Melodías del corazón || PJM

By CheilaAbreu_

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¡Sin editar! Mérida, una talentosa diseñadora, decidió viajar a Corea del Sur para encontrarse con su amiga... More

Prólogo
Cap. 0
Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 7
Cap. 8
Cap. 9
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 12
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 16
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Epílogo
Extra
ANUNCIO

Cap. 15

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By CheilaAbreu_

— ¿Después de que tiempo te gustaría que hiciéramos público nuestra relación? — Jimin, mientras caminábamos de regreso a la casa, me preguntó.

Lo miré algo confundido, no sabía qué responder. — ¿Por qué me preguntas eso?

— No lo sé, solo quiero saber.

— Pues... No lo sé, cuando tú creas que sea hora de hacerlo, no llevamos mucho tiempo juntos así que por ahora no sería bueno hacerlo. Espera, no lo sé... Uno o dos años tal vez para luego hablar con los demás y preguntarles qué les parece la idea. — respondí mirándolo. — Sabes que no todas las personas lo tomarán de buena manera, ¿verdad? No a todo el mundo le agradará nuestra relación por muchas razones.

— Sabes que eso no me importa, lo que importa es que te quiero y eso no cambiará. — dijo sin titubear. Mis ojos lo miraron alegre, no sabía que diría esas palabras tan bonitas así que lo abracé. Jimin se sorprendió por mi abrazo sorpresivo, me miró sonriendo y también me abrazó.

— Gracias por decir eso. — comenté escondida en su abrigo.

— No tienes que agradecer por algo que siento.

Levanté la mirada para verlo. — Pero es que vamos tan deprisa con esto que a veces pienso que todo es un sueño del cual no me gustaría despertar jamás. — mis ojos se cristalizaron al imaginarme una vida sin él. — No quiero tener que despertar algún día y ver que todo esto solo era parte de alguna imaginación.

Jimin se detuvo mirándome algo confundido, me tomó de la barbilla y limpió la lágrima que bajaba por mi mejilla. — Mírame, esto no es un sueño, es la realidad, estamos juntos de verdad, no tienes por qué temer a nada. Estoy aquí para ti siempre, y si llega a ser un sueño como dices, entonces trata de no despertar, ¿okey? Porque sin ti, mi sueño también desaparecería.

Y las lágrimas hicieron su trabajo. Empecé a llorar, no podía evitarlo, limpiaba mis mejillas con mis manos tratando de calmarme, pero no podían parar.

— Hey, mi pequeña luciérnaga, no llores. — Jimin me ayudó a limpiar mi rostro para luego acercarme a él y abrazarme. — Estaré aquí siempre, así sea esto un sueño o no, siempre me tendrás así que no llores.

Un: "Te adoro tanto" salió de mi boca entre su abrigo. Lo abracé fuerte con los ojos cerrados deseando que todo esto no fuera un sueño más. Luego de haberme calmado y dejado de llorar, Jimin me acompañó hasta una cuadra de la casa, los dos íbamos tomados de la mano como si nada más entre los dos importara. Los dos nos detuvimos cerca de la entrada de la casa, Jimin me miró con una sonrisa en su rostro mientras sostenía mis manos.

— Mírame, no quiero verte llorar, ¿Está bien? Eres muy hermosa para hacerlo, no quiero que sufras. — una de sus manos acarició una de mis mejillas haciendo me que dejé llevar por su roce, incliné la cabeza hacia ésta en una sonrisa.

— No me pidas algo que es difícil de evitar, así como no se puede evitar ser feliz por momentos, no se puede evitar llorar.

— Bueno, tienes razón, pero igual, trata de no llorar y menos por cosas que no tienen importancia, ¿está bien? — asentí sonriendo de labios cerrados. — Bueno, ya me tengo que ir, hay mucho por ensayar.

— Trata de no forzarte tanto, eres humano y también puedes enfermarte o cansarte. — le aconsejé haciéndole entender que no tenía que tratar de ser perfeccionista para hacer quedar bien con el fandom porque ya era lo suficientemente perfecto para ellos aún con sus imperfecciones.
— Lo intentaré.
— No lo intentes, hazlo.

Él agachó la mirada asintiendo. — Está bien, lo haré, no te preocupes. Bueno, ya me tengo que ir. — nuestros labios se unieron en un corto y tierno beso, luego se separó. — Después hablamos, ¿sí?

Asentí algo preocupada. — Cuídate y por favor, escríbeme cuando llegues.

Asintió y se alejó de la casa en dirección a su auto. Espere a verlo entrar en éste y alejarse para luego entrar a la casa.

