Heredero

By aliciastyes

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su plan no salió como había pensado... trabajar hasta tarde no era nada nuevo para el magnate Harry Styles, y... More

capítulo 2
capítulo 3
capítulo 4
capítulo 5
capítulo 6
capítulo 7
capítulo 8
capítulo 9
capítulo 10
Epílogo

capítulo 1

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By aliciastyes

-Necesito un favor -habían dicho Sócrates seferis, y su ahijado, Harry Styles lo había dejado todo para volar mil quinientos kilómetros y acudir su ayuda Sócrates habia  sido extremamente misterioso  respeto a la naturaleza del favor alegando  que era un asunto  confidencial del que no podía hablar por teléfono Harry Styles de metro ochenta y cuatro de altura con cuerpo de atleta profesional, era un notario millonarios de treinta años de edad con una flota de guardaespaldas,  limusinas un propiedades y aviones  a privados su disposición.
famoso por la dureza de sus  tácticas en los negocios   agresiva Harry Styles nunca bailar al son de nadie pero  Sócrates de setenta y cinco años eres un caso especial.  Durante muchos años había sido único visitante que Harry Styles había tenido durante su estancia en un internado en el reino unido.
sócrates un hombre que sabía hecho así mismo era un multimillonario poseedor  una cadena internacional de hoteles turísticos.
Sin embargo,el  padrino de Harry Styles no había sido tan afortunado en su vida privada.  la esposa a la que Sócrates había adorado había   fallecido al dar luz a sus tercer hijo sus hijos se habían convertido en adultos terribles malcriados, vagos y extravagante que muchas ocasiones había a vergonzoso a su  hororable y bondadoso padre. Harry styles veía a un sócrates como ejemplos de por qué ningún hombre sensatos debería tener hijos.  A menudo los hijos eran  desleales, molestos difíciles no entendí por qué algunos de se empeñaban  en estropear vida que sin hijos  siendo tranquilos y civilizada. Harry Styles no pensaba cometer ese error.  Sócrates dio la bienvenida a Harry Styles desde sillón en su lujosa casa en las afueras de Atenas. Los refrescos llegarán antes de que se sentara  -dime dijo harry styles, con expresión serie en sus rasgos finos y moreno y los ojos plateados, que volvían locas las mujeres, tan a fríos como las siempre-. ¿Que es lo que va mal?  —nunca fuiste paciente se burló el anciano con ojos oscuros de humor chispeantes de humor—. Bebe algo, lee el informe antes... Harry Styles impaciente, levantó la fina carpeta que había sobre la mesa y la abrió ignorando la bebida. Lo primero que vio fue una foto del rostro y los hombres de una joven pálida, recién salida del adolescencia. —¿Quién es?pregunto. –Lee –le dijo Sócrates a su ahijado. Soltando el aire con exasperacion,
. Harry Styles hojeo el informe. El nombre Rosie Gray no significaba nada para él. cuando más leía menos entendía la relevantede la informacion –se llamaba Rosie –murmuro sócrates, abstraído –. Mi difunta esposa también era inglesa. Y  su nombre de pila era Rose. Harry Styles estaba sorprendida por la por lo que había leído. Rose Gray una chica inglesa que había crecido en un hogar de acogida en Londres. Trabajaba cómo limpiadora y lleva una vida de los más ordenadas. No entendía el interés de su padrino en ella. Es mi nieta –dijo sócrates –¿Desde cuándo? –Harry Styles lo miro con incredulidad–. Esta mujer intenta timarte? –sin duda eres hombre correcto para el trabajo –le dijo Sócrates a su ahijado, satisfecho no no intenta timarme Harry Styles por lo que yo sé, ni siquiera conocer existencia. Siento curiosidad por ella por eso te pedí que vinieras a hablar conmigo.  –¿Por qué creo que es tu nieta?– harry styles volvió mirar la foto; una chica anodina de cabello claro grandes ojos vacíos sin personalidad aparente. –lo sé a ciencia cierta. conozco su existencia desde hace más de quince años, y entonces se le hizo una prueba de ADN –admitio Socrates–. Es hija de Troy,  concebida cuando el trabajaba para mí en Londres, aunque no se puede decir que trabajaba mucho –solto una risa amargura–. No se casó con la madre de la chica. De hecho, ya las había abandonado antes de fallecer. La mujer se puso en contacto conmigo, buscandoa apoyo financiero para ella y la niña, por las razones que fueran,la niña no vio un céntimo del dinero y la madre la entrego al sistema de casas de acogida.
