Primera hoja de otoño 🍁| MIN...

By JiNi_95

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❝ El mismo chico los llevó a encontrarse, pero fueron sus sentimientos escondidos los cuales los hicieron ace... More

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By JiNi_95

— ¿Tú eres Yang Jeong In?

El menor alzó su mirada al escuchar su nombre, encontrándose con los dulces ojos de un chico de cabello negro y rostro amable. Ante la pregunta asintió, por lo que el desconocido tomó asiento frente a él. Se suponía que al ser nuevo en la escuela, no iba a tener la suerte de hablar con nadie, pero ahí estaba, alguien que colocaba su bandeja de comida sobre la mesa que Jeongin había escogido para pasar desapercibido.

— Me llamo Kim Seungmin, tengo diecisiete años, soy fan número uno de Park SeoJoon y... también soy un delegado comprometido con... — dejó de hablar súbitamente e hizo una mueca, como si hubiera olvidado la línea de un guión, y efectivamente, Jeongin lo comprobó cuando lo vio sacar un papel del bolsillo de su saco, luego lo guardó y volvió a mirarlo — comprometido con el desarrollo académico de mis compañeros, interesado en el ambiente emocional de cada uno de ellos y... algo de la salud mental, la verdad es que, aunque cueste creerlo, soy nuevo en esto.

— Ya somos dos — indicó Jeongin con aire divertido. Seungmin sonrió y el menor le correspondió, por lo que ambos pudieron comenzar a merendar. — Espera, si eres un año mayor que yo, ¿por qué...

— ¿Tienes dieciseis? — preguntó incrédulo, a lo que el menor asintió. — Oh, entonces... Tomé el perfil que no era. — sacó una hoja que había sido doblada cientos de veces de su bolsillo trasero del pantalón, lo revisó y dijo entre dientes — Putos árboles de donde sacaron material para hacer estos malditos papeles de mierda. — miró a Jeongin y suspiró — Al parecer el delegado de tu aula le está dando la bienvenida a mi compañero que luce como de doce años en este momento.

— Es una pena — admitió el menor verdaderamente desanimado. — Me caes bastante bien.

— Lo sé, ¿verdad? — sonrió el mayor. — Que se jodan. Hay que seguir comiendo. De todas formas tenía planeado renunciar a mi cargo.

— ¿En serio?

— No, pero ya veo que no funciono para esto.

Jeongin volvió a sonreír, Seungmin pensó que se veía bastante lindo de esa forma. Esa fue la primera vez que conversaron y comieron ramen juntos. Después de ello, ya que nadie los había detenido hasta entonces, el mayor le hizo un recorrido por toda la escuela. En la caminata se contaron de todo, se dieron cuenta de que había mucha química, pronto intercambiaron números celulares y terminaron en las gradas del enorme patio del pabellón principal.

— Entonces te eligieron como delegado por tus buenas calificaciones — dijo Jeongin sorprendido. — Eso es bueno, ¿no crees? Podrían ofrecerte una beca si continúas con sobresalientes.

— Si lo dices así, pues, sería excelente. — admitió Seungmin, y no tardó en comenzar a imaginarse un mundo de posibilidades. — Mis padres ya se esfuerzan bastante porque esté en una escuela de Seúl. Sería increíble también estudiar en una universidad de aquí.

— Si seguimos siendo amigos, podríamos ir a la misma universidad.

— Créeme, muy pocas personas me caen bien, y si terminamos siendo amigos, no te voy a soltar — indicó Seungmin, haciendo reír al menor, el cual no dejó de sonreír satisfecho con su primer día de clases. No se consideraba la persona más afortunada de todas, así que, conocer a alguien que lo hacía reír tan seguido era como un tesoro. — Por cierto, ¿por qué te cambiaste de escuela? Digo, es bueno tenerte aquí, pero...

— Oh, ammm... Ya sabes. — desvió su mirada a otro lado y se rascó el cuello ligeramente. La mueca que hizo pasar por sonrisa le dejó en claro a Seungmin que no era un tema que podía volver a tocar. — Mamá decide, hijo obedece.

Al término de las clases, Jeongin tuvo que irse de la escuela lo más pronto posible, por lo que no pudo despedirse de su nuevo amigo. Ni siquiera conocía bien a Kim Seungmin, pero algo le decía que el chico probablemente hubiera querido acompañarlo a su casa, y no podía permitir algo así.

— Llegué — anunció apenas cerró la puerta tras de sí. Su madre apareció allí en un abrir y cerrar de ojos, ya que al parecer había estado en la sala. — Hola, mamá. ¿Cómo vas?

— ¿Qué tal tu primer día? — preguntó ella sonriente, para luego abrazarse a sí misma. — ¿Hiciste algún amigo?

