Mexican Moon...❞ |Usamex.

Oleh bad_la_hoja

967 131 46

Oh amigo, aquí hacemos las cosas con calma. Dinero, arte, un corazón roto ¿A dónde quieres ir? Tras la junta... Lebih Banyak

Mexican Moon

967 131 46
Oleh bad_la_hoja

Y ahí estaba él.

Solo. En medio de la noche. Cansado. Con el corazón roto, sintiéndose destrozado desde el interior...

El frío viento nocturno golpeaba su rostro con fuerza. Sus rubios cabellos, aquellos que horas antes había arreglado con tanto esmero, ahora caían tristemente sobre su frente, moviéndose rítmicamente al compás del viento.

Y sus mejillas, se encontraban bañadas por las gruesas y saladas lágrimas que caían desde sus ojos sin poder parar. Ni siquiera sabía en qué momento había comenzado a llorar; si minutos después de haber reflexionado o justo después de haber visto ese mensaje...

Quizá simplemente no importaba.

Un pesado suspiro escapó de sus labios, y acto seguido volvió a encender su celular, posando su atención nuevamente en aquella conversación que posiblemente ya había leído más de cien veces aquella noche.

Era de Canadá.

"Odio decirlo, hermano, pero te lo dije."

"Deberías dejar de ser tan enamoradizo con aquellos que no te aprecian, valórate un poco más."

"Lo siento."

Y después de esos mensajes, lo siguiente que mandó fue una foto, una foto en donde se podía apreciar aquella persona a la que tanto amaba compartiendo un beso con alguien más...

Era algo que ya sospechaba desde hace tiempo, pero aún así no pudo evitar ceder ante la dolorosa sensación que se presentó en su pecho. Alzó la vista un momento, admirando con tristeza aquella bella y brillante luna mexicana, esa que bañaba con su luz todo alrededor y bajo la cual se suponía que esa noche sellaría su amor.

Sintiéndose como un tonto, aspiró aire con dificultad, y tras eso se limpió los ojos con la manga de su suéter, solo para después comenzar a caminar por las frías y solitarias calles de la Ciudad de México, consiente de que quizás aquella no fuera la mejor decisión y más aún tomando en cuenta la hora que era, pero en ese momento no importaba. Nada le importaba.

No supo por cuanto tiempo estuvo caminando, solo vagaba por ahí y por allá con la mirada gacha, desconectado del mundo a su alrededor, queriendo desaparecer de la tierra, rogando porque algo le sucediera y aquel sufrimiento terminara.

¿Tan difícil era encontrar a alguien que realmente disfrutara su compañía?

Hubo un momento en el que simplemente se detuvo, alzó la vista y miró a su alrededor, dándose cuenta de que se había alejado mucho del lugar donde se había hospedado, pues no lograba reconocer en donde se encontraba. Estaba perdido.

Soltó un suspiro, maldiciéndose a sí mismo.

Siguió caminando un poco más hasta que finalmente un taxi, con sus característicos colores rosa y blanco, acudió en su auxilio, por lo que sintiéndose un poco más aliviado, se subió al auto.

—¿A donde lo llevo? —Le cuestionó el hombre que conducía, girándose por un momento para mirarle.

USA lo meditó antes de hablar.

—To the Hotel Zona Rousa, s-señor... p-por favour...? —Dijo en un mal intento de español, rogando en su mente porque el otro hubiera entendido.

El hombre solo asintió, y acto seguido comenzó a conducir en dirección al lugar pedido.

El estadounidense no hizo más que suspirar, cansado, recargando su cabeza en el cristal de la ventana para admirar las calles de esa linda ciudad. Intentando distraerse con algo, pero la sensación en su pecho no le daba descanso, sentía que su corazón podría detenerse en cualquier momento.

Quizá fuera lo mejor.

No supo cuando, no supo cómo, pero de un momento a otro una dulce melodía llegó a sus oídos, y pudo distinguir una silueta a través de la ventana cuando el auto se detuvo por un momento al estar el semáforo en rojo. Su vista se posó casualmente sobre un chico que se encontraba sentado fuera de lo que parecía ser un pequeño bar a punto de cerrar, tocando la guitarra.

Con cierta curiosidad le miró hacerlo, resignado a dejarlo pasar cuando el semáforo volvió a cambiar a verde, sin embargo, un segundo antes de que el carro avanzara, aquel chico levantó la cabeza, dejándole ver de quien se trataba.

