No sé en que momento me volví tan insuficiente conmigo misma, tan insegura y rota. No recuerdo cuándo empecé a compararme; a pensar en lo que usaba o las cosas que decía. No sé hace cuanto que me miro al espejo y siento pena, por mí, por lo que soy, por el desagrado que me causa verme reflejada. A veces me gustaría verme con otros ojos, ver si me ven igual a lo que veo yo, si sienten lo mismo que yo.
Estoy tan cansada de compararme, de hacerme sentir menos todo el tiempo, de menospreciarme.