No Tendré Una Relación Tóxica

By MurasakiFanfics

26K 2.4K 538

Historia de Transmigración/Reencarnación Tras morir en un terremoto una chica despierta dentro del mundo de I... More

Capítulo 1: Familia Irie
Capítulo 2: Exámenes y Competencias
Capítulo 3: Vacaciones De Verano
Capítulo 4: Sentimientos Contradictorios
Capítulo 5: Clase 3-B
Capítulo 6: Celebrando Las Fiestas
Capítulo 7: Examen de Ingreso
Capítulo 8: Graduación Accidentada
Capítulo 9: Universidad y Desamores
Capítulo 10: Cambios
Capítulo 11: Honestidad
Capítulo 12: Casamentera
Capítulo 13: Nuevo Hogar
Capítulo 14: Hospitalizados
Capítulo 15: Alianza
Capítulo 16: Celebración

Prólogo: Segunda Oportunidad

2.6K 187 65
By MurasakiFanfics

Advertencia

En caso de que no hayas visto el anime o leído el manga de Itazura Na Kiss abstente de leer este fanfic porque habrán spoilers. En caso de que aun así quieras continuar será bajo tu propia responsabilidad ;)




Cuando el techo colapsó sobre mi cabeza supe que sería el fin.

Tenía una pacífica vida como estudiante de secundaria, amigos de internet con los cuales compartía mi afici{on por la cultura otaku y unos padres cariñosos y comprensivos que respetaban mis peculiares gustos. Todo eso desapareció en cuestión de segundos cuando un potente terremoto azotó la ciudad.

Debido a que vivíamos en un departamento tuvimos que salir junto con los vecinos por las escaleras de emergencia. Mis padres me tenían fuertemente sujeta por cada mano, intentando tranquilizarme con palabras reconfortantes. Al quedar solo un piso por bajar pensé que estábamos a salvo, aquella ilusión duró solo unos segundos cuando las escaleras colapsaron y todas las personas cayeron unas sobre otras.

Un dolor agonizante en mis piernas y en mi hombro derecho me hizo retorcerme de dolor, estaba segura que me había fracturado algunos huesos. El dolor aumento cuando las pocas personas que se encontraban lo suficientemente ilesas comenzaron a emerger y salían a toda prisa del edificio, importándoles poco pasar por encima a los que estábamos heridos. Las pisadas en mi pecho y rostro hicieron que soltara chillidos y quejidos que fueron opacados en el mar de gritos, lamentos y polvo.

- ¡Papá! ¡Mamá! - llamé sollozando, esperando a que mis padres me salvaran. - ¡¿Donde están?! - me enderecé como pude, intentando ubicarlos entre la nube de polvo. - ¡¿Papás?!

Empezaba a asustarme.

Soportando el dolor, me arrastre  sobre los escombros y cuerpos inertes. Las lágrimas y gemidos salían sin parar de mis labios. Sentía que mi cuerpo quemaba y solo quería detenerme y descansar. Pese a todo seguí llamando a mis padres sin dejar de avanzar.

Por desgracia, mi búsqueda no resultó infructuosa.

El dolor que estaba experimentando no fue nada comparado al ver los cuerpos ensangrentados de mis padres. Grite llena de horror y me arrastré arañando el piso hasta llegar a ellos. Me bastó con ver sus rostros para saber que se habían ido. Mis gritos de pánico pasaron a convertirse en sollozos de lamento y me aferré a sus cuerpos con fuerza. Un fuerte crujido me hizo alzar la mirada, viendo el momento exacto en que el techo colapsaba sobre mi cabeza. En mi estado mental y físico no había forma en que pudiera salir con vida. Sin ninguna otra opción abracé a mis padres y cerré los ojos, aceptando mi destino.

Tras lo que pareció una eternidad volví a abrirlos. Mi confusión fue extrema al encontrarme en un espacio en blanco. Ni siquiera podía ver donde estaba de pie. Espera, ¡¿De pie?! Eso no podía ser posible. Estaba segura que mis piernas estaban rotas; pero no sentía dolor en ninguna parte de mi cuerpo y al inspeccionarme no parecía ni siquiera que hubiera sufrido algún accidente.

Solo, ¿Qué estaba pasando?

- Renata

Me paralicé al escuchar ese dúo de voces que llamaron por mi nombre al unísono. Sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos, me di la vuelta. Ver esos rostros sonrientes hizo que no pudiera retenerlas más y se deslizaran por mis mejillas.

- ¿Mamá?... ¿Papá?... ¡Mamá! ¡Papá!