— Mérida, ¿Dónde andabas?  — Jisoo quien salía de la casa, me preguntó. — Me tenías preocupada, no contestabas mis mensajes.

— Te dije que saldría a caminar, estaba escuchando música y la data del celular está apagada.

— Cierto, lo olvidaba. — miré a Christopher a su lado y ella lo notó. — He, iba a acompañar a Christopher, ya se iba así que...

— Jisoo cariño, no tienes por qué decirme lo que harás o no, eres adulta y es tu vida, no tienes que darme cuentas de lo que haces y con quien. — le dije sin expresión alguna. — Iré a dormir, buenas noches.  — la besé en la mejilla y entré a la casa.

El día del concierto. El grandioso día había llegado, era sábado, día en el que army's de todo el mundo vendrían a ver el concierto de los chicos porque no crean que solo asistirían army's asiáticas, ¡No! También habían registrados muchos fanáticos extranjeros que vendrían a verlos. Todos estaban emocionados, despiertos, activos para el suceso de la noche, excepto yo. A último momento me había llegado un correo de Hybe pidiéndome que fuera a trabajar como parte del personal para maquillar a los chicos durante los "cortes comerciales" por así decirle. En fin, el caso es que no voy a poder estar con Jisoo viendo el concierto, -que por cierto, le dio mi boleta al Christopher- pero al menos me conformo con tener la oportunidad de maquillarlos aunque si quería ir al concierto como una fans más.

Los chicos hasta el día de hoy seguían ensayando, quería que todo saliera perfecto y que no hubiera ningún problema al final del día. Llegué temprano para organizarme y saber a quién o quiénes me tocaban maquillar, salí a la parte de la tarima por un poco de aire y pues obviamente para ver a los chicos ensayando. Caminé por la parte de enfrente del lugar y sin que nadie más que ellos lo notaran, los saludé con un beso volador mientras sonreía. Mientras los veía noté que estaban algo cansados y que aun así seguían dándolo todo, eso me preocupaba un poco, me preocupaba el hecho de que no puedan más cuando se estén presentando y suceda algo malo, tenía miedo, miedo a que algo llegara a pasar durante el concierto, pero son BTS, unos chicos fuertes, aprueba de balas y de dolores, aunque son personas y también sienten, sufren y se cansan.

-------- ≪ °✾° ≫ --------

— Bien, el momento ha llegado, ¿Están listos? Salen en diez minutos, ¿okey? — el supervisor le aseguró a los chicos que se prepararan.

Los chicos emocionados y algo nerviosos empezaron a brincar calentándose para el momento, luego de desearles suerte y estar preparados, salieron al escenario.

Era la hora, era la hora de que los chicos salieran a darlo todo con todo, army's desde sus asientos no paraban de gritar sus nombres; "BTS, BTS, BTS", una y otra vez se repetía entre el público, definitivamente era una locura lo que ocurría allá afuera.

El concierto estaba de lo mejor; la música, las luces, la tarima, las energías de los chicos mezclada con la del público era algo fenomenal, casi difícil de explicar. De verdad que BTS era lo mejor para este mundo y para Army. Habían pasado ya una hora, los chicos cantaban terminando de cantar "So What", de lejos se podía notar lo agotados que estaban, los sudores no se detenían al igual que ellos, sus energías seguían al cien, o eso parecía hasta que terminaron de cantar y mientras regresaban por un receso uno de ellos calló al piso. Al principio no me había dado cuenta, estaba terminado de preparar junto a otras chicas el siguiente vestuario que usarían hasta que escuché al público gritar: "Ouh!". Rápidamente levanté la mirada en busca de lo que haya provocado eso en ellos y vi de lejos a Jimin siendo levantado por sus compañeros. Ahí se me detuvo todo, mi corazón dejó de latir, mis pulmones dejaron de funcionar, mis huesos se helaron, sentía que iba a morir.

Los chicos llevaron a Jimin hasta una de las sillas que había en el lugar de los vestidores, uno de los chicos me miró, notó mi expresión asustada y me hizo una señal de que todo estaba bien y que no tenía por qué preocuparme, pero ¿Cómo no me podía preocupar, cuando lo que más quería en este mundo se veía sin fuerzas frente a mí? Y yo sin poder hacer nada más que mirar. Parte del personal fue corriendo hasta donde el rubio, a brindarle ayuda con lo que necesitara. Mis piernas empezaron a temblar, mis manos sudaban y mi corazón latía a millón, quería correr y saber qué sucedía, pero no podía, no tenía permitido interactuar con ellos a menos que fuera a maquillarlo.

Mi celular vibró en mis pantalones haciéndome despertar del susto. Lo saqué y noté que era una llamada de Jisoo, me moví a un lugar donde no había mucha gente alrededor y contesté.

