My Little Princess [Dramione]

By TeamDramioneWP

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"La historia tiene lugar en una escuela de arte de élite para los niños ricos y privilegiados. Los estudiante... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14

Capítulo 15

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By TeamDramioneWP


La noche se hizo presente, y las Granger se encontraban cenando con la familia Diggory en un lujoso restaurante en la zona céntrica de la cuidad. Hermione y Cedric mantenían amplias sonrisas al igual que sus respectivos familiares.

— Ha pasado un tiempo desde que tuvimos una agradable conversación — habló la señora Granger con tono alegre mientras que Amos Diggory le daba un pequeño trago a su vino tinto — desde ahora, debemos hacer más oportunidades.

— Es cierto — respondió la señora Diggory — debemos dejar que los niños se vuelvan cercanos.

— Sí.

— Salud — alzó su copa. Todos en la mesa imitaron dicha acción y le dieron un buen sorbo al vino. La castaña observó al ojiazul, pero este mantenía su mirada agachada.

— Eso. La última vez Kelly me dio la propuesta de colaboración de Dolly — dijo el señor Diggory — sentí que había algunos problemas, por lo que hay un retraso.

— ¿Hay un problema? — preguntó la señora Granger.

— Es el informe de finanzas de Dolly. Mi analista me ha dado algunas sugerencias — hizo una breve pausa — así que me gustaría que me dieran un informe detallado.

Mientras tanto, por debajo de la mesa, Hermione Granger le dio una patada a Cedric Diggory en la pierna. El chico rodó los ojos y los cerró, luchando consigo mismo para poder controlarse y no estallar delante los demás. Observó a la chica con una expresión seria, y esta le devolvió el gesto con una sonrisa coqueta.

— Somos viejos amigos — dijo Jane Granger — Cuando Thomas estaba vivo, colaboramos bien. Cuando se trata de dirigir negocios, las cosas no son siempre coser y cantar. Debes entenderlo.

— Pero... — antes de que Amos Diggory agregara otro comentario al respecto, su esposa intervino:

— No es hora de los negocios. Los dos adictos al trabajo deben dejar de hablar del trabajo — sonrió — miren lo felices que están nuestros niños.

Ante ese comentario, Cedric dejó de beber vino tinto y Hermione dejó a un lado la porción de carne que estaba a punto de comer. Ambos rieron, sintiéndose muy nerviosos.

— La semana que viene, hay una celebración en la escuela — dijo la castaña utilizando un tono cauteloso — Cedric Diggory — lo miró — sé mi compañero de baile. ¿De acuerdo? — al finalizar su pregunta, le sonrió.

Él sonrió forzadamente — no quiero — al escuchar esas dos palabras, la sonrisa de la señorita Granger no fue la única que se desvaneció en esa mesa — lo que quiero decir... es que temo que Hermione Granger no me pueda seguir el ritmo. Hago el baile de apertura.

— ¿Por qué no iba a poder seguirte el ritmo?

— De acuerdo — sonrió forzadamente y enderezó su cabeza — entonces, lo que quiero bailar es muy simple: "Por una cabeza" — alzó su copa en dirección a ella.

— No hay problema.

Y chocó su copa con la de él.

♡♕♡

Era hora libre en Hogwarts, y Hermione Granger se encontraba afuera del salón viendo un video del Tango "Por una cabeza", analizando con detenimiento los movimientos de los bailarines. Mordió suavemente su dedo pulgar con nerviosismo y frunció el entrecejo. Gregory y Harry se acercaron a ella, intercambiaron miradas y observaron el video.

— ¿Estás segura que quieres bailar esto? — preguntó Harry mientras señalaba la Tablet de la castaña. Ella se veía muy preocupada.

— De ninguna manera — agarró el brazo de su amigo — Cedric Diggory no puede bailarlo tampoco — dijo con un tono muy alegre en su voz.

— Es el mejor bailarín del campus — intervino Gregory.