Sin soportarlo más corrí hacia ellos, saltando a abrazarlos. Ambos me esperaron con los brazos abiertos y me devolvieron el abrazo con la misma intensidad.

- Lamento tanto que no pudiéramos protegerte. - se lamentó mi madre sollozando en mi hombro.

- Debimos ser más veloces. - pronunció mi padre con voz quebrada, acariciando mi cabeza.

- ¡No! Ustedes no tienen la culpa de nada. Siempre me han cuidado... hasta el final. - me aparté para ver sus rostros sin dejar de abrazarlos. - Estamos muertos ¿no? ¿Iremos al cielo?

- Sí, estamos muertos. Tu mamá y yo iremos al cielo.

- ¿Y yo? - pregunté asustada, intentando repasar todos los pasajes de mi vida en los que podía haber hecho algo tan malo como para no ir al mismo sitio que mis padres.

- Tú tienes otra oportunidad, querida.

Miré a mi madre con confusión. - ¿Otra oportunidad?

- Sí, otra oportunidad. - enfatizó mi padre con una triste sonrisa. - Nosotros queremos que vivas por mucho, mucho tiempo y que seas muy feliz.

- ¡No! ¡Yo quiero ir con ustedes!

- Eres todavía demasiado joven para acompañarnos.

- Pero...

- Volveremos a reunirnos muy pronto. Te lo prometemos. 

- Por favor, hazlo por nosotros. No desaproveches esta segunda oportunidad.

Aun con todo el dolor de mi corazón y con mis lágrimas cayendo sin control terminé asintiendo, volviendo a abrazar a mis padres con todas mis fuerzas, en lo que sería nuestra último abrazo. Nuestra despedida.

- Mamá, papá, los amo mucho.

- También te amamos, hija mía.

- Lo harás bien. Creemos en ti, cariño.

De pronto, todo se oscureció.

Cuando la luz volvió me levanté sobresaltada.

- ¡Mamá! ¡Papá!

- ¡Jovencita! ¡No te levantes! - una enfermera se acercó a toda prisa, tomándome por los hombros con suavidad y volviendo a recostarme en la cama. - Quédate tranquila. Iré por el doctor en seguida.

Luego de que la mujer se fuera por la puerta volví a sentarme, siendo incapaz de estar tranquila después de todo lo ocurrido. Me encontraba en un cuarto de hospital usando una bata blanca, con un respirador en el rostro y una vía inyectada en mi brazo. Era de esperarse que estuviera aquí considerando el accidente; pero lo que llamó mi atención era que, si bien mi cuerpo se encontraba adolorido y mi piel estaba llena de moretones, no sentía que ningún hueso estuviera roto, ¿Podría haber estado internada por mucho tiempo? ¿Estuve en coma?

Con cuidado me levanté de la cama, sosteniendo el soporte de la vía para llevarla conmigo. Sentí el frío traspasar mis pies descalzos, volviendo a comprobar que seguía con vida y que verdaderamente había recibido otra oportunidad.

- "Mamá, papá, no los defraudaré. Ya lo verán, me esforzaré por ser feliz." - pensé con determinación, limpiándome las lágrimas.

Me acerqué a la ventana con la intención de ver que tan destruida había quedado la ciudad. Cojeé sintiendo ambas piernas entumecidas y utilicé el soporté de la vía como bastón. Al asomarme no pude evitar fruncir el ceño, confundida al ver los edificios intactos. Ni siquiera parecía que un terremoto hubiera ocurrido, lo cual era absurdo al recordar la magnitud del mismo. No solo eso me dejó confundida, también lo fue ver edificios y carreteras que no recordaba haber visto nunca en mi ciudad.

"¿Qué está pasando?"

La respuesta llegó de inmediato cuando un doctor anciano entró por la puerta y me miró con asombro. - ¡Señorita! No deberías estar fuera de la cama. No te has recuperado por completo del accidente. - me regañó con seriedad. Me disculpé cabizbaja y regresé a la cama. Pude notar que su expresión se suavizo al notar mi semblante decaído. - Por otro lado, es bueno ver que no pareces haber sufrido ninguna pérdida de tus funciones. Estuviste dormida por tres días. Empezaba a preocuparme. Dime, ¿Cómo te sientes?

- Mis piernas y mi hombro derecho se sienten... entumecidos y... - pronuncié, llevándome una mano a la cabeza, sintiendo un vendaje alrededor. - ¡Auch! ¡Duele!

- No toques tu cabeza. Sufriste una severa lesión en el cráneo, ¿Recuerdas porque estás aquí?

