No Tendré Una Relación Tóxica

By MurasakiFanfics

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Historia de Transmigración/Reencarnación Tras morir en un terremoto una chica despierta dentro del mundo de I... More

Prólogo: Segunda Oportunidad
Capítulo 1: Familia Irie
Capítulo 2: Exámenes y Competencias
Capítulo 3: Vacaciones De Verano
Capítulo 5: Clase 3-B
Capítulo 6: Celebrando Las Fiestas
Capítulo 7: Examen de Ingreso
Capítulo 8: Graduación Accidentada
Capítulo 9: Universidad y Desamores
Capítulo 10: Cambios
Capítulo 11: Honestidad
Capítulo 12: Casamentera
Capítulo 13: Nuevo Hogar
Capítulo 14: Hospitalizados
Capítulo 15: Alianza
Capítulo 16: Celebración

Capítulo 4: Sentimientos Contradictorios

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By MurasakiFanfics

Este capítulo tuve que volver a escribirlo porque cuando mi cuenta original fue eliminada por alguna razón no se había guardado correctamente en el word y se perdió. Lamento los inconvenientes TwT.




Nunca fue bueno con los sentimientos.

Para Naoki no era nada nuevo. De cualquier forma, no es que fueran realmente necesarios en su día a día. Podía ignorarlos la mayor parte del tiempo, centrando su atención en actividades más productivas. Lo único que haría al darles importancia sería traerle problemas.

Y vaya que no se equivocó.

El día en que conoció a Kotoko Aihara no sabía que sería el día en que su perfecta vida justo como la conocía daría un giro de 180° de la noche a la mañana.

Aunque pensándolo mejor, quizás ni siquiera era tan perfecta para iniciar. Es verdad que contaba con una buena familia y un buen nivel económico, con las más altas notas de su escuela y la admiración de sus profesores y compañeros. Sin embargo, para él no había emoción alguna. Desayunar, ir a la escuela, realizar sus actividades,  volver a casa, cenar, dormir y el ciclo se repetía. Era la misma rutina aburrida de siempre.

Fue por seguir con esa rutina que rechazó la confesión de la chica de la Clase 3-F. 

No había pretendido ser cruel al rechazar sus intentos por entregarle una carta, no es que hubiera algo que no hubiera leído de todas formas; pero por experiencia sabía que de no serlo la chica no se rendiría y era mejor para todos, en especial para él, que ella no guardara esperanzas, ¿Una carta de amor? Era una tontería. Ni siquiera se conocían, ¿Qué podría haberle escrito en ella? Nunca podría tomarse en serio palabras de amor de una persona que no lo conocía, ¿Amor a primera vista? ¡Tonterías!

Pensó que no volvería a saber nada más de ella.

Fue la primera vez que se equivocó.

Todavía recordaba cuando presenció esa noche la noticia por televisión sobre el derrumbe de una casa. Casi deja caer su vaso de agua de la impresión cuando identificaron a los residentes de dicha vivienda y vio a la misma chica que se le confesó. Ni siquiera había salido de su conmoción cuando su padre se desmoronó en lágrimas a su lado al reconocer a su viejo amigo de la escuela, el que resultó ser el padre de la chica.

El mundo era bastante pequeño al parecer.

No pudo evitar sentirse algo culpable. No por haberla rechazado, ya que no quería relacionarse con ella; pero no debió tratarla con tanta brusquedad. Ser rechazada y perder tu hogar y a tu padre el mismo día... Debía ser devastador. No es que él fuera un adivino y supiera que esto iba a pasar. No era realmente su culpa. 

Pensar esto hizo que se deshiciera de parte del malestar que sentía.

Por alguna razón, su padre sintió que debía hacerse responsable de la hija de su amigo y decidió traer a la chica a vivir con ellos. Su madre estaba encantada con la idea y no perdió un solo segundo en empezar a organizar la casa para su llegada.

Fue un verdadero fastidio para él y su hermano. En especial al tener que desalojar el cuarto de Yuuki para que una completa desconocida pudiera utilizarlo. Recordar las lágrimas de puro coraje del menor por la decisión tan egoísta de su madre le causaba repulsión. Eso lo llevó a decidir que esta chica nunca le caería bien. Su decisión no flaqueó incluso cuando su madre le enseñó las fotografías donde se la veía demacrada y triste.