Al reconocerle, no pudo evitar sorprenderse.

—Stop, stop! Here is ok! [¡Alto, alto! ¡Aquí está bien!] —Exclamó al conductor algo sobresaltado, provocando que éste frenara en seco al escuchar su indicación.

—¿Aquí? ¿Seguro? —Preguntó desconcertado, pues si bien ya no estaban tan lejos, aún era bastante si planeaba irse caminando.

—Yes, yes, very segurou —Insistió el estadounidense, por lo que una vez pagó al taxista por su viaje, bajó del auto con cierta prisa.

Tras eso regresó por donde había ido, caminando velozmente sobre la acera mientras buscaba con la mirada el bar donde había visto a aquel chico hace cuestión de segundos, su corazón latía rápido por alguna razón.

No mucho después finalmente pudo localizarlo. A lo lejos, y entre la oscuridad de la noche, pero siendo iluminado por la tenue luz de las lámparas callejeras junto con el suave violeta del cartel del bar, pudo ver a aquel country mexicano sentado sobre una banca de madera, tocando dulcemente la guitarra mientras murmuraba por lo bajo una canción que no podía reconocer.

Detuvo su caminar, sintiéndose inseguro, reconsiderando la idea que tenía de acercarse a él mientras un montón de dudas nacían en su cabeza. Tragó saliva, nervioso.

¿Para qué era que había ido ahí?

Convencido de que aquello había sido un error, estuvo a punto de irse, retrocediendo un par de pasos e intentando ser lo más cauteloso posible para que el otro no notara su presencia, sin embargo, pudo confirmar una vez más que la vida lo odiaba cuando accidentalmente chocó con un par de botes de basura que no había visto antes, haciendo un gran estruendo.

México dio un brinco sobre su asiento a causa del susto, deteniendo la melodía que tocaba y alzando la vista sobresaltado, pues hasta hace tan solo un par de segundos había creído que se encontraba solo.

Entre la oscuridad de unos metros más allá pudo ver que algo se movía, y pronto también escuchó una maldición que lo desconcertó aún más. Estuvo a punto de ir a investigar, dispuesto a utilizar su guitarra como arma en caso de ser necesario, cuando entre las sombras vio salir a un muy avergonzado estadounidense, que aún maldecía y daba pasos torpes tras su pequeño accidente.

Al reconocer quien era, se tranquilizó.

—¿Gringo? —Cuestionó todavía algo desorientado.

—E-eh... Hello, beaner —Respondió notablemente apenado, aunque intentando aparentar que no era así.

—No mames wey, me asustaste ¿Qué haces aquí? Pensé que ya todos se habían regresado pa' su pueblo.

USA pasó saliva, tratando de pensar en una respuesta rápida, pues después de la junta de ese día había planeado "darse una escapada" y pasar su fin de semana en el país en compañía de su... 'ex amor'.

Claro que, por obvias razones, no le había dicho a nadie.

—I...planned to stay a few more days [Yo... planeaba quedarme unos días más].

—Ah bueno —Asintió el más bajo sin tomarle demasiada importancia, pues cuando había junta en su país no era de extrañar que alguno que otro country se quedara para vacacionar.— ¿Solo tú, o vienes con alguien más?

Estados Unidos trató de ignorar la punzada que se presentó en su pecho.

—Just me [Solo yo].

—¿Neta? ¿Ni siquiera Canadá?

El contrario negó con la cabeza, y México no hizo más que volver a bajar la vista hacia su guitarra.

—Ta' bien.

Un pequeño silencio se presentó después de eso, uno en el que sólo podía escucharse la suave melodía que el más bajo había comenzado a tocar de nuevo con el fin de aligerar un poco el ambiente, pues no podían negar que aquello era bastante raro para ambos, aunque quizá más para el estadounidense.

Porque no, contrario a lo que muchos podrían pensar, ellos no eran especialmente cercanos.

USA se mordió el labio con cierta incomodidad, sin saber qué hacer. México dejó de tocar repentinamente para volver a alzar la vista hacia él.

—¿Qué haces aquí a estas horas de la noche? ¿Que no te han dicho que es peligroso salir a la calle tan tarde? —Le interrogó, pero USA intentó no exaltarse ante eso.

—I wanted to go for a walk, but I got lost [Quería salir a caminar, pero me perdí].

—¿Querías caminar a las once y media de la noche?

—I left long before that [Salí mucho antes de eso].

—¿A qué hora?

—... at six [...a las seis].

