//Cuando nada realmente va según lo planeado //
El regreso a casa fue muy silencioso.
Harry se disculpó conmigo, ya que al haberme nominado no esperaba esa reacción de Chiara.
Al llegar a casa le pedí que fuera a cambiarse. Ya que su saco terminó oloroso a sangría por mi culpa.
Le conté a mi padre lo sucedido. Él rió como nunca. Le parecía película juvenil.
Me encargue de tomar una ducha rápida y ponerme el vestido rojo con unas zapatillas de brillos, algunos accesorios y el cabello recogido nuevamente.
Gracias al cabello recogido no terminé en el suelo por Chiara. Y ella estará en la fiesta, nunca falta.
Luego de unos minutos Harold me mandó mensaje avisándome que se encontraba afuera, pero no planeaba tocar por si mi padre ya estaba durmiendo.
—Me voy papá. —Beso su mejilla y el me abre la puerta. —Te veo mañana.
—De acuerdo. —Le hace una seña de saludo a Harold. —No regreses tarde. Te veo en el desayuno. Cuídate mucho. —besa mi frente.
—Si, no te preocupes, me enseñaste a defenderme. —sonrío.
Camine hasta el auto de Harold. Él me abre la puerta y me ayuda a subir. Luego rodea el auto y sube. El viste un pantalón de vestir negro, zapatos de vestir, una camisa negra y el saco. Luce muy bien de negro.
—Te ves bellísima. Te queda muy bien ese color. —Dice mientras conduce. —Chiara lamentará haberte mojado, ahora tendrá que lidiar con que todos te vean.
—Gracias Harold. Por traerme y por todo esto. Sé que fue algo embarazoso. Y no creo que seas el tipo de chico que se involucra en estos dramas.
—No fue tu culpa, fue mía, no sabía que esa chica estaba tan desquiciada.
El camino fue muy largo hasta Calabasas. Durante el camino le hablé a mis amigos y comentaron que ya estaban en camino.
Al llegar a la casa nos esperamos en el auto. Para evitar ser de los primeros en entrar.
—La casa es enorme. —digo. —¿Si tú fueras su padre lo dejarías hacer una fiesta?
—No. Si yo fuera su padre yo haría las fiestas.
—Claro. —digo riendo. —Hablando de, a qué se dedican tus padres. —Él me mira con confusión. —No es por que me interese saber cuánto asciende tu fortuna, tranquilo. Es sólo que tienes un Tesla y un Cadillac, me preocupa estar en el auto de un mafioso.
—No, no soy mafioso. Mi abuelo me regaló este auto. Empresarios, en Inglaterra. Mi abuelo tiene varias franquicias, así como algunas empresas en, otros lugares, nada de otro mundo. —Dice.
—¿Tienes hermanos?
—Una hermana. Vive en Inglaterra, con mi abuelo y mi madre.
—La verdad creí que eras hijo único.
—No.
—¿Y tú padre?
—Vive en New York, por el momento.
—Tengo abuelos en New York, la gran manzana.
—¿En verdad?
—Si, padres de mi madre, ella es doctora y mi padre es empresario, te lo comento para que también sepas algo de mi. No quiero que te sientas incómodo con mis preguntas. No tengo hermanos y mis padres están divorciados, pero convivo bien con ambos.
—Doctora en qué.
—Ginecología y obstetricia.
—Oh, vaya. No me sirve. —Dice sonriendo.
—A menos que estés embarazado y no lo hayas mencionado antes.
—No, no. —Dice riendo.
Estuvimos charlando por algunos minutos, y cuando llegaron nuestros amigos bajamos del auto para entrar con ellos.
En la casa hay una barra con dos camareros llena de botellas de licor, vino, champaña y cognac. Hay varias hieleras enormes de cerveza y bebidas. En el jardín, en la sala y detrás de la barra donde están los camareros para preparar bebidas.
Hay luces ultravioletas, mesa de billar, mesas para beer pong, bocinas, varias mesas de botanas y unos meseros encargados de llevar aperitivos. Es una fiesta muy bien organizada, sin mencionar que hay un DJ preparándose para tocar.
Muchos traen traje de baño. Algunos ya se encuentran en la piscina.
Luego de media hora el ambiente se empezó a poner bastante agradable, no sé si era por el alcohol en mi organismo, por el humo de la hierba en el aire, o por el hecho de que Harold se encontraba conmigo todo el tiempo, cuidando de mi.
El sólo decidió beber bebidas sin alcohol. Ya que va a conducir de regreso y no quiere que nos vaya a parar algún oficial. Trae un Cadillac, no planea perderlo por algo tan estúpido.
—¿Gustas? —pregunto mientras le ofrezco de mi cup cake.
—Scarlett, ¿si sabes que esos pastelillos tienen marihuana? —Pregunta riendo.
—No, llevo cuatro. —digo. —Y me siento bien.
—¿Cuatro?
—Bromeo, es el primero, pero ya. —digo y tiro la mitad sobrante. —Mejor, nos evitamos malas experiencias. ¿Y Oliver?
—Está por la piscina, bailando con Ashley.
—Hey Harold, cómo estás hermano. —le grita un chico del equipo de baloncesto, no recuerdo su nombre. —Oh, pero mira nada más, a la chica de las garras. Te defendiste bien con Chiara, felicidades.
