A través de la Lluvia [Hidalg...

By Ariana_Godoy

23.8M 1.8M 3.4M

¡'Hidalgos' la trilogía original de Wattpad que inspiró las películas de Netflix! La última película se estr... More

Prólogo
|| C A P Í TULO UNO ||
|| CAPÍTULO DOS ||
|| CAPÍTULO TRES ||
|| CAPÍTULO CUATRO ||
|| CAPÍTULO CINCO ||
|| CAPÍTULO SEIS ||
|| CAPÍTULO SIETE ||
|| CAPÍTULO OCHO ||
|| CAPITULO NUEVE ||
|| CAPÍTULO DIEZ ||
|| CAPÍTULO ONCE ||
|| CAPÍTULO DOCE ||
|| CAPÍTULO TRECE ||
|| CAPÍTULO CATORCE ||
|| CAPÍTULO QUINCE ||
|| CAPÍTULO DIECISÉIS ||
|| CAPÍTULO DIECISIETE ||
|| CAPÍTULO DIECIOCHO ||
|| CAPÍTULO DIECINUEVE ||
|| CAPÍTULO VEINTE ||
|| CAPÍTULO VEINTIUNO ||
|| CAPÍTULO VEINTIDÓS ||
|| CAPÍTULO VEINTITRES ||
|| CAPÍTULO VEINTICUATRO ||
|| CAPÍTULO VEINTICINCO ||
|| CAPÍTULO VEINTISEIS ||
|| CAPÍTULO VEINTIOCHO ||
|| CAPÍTULO VEINTINUEVE ||
|| CAPÍTULO FINAL ||
¡A través de la lluvia en librerías!

|| CAPÍTULO VEINTISIETE ||

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By Ariana_Godoy

CAPÍTULO VEINTISIETE

XAN

Esto fue una mala idea.

Estoy parado frente a la imponente mansión Hidalgo y ya esto no parece tan buen plan como lo pareció cuando Apolo me invitó a pasar acción de gracias en la casa de su familia. Le digo que quiero que dejemos fluir las cosas y me trae a casa de sus padres, creo que Apolo tiene un concepto muy diferente de llevar las cosas con calma y de que esto no es nada serio.

Por lo menos, ha prometido que me presentará como un amigo y que nos comportaremos durante estos días. En parte, acepté porque tampoco me quería quedar solo en el apartamento, estas fechas siempre las pasaba con Vance haciendo cualquier tontería, pero nunca solo. Por lo menos, ahora podré distraerme.

Ya ha anochecido y me siento mal por incomodar la casa de su familia cuando ya está oscuro, no sé porque tengo esta imagen de que los Hidalgo son serios e intimidantes, quizás porque lo único que he oído de ellos en las noticias es que tanto dinero tienen y como su compañía se sigue expandiendo por todo el país.

—Vamos. —Apolo me guía, cargando su mochila de lado.

Entramos en la casa y el recibidor es amplio, y da a una sala que tiene unas escaleras a un lado. Todo está increíblemente iluminado y se ve impecable, debo decir que es una casa hermosa. Una figura emerge de un pasillo y lo primero que veo es un cabello rojo desordenado que cae alrededor del rostro de una mujer muy bonita. Lleva unos leggins y un suerte oscuro, ancho y largo que le cubre más abajo de los muslos.

—Apolo. —Ella nos sonríe y me le quedo viendo—. Y tú debes ser Xan, soy Claudia.

Me extiende la mano y la tomo con gentileza.

—Mucho gusto.

Otra persona sale del pasillo y es un hombre joven alto de barba, la elegancia que porta es natural, va de camisa y pantalones. Él se para justo al lado de Claudia antes de extender su mano hacia mí.

—Artemis Hidalgo.

—Xan... —No sé por dudo con si debería decir mi apellido o no—. Solo Xan.

Él asiente y yo trago grueso porque este hombre a pesar de ser joven, es muy intimidante.

—Bienvenido —comenta Claudia.

—Es la primera vez que Apolo trae un amigo a casa —dice Artemis, ojeándome como si sospechara algo o quizás, estoy paranoico.

Apolo y Artemis comparten una mirada intensa que no sé que significa, cosas de hermanos, supongo.

—Ah, soy afortunado —respondo, intentado sonar relajado.

—Me encanta tu cabello —agrega Claudia.

—Gracias.

—El abuelo y mamá ya están en la mesa, —explica Claudia a Apolo—. Los demás ya están por llegar.