—¿O sea que llevas casi seis horas caminando?

Estados Unidos dejó escapar un gruñido ante eso, le frustraba saber que el otro no parecía creer lo que decía. Por su parte, México soltó una risita.

—No tienes que intentar engañarme, gordis, si me dices la verdad no te juzgaré —Le aseguró con una pequeña y tranquila sonrisa, mirándole directo a los ojos.

USA apartó la vista un segundo después, mordiendo el interior de su mejilla al no estar del todo convencido.

—How can I be sure of that? [¿Cómo puedo estar seguro de eso?]

Una vez más, México rió.

—No tendría por qué —Respondió, levantándose de su asiento. —Lo que sea que me digas quedará entre nosotros, descuida.

Tras eso ambos se adentraron al interior del bar, uno seguido del otro, siendo el angloparlante quien caminaba detrás del más bajito admirando todo el lugar, notando de inmediato que no había nadie y que solo algunas de las mesas se encontraban bajo un techo rústico de madera, las demás se encontraban al aire libre.

—¿Te ofrezco algo de tomar? —Cuestionó el mexicano caminando detrás de la barra, tomando todo lo que quería con una seguridad que desconcertó al estadounidense.

—You work here? [¿Trabajas aquí?].

—No, pero soy amigo del dueño. Cuando me quedo hasta tarde me deja cerrar y tomar lo que quiera —Respondió encogiéndose de hombros. —¿Entonces quieres algo?

El gringo lo meditó un momento, creyendo que quizá algo de alcohol le viniera bien.

¿Cuál era esa cerveza que tanto promocionaba Bruce Willis? Ah, sí...

Uno tecate —Pidió, y México soltó una risita nasal al escuchar su pequeño error, más no le corrigió y le dio lo pedido, agarrando otra botella igual para él.

Acto seguido, ambos se encaminaron a la parte descubierta del bar, pero no tomaron asiento en una de las mesas, sino que subieron a una pequeña barda de piedra y se acomodaron ahí.

Chocaron sus botellas a manera de brindis, provocando que un "click" resonara por todo el lugar, y tras eso, finalmente dieron su primer trago.

—Bueno, ¿Ahora sí me vas a contar qué hacías exponiendo tu vida de esa manera? —Bromeó el más bajo, girándose a mirar a su contrario, que mantuvo la vista al frente mientras pensaba.

—I was planning to meet someone... [Planeaba reunirme con alguien...] —Expresó finalmente el mayor tras un par de segundos, y aquella máscara con la que hasta ese momento había pretendido que todo estaba bien, cayó cuando una profunda tristeza se reflejó en su mirar.

México lo notó, y no pudo evitar sentirse mal.

—No sabía que tuvieras pareja.

USA negó con la cabeza.

—It wasn't, at least not officially... [No lo era, al menos no oficialmente...] —Reveló, dando otro trago a su botella. —I was planning to propose to him tonight [Planeaba proponérselo esta noche].

—¿Y qué pasó?

El contrario tomó aire antes de responder.

—He does not love me... [Él no me ama...] —Dijo por lo bajo, aún sin atreverse a mirar al otro. Sus ojos se cristalizaron levemente, y una diminuta sonrisa triste apareció en sus labios.

Un pequeño silencio volvió a presentarse después de eso, México apartó la mirada pensando en qué decir, más el otro se adelantó.

—Actually, I think I've known for a long time... I just refused to accept it [En realidad, creo que ya lo sabía desde hace tiempo... solo que me rehúsaba a aceptarlo] —Siguió hablando el gringo, intentando mantener su tono tranquilo, aunque la aflicción era notable en su voz. —In fact, I'm not even sure if I loved him too... I think I was just trying to convince me that I did, but there was never really a connection between both... [De hecho, ni siquiera estoy seguro de si le amaba también... Creo que solo trataba de convencerme de que así era, pero en realidad nunca hubo una conexión entre ambos...]

—¿Entonces por qué estás tan triste?

USA dejó escapar una risita ante esa pregunta, y con cierta amargura, respondió.

—Hasn't it happened to you that... despite always being surrounded by people, you feel lonely? Or that everything goes too fast...? Or that you don't fit in anywhere...? [¿No te ha pasado que... a pesar de siempre estar rodeado de gente, te sientes solo? ¿O que todo va demasiado rápido...? ¿O que no encajas en ningún lugar...?]

México bajó la mirada, pensativo, sabiendo a lo que se refería aunque nunca lo hubiera dicho.

