Finalmente, los tres llegaron al campamento israelita, inmediatamente llegó un siervo del rey Saúl y le dijo a Jonatán:
- Su majestad el rey ha estado preguntado dónde estaba el príncipe, que bueno que se encuentra a salvo -en eso el siervo vio a Tori y preguntó- ¿Quién es la joven que acompaña al príncipe?
- Ella es una joven que viene de otro país, estaba prisionera en un cuartel filisteo. Dile a mi padre que estoy bien, y por favor, cuídala y llevala al pueblo más cercano.
- Lo que diga -contestó el siervo- Por favor, sígame -dijo el siervo a Tori-
- Muchas gracias por haberme rescatado príncipe Jonatán, sólo quiero decir que fue un honor conocerlo, deseo que Dios lo fortalezca y lo llene de fuerza y valor.
- Gracias Tori, que él Señor te acompañe siempre.
Tori fue escoltada por un soldado y el siervo a un pueblo cercano israelita, en cuanto entró, el relicario comenzó a brillar y Tori volvió al jardín de su casa, antes de irse, Tori había tomado una roca de la cueva en la que había estado.
- Esta roca es de la época de Jonatán... así es es de cientos de años... tal vez nadie me crea, o piensen que estoy loca, pero yo sé que realmente estuve ahí... Sin duda fue una experiencia increíble.
Enseguida Tori fue a su habitación y guardó la roca en su caja de recuerdos mientras decía: fue un gusto conocerte, príncipe Jonatán.
Tori tuvo más experiencias con el relicario, no sólo conoció a José y a Jonatán, sino que también conoció a Eric Liddell, Corrie Ten Boom, e incluso a los personajes de ficción de su novela favorita. Y cada uno de los viajes que realizó, Tori los guardó en su memoria y en su corazón.