En la llamada:

— Mérida, ¿Estás bien? ¿Qué pasó? Noté que uno de los chicos se desmayó saliendo del escenario, ¿Sabes quién era?

Nerviosa y casi llorando respondí. — Jisoo, Jisoo, era Jimin, Jimin fue el que se desmayó.

— ¡¿Qué?! Pero ¿Cómo? ¿Por qué?

— No lo sé, no lo sé, solo se que los chicos lo trajeron y ahora le están atendiendo. — las manos me temblaban, tenía miedo. — Jisoo, estoy asustada, ¡¿y si le pasó algo? ¿Y si sucedió algo malo?!

— Mérida, cálmate, trata de tranquilizarte. No es bueno que te pongas así en estos momentos. Esperemos a que todo esté mejor y los chicos nos digan más tarde, ¿Sí? — asentí al celular. — Mientras tanto, trata de calmarte, todo va está bien, Jimin estará bien.

— Está bien. Intentaré calmarme. — ahí rompí en llanto. — Pero estoy muy asustada, casi no puedo respirar, mis manos tiemblan amiga.

— Mérida, escúchame, trata de estar tranquila, es normal que sufran esto. Lo que hacen es muy agotador y esto es solo una simple reacción del cuerpo por el cansancio, es normal en los artistas. Él está bien.

— Está bien, él está bien, Jimin está bien. — empecé a entrar en pánico. Quería controlarme, pero no podía. — Hablamos después, me tengo que ir.

Y colgué la llamada para así poder controlarme y poder respirar más despacio. El aire me faltaba, estaba muy asustada.

De lejos podía escuchar a varias personas preguntándole a Jimin si podía ver bien, si se sentía bien o si tenía alguna lesión, pero no escuchaba a mi chico de ojitos lindo, no lo escuchaba responderles y eso hizo que siguiera llorando.

Narra Jimin:

— ¡Jimin, Jimin! — escuché a lo lejos. — Jimin, ¿estás bien? ¿Puedes ver bien? Jimin, ¿Te lesionaste o hiciste algo? — mis oídos zumbaban, estaba mareado, todo me daba vueltas. — No reacciona, tendremos que llevarlo a un hospital. ¡Rápido!

Sentí como fui sostenido por varias personas, no tenía fuerzas para moverme, mi cabeza latía y el zumbido no se iba. Me sentía en el aire, apenas podía respirar. Mientras me llevaban noté a alguien a lo lejos, seguramente era Mérida, pudo haberse preocupado al verme así, la necesito a mi lado. La necesito conmigo.

Narrado por Mérida:

Vi cómo se llevaban a Jimin a un hospital, los chicos, al igual que los demás, se notaban preocupados por el rubio. El concierto tuvo que ser terminado antes de tiempo por lo sucedido, cada uno tuvo que regresar a casa preocupado por lo que había pasado, incluso yo. Me encontré con Jisoo en el parqueo esperando por mí, rápidamente corrí hacia sus brazos quienes esperaban por mí.

— Ya, no llores. — Mi mejor amiga me decía acariciando mi cabello. — Jimin estará bien, no te pongas así. Sabes que es fuerte.

— Lo sé pero no puedo evitar pensar en las cosas malas que pueden haber sucedido. — dije llorando sobre su pecho. — Estoy muy preocupada por él, Jisoo. Y no sé qué hacer, no puedo ir al hospital porque no me permitirán pasar a verlo.

— Tranquila. Hablaré con Joonie para que nos mantenga informadas a las dos sobre Jimin, ¿Está bien? — asentí mirándola. — Por ahora tenemos que pensar positivo e ir a la casa, ya es muy tarde, vamos.

Y subimos a su auto en dirección a la casa.

Una vez que llegamos, entramos y nos sentamos sobre el mueble de la sala.
— Iré por un vaso de agua. — No dije nada.

Jisoo me miró algo preocupada y fue a la cocina, mientras que yo estaba preocupada por Jimin. — Toma, bébete esta pastilla, te hará calmar los nervios.
Me pasó el vaso junto con una pastilla y le agradecí.
— ¿Hablaste con alguno de los chicos? — pregunté.
— Si, hablé con Joonie, me dijo que ya lo tienen hospitalizado y que estará bien. — la chica se sentó a mi lado y acarició mi espalda. — No te preocupes, Jimin estará bien, te lo prometo. Ahora tienes que dormir, hoy fue un día muy largo para ti.

Asentí dándole la razón y luego de dejar el vaso sobre la pequeña mesa fui hasta mi habitación donde aún con la ropa que fui a trabajar me acosté. Me quedé dormida en el instante en que toqué la suave sabana de la cama teniendo así un sueño profundo.

