"noche sangrienta"
El sonido de los gritos de dos pandillas enfrentándose delataba la pelea que se estaba llevando a cabo en el festival, los sonidos de los golpes y el chapoteo de la lluvia estremecía a cualquiera que pasara, era un escenario algo tétrico si te fijas en toda la sangre esparcida en el lugar, ¿Cómo unos "simples" adolescentes podrían crear tal violenta escena?
En el centro de la pelea, los dos líderes de las susodichas pandillas estaban en un enfrentamiento, sin embargo, al contrario del "líder" de Moebius, tan calmado e incluso divertido en su lugar, el de la Touman estaba muy inquieto, pues alguien le encargó que no se alejara de su querido amigo Draken, pero hace más de 15 minutos que no lo percibía en ninguna parte, y algo dentro de él le advertía y exclamaba que buscara al más alto.
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♡*ﾟ+Draken*.✧
Fue en un segundo.
Todo estaba medianamente bien, si a "bien" se le puede llamar que le sangraba la cabeza por un golpe que le dieron con un bate, que lo dejó viendo mariposas por cinco minutos. Salieron hombres de varios lugares, detrás, delante, izquierda y derecha, arremetiendo contra él, que se encontraba solo para su desgracia. Gracias al cielo que Emma se había ido hace unos minutos.
Era realmente repugnante ver como para poder "ganarle" debían atacar en grupo. Hombres cobardes sin dignidad que, en otras circunstancias les hubiera pateado el trasero. ¿Pero quién dijo que debía ser en otras circunstancias? Estamos hablando de Draken, subcomandante de la Touman, ni de chiste se dejaría vencer por tremendos perros sarnosos.
Al igual que los contrarios, el de tatuaje en la cien arremetió contra ellos sin importarle que su cabeza dolía como el diablo. A los minutos ya tenía a la mitad de ellos en el suelo, inconscientes. Hubo un punto que en su cabeza comenzó a sonar un zumbido, su visión comenzaba a fallarle por momentos, pero aún así siguió luchando como una bestia, digno de su apodo 'Draken', pues este parecía tener la fortaleza y resistencia de un Dragón.
Los minutos seguían pasando y los enemigos no hacían más que caer ante los temibles golpes de el gran Ryuguji Ken, pero lamentablemente aunque ya había acabado con "todos" , era cierto que Draken se encontraba en su límite, y eso lo sabía el hombre a la lejanía, quien a paso lento fue acercándose. Ryuguji por su parte, no estaba consciente del todo, el zumbido en su cabeza era tan fuerte a este punto, que ignoraba todo ruido a su alrededor, el dolor era insoportable, era un milagro que aún estuviera en de pie.
Su vista ya era completamente borrosa y sus párpados pesaban cómo bloques de cemento, comenzaba a alejarse del lugar, quería descansar, sus pies pesaban. Pronto caería inconsciente.
Es lamentable que no haya escuchado los pasos, eran suaves y sutiles, pero en ellos se podía sentir la desesperación que sentía por llegar a su objetivo, Aceleró el paso hasta llegar al frente de Draken, quien no se inmutó pues ni cuenta se había dado de su presencia y seguía caminando, sin esperarse que sentiría un leve golpe en su abdomen.
Draken no reaccionó, se quedó parado en medio de todos los cuerpos inconsciente. Sintió una calidez en el abdomen, que se expandía cada vez más, pensó que era la lluvia, pero su ropa ya estaba mojada desde hace mucho. Miró hacia abajo, y ahí lo vio. Sangre. Su ropa estaba manchada de sangre y no era de alguno de esos idiotas, era de él, pues ahí mismo estaba el arma que hizo que su sangre saliera. Por alguna razón creía que no era verdad, su mente no estaba funcionando del todo, así que creyó que solo era una ilusión ,pero al tocar el lugar y ver sus dedos manchados del liquido carmesí se dio cuenta.
Lo habían apuñalado.
No tuvo tiempo de asimilar mejor la información cuando se desplomó en el piso y por el impacto el arma utilizada, un cuchillo, se encarnó más en su abdomen, haciendo que la herida sea más profunda, no sentía dolor alguno en el lugar de la repentina apuñalada, la adrenalina estaba haciendo su trabajo y aparte de eso, ya estaba inconsciente...
...
-¡Maldición!
La pelea ya había avanzado lo suficiente como para que menos de la mitad siguiera de pie, de algún modo, Mikey pudo escabullirse de Hanma y salió corriendo en busca de su amigo.
Corría por todos lados pero simplemente no había señal de Draken. A lo lejos vió a Mitsuya y rápidamente se acercó a él.
-¡Mitsuya! ¡¿Dónde está Kenchin⁈
-Lo vi hace un rato por allá. Lo siento, tengo que encargarme de este imbécil, ¡te alcanzo enseguida!
...