–Muy  desafortunado –comento Harry Styles – peor que eso. La chica ha crecido con todas las desventajas posibles y me siento muy culpable por ello –admitio el hombre con voz pesada–. Es mi familia y podría ser mi heredera...
–¿Tu heredera? –se alarmó Harry_. ¿ Una chica a la que ni siquiera conocer? ¿ Ya familia que ya tienes?
Mi hija no tiene descendencia y ninguno de sus tres maridos ricos ha podido soportar su forma de  gastar respondió Socrates con voz plana. El hijo que me queda vivo es drogacto, como sabes, y ha pasado por rehabilitación varias veces, sin éxito.
Pero tienes un par de nietos.
Tan derrochador es y poco fiables como sus padres. Mis nietos están bajo sospecha de haber cometido fraude en uno de mis hoteles. No pienso desheredar a niuguno de ellos dijo Socrates con voz triste, pero si está nieta es la persona adecuada, de dejaré el grueso de mi fortuna.
¿Que quieres decir con «adecuadas»? Pregunto Harry con el ceño fruncido.
Si es una chica decente con el corazón en su sitio, será bienvenida aquí conmigo. Tu eres un hombre de honor y confio en ti para que juzgues su carácter en mi lugar.
¿Yo? ¿ Qué tengo yo que ver con este asunto? ¿ Por qué no puedes volar tu allí y conocer a la chica exigió Harry , juntando las cajas. Creo que no es buena idea, cualquiera puede disimular durante un par de días. No tardaría en comprender que le convendría impresionarme el anciano suspiro mostrado en el rostro una vida de cinismo y desilusión. Me juego demasiado para confiar en mí propio juicio... Anhelo que sea distinto al resto de mi familia. Mis hijos me han mentido y traicionado por como un tonto otra vez no necesito una aprovechada más en mi vida demasiadas veces harry no quiere hacerme esperanzas sobre la chicha y quedar como un tonto otra vez no necesito una aprovechada más en mi en mi vida me temo que si sigo sin entender que esperas que haga yo admito harry quieres que investigue a Rosie antes de arriesgarme a iniciar una relación. ¿ Que la investigue?
No quiero que la conozcas, que la analice por mi le confío Socrates con una mirada esperanzada. Significa mucho para mí, Harry
¿ No lo dirás en serio? ¿ Me estás pidiendo que conozca a una limpiadora? Pregunto Harry con incredulidad.
Nunca te consideré un esnob dijo el anciano con rostro serio harry se tensó, preguntándose cómo podría ser de otra manera con sus antecedentes. Su árbol genealógico estaba repleto de ricos griegos de sangre azul. Que podríamos tener en común? ¿ Y cómo podríamos conocerla sin que ella adivine que había algo extraño en mi interés? Contrata a su empresa de limpieza... sí lo piensas se te ocurrirán otras ideas afirmó Socrates Seferis con confianza. Se que es un gran favor y que estás muy ocupado pero no conozco a nadie más en quien puedas confiar ¿ Quieres que se lo  pida a mi hijo, su tío, o a uno de poco fiables primos?
No no sería justo consideración competencia a una nuevo miembro de la familia. Exacto Socrates parecido aliviado por la comprensión del joven. Estaré en deuda contigo sí te ocupas de este asunto por mí. Si la tocaya de Rose resulta ser avariciosa o deshonesta no necesito saber si merece la pena correr el riesgo. Lo pensaré dijo harry con no desgana. No tardes mucho. No me estoy haciendo más joven le advirtió sócrates. ¿ Hay algo que debe saber inquirió harry, preocupado de que Socrates le estuviera ocultando  algún problema de salud. Aunque lo enternece la confianza del anciano en su buen juicio, no quería las tareas. Su exato sentido le advertía que podría ser un cáliz envenenado . Tienes otros amigos... No tan experimentados como tú con las mujeres replicó sócrates tú sabrás cómo es en realidad. Estoy convencido de que conseguirás engañarte. Lo pensaré harry suspiros ¿ Está bien?
No tienes por qué preocuparte harry sí estaba preocupado pero la expresión obstinada de sócrates le impidió exigir más respuestas. Ya estaba bastante desconcertado por su franqueza tu padrino había enterrado su orgullo y abierto su alma al admitir la decepción que había sido para él sus tres hijos adultos.
Harry entendía que el ancianos no quisiera añadir otro peso muerto a sus círculos familiar, pero no le gustaba como había abordado el problema.
Supongamos que esta chica es la buena nieta que desea. ¿ Como se sentirá cuando se descubra que vuestro parentesco y sepa que soy tu ahijado?  Sabrás que todo ha sido un montaje...
