Pasos Hacia El Amor

By _CrysSnow_

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⚠️ Fanfic de 4 capítulos. ⚠️ Su amistad no es algo que pueda terminar por un asunto menor, de hecho, Naruto c... More

Ira.
Negociación.

Negación.

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By _CrysSnow_

El beso.

No es difícil saber cuándo un hombre es envidiable. Y cuando es guapo, serio y muy responsable, y no puedes dejar de mirar lo "sensual" que luce en pantalones entallados. Eso no fue muy heterosexual de su parte y cuando cayó en la cuenta de que estaba siendo observado mientras tenía un pensamiento retorcido con su amigo más cercano se sintió avergonzado al instante, como si trajera tatuado el pensamiento en plena cara.

—Naruto.

Ese es su mejor amigo, Sasuke, todo lo contrario a Naruto en cuanto a cuerpo, físico e intelecto, le habla con malestar, con ese tono rudo con el cual parece decir "odio a todo lo que se mueve," demasiado contundente, con una mirada tan definitiva. Puede adivinar que lleva bastante tiempo tratando de capturar su atención debido al músculo tenso en la mejilla del azabache.

— ¿Estas sonrojado? —Sasuke entorna los ojos, acercándose a comprobar su propia cuestión pero el rubio retrocede instintivamente en lo que le resulta posible estando sentado en su lugar, por supuesto, Sasuke frunce un poquito el ceño pero no tiene queja contra la reacción del blonde, al contrario, parece esbozar una diminuta sonrisa—, pareces una sandía madura.

Naruto abrió mucho los ojos y sus mejillas ardieron aún más por lo que frunció las cejas para tratar de ocultar sus sentimientos de vergüenza.

—Lo normal es decir que pareces un tomate.

Sasuke rio con su típica voz gutural, pero fue a penas un breve instante. El menor se apoyó en el respaldo dejándose caer en cuanto vio llegar al profesor Iruka.

—Mierda. ¿Hiciste la tarea? —Parecía acordarse de repente, su expresión parecía de angustia total. Por supuesto que Sasuke la había hecho, y no sólo la suya, sino también la parte de su amigo.

—Ten, —se la pasó arrastrándola en la superficie de la mesa, al rubio le brillaron los grandes ojos zafiro e instintivamente quiso abrazar al azabache, el cual le colocó la palma en el centro de la cara obligándolo a alejarse de él tanto como lo largo de su brazo le permitió, —no hagas cosas irresponsables, entrégalo tú mismo.

Sasuke se levantó primero y sin esperar a que el contrario le siguiera entregó su ensayo en las manos del profesor, el cual asintió satisfecho. Naruto tomó aire en los pulmones antes de fingir seguridad y mostrar una sonrisa como de quien se ha salido con la suya. Al final fue atrapado por el profesor cuando este le pidió explicar a la clase su trabajo de investigación, Naruto terminó confesando que no lo había escrito él y terminó en la sala de reflexión escribiendo una carta de disculpa.

— ¿Terminaste?

Naruto despegó los ojos de la hoja en blanco, y mostró en una sonrisa su linda dentadura, Sasuke entró al salón y cerró la puerta tras de él mientras rodaba los ojos al lanzar un suspiro de rendición, a pesar de su rostro inexpresivo y el ceño a medio fruncir le apoyó con su hoja de disculpa.

Pronto ya estaban de camino a casa, con planes de pasar por un ramen debido al cumpleaños de Sasuke.

—Hoy te invitaré yo, de veras...

El más alto mostró una diminuta sonrisa como respuesta, pero pronto se borró cuando una chica se interpuso en el camino de ambos. —Sasuke, ¿Podemos hablar?

El rubio se tragó sus palabras y desvió la mirada cuando su amigo le miró de reojo como para comprobar su estado. Él mostró frialdad hacia la chica, porque sabía que ella había humillado a Naruto cuando él se le declaró en décimo año. Él nunca le habló de eso, pero no hubo necesidad, sus compañeros se burlaron por un tiempo, pero la cercanía de Sasuke hacía que no pasara a mayores la burla que recibió.

—Habla.

Ella se sonrojó y se jugó unas hebras de pelo con los dedos.

