Alpha War [Taekook] - #SBATAE...

By MelanieGerpeLen

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Había cosas que estaban destinadas a no mezclarse nunca, como el aceite y el agua. Jungkook y Taehyung se apr... More

The Howling Saga
PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Epílogo

Capítulo 61

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By MelanieGerpeLen

"No existía ninguna tesis para quemar ciudades a un ritmo tan desenfrenado, sin gráficos y sin presentación de Powerpoint. Así que lo hicieron ellos mismos y construyeron sus propias bombas."

-Rat a Tat

(Fall Out Boy)



Las hogueras habían caído para el instante en el que Taehyung y Jungkook cruzaron la frontera con las manos entrelazadas. Allá, a lo lejos, se escuchaban los aullidos y gruñidos de lobos que chocaban una y otra vez contra los magullados cuerpos del bando enemigo. El morder de los dientes, el apoyo de las pezuñas sobre el suelo todavía repleto de ceniza fresca y el líquido de la sangre que se derramaba. En esa ocasión la batalla no se parecía en nada a las que habían vivido en el pasado las dos manadas, porque ahora incluso las personas que pertenecían al norte se encontraban al lado de los sureños. En esa lucha ya no había dos clanes divididos, se trataba de las personas que detestaban la idea de sumirse nuevamente en una guerra frente aquellas que creían necesario regresar al conflicto para imponer su idea de una montaña fuerte y unida. Con un solo líder, el que los Lunas Rojas ansiaban que adquiera total poder.

Tras los dos alfas que lideraban al grupo de refuerzos, si es que podían llamarse de ese modo, algunos betas que habían cambiado de opinión y al menos cinco de los hermanos Jung se encontraban preparados para lo que sea que se los necesitase sin que el hecho de que fueran omegas importase lo más mínimo. La mayoría de guardianes sureños estaban completamente perdidos entre la violencia del combate cuerpo a cuerpo, gran parte de los norteños se encontraban dispuestos para entrar en la batalla y muchos otros se dispersaban por la totalidad de la frontera en un intento por acoger a aquellos que buscaran refugio e impedir la entrada a los que intentasen usar esa situación para lanzar una promesa de venganza sobre la manada Yook. No era una contienda entre guerreros entrenados, sino una interminable lucha en la que lobos de todas las clases estaban más que dispuestos a arriesgar la vida por un mejor futuro para su manada o porque simplemente querían defender la paz. Panaderos, agricultores, senex... Había personas de todo tipo en el centro de la batalla.

Taehyung pudo ver los iluminados ojos de uno de sus padres allá donde el agua del río tocaba la lavanda fresca del territorio norteño, este mantenía la cabeza en alto y dos betas protegían su espalda mientras él enseñaba los dientes incluso cuando los enemigos esta vez eran parte de lo que durante mucho tiempo ellos habían considerado su pueblo. Un pueblo que parecía unido pero en el que existían diferencias que iban mucho más allá de su propia comprensión. Diferencias que jamás debieron ignorar en el pasado.

-"Papá." - Taehyung dejó que la unión familiar se envolviese en la mente de su progenitor y permitió que este saborease en su olor el miedo y la necesidad de ayudar, de hacer algo para evitar que una catástrofe terminase con la muerte y el sacrificio de demasiados lobos inocentes. - "Tengo que ir."

Podía sentir a sus dos padres a través del vínculo, la tristeza que pulsaba con intensidad en el centro de sus corazones era sencillamente insoportable pero al menos le servía para entender lo muy real que la situación era. Eso no podría arreglarse dialogando o llevando al dirigente de los Lunas Rojas ante Elia en el hogar de druidas para que esta tratase de hacerlo entrar en razón. Había demasiada rabia contenida y mucho rencor sembrado durante años.

La lluvia resbalaba sobre el cabello oscuro del padre de Taehyung cuando este finalmente clavó la mirada sobre sus ojos, la runa brillaba entre los mechones y los hombres bajo su mando parecieron dar algunos pasos atrás para aportarle un poco de intimidad a los dos.

-"Lo sé, hijo. Te he entrenado bien, volverás a casa antes de lo que dura un parpadeo. Estoy seguro de ello."

El señor Kim inclinó levemente la cabeza como una muestra de cariño y entonces, antes de que Taehyung pudiera decir algo más, se precipitó de un solo salto hacía la zona neutral de guardianes en la que algunos lunas rojas habían comenzado a construir un campamento en el que una bandera burdeos manchada se empapaba con el brusco chubasco veraniego. Burdeos, un color muy parecido al de la sangre que ahora se acumulaba sobre el suelo.