Y entenderá la razón si llega a conocer el resto de la familia. No es un plan perfecto harry pero es única forma de que pueda enfrentarme a la posibilidad de dejarla entrar en mi vida
Tras cenar con su padrino harry volo de vuelta a Londres con la mente confusa. Vivia para el reto de los negocios, para ir siempre un paso por delante de sus competidores y la emoción de derrotar a sus enemigos. ¿ cómo iba el a saber si la desconocida nieta de su padrino era una persona adecuada para convertirse en heredera del anciano? Era una responsabilidad enorme un reto desagradable, dado que harry no se consideraba un « hombre de gente».
De de hecho su vida privada estaba tan reclamentada como su vida pública. No le gustaba las ataduras entregabas su confianza a muy pocos. No tenía familia propia y pensaba que esa carencia lo había en durecito. Sus relaciones nunca eran complicadas y con las mujeres solías ser tan básico que sabes siglo disgustada. Siempre había evitado a las que quería compromiso y a las otras a las bellezas insultaba qué compartir en su cama a veces pone un precio a su cuerpo que había avergonzado a una prostitutas. Pero él no era hipócrita, era consciente de que en cierto sentido pagaba sus servicios con el atractivo de la publicidad de ser  vistas en su  compañía, la ropa de diseño, los diamantes y el lujoso estilo de vida que las proporcionaba. Todas esas mujeres tenían un talento natural para forrarse los bolsillos pero, a su modo de ver, su avaricia no era peor que su propio deseo de satisfacción sexual.

¿ Qué tiene de especial este trabajo? Exigió Zoe con impaciencia. ¿ Por qué tenemos que venir hasta aquí?
Rosie contuvo un suspiro mientras empujaban juntas el carrito de la limpieza hacia el ascensor, tras haber mostrado su identificación a la plantilla de seguridad de la puerta.
Industria STA es parte de un consorcio y, aunque sea un contrato pequeño, este es su sede. Vanessa cree que si damos un buen servicio conseguiremos más trabajo y nos ha elegido porque dice que somos sus mejores trabajadoras.
La atractiva morena que iba con Rosie hizo una mueca de disgusto.
Puede que seamos sus mejores trabajadoras, pero no nos pagan como si lo fueramos, y me costará más dinero venir hasta aquí.
A Rosie tampoco le gustaba el cambio en su rutina pero, dado el clima economía, era un alivio tener un empleo regular, por no hablar del alojamiento que lo acompañaba. Una semana antes, inesperadamente, se había encontrado sin hogar;  Vanessa había evitado que Rosie y su perro, Baskerville, acabarán en la calle con todas sus posesiones. Tardaría bastante en  dejar de agradecerle que le hubiera permitido ocupar una habitación amueblada a buen precio, en un edificio que tenía alquilado y en el  que se alojaban varios empleados más.
La pequeña empresa de limpieza de oficinas de Vanessa Jansen solo conseguía contratos ofreciendo precio más bajos que sus competidores, lo que suponía beneficios mínimos y que no hubiera subidas de salarios. Eran tiempos difíciles en el mundo de los  negocios los recortes en gastos  esenciales habían supuesto que Vanessa perdiera a un par de clientes habituales.
Nunca te pones enferma ni llegás tarde. Se que puedo confiar en ti y eso poco habitual le había dicho su jefa con calidez. Si conseguimos más trabajo gracias a este contrato, te subiré el sueldos, te lo prometo. Rosie estaba acostumbrada a que  Vanessa rompiera ese tipo de promesas, pero había sonreído por pura cortesía. Era limpiadora porque le horario le convenía y le permitía estudiar durante el día, no porque le gustaba serlo. Podría haberle dado a Vanessa consejos prácticos para mejorar su negocio. Sin embargo, ella  no los habría apreciado, así que callaba respecto a compañeros que vagueaban y hacían mal su tarea por falta de supervisión. A Vanessa se le daba muy bien hacer números y buscar clientes, pero era una mala gerente, que apenas salía de su despacho. Esa era la auténtica razón de que su empresa tuviera problemas. Rosie había aprendido hacia mucho que no se podía cambiar a la gente. Al fin y al cabo, había intentado cambiar a su madre durante años; le había animado, apoyado, aconsejado e incluso suplicado , pero no había servido de nada porque la madre de Rosie no quería cambiar. Había que aceptar que la gente como era, no como uno quería que fuera. Recordaba numerables sesiones supervisadas con su madre, en la que había intentado brillar lo suficiente para que su difunta madre se interesará en criarla. Pero había sido energía malgastada, porque Jenny Gray había estado mucho más interesada en el alcohol, los chicos malos y su intensa vida social que en la única hija que había concebido con toda intención.