Luego de no sé cuántos minutos u horas pasadas empecé a tener un sueño que más bien parecía una pesadilla. El concierto; las personas disfrutando de la música de los chicos, los chicos dejándolo todo en el escenario con cada canción, yo viéndolos ser felices haciendo lo que aman hasta que ocurre lo inesperado. Jimin desmayado en el suelo, los chicos intentando despertarlo, Jimin no responde, mi preocupación empieza a aparecer, mis manos tiemblan, mi corazón acelerado, mi poca respiración, todo se sentía real. Quería ayudar, pero ellos demás personal me alejaban, quería estar cerca de él, pero no me lo permitían.

— No, Ji-Jimin. Jimin, Jimin, ¡NO!
Desperté asustada, con la respiración agitada, mi corazón acelerado y con los sudores por todo el cuerpo. Miré hacia los lados buscando algo, pasé mis manos por todo mi rostro, frustrada con lo sucedido. Giré a mi izquierda para tomar el celular y mirar la hora; eran los siete cuarenta y cinco minutos de la mañana.

— ¿Tanto sueño tenía anoche? — me pregunté confundida.

Moví las sábanas que me cubrían el cuerpo a un lado levantándome de la cama. Caminé hacia la puerta abriéndola y saliendo del lugar para ir hacia la cocina donde me toparía con Jisoo.

— Ah, ya despertaste. Buenos días. — dijo.
La chica estaba de pie terminando el desayuno mientras sonaba jazz desde su celular. — Toma asiento, ya voy a servir el desayuno.

E hice lo que me pidió. Los pequeños rayos de sol atravesaban el cristal de la ventana que había al lado de ella. Ella se veía relajada, calmada, como si no hubiera sucedido nada.

Aún tenía mi celular en la mano así que abrí el chat de los chicos para ver si había alguna noticia sobre Jimin, pero no. No había mensajes nuevos de ellos así que entré al chat de Namjoon para escribirle.

— No te preocupes. — dijo Jisoo. — Hablé con Joonie hace unos minutos.
— Ah, ¿sí? ¿Y qué te dijo? — la miré ansiosa.
— Llevaron a Jimin a su casa, donde guardará reposo por un tiempo.
— Pero ¿Por qué?, ¿qué tiene?
— El chico casi no estaba comiendo por llevar una dieta, entonces el cansancio y él no comer le causaron mareos y por eso se desmayó en el concierto. — se sentó junto a mí.
— ¡Dios, Jimin! ¿Por qué diablos...? — murmuré. Estaba sorprendida, pero al mismo tiempo molesta por ello. — Tengo que ir a su casa.
— Tranquila ya,
— Quiero ir a su casa. — repetí.
Jisoo me miró sorprendida por la actitud que tuve con ella, pero sabía porque estaba así, así que trató de calmarme.

— Mérida, irás a su casa, no te pongas así. — una de sus manos se posó en la mía. — Hablé con Joonie para que le dijera a Taehyung que te llevara. Él ya viene en camino.
— ¡¿En serio?! — ella asintió. — ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Jisoo! No sabes cuánto te lo agradezco.
Fui hacia ella y la abracé.

— No te preocupes, entiendo por lo que estás pasado. No me tienes que agradecer.
— No sabes cuánto te amo. — la besé por todo el rostro.
— Si, si, sé que me amas. Ya vete a bañar, tienes mal aliento.
— Si, lo siento. — salí corriendo por el pasillo. — ¡Te amo! — grité mientras corría hacia mi habitación.
Corrí hasta mi habitación donde entré al baño lo más rápido que podía, -por cierto, casi me caigo haciendo eso- me metí a la ducha y lo más rápido que pude, unos minutos después salí y me puse lo primero que vi en el closet y regresé a la sala.

— Ya estoy aquí. — dije más emocionada.
Jisoo me miró sorprendida. — Wow, sí que tienes ganas de verlo. — le asentí sonriendo. — Taehyung llegó hace unos minutos, está en el patio de atrás. Se entretuvo con el jardín y el gran árbol donde siempre te sientas a leer.

— Mi libro. — dije corriendo hasta el patio donde lo había dejado.
Salí por la puerta de la cocina porque era más cerca y vi a Taehyung tomando fotos con su celular.
— ¡Hola, Taehyung! — me acerqué a él.
El chico de rizos volteó para mirarme. — ¡Hey! ¿Te sientes mejor? — caminó hasta mí. — Jisoo nos contó que no te sentías muy bien anoche y lo entiendo, estabas preocupada por lo que le pudiera pasar a Jimin, todos estábamos igual. Pero ya él está bien, supongo.
— Que bueno, eso me tranquiliza. — sonreí luego de mirar el libro abierto sobre la mesa.

