No Tendré Una Relación Tóxica

By MurasakiFanfics

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Historia de Transmigración/Reencarnación Tras morir en un terremoto una chica despierta dentro del mundo de I... More

Prólogo: Segunda Oportunidad
Capítulo 1: Familia Irie
Capítulo 3: Vacaciones De Verano
Capítulo 4: Sentimientos Contradictorios
Capítulo 5: Clase 3-B
Capítulo 6: Celebrando Las Fiestas
Capítulo 7: Examen de Ingreso
Capítulo 8: Graduación Accidentada
Capítulo 9: Universidad y Desamores
Capítulo 10: Cambios
Capítulo 11: Honestidad
Capítulo 12: Casamentera
Capítulo 13: Nuevo Hogar
Capítulo 14: Hospitalizados
Capítulo 15: Alianza
Capítulo 16: Celebración

Capítulo 2: Exámenes y Competencias

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By MurasakiFanfics

Siempre odie despertar temprano; sin embargo, debería actuar como una joven ejemplar. Gracias a eso me percaté que los bentos del protagonista masculino y el mío estaban intercambiados. Una artimaña de Tía Noriko para emparejarnos. Muy molesta, aproveché que nadie veía y los devolví a su respectivo lugar y luego me fui sola a la estación de tren para no tener que ir junto al imbécil.

El resto del día transcurrió sin ningún incidente ni encuentros fortuitos gracias a que pude evitar el incidente con los bentos. Al volver a casa Tía Noriko me aseguró haber encontrado a la "profesora perfecta". Decir que estaba feliz era poco y le agradecí con un abrazo. 

Esperé en mi habitación con impaciencia hasta escuchar unos toques en mi puerta.

- ¡Sí, puede pasar!

- Con permiso. Mucho gusto. Soy Kikyo Motoki; pero si gustas puedes llamarme Moto-chan, ¡Seré tu profesora! - se presentó con alegría.  

Estaba anonadada.

Vistiendo de manera elegante  y con su corte afro característico, el personaje trans de la historia hizo su aparición, ¡No podía creerlo! No basta decir que estaba gratamente sorprendida y es que era de los pocos personajes que me agradaban de Itazura Na Kiss. Pensé que al no escoger la carrera de medicina nunca podría conocerla. Al parecer estaba equivocada.

- Mucho gusto, soy Aihara Kotoko. - me presenté con una amigable sonrisa.

Mi reacción tan natural parecía haberle agradado por lo que de inmediato entró en confianza conmigo. Me comentó que trabajaba dando clases particulares para reunir dinero suficiente para pagar la universidad.

- Siempre anhelé ser un ángel blanco. Por eso elegí el camino de la enfermería. - habló de forma teatral y dramática. - ¡Quiero convertirme en una mujer que luzca lo mejor posible luciendo una gorra de enfermera!

- Es un sueño hermoso, Moto-chan. 

- ¿Y tú? ¿Cuál es tu sueño?

- ¿Mi sueño? - eso me hizo cuestionarme algunas cosas. Lo único que tenía en mente era cumplir la promesa a mis padres de que sería feliz. - La verdad no tengo nada fijo. Solo quiero que mis padres se sientan orgullosos de mí y descansen en paz. 

- Kotoko-chan - pronunció conmovida. - Estoy segura que estarán orgullosos sin importar el camino que elijas. 

La semana siguiente pasó volando. Me quedaba estudiando toda la noche con Motoki, la verdad es que con su guía las materias se hacían más ligeras y eran mucho más sencillas de entender. En los descansos comíamos lo que nos traía la Tía Noriko y charlábamos de cualquier tema. 

Cuando quisimos darnos cuenta nos volvimos grandes amigas.

La única discrepancia era que, como casi todo personaje femenino de la historia, en cuanto conoció al protagonista masculino se la pasó babeando por él.

- No entiendo por qué te gusta.