[A mí sí... Sé que es raro viniendo de alguien como yo, pero es cierto... Me he sentido solo tanto tiempo que me obsesioné con encontrar a ese amor que la gente tanto promete, pero hasta ahora, como verás, no he tenido mucha suerte...].

Y por primera vez en todo ese tiempo, USA se giró a mirar a su contrario, dedicándole una triste sonrisa que el más bajo no correspondió, pues cierto pesar también se había instalado en él cuando un recuerdo llegó a su mente.

Los ojos del gringo se encontraban llenos de lagrimas, y pasaba saliva constantemente en busca de aligerar el nudo en su garganta, como si hiciera un último esfuerzo por no llorar.

Porque él seguía corriendo, queriendo huir de todo a pesar de que el daño ya había sido hecho.

—M-miles have gone away, and my amor... h-he never come... [M-miles se han ido, y mi amor... él nunca vino...] —Expresó con la voz quebrada, y sin poder resistirlo más, finalmente dejó salir aquello que tanto había estado reteniendo, liberando ese doloroso llanto que le atormentaba desde el interior.

Un triste sollozo escapó de sus labios, y seguido de él, vinieron más y más, gruesas lágrimas brotaron de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas, sacando a flor de piel aquella enorme sensación de malestar que poco a poco le consumía.

México le recibió en sus brazos cuando el otro se inclinó hacia él, buscando algún tipo de consuelo e ignorando por un momento el hecho de que quizás aquello pudiera resultar un tanto extraño para el mexicano, pues él no era uno de sus amigos con los que siempre solía bromear en las juntas, no eran cercanos, y fuera de lo básico, no sabían casi nada el uno del otro.

El latino no hizo más que darle un par de palmadas en la espalda, y pronto, el estadounidense pareció tomar consciencia de que tal vez había sido un tanto raro o incómodo para el otro, así que se apartó de nuevo, haciendo lo posible por parar su llanto mientras limpiaba sus ojos una vez más.

El más bajo quiso decirle que no pasaba nada si se acercaba a él, pero el otro ya se había alejado antes de siquiera poder mencionarlo.

USA volvió a alzar la vista hacia el cielo, sintiéndose cansado, seco de tanto llorar, con un dolor en su pecho que no parecía querer disminuir, y menos al no poder evitar pensar en su fallido amor bajo la luz de esa bella luna mexicana, esa que parecía llorar con él al haber sido testigo de su desgracia.

Dio un último trago a su botella.

—Is it always this cute? [¿Siempre es así de lindo?] —Cuestionó USA melancólico, aún mirando las estrellas.

México alzó la vista de igual manera.

—Pss... algunas veces, otras está tan pinche contaminado que no se ve una verga jaja.

El estadounidense no pudo evitar reír ante ese comentario, y el mexicano rió junto con él, feliz por haberlo conseguido.

—¿Sabes, wey? —Habló México después de algunos segundos, con el mismo tono tranquilo que había mantenido toda la noche. —Puede que solo se le haya hecho tarde.

Estados Unidos le miró desconcertado, y por un momento creyó que el otro no había entendido nada de lo que había dicho hasta ahora.

—I waited almost four hours [Estuve esperando casi cuatro horas].

México soltó una risita. —Lo sé, pero no me refiero a eso.

Los ojos de ambos se encontraron por un momento, formando una cómoda conexión. Mientras los azules lucían tristes y confundidos, los marrones transmitían una calma y serenidad que pocas veces se podía encontrar. El latino sonrió al estadounidense cuando éste le miró, de manera dulce, buscando brindarle confianza, y cuando el más alto observó ese gesto, no pudo negar que se sintió más tranquilo.

—Me refiero a que, si tu amor nunca llegó a su cita, tal vez esa persona que esperabas no era tu verdadero amor, y si las personas con las que estuviste antes tampoco lo son, entonces quizá aún no llega y lo hará después... Puede que solo se le haya hecho tarde —Explicó, logrando que el gringo pensara en sus palabras. —Quizá es algo impuntual ¡Como yo! —Bromeó, soltando una risa. —Tal vez está perdido y también te está buscando...

USA pasó saliva al escucharle, una nueva sensación que no supo cómo explicar se presentó en su pecho.

En verdad esperaba que tuviera razón.

—But then... if not now... When will it arrive? [Pero entonces... si no es ahora ¿Cuando llegará?] —Le preguntó aún con la voz ligeramente temblorosa, deseando obtener una respuesta. México soltó una risita nasal.

