Nunca volverás a casa.
My Chemical Romance
Joselyn G.
Las noticias de que toda Europa cayó de golpe vienen a mi y mis pensamientos solo recurren a Horus.
Horus. Horus. Horus. Horus. Horus. Horus. Horus. Mil veces Horus.
El gobierno no se ha metido para nada, al parecer Arthur hizo un golpe a cada base principal y ordenó que no se metieran al gobierno o si no irán por ellos. Toda Europa cayó bajo la oscuridad.
La gente habla de que es un Apocalipsis, que los tiempos de Dios ya vienen, que todos vamos a morir y así lo presiento. Soul fue cremado, la peste arrasó con todo, la cifra se salió de control y presiento que pronto voy a enfermar también.
¿El hombre abandono a Dios o Dios abandono al hombre?
No se quien se alejo de quien, estoy tratando de pensar en una alternativa, una solución pero solo tengo incógnitas.
La puerta se abre, levanto el rostro encontrando esos ojos de caimán, la matriarca camina a mi con un rostro cansado.
Me mantengo en silencio en todo momento incluso cuando se sienta frente a mi. El despacho de Horus siempre se sintió tan frío y vacío y ahora sin ella aquí es peor.
Solo esta la chimenea resplandeciente y hay un calor tenue pero no es un calor lleno de calidez y esperanza. Es desolador, es el calor antes de la ronda más cruel de todas.
—Lamento mucho lo que sucedió—. Dice ella con voz pérfida.
Me sigo manteniendo en silencio, sostengo la mirada más allá del infinito de su alma. Por más que intento en no pensar en todo lo malo que podría estar pasando para Horus, trate de buscarla, de un atisbo pero su alma no se siente.
Es como si hubiera muerto.
—Di algo, Joselyn. No te cierres—. La escucho decir y yo solo cierro los ojos un momento.
— ¿Qué deseas oír? —. Le pregunto con frialdad.
Freya trata de tomar mi mano pero yo la aparto y ella solo toca el escritorio. No me interesa sus caricias, ni sus abrazos, ni nada de su amor cancerígeno.
— ¿Jamás me vas a perdonar? ¿Nunca? —. Escucho sus palabras mágicas llenas de mentiras.
¿Perdonar? ¿Nunca? Doy una sonrisa, deberían de empezar a normalizar el guardar rencor, el no perdonar a tu agresor y verdugo. Yo no soy Dios para perdonar a nadie.
— Hay cosas que no se pueden perdonar, tu mejor que nadie lo sabes. Eres el peor de mis monstruos, eres mi trauma en carne y hueso, no eres una madre—. Jamás lo fuiste.
Ella se ríe con gracia y elegancia.
—Soy una madre pero para ti la maternidad es como Jessica y para mi la maternidad es lo que soy. Te ame y te juro que aun lo hago pero mi forma de amar es extraña, tu padre decía que era una mujer terrible para el amor porque sacaba lo peor de él y ahora saque lo peor de ti ese día. Hubiera sido hermoso morir asesinada por mi hija—. Ella enciende un cigarro con su elegancia.
Ese día perdí la cordura, ese día me volví loca de ira, de rabia, de tristeza, de dolor, de todo menos amor y calidez.
—Ya veo, estas loca. Creo que todos los Grace lo estamos. Tenemos que estar tan locos para vivir así. ¿Qué es lo que más extrañas del pasado? —. Le pregunto.
Veo su rostro más demacrado, más viejo, más cansado, antes no se miraba así y ahora parece que su cuerpo no es suyo.
—Nuestra unión, la unión de la familia. Una familia que nunca va a regresar—. Habla en voz baja como si deseara regresar a ese pasado.
—Horus esta desaparecida, nadie me responde y tampoco hay algo que seguir de ella. Es como si hubiera muerto.
Si Horus muere, una parte de mi morirá con ella. Por no decir que mi vida acabaría de golpe. Si aun me levanto es por mi hijo, por mi Samuell que es quien me necesita para cuidarlo.