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Un cuerpo a la lejanía era lo único que apreciaba mientras corría con todas sus fuerzas, a lo lejos escuchaba los llamados y quejas de Hanma de que siguiera peleando y no huyera como un "cobarde", pero eso no le podía importar menos. Aunque coincidía en las palabras del contrario. Sí, era un cobarde, y uno muy grande, pues desde hace años le ha tenido miedo a verse vulnerable, a quedarse solo y que todo el mundo vea lo débil que es mentalmente, que se den cuenta que no es invencible. Pero eso no es ni de cerca su mayor miedo.
Perder a Draken, sí lo sería.
Era la primera vez que le rezaba a Dios con tanta insistencia. Rogó por la vida de su amigo cuando lo vió tirado sobre un charco de su propia sangre.
"Díos, te juro que cuando esto acabe, seré mejor persona, dejaré mis miedos atrás, te rezaré todos los días al despertar e irme a dormir. Pero, por favor. No dejes a Ken morir."
Corrió más rápido, sus piernas ardían y suplicaban por un descanso, le rogaban que parara de correr, pues no podían más, estaban al límite.
A pocos metro de llegar a donde el mayor, sus piernas colapsaron y cayó de rodillas al piso, colocando sus manos como medio de protección por reflejo. Se raspó las manos y las rodillas, el ardor apareció, pero eso no importaba. Se levantó y volvió a correr hasta llegar donde Draken.
Trató de moverlo un poco para poder tomar sus signos vitales.
"Tiene que estar con vida"
"No permitiré que me arrebaten a Kenchin, ¡no otra vez!"
No sabe de dónde salió ese pensamiento suyo, pero el sentimiento se sentía tan familiar, era un déjà vu.
-¿Ya había vívido esto?
Los latidos del corazón del contrario eran tan leves que eran casi imperceptibles, tuvo que revisar un total de 3 veces para asegurarse que de verdad estaba respirando.
Mikey no era el tipo de persona que sabe mucho sobre primeros auxilios pero lo poco que sabía era que había que presionar la herida para evitar la salida de sangre. Miró el cuchillo que estaba enterrado en su abdomen, no era tonto, no lo iba a sacar de ahí, las cosas podrían ponerse peor.
Presionó alrededor de la herida con un pedazo de tela que Draken siempre llevaba en su chaqueta.
Tenía miedo, ¿ya lo había dicho?
Escuchó pisadas, y rápidamente se puso alerta, la figura a la lejanía venía en su dirección corriendo, su alma volvió a su cuerpo cuando vio a Mitsuya. Al instante el mencionado, cambio su rostro a uno de sorpresa , seguido de miedo, su cara se puso de todos los colores posibles, parecía que la presión le iba a bajar...
-¡¡MITSUYA, LLAMA A LA AMBULANCIA!!
El contrario sacó su teléfono e inmediatamente hizo la llamada, explicando la situación.
- Ya están de camino. Estará bien, Draken, él... Él es fuerte.
...
-¡¡Mierda‼ ¡¿Por qué tardaron tanto⁈
- ¡Lo sentimos! Había mucho tráfico.
Una de las enfermeras dentro de la ambulancia trataba de calmar a Mikey y explicarle la situación, pero este solo se disponía a reclamarles por haber tardado tanto tiempo en llegar luego de la llamada de emergencia.
-Amber, tenemos que irnos, el paciente está en estado crítico.
-Sí, ¡señor!
-¡Espere! Tengo que ir con él, tengo que acompañar a Kenchin y asegurarme que esté bien.
-Chico, de eso nos encargamos nosotros, no te podemos permitir abordar la ambulancia , pero puedes alcanzarnos en el hospital, debemos partir de inmediato...
Sin perder más tiempo la ambulancia partió camino al hospital, el rubio quien rápidamente reaccionó, siguió a la misma de cerca, mientras tanto Mitsuya se quedó para asegurarse que la pelea finalizara y así ir a ver a su sub-comandante... A su dragón gemelo...
...
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Los tonos azules mezclados con rosa pastel adornaban el hermoso cielo, muchas veces se preguntó ¿cómo es que algo tan simple puede ser tan hermoso?
Ama mirar hacia el cielo, nunca se la ha dicho a alguien, bueno, solo a una personita, muy bajita para su edad. pero ese no es el punto.
Draken ama observar el cielo y sus distintas tonalidades, mirar las nubes es otro de sus pasatiempos secretos, es tan tranquilizante mirar hacia arriba y sentir que todo estará bien, que el día será lindo por sus claros colores, y que las nubes tienen forma de Dorayaki... Según su amigo. Pero lo que más le gusta de contemplar el cielo y sus fases, es saber que podrá seguir admirándolas un día más si mantiene sus ojos abiertos.
-Supongo que, podré seguir admirando el amanecer un par de veces más...
Draken✔