Melodías del corazón || PJM

By CheilaAbreu_

2.2K 590 71

¡Sin editar! Mérida, una talentosa diseñadora, decidió viajar a Corea del Sur para encontrarse con su amiga... More

Prólogo
Cap. 0
Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 7
Cap. 8
Cap. 9
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 15
Cap. 16
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Epílogo
Extra
ANUNCIO

Cap. 12

69 21 2
By CheilaAbreu_

No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, quería creer que era una mala broma o un chiste de los que solía hacer Jin. Jimin me acababa de decir que le gustaba, que yo le gustaba, si era cierto lo que me decía, ¿Por qué entonces me rechazó de esa manera la vez que hablamos por llamada?

Trataba de no respirar tanto para no hacerlo sentir incómodo, a la distancia que estábamos podía hasta ver con mejor detalle el color de sus ojos. Su respiración chocaba con la mía, el suave perfume en su cuerpo, atravesaban mis fosas nasales recorriendo por todo mi cuerpo y jugando con mis sentidos. Traté de concentrarme en lo importante mirándolo a los ojos.

— ¿Es-es en serio? — él asintió. — Pero, no entiendo ¿cómo? ¿Cómo, cuándo pasó?

— Ya te lo dije, empecé extrañando tus abrazos, que me pidas que salgamos a caminar para conocer la ciudad, la manera en la que siempre estás pidiendo disculpas por cada cosa que haces, — dijo volviendo a caminar por todo el lugar, luego me miró con una sonrisa. — Eso fue lo que más me gustó de ti. Lo inocente que puedes llegar a ser algunas veces, el cómo te quedas mirándome por ratos y cuando te miro desvías la mirada fingiendo mirar hacia otro lado... ¿Quieres que siga?

— Pero, pero... Me habías rechazado cuando te confesé lo que sentía por ti en la llamada.

— No te estaba rechazando, solo te estaba diciendo algo que les ha pasado a muchas personas, nada más. ¿Por eso andabas distante conmigo? — No dije nada. — Lo sabía. Tenía que haberme expresado mejor ese día, pero no me sentía tan bien.
Lo miré.

— Cierto, sobre eso, ¿Quieres contarme porque te veías triste en el último live que hicieron?

El desvío la mirada algo desanimado. - No quiero hablar sobre eso, no quiero que te llegues a sentir mal por ello.

— Pero me llegaste a decir que no es bueno reservarse las cosas para uno solo porque dolerían más. — me acerqué a él y sostuve su rostro algo triste. — Quiero escucharte, entenderte, apoyarte como siempre lo he hecho. Sabes que puedes confiar en mí.

Lo miré a los ojos, los de él no tenían el brillo de hace unos minutos, se veían tristes y con ganas de llorar.

— Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. Aquí estoy, siempre estaré.

Él sonrió, una lágrima rodó por su mejilla, una corta risa algo vulnerable salió de sus labios, rápidamente secó su mejilla, y me miró.

— Sabes cómo es la vida de un artista, así como tiene a personas apoyándolo y dándole ánimos, también tiene a personas que quieren verlo caer, derrumbarse y desaparecer.

Ahí entendí todo lo que había sucedido ese día. Jimin había leído algunos comentarios negativos dedicados a él, me sentí muy mal luego de escucharlo.

— Dios, no debiste leer esos comentarios. — dije abrazándolo. — Sabes que te hacen mal leerlos.

— Pero sabes que tampoco se pueden evitar verlos, nadie se puede hacer el despistado cuando más de mil personas te echan hate por más comentarios positivos que haya.

Podía escucharlo sollozar en mi cuello, sus brazos rodeaban mi cintura, el rubio estaba algo encorvado por mi corta altura, eso se me hacía tierno, pero no podía pensar en cosas como esa en ese momento.

— Igual no debiste, no debiste darle tantas vueltas a eso, solo estarías torturándote y eso provocaría que te enfermaras. — dije luego de separarlo para volver a mirar su carita.

Su mirada agachada con tristeza me partía el corazón, quería hacer más por él, pero no podía.

— Mírame, — levanté su rostro con mis manos. — Promete que no pensaras en esas cosas, que serás fuerte y que no te dejarás derrumbar por nada, eres increíblemente fuerte y valiente, army te ama y admira, los chicos, todos estamos aquí para apoyarte y acompañarte en tus más oscuros momentos. No quiero que pienses que estás solo porque no lo estás.

