El Infierno y la Gloria (y to...

BUSweetHope98 tarafından

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El Infierno y la Gloria (y todo lo que hay en medio)
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"Y no puedo parar aunque quisiera, en mi cabeza tal vez sólo estoy engañado.

Tal vez he estado desperdiciando todo mi tiempo"

—"Transpose", de Bad Suns.

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1

Después de un viaje tranquilo en motocicleta y una llegada a su casa que –gracias al cielo– no incluyó a su madre haciendo un escándalo, Yoongi se encontraba finalmente sentado en su cama.

Después de atravesar el pasillo que lo llevaría al departamento y ver por ahí a su hermana conversando con otra niña, después de entrar y ver a su madre completamente descompuesta gracias al alcohol en el sofá, Yoongi se metió a la habitación y cerró la puerta con seguro, se quitó la camiseta y buscó entre sus cosas hasta tomar la primera libreta que apareció en su campo de visión, también un lápiz.

Fue así como término sobre la cama con una libreta en su regazo mientras su mano se movía habilidosamente para hacer aparecer trazos desprolijos con el grafito, frunciendo el ceño y mordiendo su labio inferior ocasionalmente como una manifestación de la suma concentración que estaba poniendo en su trabajo. Yoongi estaba dibujando a Hoseok.

Cuando Minah encontró un retrato de Hoseok en otra libreta y preguntó quién era, Yoongi tenía bien presente que tenía que romper esos dibujos, también se prometió que no lo volvería a dibujar nunca más en la vida porque lo que sea que estaba creciendo en su interior era tan unilateral como irracional, también porque estaba resentido por la forma en la que había sido tratado por el hombre que antes lo hacía sonreír desde la distancia sin querer. Pero ahora, en la soledad de su habitación y con la seguridad de que no había nadie mirando para cuestionar la razón de sus trazos, Yoongi estaba dejando todo salir como lo hacía cuando tenía la oportunidad de subir al escenario, estaba dibujando sin parar como si los movimientos apresurados de su muñeca fueran un grito liberador después detener la boca cerrada por tanto tiempo. Yoongi se estaba esforzando por plasmar la esencia y el aura de Hoseok aunque estaba dibujando a toda prisa y estaba consciente de que el resultado definitivamente no sería de sus mejores trabajos, pero eso no importaba ahora, lo único necesario y vital en ese momento era liberar de algún modo la avalancha de sentimientos que se había atorado en sus entrañas desde antes y que había crecido diez veces más después de los besos sobre el Camaro rojo.

No había necesidad de cerrar los ojos y concentrarse en recordar la vívida imagen de Hoseok para dibujarlo, algo a lo que a veces tenía que recurrir cuando dibujaba otras cosas, sobre todo a Hyejoo; la imagen de Hoseok parecía haber sido marcada con fuego dentro de su mente, la visión de ese hombre sonriéndole y moviendo sus labios de color rosa mientras hablaba de las cosas que le apasionaban se proyectaba en su cerebro sin tener que esforzarse, tal vez por eso estaba consiguiendo plasmarlo tan claramente. Aun así, con cada respiración y con cada parpadeo, Yoongi volvía a recordar el destello cegador que apareció frente a sus ojos cuando Hoseok pronunció unas cuantas palabras antes de besarlo, el calor que inundó su cuerpo entero cuando sus bocas se rozaron y después se entrelazaron mientras él era sostenido por la cintura con tanto cuidado, como si él realmente valiera la pena o se mereciera ser tratado con dulzura. Cada vez que el lápiz tenía contacto con el papel y otra pequeña línea era dibujada, Yoongi volvía a percibir el sentimiento abrumador que lo atajó cuando la lengua de Hoseok tocó la suya, volvía a sentirse caliente y tembloroso en todas partes como si estuviera sufriendo una fiebre.

Yoongi dejó de mover su muñeca cuando se sintió satisfecho, dejó el lápiz en algún lugar aleatorio del colchón y observó la imagen recién creada por él, sintió ganas de sonreír, pero no lo hizo, sólo dejó la libreta en el suelo y se dejó caer de espaldas en la cama, llevándose ambas manos a los ojos para cubrirlos y sentirse un poco tranquilo, aunque lo único que consiguió al hacerlo fue ver a Hoseok detrás de sus parpados cerrados, respirando pesadamente y con los labios enrojecidos después de un beso.

Hoseok, que en ese momento estaba despidiéndose de Namjoon después de insistirle una vez más que tomara su dinero y el chico volviera a decirle que no aceptaría nada hasta que el auto pudiera encender; Hoseok, que observaba y le sonreía a Namjoon con una mirada aparentemente tranquila y las manos en los bolsillos de sus pantalones, pero que su mente no se encontraba en ese sitio en ese instante, de hecho, todo su pensamiento se lo había llevado Yoongi en su motocicleta y él no había sido capaz de recobrar la concentración durante el tiempo que estuvo trabajando con el otro menor. Hoseok estaba en blanco y al mismo tiempo no, su mente fabricaba toda clase de pensamientos y él trataba de hacerlos a un lado, pero ni siquiera de eso tenía control, también lo tenía Yoongi aparentemente, puesto que cada pensamiento empezaba y terminaba con él.

Se dio la media vuelta y regresó al garaje sólo para cubrir el auto otra vez y cerrar la puerta, pero estando ahí se congeló en la entrada, contrastando completamente con el calor que se apoderó de sus mejillas y las puso rojas, el mismo calor que también se esparció en las palmas de sus manos y las hizo sudar. Hoseok parpadeó rápidamente y juró poder sentir un cosquilleo apenas perceptible sobre sus labios, uno que no se parecía en nada a la sensación extremadamente placentera de la boca de Yoongi sobre la suya, pero que le hizo recordar ese momento. La forma en la que sus dedos se hundían en la pequeña cintura de Yoongi y sus labios se movían como si hubieran cobrado vida propia hizo que Hoseok terminara mirando al suelo como si estuviera avergonzado, como si alguien estuviera ahí para presenciar cómo había terminado tan afectado sólo por recordar los labios de Yoongi, su mirada llena de determinación y la calidez emanada de su cuerpo.

Y Hoseok cubrió el auto, cerró el garaje y regresó al interior de su casa, saludó a su hija y habló un poco con ella mientras le preguntaba qué quería cenar, pero Yoongi no salió de su mente. Hoseok preparó una buena comida para ambos y lavó los platos hombro a hombro con Minhee, se sentó un rato a fingir que la programación presentada por la televisión era interesante, dejó que las horas pasaran hasta que la chica se acercó para decir que se iría a dormir y él hizo lo mismo.