—Que tristeza. John aun no aparece...
La puerta es tocada con gran fuerza, doy la autorización y entra Adele con un rostro....
Las noticias llegaron rapido, Europa oficialmente a caido, la fuerza militar no se hace presente, no hay nada mas que fuego.
—Adele has un paro rojo en las fuerzas del reino y has un paro negro en America—. Le ordeno sin dejar de ver Europa.
Las llamadas son insistentes pero nl tomo ninguna. Freya me observa.
—Enseguida mi reina—. Ella sale de aqui con mis ordenes.
Paro rojo para que esten preparados y paro negro oficialmente America detendra todo.
—Freya llama Jessica, a Evan, Ulises, Dustin, Icaro y a Esteban. Hay una junta de emergencia—. Le digo con seriedad.
Desconecto el telefono para no oir, el televisor lo apago. Solo hay silencio a mi alrededor y oscuridad. El fuego va haciendose menos al igual que el panorama tan desolador que se presenta ante mi.
—"Los niños vienen por ti".
Murmuro, moriré, lo siento en mis venas. Escucho a los perros ladrar. Volteo a la luna en lo alto.
[◇◇◇]
Los escucho hablar y tomar la palabra todos excepto Freya, Freya solo se mantiene en la pared recargada escuchando todo y yo estoy sentada en esta incomoda silla.
—Tenemos que apoyar a Europa. Enviar fuerza a los cazadores.
Propone Jessica.
—No, usar el ejercito para ayudar ajenos no beneficiara nada. Al contrario disminuye la defensa de America.
Dice Ulises.
—Lo fundamental ahora es encontrar a Horus, la señal se perdio de ella.
Evan dice y por fin algo que me agrada. Mi alma se siente perdida ahora, trato de guiarme pero me siento aturdida.
Soy quien ha estado sufriendo sin una razón.
—Tengo una idea, vamos hacer un señuelo—. Digo yo.
Todos me voltean a ver con rostros confundidos.
—Hay que hacerle creer al anciano que estoy sola. Que oficialmente perdi el juicio, dejare que todas las fuerzas apunten a mi y vayan a buscar a Horus. Estare bien, tengo algo importante para ti Freya—. Ella me observa con ojos de caiman que siempre tuvo.
Siento como si perfilara mi alma.
—Lo haré. Fingir mi muerte no es tan dificil—. Dice ella.
No me sorprendo nada el que ella sepa de lo que le iba a dar. Me pregunto si hay vida para mi.
Lily viene en camino, se que viene apoyar, quise mantenerla lejos pero es imposible, Ruby esta a su lado.
—Evan tu amiga Avril esta libre, ve con ella, hazla tu amiga. Podemos usarla en contra de sus hermanas—. Es cruel la accion pero necesito la fuerza de Avril.
Evan me ve muy confundido de su parte como si tuviera muchas dudas pero sabe que no es el momento.
—¿Y luego que sigue? Luchar directamente contra el enemigo. Si sale mal ¿Qué sucederá? —. Pregunta Adele con simpleza.
Morir, esa la palabra, no hay más, o luchas o mueres. Sigues o mueres, quedarnos estacionados aquí refugiados tras estas murallas que son más frágiles que un palo de madera.
—Ya sabes la respuesta. No queda de otra. Planeen entre ustedes y denme sus mejores ideas. Freya, sígueme—. Ordenó con claridad.
Agradezco ser la reina, si no fuera la reina todo sería tan difícil. Solo espero no fallar, puedo sentir el poder recorrer mi piel, mi cuerpo, mi alma pero también siento el miedo y el gozo en ello. Es una sensación extraña el sentir poder en ti.
Bajamos las grandes escaleras que por poco se me hacían infinitas, todo se me hace tan infinito ahora y tan ajeno.
Tomo mi capa negra afelpada y salgo, Freya me sigue con pasos quietos. No cuestiona nada y eso lo agradezco, doy una ligera mirada al palacio ahora que estoy lejos y puedo verlo con claridad, este palacio también tiene que caer.