— ¡De ninguna manera!

— Si no, ¿por qué crees que hace el baile de apertura? — respondió Harry.

— Es horrible esa clase de música.

C'mon! ¡Es Cedric Diggory! Si hay movimiento, puede hacer cualquier cosa — la chica agachó la vista — si no ¿por qué crees que es el príncipe del campus?

— Debido a su cara — dijo Gregory.

— Si fuera por su cara, entonces podríamos ser el príncipe del campus — añadió el pelinegro — esta es la diferencia entre él y nosotros ¿de acuerdo?

— No creo.

— Estoy perdida — se lamentó la chica e hizo una expresión como si estuviera a punto de llorar. Recordó cuando en su niñez trató de aprender a bailar y las cosas no salieron nada bien. Se agachó y se abrazó a sí misma.

— Creo que debes buscar un profesor para estas semanas y practicar — sugirió el ojiverde y observó a su querida amiga — puede que haya algo de esperanza.

Ella se incorporó rápidamente — el profesor más famoso del campus ya me ha enseñado — habló con mucha rapidez.

— Entonces tus habilidades básicas no serán malas.

— Y entonces... entré en la lista negra — admitió en voz baja.

— ¿Qué lista?

— La lista negra.

— ¿Qué es eso?

— ¡Entré en la lista negra porque mis habilidades no eran buenas! — hizo un puchero al terminar la oración.

— Oh... — se persignó y juntó sus manos — bless you.

— ¿Eres cercana a Draco Malfoy? — preguntó Gregory.

— ¿Draco Malfoy? — se sorprendió la chica — ni de cerca — abrazó la Tablet.

Gregory Goyle señaló hacia el patio y los tres observaron a Draco Malfoy paseando — es el otro mejor bailarín del campus.

— ¡De ninguna manera! — exclamó Hermione con asombro mientras recargaba su codo en el barandal — puede hacer de todo — el rubio al verla, detuvo su andar y observó a la chica fijamente.

— Aunque no quiero admitirlo, si hay un genio en este mundo, es él — dijo Harry y asintió una vez con su cabeza para reafirmar las palabras que había dicho.

♡♕♡

¿Cómo puedo conseguir que este cara de hielo me enseñe a bailar? — pensó Hermione mientras lo observaba fijamente. Estaban en una sesión más de tutorías, y Draco Malfoy se encontraba leyendo el libro de matemáticas. De repente, el rubio agarró un pañuelo para secar el sudor en su frente y lo lanzó al pequeño bote de basura color negro que estaba a un metro de distancia de él, haciendo una anotación perfecta como si se tratara de un juego de basquetbol. La pequeña princesa lo miró con asombro — "puede hacerlo" — el chico le dio vuelta a la página — "puede hacerlo, puede hacerlo, puede hacer cualquier cosa" — la castaña cubrió su boca con ambas manos sin soltar su pluma blanca — "y es guapo. ¿Cree que es todo eso?" — Draco la miró  — ¿por qué me miras? — preguntó con molestia y se volteó.

El rubio sonrió ladinamente e inclinó su cuerpo hacia delante, recargando su mano en su pómulo derecho — si no me mirabas... ¿cómo sabes que te estoy mirando? — Hermione apretó los ojos, sintiéndose avergonzada — además, ahora mismo es hora de examen. Te quedan... — observó el reloj color dorado que estaba colgado en la pared — 15 minutos.

Ella dio un golpe en el escritorio y se incorporó — lo que sea ¡conseguiré aprobar! — al ver la expresión de asombro del chico, decidió suavizar su voz — Draco, en realidad, quiero...

Cerró el libro de golpe, se incorporó y observó el examen de Hermione — todavía te quedan cinco preguntas — dio un pequeño golpe con su dedo índice sobre el escritorio por cada palabra que pronunció.

— ¿Por qué no me escuchas? ¡No es un examen de verdad!