Pero mientras se daba una ducha, mientras se vestía con ropa mucho más cómoda para dormir y mientras acomodaba una sábana sobre su cuerpo después de apagar las luces, Yoongi no salió de su mente.

Hoseok miró el techo algunos minutos y cerró los ojos, pero ni siquiera así Yoongi salió de su mente.

Hoseok se fue a dormir con la imagen de Yoongi en su cabeza y ese cosquilleo delicado en sus labios.



2

Habían pasado un par de horas desde que Hoseok tomó el desayuno junto a Minhee, después de eso se fue a su habitación y se deshizo de la pijama. Al aparecer nuevamente en la sala principal de la casa, Minhee despegó los ojos de la pantalla de su teléfono celular y lo observó con el ceño fruncido. — ¿Irás a algún lugar? —preguntó.

—Estaba por decírtelo. Yoongi y yo iremos a comprar el abono para el jardín —Hoseok estaba abrochando su cinturón mientras hablaba, pero sus ojos estaban puestos en su hija, de ese modo pudo darse cuenta de que sus palabras no la hicieron para nada feliz. Minhee suspiró y rodó la mirada con fastidio, mirando su teléfono otra vez mientras una mueca amarga aparecía en su rostro—. ¿Pasa algo?

Su padre le había prometido no seguir desapareciendo todo el día para después no decirle nada, pero ahí estaba de nuevo, estaba a punto de hacerlo otra vez. Minhee recordó lo que le dijo su tía esa noche, ella aseguró que su padre lo haría otra vez y que lo seguiría haciendo durante el tiempo que pasara con él porque no le interesaba realmente, Minhee se propuso desechar ese pensamiento, pero era más que obvio que ella estaba en lo cierto, su padre iba a irse todo el día. —Piensas desaparecer de nuevo.

— ¿De qué hablas? —Hoseok terminó de acomodarse la ropa y se sentó cerca de la chica—. Sólo iré por lo que necesito comprar y regresaré a casa, no voy a desaparecer.

—Eso mismo dijiste antier, dijiste que sólo irías con Yoongi a un sitio y que estarías de regreso pronto, de repente mi tía apareció y dijo que habías mencionado que no sabías cuánto podrías tardarte y me quedé aquí sola todo el día, ¿eso es lo que piensas hacer otra vez? Ni siquiera te molestas en explicar qué es lo que haces.

—Minhee, ya te expliqué cómo sucedieron las cosas —respondió—. Cuando salí de la casa no tenía idea de lo que pasaría, no mentí. Ya te dije que lo que sucedió fue muy importante, pero también muy repentino, no estaba en mis planes tardar tanto y dejarte con tu tía.

— ¿Puedo ir contigo?

Los labios de Hoseok se abrieron al instante porque su cerebro estuvo a punto de traicionarlo y hacerlo decir un automático "no", pero se detuvo a tiempo. No se había detenido a pensarlo, pero en ese momento la idea de estar los tres juntos –Minhee, Yoongi y él– le provocaba náuseas, no tenía idea de cómo sería capaz de mirar a su hija a los ojos sin morir de la vergüenza. El día anterior no se había puesto a pensar en las consecuencias, había tomado a Yoongi en sus brazos porque eso era lo que su cuerpo y mente le decían que hiciera, porque eso era lo que verdaderamente quería, pero había ignorado el no tan pequeño detalle de que había un mundo real afuera del garaje.

—Minnie, no creo que...- —desde esas simples palabras Minhee ya lucía molesta—. Te aburrirás, yo sé lo que te digo. Ni siquiera voy a tardarme, ¿de acuerdo? Sólo iré por el abono y estaré aquí lo más pronto posible, Yoongi y yo todavía tenemos que trabajar, ¿recuerdas?

—Por eso mismo, papá, si sólo vas a ese sitio y no vas a tardar, entonces no hay ningún problema si yo voy, ¿no? —Hoseok se quedó callado—. Hasta pareciera que no quieres tenerme cerca...

—No, Minhee, no es nada de eso, para nada —se defendió —. Mira, ¿por qué no me esperas aquí en la casa? Estoy seguro de que en la tienda podré encontrar una canasta como la que puse en la casa, ¿te acuerdas? Estoy seguro de que en algún lugar tengo guardado un balón, puedo comprarla y ponerla, jugaremos como antes y...-

—Papá, ¿cuántos años crees que tengo? —Minhee lo interrumpió y se puso de pie—. Ya no puedes engañarme con promesas como lo hacías cuando era niña y decías que haríamos algo divertido más tarde, sólo lo hacías para que dejara de molestarte y pudieras trabajar. No soy una niña.

—Nunca dije que me molestaras, Minhee, no lo haces y no tengo idea de por qué piensas eso.

—Tal vez tenga algo que ver con que pareces siempre estar en otro mundo o tener algo que hacer desde que estoy aquí.

—Se supone que ya habíamos hablado de esto, Minhee, ¿no? Yo sé que muchas veces no pude pasar el tiempo contigo que yo hubiera querido cuando eras menor, pero no te estaba negando ni haciéndote a un lado a propósito, estaba trabajando. Solía creer que lo entendías y que no te molestaba, yo tampoco tenía idea de que pensabas todas esas cosas de mí desde que me separé de tu madre —Hoseok suspiró y se cruzó de brazos, Minhee desvió la mirada—. Y no estoy soltando palabras al azar, tampoco estoy haciéndote promesas, mucho menos quiero hacerte pasar por una niña.

—Entonces no le des tantas vueltas al asunto y llévame contigo, no es tan difícil —respondió. Hoseok no quería hacerlo, empezaba a dolerle la cabeza y eso que Yoongi ni siquiera estaba ahí, pero no quería seguir extendiendo esa discusión tampoco.

—De acuerdo, puedes ir conmigo



3

Un par de horas antes de salir de casa y después de tener como mil debates internos, Yoongi por fin pudo enviarle un mensaje de texto a Hoseok para preguntarle a qué hora debería ir, él le respondió diciéndole la hora que consideraba prudente y Yoongi dijo que estaría ahí puntualmente; Yoongi no lo sabía, pero Hoseok asumió –en el momento que leyó su respuesta–que no sería puntual.