-"Recuerda lo que hemos prometido." - los ojos de Jungkook buscaron a Tae. - "Tenemos que volver sanos y salvos el uno al otro. Esto es solo un punto de inicio para una nueva y mejor unión. Si se trata de luchar, lucharemos pero lo haremos en busca de un futuro pacifico."

Taehyung debía admitir una cosa, admiraba el modo en el que los sureños se lanzaban a la batalla con los dientes afilados y las orejas en alto sin tan siquiera dudarlo por un instante.

-"Sanos y salvos." - Taehyung se relamió los labios. - "Cueste lo que cueste."

Y entonces un aullido de parte de Jungkook fue más que suficiente para que el grupo de lobos a sus espaldas se lanzase de cabeza a la violenta escena de guerra que tomaba una forma cada vez más grotesca ante sus hocicos.

Sin dudas pero con el pánico de saber que el final de esa batalla marcaría un nuevo inicio para todos ellos.

Las pupilas de Kim Taehyung se dilataron en el instante en el que sus patas frenaron la carrera. Allí, ante sus ojos, las casas de los sureños ardían con el fuego que tan solo debería haber prendido las hogueras. Los pocos árboles que se habían recuperado tras los duros incendios ahora se inclinaban y parecían llorar ante aquello que sucedía a su alrededor.

El grupo se separó en un instante y la runa de su cuello quemó con fuerza mientras sus patas volvían a tomar velocidad para lanzarse en contra de lobos conocidos, de personas que había visto en el norte durante gran parte de su vida. Sus dientes mordieron la carne con intención de matar por primera vez desde que había nacido y el sabor del líquido caliente le revolvió el estómago lo suficiente como para que su lobo se tambalease.

El mareo fue aprovechado a conciencia pues el norteño no tardó en sentir las mordidas en sus patas, al menos tres lobos se encontraban a su alrededor e intentaban apartarlo de la batalla sin intención de herirlo de gravedad. Fue difícil, por supuesto que lo fue, conocía todos esos ojos y aromas. De la misma manera en que ellos no parecían capaces de dañarlo, él no se sentía plenamente capaz de lastimarlos.

-"Concéntrate." - la voz de Jungkook sonó con fuerza en el interior de su cabeza y la unión le dejó saber al norteño que su pareja estaba sintiendo un horrible dolor en su costado derecho en ese preciso instante. - "En la batalla no hay amigos, vecinos o personas conocidas. En la guerra tan solo hay aliados y enemigos, sin importar quienes estos lobos han sido para tí en el pasado. Lucha, muerde, desgarra y mata si es necesario."

El alfa sureño se encontraba solo a unos pasos de distancia del lugar en el que Taehyung estaba siendo atacado por al menos tres betas, ninguno de estos logró abatir a su pareja pues la diferencia de tamaño entre los implicados lograba que los intentos de lanzarse contra su yugular fallasen una y otra y otra vez. Y lo cierto era que esos licántropos parecían lo suficientemente jóvenes como para ser marionetas movidas por las enseñanzas radicales en lugar de por amor a sus ideologías. Taehyung podría jurar que ninguno de ellos había recibido la ceremonia de mayoría de edad que se celebraría al final de temporada porque algunos eran de su misma edad y otros, muchos otros, bastante más pequeños.

-"Lucha, maldita sea."

Taehyung necesitó mucha fuerza de voluntad para aullar en aviso antes de lanzarse con toda la intensidad que fue capaz de reunir en contra de aquellos que lo atacaban. Siguió el consejo de Jungkook, a pesar de su dolor lo siguió a conciencia y cuando pudo abrirse paso hacía delante las gotas de sangre roja formaban charcos interminables en el suelo cenizo. El principal objetivo era encontrar a los responsables de ese desastre y arrastrarlos ante los líderes, el problema era que ellos todavía no sabían dónde estaban estos o si tan siquiera seguían vivos, por lo que la misión a corto plazo sería llegar a la casa de líderes en caso de que estos necesitasen ayuda. Y después... Bueno, él necesitaba encontrar a Jimin y asegurarse de que sus padres estaban bien. Cuando finalizase la batalla esperaba seguir teniendo un mejor amigo, una familia y una pareja con las que pasar mucho tiempo. Una vida estable que le ayudase a borrar todas esas imágenes de muerte de su memoria.