—Es sólo que... Naruto, ¿Podrías dejarnos?

La expresión del mencionado se transformó en sorpresa y luego algo que pareció tristeza. —Claro, Sakura yo... ¿Qué sucede Sasuke? —antes de poder alejarse el azabache le había tomado por la muñeca para impedir que se marchara.

—Tú no vas a ninguna parte, tenemos un ramen pendiente —pareció molesto por el ceño, sus labios eran una fina línea y sus ojos parecían tan frívolos.

—Si pero yo...

—Ella dirá lo que tiene que decir, o no, pero no te permito irte—, ni siquiera la miró cuando lo dijo, su agarre tomó un poco más de firmeza cuando notó que Naruto intentaba apartarse.

—Te esperaré justo ahí —. Su voz tembló, al igual que su sonrisa vacilante, señaló el árbol de cerezo donde solían esperarse cuando uno de los dos salía primero que el otro. —esto está siendo incómodo para mí.

El azabache se dio cuenta de que eran observados por algunos compañeros de clase, y un par de chicos de otras clases que a veces lo saludaban sólo porque lo consideraban bien parecido. A regañadientes liberó a Naruto, él le aseguró que estaría esperando, y por algún motivo ver su espalda alejarse le dio un mal sabor de boca.

— ¿Y bien? —alzó una ceja, pero el resto de él mostraba indiferencia.

Cuando Naruto se alejó tardó para calmar su nerviosismo, no alzó la mirada porque temía encontrarse con los ojos escrutadores de la multitud que se había aglomerado al rededor para apreciar el espectáculo. Sakura era la segunda chica más bonita del colegio según el periódico escolar que se dedicaba a realizar encuestas para determinar este ranking. Y Sasuke, por supuesto que ocupaba el primer puesto en la lista de chicos, en la cual, él mismo ni siquiera figuraba. Todas las chicas en las que él se interesaba, eventualmente, acababan declarándose a Sasuke, y aunque él siempre las rechazaba, eso no evitaba que Naruto se sintiera mal al respecto.

Naruto se sintió un perdedor total al lado del perfecto Sasuke, y aunque él nunca hacía alarde de eso, el rubio tuvo un pensamiento malo, quizás, Sasuke sólo se juntaba con él para magnificar sus virtudes frente a todos los demás, después de todo, no veía otro beneficio de juntarse con alguien como él. Una nueva inseguridad fue desbloqueada y luego, otra vez esa voz grave lo llamó.

—Andando.

Él alzó la mirada tratando de sacudir su mente, hoy era el cumple de Sasuke, y sería un completo imbécil si se la pasara pensando mal de su amigo. Se relajó diciéndose que todo era parte de su imaginación.

—Entonces, ¿saldrás con ella? —intentó reír pero de su garganta salió un sonido estrangulado, quizás porque en parte le preocupaba lo que iba a pasar, y aunque ya no guardaba sentimientos especiales por la pelirrosa, aún así había cierto disgusto que no podía evitar del todo, le chocaba pensar que Sasuke podría... Se rio de eso buscando una manera de justificar lo mal que había sonado su voz, afortunadamente Sasuke intervino restándole importancia a lo ocurrido.

—Por supuesto que no.

Dijo con franqueza y Naruto sintió alivio inmediato, pero no supo porqué. Cuando llegaron al restaurante de Ichiraku pidieron un par de fideos grandes y charlaron —en realidad fue Naruto quien se lo pasó hablando todo el tiempo—, sobre cosas triviales, y de sus fechorías de cuando era pequeño, rememoró la vez en la que Sasuke le enseñó a volar un cometa y también cuando le enseñó a lanzar piedras saltarinas en la laguna al centro de la ciudad. Trajo el tema del primer cumpleaños que celebraron juntos y en cómo Sasuke nunca le contaba nada a cerca de su deseo.

—Esta vez, ¿me dirás tu deseo de cumpleaños? —preguntó de repente acercándose lo bastante a Sasuke, agitando sus pestañas con curiosidad, pero el contrario no hizo el mínimo movimiento por alejarse, ni por apartar su mirada de la de él.