Hoseok estaba en lo cierto, Yoongi jamás era puntual para absolutamente nada, pero ese día había despertado tan extasiado y enérgico, tan impaciente, que sin querer salió un poco más temprano de lo que debería. Yoongi se dio cuenta de eso cuando ya iba a medio camino, y aunque sabía que sería vergonzoso llegar así, ya no podía regresar. No tenía muchas opciones, incluso consideró estacionarse unas cuadras antes de la casa y esperar pacientemente a que fuera la hora adecuada, pero esa idea sólo hizo que Yoongi sintiera ganas de que alguien le diera un golpe en la nuca por ser tan absurdo. Había visto a Hoseok por tantos días casi seguidos hasta ahora y siempre se sentía tan nervioso como la primera vez, y bueno, con toda razón.

Cuando se estacionó frente a la casa y se quitó el casco, Yoongi se dijo a sí mismo que no valía la pena lamentarse y que ya estaba en el lugar, caminó hasta la entrada y respiró profundamente para lucir tranquilo antes de llamar a la puerta.

Mientras Yoongi se dirigía a casa de Hoseok, se preguntó un par de veces si él se sentía así de emocionado por verlo, si en el fondo también se sentía feliz, pero no quiso pensar en la respuesta, no quiso arruinar de cierta forma su felicidad porque estaba convencido de que ya pasaría algo en el futuro que lo haría por él. Aun con lo anterior, Yoongi no pudo evitar sonreír tímidamente cuando la puerta fue abierta, pero dicha sonrisa se deshizo de inmediato al darse cuenta de que Hoseok no parecía ni siquiera algo cerca de estar feliz de verlo.

Su mente se llenó de ideas rápidamente, un horrible hábito del que no se podía deshacer por más que lo intentaba y que la mayor parte de las veces lo hacía sentir una frustración tremenda e incontrolable, Yoongi se sintió bombardeado por un montón de pensamientos dentro de sí mismo, pero todos concluyeron en lo mismo: Hoseok estaba arrepentido de lo que había pasado entre ellos el día anterior.

—Hola, Hoseok... —Yoongi se sintió tan cohibido de repente que estuvo a punto de llamarlo "Señor Jung", pero hubo algo que no se lo permitió, ese necio aferro que lo hacía sentirse constantemente en el borde. No sabía que era posible, pero Yoongi se sintió aún más nervioso cuando notó que Hoseok quería decir algo, pero parecía no saber cómo.

—Hola, Yoongi —Hoseok ya sabía lo que tenía que decirle, pero no quería hacerlo, estaba seguro de que la presencia de su hija avergonzaría a Yoongi, pero no tanto como a él—. ¿Por qué no vamos afuera un momento? Hay algo de lo que debo hablarte.

—Este... Lo siento si llegué demasiado temprano, lo que pasa es que no tengo idea de lo que le pasó al reloj de mi celular y... Bueno...

—Papá, estoy lista —justo cuando Hoseok estaba por decirle que la hora no era el verdadero problema, Minhee apareció detrás de él, demasiado concentrada en su teléfono como para notar de inmediato a Yoongi. Como no hubo ninguna respuesta, Minhee miró en dirección a su padre y se sorprendió al ver ahí al otro chico—. Hola, Yoongi.

No hubo necesidad de que alguien se lo explicara, la aparición de la chica y sus simples palabras lograron que Yoongi entendiera el nerviosismo de Hoseok y que el suyo aumentara a niveles exponenciales. A Yoongi le daba vergüenza ver a esa chica a la cara desde que la conoció, así que tenerla cerca después de lo sucedido en el garaje era lo que menos quería; Minhee no era idéntica a Hoseok, pero sus ojos eran muy parecidos a los suyos, así que, cada vez que Yoongi la veía, no podía evitar pensar en ese vínculo que siempre estaría ahí. —Hola... —respondió Yoongi con un pequeño hilo de voz.

—Linda, ¿podrías ir a buscar mi billetera? Creo que la dejé en el cuarto —pidió Hoseok, Minhee sonrió y asintió antes de desaparecer por donde había llegado. Justo después de que su hija los dejara solos, Hoseok le hizo una seña al menor para que lo acompañara afuera.

—Ella va a ir... —Yoongi tenía intenciones de que sus palabras salieran como una pregunta, pero no lo consiguió, probablemente porque la realización lo había golpeado como un tren y él aún estaba un poco sorprendido; se sentía incómodo y ni siquiera estaba Minhee ahí.

—Sí, ella... —Hoseok se aclaró la garganta antes de continuar. Sabía que no era necesario que alguno de los dos explicara algo, ambos sabía por qué reaccionaban así—. Ella insistió mucho y le dije que estaba bien si venía con nosotros.

El mayor dejó salir un gran suspiro antes de buscar algo en uno de sus bolsillos traseros, sacó su billetera y Yoongi frunció el ceño al verla, confundido, pero en ese momento Minhee apareció diciendo que no la había encontrado y Hoseok, con su maravillosa capacidad para pretender, se llamó a sí mismo un despistado y dijo recién haberse dado cuenta de que estuvo en sus pantalones todo el tiempo.



4

La única persona que fue capaz de decir alguna palabra durante el trayecto hacia la tienda fue Minhee, quien dos o tres veces soltó algún comentario trivial dirigido hacia su padre sobre algo que había visto o una cosa relacionada con sus amigos, Hoseok asintió de forma comprensiva y le respondió, también le sonrió por el espejo retrovisor, pero fuera de eso no pudo decirle nada más. Yoongi, que venía atrincherado en el asiento del copiloto, ni siquiera pudo levantar la mirada. En el interior de la tienda las cosas no cambiaron demasiado, Hoseok llevaba uno de esos carros metálicos pero dos veces más grande que los que normalmente se usan para las compras convencionales y avanzaba por los pasillos con pasos tranquilos, buscando lo que necesitaba, Yoongi y Minhee caminaban detrás de él, hombro a hombro sin estar demasiado cerca.

— ¿Yoongi? —Al escuchar su nombre salir de los labios de la chica, Yoongi alzó su mirada un poco y la observó con detenimiento—. Uhm... ¿C-cómo va lo que estás haciendo con mi padre?

Ojalá su mente no fuera tan traicionera y al escuchar "Lo que estás haciendo con mi padre" él hubiera pensando en el maldito jardín y no en otra cosa; el chico se encogió de hombros mientras se aclaraba la garganta y respondió. —Pues...Va bien, supongo... Yo no sé mucho de estas cosas, sólo hago lo que me dice tu papá.

Minhee esbozó una sonrisa comprensiva y miró al suelo. —Supongo que dejarás de ir a la casa cuando el trabajo esté terminado, ¿no? —la pregunta de Minhee era obvia y era un pensamiento que estaba de forma permanente en la mente de Yoongi, aunque él trataba de hacerlo a un lado la mayoría del tiempo.