— ¿Crees que te respondan? Lo digo porque vienes conmigo—. Me agradaba más cuando no decía ni una mierda.
Puedo hundir más allá de mi tobillo en la nieve, entre más avanzo entre el espeso bosque más nieve abunda.
—Espere que sí. ¿Cuánto tiempo ha pasado? —. Le pregunto de manera normal.
Sin enojo, sin esa ira en mi cada vez que le hablo pero creo que es más que nada por "quién" le estoy preguntando.
—Veinticinco minutos tal vez o más, hemos caminado poco pero con la nieve alenta el paso—. Me giro para ver.
Si la asesino ahora nadie sabría que pasó, no hay testigos, no hay nadie pero mis deseos de matarla sigue ahí vigente pero sigue siendo mi progenitora.
—Me refería a cuanto ha pasado desde que escuchaste la voz de Ethan—. Freya parece temblar.
Yo escuche su voz hoy por la mañana, en un audio de las conversaciones que teníamos, aún mantengo la esperanza de que me envíe un audio diciendo que esta bien.
—Hace tres horas—. Dice ella con dolor. —Su lindos ojos, su bella sonrisa es lo único que recuerdo. Aun sigo sin saber que le paso a mi bebé, a mi niño hermoso.
Aun tiene corazón, puedo ver la tristeza reflejada, en el aura de ella, es un aura frágil ahora.
Yo avanzo dejándola ahí solo quería asegurarme de que no este perdida del todo, no me interesa consolarla. Por mi se puede colgar ahora mismo y no la detendré.
Dejo la linterna ahí y veo la capilla donde antes hacia mis sesiones. Quería venir en caballo pero pobre animal con este frío.
—Manifiestate Hanabi—. Digo su nombre.
Pasan unos minutos y justo cuando iba a decir su nombre por segunda vez aparece, emerge de la oscuridad maldita que abunda en el lugar. Freya no deje de verla con curiosidad.
—Sabía que me llamarías—. Me cruzo de brazos por el frío que hay, siento mis mejillas congelarse.
Nunca pensé decir esto pero extraño el calor de Horus.
—Deje de sentir el rastro de Horus, antes podía sentir su existencia pero ahora no hay nada. ¿No está muerta? No puede estarlo.
Aun mantengo la esperanza de que ella está viva por ahí.
—Suspendida—. ¿Qué? —Quiero tu sangre ahora.
Me pasa una daga fina que saca de una de sus manga y un frasco de cristal. Miro a Freya un momento y ella solo está recargada en un árbol observando y escuchando. Corto mi brazo y sin sentir un poco de vacilación acepto el dolor de abrir mi carne para derramar la sangre hasta llenar lo más posible ese frasco.
Se lo entrego y trato de presionar pero Hanabi con delicadeza cubre con una tela.
—Horus se encuentra suspendida por una dimensión de cadenas crueles que la aferraran por el fin de los tiempos—. Sigo sin entender una mierda de lo que me habla.
Me cagan los putos acertijos, Freya se pone a mi par y la ve con algo de pánico.
—La Antítesis de la Creación—. Eso explica todo.
Otro puñetero artefacto del cual no tengo suficiente conocimiento. Horus esta ahí encerrada y todo por mi culpa, yo la pedí que fuera al Vaticano. Mierda.
Mil veces mierda.
—Así es, esta viva pero sellada para siempre si no encuentran la Tesis de la Creación. Uno representa la extinción de la otra, el tiempo se agota y sin Horus en esta guerra todo puede ir mal—. Dice Hanabi con algo de tristeza.
Me sorprende ver a Hanabi ver así en ese estado, ella no es tan vulnerable, por lo menos es la que menos lo aparenta.
—¿Dónde está la Tesis de la Creación? —. Hanabi sólo me observa.
No me dirá, era obvio, los dioses tienen el título de dioses de adorno. Doy media vuelta para retirarme de ahí.