- Yo... Mi hogar... - las lágrimas se acumularon en mi rostro. Apreté las sábanas con fuerza. - Se derrumbó.

- Sí, hubo un terremoto muy ligero. Por desgracia su casa estaba mal estructurada y se derrumbó. Lamento mucho lo de su padre. Tus amigos estaban muy preocupados por ti, se alegrarán de saber que ya has despertado.

Alzando la mirada observé al doctor con confusión, ¿Mi casa estaba mal estructurada? Era imposible, comenzando por el hecho de que vivía en un edificio, ¿Mis amigos? No tenía ningún amigo que no fuera de internet. No hay forma de que supieran que me pasó.

- ¿Y mi madre? - pregunté al ver que no la había mencionado.

Fue turno del doctor de verse confundido. - ¿Tu madre? Disculpa, no entiendo la pregunta. Según tu expediente tu madre falleció hace años... ¡Ah! ¿Te refieres a su santuario? Sus cenizas fueran recuperadas de entre los escombros por los rescatistas. No te preocupes por... ¿Señorita Aihara? ¿Se encuentra bien?

No estaba bien, ¡No estaba bien en lo absoluto! El pánico se filtró en cada fibra de mi cuerpo. 

- ¿Aihara?

- Kotoko Ahihara. Ese es tu nombre ¿no?

Fue como si un rayo me hubiera impactado. Mi mundo se volvió oscuro nuevamente y me desvanecí escuchando los gritos del doctor llamando a las enfermeras.

Cuando volví a abrir los ojos me encontraba a solas. Debía haberme desmayado.

¿Realmente había escuchado bien? ¿El doctor dijo que mi nombre era Aihara Kotoko? Eso... ¡No podía ser! Aihara Kotoko era el nombre de un personaje ficticio de un anime llamado Itazura Na Kiss, ¿Cómo era posible que tuviera el mismo nombre? No me digan que... ¡¿Me encuentro atrapada en alguna clase de isekai?! ¡¿Mi alma transmigró dentro de un shojo?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué un shojo de entre tantos animes?!

Unas voces fuera de la habitación me obligaron a tranquilizarme para prestar atención. Podía escuchar la voz del doctor y la de otro hombre, ambos conversaban sobre mi condición y sobre el asunto de un funeral. Cuando el doctor llamó a la otra persona por el nombre de "Irie Shigeki" mis sospechas terminaran por confirmarse.

En verdad había transmigrado al mundo de Itazura Na Kiss.

¿Y de entre tantos animes shojos... por qué tenía que ser Itazura Na Kiss? ¡Era uno de los animes/mangas que más odiaba! ¡La pareja protagonista era una de las más tóxicas que vi alguna vez en mi vida! ¡El protagonista masculino era un desgraciado y la protagonista femenina era una idiota sin amor propio!

¡OH NO! ¡Y AHORA YO ERA ELLA!

¡De ninguna manera iba a tener una relación tóxica! ¡Nunca! ¡Antes muerta! ¿Segunda oportunidad? ¡Que broma más terrible!

Mientras estaba teniendo una lucha interna la puerta fue abierta y el doctor entró seguido por un hombre de mediana edad con calvicie, bigote, anteojos y un prominente abdomen. Era imposible no reconocerlo. Este hombre no era otro que el padre del protagonista masculino de la historia.

- Me alegra de ver que estás más tranquila. - comentó el doctor examinando mis ojos y tomando mi temperatura. - Este hombre es un amigo de tu padre. Él quiere hablar contigo, ¿Te parece bien?

Teniendo un nudo en la garganta, asentí.

- Mucho gusto, Kotoko-chan. - me saludó el hombre con una gentil sonrisa. - No creo que me recuerdes. La última vez que te vi eras muy pequeña. Mi nombre es Irie Shigeki, fui amigo de Shigeo desde la escuela, siento tanto tu perdida. - al decir esto último sus ojos se llenaron de lágrimas. Podía ver que realmente le dolía la muerte de su amigo. - Quizás sea raro que un extraño como yo te diga esto; pero... Kotoko-chan, ¿Te gustaría venir a vivir conmigo y mi familia? - la propuesta hizo que tuviera un ligero sobresalto. - Eres demasiado joven para vivir por tu cuenta. Tampoco quiero que tengas que preocuparte por buscar un lugar donde vivir o un empleo para poder mantenerte. Mucho menos quiero que abandones los estudios. - acercó sus manos a las mías y las tomó con delicadeza. - Shigeo no me lo perdonaría si te dejara desvalida. Te prometo que no te faltara nada, serás como otra hija más para mí,... ¿Qué dices, Kotoko-chan?

