelo del tamaño de un mantel
Hagrid:Tenéis razón. No puedo dejarme abatir. Tengo que recobrarme...
Fang, salió tímidamente de debajo de la mesa y apoyó la cabeza en una rodilla de Hagrid.
Hagrid:Estos días he estado muy raro —dijo Hagrid, acariciando a Fang con una mano y limpiándose las lágrimas con la otra—. He estado muy preocupado por Buckbeak y porque a nadie le gustan mis clases.
Hermione:a nosotros nos gustan
Draco:¡Sí, son estupendas!
Sele:¿Cómo están los gusarajos?
Hagrid:Muertos —dijo Hagrid con tristeza—. Demasiada lechuga. Y los dementores me hacen sentir muy mal —añadió, con un estremecimiento repentino—Cada vez que quiero tomar algo en Las Tres Escobas, tengo que pasar junto a ellos. Es como estar en Azkaban.
Se quedó callado, bebiéndose el té. selene, draco y mione lo miraban sin aliento.
Hermione:¿Tan horrible es Azkaban, Hagrid?
Hagrid:No te puedes hacer ni idea había pensado liberar a Buckbeak, para que se alejara volando... Pero ¿cómo se le explica a un hipogrifo que tiene que esconderse? Y... me da miedo transgredir la ley... —Los miró, con lágrimas cayendo de nuevo por su rostro—. No quisiera estar en Azkaban.
La visita a la cabaña de Hagrid, aunque no había resultado divertida, había tenido el efecto que draco y Hermione deseaban. selene no se había olvidado de Peter, pero ahora mismo hagrid la necesita para ganar su caso.
selene, draco y Hermione fueron al día siguiente a la biblioteca y volvieron a el gran comedor cargados con libros que podían ser de ayuda para preparar la defensa de Buckbeak.
Los tres se sentaron, pasando lentamente las páginas de los volúmenes polvorientos que trataban de casos famosos de animales merodeadores. Cuando alguno encontraba algo relevante, lo comentaba a los otros.
Hermione:Aquí hay algo. Hubo un caso, en 1722... pero el hipogrifo fue declarado culpable.
Sele:¡Uf! Mirad lo que le hicieron. Es repugnante.
Draco:Esto podría sernos útil. Mirad. Una mantícora atacó a alguien salvajemente en 1296 y fue absuelta...
Sele:¡Oh, no! Lo fue porque a todo el mundo le daba demasiado miedo acercarse...
Entretanto, en el resto del castillo habían colgado los acostumbrados adornos navideños, que eran magníficos, a pesar de que apenas quedaban estudiantes para apreciarlos.
En los corredores colgaban guirnaldas de acebo y muérdago; dentro de cada armadura brillaban luces misteriosas; y en el vestíbulo los doce habituales árboles de Navidad brillaban con estrellas doradas.
En los pasillos había un fuerte y delicioso olor a comida que, antes de Nochebuena, se había hecho tan potente que incluso Scabbers sacó la nariz del bolsillo de Ron para olfatear.
La mañana de Navidad, draco despertó a selene tirándole la almohada.
Draco:¡Despierta, los regalos!
Entornando los ojos para ver en la semi oscuridad, miró a los pies de la cama, dónde se alzaba una pequeña montaña de paquetes.
draco y selene abrieron sus regalos
Draco:o genial un suéter
selene abrió el suyo una docena de pasteles caseras, dulces, libros y una caja de turrón. Al retirar las cosas, vio un paquete largo y estrecho que había debajo.
Draco:¿Qué es eso? —preguntó mirando el paquete y sosteniendo en la mano los calcetines marrones que acababa de desenvolver.
Sele:creo saber que es
selene lo abre
Draco:No puedo creerlo
Era una Saeta de trueno, idéntica a la escoba de ensueño que selene había ido a ver diariamente a la tienda del callejón Diagon.
El palo brilló en cuanto selene le puso la mano encima. La sentía vibrar. La soltó y quedó suspendida en el aire, a la altura justa para que él montara. Sus ojos pasaban del número dorado de la matrícula a las aerodinámicas ramitas de abedul y perfectamente lisas que formaban la cola.
(no pude hallar una imagen de la saeta de trueno)
Draco¿Quién te la ha enviado?