Él notó que lo ví y también volteó a ver el libro.

— Ah, eso. — me sonrió. — Estaba viendo a ver si podía leerlo, pero está en español así que... No puedo hacerlo. — dijo, algo divertido.
— Si quieres después te lo puedo leer.
— No, gracias. — guardó su celular y se adelantó. — ¿Nos vamos?
Asentí y salimos a la sala donde nos encontramos y despedimos de Jisoo.

— Cualquier cosa, me llamas, ¿está bien?
— Está bien, no te preocupes. Hablamos después.
Luego de despedirme de Jisoo, caminé hasta el auto de Taehyung y subí junto a este cerrando la puerta. El chico manejó en la carretera durante media hora, luego terminamos entrando a una zona privada donde parecían vivir solo personas con dinero.

— Te interesa mucho Jimin. — dijo sin mirarme.
— Jimin es... Todo para mí, al igual que ustedes, claro, a todos los adoro, pero a él... Lo que siento por él es difícil de explicar, es algo... inexplicable.
— Es bueno que Jimin tenga a alguien en su vida, ¿Sabes? Él ha sufrido mucho durante mucho tiempo, pasa por muchas cosas que lo torturan. Él nos tiene a nosotros, siempre estamos ahí con él, pero necesita una compañera de vida para que no se sienta tan solo como creemos los chicos y yo que se siente, porque él puede decir y aparentar que está bien cuando puede estar derrumbándose por dentro así que, por favor, demuéstrale que puede confiar y creer en el amor, hazlo sentirse seguro y dale todo el cariño que necesite. — Taehyung me miró serio luego de detener el auto frente a un portón. Solo pude asentir. Nunca había escuchado palabras tan bonitas como las que él había dicho sobre la situación de Jimin.

Los dos salimos del auto y caminamos hasta la esquina del portón donde había un aparato para poder comunicarse con el guardia de seguridad. Luego de que el guardia llegara, Taehyung estuvo hablando con él durante unos segundos luego se acercaron a mí.

— Mérida, cada que quieras salir o entrar solo dile tu nombre por el aparato y él te dejará pasar. Mire, ella es Mérida, puede dejarla pasar cada que ella quiera sin problema alguno, ¿bien? — el señor con uniforme asintió para luego regresar a su lugar y abrir el portón.
Taehyung y yo regresamos al auto para así pasar por el lugar y parquearnos cerca de una muy bonita casa.

— Bueno, llegamos. — Taehyung se quitó el cinturón al igual que yo para salir del auto y caminar hasta la puerta donde tocó el timbre y esperamos unos minutos.

La puerta se abrió después de haber pasado un minuto exacto. De ésta, un chico algo despeinado y algo adormilado. Era mi pedacito de cielo el que había abierto, mi mochi, mi Jimin. El alma me vino al cuerpo cuando lo vi de pie frente a mí, estaba más que feliz de verlo bien, de verlo en buen estado.

— ¿Taehyungssi? ¿Mérid-
Me tiré sobre él abrazándolo.
— Estás bien. Sabía que estabas bien. — dije con mi rostro escondido en su cuello.
El rubio me abrazó algo sorprendido por mi visita.
— Si, estoy bien. No tenías de que preocuparte. — respondió cerca de mi oído.
— Te extrañé y aún lo sigo haciendo.
— También lo hago.
— Hermano, ¿Qué tal estás? ¿Todo bien? — preguntó Taehyung. Jimin asintió aún conmigo sobre sus brazos. — Que bueno. Ahí te traje a Mérida, estaba muy preocupada por ti, me dijo Jisoo que tuvo que darle unas pastillas para dormir porque no quería hacerlo.

— ¿Es cierto eso, Mérida? — preguntó luego de separarme.
— ¿Eran para dormir? — pregunté mirando a Taehyung. — Ella me había dicho que eran para los nervios. — rodé los ojos molesta. — Ya verá esa Jisoo.
— No harás nada, ella hizo bien en darte pastillas para dormir. Solo estaba cuidando de ti, estaba preocupada por ti. — Jimin me miró con el ceño fruncido. — ¿Quieren pasar? Estaba acostado.
— No, tengo que terminar unos trabajos junto a los demás, pero les diré que te ves mejor. Cuídate.
— Está bien. Tú igual.
— Mérida.
— Taehyung.
Los tres sonreímos. Luego de Taehyung haber salido en su auto, Jimin y yo entramos a su casa.

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