¿Los demás? Claudia continua:

—Deben estar hambrientos, suban a dejar sus cosas —Ella señala a Apolo—. Los puse en tu habitación porque me contaste que comparten cuarto en el apartamento así que pensé que no sería problema, si lo es, puedo preparar el cuarto de huéspedes.

—No, estamos bien compartiendo —aseguro. Lo menos que quiero es incomodar más de lo necesario.

Artemis me mira de nuevo, y juraría que algo hace clic en su cabeza.

—¿Comparten habitación? —Su pregunta suena curiosa.

—Artemis. —Ese tono serio de Apolo es uno que no he escuchado antes. Artemis sonríe.

—Suban, nos vemos en un rato.

Ellos se hacen a un lado para dejarnos ir a las escaleras.

En el pasillo del segundo piso, veo las fotos colgadas en la pared: La familia Hidalgo, hay varios retratos de la que asumo es la mamá y luego, él papá de Apolo, también hay uno donde están los tres hijos con los padres, bien vestidos, muy elegantes. Definitivamente esta familia fue bendecida con buenos genes porque todos son bonitos. Me detengo frente a un retrato de la señora Hidalgo, tiene unos ojos azules preciosos que me recuerdan a los de mi madre y que por lo que veo, solo fueron heredados por el hijo del medio. Apolo me ha hablado mucho de él.

—Tu madre es hermosa —digo con honestidad.

Apolo se tensa, aprieta los labios y no me responde. ¿Dije algo malo? Solo fue un cumplido.

La habitación de Apolo está igual de organizada que la del apartamento. Me sorprende, Vance es obsesivo con la limpieza a veces, pero ni su habitación se ve así de ordenada. Quisiera decir que no pienso en él, que no lo recuerdo porque sé que no se lo merece, pero mentiría. Estuvimos juntos por años, hay noches en las que aún lo extraño, en las que considero que quizás, esta vez si cambiará, que ahora que me fui de verdad, él de verdad luchará por cambiar. Sin embargo, Apolo me da fuerzas, sin saberlo, solo tengo que mirar esos ojos cafés y sentir su cariño para volver a la realidad de que hay mucho más en el mundo para mí, mucho más que Vance.

Además, estar con Apolo ha despertado cosas en mí que no creía posible. Me siento seguro, cálido y protegido en sus brazos. Tal vez lo que estoy haciendo no es sano, saltar a los brazos de otra persona cuando apenas estoy procesando lo de Vance, pero honestamente, no me imagino manteniéndome alejado de Vance sin Apolo. Él es mi ancla, y se merece mucho más, lo sé, sin embargo, esto es todo lo que puedo dar ahora.

Estoy indagando en un pequeño estante que tiene con unos libros cuando lo siento abrazarme desde atrás y besarme el cuello.

—Ey. —Le regaño, juguetón—. Dijiste que te comportarías.

—No cuando estemos solos.

Me giro en sus brazos y le agarro ese rostro que tanto me atrae.

—Debemos bajar.

Apolo cierra el espacio entre nosotros y me besa, es un roce corto y gentil, pero que de igual forma me despierta todas las terminaciones nerviosas. Una parte de mí, aún no se cree que esto esté pasando, que este chico al que me sentí atraído desde el día uno esté besándome ahora mismo. Me despego y le tomo de la mano para arrastrarlo conmigo.

—Vamos.

#

APOLO

A medida que avanza la noche, Xan se ve más relajado y es un alivio.

No estaba seguro de que esto fuera buena idea, porque venir a casa de mi familia no es muy 'dejarlo fluir' de mi parte, así que me alegra que se esté adaptando. En la mesa, él está sentado a mi lado mientras el abuelo le pregunta mil cosas y entonces escuchamos el timbre de la casa. Artemis va a abrir y unos segundos después, se escucha el alboroto de voces femeninas cada vez más cerca.

Me pongo de pie, emocionado y doy un paso para alejarme de la mesa. Ella cruza la esquina del pasillo y su rostro se ilumina por completo al verme.

—¡Lolo! —Ella corre hacia mí y salta hasta envolver sus brazos y piernas a mi alrededor. Damos vueltas por unos segundos, ella entierra su rostro en mi cuello, murmurando lo mucho que me ha extrañado y cuando la bajo, noto que se ha cortado el cabello.

—¿Crisis existencial? —Toco un mechón que le llega al mentón.

Dani sonríe de esa forma abierta y juguetona que recuerdo bien.

—Siempre. —Y me planta un beso en la boca de saludo.

No tiene ningún significado porque ella y yo tenemos esa confianza y en casa, están acostumbrados. Sin embargo, olvidé por completo a Xan y no sé si le incómoda. Nah, estamos fluyendo, ¿no?

