FLUFFYTOBER | Harry Potter fa...

By hauntedwalls

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Colección de one shots y drabbles de mis ships favoritos y algunos por recomendación dándose todo el amor pos... More

Hey!
Día 01: Serenata
Día 02: Pide un deseo
Día 03: Animagos
Día 04: Besos en la lluvia
Día 05: Poción explosiva
Día 09: Primera cita
Día 11: Álbum de fotos
Día 16: Chimenea
Día 18: Labial
Día 24: Purpurina

Día 12: Nuestro lugar secreto

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By hauntedwalls

Pareja: Harry Potter x Draco Malfoy

Universo sin Voldemort. Amigos a amantes. Menciones a Harry/otros y Draco/otros.


05 de junio de 1986.

Lily intentó acomodar el pelo de un pequeño Harry por milésima vez, pero cuando el hechizo para peinar no logró su objetivo se conformó con darle un beso en la frente a su hijo para despedirlo. La pelirroja fue capaz de escuchar la risa de Sirius a lo lejos y a James diciéndole ¡Ese es mi hijo!

—Papá y yo estaremos adentro con tus padrinos. Sé amable, cariño.

Harry la miró confundido.

—¿Puedo ir contigo? —preguntó, esforzándose en pronunciar de la mejor manera para que su madre lo comprendiera.

—No por el momento, amor —la mujer se puso de cuclillas, a la misma altura que su hijo—. Es una fiesta de cumpleaños, debes ir a felicitar a Draco y tal vez jugar con él y sus amigos. ¿Recuerdas a Draco, verdad?

El pequeño resopló indignado.

Harry era inteligente, eso le decían muy seguido, en especial su mamá y su padrino Remus, así que obviamente iba a recordar a Draco. Si James, su papá, tenía razón, él y Draco llevaban siendo amigos casi un año.

Ese resoplido le valió una ceja alzada de parte de su madre, la cual supo que ese gesto no pudo ser más que una imitación a Sirius. Entonces Harry sonrió avergonzado y asintió con la cabeza.

—Entonces no será tan malo, mi léon —le dio un abrazo a Harry, enterrando su cabeza en el hueco del cuello de su hijo y fingiendo rugir. Harry rio divertido—. Anda, ve. Draco estará esperándote.

Entonces Harry le dio un beso en la mejilla a su madre y corrió lo más rápido que pudo, deteniéndose hasta que notó a niños jugando en el patio.

—¡Viniste!

El pelo rubio platinado apareció en el campo de visión de Harry, haciéndolo sonreír al estar cerca de su amigo. Claro, ellos no habían sido agradables cuando se conocieron a inicios de su primer año en la escuela primaria.

Harry recordaba vagamente que se llevaron mal al principio porque Draco se había negado a compartir sus galletas aún cuando Harry le había prestado sus juguetes.

—Pansy y Theo están buscando gusanos, puaj —anunció Draco con una expresión de asco, hasta que una idea apareció ante él y su rostro se iluminó.

Antes de que el rubio pudiera expresar su idea, Harry se acercó y lo abrazó.

—Feliz cumpleaños.

Draco, poco acostumbrado a las muestras de contacto físico que no fueran de su madre, se quedó quieto unos segundos hasta que reaccionó y devolvió el gesto.

—Gracias, Harry.

Ambos se separaron con una sonrisa en el rostro hasta que el chillido de Pansy los hizo saltar en sus lugares.

—Creo que Theo le ha puesto en el pelo…

—¿Quieres ver lo que me regalaron los elfos?

Harry parpadeó confundido, después fue el turno de Theo de lloriquear y Harry decidió acompañar a Draco.

22 de diciembre de 1993. Tercer año de Hogwarts. Vacaciones de navidad.

—Mamá dijo que tenía que estudiar más.

Draco levantó la vista de su libro y arqueó una ceja.

—No la estás obedeciendo, por lo que veo.

—No. Puedo. Concentrarme. Draco.

—Inténtalo. Harry. Flojo. Potter.

Harry ignoró el regaño de Draco y se tiró al sofá, enfrente del rubio.

—Draco, Draco, Draco, Draco.

El rubio arrugó la nariz —Pídele a Dobby más tarta y déjame en paz.

Draco se puso más cómodo en su lugar para continuar leyendo lanzando una que otra mirada a Harry, el cual se levantó y comenzó a dar vueltas alrededor de la cabaña.

—¿Soy yo o hay más espacio que el año pasado?