—No seas ridículo, no creo en los deseos de cumpleaños, —le dio un pequeño golpecillo en la frente con dos dedos, justo como hacia Itachi con él. Naruto se alejó haciendo puchero y tocándose la frente.

Si le dijera su deseo de cumpleaños quizás no se cumpliría, pero, aún peor, ¿algo cambiaría entre ellos?

—Los chicos quieren que vayamos a la cueva, hoy tocarán los Akatsuki, todos quieren brindar por tu mayoría de edad, —expresó con emoción, sus ojos azules brillando de forma especial, La cueva era un reconocido antro en la zona, probablemente porque era el único, y uno de los más frecuentados por los amigos de los chicos debido a que Deidara, el dueño, era un amigo muy cercano a su hermano mayor—, Neji y los demás estarán ahí. Dijeron que vendrán las chicas así que...

—Tú no puedes ir, —la expresión del rubio se tornó a decepción y Sasuke rio, dejando a un costado el tazón vacío de ramen. A Sakura le había rechazado la invitación, pero si se trataba de Naruto, las cosas eran diferentes.

—Pero- quiero ir, quiero que la primera vez que lo haga sea contigo—, Sasuke le observó con una mirada indescifrable por unos instantes, Naruto no lo sabía, pero había usado las palabras clave para convencerlo.

—Bien, tal vez pueda hacer algo al respecto. —Sonrió ligeramente—, aunque yo esperaba poder pasarlo contigo, como siempre.

—Bien, entonces hay que darnos prisa, y por favor no digas eso, debió de ser lamentable las veces que he intentado hacerte una celebración, tengo poca creatividad así que nunca he podido hacerte algo realmente especial—, dijo sin mirar como la expresión de Sasuke se tensaba, el rubio buscó en su bolso escolar los cupones de Ichiraku que había guardado especialmente para ese momento, sin embargo, no estaban por ninguna parte. Supuso que los había olvidado en su libro de historia, se sintió ansioso y avergonzado.

— ¿Qué ocurre?— Naruto estaba rojo hasta las orejas debido al calor de la vergüenza, alzó la mirada reconociendo los ojos oscuros y mordaces de su mejor amigo, temía que si le decía la verdad,  Sasuke lo asesinaría de una sola mirada. 

—Sasuke... la verdad es que yo... Hahaha... No vas a creerlo pero—, su risa nerviosa lo delataba, pero el azabache no parecía ni molesto ni sorprendido, conocía a Naruto desde los 4 años, así que, sus distracciones ya resultaban usuales para el mayor.

—Sabía que eso ocurriría, —le pasó una mano por el pelo, alborotándoselo de modo cariñoso antes de dirigirse hacia Teuchi para solicitar la cuenta. No parecía molesto, ni mucho menos. Al pagar se puso de pie disponiéndose a marcharse junto al rubio.

—Te prometo que te lo pagaré más tarde, yo prometí invitarte hoy, de veras. —Sasuke resopló negando con la cabeza, no lo quería presionar, además, bien sabía que la situación económica de Naruto no era la mejor, quería decirle que con su compañía era mucho más que suficiente, pero él parecía tan empeñado en cumplir su propósito, insistiendo.

—Bien, como quieras, —respondió él, mostrando comprensión.

Naruto mostró una amplia sonrisa. Sasuke solía tener una paciencia muy grande hacia él, pero pocas veces Naruto era consciente de ello.

—¿No podemos sólo... Hacer lo de siempre? —está vez su voz sonó suplicante, pero Naruto no fue capaz de darse cuenta.

—No bromees, seguramente hoy será el mejor cumpleaños de tu vida, —le palmeó el hombro antes de disponerse a entrar. Sasuke hizo una mueca.

—Te veré esta noche, pasaré a recogerte. Se puntual.

—No es necesario Sasuke, yo puedo ir solo.

—No está a discusión. —Espetó devolviéndole su bolso escolar, —entra, ponte algo abrigado para la noche.

—¿Qué es ese instinto maternal? Aprendiste bien-, —hizo un gesto de disgusto recuperando su bolso y echándoselo al hombro, Naruto notó que no había tenido tacto al hacer alusión a la madre el Uchiha, se arrepintió de inmediato, pero el mayor no le reprochó nada. Ellos compartían el hecho de haber perdido a sus padres jóvenes, aunque, Sasuke tenía a un hermano mayor para cuidar de él, quizá era por eso que era tan bueno con Naruto, como si le tuviera algo de compasión.