Pensé que tú padre se casaría conmigo, y que estaría bien situada de por vida le había confirmado su madre una vez, hablando de su concepción. Era de familia rica, pero él no servía para nada.
Rosie, por su parte, pensaba que muchos hombres no servían para nada y que las mujeres eran mejores compañía. Los hombres con los que había salido estaban obsesionados con sexo, el deporte y la cerveza . Como ella tenía mejores cosas que hacer en su escaso tiempo de ocio  hacia meses que no tenía una cita. En cualquier caso, tenía que admitir que los hombres  no la perseguían por las calles.  Rosie solo media un metro cincuenta y cuatro y era plana como una tabla, por delante y por detrás; carencia de las curvas de femeninas que atraían al sexo opuesto. Durante años había tenido la esperanza de que fuese una cuestión de « desarrollo tardío»  y de que un día su cuerpo se transformaría. Pero tenía veintitrés años y seguía siendo muy delgada y poco curvilínea.

Un mechón de pelos  rubio le rozó la mejilla y paso la mano para ajustar la coleta de caballos. Gruñó cuando la goma se rompió y rebuscó en los bolsillos para ver si tenía otra, sin éxito largo cabello ondulado  cayó como una cortina a su alrededor y se pregunto, por qué no se lo cortaba por pura comodidad. Pero sabía la razón; su madre de acogida, Betyl,  le había dicho a menudo que tenía el cabello muy bonito. Sentía un pinchazo de tristeza; aunque había pasado tres años de la muerte de Beryl, Rosie seguía echado de menos y sentido común su afecto. Beryl había sido más madre para Rosie que su madre biológica.

Harry estaba en el despacho de uno de sus secretarios, intentado trabajar pero lo irritaba que las cosas no estuvieran donde esperan encontralas.  Su manipulador padrino Socrates, era el culpable de la farsa. Apretó los dientes al oír el sonido de un aspirador en la planta. Por fin habían llegado las limpiadoras y podría iniciar el maldito juego. Se sentía tensó porque no le gustaba las decepciones. Sin embargo, había sido imposible conocer a una limpiadora siendo quien era. Era más sensato simular ser un empleado,  y confiar en que Rosie Gray no lo reconocería como Harry Styles. Dudaba que ella leyera el Financial  Time, en el que su foto salía a menudo, pero cabía la posibilidad de que fuera aficionado a las revistas de celebridades, en las que también salía a veces. Cuando más lo pensaba, más le parecía que había sido mejor intentar Coincidir con ella accidentalmente, fuera de las horas de trabajo.
Rosie iba de despacho es despacho,  realizado las tareas rutinarias , mientras Zoe se ocupaba del otro extremo del Corredor. Sólo había un despacho ocupado, con la puerta abierta. Odiaba tener que limpiar alrededor de los empleados que trabajan tarde, pero no podía arriesgarse a omitir esa sala, era la encargada de  garantizar que todas las tareas que incluían el contrato se cumplieran a rajatabla. Miro dentro del despacho  y vio a un tipo grande de  pelo negro trabajo en un ordenador portátil. Él alzó la vista  de repente,  revelando unos ojos grises hielo,  brillante como mercurio líquido, en un rostro delgado y moreno. A Rosie le  pareció guapísima.
Harry la miró fijamente, estudiando a su presa sin reconocerla. Rosie Gray no le había llamado la atención en la foto en blanco y negro, poro en carne y hueso era resplandeciente inusual...  y diminuta. Tenía un aspecto tan feliz y frágil como un elfo de cuentos de hadas. Aunque su tamaño casi le hizo sonreír, sus rostro y su cabello lo hechizaron.  Su pelo era una gloriosa cascada rubia, de un color tan pálido como el sol destellando en la nieve. Su cara era triangular con enormes ojos verdes  como el océano, nariz pequeña y una boca carnosa, hecha para pecar, de la fantasía eróticos de cualquier hombre. De cualquier hombre que tuviera fantasías eróticas; el no las necesitaba, todas las mujeres están siempre disponible para Harry. Sin embargo, los suculento labios de Rosie eran los más sexy,  aunque no era un pensamiento que quisiera tener respecto a la nieta de su padrino. Lo extraño de la situación lo estaba desequilibrado.