Siendo obligado a ayudar con el traslado de las pertenencias de la joven a la habitación pudo darse cuenta que de verdad perdió todo en ese incidente. A penas y si se salvaron sus útiles escolares y un par de prendas de vestir. Fue cuando dejó su maletín de la escuela en su nuevo escritorio que una hoja de papel se deslizó del interior, siendo que al agacharse a recogerla se dio cuenta que se trataba de la carta que ella le ofreció ese día.

Impulsado por la curiosidad, terminó leyendo su contenido. 

Una serie de sentimientos se arremolinaron en su interior. No es que fuera algo nuevo de leer  para él; pero no pudo evitar sentirse extraño. 

Su corazón sintió que había perdido algo importante... Pero no supo por qué.



...



Fue una verdadera sorpresa cuando se enteró que Kotoko Aihara tenía amnesia.

Al principio pensó que la chica estaba fingiendo no recordarlo para no tener que afrontar la incómoda situación de tener que compartir casa con el chico que la rechazó. Eso era perfecto para él pues tampoco quería lidiar con ella; pero de alguna forma sintió inquietud ante esa posibilidad, sin razón aparente.

Cuando Yuuki llegó con la clara intención de "probar" los conocimientos de la chica creyó que aquel teatro se le caería. Por desgracia, la condición de la misma seguía siendo delicada y tuvo que retirarse debido a un repentino dolor de cabeza, siendo escoltada por su madre a su nueva habitación. Sin querer dejar las cosas así y guiado por su inquietud las siguió, dejando caer un comentario despectivo que buscaba sacarle una reacción genuina a la chica. Lo que no esperaba es que desafiara tan directamente a su madre en respuesta y la convenciera de devolverle la habitación a Yuuki,  aun cuando él mismo no lo consiguió de ningún modo.

Una mezcla de admiración y envidia surgió en su interior y se retiró tan pronto como llegó.

A la mañana siguiente las sorpresas siguieron llegando. Darse cuenta de lo responsable y aplicada que era Aihara pese a ser de la Clase 3-F era algo inesperado, ¡Pero no tanto como el hecho que ella se la pasara ignorándolo y mirándolo con recelo cada que creía que no la veía! 

Sí, era consciente que él mismo le pidió que no le hablara en la escuela para que nadie se diera cuenta que vivían juntos, ¡Pero jamás le dijo que hiciera lo mismo en casa! 

Pero, ¿Por qué le molestaba toda esa situación? ¿No era acaso lo que él quería desde un inicio? 

Puede que no la conociera más allá del día en que la rechazó. Sin embargo, le dio la impresión de que estaba ante una persona completamente diferente.

Aquello lo amargó aún más.

Cuando Kikyo Motoki entró en escena fue mucho peor.  Ni que decir cuando Yuuki empezó a juntarse con "ambas chicas". Ver a esos tres llevarse tan bien hizo que se le revolvieran las entrañas. Que Aihara intentara hacer ver que era su culpa por dejar de lado a su hermanito colmó su paciencia y terminó arremetiendo contra ella de manera infantil, alegando que era una mala influencia para el menor y burlándose de sus constantes esfuerzos por estudiar, convencido de que no habría mejoras en sus notas.

Una vez más, se equivocó.

Aihara logró estar entre los primeros 50 puestos. 

Aihara consiguió que su apesadumbrado hermano menor sonriera todos los días.

Aihara rompió su interminable rutina y su vida "perfecta".

Su corazón se sintió frustrado... Pero no supo por qué.



...



El punto de quiebre llegó el Día del Festival Deportivo.

Ver al trío interactuando juntos siempre le traía oscuros sentimientos. Casi parecía que se esforzaban por mostrar lo felices que eran juntos apropósito. Esta vez fue mucho peor al ver el gran cariño que le tenía Yuuki a Aihara y lo fácil que ignoró la presencia de su hermano mayor, siendo que ni siquiera lo animó durante las competencias.