Selene vio una nota
Feliz navidad cachorra de Sirius
Sele:es de padrino sirius
Draco:¡weasley! —se rió estruendosamente—. ¡Ya verás cuando te vea montado en ella! ¡Se pondrá enfermo! ¡Ésta es una escoba de profesional!
Sele:No me lo puedo creer —musitó pasando la mano por la Saeta de trueno mientras draco se retorcía de la risa en la cama de selene pensando en weasley
Hermione:¿De qué os reís los dos?—acababa de entrar con el camisón puesto y llevando a Crookshanks, que no parecía contento con el cordón de oropel que llevaba al cuello.
Dejó a Crookshanks en la cama vacía de pansy y contempló la Saeta de trueno con la boca abierta.
Hermione:¡Vaya, selene! ¿Quién te la ha enviado?
Sele:Sirius
Draco:Es la mejor escoba que existe, Hermione
Hermione:Así que debe de ser carísima...
Draco:Probablemente costó más que todas las escobas de Slytherin juntas
A la hora del almuerzo bajaron al Gran Comedor y descubrieron que habían vuelto a arrimar las mesas a los muros, y que ahora sólo había, en mitad del salón, una mesa con doce cubiertos. Se encontraban allí los profesores Dumbledore, McGonagall, Tom, Snape, Sprout y Flitwick , junto con Filch, el conserje, que se había quitado la habitual chaqueta marrón y llevaba puesto un frac viejo y mohoso.
Sólo había otros tres alumnos: dos del primer curso, muy nerviosos, y uno de quinto de Slytherin, de rostro huraño.
Dumbledore:¡Felices Pascuas! —dijo cuando draco, selene y Hermione se acercaron a la mesa—. Como somos tan pocos, me pareció absurdo utilizar las mesas de los colegios. ¡Sentaos, sentaos!
Selene, draco y Hermione se sentaron juntos al final de la mesa.
Dumbledore:¡Cohetes sorpresa! —dijo entusiasmado, alargando a Snape el extremo de uno grande de color de plata. Snape lo cogió a regañadientes y tiró.
Sonó un estampido, el cohete salió disparado y dejó tras de sí un sombrero de bruja grande y puntiagudo, con un buitre disecado en la punta. selene, acordándose del boggart, miró a Draco y los dos se rieron.
Snape apretó los labios y empujó el sombrero hacia Dumbledore, que enseguida cambió el suyo por aquél.
Dumbledore:¡A comer! —aconsejó a todo el mundo, sonriendo.
Mientras selene se servía patatas asadas, las puertas del Gran Comedor volvieron a abrirse. Era la profesora Trelawney, que se deslizaba hacia ellos como si fuera sobre ruedas. Dada la ocasión, se había puesto un vestido verde de lentejuelas que acentuaba su aspecto de libélula gigante.
Dumbledore:¡Sybill, qué sorpresa tan agradable! —dijo Dumbledore, poniéndose en pie.
Trelawney:He estado consultando la bola de cristal, señor director —dijo la profesora Trelawney con su voz más lejana—. Y ante mi sorpresa, me he visto abandonando mi almuerzo solitario y reuniéndome con vosotros. ¿Quién soy yo para negar los designios del destino? Dejé la torre y vine a toda prisa, pero os ruego que me perdonéis por la tardanza
Dumbledore:Por supuesto —dijo Dumbledore, parpadeando—. Permíteme que te acerque una silla...
E hizo, con la varita, que por el aire se acercara una silla que dio unas vueltas antes de caer ruidosamente entre los profesores Snape y McGonagall.
Sele:aqui viene en 3...2...1
La profesora Trelawney, sin embargo, no se sentó. Sus enormes ojos habían vagado por toda la mesa y de pronto dio un leve grito.
Trelawney:¡No me atrevo, señor director! ¡Si me siento, seremos trece! ¡Nada da peor suerte! ¡No olvidéis nunca que cuando trece comen juntos, el primero en levantarse es el primero en morir!
Minerva:Nos arriesgaremos, Sybill —dijo impaciente la profesora McGonagall—. Por favor, siéntate. El pavo se enfría.
La profesora Trelawney dudó. Luego se sentó en la silla vacía con los ojos cerrados y la boca muy apretada, como esperando que un rayo cayera en la mesa.
La profesora McGonagall introdujo un cucharón en la fuente más próxima.
Minerva:¿Quieres callos, Sybill?
