El Juego de Hades

By SabrinaMiicaela

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Aaron siempre fue el centro de las miradas y no por los mejores motivos. Entre otras cosas, tiene fama de ser... More

El Juego de Hades
〘Capítulo I〙
〘Capítulo 2〙
〘Capítulo 3〙
〘Capítulo 4〙
〘Capítulo 5〙
〘Capítulo 6〙
〘Capítulo 7〙
〘Capítulo 8〙
〘Capítulo 9〙
〘Capítulo 10〙
〘Capítulo 11〙
〘Capítulo 12〙
〘Capítulo 13〙
〘Capítulo 14〙
〘Capítulo 15〙
〘Capítulo 16〙
〘Capítulo 17〙
〘Capítulo 18〙
〘Capítulo 19〙
〘Capítulo 20〙
〘Capítulo 21〙
〘Capítulo 22〙
〘Capítulo 23〙
〘Capítulo 24〙
〘Capítulo 25〙
〘Capítulo 26〙
〘Capítulo 27〙
〘Capítulo 28〙
〘Capítulo 29〙
〘Capítulo 30〙
〘Capítulo 31〙
〘Capítulo 32〙
〘Capítulo 33〙
〘Capítulo 34〙
〘Capítulo 35〙
〘Capítulo 36〙
〘Capítulo 37〙
〘Capítulo 38〙
〘Capítulo 39〙
〘Capítulo 40〙
AVISO
〘Capítulo 41〙
〘Capítulo 42〙
〘Capítulo 43〙
☾Capítulo 44☽
〘Capítulo 45〙
〘Capítulo 46〙
〘Capítulo 48〙
〘Capítulo 49〙
〘Capítulo 50〙
AGRADECIMIENTOS
Epílogo
CONTINUACIÓN: El Infierno de Hades

〘Capítulo 47〙

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By SabrinaMiicaela

—¿Qué haces aquí? —pregunto al cabo de dos segundos después de verlo parado frente a la escalera para subir al piso de arriba. Él tiene los brazos cruzados y me mira con seriedad.

Garu camina hasta él olvidando su comida por un segundo y Aaron observa al animal por un segundo, para luego alejarlo con su pie. Garu maúlla y se va a seguir comiendo. Mientras tanto él se mantiene en silencio.

De pronto el ambiente se siente cargado, pesado. Su vibra oscura es extraña, me hace sentir incómoda. De pronto siento que algo malo pasa y por eso él está aquí. Pero por otro lado barajo la idea de que él solo está aquí porque simplemente algo está pasando y él está siendo mi tonta niñera. No necesito una niñera.

Menos a él.

No dice nada, así que insisto. Y luego pienso que si logro sacarle información sabré si Hades está bien.

—¿Qué ocurrió en la tienda? —insisto y él sigue observándome. Yo me quedo mirando la oscuridad y enciendo la luz para verlo bien. Cuando lo hago me horrorizo al notar que tiene sangre en la comisura de su labio, y sus nudillos tienen sangre también.

Parece que acabó de darle una golpiza a alguien. Y la sangre se me hiela. Algo malo pasó. Estoy segura de que algo malo pasó.

—¿Qué demonios te ocurrió Aaron? —camino hacia él, quien se mantiene serio pero cansado. Sus ojos tienen ojeras, y su labio tiene sangre que aún está fresca.

—Nada, sube a tu habitación —ordena soez y yo levanto las cejas.

—Tú no me ordenas en absoluto Aaron, ahora dime, ¿Qué demonios haces aquí? ¿Dónde están mis abuelos? —insisto perdiendo la paciencia.

Ni siquiera quiero pensar en de quién es esa sangre, no hay razón para estar calma bajo las circunstancias en las que mis abuelos se fueron de repente. De pronto siento tanto miedo que me es difícil respirar.

Finjo lo mejor que puedo.

Finjo calma lo mejor que puedo.

—No sé —me observa con aburrimiento y yo quiero golpearlo.