Sus ojos cristalizados se encontraron con los míos, una lágrima rodó por mi mejilla, Jimin pasó su pulgar por esta limpiando la lágrima que había caído. Los dos sonreímos y terminamos riendo por todo lo que estaba pasado, aunque no era un momento de risa, no pudimos evitar hacerlo. Sparks de Coldplay sonaba de fondo, amaba esa canción, la lluvia aún no se había detenido, pero nuestra tristeza empezaba a desaparecer.

— ¿Lo prometes? — pregunté levantando mi meñique. Él lo miró, me miró y levantó el suyo entrelazándolo con el mío.

— Lo prometo.

— No, así no. Di: "Prometo que no le daré mente a esos comentarios negativos y seguiré siendo lo mejor para army, seres queridos y conocidos."

Jimin volvió a reír. - Está bien. Prometo que no le daré mente a esos comentarios negativos y seguiré siendo lo mejor para army, seres queridos y conocidos. ¿Está bien así? - sus ojos volvieron a brillar como hace unos minutos atrás, sonreí al verlo más contento.

Lo tomé de la mano sin dejar de mirarlo. — Vamos por la cena, de seguro ya hasta se enfrió.

— Es muy probable, sí.

El tiempo había pasado rápido, ya eran las nueve con treinta y cinco minutos, la lluvia aún seguía cayendo, pero no tanto como al principio. Jimin y yo estábamos en la sala viendo una película de comedia.

— Jajaja, no entiendo cómo no pasó por su mente que eso estaba ahí.

— Él lo sabía solo que como es actuación tiene que fingir que no sabía que estaba, de eso se trata. - le contesté señalando la televisión.

— Bueno sí.

Estaba tan concentrada en la película que no había notado hasta unos minutos después que Jimin me estaba observando. Noté que lo hacía cuando sentí la presión de sus ojos sobre mí.

Giré mi cabeza para encontrarme con su mirada, él estaba sonriendo cuando lo miré — ¿Sucede algo? — le pregunté curiosa.

Él movió su cabeza de un lado a otro indicándome que no.

— No, es solo que te ves muy linda cuando estás concentrada en algo. ¿Así de bonita te veías la primera vez que nos presentamos? no dejabas de mirarme. — sonrió leve. — Te veías tan tierna ese día.
Me acomodé sobre el mueble para tenerlo de frente.

— ¿Qué puedo decir? Así soy yo, algo distraída pero también con buenos gustos.

— Si, definitivamente tienes buenos gustos, te vistes de muchas maneras y estilos y cada uno queda tan bien contigo. Es increíble.

— Al principio forzaba mi imagen, intenté muchas cosas para verme bien y agradarle a los demás, pero luego me di cuenta de que no necesito tratar de forzarme para tener que agradarle a alguien más cuando a quien debería de agradarle es a mi propio yo, a mí misma. Así que decidí que era hora de cambiar y así lo hice, empecé a conocerme, a saber, cuáles eran mis gustos, las cosas que no me gustaban, lo que me quedaba bien y lo que sentía que me hacía mal, y así es como he estado creando lo que soy hoy en día. — confesé.

— De verdad que eres una persona increíble. Quisiera ser como tú.

— No, yo quiero ser como tú, tú eres fuerte y lo demuestras siempre, yo solo finjo serlo, tú eres perfeccionista y yo apenas aprendo las cosas después de fracaso e intentos. Tú eres admirable y yo solo soy yo. Muchas personas al igual que yo quisieran ser como tú, tú haces brillar las estrellas con esa sonrisa que te apena a veces, lo que no sabes es que es tan perfecta que muchas personas quisieran quedarse con ella.

— No sigas, - dijo deteniéndome. — Haces que me sonroje.
Los dos reímos ante lo dicho.

— Solo digo la verdad, y lo sabes muy bien. Eres un ángel, el ángel de army.

— No, siento que aún me falta mucho para ser tan perfecto como me describes.

— Es que no entiendes que no necesitas ser perfecto para que las personas te amen, Jimin, nadie en este mundo lo es, pero ¿te digo lo que sí eres? Una buena persona, dedicada, que siempre da lo mejor de sí mismo a los demás, que siempre se preocupa por los que les rodean y está siempre que lo necesitan, eso ya te hace perfecto a los ojos de los que te adoramos.

Jimin entre risas, avergonzado y todo tímido cubrió su rostro con sus manos.

— ¡Aaaah, no sigas!
Reí por su reacción.

— Jejeje, está bien, ya no seguiré haciéndote cumplidos.

Me quedé observándolo en silencio, él hizo lo mismo. Los dos nos olvidamos de la película y del tiempo, en realidad nos habíamos olvidado de todo lo que nos rodeaba, en ese momento solo existíamos él y yo.

— ¿Te confieso algo? — asentí en silencio. — Había salido con varias personas.

— Ah, ¿sí?
Asintió.