La profesora Trelawney no le hizo caso. Volvió a abrir los ojos, echó un vistazo a su alrededor
Trelawney:Pero ¿dónde está el profesor Lupin?
Dumbledore:Me temo que ha sufrido una recaída —dijo Dumbledore, animando a todos a que se sirvieran
Minerva:Es una pena que haya ocurrido el día de Navidad. Pero seguro que ya lo sabías, Sybill.
La profesora Trelawney dirigió una mirada gélida a la profesora McGonagall.
Trelawney:Por supuesto que lo sabía, Minerva —dijo en voz baja—. Pero no quiero alardear de saberlo todo. A menudo obro como si no estuviera en posesión del ojo interior, para no poner nerviosos a los demás. —
Minerva:Eso explica muchas cosas —respondió la profesora McGonagall.
La profesora Trelawney se comportó casi con normalidad hasta que, dos horas después, terminó la comida.
Atiborrados con el banquete y tocados con los gorros que habían salido de los cohetes sorpresa, selene y draco fueron los primeros en levantarse de la mesa, y la profesora dio un grito.
Trelawney:¡Queridos míos! ¿Quién de los dos se ha levantado primero? ¿Quién?
Draco:No sé
Minerva:Dudo que haya mucha diferencia —dijo la profesora McGonagall fríamente—. A menos que un loco con un hacha esté esperando en la puerta para matar al primero que salga al vestíbulo.
Incluso Tom se rió, la profesora Trelawney se molestó.
Sele:papa estare en la biblioteca
Tom:cuidate hija llévate a nagini
Sele:si nagini ven
la serpiente se arrastro hasta llegar a selene y se fueron
las vacaciones se acabaron y empezaron las clases con normalidad
en clase de dcao
Remus:y eso es todo lo que veremos sobre las hadas para el lunes quiero que me traigan un reporte de ellas
todos se van menos selene
Remus:selene que te ocurre
Sele:tio necesito decirte algo
Remus:dime cachorra
Sele:pues cuando los dementores me atacaron escuche la voz de mama como si me protegiera de alguien y al despertar me apareció esta cicatriz en la frente
Remus:ven conmigo selene creo que ya es hora de que sepas porque tienes esta cicatriz
Remus y selene salen de la clase y se dirigen a la oficina de tom y por sorpresa también estaba james
Remus:tom ya es hora
Sele:¿hora de que?
Remus se va dejando sola a la familia
James:selene ven
selene se acerca sus padres, james la carga y la sienta en sus piernas
Tom:vamos a contarte una historia
James:cuando tu padre y yo cursamos Hogwarts....me hice amigo de Sirius, Remus, Lily y....Peter
Tom:tu madre y sus amigos crearon un mapa que los ayudaría a meterse en problemas y hacer travesuras
James:todo iba bien hasta cuándo nos graduamos....peter empezó a cambiar
Tom:actuaba de manera extraña el quería mas poder mágico, se volvió loco así que rompimos lazos con el
Sele:pero que tiene que ver el conmigo
James:....él fue a nuestra casa
Tom:te encontró en la cuna solo tenias 5 meses
James:fue entonces que te escuche llorar sabia que algo no estaba bien
Tom:fuimos a tu habitación peter te estaba cargando
James:pensamos lo peor así que intentamos que te soltara
Tom:no teníamos pensado que tenia con el un cuchillo
James:.....el te hizo esa cicatriz mi amor-dice con lagrimas en los ojos
Sele:p-pero porque no se me veía cuando empeze a crecer
Tom:te pusimos un glamour muy potente pero cuando el dementor de chupo algo de tu alma se quito
Sele:p-pero porque me quiere a mí?
Tom:cuando naciste pudimos sentir que tenias una gran magia...al parecer peter pudo escuchar en algún lado que tenias mucho poder mágico
Sele:......él me quiere muerta
Ambos padres la abrazan llorando
Tom:por eso te pusimos el hechizo de rastreador
James:para saber en donde estabas y que estes a salvo
Sele:no quiero morir mama!!!
James:no lo haras
Tom:por eso estarás 24 horas conmigo, hasta incluso tendrás que dormir en mi habitación ya hable de eso con Minnie y dice que es una buena idea
Sele:papá tengo miedo
Tom:aquí estamos mamá y papá mi niña
James:aquí estamos