Harry se sentó nuevamente, pero al lado de Draco.

—Dobby convenció al resto de los elfos para que ampliarán el lugar.

Harry sonrió al imaginar a Dobby dirigiendo a los elfos de la Mansión Malfoy y segundos después, sin poder evitarlo, bostezó.

—¿En serio, Potter?

—¡Estoy cansado! —se defendió y luego bostezó nuevamente.

—Duerme y déjame leer.

Harry aceptó satisfecho la orden y se acurrucó lo mejor que pudo.

18 de diciembre de 1995. Quinto año de Hogwarts. Vacaciones de navidad.

Dobby desapareció en cuestión de segundos y Draco se preparó mental y emocionalmente para seguir escuchando a Harry hablar de Ginny Weasley.

—Er, bueno, ¿crees que Ron se moleste si invito a Ginny a Hogsmeade?

Draco se encogió de hombros, fingiendo desinterés. Aunque la verdad era que escuchar el nombre de la hermana de Weasley y ver los ojos de Harry brillar al hablar de ella le dejaba una sensación amarga.

—Es tu amigo, no el mío.

—Es momento de aceptar que también es tu amigo.

—No. ¿Granger? Tal vez, pero Weasley no.

Harry se burló y miró fijamente a Draco, entrecerrando los ojos, luciendo confundido.

—¿Tengo algo en la cara?

—¿Eh?

—Me estabas mirando raro.

—Ah, no, no, nada —el chico se sonrojó y se rascó la cabeza nervioso.

Minutos después, Dobby apareció con algunos postres y se retiró cuando ambos chicos le agradecieron.

—Lo haré.

—¿Hm?

—Invitaré a Ginny a una cita, yo, si, eso haré terminando las vacaciones.

Draco suspiró y se regañó mentalmente por su estúpida sensibilidad, luego le sonrió a Harry de una manera que creía se vería sincera.

Más tarde, ese mismo día, Harry prometió visitarlo al día siguiente en su lugar secreto, en la cabaña a la que siempre escapaban para charlar o pasar el rato. Draco no pudo evitar sentirse un idiota cuando comenzó a enumerar en su cabeza todas las cualidades que Harry apreciaba de la chica Weasley.

12 de junio de 1996. Fin del curso de quinto año. Vacaciones de verano.

Lo que alguna vez fue una pequeña cabaña para el cumpleaños número seis de Draco se convirtió en un lugar más amplio cada día. Dobby argumentaba constantemente que su Amo merecía un buen lugar para relajarse cuando regresaba de Hogwarts.

Pero relajarse era algo que Draco no estaba haciendo porque Harry Potter había llegado a la cabaña y lo único que hizo fue caminar de un lado a otro. Cuando Harry llegó, Draco se mordió la lengua para no mencionar que Harry no le había hablado adecuadamente en días.

—¿Me dirás lo que…?

—Ginny y yo rompimos.

Draco inhaló bruscamente y se preparó para cualquier cosa —¿Lo lamento, supongo?

Harry dejó de caminar y Draco lo agradeció en silencio.

—No, no, yo, quiero decir, está bien. Solo, bueno, no te molestes si no te dije antes, pero, fue hace dos o tres semanas.

—Pero…

—Incluso Sirius apostó sobre ello.

—Eso suena como Sirius —concedió Draco.

Harry rio débilmente.

—Si, lo sé.

—¿Seguro que estás bien? —Draco palmeó la alfombra, invitando a Harry a sentarse en el piso. El chico obedeció rápidamente—. Quiero decir, en poco tiempo cumplirían cuatro meses, o un poco más, no lo sé, y cuando una relación seria acaba puede que…

—Está bien, lo juro —respondió—. No pude hablar de eso con Ron por obvias razones y Hermione me dijo —como era costumbre cuando estaba nervioso, Harry acomodó sus gafas torpemente—, me dijo un par de cosas que pensé desde hace mucho tiempo, pero que descarté por creer que estaba loco.

—¿Me dirás qué cosas?

Como si pudiera ser posible, Harry comenzó a actuar más nervioso.

—Mejor háblame de cómo pareces ser el experto en relaciones serias —bromeó, recibiendo un golpe en la cabeza por parte de Draco—. ¡Ouch! Solo soy honesto, con ese tal Gilbert duraste muy poco y…

Albert.

—Si, si, me equivoqué.

—No, no lo hiciste. Siempre lo llamaste Gilbert a propósito.

Harry se encogió de hombros.

—Fue un idiota y mereces algo mejor.