— Sí, eso creo — respondió, cuando de repente percibió el olor de algo más fuerte que un cigarrillo. Tenía suficiente experiencia como para reconocerlo. — ¿Tienes invitados?

— Es sólo... No importa — le restó importancia con una mueca, se acercó a él y tocó su brazo con cariño. — Me alegra que lo tomes así de bien, de verdad. Verás que pronto nos vamos a acostumbrar a este nuevo estilo de vida.

— Mamá... ¿Has estado tomando? — se le fue imposible no preguntar en cuanto percibió el alcohol en su aliento. La mayor se tapó la boca y se alejó un par de pasos hacia atrás. — ¿Quién está en la sala?

— Será mejor que vayas a tu habitación — dijo ella con seriedad. — Todo está bien aquí.

— Mamá... Apesta a marihuana — murmuró como si le estuviera diciendo un secreto, como si los vecinos pudieran escuchar a través de las paredes su conversación. — No podré dormir con algo así... Necesito ver a la persona que trajiste a esta maldita casa.

— Jeongin, hazme caso.

— Ya fue suficiente obediencia.

Y tras ello se dirigió a la sala, deshaciéndose de los esfuerzos de su madre por detenerlo. En cuanto estuvo allí, vio a su ex padrastro, con esa enorme pipa de vidrio, exhalando humo como si nada. A Jeongin se le revolvió el estómago, pero aun así se mantuvo parado bajo el marco de la puerta.

— ¿Y tú? — cuestionó con severidad. — ¿Qué haces aquí? — volteó a mirar a su madre, la cual no podía con la vergüenza. — Mamá... Nos habíamos mudado para alejarnos de él, ¿no es así? — inevitablemente sus ojos se llenaron de lágrimas. No podía creer que en el primer día ese hombre ya estuviera allí, y que su madre ya estuviera infectada de esas sustancias. — Dijiste nuevo comienzo, mamá... Lo prometiste.

— Ve a tu habitación, cariño.

— Saca a este imbécil de la casa. — demandó con el tono más duro que pudo salirle, pero la mirada de su madre le dijo de mil formas que no iba a hacerlo. — O se va él o me voy yo... No pienso volver a tolerar a tu amante...

— Jeongin...

— ¡Podrá ocupar el lugar de papá en tu cama! ¡¡Pero nunca en esta casa!! — se encaminó con rapidez al hombre que parecía estar a punto de quedarse dormido en el sillón, le arrebató la pipa y la lanzó con todas sus fuerzas al suelo, arrancándole un grito a su madre y causando el estallido de cientos de cristales por toda la sala. — ¡¡Nunca!!... Nunca, mamá, nunca. No mientras siga viviendo aquí.

Pero el arrebato de ira de Jeongin no cumplió el objetivo de hacer razonar a su madre y que ella misma botara a aquel hombre de la casa, en cambio, la mujer se acercó a su hijo indignada, lo pensó un par de segundos y le propinó una bofetada que dejó a Jeongin anonadado en su lugar.

— ¡¡Cuando digo que vayas a tu habitación, vas a tu habitación!! — gritó totalmente enfurecida. Miró por segunda vez los vidrios esparcidos, le ganó el enojo y volvió a golpearlo. Para la tercera vez fue por una botella de soju que estaba al lado del otro sillón y lo amenazó con lanzárselo — ¡¡Ve!!

Jeongin no quiso demostrar lágrimas, pero estas salieron por sí solas. Tocando su mejilla se fue con pasos veloces a su habitación, mientras repetía que eso sólo era producto del consumo continuo de su madre, que en realidad ella no era así y en cuanto se pusiera cuerda, le pediría disculpas.

Pero nunca pasó.

Las cosas seguían repitiéndose. Su mamá se volvió más violenta con él, ni siquiera quería volver a su casa. Lo único que terminó valiendo la pena en sus días eran las veces que se veía con Seungmin, ya sea para ver un partido de basquetball en la cancha de la escuela o para ir al club de teatro y burlarse de los malos actores. «¿Sabías que otro de mis actores favoritos también comenzó en un teatro así? Bueno, de todas formas no todos tienen la mezcla de suerte y talento» era el tipo de cosas que decía, por lo que solía sonreír y reír mucho con él.

Pese a ser menores de edad, lograron comenzar a trabajar de vez en cuando, en sus tiempos libres. Seungmin tenía bastantes familiares con pequeños negocios, y cuando solicitaban ayuda, Seungmin se lo llevaba consigo. Fue así como Jeongin decidió comenzar a ahorrar, y así pasó un año entero, hasta que se enamoró por primera vez.

— No te conviene — le aseguró Seungmin esa tarde en el parque. — Es un universitario. No necesitas más razones.

— Pero...