— ¡Termina la tarea!

— ¡Cara de cubito de hielo!

Él apretó los dientes y se acercó más al rostro de la chica — ¿Quieres que te echen de la escuela?

Hermione frunció el entrecejo — que despiadado — dijo en voz baja.

Draco entreabrió los labios — ¿Soy despiadado? — dejó de golpe el libro encima del escritorio — ¿soy despiadado? — gritó y rodeó el escritorio, acercándose peligrosamente a la castaña.

— Oye... ¿qué estás haciendo? — preguntó ella mientras retrocedía. Se sentó en su silla.

El rubio inclinó su cuerpo y con ambas manos sostuvo las mejillas de la castaña — no te muevas — susurró con un tono de voz más grave mientras arrastraba las palabras.

— ¡Sé que me admiras en secreto, pero no actúes sin pensar! — habló mientras veía como su tutor se acercaba más a su rostro — ¡gritaré muy fuerte! ¡gritaré muy fuerte! — cerró los ojos y estiró sus labios, esperando que el chico la besara.

Con su dedo pulgar, Draco Malfoy quitó una mancha de tinta que estaba en la mejilla de la chica. Hermione abrió los ojos y observó el pulgar del chico, seguido que este comenzó a burlarse de ella imitando su acción de estirar los labios — ¿en qué estás pensando? — sonrió y se alejó de ella.

La chica de ojos chocolate se sintió muy avergonzada. Gritó y se cubrió el rostro con ambas manos.

♡♕♡

Al día siguiente, Hermione se encontraba en la tienda de libros "Los tres osos". El Caballero Oso se acercó a ella y le dejó encima de la mesita de madera una bandeja de comida llena de nuggets y papas fritas para poder animarla. Se dio la vuelta y escuchó la queja de la chica:

— ¡Odio a cara de cubito de hielo! — exclamó mientras abrazaba una almohada color turquesa — ¡qué molesto! ¿y qué si eres un sabelotodo? — el Caballero Oso giró un poco su cabeza — no quiero que me ayude a enseñarme a bailar — volvió a girarse — pero no fue fácil para mí conseguir que Cedric Diggory fuera mi pareja de baile — se lamentó y con sus puños a los lados, dio un golpe en el sillón — ¿cómo puedo perder a este punto? — observó que el Caballero Oso estaba organizando algunos mangas. Se incorporó rápidamente y se acercó a él, dándole suaves golpecitos en la espalda — Caballero Oso ¿sabes bailar? ¿puedes enseñarme? — el Caballero Oso se giró por completo y negó con su cabeza, Hermione suspiró: — es verdad, eres sólo un oso. No puedo tener demasiadas expectativas contigo para que me enseñes a bailar "Por una Cabeza" — dentro del disfraz, Draco sonrió enternecido — tú ya eres el mejor Oso — dijo mientras sostenía cariñosamente las mejillas del Oso — "Aún tengo que suplicar ayuda a cara de cubito de hielo" — recargó su cabeza durante un breve momento sobre la del Caballero Oso antes de dirigirse a su lugar.

♡♕♡

Al terminar su jornada de trabajo en la tienda de libros, Draco Malfoy se dirigió al hospital para niños llamado "Barco Estrellado". Entró al lugar y Hermione salió del vehículo negro en el cual ella iba.

— Hospital para niños "Barco Estrellado" — leyó en voz alta — ¿qué está haciendo aquí cara de cubito de hielo? Da igual, debo pedirle que me enseñe a bailar hoy — se apresuró e ingresó al hospital.

Al entrar, observó que había varios doctores y enfermeras que caminaban de un lado a otro cruzando la sala de espera. Al caminar cerca de varias habitaciones, se detuvo en la cual escuchó que estaban tocando la guitarra.

Se asomó y vio a Draco Malfoy rodeado de muchos niños que se veían alegres de que él estuviera con ellos tocándoles canciones. La chica sonrió enternecida y se quedó un rato observándolo.