- Yo soy la que no te entiende, Kotoko-chan. Irie-san no solo es inteligente, también es muy atractivo. - suspiró soñadoramente. - ¿Cómo puede no gustarte?

- No ha sido agradable conmigo desde que vine a vivir a su casa y me ordenó no acercarme a él en la escuela porque podría "arruinar su reputación".

- ¿En serio? Pero si siempre es gentil.

La miré acusatoriamente. - Él te ignora, Moto-chan. No finjas que no lo notas.

Mi amiga hizo un puchero. - Pero...

- No te voy a juzgar si te gusta. - le hablé con calma. - Pero a mí no puede gustarme alguien así.

Al final llegamos a un acuerdo de paz.

El protagonista masculino no fue el único en ser objetivo de Motoki. Yuuki tampoco se libró de sus atenciones, de hecho, le fue peor porque a diferencia de Irie-san terminaba siendo arrastrado a una sesión improvisada de abrazos. Más de una vez tuve que interferir o distraer a mi cariñosa amiga para darle tiempo de escapar. Fue tan gracioso ver a Yuuki dándome las gracias en cada ocasión que lograba salvarlo.

- ¡Es que es tan lindo! ¡Es como un Irie-san en miniatura!

- ¡Aléjate, loca! - gritó Yuki ocultándose detrás de mí.

- ¡Moto-chan! - le llamé la atención con las manos en la cintura. - ¿No ves que lo incomodas?

- ¿Oh? ¿Entonces por qué sigue viniendo a tu habitación cuando sabe que yo estoy allí?

Aquello... ¡Era verdad!

Contrariada miré a Yuuki en busca de respuestas.

- Podría ser... Yuuki-san, ¿Quieres jugar con nosotras?

- ¡¿Qui-quien querría jugar con ustedes?!

- "Es claro que sí quieres." - pensé sonriendo divertida. - Cuando era niña a veces me sentía sola. No tengo hermanos por lo que me sentía triste de no tener a nadie con quién jugar.

Yuuki me miró sin decir nada. Se limitó a apretar la tela de sus pantalones con ambas manos. Esto me preocupó mucho ya que parecía que se encontraba muy ansioso.

Motoki frunció el ceño. - ¿Irie-san no juega contigo? 

- Dice que está ocupado.

- ¿Ocupado? ¿Ocupado con qué? - cuestioné enojada.

En el anime no juega con Yuuki porque ayuda a Kotoko a estudiar para los exámenes. El protagonista no me está ayudando ahora. Ni siquiera estudia para los exámenes, ¡¿En qué exactamente está ocupado?! Fue entonces que caí en cuenta del semblante deprimido de Yuuki. Oh, él también se dio cuenta de eso. Se dio cuenta que en realidad su hermano no quiere pasar tiempo con él. Ver lágrimas amenazando con caer de los ojos del menor hizo que el resentimiento que sentía contra Irie-san aumentara.

- "¡Ese imbécil!" - intentando ocultar mis intenciones asesinas tomé la mano de Yuuki y miré a Motoki. - ¿Qué tal si hoy tomamos un descanso más largo, Moto-chan? ¡A un par de cuadras hay una heladería!

Comprendiendo de inmediato ella asintió. - ¡Perfecto! Vamos de inmediato. - y tomó la mano libre de Yuuki.

Sin darle tiempo al menor de reaccionar ambas lo levantamos por los aires y salimos corriendo de la casa. Sus gritos y protestas fueron convirtiéndose en risas cada vez que lo elevábamos por el aire de camino a la heladería.

Los helados estuvieron deliciosos.

Desde ese día y durante los descansos de estudio Yuuki venía a pasar el rato con nosotras. A veces lo ayudábamos con su tarea, otras conversábamos y de vez en cuando veíamos televisión. Finalmente, los exámenes llegaron y los rendí con tanta facilidad que parecía una fantasía. Motoki, Yuuki y yo celebramos que por fin estaba libre.