No sé qué tan bueno será pelear con él en este momento, pero necesito saber que Hades está bien. No quiero correr y llamarlo por teléfono, no quiero arriesgarlo. Pero quiero salir corriendo buscarlo y asegurarme de que está bien. Ya son muchos dias sin saber de él, la embarcación es en cuatro días y necesito saber que está bien.

—Responde de una maldita vez —siseo perdiendo el temple.

—¿Me estás amenazando princesita? —sonríe con burla como si no supiera que tengo ganas de darle un sartenazo.

—Aaron, yo no te caigo bien por toda esta tonta historia de tu hermana por la que yo no tengo nada que ver y tú no me caes bien porque eres un idiota, pero teniendo en cuenta que yo pronto seré tu jefa te conviene decirme lo que está pasando —levanto el mentón y él se mantiene en silencio.

Luego ladea la cabeza y me mira con curiosidad, como intentando descifrar algo en mí.

—Me sorprendes, princesita, tienes agallas —pone los ojos en blanco.

—Aaron, te doy un minuto para irte o para decirme qué pasa, si no haces ninguna de las dos haré que te maten, ¿Oíste? —me acerco a él y lo observo desafiante.

Aaron descruza sus brazos y camina un paso hacia mí. No tolero a este chico, no me importa toda la mierda que dijo de que "estoy enamorado de tí". Pues que bien, que esté enamorado de quien quiera, es un capullo.

Como trató a Andy lo demuestra.

—¿Por qué no lo haces tú? —levanta el mentón.

—No me provoques Draven, no me tiembla el pulso como a tí —cito las palabras de mi abuela. Aaron me observa posando sus ojos marrones en mí y luego suspira.

—No sabes cuanto espero que te vayas y dejes de hacerme la vida imposible, niña tonta —sisea con molestia—. Ahora cierra la boca y vete a tu habitación —camina hacia la cocina, al fregadero y abre la llave. No entiendo lo que hace hasta que levanta su remera y veo que tiene unos golpes en el abdomen, y ahí una cortada no muy profunda pero que tiene sangre.

El rastro del suelo y sus pisadas muestra que hay sangre. Quiero respirar más tranquila, pensando que Hades tiene una pistola, si hubiera peleado con él probablemente Aaron estaría muerto.

No coincide la cortada con Hades. Pero no me quedo nada tranquila.

—¿Qué te pasó? —pregunto nuevamente, esta vez fingiendo estar preocupada. Abro un cajón y de ahí saco unos paños nuevos de cocina. Los mojo y me acerco a él, con la intención de ponerlo sobre su herida.

Aaron se aleja, impidiendo mi contacto. Miro sus ojos confusos y me doy cuenta de que esto puede funcionar. Solo necesito saber que Hades está bien.

—Solo te quiero ayudar —miro sus ojos, buscando su aprobación que no tarda en darme. No dice nada, así que entiendo que no tiene problemas. Él mantiene su remera levantada lo suficientemente para que pueda ver la cortada sobre sus costillas tatuadas. Pongo allí la tela mojada para limpiar la herida.

Su reacción es contraer el abdomen en señal de dolor y emitir algunos quejidos que controla al apretar la mandíbula y dejar sus labios en una fina línea. Se sujeta de la mesa para aguantar el dolor y sus dedos se vuelven blancos por la presión que está ejerciendo.

Viéndola limpia me doy cuenta de que esto necesita una venda porque la sangre no dejará de brotar. Además, hay que poner alcohol.

—Dios, ¿Quién te hizo esto? —mi cara se contrae al imaginarme lo que duele esto. Aaron me mira y se mantiene en silencio, agachando la cabeza cuando paso el trapo arrastrando la sangre— Voy por unas vendas y alcohol, espera aquí —le aviso y él frunce el ceño, pero no dice nada así que corro escaleras arriba.

Hades.

Por favor.

Espero que estés bien.

Busco en el baño unas gasas, cinta y alcohol. Apenas encuentro lo que necesito bajo corriendo las escaleras, esperando que ese idiota por fin abra la boca y me diga lo que pasa con mis abuelos y Hades.