Se despidieron en silencio, el rubio se echó en su cama a penas entró, hundiéndose en los esponjosos edredones y almohadas. Vivir solo no era tan malo, pero si tuviera a alguien con él sería maravilloso, no podía esperar para llegar a casa en donde le esperaría una esposa y, unos dos o tres hijos, pensó que eso estaría genial.

Se cubrió los ojos con el antebrazo sonriendo, pero de pronto la imagen mental de Sasuke apareció, todas las veces que había estado ahí, también habían dormido juntos y él había preparado el desayuno para Naruto, a veces limpiaba la casa quejándose de lo desordenado que podía llegar a ser el blonde. Y después... Una escena extraña interrumpió sus pensamientos, Sasuke recibiéndolo luego del trabajo, llevaba un delantal de ositos mientras se acercaba a recibirlo con un beso en los labios. Naruto rodó y se cayó de la cama mientras intentaba borrar ese pensamiento.

Nunca había hallado una anomalía en sus interacciones de amistad con el mayor, hasta el día de hoy, cuando recordó los cambios bruscos entre ellos, cuando Sasuke dejó de ducharse con él en la tina llena de burbujas, o cuando de pronto, dejó de cambiarse de ropa frente a él y tampoco le permitía hacerlo a él, o simplemente se iba si Naruto desobedecía, la última vez que vino había dormido en el viejo sofá por su cuenta y se había ido antes de siquiera terminar el desayuno. Se incorporó de pronto notando una pequeña contracción en el estómago, que pronto se extendió como un calor que le hormigueaba por el cuerpo. Se rio de sí mismo tratando de controlar los pensamientos intrusivos que hace rato lo habían empezado a fastidiar respecto a Sasuke.

A las ocho de la noche sonó el timbre, Naruto ya estaba listo, se desordenó unos mechones de pelo frente al espejo y alisó su camisa blanca porque quería verse genial, por supuesto, para las chicas; se había recogido las mangas a tres cuartos y llevaba un collar de cuarzo que combinaba con sus ojos zafiro. Al ver a Sasuke su corazón dio un peligroso salto que le hizo sentir raro, llevaba una camisa negra de botones, también había optado por dejarla a tres cuartos por lo que podía ver sus pálidos brazos repletos de venas, ¿desde cuando era tan masculino? Había ganado algo de músculo por lo que sin duda opacaba al escuálido rubio que aún tenía el cuerpo de un niño, se preguntaba cuando iba a desarrollarse también, Naruto parpadeó pero fingió no darle importancia cambiando de tema.

—Hola, —saludó animado, era la primera vez que irían a ver tocar a los Akatsuki, —por cierto, estaba pensando que puedes pasar la noche aquí, tengo que entregarte algo más tarde, aunque es una sorpresa, —dijo distraídamente mientras salía y echaba llave a la puerta. En el camino sacó su bolsa de ranita, estaba llena antes de intentar saldar su deuda con su amigo.

—Guarda ese dinero, podrías invitarme una bebida más tarde.

El rubiecito dudó, lo meditó un momento y al final accedió con un asentimiento.

Al llegar al establecimiento ya había una gran fila, sin embargo, una llamada bastó para que Sasuke y Naruto ya estuvieran adentro, en una de las salas vip con el resto de los chicos, cortesía de Neji, quien provenía de una de las familias de más alto estatus.  Neji estaba bebiendo zumo de cítricos junto a la hermosa Tenten, Shino sólo se dedicaba a permanecer en silencio a un costado de la sala con los ojos cerrados y los brazos cruzados. Kiba era el más animado y junto a Rock Lee tocaban unos panderos mientras entonaban una de las canciones del grupo en vivo. Naruto vio como Ino se reajustaba el escote de su blusa púrpura y se quitaba la cola de caballo dejando libre su hermosa melena dorada para capturar la atención del celebrado, pero, en particular, el rubio estaba más al pendiente de una cosa, la reacción de Sasuke, al cual habían puesto en medio de la sala alejandolo de él. Al poco rato llegaron Gaara y sus hermanos, Naruto se percató de la presencia del pelirrojo sólo cuando este le codeó el brazo para capturar su atención.