—No hay manera de saberlo, gordis, puede que tarde, puede que no, esas cosas llevan tiempo ¿Sabes? No debes apresurarlo, mejor enfócate en ti y en las cosas que te gusta hacer mientras tanto, así cuando sea el momento tendrán muchas cosas de las que hablar.

El latino miró al cielo, con una sonrisa que le dio al gringo una esperanza en todo aquello. Suspiró.

—No te preocupes, te aseguro que tarde o temprano llegará, y cuando eso pase, ambos se amarán tanto que no querrán separarse jamás...

USA quiso sonreír también al observar al otro hablar con tanta ilusión, pues consideraba que era alguien bastante sabio debido a la manera en la que se expresaba. Sin embargo, pronto la sonrisa del mexicano fue disminuyendo hasta casi desaparecer, y una nostálgica mirada se presentó en su rostro. Se quedó en silencio, mirando a la nada mientras sus ojos se cristalizaban.

Estados Unidos lo notó, y le miró sin saber qué pasaba.

¿Qué había sido eso? ¿Qué es lo que de repente había apagado la luz de aquel chico? ¿Porque segundos atrás hablaba tan seguro y ahora no había más que tristeza en su mirada?

Oh... ¿Acaso es que alguna vez él también había tenido un amor...?

Si así era ¿Qué había pasado con él? ¿Quizá al igual que el suyo, se había ido? ¿Cómo alguien sería capaz de abandonar a ese alegre e inteligente country que ahora contenía su llanto frente a él?

USA le miró, sintiendo ganas de abrazarlo, pero se quedó quieto en su lugar, analizando esa nostálgica mirada en los ojos del otro, esa que le decía que extrañaba a alguien.

Podía ver un millón de años, y un millón de lágrimas detrás de sus ojos.

—What were you doing here? [¿Qué estabas haciendo aquí?] —Cuestionó el gringo, provocando que el otro volviera a la realidad y se girara a verle.

—¿Eh...?

—Yes, you know, before I arrived, what were you doing outside a bar, all alone and playing the guitar at half past eleven at night? [Sí, ya sabes, antes de que yo llegara ¿Qué hacías afuera de un bar, completamente solo y tocando la guitarra a las once y media de la noche?] —Volvió a preguntar, utilizando el mismo tono que el contrario había usado con él antes. —Haven't they told you it can be dangerous? [¿No te han dicho que puede ser peligroso?].

México dejó escapar una risa al darse cuenta de que ahora los papeles se habían invertido, y el estadounidense se sintió bien por haberlo hecho sonreír nuevamente.

—Pues nomás me dieron ganas de tocar la guitarra —Fue todo lo que respondió, volviendo a reír cuando USA le miró de tal forma en que le hizo saber que no creía en sus palabras. —No, no es cierto. La verdad es que solía reunirme con alguien en este bar, hace mucho tiempo.

Ahora el angloparlante pareció comprender.

—And who was that person? [¿Y quien era esa persona?].

México suspiró, sin abandonar su sonrisa.

—No importa.

Ambos siguieron ahí por un rato más, hablando, compartiendo anécdotas de sus vidas, y USA inclusive siguió tomando, razón por la que México dejó de hacerlo después de la primer botella, pues al parecer tendría que llevarlo al hotel donde se hospedaba, ya que según veía, el gringo no poseía mucha resistencia al alcohol.

¡Dos tecate! —Exclamó el más alto al pedir su segunda botella, y México se la dio solo porque estaba dolido, sin saber que se le subiría demasiado rápido.

Ahora el gringo no hacía más que balbucear o decir cosas sin sentido mientras se hallaba recargado en el hombro del latino, quién hacía un esfuerzo por comprender lo que el otro intentaba decir sin mucho éxito.

—MexicOou, I want to dAance. Take me home... take me to the Zona Rousa... [MexicOou, quiero bAailar. Llévame a casa... llévame a la Zona Rousa...] —Le pedía arrastrando la voz, y el nombrado no hizo más que soltar una risa por escucharle así.

—Ya estamos en la Zona Rosa, wey, además es tarde.

—Are we already in the Zona Rousa? [¿Ya estamos en la Zona Rosa?] —México asintió. —Hmm... then fuck it, I'll do it here [Mmm... entonces a la mierda, lo haré aquí].