Le hice prometer a Motoki que seguiría ayudándome hasta que terminara la escuela y aceptó gustosa, tanto por la generosa paga como porque le gustaba mi compañía y atormentar a Yuuki. Cabe decir que Yuuki protestó al escucharla decir eso último.

El día en que las notas de los exámenes fueron colgados corrí por el pasillo a toda prisa. Me detuve frente al tablero de anuncios y con el corazón en la boca tomé aire y miré el Puesto 50. En la historia la protagonista femenina alcanzaba ese puesto luego de haber sido ayudada por el protagonista masculino. No obstante, mi nombre no estaba en ese puesto, lo cual me causó un susto terrible, eso hasta que mi mirada se desplazó a la izquierda y vi mi nombre... ¡EN EL PUESTO 40!

¡No solo había aprobado sino que lo hice con diez puestos de diferencia!

Más feliz que nunca di media vuelta para alejarme, topándome cara a cara con el protagonista masculino. Era tan cliché. Justo cuando pase por su lado ignorándolo escuché un "Nada mal" que casi me hace tropezar. Miré por sobre mi hombro viéndolo alejarse. Estaba incrédula. Todavía recordaba como se la pasó burlando de mí durante toda la semana de estudios con frases como "Nadie sale de la Clase F", "Una idiota siempre será una idiota", entre otras cosas.

- ¿Tienes tiempo para burlarte de mí y no para prestarle atención a tu hermano? - el día previo a los exámenes tuve suficiente y le planté cara. 

- Estaba ocupado. - se excusó.

- ¿Ocupado? Yo sí he estado ocupada. Estudiando y preparándome para los exámenes, ¿Y tú? No necesitas estudiar, ¿En que has estado ocupado? ¿Qué es más importante que tu hermano?

Su mirada se mostró afilada y habló con rencor. - No te metas en lo que no te importa y aléjate de mi hermano. Una tonta como tu lo puede mal influenciar.

- ¿Lo que no me importa? ¿Mal influenciar? Ni siquiera te das cuenta de lo que has hecho mal, ¿no es así? Parece ser que no soy la tonta en esta casa.

Ignorando sus insultos fui a encerrarme en mi habitación pegando un fuerte portazo.

Debió venir a confirmar si sus sospechas eran ciertas para burlarse de mí. Seguro le sorprendió averiguar que la chica a la que consideraba tonta obtuviera un puesto tan bueno.

¿Pensaba acaso que con felicitarme lo perdonaría por denigrarme? ¿Qué le perdonaría lo que le hizo a Yuuki o a Moto-chan? ¿Qué volvería a ser la enamoradiza a la que podría humillar y engañar siempre que quisiera? ¡PUES CLARO QUE NO!

La "tonta" chica que conociste se ha ido y no volverá jamás. Esa Kotoko ingenua que te seguiría hasta el fin del mundo dejó de existir hace mucho tiempo... ¡Ahora yo estoy aquí y juro que no dejaré que te salgas con la tuya otra vez!

Sin detenerme regresé a mi salón. Las preguntas de mis compañeros sobre mis notas no se hicieron esperar y me limité a decirles que tenía una Profesora Particular Extraordinaria.

Cuando intenté sacar un cuaderno de mi maletín me encontré con "el amuleto de la buena suerte" que me dio Tía Noriko por las semanas de exámenes y que me prohibió abrir hasta que hubiera terminado. Al abrirlo, una amplia sonrisa se formó en mi rostro al ver que se trataba de una fotografía donde aparecíamos Motoki, Yuuki y yo estudiando. Bueno, yo sosteniendo un cuaderno con una mano mientras intentaba que Motoki dejara de abrazar a un Yuuki que luchaba por huir. Los tres parecíamos estarla pasando muy bien.

"Tendré que enmarcar esto más tarde." 



...