A lo lejos, Taehyung pudo distinguir el potente lobo de Yugyeom luchando con todas sus fuerzas incluso cuando estaba casi en un estado de inmovilización total. Se lanzaba una y otra vez contra las raíces que un norteño había enredado alrededor de sus patas delanteras, mordisqueaba las ramas que lo atrapaban y aullaba cada una de las veces en las que el responsable de su encierro trataba de acercarse para terminar el trabajo. La saliva mezclada con sangre descendía desde su lengua alargada.

Taehyung no tuvo tiempo de pensar y se abrió paso con mordiscos antes de tan siquiera calibrar el lugar al que deseaba llegar. Para cuando se encontraba cerca de Yugyeom la figura del lobo de Jungkook comenzó a correr a su izquierda. Los dos juntos, coordinados paso a paso y respiración a respiración. Dos lobos que parecían ser uno en el medio de la catarsis de la montaña que los había visto crecer a ambos.

-"Liberalo de la misma forma en que lo has hecho conmigo esta noche, por favor. Te cubriré las espaldas."

No necesitó responder, la unión entre ambos no estaba completada con un mordisco o marca de emparejamiento y aún así parecía ser lo suficientemente fuerte como para que los dos pudieran comprender las intenciones del contrario. Así que el norteño alcanzó con la máxima rapidez posible al primo de Jungkook y su poder llamó al agua como tantas veces había hecho con anterioridad.

Las ramas y raíces explotaron. Yugyeom no agradeció, tampoco se giró para mirarlos, este tan solo se lanzó en contra del lobo que lo había tratado de atrapar y mordió con la suficiente fuerza la yugular de este como para conseguir que en tan solo un par de segundos el cuerpo cayera inerte. Después de eso emprendió la carrera hacia el frente, hacia el sitio al que Jungkook y Taehyung también planeaban dirigirse cuando fuesen capaces de limpiar el camino. La casa de líderes.

Sin embargo y para sorpresa de todos aquellos que se encontraban luchando contra las lunas rojas, no fue necesario alcanzar aquella casa porque el propio Yook Sungjae corría con su blanco pelaje a un lado de la enorme loba negra que Jeon Joy era. Los dos bañados en sangre, tambaleantes y a la vez incomprensiblemente llenos de una fuerza que tan solo el poder de los cuatro elementos juntos concedido a los líderes norteños por tradición, provocaba. Ojos violetas brillando entre la sangre roja y ojos azules repletos de ansia de venganza.

Dos líderes que al fin parecían plenamente unidos, dos líderes que con solo poner sus patas sobre el terreno de la batalla lograron causar un estruendo común entre aquellos que se encontraban luchando para defender la paz de la unión y el territorio sureño. Jeon Joy y Yook Sungjae no necesitaron tomarse el tiempo de analizar lo que sucedía a su alrededor, tampoco se vieron en la obligación de frenar sus pasos para respirar profundamente antes de tomar la decisión de poner toda su fuerza al servicio de su pueblo.

La fuerza de los guerreros que habían nacido y crecido entre entrenamientos y lecciones de batalla, pero también la fuerza de la naturaleza de la que el líder norteño había bebido como si fuera agua desde el instante en el que su destino lo empujó hacia el frente de una manada que siempre había creído en su especial conexión con la Luna y su enorme comprensión sobre los elementos. Un omega y una alfa que ahora se cernían contra los enemigos ante sus ojos con la misma intensidad con la que lo haría un tornado.

-"Un secreto revelado al mundo." - Taehyung se comunicó con Jungkook, aprovechando el hecho de que los lobos se habían detenido momentáneamente para observar a su alrededor. - "Los sureños no conocen del todo la fuerza de nuestro líder. Puede ser un omega y estar en el final de la pirámide estamental para muchos, pero te aseguro que los elementos y la Diosa Luna lo protegerán en la batalla como a pocos..."

Jungkook se mantuvo en silencio durante unos instantes, la vista perdida en el frente y en la sensación de poder que envolvía al líder norteño y a su prima mientras corrían a través de todo el territorio sureño. Los lunas rojas caían a su paso y no por voluntad propia.

Guerra. Ahora más que nunca antes, Taehyung era consciente de que estaban en medio de la guerra y algo le gritaba a su lobo que jamás podría recuperarse de esas imágenes llenas de violencia gutural.

-"Tengo que encontrar a mis padres." - Jungkook parecía agitado en medio de su comunicación mental, enviaba sentimientos que no podía esconder a través del vínculo con su pareja. - "No importa lo que haya ocurrido, tengo que encontrarlos a los dos y asegurarme de que están bien y a salvo. Después... Después podré seguir luchando."

Ansiedad, pánico, rabia... Había demasiado en la mente de su pareja pero el alfa norteño no podría culparlo jamás por ello.