Al encontrarse con esos ojos claro enmarcados por pestañas negras risadas, Rosie trago saliva y su corazón se desbocó. Era impresionante, con pómulos altos, nariz recta, mandíbula fuerte y ángulosa  y boca sensual y perfectamente dibujada. Pero no tardó en reconocer la importancia de su expresión, así que se retiró del umbral y se fue por el corredor. Un timbre de alarma sonó en sus cabezas: ese no era un hombre al que quisiera interrumpir o incomodar. Pasaría el aspirador por la sala de reuniones y volvería después para ver si se  había ido.
Harry se trago un gruñido de exasperacion cuando ella se fue. Era un hombre acostumbrado a que las mujeres se esforzaran por atraer su atención. Había sido un ingenuo al esperar que la limpiadora se acercara a charlar con el. Fue hacia la puerta y miró la pequeña figura que se alejaba tirando de un aspirador.
No estaré aquí mucho más su voz profunda resonó en el silencio edificio.
Rosie se dio la vuelta y lo miro con ojos verdes claramente aprensivos.
Puedo limpiar la sala de reuniones antes..
Eres nueva aquí, ¿No? dijo Harry, preguntándose qué tenían esos ojos y ese rostro para llamarle tanto la atención.  Si es nuestro primer turno aquí murmuró ella. Queremos hacer un buen trabajo.
Seguro que lo harás Harry la vio tirar del aspirador, casi tan alto como ella y bastante más voluminosos, y sintió el súbito  deseo de quitárselo de las manos y obligarla a prestarle toda su  atención. Comprendió, atónito, que estaba excitado. Hacía años que a Harry no lo asaltaba una reacción sexual tan indisciplinada. No entendía el efecto que estaba teniendo en él,  porque no era en absoluto su tipo. Le gustaban las mujeres aletas, bien formadas y de la norma. En muchos sentidos era  una criatura de hábitos, desconfiaba de lo nuevo o diferente. Había aprendido demasiado joven que, para muchas gente avariciosa, su inmensa riqueza lo convertía en una posible fuente de beneficios, un objetivo al que impresionar, halagar y, finalmente, utilizar.
Rosie estaba  apunto de acabar su turno cuando volvió y encontró el despacho vacío. La lámpara de  mesa seguía encendida y el portátil estaba abierto y sobre el escritorio, poro estaba cansada y sabía que no tendría otra oportunidad mejor. Estaba pasando un trapo por la mesa cuando el enorme cuerpo de llenó el umbral. Alto, moreno y atractivo. Los asombrosos ojos claros brillaban como la plata.
Apártate esto dijo Harry levantando el ordenador. Se acercó tanto que ella se sintió envuelta por su aroma limpio y viril, con un suave toque de alguna colonia exótica.
No hace falta. Acabaré e cinco minutos replicó, sonrojada. Sobre el escritorio había una foto de una guapa mujer rubia abrazando a dos  chiquillos. Bonitos niños musitó. 
No son míos. Comparto este despacho dijo él con voz brusca y un leve acento extranjero.
Rosie lo miró con sorpresa. No parecía un hombre dispuesto a compartir nada, aunque no sabía por qué le daba esa impresión. Quizás por su importante presencia física y su aura de arrogancia y poder, que sugería que tenía que  ser más un mero oficinista. Me llamo Alex, por cierto murmuró él. Alex Kolovos.
Encantada respondió Rosie incómoda, preguntándose por que el hombre le hablaba, no era habitual, los oficinista solo lo hacía si la limpiadora era lo bastante mayor para recordarles a su madre o a su abuela, o si querían ligar.
Zoe, a quien sus compañeras de trabajo apodaban « la bomba», había recibido muchos de esos acercamientos de los hombres atraídos por su cara y sus impresionantes curvas, pero a Rosie nunca le había pasado en el trabajo. Se pregunto si era porque llevaba el pelo suelto. Irritada por sus estúpidos pensamientos, encendió la   aspiradora. La divirtió ver su  mueca de desagrado.
Gracias dijo, al terminar. Apagó la aspiradora y salió del despacho sin mirar atrás.
Harry pensó que era una lección de humildad hablar con una mujer que no estaba deslumbrada por el aura magnética que le otorgaba sus miles de millones. Había percibido su prisa por alejarse de el. Se preguntaba si había sido por timidez o por inquietud , pero no tenía especial interés en averiguarlo. Consultó su reloj;  tenía una cena de negocios. Cerró el portátil y se levantó, pensando que ella era muy sexy. No era en absoluto lo que había esperado.

Cuando Rosie llegó a casa esa noche, la recibieron los ladridos y saltos de Baskerville, que está en la cocina que compartían las inquilinas. Bas era un chihuahua de cuarto años, que había pertenecido a Beryl, la madre acogida de Rosie. Bas se había convertido en la mascota de la casa y todas sus ocupantes lo miraban  y cuidaban. Se preparó una tostada con queso fundido y, con Bas bajo el brazo, fue al salón a ver la televisión y charlar con sus compañeras de piso mientras comía.