De improviso, un niño (que llevaba contigo su suero intravenoso) iba a entrar y chocó con la castaña, haciendo que esta cayera al piso.

— Hermana, eres tonta — dijo el niño.

Draco se incorporó de inmediato y la ayudó a levantarse — ¿Qué estás haciendo aquí?

— Estoy aquí para hacer voluntariado.

El ojigris frunció ligeramente el entrecejo, ya que no podía creer en las palabras de la chica — Hermione Granger ¿estás aquí de voluntaria? — rascó su oreja — ¿escuché mal?

— ¿Por qué? Me encanta la caridad ¿no lo sabías?

— Hermana, eres muy tonta — dijo el niño mientras la sostenía suavemente del vestido.

— No toques mi falda — ella quitó la mano del niño sin medir su fuerza e hizo que el niño se cayera y se le saliera la aguja intravenosa. Draco se acercó al niño para ayudarlo y miró furioso a la castaña.

— ¿Qué estás haciendo? — Hermione se veía muy preocupada — ¿estás bien? — preguntó al niño, quien había comenzado a llorar. Rápidamente un par de enfermeras se acercaron a auxiliarlo mientras le preguntaban qué le había ocurrido.

— Ya está, ponte de pie — dijo una de las enfermeras y entre los tres lo ayudaron a incorporarse — ten cuidado — y las dos enfermeras se llevaron al niño.

— No quería hacerlo — le tembló la voz a la castaña — no sabía que pasaría esto.

Draco Malfoy no dijo nada al respecto y se fue de la habitación. Se dirigió al baño y se lavó las manos, recordando las palabras que la pequeña princesa le había dicho.

— Pequeña señorita... — sonrió tristemente y se tomó algunos minutos para relajarse antes de volver a la habitación con los niños

Al llegar, se asombró al ver que Hermione Granger les estaba leyendo un cuento. El niño que había sido lastimado accidentalmente por ella, estaba sentado al lado de la chica, escuchando atentamente cómo ella narraba el cuento: "El principito".

— "Por supuesto" dijo el zorro "para mí, tú eres sólo un niño. Tú eres como todos los otros niños. No te necesito, y tú no me necesitas a mí tampoco. En mi opinión, no nos necesitamos el uno al otro" "Para mí, tú eres único en el mundo entero" dijo el niño. Y entonces... — agarró un peluche como recurso y siguió narrando el cuento, interactuando con los niños y dando su mayor esfuerzo por hacerlos sonreír.

Draco Malfoy la observó con una amplia sonrisa.

— Aunque es la primera vez que vengo aquí, creo que a los niños les gustó más — dijo Hermione cuando ambos iban saliendo del hospital — es verdad, mi sonrisa de princesa es invencible. Por supuesto que me quieren más. ¿Sabes por qué no les gustas? — él no respondió — Porque eres una cara de cubito de hielo que no puede sonreír. Claro que prefieren a una princesa con una dulce sonrisa como yo — sonrió orgullosa de sí misma.

— ¿Me seguiste en secreto para decirme esto?

— Yo... en realidad, quería... — él alzó ambas cejas — olvídalo — desvió la mirada — que el tío Remus te obligue a ser mi tutor ya es difícil.

El rubio la sostuvo cuidadosamente del brazo — sígueme — ella alzó las cejas en señal de sorpresa y ambos se dirigieron a la parada de autobús.

— ¿Me estás haciendo tomar el autobús? Tengo un chofer todos los días — él rascó su cabeza — además, hoy está soleado. Me tomará una eternidad recuperar mi piel blanca. Y estoy llevando zapatillas ¡es muy cansado! ¿escuchaste lo que estaba diciendo?

— Lo escuché — el autobús se detuvo y él la tomó de la mano — vamos — las puertas del autobús se abrieron.

— ¡Diós!

