╔═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╗
-ELIÁN-
La habitación quedo en absoluta oscuridad, solo podía oírse la respiración entrecortada y los jadeos y gemidos de dolor de Elián.
Elián tenia tanto miedo, no entendía que le sucedía. La sangre en su cuerpo la sentía como fuego liquido, cada respiración le dolía enormemente, sus músculos se contraían rítmicamente al compás de las oleadas de dolor.
De pronto, todas las marcas que había visto anteriormente se iluminaron con el enfermizo color de la sangre.
Se había formado un pentagrama gigante de seis puntas y en el centro estaba él, rodeado de runas y símbolos desconocidos. El pentagrama en el suelo no era el único en la habitación, las esquinas y el techo también estaban iluminados de círculos de runas mas pequeños.
La tortura a la que estaba siendo sometido no tenía fin, parecía ir en aumento conforme pasaba el tiempo. Su piel se sentía abrazada por las llamas y al mismo tiempo había demasiado frío para soportarlo, sus dientes castañeaban y tenia los labios ligeramente azules y ensangrentados de las mordidas que les proporciono.
Cada mínimo movimiento enviaba señales de dolor a sus terminaciones nerviosas, no podía ahogar sus alaridos de sufrimiento por mas que lo intentara.
Su cuerpo se estaba partiendo en pedazos, podía ver un charco creciente de sangre a sus pies, goteando de múltiples y dolorosas y ardientes laceraciones en su piel. No podía creer el nivel de sadismo que pudiera tener alguien para hacer algo tan perverso e inhumano.
Por mas que quisiera culpar al creador de tan desalmado ritual por someterlo a un sufrimiento extremo, esta únicamente recaía en Elián. El sabía todo lo que hizo mal y las consecuencias que le podría traer el ignorar su instinto y a sus amigos.
—¡AYUDA...! ¡POR FAVOR...ALGUIEN...! —Elián grito con voz ronca. Llevaba demasiado tiempo encerrado ahí adentro, pensaba que para ese entonces sus amigos ya deberían haberlo encontrado.
Se sentía traicionado. Abandonado.
Pensó que podía confiar en ellos para ayudarlo cuando lo necesitara, ¿porqué no habían ido en su ayuda? Había gritado tanto por nada.
Lo que Elián no sabía es que esos no eran sus pensamientos, los pentagramas le inducían aquellas ideas, que en un estado coherente nunca tendría. El confiaba plenamente en la lealtad que le tenían sus amigos.
(PENTAGRAMA DEL SUELO)
-------
-
(PENTAGRAMA DEL TECHO)
-----------
-
(PENTAGRAMA DE LAS ESQUINAS)
--------
-
.
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
—¿No les parece raro que Ghosty no haya querido venir con nosotros? ¿No? ¿Soy solo yo?—pregunto Norman con la preocupación escrita en su rostro.
—Ya sabes como es. Le gusta tener su espacio para investigar y hacer sus teorías, no hay razón para preocuparse. Es simplemente su personalidad. —respondió con calma Aziel.
Jason asintió con la cabeza.
—Phantom tiene razón, no le des tantas vueltas.
—Entiendo. —murmuro Norman.
Los cuatro se encontraban en el ático, revisando cajas de cartón mohosas y empolvadas, buscando algo interesante para entretener a sus seguidores.
—Aquí hay basura, aquí más basura y adivina que hay en esta caja, ¡más basura! —señalo Zophiel cada caja con falsa emoción en su voz.
Norman lo fulmino con la mirada.
—Ni siquiera las has revisado.
Zophiel resopló.
—No necesito hacerlo para saber lo que tienen dentro.
—Chicos, concéntrense. No queremos sorpresas. —los regaño Jason, sin voltearlos a ver en ningún momento, mientras revisaba los cajones de un tocador de madera podrida.
Aziel estaba revisando los comentarios del en vivo en su canal, de pronto, la pantalla de su celular se puso negra, por mas que intentaba que funcionara esta parecía no responder. Se acercó a su gemelo y le saco el móvil del bolsillo de su chaqueta, lo examinó en busca del mismo problema, que por suerte no era el caso. Verificó los vídeos de sus amigos, parecían haber problemas con la conexión lo cual no era una novedad, era bastante común en sus exploraciones.
Ahogó una exclamación de sorpresa cuando vio lo que había descubierto Elián. Estaba desconcertado y a la vez temeroso, una habitación oculta no auguraba nada bueno.
—Oigan... ¡Chicos!
Los chicos voltearon a verlo al mismo tiempo, desconcertados por su grito.
—Creo que es mejor que vengan a ver lo que encontró Ghosty. —dijo Aziel, conteniendo la respiración a la vez que veía a Elián bajar las escaleras de ese lúgubre sótano.
—Joder.