Cuando vuelvo a la cocina lo veo con los ojos cerrados, sin remera, frenando la sangre con el trapo que le dí, el cual ahora está rojo.

—Tienes que ir al hospital. Siéntate ahí —digo y llego a su lado. Aaron abre los ojos para verme y cuando me acerco tanto siento el alcohol en su aliento—. ¿Estuviste bebiendo?

No me responde y empiezo a cuestionarme si podré sacarle algo que me sirva. Como veo que será difícil me quedo en silencio y pongo alcohol en una gasa para luego quitar su mano junto con el trapo de la herida y mirarlo con fingida preocupación.

—Te va a doler —advierto.

—Hazlo —gruñe y yo miro la herida para ver cuando su cuerpo se contrae de dolor. Siento un poco de satisfacción al verlo sufrir, y tengo deseos de presionar más fuerte la gasa pero él se daría cuenta, esa es la única razón por la que me contengo—. ¡Ah!

—Ya casi —hago todo rápido.

Pongo una venda limpia y sobre esta cinta para mantenerla cubriendo la herida. Aaron se mantiene quieto y yo termino rápido. Me enseñaron a vendar heridas en el instituto de monjas. Era una de las tareas básicas del lugar.

—Ya está —veo que él posa sus ojos en mí y me observa en silencio. Su mirada me causa curiosidad, hace tiempo veo que me observa en silencio. No sé qué querrá decirme, y me intriga—. ¿Qué me ves?

—¿Por qué lo elegiste a él? —pregunta serio—. ¿Por qué elegiste a Hades?

Abro los ojos grandes y me detengo en seco con su pregunta. Aaron me mira frustrado, cansado y dolorido.

¿Por qué elegí a Hades? ¿Qué demonios le pasa a Aaron?

—¿Qué? —inquiero confundida, observándo su semblante serio y tosco.

—Nada, ya sé la respuesta —niega con la cabeza pero no deja de mirarme—. Y aún así eres una chiquilla tonta que sigue aquí lamentándose mientras él decidió irse sin tí.

—No entiendo lo que me estás diciendo —niego con la cabeza e intento irme. Es obvio que no me ayudará a saber si Hades está bien. No me queda otra cosa más que confiar.

—No quiero estar contigo si eso quieres saber Gianna, pero me intriga saber qué le vio una chica como tú a un capullo como él —cuestiona soez, levantando el mentón. Me mira y me juzga, es un completo imbécil. No puedo creer que en algún momento él me gustó.

—¿Quieres saber la respuesta Draven? —Levanto el mentón, con altivez, apenas a un metro de distancia de su cuerpo con su torso desnudo—. Hades fue mejor que tú, aunque tú me gustabas sentí que Hades era mejor.

Aaron Draven sonríe con burla y luego se cruza de brazos.

—Hades estaba jugando contigo Gianna, solo quiere quedarse con la mafia de tus abuelos y todo este tiempo te usó para quedarse con todo.

—Eso ya no importa —lo corto en seco—. Hades ya no existe.

Aaron me observa fijo. Convencido de mis palabras.

—En efecto, en cuanto tus abuelos lo atrapen él será historia del pasado. Probablemente quieras ir a despedirte de él, princesita —su tono es burlón y yo siento sus palabras como una daga.

—Es tu amigo.

—Sí. Pero mi vida depende de esto Gianna, creo que no eres muy tonta como para saberlo. Pero estoy aquí por otra cosa.

—¿Qué cosa?

—Asegurarme de que estés bien y que Fenrir no se aparezca por aquí para hacerte daño, los informantes de tu abuelo saben que estuvo unos días en la zona pero le perdieron el rastro en la frontera —mira hacia la ventana—. ¿Tú sabes algo de eso?

—No, y no quiero saber nada de Hades —siseo la mentira—. Sigo sin entender por qué mis abuelos siguieron confiando en él.

—No lo sé.

Aaron y yo nos miramos, y yo sigo estando a la defensiva.