En algún momento de la noche, se despertó con dolor de estómago y se    levantó a vomitar. Por la mañana se sintió mejor, pero muy cansada.
Cuando empezó su turno de limpieza esa tarde había luz en el despacho de Alex kolovos, pero él no estaba allí. Controlando un patético pinchazo de desilusión, salió del despacho y fue a la sala de reuniones. En cuanto entró, oyó una  voz grave que ya conocía. Sintió un infantil cosquilleo en el estómago al verlo su poderosa figura junto a la ventana. Contempló su guapo y un eléctrico escalofrío de placer recorrió su cuerpo. Mientras se preguntaba por qué sus rasgos podían tener efectos en ella, se le acercó el pulso. Él hablaba por teléfono en un idioma extranjero y un par de palabras captaron su atención; si no se equivocaba, hablaba en griego. Retrocedía para salir de la sala cuando él alzó una mano imperiosa para detenerla.
Harry la estudió: llevaba el precioso cabello recogido en la nuca  y ese día tampoco estaba maquillada.  Pero una mirada a ese vibrante rostro bastó para que deseara saborear la sensual boca rosa, tocar ese delicado  cuerpo y descubrir todos sus secretos.  Deseaba hundirse en ella y observar cómo sus ojos se ensanchaba por la pasión mientras la cabalgaba. Ninguna mujer lo había excitado tanto desde sus tiempos de adolescentes. La noche anterior había despertado excitado y sudando; y eso la hacia merecedora de su atención, fuera quien fuera. El mayor problema de Harry con las mujeres era el aburrimiento.
He terminado aquí dijo, guardando el móvil y caminando hacia ella.
Si está seguro... – tartamudeó Rosie, con la boca seca y los ojos como lagunas verdes.
– claro que estoy seguro  – dijo Harry, seco. Cuando pasó a su lado, captó un suave perfume floral y vio cómo destellaban sus ojos. Supo que la atracción que sentía por ella era correspondida. Socrates le había presentado un reto y El iba a conocer a Rosie Gray en todo los sentidos posibles; iba a hacerlo en un tiempo récord.
Aún temblorosa, Rosie limpió la sala de reuniones y recuperó el control de la respiración. Harry kolovos la golpeaba como una ola. Exasperacion, se dijo que era infantil reaccionar de esa manera ante un hombre, pero tal vez fuera porque había llegado si hora.   Tenía veintitrés años y seguía siendo virgen. Durante su  adolescencia, su vida social había quedado muy restringida cuando tuvo que dejar el colegio para cuidar a su madre adoptiva, aquejada por enfermedad terminal.
No había tenido oportunidades de explotar su sexualidad, y para cuándo recuperó la libertad era más sensata y cauta.  Hasta ese momento, ningún hombre había hecho que se le acelerara el corazón. Su autodestructiva madre le había dicho innumerables veces lo peligroso que era las pasiones; Rosie se debatía entre el miedo de  estar haciendo el tonto y la satisfacción de saber que podía sentir lo mismo que otras mujeres. He conocido a un hombre... solía confiarle Jenny Gray, cuando Rosie era niña. Alguien especial.
Estaré fuera un tiempo
A veces la madre de Rosie había desaparecido  durante días, dejándola sola en el piso sin calefacción, dinero, comida en la nevera o ropa limpia. Pero era aún peor cuando llevaba a los hombres a casa. Entonces le decía a Rosie que no saliera de su dormitorio y se  pasaba todo el día bebiendo en la cama o en el sofá , olvidando que había que llevar a Rosie al colegio, lavarla y alimentarla . Al final, los servicios sociales se la habían quitado y la habían entregado en acogida.
Cuando Rosie termino de limpiar todos los despachos, Alex kolovos aún seguía tras su escritorio. Tensa  y cansada, Rosie entró.
¿Le importa si limpió?
En absoluto dijo el alzando la vista y ofreciéndole una sonrisa carismática y sensual. Era sonrisa prendió un fuego en el vientre de Rosie. ¿Quieres beber algo? Pregunto el, con un vaso en la mano.
No gracias recazo Rosie, aunque habrá deseado aceptar. Valoraba demasiado su empleo para flirtear en horas de trabajo. Además, un tipo cómo alexius nunca le ofrecería más que una noche loca. No pertenecía a la misma clase social, ni cultural.