Draco negó con la cabeza, inconforme con las palabras de Harry.

Si, podía decirse que su ex fue un poco idiota, pero Draco tuvo también parte de la culpa. Ellos se conocieron en Francia en las vacaciones anteriores a iniciar el cuarto año y fueron la primera relación del otro, por lo cual no es como si supieran que esperar. Por cuestiones de vivir en lugares alejados, poco a poco empezaron a dejar de mantener contacto hasta que la distancia fue insoportable y Albert, quien no había contestado ninguna lechuza de Draco pidiendo explicaciones, decidió darle fin a la relación por una maldita llamada flu.

Draco se había sentido terriblemente mal después de la ruptura, en especial porque lo último que le dijo su ex fue que abriera los ojos y aceptará quien le gustaba realmente.

Al final de cuarto año, Draco le mandó una carta a su ex pidiendo disculpas por si alguna vez se sintió como la segunda opción. Albert, más tranquilo, confirmó que se sintió así las veces que Draco hablaba de Harry esto o Harry aquello.

Posterior a eso, siguieron mandando cartas de vez en cuando. Sin embargo, todo eso Harry no lo sabía… el Gryffindor solo sabía que Albert había pasado días ignorando a Draco hasta que el imbécil, como le gustaba nombrarlo, llamó para terminar con Draco.

—¿Y quién es mejor para mí según tú?

Draco sonrió burlón sin esperar que Harry se levantara abruptamente, tropezando y casi cayendo.

—¿Qué diablos te pasa, Potter?

Harry se rascó la cabeza, fingiendo confusión. Draco, totalmente seguro de que algo estaba pasando, se levantó.

—¿Yo? Nada, hm, solo recordé que mamá me dijo que no tardara porque necesita ayuda con el jardín.

—Ah, entonces vete, no quiero que me culpes por mantenerte lejos de tus actividades —Draco bromeó y sintió como el aire escapaba de sus pulmones cuando Harry rio divertido —. Dile a tus padres que mando saludos.

Harry asintió con la cabeza y se apresuró para salir, dejando a Draco solo para leer algún libro que hubiera en el lugar.

Cuando pasaron un par de minutos, Draco interrumpió su lectura. Las palabras de su madre contándole que Lily contrató a un profesional para cuidar su jardín a falta de tiempo lo dejaron pensando en que Harry solo quería evitarlo.

Bueno, pensó, tal vez así no tenga que decirle que un Hufflepuff, ni más ni menos, me besó.

24 de diciembre de 1996. Sexto año. Vacaciones de navidad.

—No sabía que estabas aquí —Draco arrastró los pies lentamente hasta sentarse lo más elegante posible sobre la alfombra—. ¿Demasiado ebrio para que tu madre te vea?

Harry no respondió, simplemente miró a Draco con seriedad.

—¿Me dirás qué te pasa o…?

—Deberías regresar con tu novio y dejarme aquí —murmuró, pero Draco pudo escucharlo perfectamente e intentó hablar, sin embargo, Harry se levantó, caminando a la puerta—. O puedo irme para que lo traigas aquí y puedan continuar con lo que hayan estado haciendo antes de que los hubiera interrumpido.

Draco también se levantó y evitó que Harry saliera, tomándolo del antebrazo.

—¿Tú fuiste quien nos estaba espiando?

Por un momento, había creído que Pansy fue quien estuvo espiando por ahí, sin duda hubiera preferido que fuera ella y no Harry.

Harry rio amargamente e intentó zafarse del agarre Draco.

—No eran especialmente discretos.

—¡Estábamos en mi habitación!

—Entonces regresa y terminen lo que estaban haciendo, no me interesa con quién estés follando.

Draco se sonrojó y abrió la boca indignado.

—¿Por qué carajos te molesta?

—¿Han llegado a ese punto, entonces?

—No, no… ¡No es de tu incumbencia! ¿Acaso te he preguntado si has hecho lo mismo con Susan?

—Entre Susan y yo no hay nada solo…

Draco retiró el agarre en el antebrazo de Harry, sabiendo que su discusión tardaría un poco más y Harry no se iría.

—Ron me dijo del muérdago.

—Hermione me dijo sobre él.

Harry, mareado por lo que había bebido tiempo atrás y acalorado por la discusión, volvió a regresar a dónde Draco lo había encontrado y tomó asiento.

—Eso fue un error —comenzó a explicar—. Romilda trató de atraparme en el muérdago, pero Susan iba pasando y…

—Después comenzó a invitarte a su sala común, ¿no?