Casi ocho meses después de conocerse, Seungmin adivinó que Jeongin era gay, pero lo gracioso fue que se descubrieron mutuamente. Nunca hablaban de chicas, hacían comentarios sobre chicos lindos o famosos en anuncios que encontraban en la parada, y como no había incomodidad por ninguna parte, empezaron a ser cada vez más sinceros. Les gustaba los chicos, no había mucho misterio al respecto.

— Dijo que me ayudará a irme de casa. — contó Jeongin, mientras se balanceaba en el columpio suavemente. — Que podemos tomar un tren e irnos lejos con nuestros ahorros.

— Ya se besaron, ¿no es así? — preguntó de repente Seungmin. Jeongin detuvo sus movimientos y lo miró apenado — Fue tu primer beso... ¿Fue agradable?

— Supongo — soltó como si no fuera la gran cosa. — Bueno... Puede ser un poco incómodo cuando él quiere ir más allá y lo detengo porque no me siento listo... ¿o debería?

— ¡No! — exclamó Seungmin de golpe. — Con besarlo ya es mucho. — frunció el ceño y negó con la cabeza — Lo conoces desde hace como dos meses, ¿cómo puedes... — suspiró — No deberías entregarle tu corazón a alguien con tanta rapidez o terminarás herido. Los romances a esta edad no duran, Jeongin.

— Te aseguro que es el indicado — dijo el menor con cierta emoción y brillo en sus ojos. — Sé que sólo tengo diecisiete, pero puedo ver un futuro con él a mi lado... Y también estás tú allí... Es perfecto.

Seungmin frunció los labios y miró la luna llena en el cielo. No podía creer que su amigo hubiera caído tan rápido por una persona cualquiera. No le hacía sentido desarrollar sentimientos tan fuertes por una persona en cuestión de dos meses.

Y tal como le había dicho Seungmin, ese chico realmente no le convenía.

Esa noche Seungmin llegó corriendo al parque donde usualmente se veía con Jeongin y lo encontró llorando sentado en el columpio. Se puso de cuclillas frente a él y le preguntó con la mirada desesperadamente por una explicación.

— ¿Estás bien? ¿Te hicieron daño?

— Soy un idiota — murmuró Jeongin entre lágrimas. — Me engañó, Seungmin... Dijo que necesitaba mi dinero para que pudiera organizarlo, que compraría lo necesario, que lo esperara...pero él nunca llegó... Sólo un mensaje que decía que regresara a casa, porque me quedaría allí por siempre, y me bloqueó... Eso fue todo lo que hizo... Me borró como si fuera nada.

Y volvió a echarse a llorar, por lo que Seungmin se levantó, también lo paró a él y lo rodeó con sus brazos generosamente. Dejó que llorara todo lo que quisiera, porque ese chico no sólo se había llevado todos los ahorros de un año entero de Jeongin, sino también su corazón.

Su primer amor le había roto por primera vez el corazón. Y desde ese entonces Seungmin no volvió a escucharlo a hablar de los chicos de la misma forma. Ahora los veía como piezas de ajedrez, como juguetes divertidos que lo veían como si fuera un ser inocente y puro, por lo que siempre se aprovechaba de eso. Los chicos mayores que conseguía le compraban todo lo que quería y cumplían sus caprichos con tal de salir con él.

Jeongin ni siquiera recordaba con quién había tenido su primera vez, porque probablemente había estado muy borracho, sólo recordaba que había sido a los diecinueve, después de independizarse con Seungmin.

Mientras él iba a su último año en la escuela, Seungmin cursaba su primer año en la universidad, por lo que no tenían mucho tiempo para el otro. Ahí fue cuando comenzó a salir más seguido, a conocer a más personas, a experimentar de todo, excepto las drogas. Tenía cierta repulsión por esa sustancia, sin importar en qué presentación se encontrara o de qué tipo fuera, no importaba si quería escapar de sus recuerdos, de su pasado, de lo que sentía o de sí mismo, sólo tomaba, fumaba y bailaba, como si fuera el último día de su vida.

— Lo siento, pero no podemos seguir así. — le dijo Seungmin, el cual lo había esperado sentado en un sillón de la sala, en medio de la madrugada. — ¿Cómo le hiciste para que te dejaran entrar? Si olvidaste esto — y entonces le mostró una identificación falsa, en donde Jeongin tenía la mayoría de edad. El menor dejó de sentirse ebrio de repente. — Has crecido en un ambiente lleno de las cosas que ahora consumes...

— ¡Yo no me drogo! — exclamó Jeongin indignado. — ¿¡Y quién carajos te dio el permiso para entrar a mi habitación!?

— ¡Estaba en la puta cocina! — alzó la voz mientras se levantaba y lo enfrentaba con la mirada. — ¡Pero siempre andas tan ebrio que ni siquiera te acuerdas en dónde dejas tus cosas!