Gracias a la ayuda de Motoki logré mejorar mucho mi promedio académico. Lo único que me quedaba era asegurar que nuestra clase ganara en el Festival Deportivo para alcanzar la nota necesaria para ser transferida a la Clase B, ¡Sí, la B! Estaba muy emocionada porque gracias a ello conseguiría quitarme aquel estigma de "TONTA" y nadie se metería conmigo en la universidad.

En cuanto al protagonista masculino, ha estado más cortante y frío de lo usual. No sé que mosca le pico; pero no dejaré que me arrastre a sus dramas personales.

- ¡El festival deportivo es tan divertido! - exclamó Tía Noriko durante el desayuno. - ¡Hagan lo mejor que puedan, los dos! Kotoko-chan, ¿En qué eventos estás?

- Estoy en el relevo mixto y en la carrera de préstamo.

- ¿Y tú, Nao? - preguntó Tío Shigeki con curiosidad.

- La carrera de cien metros y el relevo mixto. 

- ¡Oh! ¿Eso significa que tú y Kotoko-chan están en la misma carrera? ¡Fantástico! ¡Estaré grabando todo! Pueden contar conmigo para tomar fotos de ustedes dos juntos.

- No es necesario, Tía Noriko. Con permiso. - me apresuré en decir poniéndome de pie y llevando mi taza y plato vacíos a la cocina para lavarlos. Lo que menos quería es que esa mujer nos empezara a emparejar.

- ¡Oh, dame un descanso! - oí a Irie-san y se retiró abruptamente. 

Yuuki, que estuvo atento a las reacciones de su hermano mayor, volteó a mirarme preguntando con la mirada si sabía algo al respecto. Me limité a encogerme de hombros.



...



Los fuegos artificiales y las barras de cada clase resonaban sin parar.

Me aseguré de que mi peinado estuviera firme. Siempre me pareció algo ridícula la forma en que la protagonista femenina se peinaba con dos trencitas paradas igual que antenas y en su lugar me hice un chongo que me hacia ver menos infantil.

"Claro que la protagonista femenina siempre se vio demasiado joven sin importar que se pusiera. Literalmente la confundieron con una estudiante de secundaria cuando estuvo en su luna de miel."

Satomi y Jinko comentaban sobre la tranquilidad de la Clase A. Si bien estaba parada junto a ellas no me metí en su conversación. Más temprano que tarde mis compañeros señalaron a la Familia Irie y Moto-chan que montaron su propia barra y cartel de apoyo para mí. 

- Ese es el señor que estaba en el funeral, ¿Eso quiere decir que esa es la familia de acogida de Kotoko-san?

- ¿Quién es ese "Onii-chan" al que apoyan también?

Intentando ignorar los comentarios me concentré en alzar la mano para saludar.

- ¡Miren, la carrera de los chicos está por comenzar!

Los chicos tomaron posición en la línea de meta. Cuando la señal fue disparada todos emprendieron una rápida carrera. Kinnosuke e Irie-san iban bastante parejos, siendo por muy poco que Kinnosuke logró cruzar la meta primero, ganando la carrera y acercándose con su medalla del primer lugar en alto. Se veía muy orgulloso de sí mismo. A lo lejos, pude ver al protagonista masculino mirándonos con el ceño fruncido.

Cuando llegó mi turno, mis compañeros me desearon suerte y fui a prepararme a la línea de meta. Estuve practicando por dos semanas en el parque con la ayuda de Yuuki que medía mis tiempos con un cronómetro y la de Motoki que corría a mi lado para darme ánimos.

La señal fue disparada y comencé a correr con todas mis fuerzas, siendo la primera en llegar a las notas por muy poco. Tomé el papel y sin pensarlo me di la vuelta para correr en dirección a la Familia Irie mientras leía el papelito.

"¿Es enserio organizadores? ¿No se les ocurrió algo menos vergonzoso?"

- ¡Moto-chan!

- ¿Yo? - preguntó tomando mi mano con confusión.

- ¡Oh, Moto-chan! ¡Esta es una gran responsabilidad! ¡BUENA SUERTE! - exclamó la Tía Noriko.