— No con muchas, pero si con algunas chicas, varias veces tratando de encontrar a alguien que me hiciera sentir cómodo y seguro a su lado, alguien que me entendiera y escuchara, alguien que nunca se alejara.

— ¿Y qué pasó? — pregunté con ganas de saber más.

— Me rendí. Ninguna de esas personas con las que salí me daban lo que buscaba y eso que no buscaba mucho, solo quería a alguien que me aceptara como soy, con mis virtudes y mis defectos, alguien que no se fuera de mi lado.

— Entiendo. No te rindas, aún hay esperanzas, todavía quedan muchísimas personas por conocer.

— Es que ya no creo que tenga que buscar más.

— Ah, ¿sí? - él asintió con una sonrisa de labios cerrados. — ¿Por qué lo dices?

— Porque acabó de encontrar a esa persona que siento que no se alejará de mí y me acepta tal y como soy.

— ¡Ah, sí! ¿Y Quién es? — él me observó en silencio, su sonrisa no desapareció en ningún momento así que supuse que se estaba refiriendo a mí, pero igual no dije nada al respecto porque quería saber de sus propias palabras.

— Bueno, ahora mismo la tengo enfrente y estoy hablando con ella.

Se refería a mí.

— ¿Te refieres a mí? — pregunté señalándome. Él asintió. — Está bien pero no entiendo cómo, dicen que se necesita un tiempo determinado para saber eso.

— Yo no necesito tener un tiempo determinado para darme cuenta de que eres la persona con la que me siento a gusto cuando hablo de mis cosas más personales, con la que siento que todo sería más fácil hacer distintas cosas, con la que sé que me aceptaría no solo por ser artista sino también por mis defectos y mis cambios de humor. - se me fue acercando más con cada palabra que decía. - Estoy seguro de que tú serías la indicada para mí y mi complicada vida de ídolo, es más creo que tú serías mi para siempre.

Me sentí tímida ante sus bonitas palabras que me hacían sentir millones de emociones inexplicables. Cubrí mi rostro con mis manos por la vergüenza, no podía evitar sonreí ante cada palabra que salían de sus labios, nunca nadie había dicho tan bonitas cosas hacia mi persona.

— ¡Ay, Dios! Siento mis mejillas arder, que vergüenza. — confesé aún con mi rostro escondido.

Escuché a Jimin reír, hice a un lado uno de mis dedos para verlo.

— Deja verte. Quiero ver lo bonito que se ve tu carita toda sonrojada. — dijo tomando mis manos para descubrir mi rostro tornado de un rosado natural.

— ¡NO! — dije entre risas, pero él insistió.

— ¡Vamos, deja verte! — y lo dejé que ganara. Dejé que quitara mis manos de mi rostro para que se encontrara con este todo enrojecido. Él sonrió y se acercó un poco más tomando mi cara con sus manos. — Tienes las mejillas coloradas más lindas que he visto.

Desvié la mirada apenada.

— No, las tuyas siempre serán las mejores y las más bonitas.

Ninguno dijo nada más, él solo me observó en silencio, los dos nos miramos fijamente a los ojos.

— Podría quedarme por horas mirándote a los ojos y no me cansaría ni por un momento. — confesé. — Eres tan jodidamente hermoso... Y tus labios, ¡Dios!

— Siento como si quisieras besarme, ¿Me equivoco?

— ¿Es tan obvio? — no podía evitar ser tan honesta con él y mucho menos evitar las ganas que le tenía, pero el respeto estaba primero. No podía hacer nada sin su consentimiento ni él sin el mío.

— Ven aquí, he estado notando que tienes algo en la cara. — dijo haciendo a un lado lo que le había dicho.

Traté de buscar con mi mirada lo que decía que tenía. — Ah, ¿sí? ¿Dónde?

— Espera, no te muevas.

Hice lo que me pidió. Me dejé de mover y me quedé viéndolo a los ojos esperando a que hiciera lo que tendría que hacer. Aunque estaba nerviosa por tenerlo tan cerca, no podía hacer que lo notara de ninguna manera así que dejé que quitara lo que yo no podía ver de mi rostro.

Jimin me observó en silencio, estaba algo nerviosa, mis manos comenzaban a sudar y mi corazón a acelerarse.

— ¿Ya?

— Aún no, primero debo ver bien donde está.

Por momentos su mirada se encontraba con la mía haciendo que sonriéramos por la acción, sus ojos recorrían con detenimiento mi rostro, era como si quiera grabárselo o quisiera hacer algo más que solo quitar lo que según él tenía.

— Oh, ya la encontré.

— Ah, ¿sí? — él asintió. — Entonces, quítala.