—Creo que me iré a dormir —digo mirando las escaleras. Aaron asiente con la cabeza. Subo las escaleras pero me detengo a la mitad viendo que me sigue—. ¿Qué estás haciendo? —pregunto nerviosa.

—Créeme, quiero estar en mi habitación ahora mismo durmiendo una siesta o algo por el estilo, no aquí, pero tengo que quedarme hasta que tus abuelos vuelvan —su explicación suena bastante convincente así que no discuto y voy a mi habitación viendo que él me sigue.

Ingreso y él hace lo mismo dejando la puerta abierta. Quise cerrar la puerta impidiendo su paso pero ni siquiera me dejó intentarlo. Me meto en la cama y lo veo quedarse parado en la ventana, hasta cerrarla con familiaridad.

No hay nada raro en cerrar una ventana, pero la mía tiene dos trabas, una secreta que le puso mi abuelo. Y él la cerró.

Eso me hace pensar en cuántas veces estuvo aquí sin que yo me de cuenta.

—¿Te quedarás ahí parado? —inquiero y él asiente. Yo suspiro ya acostumbrada a esta mierda y me voy a dormir, deseando volver a ver a Hades.

Cuando abro los ojos, veo a Hades entrar por la puerta que Aaron dejó abierta y caminar hacia a mí.

—Hades —susurro queriendo saltar de la cama para abrazarlo pero no puedo hacerlo porque mis manos están atadas a la cama. Él me mira y sonríe, para luego sacar su arma de su cintura y apuntar a mi rostro.

—Adiós bonita —sonríe de costado, y veo sus ojos grises cargados de maldad.

—¡No! ¡No! ¡Por favor no! —intento levantarme, pero hasta mis pies están atados a la cama. Nuestro entorno se vuelve borroso—. Dijiste que me amabas.

—Solo te dije lo que querías oír —sonríe y luego apunta a mi cabeza—. Te amo, bonita.

Y dispara.

No sé cómo, pero termino sentada en la cama mientras mi cuerpo se aferra a otro. Mi respiración agitada y las lágrimas brotan de mis ojos. Mis manos se aferran al torso de alguien, y cuando recobro el sentido me alejo de él observando que es Aaron quien acaba de despertarme de una pesadilla.

—¿Estás bien? —inquiere preocupado. Yo asiento y paso saliva. Aaron se aleja y sigue mirándome. Según el reloj de mesa apenas dormí media hora—. Tuviste una pesadilla, estabas llorando.

Con la cabeza en una nebulosa me pongo de pie y cierro los ojos sintiéndolos mojados. Limpio las lágrimas con mi mano y suspiro.

—Estoy bien —lo tranquilizo y el neandertal insensible asiente, para volver a su posición, parado al lado de la ventana mientras mira hacia afuera—. ¿No te cansas de hacer eso?

—¿Hacer qué?

—Estar vigilando siempre —aclaro, tapándome con una manta—. Vigilarme a mí.

—Prometí a tu padre hacerlo, y lo demás es lo que me queda.

Medito sus palabras un segundo.

—¿Y qué harás luego? —quiero saber, curiosa.

—¿Con qué?

—Con tu vida.

Aaron me mira y luego niega con la cabeza, mirando hacia afuera.

—Tengo que ayudar a Leia a superar toda esta mierda y después me iré, así como Hades. Yo no pertenezco aquí, no tengo nada que me ate —dice serio, tosco, mirando por la ventana.

Sus vidas, las de todos, están atadas a las consecuencias de las acciones de mi familia. Así como la mía. Al menos compartimos eso.

—Yo espero la universidad así irme de este pueblo, estudiaré en la universidad —sonrío con nostalgia. Ni siquiera iré a la universidad, no iré con Mag. Eso ya quedó en el pasado. Mis planes quedaron arruinados.

Aaron me mira y luego asiente con la cabeza.

—No eres como tus abuelos Gianna, tampoco la niña pija tonta que yo pensaba que eras, te has tomado todo este circo mejor de lo que yo pensaba. Espero que puedas salir de esto —dice más para él que para mí.