Dicho esto, el estadounidense se levantó de donde estaba y bajó de la barda, algo tambaleante debido al alcohol que había ingerido. Y sin pensar mucho en lo que hacía, se paró frente al mexicano, quién sólo le observaba curioso.

—You will be my mariachi, and this will be my tequila [Tú serás mi mariachi, y éste será mi tequila] —Dijo señalando primero al country frente a él, y después mostrando su botella de cerveza. —I'll dance all night alone [Bailaré toda la noche yo solo].

Y tan pronto como lo dijo, se puso a bailar torpemente al ritmo de una música inaudible que solo se escuchaba en su cabeza, en compañía de nada más y nada menos que su botella de tecate. El mexicano no pudo evitar reír ante tan graciosa escena, pues jamás creyó ver al otro actuar de esa forma tan poco característica de él.

Parecía uno de esos borrachitos del centro.

—¡Te ves ridículo bailando así, tú solo! —Expresó el más bajo riendo con ganas, y el estadounidense no hizo más que sonreírle con diversión.

—Then come and dance with me! Let's be ridiculous together! [¡Entonces ven y baila conmigo! ¡Seamos ridículos juntos!].

México, a pesar de encontrarse divertido, negó con la cabeza suavemente al no estar seguro de ello.

—No wey, qué pena.

—Why? There's no one else watching, it's just you and me [¿Por qué? No hay nadie más viendo, solo estamos tú y yo] —Intentó convencerle, parándose delante del mexicano y jalándole suavemente de las manos hasta que, después de varias insistencias, el otro finalmente aceptó.

—Ta' bien, pues.

Tras eso el mexicano también bajó de la barda, y con cierta vergüenza se posó frente al estadounidense para bailar con él, dando un par de pasos hacia atrás en busca de mantener el equilibrio cuando el otro se le abalanzó encima al estar a punto de caer.

México dejó escapar un suave quejido ante eso, pues no hace falta explicar que el gringo era más grande y pesado, y el que no se encontrara en sus cinco sentidos solo lo hacía más complicado para el latinoamericano.

Con cierta dificultad, éste último tomó la mano izquierda del gringo y la unió con la suya, al mismo tiempo que pasó su brazo libre por la espalda del más alto para sostenerlo. USA se acomodó como pudo en lo que pretendía ser una típica posición de baile, solo que un poco más apretada ya que el más bajo ponía un esfuerzo extra de su parte.

Cuando los ojos de ambos countrys se encontraron, no pudieron evitar reír con cierta pena, pues aquello era un tanto raro, sí, pero no en un mal sentido.

—Sing a song... [Canta una canción...] —Pidió por lo bajo el angloparlante, y por alguna razón, al escucharlo, México no pudo negarse.

Comenzó a cantar aquella canción que había permanecido en su mente toda la noche, esa misma que el gringo había escuchado justo antes de su encuentro, con un tono tan bajo, casi susurrando, de una manera tan dulce y sentimental, como si de verdad sintiera cada palabra que sus labios pronunciaban.

Estados Unidos sólo se limitó a cerrar los ojos, y casi sin darse cuenta recargó su cabeza sobre el hombro ajeno, buscando disfrutar de ese pequeño momento, sonriendo ligeramente cuando los cuerpos de ambos comenzaron a balancearse suavemente a manera de baile, con un ritmo lento y tranquilo, siguiendo el compás de la dulce melodía que el más bajo murmuraba.

El tranquilo silencio que les rodeaba, y la fresca brisa nocturna, sumado al brillante cielo estrellado sobre ellos, solo hacía de todo un ambiente mucho más íntimo, como si estuvieran compartiendo todos sus sentimientos con ese simple baile, como si se brindaran mutuamente una especie de cercanía que ambos necesitaban sin saber.

Tal vez de alguna manera así era.

Una extraña y cálida sensación se presentó en el pecho de los dos countrys durante todo el tiempo que estuvieron así, sin embargo, llegó un momento en el que ambos simplemente se quedaron quietos y México dejó de cantar, ahora el silencio total les invadía a excepción de que alguna que otra vez se escuchaba algún auto pasar.

El mexicano pasó saliva, USA tomó aire, y por extraño que pareciera un pequeño dolor nació desde su pecho cuando ese frustrante sentimiento de tristeza volvió a él de la nada, recordándole la razón por la que estaba ahí, sintiéndose confundido y asustado.

No tanto por el hecho de que esa persona nunca llegó a su encuentro, sino más bien por lo que vendría a continuación, porque ahora estaba ahí, compartiendo su pesar con alguien a quien conocía desde hace tiempo pero de quien al mismo tiempo no sabía casi nada. Y se sentía bien...