—Sí, supongo...

—Me rindo, hace años que no venía a una tienda como esta y no tengo idea de dónde está el abono, creo que lo mejor será buscar un empleado... También necesito un foco para el garaje —Hoseok detuvo sus pasos y se dio la media vuelta para mirar a Yoongi y a su hija, ahí pudo corroborar lo que estuvo imaginando todo el tiempo mientras caminaba por la tienda: Yoongi seguía luciendo completamente incómodo ante la presencia de Minhee—. Yoongi, vamos a ir a...-

—Papá —irrumpió Minhee antes de que pudiera terminar de hablar—. Si quieres ves a buscar a un empleado, Yoongi y yo podemos ir a buscar los focos, ¿te parece bien?

Por un momento Hoseok creyó haber escuchado mal a su hija, pero sus ojos albergaban una determinación muy parecida a la suya cuando realmente quería algo; después miró a Yoongi y recordó que a quien menos le sentaba bien la situación en general era a él, no quería hacerlo sentir como un títere a disposición de él y su hija, que sólo se pudiera mover a donde alguno de los dos dijera. Y finalmente, sentía cierta lástima por su hija, que lo estaba haciendo sentir repugnante porque ella no tenía idea, Hoseok sabía que decirle simplemente "No, Yoongi irá conmigo", sería como demostrar sobre ella otro tipo de autoridad posesiva e invisible que ella no sabía que poseía. Hoseok no sabía por quién sentirse peor.

—Si a Yoongi le parece bien, por mí no hay problema —Hoseok dejó caer los brazos a los costados de su cuerpo y no miró a Yoongi para no presionarlo porque sabía que su hija probablemente sí lo observaría.

Yoongi no lograba entender por qué Hoseok tomaría esa actitud cuando él debería ser la otra última persona que querría que Minhee y él estuvieran a solas, pero ahora parecía que realmente no le importaba y Yoongi no podría decir que prefería ir con él sin que pareciera raro, así que se encogió de hombros de manera apenas perceptible y asintió. —Claro.

—De acuerdo. Estoy segura de que vi los focos y esas cosas como dos o tres pasillos antes. Ven, Yoongi —Minhee envolvió su mano alrededor de la muñeca de Yoongi y empezó a caminar en la dirección contraria a Hoseok, quien sólo observó todo en silencio antes de hacer lo mismo, pero solo.

Eventualmente Minhee dejó ir la muñeca de Yoongi y caminaron juntos por los pasillos, o más bien, Minhee avanzó hasta donde creyó haber visto lo que su padre dijo que buscaba y Yoongi la siguió en silencio, tratando de no lucir muy fuera de lugar. Cuando Minhee llegó al pasillo que buscaba, se adentró a él y empezó a observar todas las opciones en los estantes, Yoongi sólo se recargó en la primera superficie cercana que encontró y esperó con los brazos cruzados.

—Yoongi, ¿puedo hacerte una pregunta? —ella no estaba mirando a Yoongi, estaba inclinada revisando el contenido del último estante.

—Espero que sea una fácil —respondió Yoongi con simpleza, pero fue suficiente para que Minhee sonriera y se levantara hasta quedar de pie a su lado.

— ¿Sabes si le pasa algo a mi papá?

— ¿Algo como qué? —preguntó Yoongi. La menor agachó la mirada y arrastró su pie enfundado en una zapatilla de color blanco por el piso como si eso la ayudara a encontrar la explicación adecuada; Yoongi no pudo evitar observarla con más atención y terminó pensando en el enorme contraste que ella hacía con Hyejoo. En todas las veces que Yoongi había visto a Minhee, ella estaba usando ropa delicada y con colores claros, le daban un aspecto brillante y prolijo, como si ella escogiera con cuidado cada pequeño elemento que pondría sobre ella cada día. Hyejoo era todo lo contrario, siempre estaba hablando de lo mucho que su papá odiaba que usara medias rotas y chaquetas que eran varias tallas más grandes a la de ella, que su cabello negro y largo no fuera estilizado con cuidado o que no se pusiera ropa que la hiciera lucir "bonita". Y a pesar de que Yoongi solía ser del tipo de chico cuya mirada sólo seguía a las chicas que se esmeraban mucho en su aspecto, su atención siempre se iba detrás de Hyejoo sin querer, a él no le molestaba seguirla o escucharla, sostenerla o hacerla reír porque ella lucía mil veces más bonita cuando abrazaba su cintura sobre la Ducati y lo llamaba "una buena persona". A Yoongi no le gustaba que las personas tuvieran ese concepto sobre él por varias razones, mucho menos Minhee, pero había algo en él que quería esmerarse por mostrarle a Hoseok que no era tan malo aunque siempre dijera que sí. Ni siquiera Yoongi estaba seguro de qué quería que Hoseok viera en él.

—Algo como lo que te dije el otro día, que siempre está distraído, pero hoy lo pude notar más. Hace rato en el carro parecía como si hubiera visto un fantasma, estuvo todo callado e incómodo todo el camino y empiezo a creer que es por mí... Él dice que no —dijo Minhee—. Namjoon también dice que mi papá hace cosas extrañas.

— ¿Namjoon? ¿El tipo que viene a lo del carro?

—Sí. A Namjoon le parece raro que mi padre y tú se lleven bien después de lo que pasó —Minhee sonrió—. ¿Consideras que mi papá y tú son amigos?

Yoongi sintió un nudo formarse en su garganta automáticamente. —Yo no diría "amigos", pero... Supongo que nos caemos bien... O algo así.

— ¿Por qué? —Volvió a preguntar, Yoongi la observó sin entenderla del todo—. Quiero decir, ¿por qué te agrada mi papá?

—Pues... Tu papá es... —Yoongi sintió sus manos sudar inevitablemente y una media sonrisa amenazando con aparecer en su rostro—. Tu papá es un buen tipo... Él es inteligente y creo que también es comprensivo, o por lo menos hace lo mejor que puede... Hoseok tiene buenas intenciones aunque pareciera que la mayoría del tiempo no sabe muy bien qué hacer con ellas y él es...-

Yoongi se vio interrumpida por la pequeña risa apenas audible de Minhee, ella se cubrió la boca con la mano. —Lo siento...

— ¿Qué?