—Cuídate mucho y realmente espero que pueda vivir—. No entiendo eso último.
Sam...
—Cuidare muy bien de Sam—. Es mi hijo.
Haré lo que sea por el porque si el muere nada me importa ya. Ella da una media sonrisa, yo sigo mi camino. Hanabi ve a Freya y yo decido dejarlas, ya tengo lo suficiente información, no se que haré.
Pero iré por Horus.
Freya G.
—Veo que no sabe tu pequeño secreto. Cuanto dolor cargas ahora Freya—. Hanabi dice con solo verme.
Yo solo sonrió demostrando que sus palabras no me tocan, no existe ya dolor que no haya pasado mil veces.
—Ya no hay dolor Hanabi y tu lo sabes—. Digo mientras la señaló para después encender un cigarro.
El cáncer solo es un bache más en mi vida de placeres y dolores. Ya no existe tormento para mi pues ya perdí un hijo, un bebé, una familia, todo.
— ¿Entonces por qué lloras bajo el agua? —. Vuelvo a dar una sonrisa al oír aquello.
Hay veces que deseo haber sido una mujer normal, de aquellas que encuentras en la calle caminando mientras vas al trabajo, mientras tomas un café, una ama de casa con una vida tranquila exceptuando los problemas que conlleva ser una madre pero no tener toda la mierda alrededor.
¿A qué otra cosa podía aspirar si no conocía más que esto?
—Porque son mis cinco minutos de soledad pero fue una buena vida Hanabi, tuve amores, placeres, dinero, vive con elegancia, con fortuna pero también se equilibro con el dolor, la pérdida de la inocencia, con el odio y la ambición. Un precio alto pero considerado—. Digo con sinceridad.
Ya no queda más para mi que la muerte y después de la muerte el mismo infierno, no hay más.
Freya tiene nombre de infierno cuando lo repites.
—Eres el reflejo de tus traumas de niña, decidiste traer la cadena generacional—. Suelto una carcajada fuerte al oír eso.
No creo en los traumas, ya no los creo, no existen. Los traumas es solo una parte más de tu vida, no todo será miel sobre hojuelas.
—Mis traumas, no recuerdo tener uno—. Digo con una sonrisa alargada.
Tuve una buena vida y una vida mala a la vez.
— ¿Qué sintió la niña cuando vio a su madre con las venas cortadas? ¿Qué sintió la niña cuando le dijeron que era la nueva señora del palacio cuando ella era una niña que jugaba a escondidas de su padre a las muñecas? ¿Qué sintió la niña cuando la obligaban arrodillarse por horas cuando se equivocaba frente a la corona hasta que sus pequeñas rodillas se ponían moradas y se hinchaban? —. Malditos Dioses de mierda.
Había olvidado tantas cosas que me fastidian recordar.
No lloro, mis lágrimas no caen porque he aprendido a llorar con el rostro seco para no mostrar debilidad porque siempre odie la debilidad.
—Mi niña interior murió hace mucho tiempo atrás para darle paso a la gran "matriarca". Gracias Hanabi por avivar más mi odio por mis padres y por último y más importante Diosa de los Zorros...—. Me acerco a ella a paso lento y quedo a poco centímetros de su rostro. —No vuelvas hablar de mi madre, no vuelvas a repetir eso nunca más, no menciones a esa cobarde porque tal vez tendré cáncer pero sigo siendo mejor que muchos dioses.
Doy media vuelta para irme, trato de sofocar ese recuerdo, maldita seas Joselyn Bastard tu mínimo moriste pero yo me quede aquí.
—Tú madre te amo más que a nada, los amo más que a todo.
Escucho eso y siento mi rabia estallar en mil pedazos, escuchar que nos amo es una vil mentira.
La cachetada suena tan fuerte dado el silencio del bosque y Hanabi ni se inmuta un poco.
—Cállate... ¿Qué va a saber un Dios de la vida de un mortal? ¿Quién te crees que eres para afirmar algo así? Ella nunca me amo, ni amo a mi hermano que lo abandono cuando era un bebé. Ella es una mala madre como yo.