Ambos subieron. Draco Malfoy pagó su pasaje y buscó un asiento. Hermione buscó en su bolsa un billete y lo estiró al conductor.

— Hola, este autobús no acepta billetes. Solo el cambio exacto — dijo el conductor.

— No hay necesidad de cambio.

Draco tomó la mano de la chica e hizo que quedase recargada en el pecho de él. Con su otra mano libre, pagó el pasaje de ella y le enseñó el pulgar como gesto de aprobación. Tomó su mano de nueva cuenta y las puertas del autobús se cerraron.

Durante el trayecto, la chica se dedicó a observar el paisaje. Minutos más tarde, al percatarse de que estaban a punto de llegar a Hogwarts, Draco le habló:

— Puedes presionarlo ahora.

— ¿Qué? — observó el botón y lo presionó.

— Bajemos — agarró su mano. Caminaron un poco y el autobús se frenó, ocasionando que ambos se abrazaran. El ojigris se sintió mal por un breve momento — ¿estás bien? — susurró.

— Estoy bien — respondió Hermione de la misma forma y se alejó de él. Draco rascó su cabeza y la siguió — ¡oye! ¿por qué me trajiste aquí? — preguntó la chica al estar a punto de ingresar — ¿esta no es la escuela? ¡oye! Te estoy hablando — él sonrió pero no dijo nada. Ella se detuvo un momento, mirándolo con una expresión seria, y al ver que él la había dejado atrás se apresuró para alcanzarlo.

Unos minutos después, llegaron al aula de prácticas de baile.

— Dame tu bolsa — dijo él. Ella acató la orden y se la entregó. Él se alejó.

— ¿Qué estás haciendo? — preguntó cuando lo vio dejar su mochila y la bolsa de ella en el piso, donde estaban los espejos.

— ¿No quieres aprender cómo bailar?

— ¿Cómo lo sabes? — él se quedó callado — ¿ese bocotas de Harry Potter te dijo?

— Si no quieres aprender, está bien — se giró dispuesto a irse, pero ella lo detuvo del brazo, haciendo que él la mirara.

— Sí quiero, sí quiero. Quiero aprender.

— Bien — asintió una vez y le extendió la mano — aquí — ella lo dudó por un momento, pero al final colocó su mano encima de la de él. Draco la sujetó por detrás con delicadeza, colocando su mano sobre la espalda de la chica y ambos comenzaron a bailar lentamente. Al bailar, Hermione tuvo varios tropiezos, en los cuales el rubio le decía que no se preocupara — parece que de verdad no sabes nada — se detuvieron.

— Si lo supiera ¿por qué necesitaría que me enseñes?

— Aquí, 1 — dieron un paso —... 2... — dieron otro paso — 3...— giró un poco el cuerpo de la chica — 4... — la sostuvo para que diera vuelta y ella tropezó.

— ¡Ah!

— ¿Estás bien? — trató de ayudarla, pero la chica de ojos chocolate se negó.

— Nací para no hacer ejercicio. ¡Qué vergüenza!

Él se llevó ambas manos a sus caderas — Claramente no estás bailando — afirmó — Te estás tropezando por aquí y por allá, como si te cayeras — movió sus manos durante su explicación.

— Me caí a este grado y tú sigues burlándote de mí — él volvió a extenderle la mano para poder ayudarla, y ella la aceptó.

— ¿Te das cuenta dónde reside tu problema? Date vuelta — colocó ambas manos sobre los hombros de la princesa para que se volteara — mira al espejo, mírate apropiadamente — ella acató la instrucción del ojigris — estás demasiada atenta sobre si tus movimientos son hermosos — Hermione agachó la mirada y él la agarró de los brazos — justo ahora, no te preocupes porque tus movimientos son feos.

— Probablemente nunca te has visto mal antes.

— ¿Huh?

— Oh, nada.