—Nada, algo tonto —respondió, todavía sonriendo—. Es sólo que describiste a mi papá como si fuera este ser inmaculado que hace todo bien, así solían hablar de él los demás en la escuela y nuestros familiares antes de que... Bueno, antes de que se fuera de la casa. Hace tiempo que no escuchaba a alguien decir cosas tan buenas de él, de hecho, últimamente lo que menos escucho de él son cosas positivas.

— ¿Lo dices por tu tía?

—Sí y no —Minhee cerró los ojos por un momento y suspiró, Yoongi pudo notar que le costaba trabajo hablar de ello—. Mi tía puede decir muchas cosas Yoongi, mi mamá también dijo bastantes en todo este tiempo, pero yo... Yo también puedo verlas por mí misma, ¿sabes? Sé por qué se fue de la casa, sé que era difícil para él y que merece ser feliz, pero se fue en el momento más difícil, tampoco estuvo ahí cuando murieron los padres de mamá y las veces que lo vi después del divorcio fueron pocas. Mi mamá y mi tía dijeron que se fue no sólo porque ya no estuviera enamorado de mi mamá, sino porque ya no quería tener una familia, dijeron que se hartó de nosotros.

—Yo... Bueno, sé que puede que no conozca del todo a tu padre, pero a mí no me parece así —Yoongi había escuchado a Hoseok hablar de su hija, e igual como él había dicho que él hablaba de su hermana, así se expresaba de Minhee, era obvio que era lo más importante para él—. Estoy seguro de que tu padre no se fue por eso.

—Sí, lo sé, es sólo que nunca me imaginé verlos separados... Ni siquiera ahora me gusta imaginarlo cerca de alguien que no sea mi mamá —Minhee hablaba sin mirarlo y Yoongi agradeció que no lo hiciera, no quería que ella notara la culpabilidad escrita por toda su cara ante esa última declaración.

—Y tú... —Yoongi se aclaró la garganta y miró a otro sitio—. ¿Qué harías si tu padre decidiera salir con alguien más?

—No sé si me gustaría... Mira, yo sabía que ellos tenían problemas, pero tenía fe en que se arreglaran, yo no quería perder a mi familia ni dejar de vivir con mi papá —declaró Minhee. Al no recibir respuesta de Yoongi, sólo negó un par de veces y fingió restarle importancia—. Mira, sólo olvídalo, ni siquiera sé si estás entendiendo a lo que me refiero. No creo que entenderías cómo es llegar y ver a una mamá destruida ya un papá ausente. Es difícil.

Yoongi observó a Minhee en silencio unos segundos antes de llevarse ambas manos al rostro y empezar a reír; no quería minimizar sus sentimientos, pero su manera de decir las cosas le recordó a cuando Taehyung se quejaba de lo difícil que era su vida por sus tormentas hechas en un vaso de agua.

>> ¿Qué te parece tan gracioso?

—No, nada... Nada importante —eventualmente Yoongi dejó de reír y sólo se cruzó de brazos, pero una pequeña sonrisa seguía en su rostro—. Es sólo que puede que tengas razón... Tal vez una madre alcohólica y un padre que no veo desde que tengo ocho años no me den la capacidad suficiente para entenderte.

La expresión de Minhee –que hasta ese momento empezaba a lucir molesta– se transformó por completo en un segundo y su mandíbula prácticamente cayó hasta el suelo, el labio inferior de la chica tembló y ella claramente tragó saliva deforma pesada. —Yoongi... —comenzó—. Oh, Yoongi, yo... Realmente lo siento, de verdad, no tenía idea, no quise...

A Yoongi no le molestaban cosas como esas, le dejó de importar desde mucho tiempo atrás y no se enojaría por algo tan estúpido cuando Minhee no lo sabía, pero aun así se encogió de hombros y fingió mirar el suelo con unos ojos llenos de tristeza. —No te preocupes, siento no poder entenderte...

—Yoongi, no... No, no, te juro que no fue mi intención decir algo tan egoísta como eso... —Minhee tenía ambas manos sobre el pecho, ahora parecía al borde de las lágrimas, Yoongi la miró de reojo y suprimió una carcajada.

—No me digas que vas a llorar... —Minhee lo observó rápidamente al escucharlo hablar y dejó salir un gran suspiro al ver que sonreía—. No vayas a llorar porque yo no tengo idea de qué hacer cuando alguien llora frente a mí.

—Tendrías que haberte hecho responsable, Yoongi, sí iba a llorar —Minhee hizo un pequeño puchero y cerró los ojos, Yoongi se rio aún con los brazos cruzados—. Aun así siento lo que dije, fue insensible y estúpido.

—No pasa nada, no es algo que me importe mucho, así que te agradecería que no llores —Minhee rodó los ojos con fastidio y le dio un suave golpe amistoso en el hombro al chico.

Los dos estaban riendo cuando Hoseok apareció en el pasillo, el carro que antes estaba vacío ahora tenía dos costales de abono y él observaba a Yoongi y a su hija de forma dubitativa.

—Encontré el abono —soltó Hoseok de repente, haciendo que los dos voltearan a verlo.

—Y yo los focos —respondió Minhee, todavía sonriendo.



5

Cuando estuvieron de regreso en la casa, Yoongi ayudó al mayor a bajar los dos costales de abono del automóvil y Hoseok le pidió a Minhee que dejara los focos adentro, que él se encargaría de instalarlos más adelante, él se dirigió al garaje para buscar la herramienta que necesitarían para trabajar con lo que habían comprado.

Antes de que la chica entrara a la casa se detuvo frente a Yoongi con una expresión apologética. —Sólo para corroborar... No estás enojado conmigo en serio por lo de hace rato, ¿verdad, Yoongi? —le preguntó—. A veces no pienso bien lo que voy a decir... No me imaginaba que tú estuvieras pasando por una situación mil veces más difícil que la mía.

—Claro que no, todo bien —respondió, obteniendo una sonrisa de Minhee como respuesta. Yoongi creyó que todo se quedaría ahí, pero ella se acercó a él para abrazarlo suavemente y susurrar un muy ligero "lo siento". Yoongi sintió sus manos temblar y sus mejillas llenarse de calor, pero aun así sólo extendió la palma de su mano en la espalda diminuta de la chica con timidez.