Cuando les tocó el momento de competir entre ellos no pudo evitar soltar un comentario mordaz. Quería de alguna manera desquitarse. Se arrepintió casi de inmediato al recibir aquellas palabras llenas de odio de Aihara diciéndole sus verdades. No tenían por qué afectarle, ¡Se supone que no debían tener poder sobre él! Pero en ningún momento dejó de sentir una opresión en su pecho desde que se las dijo y cuando en medio de la carrera ella terminó dándole su apoyo a su compañero, que claramente estaba enamorado de ella, con una gran sonrisa cuando a él nunca le había sonreído, algo dentro de él se removió con tanta fuerza que lo hizo perder la concentración y que dejara caer la batuta. El shock de haberse equivocado hizo que reaccionara tardíamente y para cuando la recogió y continuó la carrera fue demasiado tarde.

Había perdido por primera vez en su vida.

Si el destino quería humillarlo ese día, no se limitó a eso. Alguien en la audiencia fue lo suficientemente estúpido para empujar a Aihara al suelo dando con la terrible casualidad que él estaba cruzando la línea de meta y terminó cayendo encima de ella, lastimándola en el proceso. Pese a querer ayudarla terminó siendo apartado y expuesto delante de todos sobre los comentarios despectivos que hizo sobre la Clase 3-F, los que se jactaron en su cara sobre no volver a subestimarlos nunca más y que ni se le ocurriera volver a meterse con su amiga.

Harto de todo fue el primero en regresar a casa. Sin saber que lo peor estaba por venir.

Cuando Aihara declaró con tanta convicción que nunca pasaría nada entre ellos algo finalmente se rompió dentro de él. 

¿Querían que fuera el malo? ¡Pues sería el malo!

Fue muy bajo de su parte leer en voz alta la carta que ella le escribió. Lo reconoce. Aquella cachetada se la tenía bien merecida y no se sorprendió por recibirla. De lo que si se sorprendió fue del legítimo odio que estaba impregnado en esos mismos ojos que una vez vio llenos de admiración y devoción. 

Ella lo odiaba, aun si ella no hubiera dicho todo lo que le dijo a continuación lo sabía con solo mirarla a los ojos, ella lo odiaba a muerte.

Sin atreverse a encarar a nadie en ese momento se largo echa una furia a su habitación, dando un portazo, siendo la primera vez en su vida que tenía un arrebato como tal.

Se llevó una mano al pecho sin entender que era lo que le estaba pasando.

Su corazón dolía... Pero no sabía por qué.



...



Ser llevado a terapia fue un golpe muy duro. Decir que estaba enojado era poco.

Sus padres no fueron indulgentes con él esta vez y tras un serio regaño por sus malas acciones fue obligado a ir a esas sesiones los fines de semana.

Tener que asistir con un especialista en salud mental era algo que jamás pensó que haría en su vida; pero parecía ser que muchas cosas que creyó imposibles estaban sucediendo con más frecuencia de la que deberían desde que esa chica apareció para destruir toda aquella normalidad que lo rodeaba. 

Su idea inicial era no decir nada o decir justo lo que quería oír su psicólogo para poder librarse lo más rápido posible de ese problema, ¿Quién diría que en los primeros minutos el hombre se daría cuenta de lo que intentaba hacer y le diría divertido que mientras más se esfuerce por evitar las charlas más tiempo durarían esas sesiones? 

Fue de esa manera que fue abriéndose poco a poco, que decir que el hombre era muy bueno logrando que se sincerara con él, consiguiendo que bajara sus defensas al mes de iniciada la terapia. Jamás pensó que necesitara ayuda psicológica, aunque tener a alguien con quién platicar sobre lo que le agobiaba o no entendía sobre sí mismo sin temor de ser juzgado, era... reconfortante.

La primera vez que admitió que el problema era él y no los demás fue difícil. Demasiado difícil. No obstante, una vez que lo hizo fue como si todo se esclareciera.

Era su culpa que Aihara lo odiara a él.

Era su culpa que Yuuki perdiera su admiración por él.

Era su culpa que sus padres estuvieran decepcionados de él.