Sonrío y me encojo de hombros.

—Tú también, no pareces tan idiota como yo pensaba. Y también espero que puedas salir de esto Aaron, tú y Leia. Parece que esto se pondrá feo.

—Sí, eso creo.

Me pongo de pie para ir por un vaso de agua y él me mira.

Sujeta mi brazo cuando estoy por ir hacia la puerta y me detiene.

—Voy por agua —le digo y él asiente, soltándome. Acto seguido voy hacia el baño y tomo agua de la canilla, refrescando mi rostro. Ya quiero que Aaron se vaya de aquí.

Salgo segundos después y voy a mi habitación, para encontrarme a Aaron ahí, mirándome. Cuando intento meterme en la cama lo veo acercarse a mí. Me detengo y lo observo con detenimiento.

—¿Qué ocurre?

—Lo que dije en el instituto era cierto Gianna —me mira con intensidad y yo siento que mi corazón empieza a latir más fuerte—. También cuando te saqué del galpón cuando estuviste a punto de morir, o cuando te saqué de la piscina. He estado protegiéndote toda mi vida y lo seguiré haciendo, aunque tenga que lograr que me odies para eso.

Enmudezco al verlo tan cerca de mí.

—Y te odio, odio todo lo que eres y todo lo que representas, pero no disfruto toda esta mierda que te pasa. Te haría sufrir sin compasión, pero a la misma vez no dejaría que nadie te lastime. Me lo prometí a mi mismo siendo un niño y lo haré siempre, así que sí princesa, lamentablemente estás atada conmigo aunque me odies y yo también lo estoy contigo aunque nada me haría más feliz que dejes de existir —confiesa y no sé si sentirme asustada o agradecida por su confesión.

—No te odio Draven —lo miro detenidamente—. No me agradas, pero no te odio.

Aaron sonríe y niega con la cabeza.

—¿Crees que hubiera sido diferente?

—Probablemente si no hubieras sido un capullo, sí.

Él sonríe y luego mira la ventana cuando el sonido del auto se acerca.

—Llegaron tus abuelos.

—¿Dónde fueron?

Él me mira y veo la indecisión en su mirada pero me termina por decir.

—A cambiar las cámaras de la tienda, estuvieron funcionando mal por la tormenta. Un árbol se cayó y cortó unos cables de la calle.

Respiro y dejo escapar el aire de mis pulmones. Hades está bien.

—Buenas noches Gianna.

—Buenas noches Aaron —digo y él me mira por última vez, y luego se va.


═══════════●❤●═══════════


Miro por las ventanas del instituto cuando el timbre suena cambiando el turno de las clases. Tengo natación dentro de media hora, así que miro a Alex y esperamos en el salón de clases cuando todos se van.

—Ay, olvidé mi gorro —Alex rebusca en su mochila—. Dejé mi gorro de natación en el casillero, ¿Te veo allá? Tengo que ir a por él.

—Sí amiga, ve tranquila —sonrío y ella asiente.

Aburrida, esperando que sea el horario me quedo mirando por la ventana. Justo cuando veo en el edificio de enfrente a una persona sentada en el tejado, así que achico los ojos para verlo justo en el momento en el que él, particularmente, enseña su dedo medio

—¡Suéltame! —una voz femenina suena en el pasillo así que yo me asusto. Me apresuro a salir por la ventana para correr hacia el edificio de enfrente.

—Hija de puta, maldita enferma —la voz de Andy me paraliza—. Déjame en paz maldita enferma.

—Te dije que dejes a Aaron en paz.

—Él aún me busca ¿Sabes? No entiendo que te pasa con tu hermano, pero estás enferma. ¿No te bastó con follarte a Dimitri cuando sabías que él y yo estábamos en algo? Pensar que te consideraba mi amiga y no eres más que una cualquiera —la voz de Andrea vuelve a sonar y yo me detengo contra la pared del lado opuesto al aula.