—Gracias. — digo confundida.
—Styles, vamos a jugar beer pong, te quiero en mi equipo.
—Lo siento, debo llevar a Scarlett a su casa después de la fiesta, no quisiera tomar.
—Sólo tomas si pierdes. Vamos contra Kellen, y su equipo.
—... —Harold me mira. —Bien, sólo una ronda.
—¿Vas a jugar?
—Sólo una ronda. —Dice sonriendo. —Vamos.
Lo acompañe hasta la mesa de Beer Pong. Tres contra tres. Yo no estaba participando, sólo estaba apoyando a Harold.
—Hay que hacer esto divertido. —Dice Kellen mirándome. —Yo vengo con Megan. —Megan se mira ebria, pero está muy ambientada. —Scarlett está con ustedes. —Dice señalandome. Harold lo mira con el ceño fruncido. —Si mi equipo pierde, Megan les dará un baile privado. Pero si...
—NO. —Dice Harold en voz muy fuerte. Parece molesto.
—¿Qué pasa? ¿Te da miedo perder?
—¿Perder? No, pero Scarlett no es una cualquiera. No vas a usar este juego para satisfacer tus necesidades. —le dice con total seguridad. —Ya fue. No la valoraste, ahora vive con eso.
Una bulla entre las personas cercanas se hizo presente. Kellen estaba molesto.
—Bien, entonces, haremos esto como hombres. Cada equipo elige el castigo para el perdedor. Si ustedes pierden tendrán que beberse la botella completa. —Dice colocando una botella de Cognac en la mitad de la mesa.
—Bien, bien. —Dice uno de los acompañantes de Harold. —Si ganamos te bebes tu solo esa botella. En treinta segundos.
El trato se pactó.
Kellen parecía estar muy seguro de ganar. Tanto que supuse que había colocado algún tipo de trampa. Lo que no tenía en mente es que estaba contra jugadores de baloncesto. Y a diferencia del fútbol americano, ellos tiran en un aro.
La mesa tenía doce vasos casi llenos de bebidas distintas. El espacio vacío del vaso era sólo lo que mide la pelota. Mucho alcohol que beber.
A Harold le tocó beber tres de ellos. Al final sólo quedaban dos vasos del lado de Harold, y uno del lado de Kellen.
Como era de esperarse el equipo de Harold ganó. Kellen tuvo que beber la botella en treinta segundos. Casi vomitó, pero se controló y lo logró.
Después de perder se fue del lugar.
—Oye, iré al baño. —Le digo Harold.
—Te acom...
—No, disfruta tu victoria. Vuelvo rápido, no te preocupes.
Camino entre la gente hasta llegar al baño. En el primer piso el baño está ocupado por lo que parece ser una pareja teniendo sexo. Hay otro baño en la planta baja pero se encuentra lejos. Así que decido subir las escaleras para usar el de arriba.
Hay varias parejas besándose. Cuando abro la puerta interrumpo a dos chicas que estaban empezando con la acción. Ellas se ríen y salen del baño. Entro, hago mis necesidades. Después me lavo las manos y cuando estoy haciendo eso alguien toca la puerta.
—Ocupado. —Digo pero vuelven a tocar. —Ya casi salgo, dame un momento. —Escucho algunas voces varoniles del otro lado, algo no anda bien. Vuelven a tocar, pero es más fuerte. Hasta acá se escucha la música demasiado fuerte. Sé que si gritara ninguno de mis amigos me escucharían.
Tomo mi celular y le mando un mensaje a Oliver, a Harold y a Ashley.
"S. O. S baño de arriba"
Los golpes en la puerta son muy fuertes. Siento que la romperán en cualquier momento.
—¿Conseguiste las llaves? —Es una voz de mujer casi inaudible.
—Son estas. —Le dice un hombre.
Sin esperar a que entren decido abrir la puerta. Es la mejor opción. Al menos tengo oportunidad de correr.
—Dije que ya casi. —Me topo con Chiara, dos chicas y dos chicos que jamás había visto. —Permiso.
—Lindo vestido. —Dice Chiara con una sonrisa un macabra.
—¿Se pueden mover?
—Lo que pasa, es que tú me golpeaste. —Dice sonriendo. —Y ahora va la mía.
Sin esperar una respuesta los dos chicos me sujetan los brazos e ingresan al baño conmigo. Chiara me abofetea algunas veces. Me resisto y la pateó clavando mi tacon es su abdomen.
—Maldita perra. —Dice tosiendo.
Toma una cosa de cristal que se encuentra en el lavabo y lo impacta contra mi cabeza en dos ocasiones ocasionando que se rompa. La intento patear nuevamente pero uno de los atrapa mi pie entre sus piernas.
—Dice Linda que vienen sus amigos, vámonos. —Dice una de las chicas.
Los chicos me sueltan con brusquedad dejándome caer contra la taza del baño. Luego siento una patada muy fuerte en mi pierna.
Creo que me he golpeado en el baño. Ya que todo me da vueltas. Y siento un dolor muy fuerte en la cabeza.
—Carajo. Qué mierda pasó. —pregunta Oliver mientras se inclina para ayudarme.
—Quién te hizo esto.
—Estoy sangrando. —digo al sentir el líquido en mi frente.
—Qué pasó. —Es Harold.