¡Quería disculparse, lo decía en serio! ¡Y era tan frustrante que su maldito orgullo no se lo permitiera! Cada que lo intentaba terminaba retractándose y huyendo como un maldito cobarde, soltando algún disparate en voz alta como mecanismo de defensa, lo que ocasionó que Aihara y Yuuki siguieran viéndolo con malos ojos.

Si creyó que únicamente tendría que lidiar con sus propios demonios internos estaba muy equivocado. No fue nada agradable llegar un día de sus prácticas de tenis y que su madre estuviera planeando su futuro sin consideración alguna. Para colmo su padre no hacía mucho por detenerla. Él único con dos dedos de frente era Yuuki que ya les estaba reclamando incluso antes de que él llegara.

Lo que pretendía que fuera una discusión entre sus padres y él terminó arrastrando a la responsable de la mayoría de sus conflictos internos. No fue su intención insultar a Aihara, fue más la costumbre de llamarla "tonta" la que hizo que se refiriera a ella de esa manera y terminara por ser malinterpretado por Yuuki. Recibir aquella patada seguida de un empujón fue demasiado castigo para un ligero desliz.

Su primer impulso fue reclamarles; sin embargo, a medida que iba subiendo las escaleras recapacitó. En su lugar, tuvo una idea totalmente opuesta, considerando que era el momento adecuado para disculparse con Yuuki y Aihara. No era secreto para nadie que eran a quienes más habían lastimado.

Todavía estaba planeando lo que iba a decir cuando escuchó, de pura casualidad, su plática sobre la inmadurez. Recibió un gran golpe en su orgullo al reconocer que, efectivamente, era una persona bastante inmadura.

Decidiendo no interrumpir la diversión de ambos cuando empezaron una guerra de cosquillas regresó a su propia habitación. 

Durante un par de días las cosas se mantuvieron igual que siempre. Eso fue hasta que su madre lo instó a seguir a Aihara, Motoki y Yuuki al parque acuático con la excusa de ir a cuidar de su hermano menor. Si bien el plan de su madre era demasiado obvio, no pudo evitar sentir genuina preocupación por algún posible accidente que podría llegar a suceder y terminó aceptando.

Para su desgracia y siendo un patrón del que empezaba a darse cuenta, su maldito orgullo volvió a jugarle una mala pasada al no querer admitir que vino por voluntad propia para cuidar de su hermano menor, consiguiendo con ello hacer llorar a Yuuki y que Aihara lo odiara todavía más.

La confrontación que tuvo con Motoki luego de ello jamás la olvidaría.

- ¿Estás feliz? - lo cuestionó la joven cruzándose de brazos. - Si continúas de esta manera te vas a quedar muy solo y será enteramente tu culpa, ¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres quedarte solo?

Mordiéndose la lengua para no soltar algún comentario mordaz bajó la cabeza. - No.

- Entonces haz algo al respecto.

- ¿Qué se supone que haga? No creo que quieran verme ni en pintura.

Motoki negó con la cabeza. - Yuuki-kun te adora y Kotoko-chan en serio quiere que cambies. Ellos tienen esperanza en que serás una mejor persona. Pero no esperes que esa esperanza dure para siempre. Todos tienen un límite y si un día se rinden contigo créeme cuando te digo que no habrá marcha atrás.

Sus palabras lo hicieron estremecer de pies a cabeza.

- ¿Quieres un consejo? Empieza por disculparte. Hazlo, me lo agradecerás algún día. - una sonrisa se deslizó por sus labios y comenzó a alejarse. - ¡Oh! ¡Y ríndete con Kotoko-chan! ¡El que hayas mejorado no quiere decir que tienes oportunidad con ella!

- ¡¿Q-QUÉ TONTERÍAS ESTÁS DICIENDO?!

¿Él y Aihara? ¡Debía ser una maldita broma!

Sintiendo el rostro al rojo vivo por las ocurrencias de esa loca y aún abrumado por sus sabías palabras fue a tomar asiento en un lugar donde no pudiera perderlos de vista, fingiendo leer un libro para no parecer un acosador.