Él sonrió — pretende que nadie te está mirando ¿sí? — volvió a extender su mano y ella la tomó. Asintió en respuesta y ambos comenzaron a bailar lentamente — no estés ansiosa. Este es un baile de dos personas. Confía en tu compañero — inclinó el cuerpo de ella hacia atrás y cerró los ojos. Hermione se puso nerviosa y se enderezó — bien, todavía no es hermoso — se alejó de ella — pero, ya eres familiar con lo básico — se quitó los zapatos y los alejó — ahora, practiquemos de nuevo.

— ¿Qué estás haciendo?

— Quitándome los zapatos — respondió con obviedad. La tomó de la mano y ella se alejó.

— ¡No! Te lastimaré.

— Mientras tu mente esté clara, no me lastimarás — sonrió — lo que acabas de hacer fue muy bueno.

— Pero... — el chico colocó ambas manos en las mejillas de ella.

— Mantén tu mente clara. Confía en ti misma — susurró — confía en mí.

— Bien — asintió una vez en respuesta y comenzaron a bailar de nueva cuenta, a un ritmo normal.

— Cuando bailes tango, tus ojos no pueden mirarme directamente — le susurró al oído al tenerla agarrada por detrás . Hermione de inmediato desvió la vista, él hizo que diera varias vueltas para alejarla — cuando no nos miramos el uno al otro, es una expresión de odio — se acercó a ella con rapidez y sus cuerpos quedaron muy cerca — cuando miras el uno al otro... es como si no pudieras soportar el estar separados, pero no te puedes acercar más — siguió hablando en tono bajo mientras se acercaba peligrosamente a sus labios — dieron unos cuantos giros más e inclinó el cuerpo de la chica hacia atrás — esto es "Por una cabeza".

El tacón traicionó a la castaña, ocasionando que se resbalara y cayera al suelo. Draco Malfoy perdió también el equilibrio y cayó encima de ella, a unos centímetros de su rostro. Ambos se miraron fijamente sin decir alguna palabra.

Al tratar de hacer que Draco se alejara de ella, moviendo su brazo, este cayó sobre la chica.

Específicamente, y gracias a ese movimiento, sus labios se unieron sin planearlo.

El beso duró varios segundos, y ellos habían cerrado automáticamente los ojos al sentir dicho contacto. Al reaccionar acerca de lo que estaba ocurriendo, Hermione Granger abrió estrepitosamente los ojos y empujó a Draco Malfoy con ambas manos, apartándolo.

— Mi primer beso... — susurró ella y tocó sus labios. Él, quien estaba detrás de ella, imitó su acción — ¡Draco Malfoy! ¿cómo puedes hacer algo así? ¡ese fue mi primer beso! ¡mi primer beso! — estaba muy preocupada y molesta — me estoy volviendo loca. ¿Sabes que desde que era niña siempre ansié este momento? — él la escuchó atentamente, tratando de analizar todas y cada una de sus palabras — siempre pensé que mi primer beso sería con un ridículamente guapo heredero. Con románticas flores de cerezo, y nieve, y al lado de un río plateado, y... tiene que ser como mi nombre — se quejó.

— ¿Cómo puede suceder esa situación? ¿sabes lo que estás diciendo? ¿cuál es el río plateado y las flores de cerezo?

Ella se levantó y se colocó frente a él — ¡no me importa! Quiero que el universo le de la bienvenida a mi primer beso. Y ahora, la realidad es en un horrible salón — él rascó su cabeza — tomaste imprudentemente mi primer beso — él se incorporó, sintiéndose fastidiado — y no había sentimiento — la castaña hizo un puchero y dejó de mirarlo — ¿dónde está toda la dulzura y el mareo esperado? Draco Malfoy ¿cómo vas a compensarme? — estaba dispuesta a irse, pero él la detuvo.

— ¿No sólo es un primer beso? Te lo regresaré — tomó a Hermione de la nuca y volvió a besarla.

Ambos cerraron los ojos y disfrutaron el momento.

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