Mientras abrazaba a Minhee, Yoongi volteó en dirección a donde se había ido Hoseok y lo pudo ver salir del garaje con las manos ocupadas, él se detuvo a medio camino y sólo se quedó de pie como si sus piernas hubieran echado raíces en el patio. La expresión en el rostro de Hoseok no decía absolutamente nada, no parecía enojado o molesto, pero tampoco tranquilo, simplemente estaba ahí con los ojos bien abiertos, como si él tampoco pudiera entender, probablemente porque realmente no lo hacía. Hoseok no entendía y cada pequeña acción, interna y externa, lo asustaba mil veces más que la anterior. ¿Qué debería hacer? Más bien, ¿qué quería hacer? ¿Quería que Minhee se separara de Yoongi? ¿Con qué derecho pediría una cosa como esa? ¿Qué clase de hombre sería por tener pensamientos de ese tipo, esa clase de celos que involucraban un abrazo entre un chico y su propia hija?

—Te veré después —Minhee se apartó de Yoongi y se despidió con la mano antes de ingresar a su casa, cerrando la puerta detrás de ella y dejándolos solos en el jardín.

Hoseok se acercó cuando su hija ya no estuvo ahí y depositó las herramientas en el suelo, cerca de los pies de Yoongi. —Hoseok... —comenzó el menor, pero no pudo decirle algo más.

—Bien, Yoongi —Hoseok le sonrió ampliamente, pero Yoongi supo de inmediato que sonreír no era lo que realmente quería hacer, sino lo que le habían dicho que era propio hacer cuando se enfrentaba con un sentimiento que no podía expresar. Yoongi no tenía idea de cuál era ese sentimiento y ya no estaba tan seguro de querer saberlo—. El trabajo que nos queda por hacer es simple ahora que la tierra está aplanada, sólo hay que distribuir bien el abono y para mañana podemos empezar a poner el pasto, hoy en la mañana marqué para que lo trajeran temprano.

—E-está bien...

Para cuando los dos hombres concluyeron con su trabajo (lo cual les tomó mucho menos tiempo de lo que Yoongi había imaginado) el sol seguía brillando con fuerza en lo alto del cielo, ambos estaban sudados y cansados, pero solamente Hoseok se sentó en la banqueta a tomar un respiro, no llamó a Yoongi para que lo hiciera junto con él a pesar de que el chico se quedó parado en el sol. Había una incomodidad entre ellos que Yoongi odiaba, y la odiaba mucho más porque creyó que no volverían a sentirse así, parecía como si hubieran dado diez pasos hacia atrás en lo que sea que estaba pasando entre ellos. Yoongi no sabía si Hoseok quería que se fuera o se quedara, no sabía qué había pasado por su mente al verlo abrazar a su hija, pero sentía la necesidad de explicarle que no era nada, que ella se estaba disculpando por una tontería.

Yoongi llegó hasta donde estaba Hoseok y se sentó bastante cerca, el otro hombre no se inmutó ni presentó reacción alguna, continuó su desinteresada tarea de tomar pequeños gránulos de tierra del suelo para deshacerlos entre sus dedos.

>>Hace rato... Tu hija se estaba disculpando conmigo por algo que dijo en la tienda, sólo eso... Por eso me abrazó.

— ¿Por qué me estás diciendo esto?

—No lo sé —respondió Yoongi con franqueza, pasando una mano por sus cabellos azules—. Sólo quería que lo supieras.

— ¿Puedo saber qué fue lo que te dijo que la hizo sentir que ameritaba disculparse?

Yoongi temía que Hoseok le preguntara porque sabía que eso implicaría repetirle las cosas que Minhee había dicho en la tienda, cosas que estaba seguro que no lo harían sentir precisamente bien, pero sabía que Hoseok estaba en todo su derecho de saber. —Me dijo algunas cosas sobre... Cómo se sentía desde que te divorciaste... —murmuró inseguro—. Me preguntó qué pensaba de ti y dije que eras un buen tipo... Ella mencionó que es la primera vez en mucho tiempo que escuchaba a alguien hablar bien de su papá.

—Supongo que eso tiene mucho que ver con su madre y con su tía —Hoseok sonrió porque ya sabía muy bien a dónde iba todo esto, y aunque entre su sonrisa apenas y se asomaba la furia, ésta salió a relucir cuando tomó una piedra del suelo y la arrojó lejos con fuerza; en la calle no había nadie que lo viera y lo recriminara por sus acciones.

—Sí, algo así. Después ella dijo que yo no entendería lo que es una casa con una madre que está hecha mierda y un padre que no existe —dijo—. Por eso se disculpó conmigo.

—Me gustaría que hubiera una manera de hacerle ver a Minhee las cosas con claridad... Supuse que nos estábamos llevando bien y todo eso, pero estoy seguro de que Yoobin debió haberle dicho muchas cosas, sé que Minhee puede ser influenciable a veces aunque sea inteligente —Hoseok frunció el ceño con desagrado como si la misma Yoobin estuviera frente a él en ese momento—. A veces pienso que jamás debí haberme divorciado... A veces creo que todo sería mejor si yo simplemente me hubiera quedado ahí a cumplir con mi deber.

— ¿Y qué hay de lo que tú querías? —Preguntó el menor—. Lo que tú sentías... ¿Simplemente lo ibas a ignorar?

—Pues lo hice toda mi vida, Yoongi, y funcionó bien... La primera vez que decidí no hacerlo le pedí el divorcio a Sunhee y... Bueno, me imagino que ya no vale la pena pensar en eso.

La mención de la mujer hizo que Yoongi recordara los deseos de Minhee de ver a sus padres juntos de nuevo y se preguntó si los temores y arrepentimientos de Hoseok algún día serían tan fuertes y agobiantes que terminaría atreviéndose a repetir todo el ciclo una vez más. — ¿Todavía sientes algo por ella? —Hoseok lo volteó a ver de inmediato—. Por Sunhee, quiero decir... ¿Todavía la quieres?

—Si siento algo por ella es agradecimiento y cariño por todos los años de su vida que me regaló y la hija que tuvimos, pero sólo eso —Hoseok no dudó ni un segundo antes de contestar—. Pero nada más... Si sintiera otra cosa jamás me hubiera divorciado.

Hubo una larga pausa de silencio.

>> ¿Te has enamorado alguna vez, Yoongi?

—N-no... No lo creo... —Yoongi sintió su rostro arder y lo hizo todavía más cuando los ojos de Hoseok se pusieron sobre él—. He salido con algunas personas, pero... Nunca he sentido algo así.

—Hay algo, Yoongi... Que me ha dado curiosidad desde el principio —la voz de Hoseok se minimizó y Yoongi detectó que sentía pena por lo que estaba por preguntar—. ¿C-cómo supiste...? Quiero decir... ¿Cómo supiste que te llamaban la atención los chicos?