Ver interactuar a esos tres ahora que tenía otro enfoque de las cosas fue bastante esclarecedor. Ahora entendía que era ese malestar que sentía cuando los veía juntos. Era envidia, por nunca haber tenido una amistad igual a esa. Y soledad, por sentir que lo estaban excluyendo de la misma.

"¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres quedarte solo?"

No pudo evitar sentirse más solo que nunca.

Quizás fue producto del estrés y el cansancio emocional, sumado con el hecho que no había podido dormir bien esos días, lo que lo llevó a quedarse dormido en el peor momento posible. De no ser por Motoki al despertarlo y luego instruirle en la manera en que tenía que realizar un RCP no quería ni imaginarse lo que habría sido de Yuuki y Aihara.

Pero como bien dicen, nada malo llega sin nada bueno y de alguna forma pudo disculpase con Yuuki por haber sido un idiota con él durante todo ese tiempo. La facilidad con la que el menor lo perdonó lo lastimó aún más de lo que hubiera sido si no lo perdonaba. Se sintió inmerecedor de tal cariño. Es por eso que se prometió a si mismo que, aun si no lograba mejorar como persona, se volvería el mejor hermano mayor que Yuuki podría tener.

Un día después de haber logrado disculparse con Yuuki de manera exitosa estaba planeando la manera de poder disculparse con Aihara, cuando su madre comunicó de manera repentina que iría a ver a sus padres, que supuestamente estaban enfermos y que se llevaría al menor con ella por lo que los dos se quedarían a cuidar la casa, puesto que su padre justo había salido a su reunión de ex compañeros de la escuela la noche anterior.

Esta era claramente otra de las ideas de emparejamiento de su madre y empezaba a colmar su paciencia. Se preguntó si su madre necesitaría ir a terapia también. De cualquier forma, esta era una buena oportunidad para que pudiera disculparse.

- Ey, tú preparas la cena, ¿Te parece bien? - intentó ser lo más amable posible al preguntar. - O yo podría...

- Prepararé curry. - comunicó Aihara con voz neutral, regresando a su habitación.

Pese a quedar con las palabras en la boca no se enojó, reconociendo que la chica estaba en su derecho a tratarlo de esa manera y que de estar en su lugar quizás la trataría mucho peor. 

Unas horas más tarde la voz de la chica lo distrajo de su lectura.

- ¡La cena está lista!

Dejando su libro de texto bajó al comedor tomando asiento en su lugar habitual. La comida tenía muy buen aspecto, aun así fue precavido al probar el primer bocado, consciente que era la primera vez que la muchacha cocinaba por su cuenta. El sabor era más agradable de lo que esperaba y continuó comiendo con normalidad.

Por el rabillo del ojo pudo ver a Aihara relajarse, ¿Estaría preocupada de que no le gustara la comida? Puede que temiera disgustarlo porque eso significaría recibir duras criticas de su parte. No pudo evitar sentirse culpable al levantar la vista y darse cuenta que ella aún se veía bastante tensa a su alrededor.

- ¿Te duele? - preguntó sin poder evitarlo.

- ¿Ah? - con el tenedor a centímetros de su boca la chica levantó la mirada para verlo.

- Tu muñeca, ¿Te duele?

Aihara miró su muñeca vendada. A diferencia de Yuuki cuya hinchazón en el cuello bajó al paso de las horas la marca en la muñeca de la chica terminó por volverse morada. Motoki se aseguró de aplicarle un buen ungüento y de vendar la zona para proteger la piel lastimada.

- Ya no tanto. - pronunció sin importancia para seguir cenando.

Su respuesta fue tan desinteresada, casi que pareciera no importarle su propio cuerpo, que no pudo evitar sentirse enojado.

- Eso te pasa por ser tan descuidada. - soltó sin poder evitarlo.

- ¿Descuidada? - de inmediato la chica entró a la defensiva. - Estábamos jugando con la pelota. Cayó lejos, fui a buscarla y me rodearon en seguida. Eran tres hombres adultos, altos y musculosos, no podía simplemente agarrarme a los golpes con ellos.

- Debiste intentar pedir ayuda. - insistió.