-"Lo entiendo, lobito." - la runa sobre el cuello de Tae se iluminó en el instante en el que sus ojos se encontraron con las pupilas agitadas del alfa sureño. - "Iré contigo, no quiero dejarte solo esta noche. ¿Está bien?"

Entonces, mientras Jungkook daba un paso hacia él, una intensa nube ardiente lo cubrió todo mientras Yook Sungjae enterraba las patas en la tierra y alzaba su aullido hacia la Diosa Luna. La violenta expansión de poder que prosiguió hizo caer de rodillas a todos aquellos luna roja que se habían mostrado rebeldes ante la unión. El golpe de viento secó la sangre, calmó las heridas e hizo temblar de miedo a quienes habían tratado de revelarse.

Yook Sungjae estaba revelandole un secreto acerca de su fuerte poder interior al mundo, pero también estaba consumiéndose a sí mismo al usar cuatro elementos que si bien podía controlar siempre debían permanecer intocables mientras la Diosa Luna no decidiera poner en el camino del líder el regalo del total y completo autocontrol de los mismos. Porque la misma explosión que consumía exclusivamente a los Lunas Rojas dispuestos a matar, había hecho caer al líder norteño hasta que la forma de su lobo se perdió y el humano apareció desnudo y encogido sobre la tierra ensangrentada. Su respiración se mantenía activa pero era tan lenta que una ola de miedo cubrió las mentes de aquellos lobos que ahora lo rodeaban y se inclinaban con respeto.

-¡El líder Yook ha caído! - la voz repleta de duda y miedo de un norteño rompió el repentino silencio que ni siquiera la lluvia se atrevía a interrumpir.

1 hora antes:

Yook Sungjae no aceptó la oferta de Jeon Joy ni la idea de esconderse hasta el que conflicto terminase, así que con el celo quemándole las entrañas se convirtió y corrió a un lado de su pareja hasta entrar en la zona de batalla donde los lobos aullaban fuertemente. Habían vuelto hacia atrás sobre sus propios pasos. Él podía hacer mucho más de lo que le permitió ver a los sureños y a su propia pareja, llevaba toda su vida comprendiendo los elementos de la naturaleza que lo rodeaban y esperaba que durante la batalla estos le respondieran en conjunto con el deseo de la Diosa Luna. Tenía muchas barajas guardadas en su manga pero el riesgo de tener que usarlas no dejaba de pulsar en el interior de su pecho. No había terminado el complejo periodo de formación como representante del norte, ningún líder lo terminaba antes de la treintena. Para ese instante él sabía cómo manipular el aire y la tierra, sin embargo el agua y el fuego parecían resistirse a su control del mismo modo en el que a veces el aceite se resiste a abandonar superficies de cristal.

-"Atraerás a muchos alfas con tu olor, escapa ahora que la batalla está en su punto más complicado. Nadie te culpará si decides no luchar esta guerra."

Por primera vez desde que los dos se habían conocido, Jeon Joy estaba usando la comunicación mental sin tan siquiera pararse a pensar en el tabú que eso suponía para el sur y sus costumbres. Lo cierto era que no podía importarle lo más mínimo, en ese instante ella tan solo quería a Sungjae lejos de la batalla y de la muerte que rodeaba el sur con un olor intenso y vomitivo.

-"Bien, entonces espera a que ellos vengan a por mí y entonces mátalos. Funcionaré como un cebo si es necesario."

La líder sureña frenó su carrera por un instante, sin embargo el norteño no se detuvo a mirarla. Sus pasos siguieron siendo tan decididos y fuertes como en el primer momento. Si una facción de los norteños ansiaba la guerra, entonces entraba dentro de sus responsabilidades la labor de solucionar el problema de raíz.

Del modo en el que Joy había predicho, fueron muchos los alfas que en su estado de violencia y perdidos en el fulgor de la batalla trataron de alcanzar a Sungjae. Y aunque ella misma estaba comenzando a volverse loca debido al dulce olor que el celo de este desprendía, todavía fue capaz de morder la yugular de cada uno de los alfas y betas que trataron de acercarse lo más mínimo a su pareja. Porque eso era él, su pareja.

Taemin se sintió como un solitario ciervo mientras correteaba entre los árboles y buscaba cobijo en las escasas ramas. Cerca, demasiado cerca. A solo unos centímetros de donde él se encontraba escondido los lobos se estrellaban unos contra otros y dejaban a su paso cadáveres desnudos repletos de sangre y tinta negra tatuada.