—Eso empezó hace tres semanas y ustedes están juntos desde hace medio año. Te aseguro que no hemos tenido más que un par de besos, eso es casi nada a lo que seguramente has hecho con ese idiota.

—¿Idiota? ¿Ahora lo llamas idiota? Los he visto hablar montones de veces y ahora pareces detestarlo.

—Ernie McMillan es un idiota porque no es capaz de hacer su relación pública, pero si puede arrinconarte y…

—No estamos en una relación —declaró—. Solo pasamos el rato de vez en cuando y no llevamos medio año con eso.

—A Hermione se le escapó decir que se besaron hace…

—Él me besó, si, hace seis meses, pero yo acepté hace solo dos meses que podríamos vernos —con cuidado, Draco volvió a sentarse al lado de Harry—. Hoy, después de la cena, ya ves, trató de pedirme que fuera su novio.

Harry no dijo nada por unos momentos, dedicándose a mover su pie con inquietud y haciendo que Draco se sintiera más nervioso.

—Es cosa de Hufflepuffs, supongo —comentó al final, evitando el contacto visual—. Antes de las vacaciones Susan me pidió lo mismo, le dije que era demasiado pronto y…

—Le dije que no —interrumpió Draco, también por su parte evitando ver a Harry, concentrándose en mirar sus manos y decirse a sí mismo que no estaba sonrojándose—. ¿Qué más le dijiste?

—Le pedí disculpas por tal vez hacerle creer que podríamos tener algo más —respondió y dejó de mover su pie, inhaló y exhaló un par de veces, parecía que se estaba preparando para decir algo importante—. Hermione dijo que no era completamente mi culpa. Nunca le prometí nada y no hicimos más que besarnos.

—Hermione tiene…

—Me alegra que le hayas dicho que no —Harry se levantó del piso y buscó la mirada de Draco, cuando la obtuvo, revolvió su pelo, más nervioso que nunca—. No hubiera soportado verlos juntos.

Un chasquido sonó y la atmósfera tensa se aligero notablemente con la presencia de Dobby.

—La Ama Narcissa y la señora Potter los están buscando —anunció mirando de Draco a Harry y de Harry a Draco, quienes no dejaron de verse a los ojos en ningún momento—. El Amo Malfoy quiere hacer un brindis para el señor Potter. Dobby cree que el señor Malfoy ha tomado mucho vino.

Dobby jaló nervioso una parte del diminuto traje que Hermione confeccionó para él, dándose cuenta que interrumpió algo importante y desapareció con un chasquido.

—Harry…

—Detestaría aún más a Ernie si fuera el novio del chico que me gusta.

Harry rompió el contacto visual y salió lo más rápido que pudo de la cabaña, no alcanzó a ver cuándo Draco talló sus ojos y se repetía a sí mismo que escuchó bien, que no estaba imaginando nada.

31 de diciembre de 1996. Sexto año. Vacaciones de navidad.

Obviamente Harry no buscó a Draco y Draco tampoco lo hizo, solo espero pacientemente que pasara la maldita semana hasta poder verlo en la fiesta de fin de año que Lily Potter había organizado.

Cuando Draco llegó, Harry estaba platicando con Weasley y Hermione. Para la desgracia de Draco, Harry nunca abandonó la compañía del par de Gryffindors.

Sin embargo, Draco se aprovechó de las miraditas que Harry le daba de vez en cuando para sonreír coquetamente o morderse el labio. En una de esas veces, Hermione lo notó y le guiñó el ojo como forma de apoyo, Draco sospechaba que ella conectó los puntos desde hace tiempo. Ron también se dio cuenta y, contrario a lo que Draco creía, no lo miró de mala manera, solo tenía esa reacción que gritaba que por fin entendió algo que había tratado de descifrar hace tiempo.

Aproximadamente veinte minutos antes de la medianoche, Draco dio por terminada su plática con Luna, quien lo acompañó gran parte de la noche, y se preparó para mandar lejos a Hermione y Weasley para poder hablar con Harry a solas. Afortunadamente, eso no fue necesario ya que la parejita se escabulló en algún lugar de la casa de Harry donde nadie pudiera interrumpirlos.

Draco tenía planeado esperar unos minutos antes de ir con Harry, no quería parecer desesperado por hablar con el chico, pero cambió de opinión cuando notó que Ginny Weasley, que estaba al otro lado de la habitación, avanzó decidida en dirección a Harry.