Raquel aparece, seguida de Artemis y cuando me ve, se apresura en apartar a Dani.

—Mi turno. —Raquel me abraza—. Que gusto verte, Lolo.

—Igualmente, jamás pensé que extrañaría tanto a estas locas —admito ante todos.

El abuelo, Claudia y Artemis están sonriendo mientras ellas van a saludarlos. Vuelvo a sentarme y Xan no me mira, está enfocado en tomar un sorbo de té.

—Raquel, ¿sabes algo de Ares? —pregunta Artemis, siempre preocupado.

—Sí —Ella sacude su celular en el aire—. Su vuelo se atrasó una hora, pero ya debe estar por aterrizar.

—Le dije que era mejor si tomaba un vuelvo ayer. —Artemis menea la cabeza—. Viajar un día antes de acción de gracias siempre es problemático.

—Le dije lo mismo. —Raquel se encoge de hombros—. Pero ya sabes como es.

Dani y Raquel se giran, mirando a Xan, esperando y yo caigo en cuenta.

—Oh, este es Xan, un amigo de la universidad —digo, haciendo el gesto de presentación—. Xan, ella es Raquel, la novia de Ares y Dani, una amiga.

—Mucho gusto.

Las chicas se sientan, Dani justo a mi lado, sus ojos van de Xan que está a mi otro lado y a mí. Sus labios húmedos y gruesos forman una sonrisa pícara.

—Dani —murmuro por lo bajo en modo de advertencia.

—¿Qué? —responde, haciéndose la loca.

—No es lo que crees.

—No he dicho nada —susurra, pero la conozco demasiado y ella a mí.

Después de comer, Claudia y Artemis se despiden para ir con Hera que ha estado dormida todo el rato con la mamá de Clau. El abuelo también se va y quedamos nosotros cuatro, así que decidimos salir a la piscina y encender la fogata a un lado del patio para mantenernos cálidos. Xan se excusa para ir al baño y me preparo para estas dos.

—Ni siquiera—

—¡Qué lindo es! —suelta Dani al instante.

—¿Este es el chico que te tenía esperando en la oscuridad? —pregunta Raquel, sus ojos brillando por la curiosidad.

Suspiro.

—Basta, ambas, no lo hagan sentir incómodo.

Dani me observa y jadea como si hubiera descubierto algo increíble.

—Han follado.

Me sonrojo de golpe y no digo nada. Raquel abre la boca, sorprendida.

—¿De verdad? Guao, la última vez que hablamos no sonaba como que pasaría algo entre ustedes.

—No pasó nada.

—Apolo, intentas mentirnos a nosotras, ¿de verdad? —Dani menea la cabeza.

Suspiro.

—Bien, pero ni una sola palabra, ambas.

Raquel se sella los labios con los dedos.

—Prometido.

Ambas esperan y juro que Raquel en un punto se empieza a comer las uñas.

—Sí...—admito—. Estamos dejándolo fluir.

Ambas arrugan las cejas.

—¿Apolo Hidalgo dejándolo fluir? —El rostro de Dani se estira en sorpresa—. Eso sí que no me lo esperaba, pero bien por ti, finalmente dejaste de vivir como si tuvieras ochenta años.

—Dani. —Raquel le regaña antes de volver a mirarme—. ¿Cómo fue? ¿Alucinante? ¿Te gusta mucho?

—Fue... —recuerdo esa noche, y a él de rodillas frente a mí—. Fue genial.

—Estás loquito por él, ¿no? —dice Dani, burlona.

—No, es algo casual.

Dani se lame los labios.

—Déjame adivinar lo de que sea algo casual, fue su idea, no tuya, ¿eh?

—No tiene importancia.

—Apolo.

—De verdad, estoy bien con este arreglo.

Raquel y Dani comparten una mirada hasta que Raquel rompe el silencio:

—¿Estás seguro, Apolo?

—Sí.

—Bueno. —dice Dani—. Si va a ser algo casual, mantén tus sentimientos a raya, Apolo. No queremos que salgas herido.

Les doy una mirada cansina.

—Ya no soy el chico pequeño que necesita protección, ¿de acuerdo? Puedo follar sin complicarme.

Raquel hace una mueca.

—Claro, eso decía tu hermano y míralo ahora.

—No es lo mismo.

Xan regresa y nos quedamos callados lo cual es un grave error porque queda obvio en el aire que estábamos hablando de él.

—Entonces, Xan —empieza Dani y la observo con cautela—. Apolo nos cuenta que tienes un café en el campus.