— Okey, aquí voy. Cierra los ojos un momento...

Y lo hizo. Jimin se acercó a mí y con delicadeza a mis labios para besarlos. En el momento en el que sentí sus labios junto a los míos, no pude evitar sonrojarme más de lo que lo estaba antes, mi corazón se emocionó tanto que latía como si fuera a salirse de mi pecho, quería brincar de emoción, quería que no se separase de mí, pero lo hizo. El rubio se separó para volver a mirar mi cara toda enrojecida por su acción, yo abrí los ojos y lo miré, estaba sonriendo como pendeja frente a él, una vez que desperté de su pequeño hechizo, pestañeé varias veces y cubrí mi boca con mis manos sorprendida.

— ¡¿Qué?!, ¡¡¿qué acaba de pasar?! — pregunté anonadada.

Él me miró sonriendo, sus manos sostenían las mías, sus ojos se volvieron pequeños, parecían cerrados, pero no lo estaban.

— ¿Me acabas de...? — Asintió. — Pero ¿Por qué?

— ¡¿Te molestó que lo hiciera?! — preguntó inocente. — Puedes devolvérmelo si no te gustó. — Reí ante lo último que dijo. — De verdad, me lo puedes devolver.

Se balanceó entre risas cubriendo su rostro.

— No hagas eso.

— ¿Lo del beso?
Me negué.

— No, no es eso, hablo de cubrir tu rostro cuando ríes, no lo hagas. Tienes una hermosa sonrisa y una contagiosa risa que sería un desperdicio si no la mostraras.

— Está bien, pero ¿Te gustó?

— ¿El qué, el beso? — el asintió. — Bueno... Pues, ¿Qué te puedo decir? No pensé que harías eso sin que fuéramos parejas, como aquí son muy serios con cosas como esas...

— No todos. Cuando algo te gusta, quieres probarlo de una vez. Saber si te seguirá gustando después de la primera probada. Así soy yo con algunas cosas.

— Y por eso me besaste. — volvió a asentir. No supe que más decir al respecto que un: Entiendo.

Mi expresión de chica pensativa apareció, mi ceño fruncido mientras miraba a varios lados menos a él me hacían parecer más dramática de lo normal.

- ¿Qué pasa, ¿qué piensas? - preguntó algo confundido por mi actitud repentina.

- Pienso que deberíamos repetirlo. - él me miró asombrado. - Si, es que, pues no se sintió como un beso de verdad, más bien pareció uno de esos besos de amigos que se dan las personas que se tienen mucha confianza. Quiero algo que sea más... Profundo, uno que me haga perderme en las nubes y más allá de ellas, ¿Entiendes?

Él asintió mirándome con algo de gracia. - Entiendo. ¿Quieres que yo... o Quieres empe...? - Él se señaló y luego a mí

- Tranquilo, si quieres puedo empezar yo, no me molestaría hacerlo. - dije arreglando la situación entre los dos. - ¿Me das el permiso de...?

Me miró algo confundido, pero asintió aceptando, entonces me acerqué a él y me senté sobre sus piernas. El rubio me observó algo sorprendido por lo que hice, no creo que supiera que haría eso, sus manos se levantaron en defensa como persona inocente, me miró con detalle desde los ojos hasta la cintura.

- Tranquilo, no voy a abusar de ti ni a hacerte nada malo, solo quiero estar más cómoda para hacerlo. Te pregunté si podía, me dijiste que sí así que aquí estoy. - y él solo asentía en silencio. Me hizo dudar por un momento, creo que se sentía algo incómodo así que me moví para volver al mueble. - Si quieres me puedo detener, no creo que te sientas bien con lo que estoy...

- No, no te preocupes por eso, estoy bien. - habló devolviéndome a sus piernas con sus manos sobre mi cadera.

- Está bien, entonces... Tú solo déjate llevar, haré lo que mejor que pueda, - reí ante eso. - No beso a alguien en mucho tiempo. - los dos sonreímos. - Bueno, aquí voy...

Continue Reading

You'll Also Like

101K 5.5K 32
El engreído Ruggero Pasquarelli es enviado a la hacienda de su familia, él odia el campo y la vida sencilla. Allí conocerá a Karol, la hija del capat...
4.1K 515 32
Ellos ya no querian seguir las reglas que separaban lo que su corazón mandaba, tampoco que un ataque los alejara. Ahora solo quedaba encontrar la man...
184K 15.4K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
Brackets By dan

Short Story

30.7K 2.3K 70
Dos personajes se encuentran en el mismo horario de atención. Una chica con brackets. Un chico con problemas. Hay muchas razones para juntarlos, t...