Recordó a Hermione diciéndole que Ginny, si bien fue quien dio por terminada su relación con Harry por motivos nunca le explicó, seguía mirando a Harry con ojos enamorados y buscaba pasar tiempo con él constantemente.

Teniendo ventaja al haber pasado el rato cerca de donde estaba Harry, Draco se frotó las manos y se acercó al chico que miraba la pared tapizada con falso interés. Observó de reojo como Ginny se detuvo a mitad de camino y Luna se acercaba a ella, iniciando una conversación.

—Dobby logró conectar la cabaña a la Red Flu.

—Ah, hola, creo —Harry se volteó a mirar a Draco, acomodando sus lentes—. ¿Eso es posible?

—Claro. ¿Quieres ver?

Harry se levantó torpemente y comenzó a seguir a Draco hasta la sala para tomar la Red Flu a la cabaña.

Cuando ingresaron a la cabaña, Harry limpió los restos de los polvos mágicos de su túnica mientras Draco se burlaba de ese hecho. Después, tomando desprevenido a Harry, Draco tomó al chico de los hombros y lo guió hasta el sofá para que ambos pudieran sentarse.

Draco miró fijamente a Harry, el cual le devolvió la mirada.

—Eres el Gryffindor, así que debes empezar a hablar.

—No es justo.

—Harry, nada en esta vida es justo —replicó el rubio—. Aparte, déjame recordarte que fui yo quien dio el primer paso y te traje aquí.

—Yo, bueno, no sé qué quieres que te diga —ante el ceño fruncido de Draco levantó las manos en señal de rendición—. ¡No me veas así! Te dije lo que quería decirte hace una semana y acepto que tal vez no sientas lo mismo, si, ya sé que soy un tonto por creer que podrías fijarte en mi cuando cualquier chico elegante sería feliz de estar a tu lado porque —tomó aire profundamente y colocó un dedo sobre los labios de Draco, evitando que lo interrumpiera—, porque eres maravilloso y necesitaba decirte que me gustas como nunca me ha gustado alguien.

—Harry…

—Si vas a rechazarme, solo dime que me vaya.

Draco tomó a Harry de la muñeca, retirando el dedo de sus labios.

—Eres un tonto, Harry Potter —Draco sostuvo su agarre en la muñeca de Harry, el cual quiso levantarse e irse—. Y, a pesar de eso, me gustas demasiado.

Harry parpadeó como lechuza, tratando de asimilar las palabras de Draco.

—¿Tú no…?

—No te estoy mintiendo, Harry. Me gustas desde hace mucho tiempo.

—Oh, eso es bueno, muy bueno, quiero decir, hm, también me gustas desde hace tiempo.

Draco ladeó la cabeza y suspiró tranquilo, entonces un mechón de su cabello cayó sobre su rostro y, antes de poder retirarlo por su cuenta, Harry lo retiró y acunó la mejilla de Draco.

—Creo que me has gustado mucho antes de que me diera cuenta —admitió Harry en un susurro—. Quiero decir, me negué por mucho tiempo a aceptar que me gustaban los chicos y las chicas, pero ninguna persona me ha gustado tanto como tú.

—Finales de cuarto año.

—Finales de quinto año.

—¿Cuándo…?

—Si, ella dijo que si tanto me gustaba hablar de ti, tal vez debería invitarte a salir.

—Él me dijo que abriera los ojos —comentó en voz baja—. Aún le gustas, ¿lo sabes?

—Er, creo que tienes algo de razón.

Harry se acercó más a Draco, sin alejar su mano de la mejilla levemente sonrojada. Draco abrió la boca para preguntar algo más cuando Harry negó con la cabeza.

—¿Puedo besarte?

Una respuesta sarcástica murió en la garganta de Draco y, sin encontrar nada más que su propio deseo, aceptó, tomando la iniciativa y besó a Harry.

El beso apenas empezó a profundizarse cuando Draco se separó y sonrió como nunca antes.

—Deberás besarme adecuadamente a medianoche —advirtió el rubio.

Harry no respondió, solo tomó su varita y lanzó un Tempus. Después, alcanzó los labios de Draco nuevamente. Ambos perdidos en la seguridad de su lugar secreto.

****

Este ha sido el cap más largo hasta ahora (: Escribí esto en tres días, pero para un drabble tardo más ajsjjsj dios mío it's me hi, i'm the problem, it's me!!

pd: ¿Albert por Albert Ardley? ¡Claro que sí!

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