Mientras ella se estaban esforzado para aprobar los exámenes y retomar los estudios que había tenido que abandonar, adivina qué el era al menos licenciado.
Irritando por su inmediato rechazo de la  bebida , Harry  se pregunto si había sido más acertado invitarla a cenar . Era obvio que estaba incómoda. No  había vuelto a mirarlo y había salido del despacho en cuanto pudo. Se pregunto si sabía que su desinterés lo motivaba aún más.
Una vocecita interior le murmuró a Rosie que todo lo que no fuera evitar a ese hombre implicaba buscas problemas . Harry Styles era como fiebre en su sangre, la  desestabiliza a y hacían que se portará como una tonta. Cuando antes apagara ese fuego mejor.
Con ese convencimiento, al día siguiente Rosie le pidió a Zoe que cambiará de lado de corredor.
¿ Por qué? Le había preguntado Zoe.
Ese tipo que siempre trabaja  hasta tarde parece que está...
Flirteando conmigo había admitido Rosie. Y eso me incomoda.
Puede flirtear conmigo cuando quiera. Es un tío guapísima. A veces desperdicias las oportunidades, Rosie. ¿ No re gusta?.
Si pero se que no llegaría a ninguna parte.
Algunas de las mejores experiencias no llegan a ninguna parte pero yo no me las perdería.
Esa noche, cuando recogieron al acabar el turno, Zoe miro a Rosie con el ceño fruncido.
Me habías hecho esperar que ese tipo intentaría charlar conmigo, ¡y nada de eso! Ni siquiera me miró una vez, como si fuera invisible. Esta claro que eres tú quien le interesa.
Esa noche, en la cama Rosie intento no alegrarse de que Harry Styles no hubiera intentado seducir a Zoe. Era muy atractiva y no había dicho que no a una bebida, de hecho, podría haber dicho que si a muchas  cosas. Se pregunto qué buscaba el atractivo griego, ¿ Sexo sin complicaciones? No podía ser otra cosa. Esta tarde no cambiaremos el turno le dijo Zoe antes de que empezarán a trabajar si un tipo alto, moreno y muy guapo te molesta, enfréntate a el. No eres ninguna chiquilla, Rosie.
Acalorada tras la recriminación. Rosie trabajo más rápido de lo normal. Era  viernes y no volvería al edificio hasta el lunes siguiente.  Cuando pasó Ante el despacho de Alexius el la miró, volvió la cabeza, empeñada en evitarlo, aunque lo deseaba.
Harry la siguió hasta la cocina de empleados, donde había visto a su compañera de trabajo tomando una taza de té la noche anterior. Era las ocho y estaba harto de esperar en la oficina y de que ella lo evitará. Incluso se presentó si tenía un sexto sentido que le advertía que no se fijará de el. Había tenido Razón. El había dejado un fajo de billetes en el suelo debajo de escritorio. Era una forma muy burda de probar  su honradez, pero era lo mejor que se le había ocurrido.
¿ Como va el trabajo? Le preguntó alexius al verla en un taburete con una taza en la mano.
La consternación de verlo allí de repente casi hizo que Rosie dejara caer la taza. Parecía alzarse sobre ella como una nube de tormenta, haciendo que se sintiera  aún más consciente de su pequeño tamaño. Le tembló la mano y un poco de té cayó sobre su uniforme.
Ten cuidado alexius le quitó la taza, la dejo a un lado y le ofreció el rollo de papel de cocina.
Me has asustado Rosie arrancó un trozo de papel y se secó .
Lo siento murmuró él, buscando con ojos brillantes como el mercurio su mirada evasiva.
Rosie enrojeció . Estaba esforzadose por mirar su guapo rostro, pero podía visualizarlo incluso cuando él no estaba presente.
¿Trabajas  hasta tarde  todas las noches? Le preguntó, para llenar el silencio.
La mayoría admitió el.
Supongo que te pagan horas extras Rosie se encontró con su mirada y la maravillosa el largo de sus pestañas negras. Sintió un pinchazo de calor en la pelvis. O eso o tenía exceso de trabajo. Soy adicto al trabajo dijo Harry, estudiando su boca rosada y resistendose a acercar la suya, a averiguar si sabía tan bien como  imaginaba. Su cuerpo y su mandíbula se tensaron , dominados por su autodisciplina.
Ah Rosie agarro su taza y tomo un sorbo de té . Sus ojos verdes admiraron el rostro moreno , adorando los rasgos angulosos y viriles de sus pómulos y frente . De repente , volvió a la realidad y se bajó del  taburete como si se hubiera quemado. Será mejor que vuelva al trabajo paso junto a él. Segundo después , la pulidora de suelo volvió a sonar.