- ¡Esfuércense, chicas! - nos alentó el Tío Shigeki con la videocámara en alto.

Yuuki alzo un puño en señal de aliento.

Irie-san se limitó a mirar a otro lado.

Ambas corrimos hacia la meta con todas nuestras fuerzas. La idea de ganar la alentó tanto que terminó por correr más rápido que yo y prácticamente me arrastró. Cuando quise darme cuenta ya habíamos cruzado la meta logrando el primer lugar.

Mis compañeros celebraron por la racha de buena suerte que teníamos el día de hoy. No solo estaban alegres por ganar, sino que ganar en el primer lugar en el Festival Deportivo subía el promedio de los exámenes finales y muchos necesitábamos de esos puntos extra.

Motoki y yo regresamos con la Familia Irie con nuestra bandera del 1° lugar. La conversación animada se interrumpió cuando surgió el tema de lo que decía el papel.

- Decía "La persona que te gusta." - comentó Motoki riendo.

Los tíos cubrieron sus bocas con asombro.

- ¡¿Gus-Gusta?! - exclamó Yuuki y miró de forma acusatoria a Motoki. - Pero, ¿Tú no decías que eras una chica?

- Lo soy. Eso no tiene nada que ver. - se defendió.

- ¡E-Eres una pervertida! ¡Aléjate de ella, Kotoko Onee-san! - protestó Yuki molesto, parándose delante de mí para "protegerme".

- "Es tan tierno mi mini tsundere." - pensé enternecida. - No es esa forma de gustar, Yuuki-san. - lo tranquilicé tomando su mano para hacer que se sentara a mi lado. - Moto-chan es mi mejor amiga y por eso es que la quiero muchísimo. 

- ¡¿En serio?! ¡¿Soy tu mejor amiga?! - me preguntó Motoki con lágrimas en los ojos para lanzarse a abrazarme. - ¡KOTOKO! ¡ERES UN VERDADERO ÁNGEL! No te preocupes, Yuuki-chan, no te robaré a tu Onee-san.

- ¡N-No estaba preocupado en lo absoluto! - protestó ruborizado.

Todos reímos ante la obvia mentira. Mi buen humor desapareció cuando me percaté de la mirada del imbécil. 

Los parlantes anunciaron la carrera mixta de relevos, por lo que el imbécil y yo nos retiramos para ir a nuestras posiciones. Íbamos en silencio y en paz... Hasta que...

- Tuvieron suerte de ganar hasta ahora. No te hagas ilusiones en la próxima competencia. Ganaron porque no quería desperdiciar mi energía en una carrera contra perdedores.

- Entonces, ¿Quieres decir que fuiste fácil con los otros corredores? - lo cuestioné con amargura y lo adelante para enfrentarme a él cara a cara. - Estoy cansada de tu ego. Estoy cansada que te creas mejor que todos y que creas que solo por eso tienes el derecho de tratar a los demás como basura. - lo señalé con el dedo mirándolo con todo mi odio. - ¡TÚ... ERES DE LO PEOR!

Sin dejar que me conteste me largué. 

Cuando llegué con mis compañeros me preguntaron porque me veía tan mal. Iba a guardar silencio, eso hasta que me di cuenta que esto era asunto de todos, pues fueron directamente insultados por este tipo. Les conté hasta el último detalle de nuestra conversación. Tal cual imaginé se encolerizaron y tuve que detenerlos para que no fueran a matarlo, convenciéndolos de tomar revancha en la carrera.

¿Quién diría que la venganza sería un potente motivador?

Satomi era la primera. Cuando la señal fue disparada la alenté con todas mis fuerzas. Ella era tan rápida como aparentaba en el anime y tal vez fue mucho más rápida esta vez, logrando estar a la cabeza y pasando la batuta a uno de los muchachos que, siguiendo su ejemplo, tomó la delantera con una determinación ardiente en sus ojos. Me preparé y cuando la batuta llegó a mi mano la sujete con firmeza para emprender a correr.