Termino diciendo de manera histérica. Siento que voy a estallar en mil pedazos.
—Joselyn se sacrifico para que tuvieras aquello que por tus errores perdiste Freya. Ella te dio su vida a ti y a tu hermano. Su muerte tenía que ser—. ¿Qué?
Retrocedo dos pasos hacia atrás al oír eso, de que habla esta loca. Yo la vi morir porque era una cobarde.
—¿De qué hablas? ¿Qué sabes? —. Escucho pasos y volteo para ver a Pan ahí.
No has cambiado ni un poco Pan, solo yo cambie en esta historia. Los mismos Dioses son tan horribles ahora mismo.
Escucho la voz de Pan.
—Lo siento mucho Freya... pero
—¿Mi hija también va a morir? Ustedes lo saben.... digan todo.
Hanabi se acerca...
《◇◇◇◇》
Hago un trato con la muerte a cambio de que me lo muestre.
Con la sangre una gallina negra, los huesos de un viejo representando la experiencia, los huesos de un adulto representando la madurez y los huesos de un niño representado la inocencia.
Comienzo a recitar el verso en soledad.
Las velas las enciendo hasta que el esta aquí. Frente a mi.
Una sombra negra se figura en la esquina con una gran capucha negra sin mostrarme rostro alguno y cubre todo.
—Tres cosas—. El espera mi hablar para ver si puede o no puede cumplirlo. —Quiero verlo y hablarle, quiero ver ese día y quiero saber cuanto tiempo de vida tengo.
El se quita su capucha negra mostrando un rostro tan pálido, alargado, con ojeras terribles, ojos hundidos, cabello negro y demacrado como siempre me imagine a la muerte.
—Tres cosas te pediré. Tú dedo índice de la mano izquierda, me darás tiempo de tu vida y por último me darás el color de tu visión—. Un trato justo.
Acepto sin objeciones y me revela al bastardo de Arthur sentado, todo a mi alrededor es oscuridad solo hay vestigios pequeños de luz. El me observa con una sonrisa.
— ¿Creías que podías espiar y que no lo sabría? yo soy el demonio aquí mi niña—. Da una sonrisa alargada.
Hijo de perra, doy otra sonrisa, nunca pensé verlo tan bien para el buen de años que trae ya encima el anciano decrépito.
—¿Espiar? No digas idioteces Arthur, por fin te veo el rostro después de tanto tiempo "padre". No se quien se ve peor si tu o yo.
El anciano se ve algo cansado pero firme como lo era en su juventud, no cabe duda que tengo más de el de lo que quisiera admitir.
— ¿No le quieres dar un beso a papi? —. Dice el con una sonora carcajada.
Veo su rostro y lo recuerdo tan bien, recuerdo todo tan claro cada vez más y más. Por eso ella me amo más, amo más a Miguel, me abrazo más, la familia Grace nunca debió existir.
—Quiero que me mires, eso quiero, mires a la mujer que hiciste a tu semejanza, a la niña que mataste con tu crueldad, veas a la madre a la cual le arrebataste a sus bebés, a la esposa que dejaste sin su marido... mira al monstruo que te va a matar padre.
Soy como tú papá, soy tú más bien pero a diferencia de ti... con mi último suspiro trataré de ser una buena madre y una buena abuela.
—Yo te hice quien eres, yo te hice la matriarca...
—¡No! Tu solo me hiciste un monstruo. Te juro padre que no voy a dejar que toques a mi hijos, a mi nieto. No tocarás a Joselyn, no lo permitiré y así tenga que morirme contigo lo haré. Juro que te mataré....
El tiempo se corta y aún sigue la muerte ahí sentado ahora en una silla. Todo fue tan rápido pero es un tiempo justo, soy la matriarca y me niego a morir sin haber matado al perro que me engendró.
—Seis meses—. Dice el con voz tranquila. —Tomaré cuatro meses de tu vida por saber el día de tu muerte. Tienes dos meses contando a partir de ahora.