Oh, vaya que se sentía bien...

Miró al cielo una vez más, intentando no llorar pero no pudo evitarlo, un par de lágrimas brotaron de sus ojos manchando el hombro del mexicano.

Éste al notar su llanto no hizo más que intentar consolarlo, cambiando su posición de baile por un abrazo con el que pretendía brindarle apoyo y que tal vez él también necesitaba. Los ojos del tricolor se cristalizaron también, un doloroso nudo se formó en su garganta pero hizo lo posible por ignorarlo.

Tres tecate... —Pidió el estadounidense entre sollozos cuando notó que poco a poco se le pasaba el efecto del alcohol y la tristeza volvía a él. No quería sentirse así, era mejor minutos antes, cuando su cabeza daba tantas vueltas que ni siquiera sabía lo que pasaba.

Esta vez México se negó.

—No gringo, ya es tarde y has bebido mucho, lo mejor será que nos vayamos de una vez.

El contrario se quejó en un tono bajito, volviendo a cerrar los ojos y apegándose un poco más al abrazo que mantenían. No quería irse.

—Just some little time more [Sólo un poco más de tiempo] —Un par de minutos era todo lo que pedía, solo eso, quería asegurarse de no olvidar ese momento. —Just a little kiss of mine...

México se aclaró la garganta, y tras eso se separó del abrazo para cambiar de posición, colocándose a un lado del angloparlante y sujetándolo de la espalda, permitiendo que él se sostuviera de sus hombros para poder caminar.

—Will you take me home? [¿Me llevarás a casa?] —Cuestionó el más alto arrastrando la voz, tomando la guitarra del mexicano, pues éste había estado a punto de olvidarla. —Take me where I can forget, pour favour... [Llévame a donde pueda olvidar, por favor...]

—Sí, bueno... te llevaré a tu hotel —Le respondió el contrario algo cansado, comenzando a caminar y guiando al otro hacia su carro.

—You are so veeery kind [Eres muuuy amable].

Tras eso, México subió al estadounidense en la parte trasera de su automóvil, y este casi de inmediato cayó dormido. Suerte que antes le había preguntado por el lugar en el que se hospedaba, o de lo contrario hubiera sido un problema llegar hasta ahí.

Mientras manejaba entre las solitarias pero iluminadas calles de su ciudad, el tricolor miró a su acompañante a través del retrovisor en silencio, tomándose un momento para admirarle cuando el semáforo se puso en rojo. Definitivamente se veía más tranquilo y calmado que hacía un rato, se miraba despreocupado, quizás hasta indefenso, y por un momento sintió la necesidad de protegerlo y estar con él, como si creyera que a pesar de todo podrían llegar a formar algo más grande que un simple "lo conozco".

USA no era muy bueno leyendo a las personas, pero México sí, y en ese momento comprendía que el estadounidense era un chico roto, alguien que a pesar de irradiar seguridad a donde quiera que iba y a pesar de su increíble y polémica reputación, tenía un corazón tan frágil como el de cualquiera, quizá más.

Por su parte, USA no estaba del todo seguro de lo que ocurría, pero si algo había logrado comprender es que México no era de esas personas que le contaba sus cosas o problemas a cualquiera, quizá por falta de confianza, tal vez porque no quería preocuparlos, o tal vez simplemente porque prefería mantener sus asuntos como suyos, no lo sabía, a penas lo conocía, pero el poco tiempo que había pasado con él aquella noche le hacía desear que las cosas cambiaran.

Él no era igual a los demás, su compañía lo hacía sentir cómodo, y por ello quería conocerlo más a fondo.

Lo que no sabía, es que una conexión ya había sido formada.

No mucho tiempo después finalmente llegaron al hotel donde USA se hospedaba. México le despertó y con un poco de trabajo logró llevarlo hasta su habitación, abriendo la puerta para que ingresara. Estados Unidos sólo se quejaba de que le dolía la cabeza.

—Bueno, pues... aquí estamos —Dijo México dejando al gringo en la puerta, con una sonrisa.

USA solamente asintió en silencio, algo triste, pues no quería despedirse, no quería que todo eso terminara.

—Y-you don't want to come in? It's late, you could spend the night here... [¿N-no quieres entrar? Es tarde, podrías pasar aquí la noche...] —Ofreció, en el fondo tenía la esperanza de que aceptara.