—Repítelo y verás —amenaza Leia y luego oigo un golpe. Como un cuerpo contra los pupitres. La curiosidad me puede y asomo la cabeza para ver que Leia acaba de empujar a Andy.

—¿Veré qué? Ese niño ni siquiera era de Dimitri, él me confesó que era estéril, yo estuve con él muchas veces y nunca quedé embarazada. Así que a mí no me engañas como a todos con tu cuentito de la niña inocente. ¿De quién era ese niño?

Efectivamente, mi medio hermana está loca.

—¿Qué mierda estás haciendo? —Aaron aparece y Leia corre con él, de pronto se encuentra llorando.

—Me golpeó, me golpeó Aaron —dice mirando a Andrea quien se indigna.

—¿Qué? Dios, no le creas nada. Esa imbécil está loca.

Andrea se pone de pie y mira a Aaron con desprecio.

—Contrólala, porque la próxima vez termina en el loquero.

Cuando Andrea se va Aaron mira a Leia con lástima. La abraza de forma protectora y veo la preocupación en su rostro.

—Tranquila, te hará mal ponerte así luego de los del bebé. Hablaré con Andrea para que te deje en paz.

—Gracias —ella sonríe y se aferra a él. Mientras que yo veo la escena mientras me alejo corriendo para buscar a Hades.

Cuando llego al tejado lo encuentro ahí, esperándome. Corrí todo el camino y apenas llegué no hice más que saltar a sus brazos, sintiéndo que todo está bien. Él acaricia mi cabello y me mira con intensidad. 

—Estaba asustada —confieso. 

—Te dije que iba a estar bien —sonríe enseñándome sus dientes parejos. Lo miro y noto que está vestido con la ropa del instituto—. Oh, es para disimular. 

—Estás loco, sabes que te están buscando. 

—Eso no importa, ¿Vamos? —tiende su mano y yo la tomo sin chistar, sintiendo la jodida corriente eléctrica en mi cuerpo. 

—¿Dónde? —pregunto curiosa. 

—Ya verás. 

Luego toma su mano con la mía y corre conmigo hacia un costado del tejado. Y yo lo sigo, para luego bajar por unas escaleras que dan directamente al estacionamiento. Él me guía hacia su moto y me tiene un casco. Mi corazón late con fuerza cuando me subo, y sé que esto está mal pero como la primera vez, acabo de escaparme con Hades Fenrir del Instituto. 




Advertencias para el público sensible: El Juego de Hades es una novela +21 que contiene temas delicados como sexo explícito, lenguaje vulgar, ilícitos, violencia, etc.

Es una novela ficticia en la cual NO se GLORIFICAN, ENALTECEN, MINIMIZAN o INCITAN a cometer ilícitos. Todo ilícito que se encuentre en esta novela debe ser penado como tal.

Recuerden en todo momento que esto es FICCIÓN, por favor, sepan separarla de la REALIDAD.

Capítulo dedicado a JABA <3 Gracias por leer, gracias por estar acá. <3

Recuerden que me piden dedicatorias a IG.

Ahora opinemos:

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Qué quieren que pase?

¿Qué piensan que va a pasar?

ESTAMOS EN LA RECTA FINAL!!!

QUÉ PIENSAN DE:

Hades

Aaron

Leia

Gianna

Abuela Marianne

Abuelo Andrés

Alex

El papá de alex (el comisario)

Nika

Aira

Bruno

Luca Morrigan

y de todos los demás

¿Qué opinamos de Aaron?

¿Queremos un acercamiento con él?

¿Sexo? jajaja

no sé, creo que si hay sexo con Aaron Hade lo mataría. Perdió su oportunidad el muy gil.

¿Extrañaron a Hades?

Ay, ¿qué creen que vaya a pasar con él?

Nos leemos el próximo jueves bebés, gracias por el apoyo que le dan a la novela.

YA SOMOS 1MILLÓN DE LECTURAAAASS.

Los próximos caps que quedan van a ser más largos porque SE ACERCA EL FINALLL

Un beso desde el infierno de Hades,

La autora,

Sabrina Micaela

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