—¿Qué mierda es eso?
—No me lo creo.
Zophiel, Jason y Norman no pudieron contener sus exclamaciones de incredulidad al ver lo mismo que su compañero.
—¿Deberíamos ir con el? Es peligroso que haya bajado solo, ¿en qué estaba pensando ese idiota descerebrado? —enojado, espetó Jason entre dientes.
Los cuatro se miraron fijamente por unos minutos, leyéndose la mente con la mirada, llegando a una conclusión.
—Bien, esta decidi... —antes de que Jason pudiera terminar de hablar, las luces de sus linternas titilaron hasta apagarse repentinamente.
—¿¡Eh!?
—¡No se ve nada!
—¡Enciendan una luz, ya!
—¡Espérate, que me desesperas! Estoy buscando mi celular. —respondió Jason frustrado por los gritos de sus amigos.— ¡Aquí! ¿Felices?
—Aguanten... ¡los directos se cortaron! —Norman los volteó a ver con los ojos bien abiertos. Frenético, revisó en su teléfono lo ultimó que grabó YouTube del único integrante faltante, Elián.— Miren... Esto es malo, muy, muy malo.
Juntos observaron como Elián grababa pentagramas hechos de sangre por toda esa tenebrosa habitación, hasta tocarlos con los dedos. No pudieron evitar sentirse perdidos y desconcertados por las acciones de Elián, nunca, en todos los años que lo conocen, se había comportado así. Cuando Elián se corto el dedo con la madera, sabían, instintivamente, que esa había sido la causa de los fallos en las linternas y las transmisiones.
—¡Vamos! ¡Tenemos que apurarnos, antes de que sea tarde! ¡No sabemos para que sirve ese ritual! —los apresuró Aziel con la desesperación perceptible en su voz.
Rápidamente, recogieron sus cosas y se dirigieron a buscar a Elián. Cuanto mas se acercaban, los desgarradores gritos de dolor de Elián se hacían audibles. Le dieron patadas, tras patadas a la puerta del sótano, hasta lograr abrirla.
No estaban preparados para lo que encontrarían en aquella habitación.
Las paredes iluminadas con escalofriantes símbolos, la sangre saliendo a raudales de las paredes, el penetrante olor a carne podrida y en el centro, sin ser tocado ni mojado por la sangre, se encontraba Elián, retorciéndose, rascándose la piel hasta dejarse la piel irritada, dejando salir gritos ahogados de desesperación y absoluto dolor.
—¡Elián!
No pudieron evitar llamarlo por su nombre, ni siquiera les importo que se tenían prohibido revelar sus verdaderos nombres.
Avanzaron dando tumbos, evitando lo mejor posible los enormes charcos de sangre, hasta lograr acercarse a Elián.
Intentaron de todo para hacerlo reaccionar. No les funcionó.
Se empezaron a angustiar, no sabían que hacer para ayudarlo, querían apresurarse y salir de esa mansión de los horrores, pero no lo harían sin su amigo. Saldrían juntos o ninguno lo haría, así de profunda era su amistad.
—¡Hay que dejarlo inconsciente! ¡Es la única forma!—vociferó Aziel con el terror escrito en el rostro.
Zophiel le agarro los brazos a Elián, mientras Jason le rodeó y presionó con el antebrazo la garganta a la vez que con su otra mano empujó su cuello hacia abajo. En pocos minutos lograron dejar inconsciente a Elián, sin hacerle mas daño que el que se había hecho a si mismo. Lo tomaron entre sus brazos, arrastrando torpemente sus pies con Norman y Aziel como apoyo.
Con dificultad, subieron las escaleras del sótano, los escalones crujían con cada pesado y tambaleante paso. Llegaron a la puerta, sin aliento, pero ilesos.
Salieron disparados de aquel horrible lugar lo mas rápido que pudieron.
Nunca volverían a dejar solo a Elián o a alguno de ellos en sus próximas exploraciones, si es que el terror se les pasaba.
━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━
De golpe, se abrieron unos pálidos parpados, dejando ver unos profundos ojos rojos, rodeados de esclerótica de negra.
Se podía percibir la furia e ira en aquellos pozos escarlatas, y la absoluta vergüenza y humillación en su expresión.
—La osadía... La arrogancia de aquel que se atrevió. —su voz retumbo aterradoramente en aquella oscuridad.
El disgusto, la indignación y la rabia haciendo mella en su psique.
No se podía creer las agallas que podían tener los humanos. Se encargaría, personalmente, de que se arrepintieran por el resto de su vida y la siguiente después de esta. Les enseñaría una lección a esos sucios mortales, desearían la muerte, suplicarían por su dulce arrullo, pero no les daría esa misericordia, perderían la cordura antes de poder siquiera morir.
╚═══════ ≪ °❈° ≫ ═══════╝