—Hola, —dijo mirándolo con ojos suaves, como sólo le miraba a él y en un instante sintió la mirada fría de Sasuke sobre ellos, que a penas empezaban los indicios de una conversación.

A Naruto no le importó ya que él estaba en medio de Ino y Sakura, disfrutando del paraíso con la presencia de dos chicas tan lindas, sin hacerle el más mínimo caso desde hace un instante. Aunque eso lo irritaba en cierta manera, había planeado ser más maduro, y para aliviar su molestia siguió charlando con el pelirrojo, aunque con los ojos puestos en su mejor amigo.

—Pensé que no te gustaban este tipo de sitios.

—Mi hermana me dijo que vendrías.

Por algún motivo pareció avergonzado frente al blonde, pero este no fue capaz de percibirlo debido a las luces neones que decoraban la sala, dejándolos a disposición de una tenue iluminación. Además de que estaba ocupado mirando la interacción del Uchiha con las chicas.

—Ay Gaara, eres un gran amigo, —sonrió amplio agarrando por los hombros a su amigo, quien, agachó la mirada cuando sintió una mirada hostil. No le importó, él pensaba en secreto que ese tipo no merecía a Naruto y que las cosas serían más fáciles si ellos hubieran quedado en la misma clase. —Si no hubieras venido, estaría pateticamente en un rincón, cruzado de brazos.

—Puedo oirte—, murmuró Shino, Naruto rio frotándose la parte trasera de la nuca.

El salón comenzó a llenarse de más compañeros y amigos de los amigos hasta que, Naruto se fue obligando a correrse cada vez más lejos de Sasuke y más cerca de compañeros desconocidos. Un descuido de su mirada bastó para que Naruto ya estuviera junto a Haku, el niño con el cual tenía un crush cuando estaban en tercer año, el único chico que le había interesado al rubio para el pesar de Sasuke. Y es que, en ese entonces ese joven parecía una linda niña por lo que se creo un divertido malentendido entre ellos, y en la actualidad no era muy diferente, sólo que ahora era más guapo, el rubio no parecía tenerle aversión a la cercanía del mencionado, aunque sólo eran buenos amigos. Y él era un año mayor.

Varios instantes pasaron cuando la banda terminó el concierto, ahora algunos jugaban, otros bailaban y muchos tantos conversaban, Sasuke sólo se distrajo un momento antes de descubrir lo que sucedía tras unos instantes de observación, la multitud les rodeaba, vio a Hinata, Naruto y a Haku en el centro del círculo de compañeros, ellos presionaban a Naruto para elegir al más lindo de los dos, y a quien eligiera debía de besarlo porque de eso se trataba el reto que le habían impuesto en el juego de la botella. Todo ocurrió muy rápido, el rubio ni siquiera había elegido a nadie pero ya estaba siendo tomado por la cintura y unos cálidos labios se movían lento y sensual sobre los suyos, era una sensación indescriptible, saboreó algo delicioso y amargo a la vez. Sus ojos estaban muy abiertos al no poder creer lo que estaba pasando, nadie podía dar crédito. Por sólo un instante pareció que se relajaría, estaba casi seguro que estuvo a nada de corresponderle, pero, en su lugar, le apartó con brusquedad, tras un parpadeo las lágrimas comenzaron a fluir duro. Todos los miraban congelados, como si el tiempo se hubiera parado y sólo existieran ellos dos, ni siquiera la música era suficiente para censurar los murmullos y algunas risas. Cuando reaccionó, Naruto emprendió camino fuera del lugar, Sasuke tras él, no quería que las cosas se dieran así pero no había estado dispuesto a entregar el primer beso de Naruto a cualquiera. Había sido demasiado arrogante para creer que tenía ese derecho, había albergado la esperanza de que Naruto sintiera lo mismo hacia él, y aunque no quería declararse de esa manera, algo simplemente lo había poseído cuando vio la posibilidad de perderlo ante alguien más.

—Naruto yo...