Solo unos pasos más. La líder sureña le había prometido que había enviado a tres de sus hombres para encargarse de atrapar al padre de Jimin pero él parecía no ser capaz de llegar a las cabañas, el camino estaba lleno de licántropos en estado de ira. Además, con todo ese desastre declarado en el sur, nada ni nadie le podría confirmar el hecho de que esos guardianes hubieran sido capaces de llegar sanos y salvos hasta la casa de los Park.

La lluvia caía con fuerza en ese momento de la madrugada y la Luna ya no iluminaba la noche, oculta entre nubarrones de una negrura tremendamente opaca. Tuvo que arrastrarse por la tierra mojada, el sudor mezclándose con las gotas que resbalaban desde sus pestañas y causaban que su vista se volviera borrosa.

-Nadie te está prestando atención a tí. Eres un mestizo en medio de una guerra entre manadas. - Taemin susurró para sí mismo. - Levántate de una maldita vez y corre hacia la cabaña de los Park.

Pero ni siquiera pudo ponerse de pie cuando un par de manos sujetaron la capucha de su cazadora negra. En el instante en el que trató de girarse buscando la manera de defenderse, tan solo pudo encontrar el bonito y demacrado rostro de Park Jimin. Como un reflejo de esa primera vez que lo había visto, jugando al billar en un bar para humanos que no le quedaba en absoluto bien al chico de aspecto suave y refinado que en aquel entorno el omega parecía.

-¿No te cansas de ponerte en peligro? Incluso si tu rastro de humor es confuso, puedo verlo por todo el campamento de guardianes. Desde el suelo lleno de barro hasta las ramas de los árboles, allí a donde mire me encuentro con tu presencia diluida en el aire.

Taemin finalmente se puso de pie, en cuanto Park soltó su chaqueta dió un paso hacia delante.

-¿Cómo...? Cuando me escabullí de tu cabaña parecías a punto de desangrarte.

Jimin asintió levemente y echando su vista más allá de esa cabaña en la que su familia había vivido en armonía durante la completa duración del verano, volvió a sentir las incesantes ganas de dejar escapar su llanto.

-Mi padre se ha ido. Lo he dejado ir, a pesar de todo y de que conozco su papel en esto que ahora asola el sur... Yo... He permitido que él se escapase cuando esos guardianes de la líder sureña llegaron buscándolo y mientras ellos me curaban la herida de bala y hacían algunas preguntas sobre la posible revuelta, mentí diciendo que mi padre escapó justo después de dispararme... Dije que la situación le causó un shock momentáneo, que él simplemente no fue capaz de quedarse en nuestra casa y pedí por favor que me dejasen ir para encontrar a mi madre... Porque ella... Ella... Ella debería estar haciendo su guardia habitual esta noche y ahora todo es sangre, dolor, aullidos y violencia y no he sido capaz de encontrarla, ni siquiera he podido localizar su rastro de humor entre el aroma a miedo del aire. Diez minutos después de salir de mi cabaña como tantas veces he hecho durante el verano, la lluvia ha comenzado casi a la par que la música de guerra incesante. Y esos llantos de dolor, los gritos de los lobos siendo atacados inesperadamente en medio de su fiesta... Mi padre es el culpable de todo lo que está pasando pero yo... Yo lo he dejado ir. Lo he dejado. Lo he dejado marcharse. Lo he dejado. Yo. Yo. Yo lo he dejado irse. Yo...

Taemin envolvió sus brazos alrededor de Jimin cuando las convulsiones comenzaron a causar que el cuerpo de este temblase, los delgados brazos del omega solo tardaron en un instante en envolverlo de vuelta. Como si ese abrazo fuese exactamente lo que los dos necesitaban.

-Estoy seguro de que podrás solucionarlo cuando tu mente se sienta un poco más clara. De momento... - Taemin hizo una pausa para mirar a los ojos al omega y sus manos acariciaron las mejillas de este como si lo conociera desde mucho tiempo atrás. - Ahora deberíamos salvar nuestras propias vidas y quizás la de tu madre.

Jimin asintió, en silencio y con las saladas lágrimas escondidas entre las gotas de lluvia que le resbalaban sobre la piel de la cara.

-Estoy de acuerdo con eso.



-----------------------

Hii!!!

Capítulo corto pero en mi opinión importante, el climax de la historia está sucediendo pero todavía nos quedan más que un par de cositas entre Taekook que ver. ¿Qué os ha parecido el cap 61? ¿Os ha gustado?

Espero de veras que sí.

Un beso,

os amo

Mel

💜


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