Harry,  desconcertado por su brusca partida, maldijo entre dientes. Era demasiado precavido para morder el anzuelo. Alguien le había hecho daño,  sin duda. Apretó los labios. Eso no tenía por qué importarle. Si ella se quedaba con el dinero que había dejado bajo el escritorio, no volvería a verla nunca.
Agradeciendo que Alex kolovos no hubiera vuelto al despacho, Rosie se puso a limpiarlo a ritmo rápido , deseado volver a casa y empezó su finde semana. Tenía que estudiar, pero aparte de eso estaba libre.
Algo se enganchó en la aspiradora y salió un gruñido. La a pago y se arrodilló para investigar. Se quedó atónita cuando vio un billete de cincuenta libras enganchadas en el borde  de la que parecía ser otro . Tuvo que volvió al carrito de la limpieza a por un destornillador y abrió la aspiradora para sacar lo que parecía una enorme cantidad de dinero arrugado. Para entonces estaba cubierto de polvo y muy esfadada. Se pregunto de donde había salido el dinero. No podía dejarlo sobre el escritorio sin más. Se sacudió y , furiosas por que alguien pudiera ser tan descuidado con su dinero cuando, si desaparecía, culparian al equipo de limpieza , se levantó para ir en busca de alexius. Fue a la sala de reuniones donde lo había visto antes y , por una vez, la alegro verlo apoyado en el escritorio, hablando por teléfono.
¿ Esto es tuyo? exigió  tirando el fajo de billetes arrugados sobre el  escritorio. Estaba tirado es el suelo. Se enganchó en la aspiradora. Podría haberla roto lo condenó. Harry estuvo a punto de reírse por su indignación. Un metro cincuenta y poco de ira chispeante, con ojos que brillaban como gemas.
Es mío . Gracias dijo
No seas tan descuidado si ese dinero hubiera desaparecido podrían haber acusado a las limpiadoras del robo
Tu honestidad te honra  afirmó Harry, pensando que podía decirle a Socrates que siguiera adelante con su deseo de conocerla.
Eso es muy condescendiente de devolvió Rosie furiosas. Parecía no darse cuenta de la situación que podría haberse creado si ella no hubiera encantado y de vuelto el dinero. Puede que sea pobre, pero eso no implica que tenga que ser deshonesta . Estas llenó de prejuicios. Hay ladrones de todas las clases sociales .
Has dicho lo que quería decir y respeto tu honradez, aunque no me gusta y tú actitud Harry, molesto porque una limpiadora se creyera con derecho  a gritarle , la estudió con ojos fríos  como el hielos. Ahora... vete ordenó, tengo llamadas que hacer .
Rosie se quedó atónita por su transformación. La asombraba haber perdido el control hasta el punto de levantarle la voz y ser grosera. Se planteó pedirle disculpas pero, al recordar su mirada gélida y autoritaria, decidió que sería una perdida de tiempo. Había cruzado un límite que tendría que haber respetado y lo había ofendido. Por suerte, había acabado su turno, estaba salir de allí.

¿ Seguro que no te importa que me lleve la furgoneta a casa está noche? Insistió Zoe mientras empujaban juntas el carrito de la limpieza hacia la salida.
No, como te he dicho antes iré en autobús  contestó Rosie con aire ausente.
Gracias, Rosie contestó la morena, mientras cargaban el material de limpieza en la furgoneta. Hace mucho que mamá no va a su hermana; así podré dejarla con ella mañana y recogerla el domingo por la tarde. A Vanessa no le importa, siempre que la furgoneta este de vuelta a tiempo para el lunes dijo Rosie, mientras su amiga ocupaba el asiento del conductor.
¿ Por que estás tan callada?  Pregunto Zoe  de repente  ¿ Ha ocurrido algo entre tú y ese tipo? No nada mintió  Rosie con ligereza.
Se dijo que en realidad no era nada. Había conocido a un tipo que la atraía lo indecible, pero no había ocurrido nada y así tenía que ser. Era mejor dejar pasar cierto trenes , en vez de chocar contra ellos como había sido la sapecialidad de su madre. Sin embargo, no dejaba de recordar cómo la había  mirado en la sala de reuniones, con desagrado y antipatía, como si ella fuera un escarabajo repugnante, muy por debajo de él. Eso le había dolido mucho. Ella le había gritado y el se había agrietado y el se había ofendido, no podía culparlo. Había encontrado su dinero y el le había agredecido su honestidad, ¿ que otras cosas podía haber hecho? Rosie intento librarse de la sensación de que una nube negra había caído sobre ella.

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