— ¿Por qué Sasuke? ¿Por qué lo hiciste? —habló sin voltearse mientras se limpiaba la cara inútilmente, pues las lágrimas eran demasiado insistentes.

—Es que yo-

—Querías humillarme, ¿Cierto? ¡Si tu propósito era burlarte de mí delante de todos debiste esperar a la graduación!

El más alto abrió los ojos con sorpresa, no esperaba una reacción así, había sido demasiado específico con sus sentimientos en todo momento, estaba seguro de que había transmitido su enamoramiento y sólo estaba esperando el momento oportuno.

—O sea que habría estado bien con cualquiera, menos yo.

No quería decir eso, sólo que, estaba algo herido por la reacción del rubiecito.

Naruto pareció severamente ofendido cuando se volvió y le miró con odio, gruñó y luego se fue corriendo de ahí.

Nada había salido como Sasuke esperaba, había arruinado su única oportunidad y además, había sido rechazado. Esa noche volvió a casa solo, no hubo pastel de cumpleaños como los años anteriores, cuando lo pasaba en casa junto con Naruto, este le ofrecía un plato de su ramen de edición limitada y luego le cantaba feliz cumpleaños, para después, comer pastel juntos. Suspiró frustrado, debió de haber convencido al más joven para celebrar ese día solos, como cada año. Debió haberlo mirado con seriedad mientras le limpiaba crema batida del labio inferior y le contaba sus sentimientos, para después, besarlo con toda la ternura que guarba para él, ese instante debió de ser suyo, solamente de ellos dos, pero, nada salió como había soñado que sucedería.

Naruto se había deslizado por la puerta hasta caer sentado al piso, estaba a oscuras, y así se quedó un gran rato, pensó que Sasuke vendría a buscarlo, por eso cuando tocaron al timbre y sintió su enojo brotar se levantó al instante, dejó que el timbre sonara un par de veces más mientras ganaba coraje, hasta que, abrió, se tuvo que tragar su ira y se limpió distraídamente las lágrimas.

—¿Qué demonios qui-

Se interrumpió su dramática reclamación.

—Entrega especial. —Shikamaru estaba ahí, llevaba una caja con el pastel de cumpleaños que había solicitado a la pastelería de sus padres el día anterior, como cada año, y lo había olvidado—, Oye, ¿Estás bien?

—Así que te perdiste del gran espectáculo, —rio, su voz sonaba nasal por haber llorado, —gracias Shikamaru, toma, tal vez te enteras el lunes—le pagó lo suficiente para que el otro rescatara una buena propina y luego cerró la puerta, Shikamaru se sintió perdido pero no tuvo otra opción que retirarse tras chasquear la lengua.

—Que molestia, —resopló subiendo a la moto, algo muy malo debió de haberle pasado a Naruto para que estuviera con ese humor y con ese aspecto tan lamentable.

Naruto mientras tanto empezó a destruir el pastel con un par de palillos, apuñalándolo una y otra vez, sintiendo verdadero enfado cada vez que recordaba las expresiones de los demás mientras lo miraban, como asqueados, como sí él hubiera sido tan cínico para besar al chico por el cual morían casi todos en la escuela.

— ¿Cómo pudiste? —repetía mientras le daba la siguiente puñalada a la pobre torta de fresas, había algo que le dolía mucho en el pecho pero no sabía explicar la razón exacta, se sentía como si se estuviera asfixiado pero no lo suficiente para morir, recordar la boca de Sasuke sobre la suya era... Sus dedos se deslizaron por sus labios para evocar el recuerdo de esa sensación, sin embargo, no la halló. Él había decidido enojarse, ni siquiera le había permitido a Sasuke explicarse, pero, si hubiera sido importante para él por qué no lo había seguido a casa, por qué tenía ese rostro tan preocupado. Naruto aventó los fideos aún embalados hacia la pared y luego, se fue a la cama.

—A mí no me gusta él, —dijo con firmeza y hundió su cara en la almohada antes de gritar—, no me gustas ni un poco, ¡Sasukeeee! Mierda, ese fue mi primer beso... —hizo boquita de pez moviendo los labios—, mi primer beso.

Se llevó la mano a los labios, ahogando un jadeo. ¿En qué estaba pensando Sasuke?

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