Irie Shigeki era un muy buen hombre cariñoso y leal que amaba a su familia más que a nada en el mundo. Sabía lo sinceras que eran sus palabras y que, efectivamente, llegaría a verme como una hija. También sabía que ahora al quedarme huérfana no podría velar por mi misma y lo mejor era depender de la Familia Irie. Al menos hasta que me graduara de la universidad y consiguiera un empleo.

Pese a saber eso... No estaba convencida de aceptar su propuesta.

En la historia del anime y manga se suponía que, tras el hiriente rechazo a la fallida confesión de amor de la protagonista femenina hacia el protagonista masculino, la casa de la chica se derrumbaría esa misma noche, lo que la obligaría a buscar asilo en la casa de los padres del protagonista masculino. Es de esta forma que ambos empezarían a convivir y, tras años de humillaciones, degradaciones, estupideces, falta de comunicación y mucho más ambos terminarían casándose, ¡Solo para que el protagonista masculino siguiera tratando fríamente a la protagonista femenina y que esta le aguantara todas sus mierdas! ¿Y para qué? ¡Para que al final tuvieran una hija malcriada con la cual la protagonista se la pasaba peleando por la atención de su esposo!

Yo no quería ese futuro para mí.

Sin embargo, las cosas ahora eran distintas ¿no? Comenzando porque tanto la protagonista femenina como su padre terminaron siendo sepultados entre los escombros de la casa. El padre, Shigeo Aihara, muriendo allí mismo mientras que su hija, Kotoko Aihara, terminó siendo llevada de urgencias muriendo en el hospital y dejándome el pase libre para que yo ocupara su cuerpo. Si bien este cambio es sorpresivo me es mucho más sencillo pretender ser ella de esta manera, pues sería difícil engañar a su padre, sin mencionar que me sentiría culpable con el hombre por pretender ser su querida hija.

La trama estaba cambiando... ¿También podía cambiar el final? ¿Podía evitar acabar en una terrible relación tóxica con el patán de Irie Naoki? Mis padres me dijeron que era una segunda oportunidad y que me esforzara por ser feliz. Eso quería decir que la decisión estaba en mis manos, ¿No es así?

Miré al hombre que seguía expectante y le devolví el apretón de manos.

- ¿Está seguro? ¿No seré una molestia? - le pregunté con ojos llorosos.

- ¡En lo absoluto! Ya lo verás, las cosas mejoraran de ahora en adelante.

- Esta bien... Me gustaría vivir con usted y su familia, Irie-san.

El hombre sonrió conmovido. - Puedes decirme "Tío Shigeki" si gustas, Kotoko-chan.

- Mm, muy bien, Tío Shigeki. - le devolví la sonrisa a duras penas. - Estoy a su cuidado.

El doctor soltó un suspiro de alivio. Quizás aliviado de que la situación de su paciente huérfana hubiera tomado un giro positivo. - Acompáñeme afuera, Irie-san. Ya que se hará cargo de la paciente le pondré al tanto de su estado y el tratamiento que deberá seguir.

- Por supuesto, doctor. Te veré luego, Kotoko-chan.

- Hasta luego, Tío Shigeki.

Una vez que estuve a solas de nuevo volví a recostarme en la cama intentando procesar todo lo que había ocurrido desde que desperté en este mundo.

- "Mamá, papá, ser feliz será más difícil de lo que imaginé... Pero... Cumpliré mi promesa. Ya lo verán, tendré una larga vida y seré muy, muy feliz... Y definitivamente nunca, nunca tendré una relación tóxica, ¡Eso se los puedo asegurar!"




-------------------

Lo único que diré en este apartado es que, luego de escribir el pasado de mi primera protagonista que reencarnó en una historia de ficción, me apetecía escribir sobre una protagonista que tuvo una familia amorosa y no tenga traumas del pasado ni pedos mentales.

 Perdóname, protagonista de "¡¿Soy Rashta?!" TwT

Continue Reading

You'll Also Like

1.7M 236K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...
106K 11K 32
El líder de la roja, cabeza de una de las organizaciones más peligrosas, temidas y respetadas del mundo, queda cautivado por un peculiar doctor de ca...
84.7K 9.9K 62
➵ CARREFOUR - au ➵ Todo es humor.
162K 14.1K 36
No hay nada que haga más feliz a Jay que conocer a Violetta, su artista favorita. ¿Qué pasará cuando Chiara, su hermana mayor, le ayude a cumplir su...