—De hecho, me llaman la atención ambos, aunque la mayoría del tiempo me encuentro a mí mismo observando más a los chicos que a las chicas... Creo que cuando tenía como trece o catorce años me di cuenta de que los tipos también llamaban mi atención, siempre miraba pero nunca me atreví a hacer algo en serio hasta que... —respondió, Hoseok sintió que le subían todos los colores al rostro porque era la primera vez que escuchaba a alguien decirlo con tanta naturalidad. Yoongi se dio cuenta de que Hoseok estaba avergonzado y se detuvo—. Lo siento... Por decirlo así nada más.

—Está bien, Yoongi, yo pregunté —dijo—. Prosigue, por favor.

—Pues... ¿Recuerdas a Taehyung? Mi compañero de clase —Hoseok asintió—. Bien. Un día me metí en problemas y me dijeron que debía quedarme después del timbre a hacer alguna mierda que ya no recuerdo, a Taehyung le tocó vigilarme y... Estábamos solos en el salón, ya no quedaba nadie en la escuela y... Algunas cosas pasaron. Eso fue el año pasado y solíamos tener sexo desde entonces.

— ¿Con sexo te refieres a...? —Hoseok no terminó su pregunta y Yoongi lo observó con obviedad.

— ¿A qué otra cosa podría estarme refiriendo con sexo?

—S-sí, lo sé... Es sólo que me tomó por sorpresa... —los dedos de Hoseok no podían dejar de moverse sobre su regazo, Yoongi lo notaba y tenía unas ganas terribles de poner una mano sobre la suya para que dejara de hacerlo, sólo por eso—. ¿Él y tú...? ¿Todavía...?

—Mmm... La verdad no —respondió con simpleza—. La última vez no fue hace mucho, pero yo pensaba dejar de hacerlo pronto de todas maneras, ya no me llama la atención como al principio.

— ¿Puedo saber por qué, Yoongi?

Yoongi sonrió a medias y experimentó un debate interno fugaz sobre si la pregunta de Hoseok era en serio o si el hombre simplemente quería alimentar su ego, pero eligió la primera opción porque sabía lo ingenuo que podía llegar a ser. — ¿Qué quieres de mí, Hoseok? —le preguntó.

—M-me temo que no te entiendo, Yoongi...

—Debí imaginar que dirías eso —declaró—. ¿De veras no lo entiendes?

—No realmente...

Yoongi no pudo evitar dejar salir una tenue carcajada mientras negaba con la cabeza, miró a Hoseok directamente a los ojos y le sonrió de nuevo. — ¿Recuerdas qué fue lo que dije antes de que te besara en el salón de clases la primera vez?

Hoseok no sabía hacia dónde mirar, si a los ojos del chico como lo haría cualquier persona civilizada en medio de una conversación normal, o a sus labios, que lo arrastraban como si de repente él estuviera bajo un hechizo. —D-dijiste que no podías sacarme de tu cabeza, que yo estaba ahí todo el día...

—Bueno, ahí está tu respuesta —declaró Yoongi—. Me arruinaste para todo el mundo desde antes de siquiera hablarme, no tenías nada que ver conmigo y desde aquel momento yo ya no podía siquiera ver a Taehyung a los ojos sin terminar pensando en ti. Espero que me hayas entendido ahora.

Hoseok pudo sentir su respiración detenerse de una ante la facilidad con la que esas palabras tan comprometedoras abandonaban los labios del chico hasta ser depositadas sobre él como el néctar más dulce. A pesar de la cantidad de riesgos a la que se enfrentaban cada vez que se acercaban, a la peligrosa sensación amarga que lo inundó por completo al ver a Yoongi en los brazos de su hija, él aún quería eso, quería que Yoongi siguiera derramándose sobre él sin descanso.

A pesar de que la calle estaba vacía en ese momento, habían visto pasar a una o dos personas cada tanto desde que empezaron a trabajar y desde que se sentaron en la acera también, así que las posibilidades de que alguien pasara por ahí todavía eran elevadas.

Pero Yoongi aun así puso una mano suavemente sobre la mejilla de Hoseok y se aproximó para besarlo en los labios.

Fue un beso corto, pero sus labios aun así se entrelazaron por unos segundos antes de separarse, Hoseok aun así sintió cada vello en su espalda levantarse y sus ojos cerrarse por el placer como si estuviera por caer dormido.

—Yoongi, n-no... ¿Qué haces? —respondió algo alterado, pero sin alzar la voz—. Eso estuvo mal... Estamos aquí afuera y cualquiera podría habernos visto, Minhee pudo haber salido.

—Lo siento —"No pude detenerme", pensó, pero no lo dijo.

Era algo peligroso a lo que estaban jugando, pero Yoongi sabía que no había excusas o fallos provechosos cuando se trataba de ellos dos, así que tenía que tomar lo poco que estuviera a su alcance con tal de tener a Hoseok aunque fuera sólo instante para él.

Yoongi continuó: >>Si ese es el caso... Tal vez deberíamos ir a donde no puedan vernos.

Los pequeños ojos de Yoongi brillaban con algo que Hoseok no había visto antes, pero que lo atraía tanto como siempre, que lo hacía desear no tener que apartarse nunca y salir a fingir que entre ellos no estaba pasando nada, que dentro de él no estaba creciendo nada que lo hacía pensar en Yoongi todo el día. Hoseok se puso de pie y Yoongi lo observó con temor, como si estuviera preparado mentalmente para irse de ahí si es que se lo pedía, pero Hoseok solamente respiró profundamente para tratar de controlarse y empezó a caminar hacia el garaje, a Yoongi le tomó más de un segundo comprenderlo sin palabras de por medio, pero después de hacerlo se puso de pie a toda prisa y siguió a Hoseok hasta que ambos se encontraron perfectamente a solas.

La puerta fue cerrada como en ocasiones anteriores, pero ésta vez fue Yoongi quien tomó el control y se acercó a Hoseok como una presa hasta que el hombre no pudo retroceder un paso más y su espalda estuvo adherida a la pared, la diferencia de altura y tamaño no impidió que Yoongi encerrara a Hoseok entre sus brazos y lo besara rudamente hasta que el mayor sintió las piernas temblorosas y su cuerpo completo llenarse de calor. Yoongi quería más, quería llegar más lejos y quería llevárselo todo, así que empuñó la hebilla del cinturón de Hoseok y lo hizo acercarse de un solo tirón hasta que sus entrepiernas se rozaron entre sí. Hoseok gimió sonoramente y tomó a Yoongi de las caderas para tenerlo más cerca y comenzar a moverse sin dejar de besarse.