México sonrió, soltando un pequeño suspiro.

—No gracias wey, me quedaría pero mi chico me está esperando en casa, ya debe estar preocupado.

Una pequeña punzada se presentó en el pecho del más alto al escuchar eso, en ningún momento había mencionado que tenía pareja.

—Y-your b-boy...? —Soltó decepcionado, un brillo de tristeza se reflejó en sus ojos.

—¡Simón! Se llama Paco, es mi perro chihuahua y es bien canijo, seguro ya me destruyó la casa —Exclamó divertido, y al instante un gran alivio invadió a Estados Unidos. Sonrió también, sintiéndose como un tonto.

—Oh, I see [Oh, ya veo].

—Seguro le caerías bien, deberías conocerlo. Si planeas quedarte por más tiempo podrías venir a mi casa un día de estos —Sugirió el mexicano con una sonrisita penosa, provocando que un cosquilleo se presentara en el estómago del contrario.

USA vaciló un momento, más que nada porque no esperaba esa invitación, que por alguna razón, le alegró profundamente.

—Y-yeah... sure [S-sí... seguro].

Ambos se miraron el uno al otro con una sonrisa, ninguno quería despedirse pero sabían que tenían que hacerlo, así que tras algunos segundos, México habló.

—Me la pasé bien hoy, wey, a ver cuando volvemos a salir —Dijo sin más, acercándose al otro para darle un par de palmadas en el hombro a manera de despedida. —Nos vemos.

Y sin darle oportunidad al otro de responder, el mexicano se marchó, desapareciendo tras la esquina de aquel pasillo del hotel. USA se quedó en su puerta parado, sin saber qué más hacer, y pronto, ingresó a su habitación y cerró la puerta. Aún en silencio, cruzó aquella alcoba y salió al balcón que daba a la parte delantera del edificio, se recargó ahí y esperó.

A los pocos minutos aquel chico tricolor apareció de nuevo, saliendo del hotel y caminando hacia su carro, siendo iluminado por la blanca y brillante luz de esa tan bella luna mexicana, sin embargo, antes de subir, casualmente alzó la mirada y se topó con la imagen del estadounidense mirándole desde lo alto, esperándole para tener un último encuentro con él.

Le sonrió a la distancia y con su mano se despidió.

—¡Ya verás que todo va a estar bien! —Le gritó desde lejos, y USA no hizo más que asentir con una pequeña sonrisa decorando sus labios.

Ahora sí, México se fue, y tras perderlo de vista Estados Unidos ingresó de vuelta a su habitación. Se recostó en la cama y miró al techo, con una sonrisa que poco a poco se agrandó como no lo había hecho en mucho tiempo.

¿Por qué sus mejillas se sentían calientes? ¿Por qué de repente sentía como si flotara? ¿Por qué razón su corazón iba tan rápido y latía con tanta fuerza?

Claro que le había pasado antes, pero no así, no con esa intensidad.

Quizá hubiera sufrido de decepciones antes, pero si de algo estaba seguro, era que ese chico no lo iba a decepcionar.


.🥀.

No sé por qué me dan ganas de escribir cuando tengo un montón de cosas que hacer y no cuando tengo todo el tiempo libre del mundo, pero ahí está, desde cuando quería escribir un one-shot sencillito basado en esta canción y finalmente pude hacerlo jaja.

¿Han escuchado la canción? No es muy reconocida pero está muy linda, si no lo han hecho háganlo, a lo mejor y hasta les gusta. x)

No tengo mucho que decir, solo espero que haya sido de su agrado, y ya que sigo ocupado pienso continuar subiendo algunos one-shots que tengo planeados, en cuanto tenga un poco más de tiempo libre continuaré con los fanfics, lo prometo.

Espero se encuentren bien, baiii.

—Bad.

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

54.1K 2.7K 23
Esta es la segunda temporada de "solo un sueño" así que si no entiendes entra a mi perfil y entra a la historia "solo un sueño" Si ya la leíste pues...
2K 241 12
La dios todopoderosa para ver con sus propios ojos la tierra y a los dos seres que evitaron el armagedon. 'Crear todo lo que se me antoje no signific...
¡No Es Mío! Oleh Masi

Fiksi Penggemar

591K 79.4K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
22K 2K 6
Resumen: Jongin no puede controlar sus celos al ver a Luhan junto a su lindo novio Kyungsoo no puede ni mencionar el nombre de... ese. Parejas: - Ka...