- ¡Lo hice! ¿Crees que alguien me ayudó? Tú viste que la gente se quedó viendo sin hacer nada hasta que tú les gritaste. - con aquel argumento logró dejarlo callado. - No quiero seguir peleando contigo. Acabas de reconciliarte con Yuuki. No quiero que eso se arruine si descubre que hemos vuelto a pelear.

Ante esa declaración ambos permanecieron en silencio por un momento.

- Debí golpear más a esos hombres antes de entregarlos a los de seguridad. - Naoki no pudo evitar apretar su cubierto con fuerza. - Si hubiera llegado un poco tarde ustedes dos...

- Gracias. - esas inesperadas palabras lo dejaron mudo. - No pude agradecerte en toda la conmoción. Gracias por salvarme de esos hombres y gracias por salvarle la vida a Yuuki... Gracias por salvarnos.

Sintiendo un ligero escozor en sus ojos apartó la vista. - No hice mucho. Si no fuera porque Motoki-san me despertó y alertó de lo que estaba pasando... Si no me hubiera instruido en el RCP yo...

- ¿Y qué si recibiste ayuda? Eso no cambia el hecho que nos salvaste. - Aihara sonrió con confianza. Era la primera vez que ella le sonreía. - Lo hiciste mejor que yo. Entré en pánico cuando vi a Yuuki inconsciente. Tú no perdiste la cabeza y seguiste las instrucciones de Moto-chan al pie de la letra, ¡Serías un muy buen doctor!

No pudo evitar llenarse de alegría ante el alago. - ¿En serio?

- A mi parecer sí. Aunque a fin de cuentas deberías trabajar en algo que te apasione. Muchas personas con gran potencial lo desperdician en empleos que no los realizan como individuos. Sería triste que alguien con tus capacidades sufra algo parecido.

Naoki se quedó analizando esas palabras en su cabeza, bajando la mirada a su plato. 

Volvió a llevarse un bocado a la boca. - Yuuki tiene razón. Realmente no eres tan tonta.

- Tú... ¿Cómo...? ¡¿Estabas espiándonos pervertido?!

- ¡¿Por- Por qué pervertido?!

- ¡Espiar a escondidas es de pervertidos, pervertido!

- ¡No soy un pervertido!

- ¡Eso es lo que diría un pervertido!

- ¡QUE NO LO SOY!

De alguna manera la conversación que pretendía ser una disculpa sincera de su parte se desvió a sobre si él era un pervertido o no, siendo uno de los momentos más humillantes de su vida. Pese a eso, a diferencia del pasado, la opresión que sentía en su interior cada que discutía con la chica se había esfumado.

Debería sentirse molesto. Debería sentirse indignado. Pero mientras veía a la joven alejarse refunfuñando, con los platos vacíos para lavarlos, no pudo evitar que las comisuras de sus labios se levantaran.

Su corazón latió con fuerza en su pecho... Y supo por qué.




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Ya podemos decir que Irie-san está semi reformado. Todavía le falta, pero ya no será tan desgraciado como antes XD 

Creo en la redención de personajes y decidí que debía darle una evolución para mejor. Eso sí, no quiere decir que no vaya a cometer alguna idiotez más adelante. Tal cual dije, sigue en proceso de curación. Además, ahora será el pobre de Irie-san quién este enamorado hasta los huesos de la protagonista y que esta no le haga ni caso. Roguemos porque esta pobre alma no sufra, al menos no mucho, un tantito no hace daño jajaja

También les di más desarrollo a Motoki y Yuuki en estos capítulos. Ya no son personajes tan planos como en el anime/manga original y sus aportaciones en la historia serán muy interesantes a futuro. No es sorpresa para nadie que fueran de mis personajes favoritos en el anime nwn

Planeo hacer algo parecido con los Señores Irie aunque todavía falta para eso.

Para los que teorizaban sobre con quién podría quedarse la prota les voy diciendo que ya lo decidí. Tengo la trama de los futuros capítulos ya anotados y ya fiché al futuro husbando. No diré mucho para evitar spoilers; pero lo que sí les diré es que será un personaje de la misma historia y no uno inventado.

Estaré actualizando muy pronto ¡Hasta el próximo capítulo! ;)

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