Dos meses...dos meses eh... en dos meses tengo que salvar a mis hijos y a mi nieto. En dos meses tengo que acabar con Arthur, dos meses de vida.
Trago mis lágrimas y con un gran valor acepto mi tiempo de vida. Ojalá pudiera disfrutar más.
Mi panorama cambia y presenció ese día de la muerte de mi madre... la veo llorar, la veo dar vueltas en la habitación.
Ve un dibujo mío y lo acaricia con sus manos, su rostro se contrae en dolor, ve al cielo por la ventana, toma unos pequeños calcetines de Miguel y los abraza mientra mi mami llora.
Trato de abrazarla pero no puedo... mis manos no la tocan....
—Los amo, siempre los voy amar... quiero que tengan una vida... mis bebés tan hermosos.
Mamá, trato de llamarla pero mi voz no sale pues esta se ahoga entre el dolor del llanto que cae de mi.
La veo tomar ese cuchillo y terminar con su vida... yo cierro los ojos y todo se borra de golpe.
—Yo también te amo, mamá.
Joselyn G.
—
¿Qué le paso a su dedo? —. Le pregunto a Esteban.
Mande a que la trajeran a una habitación real por su estado, ha tenido fiebre y le falta un dedo, todo el dedo está cortado.
Evan no le dije porque no quiero mortificarlo, esta dormido ya mejor mañana le digo, después de todo no es nada que no se pueda atender lo de Freya.
Si estaba bien hace unos momentos cuando la dejé con Hanabi.
—"Mamá...mami...mamá" —. La escucho murmurar.
Yo la observo con cuidado pero parece que sufre mucho, le brota un lágrima de su ojo y yo la limpio con cuidado.
—¿Mamá? Ella nunca habla de ella—. Le digo a Esteban.
Se que el sabe más que yo, estoy segura es su confidente más cercano, Alexander aparece con cuidado de no hacer ruido.
—No es la única aquí que tiene problemas maternales reina Luna, Freya también tiene los suyos y no se cual es peor—. Dice eso dejándome a solas.
Prefiero calmarme, tomo un paño y lo pongo sobre su cabeza con delicadeza.
—¿Qué le diría usted joven si viera a la niña Joss, a la usted infante? —. Me pregunta Alexander con tranquilidad.
Para ser una quimera el parece tener sentimientos y ser más que una marioneta aquí, siempre tan leal a Freya.
—No tengo nada que decirle—. Digo yo enseguida.
— Me temo que Freya si tiene muchas cosas que decirle a su yo infante—. Dice el con tristeza.
No pienso tenerle lastima a Freya, no me importa lo que haya pasado, ella tuvo su oportunidad de romper el trauma generacional y no lo quiso hacer.
—Ojalá pudiera verlas a las dos una última vez tratarse como madre e hija, sonreían tan hermoso las dos—. El se retira y yo...
Yo solo muerdo mis labios.... no se si un día pueda perdonarla...
Nota de autora: volví, después de tanto, primero que nada Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo, los quiero mucho, espero que les guste el capitulo.
Algo sentimental y triste el final, me dio un poco de lastima Freya, me dio un poco de lastima Joss que es incapaz de sentir amor por ella.
Estamos a finales de terminar esto, el siguiente capítulo se pondrá mejor.
Vayan despidiendo a sus personajes favoritos que yo ya les tengo su ataúd.
Joselyn tiene todo una estrategia y Freya la suya, Horus tiene que se liberada.
Arthur y Freya cara a cara una última vez.
Joselyn Bastard, ella amo a sus hijos, los amo tanto pero...
Pronto lo verán el desenlace.
Freya solo tiene dos meses de vida, dos meses reducidos a nada.
¿Qué le dirías a tu yo infante?
Les déje los títulos de los capítulos
—En Camino al Final.
—Te tengo.
—Te quiero mi niño.
—Una buena noticia en un terrible tiempo.
Con esos títulos pueden sacar sus conclusiones❤😎