LA CLASE F ESTÁ EN SU TERCER CORREDOR. LA CLASE F TIENE UNA GRAN VENTAJA SOBRE LA CLASE E, SEGUIDA DE LA CLASE A.

El anunció por los altavoces me motivo a correr con aun más ganas. Debía ganar toda la ventaja posible, sabía muy bien que en cuanto el protagonista tomara la batuta se pondría como objetivo humillarnos y no podía permitir eso.

Cuando vi a Kinnosuke a la distancia me concentré solo en él para evitar distraerme con algo más. Alcé mi mano para entregarle la batuta y cuando la tomó alcé la voz. - ¡Gana! ¡Creo en ti, Kin-chan!

El muchacho pareció tener una especie de epifanía en ese momento y se alejó corriendo como alma que lleva el diablo, ¡Era bien sabido que si en un shoujo la protagonista femenina apoya a un chico en voz alta este terminará ganando! ¡Algunos clichés podían aprovecharse muy bien!

Al verlo alejarse tomé una fuerte bocanada de aire y me llevé las manos a las rodillas. Estaba agotada. No se me permitió terminar de recuperar el aliento cuando hubo una conmoción.

¡OH NO! ¡A IRIE-SAN SE LE HA CAÍDO LA BATUTA!

¡ERA IMPOSIBLE! ¡El protagonista masculino se equivocó!

Su rostro demostraba lo incrédulo que estaba por su propia acción mientras tenía que salir de su carril para ir a recuperar la batuta. Las risas burlonas que una vez estuvieron destinadas a la protagonista femenina por su bochornoso espectáculo ahora eran dirigidas al protagonista masculino.

Ver a Kinnosuke romper la cinta proclamándose el vencedor hizo que los gritos de júbilo se escucharan en toda la escuela.

LA CLASE F ES LA GANADORA.

El entusiasmo fue tanto que terminé por ser empujada a la pista de carreras. Debido a mi cansancio no pude mantener el equilibrio y caí de cara. El dolor solo incrementó cuando sentí un fuerte peso caer sobre mí, sacándome el aire.

Hubo gritos de horror.

¡OH NO! ¡IRIE HA TROPEZADO Y HA CAÍDO ENCIMA DE UNA CHICA CERCA A LA LÍNEA DE META!

- ¡Estúpida! ¡¿Qué haces en el suelo?! - el imbécil no tardó en reclamar una vez se levantó. Al notar que no me movía su voz sonó más insegura. - Ey, ¿Aihara?

Me quejé de dolor dándome la vuelta. Vi que dio un paso en mi dirección; pero de inmediato mis compañeros se pusieron en medio y no lo dejaron llegar hasta mí. Algunos le impidieron el paso mientras otros me llevaban a la enfermería. No podía estar más agradecida por su ayuda y me prometí que, aun si era transferida a otra clase, me aseguraría de devolverles el favor.



...



- ¿Cuántas veces verás ese video hasta estar satisfecha? - el protagonista retó a su madre.

- ¡Pero es que Kotoko-chan se ve tan adorable! No solo es buena cocinando y tiene buenas notas, ¡También es buena en los deportes! ¿No creen que sería una buena esposa?

- ¡Mamá! ¡¿Que dices?! - protestó Yuki alterado.

- Kotoko sería perfecta en todo. - la secundó Moto-chan que había sido invitada a cenar.

- Querida, ¿Ha que te refieres? - preguntó Tío Shigeki confundido.

Con una sonrisa risueña la mujer volteó a ver a su hijo mayor. - Onii-chan, Kotoko es totalmente tu tipo, ¿cierto?

Sabiendo perfectamente lo que el imbécil iba a decir me apresuré en protestar. - ¡Tía Noriko! Eso es imposible. 

- ¿Oh, imposible? - Irie-san centró su atención en mí. - ¿Aun cuando me escribiste una carta tan apasionada?