—Así es, son bienvenidas cuando quieran.

—Aw, gracias, cuando le visitemos, pasaremos por ahí —responde Raquel—. Y bueno, queremos aprovechar para sacarte información porque Apolo no nos cuenta nada. ¿Cómo le va a Lolo en la universidad? ¿Tiene amigos?

—Raquel —protesto, avergonzado—. Ya suenas como mi madre.

Ella sonríe abiertamente y Xan parece unirse al humor de molestemos a Apolo.

—Bueno, no lo he visto con ningún amigo aparte de Gregory, solo con... —Sus ojos buscan los míos y duda un segundo antes de decirlo—: con Rain.

—Oh, Rain. —Raquel reconoce el nombre y la miro con mucha intensidad esperando que eso le dé una señal de no decir nada.

—¿La conoces? —pregunta Xan—. Supongo que Apolo les ha hablado de ella.

Raquel se atraganta con su bebida y tose.

—Ah, hace frío. —Es su respuesta.

Ella nunca ha sido buena disimulando y no sé porque tuve la esperanza de que diera una respuesta normal. Sin embargo, Xan lo deja pasar.

Pasamos el rato charlando y poniéndonos al día con todo lo de la universidad. Raquel compara las materias que ella vio en su primer año de psicología con las que estoy viendo yo, y me da algunos consejos. Dani y Xan hablan de los festivales que se vienen en el centro de la ciudad en diciembre.

A la medianoche, las chicas se van para descansar, quieren estar rejuvenecidas para mañana.

Al volver a mi habitación, Xan está más silencioso de lo normal. Nos acostamos y él me da la espalda, arropándose hasta el cuello.

—¿Todo bien? —pregunto porque siento que algo está mal.

—Todo bien.

—Xan.

Él suspira y se gira, quedando sobre su espalda, sus ojos en el techo.

—Creo que esto no fue una buena idea.

—¿Esto?

—Venir contigo.

No puedo negar que eso arde, pero me mantengo neutral.

—¿Por qué?

—No lo sé, es demasiado... todo esto es... demasiado.

—No te entiendo.

—Lo sé, y lo siento, Apolo, sé que tenías buenas intenciones, que querías que no la pasará solo, pero me siento... extraño.

—¿Te incómoda mi familia?

—No, claro que no, son geniales, el problema soy yo. —Él suspira—. Lo siento, soy un desastre.

—Claro que no.

Xan se gira hacia mí y se acerca poco a poco hasta que descansa su frente sobre la mía.

—Sé que prometimos no hacer nada —susurra sobre mis labios—. Pero... necesito...

Lo beso antes de que pueda terminar esa frase, sentirnos siempre ayuda apartar la pensadera y los malestares, es una solución temporal, pero que ambos disfrutamos mucho. Lo aprieto contra mí, mientras nuestro beso se vuelve desesperado y lleno de ganas.

—Xan —digo sin aliento.

Él me da un beso corto.

—Seré silencioso, lo prometo. —La sonrisa pícara le queda tan bien que no protesto en lo absoluto y él se sube encima de mí para continuar nuestro beso.

Nuevamente nos perdemos en jadeos, gemidos y sensaciones que ahogan todo lo demás.

#

A la mañana siguiente, me despierto en una cama vacía.

Se me aprieta el pecho y me siento, viendo una nota en la mesa de noche. Con el corazón en el suelo, levanto el papel y lo leo:

"Lo siento mucho, Apolo.

Creo que no quiero estar rodeado de gente, no quiero socializar, ni fingir sonrisas mientras estoy procesando todo lo que ha pasado.

Gracias por todo.

Xan."


----------------

Nota de la autora: Vamos por partes.

Awww Clau y Artemis, los extrañéeeeee tanto, mi iceberg y fuego. 

Raquel y Dani son un mood de chisme y buena vibra, las quiero muuuchoo.

Xan, ay mi querido Xan, te entiendo, igual arde un poquito que te hayas ido así. Cada vez que Apolo y Xan están juntos, siento mucho paz, creo que ambos se complementan de alguna forma. 

AMO la relación y la confianza de Dani y Apolo, son tan goals. Ambos encontraron una forma de ser parte de la vida del otro de una forma más sana y permanente mientras exploran sus identidades e intereses en la vida. 

No hay meme time porque me tiré el café encima y tengo el jean manchado, debo irme de este café lo antes posible. Y ni se les ocurra salir con lo de 'el karma es una mierda...' porque las golpeo. 

No olviden votar, chikibabys. 

Muakatela,

Ariana G. 


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