No pasó mucho tiempo para que Hoseok sintiera su miembro empezar a despertar, pero eso sólo lo incitó a moverse con más fuerza contra Yoongi, quien tenía los ojos cerrados y le costaba trabajo mantener la boca cerrada para no emitir sonidos que pudieran ser escuchados más allá del garaje. Yoongi enredó uno de sus brazos alrededor del cuello del más alto e invirtió las posiciones, siendo él ahora quien estaba contra la pared, ladeó la cabeza para darle acceso a su cuello y Hoseok no lo pensó dos veces, empezó a dejar besos húmedos por el pálido cuello del chico y a succionar la piel caliente hasta que manchas rojizas empezaron a aparecer.

Yoongi puso la otra mano sobre el pecho de Hoseok y fue descendiendo entre sus cuerpos hasta posicionarla en su entrepierna para dar un suave apretón. Hoseok, que sostenía el lóbulo de Yoongi entre sus dientes en ese momento, gruñó directamente sobre su oído ante el tacto. No lo detuvo, no se apartó, sólo disfrutó de ello porque era la primera vez en años que alguien parecía saber exactamente dónde tocarlo para excitarlo, para ambos se sentía como algo completamente nuevo porque había pasado mucho tiempo desde que algo como esto despertaba verdaderos deseos en ellos, los besos de otras personas y el sexo se había vuelto monótonos para ambos con el paso del tiempo.

Un corto sonido de mensaje no fue suficiente para Yoongi, no representó ningún impedimento ni lo hizo querer detenerse para ver de quién se trataba, pero después del primer timbre vino otro, luego otro y finalmente otro. Hoseok se separó de él con la respiración agitada y usó su dedo pulgar para limpiar el rastro brillante de saliva que había dejado en la comisura de la boca del chico. — ¿No vas a contestar? —le preguntó.

—No quiero parar —respondió Yoongi y se acercó para besarlo de nuevo, pero Hoseok lo detuvo—. ¿Qué?

—Podría ser importante.

Yoongi lo pensó un momento y suspiró, después buscó su teléfono celular en el bolsillo –que seguía sonando por la llegada de mensajes– y miró al mayor con determinación antes de siquiera ver quién hablaba con tanta insistencia. —Prométeme que no me vas a apartar después de que conteste esto.

— ¿Acaso yo sí luzco como si quisiera parar? —preguntó Hoseok retóricamente. A Yoongi le sorprendió momentáneamente su honestidad, pero sonrió porque también le gustaba demasiado y porque Hoseok simplemente lucía tan encantador así, cuando no tenía miedo o estaba preocupado, cuando estaba siendo él mismo o simplemente tenía los labios hinchados y brillantes por saliva, se frente cubierta de sudor y el bulto prominente en sus pantalones de mezclilla, mismo que no estaba tratando de ocultar como la última vez.

Hoseok dio un par de pasos hacia atrás para darle al menor algo de espacio y Yoongi observó su teléfono celular, encontrándose con un montón de mensajes de su madre diciéndole que a qué horas pensaba aparecer en la casa, aunque probablemente sólo se trataba de ella enojada por cualquier mierda y al no haber encontrado con qué desquitarse, lo primero que pensó fue en Yoongi, en los mensajes también se leía que, si no volvía pronto al departamento, encontraría sus cosas afuera.

—Puta mierda... —Yoongi guardó su teléfono celular y se cubrió el rostro con ambas manos—. Mi madre quiere que vuelva a casa, dice que va a echarme.

—Vamos, te llevaré.

—No, no pasa nada, estaré bien —Yoongi sacó una cajetilla de cigarros de su bolsillo trasero y le ofreció uno a Hoseok, pero éste se negó—. Vamos, necesitas uno... Definitivamente necesitas calmarte.

Hoseok pensó entonces en la erección en sus pantalones y se dio la media vuelta, Yoongi rio bajito y guardó la cajetilla antes de encender uno para él.

>>Supongo que esto no era a lo que te referías cuando dijiste que era necesario que nos apartáramos.

—Pues no precisamente —Hoseok se recargó en el automóvil sin dejar de ver al chico—. Pero... Supongo que ya te habrás dado cuenta que yo tampoco hice mucho por apartarme.

—Oye... —Yoongi caminó hasta él y se acomodó entre sus piernas, lo besó en la frente con suavidad y lo sostuvo por las mejillas—. Está bien.

—Está bien —repitió.

—Será mejor que me vaya ahora si no quiero llegar y encontrar toda mi mierda regada por la calle, ya me la hizo una vez —Yoongi sonrió, pero Hoseok no lograba lucir tranquilo, así que se acercó un poco más y lo abrazó con fuerza, dejando que el hombre escondiera el rostro en su cuello—. Hasta mañana.

—Hasta mañana, Yoongi —sólo después de que Yoongi se apartara, Hoseok fue capaz de sonreírle de vuelta.



6

Yoongi no esperaba ver a Kim Namjoon aproximándose a la casa de Hoseok cuando él iba saliendo mientras empujaba su motocicleta para llevarla a la calle. Yoongi siguió avanzando aunque sintió la mirada del otro chico inspeccionarlo de los pies a la cabeza, y cuando estuvieron más cerca, se detuvo al ver que Namjoon tenía intenciones de saludarlo.

— ¿Qué tal, Yoongi? —Namjoon le ofreció su mano para que la estrechara y a Yoongi le pareció extraño que el chico le sonriera tan ampliamente cuando no se conocían, pero aun así correspondió a su saludo—. ¿Cómo va todo?

—B-bien... Hola —respondió con timidez—. Creí que no vendrías a arreglar el auto hasta dentro de unos días.

—Sí, así es, pero en realidad sólo me pasaba por aquí para preguntarle al señor Jung si de casualidad no se encontró mi billetera en el garaje... No la encontré y llevo todo el día como loco buscándola, espero que esté aquí —explicó—. ¿Tú no la viste, de pura casualidad?

—Mmm, no... D-debo irme ahora, tengo algunas cosas que hacer...

—Ah, claro, Yoongi, no te quito más el tiempo —Namjoon volvió a sonreír como si el mundo fuera perfecto y Yoongi sólo asintió levemente antes de llegar a la calle por completo y tratar de encender su motocicleta—. ¡Ah, Yoongi! Casi lo olvido, antes de que te vayas... Hay algo que quiero preguntarte.

— ¿A mí?

—Eres el único Yoongi aquí.

— ¿Qué pasa?

—Nada importante, Yoongi, sólo tenía una duda insignificante...

>> ¿Por qué el señor Jung y tú están mintiendo?

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