- ¿Ah?

- Querido Irie, Soy Kotoko Aihara de la clase F. Desde que hablaste en nuestra ceremonia de entrada he admirado tu inteligencia y tu buena apariencia. Ya que nunca estaremos en la misma clase...

Lo observé con incredulidad recitar en voz alta la carta que la protagonista femenina escribió con todo su corazón y cuan abiertamente él la estaba despreciando, ¿Cómo es que la Kotoko original continuó enamorada de una persona tan horrible?

No tenía idea de donde obtuvo la carta. No había visto rastro de ella desde que desperté en este mundo. Eso ahora no importaba. Lo único importante aquí era que, como mujer, no podía permitir que ese imbécil siguiera menospreciando los sentimientos de una chica inocente.

- ¿Qué es esto, Onii-chan? Esto significa... - preguntó Tía Noriko empezando a entusiasmarse.

Su entusiasmo no llegó muy lejos cuando me puse de pie y le propiné una cachetada a ese imbécil con todas mis fuerzas. La incredulidad en sus ojos por ser golpeado  hizo que me enfureciera más, ¿Tan inconsciente era?

- Burlándote de los sentimientos de una chica inocente y exponiéndolos en voz alta, ¡Eres horrible!

- ¡Esta dirigida a mí! ¡Puedo hacer lo que quiera con ella!

- ¡No cuando rechazas el siquiera leerla! No aceptaste la carta. Me lo dijeron mis compañeros, ¡¿Cómo la obtuviste?! ¡¿Husmeaste entre mis cosas?! ¡Pervertido!

Motoki se llevó las manos a la boca reprimiendo un grito.

- Onii-chan - pronunció Yuuki mirando a su hermano mayor con horror.

- ¡E-Eso no fue así! - el chico se apresuró en aclarar.

- Esperen. - intervino Tía Noriko. - Kotoko-chan, ¿Podría ser que... estás enamorada de Onii-chan?

La miré con seriedad. - Al parecer, lo estuve una vez. Fui rechazada y se negó a aceptar la carta donde le transmitía mis sentimientos. Ocurrió el mismo día en que papá murió. Después del accidente perdí todo recuerdo acerca de Irie-san. No fue hasta que regresé a la escuela que supe lo que pasó. En ese momento me sentí triste de no recordar a la persona que me gustaba. Pero ahora... - miré al joven con desprecio. - Ahora estoy agradecida de haberlo olvidado... Porque tú, Irie-san, eres una persona horrible, ¡Estoy feliz de no estar enamorada de ti!

El protagonista masculino amplió los ojos de golpe y un leve jadeo escapó por sus labios. Apretando los labios se marchó escaleras arriba a su habitación donde se escuchó un fuerte portazo.

La sonrisa de Tía Noriko se había desvanecido para este punto. Tío Shigeki parecía tan angustiado como su esposa y se paró a su lado para tomarla de los hombros y hacer que tome asiento.

Motoki apagó la grabación que se proyectaba en la televisión dejando la habitación en completo silencio.

Yuuki miró a sus padres con duda y se levantó del sofá para llegar a mi lado, tomó mi mano y mirándome a los ojos preguntó preocupado. - Kotoko Onee-san, ¿Onii-chan te hizo algo malo?

- ¡Yuuki, eso es imposible! ¡Onii-chan jamás...!

- Lo hizo. - hablé con firmeza, ignorando el chillido de horror de los tíos. 

Si les hablo con la verdad, ¿Se pondrán del lado de su hijo o de una extraña? Quizás notando mis temores Motoki tomó lugar a mi lado con una mano sobre mi hombro y Yuuki estrechó un poco más fuerte mi mano. Al voltear a verlos descubrí miradas de apoyo. Esbozando una sonrisa les agradecí y volví a mirar a mis tíos con seriedad.

Quizás esto interfería demasiado con la trama; pero eso ya no importaba, ¡Era momento de corregir a ese imbécil!

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