— Dámelo, Seungmin. — ordenó, estirando su brazo en su dirección.

— No.

— ¡Seungmin!

— Si vuelves a hacerlo, si vuelves a salir a uno de esos bares donde te pueden hacer daño, olvídate de volver aquí, porque dejaré de vivir contigo. — amenazó el mayor, observando cómo Jeongin enarcaba las cejas con incredulidad.

— ¿Qué?... No es mi culpa que no sepas divertirte. — contraatacó herido — Eres un amargado, siempre estudiando. Nunca has besado a nadie, nunca haces nada.

— No lo necesito.

— Todos necesitan a alguien, Seungmin. — sentenció con firmeza. — Pero nunca te das la oportunidad. No eches a perder mi vida porque no disfrutas la tuya.

— Te tengo a ti, Jeongin. No necesito a nadie más. — aseguró Seungmin, entonces lanzó la identificación lejos y le mostró sus manos vacías. — No necesitas hacer todo eso para encontrar a alguien que se preocupe realmente por ti. Yo estoy aquí. — pasó saliva, sintiéndose repentinamente nervioso, para después confesar — No quiero perderte. Me importas mucho. No quiero arruinar tu vida, te quiero detener ahora porque estás cavando tu propia tumba. — se fue acercando poco a poco, hasta que pudo tocar sus brazos, causando que Jeongin comenzara a llorar. — Recupera tus buenas calificaciones y entra a la universidad conmigo el próximo año, ¿sí? Te voy a ayudar, ya sea emocional o económicamente. No importa cómo o qué tipo de ayuda necesites, yo te la brindaré.

Jeongin no resistió más y lo abrazó con todas sus fuerzas. Lloró hasta mojar su hombro, y por más que lo intentó, no pudo controlar su respiración entrecortada. No importaba a cuántos bares fuera o a cuántas personas conociera, nada llenaba el gran vacío que albergaba en su pecho. Quizá la respuesta era Seungmin, quizá debía probar otro método. Seungmin era diferente, no era como su madre, él no lo iba a abandonar, ¿no es así? Seungmin siempre estaba allí, siempre lo esperaba y lo amaba incondicionalmente.

— Seungmin... — susurró, sorbió su nariz y tras pensarlo un par de segundos más, agregó — Hay que mudarnos...

— ¿Qué? ¿Por qué?

El menor cerró los ojos con fuerza, envolvió a Seungmin con sus brazos con más fuerza y dijo:

— Vi a mi mamá en uno de los parques que están de aquí a dos cuadras. Está cerca. No quiero que me encuentre.

Seungmin suspiró.

— Está bien. — aceptó al instante. — Buscaré algo. Pero, ¿lo harás?

— ¿Lo de la universidad? — cuestionó Jeongin, para entonces romper el abrazo y mirar a Seungmin fijamente — Lo pensaré.

— Bien. — soltó el mayor sonriente. Acarició la mejilla de Jeongin con cariño, observó su cabello desordenado y percibió el aroma del alcohol en su aliento, por lo que le preguntó sin pensar — ¿Quieres dormir conmigo?

Jeongin sonrió apenas y asintió sin problema.

— Sí. — murmuró, bajando la mirada — Gracias, Seungmin. Te quiero mucho.

— Yo también... — siseó Seungmin sin dejar de mirarlo. Jeongin se alejó de él y fue a su habitación para esperarlo en la cama. Seungmin sintió su corazón acelerarse con alegría, y aunque no era la primera vez que compartían la misma cama, cada vez que su mejor amigo dormía a su lado, lo abrazaba y lo mantenía a su lado, entonces Seungmin podía dormir tranquilo, porque sabía que él estaba seguro. Era su prioridad. — Te amo, Jeongin.

Por supuesto, ninguno sabía que Jeongin conocería a alguien en la universidad, alguien que se estrellaría sorpresivamente en la vida de ambos como un copo de nieve.

Holaaaa 💜💜
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué piensan de Jeongin?

Me alegra mucho liberar estos capítulos. Tenía pensado planear con mayor detalle este spin-off, y aunque he organizado muchas cosas con ayuda de "Primera nevada", aún no hay nada dicho y no sé cómo acabará este ff. Pero decidí mostrarles lo que tengo y continuar improvisando, así como hice con "Primera nevada", sería lindo 💜

Hacerles recordar que, el fanfic al que le estoy poniendo mucho mucho amor y atención se titula "De otro mundo", contiene minsung, hyunmin, changlix y chanlix principalmente. Les agradecería mucho el apoyo 💕

Gracias por su fe en mí 💗 Me gustaría que dejaran más comentarios, que es lo que más me gusta leer, sin importar cuál sea. Sin más que decir, les agradezco por haber llegado hasta aquí.

Nos leemos pronto 🌷

¬|JiNi_95|¬

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