Narra Lissa
- ¿Lista?
- ¿Te soy sincera?
- Por favor.
- No...
- Oh, vamos Thella, yo no crié una cobarde.
- Cobarde tu tinte, Cassy.
Después de unas semanas maravillosas, había llegado el momento de cambiar mi vida.
Cassy vino junto con el abuelo Marcus y Alec y Demetri.
Les pregunté sobre el trabajo que tenían, ya que habían dicho que era bastante, se encogieron de hombros y me dijeron que Aro se quedó.
Pobre Aro.
Estabamos en la sala de estar esperando a Jasper y Demetri, quiso acompañarle para probar la sangre animal, por curiosidad.
Jasper había ido a cazar ya que, según sus palabras, se quedaría a mi lado en todo momento y, desde la boda no lo había hecho.
- ¡Oye! Ya sabes que es natural. - se quejó.
- Eso dice la caja... - hice puchero.
- Ya déjala, Caius. - le interrumpió Marcus y éste bufó.
- ¿Segura que no quieres que yo lo haga? - me preguntó Cassy.
Negué.
- Además, dices que te molesta mi aroma ahora... - fingí indignación.
- Créeme, a mi tampoco me entusiasma saber la razón. - fingió escalofríos.
Reímos y lo abracé.
- Gracias por venir... no tenían porqué.
- Era venir o quedarme a hacer el papeleo... pero Aro hará un buen trabajo. - se encogió de hombros.
>> Además, quién mejor que yo para ponerte en tu lugar si te pasas de lista siendo neófita. - molestó divertido.
- Al menos tener la vista mejorada me ayudará a probar que usas tinte.
- Y sigues con eso. - rodó los ojos.
Reí de nuevo y lo solté.
El abuelo Marcus leía unos archivos, creo que él se trajo algo de trabajo, no como Cassy, pero el abuelo tenía el ceño fruncido.
>> ¿Qué? - preguntó Cassy.
Marcus levantó la mirada a Casssy y luevo a mi y negó.
- Nada... algo extraño pero... - volvió a negar. - Nada...
Asentimos y lo dejamos pasar.
Poco después llegaron Jasper y Demetri, ambos riendo, bueno, más Jasper, Demetri tenía una cara de asco y estaba lleno de pelos y su ropa rasgada.
Me levanté a recibir a Jasper, quien no se quedó atrás y me abrazó levantandome un poco del suelo.
- Si, si, se quieren, ya lo sabemos. - escuché la queja de Cassy.
- Como si no fueras así con Athenodora. - murmuré aún con Jasper. - incluso eres peor.
- Yo no soy tan- ¡Marcus! ¿De qué te ries?
- ¿Lista, amor? - me llamó Jasper, pero busqué acurrucarme en su pecho, solo para estornudar y separarme.
- Primero quitate eso, ¡Estás lleno de pelos! - me quejé escuchando la risa de Jasper. - Y ahora yo también...
Dejó un beso en mi frente antes de desaparecer.
>> ¡Oye! ¿Y yo qué? - le señalé al aire mi aspecto.
No pasó mucho antes de que Jasper viniera y nos llevara a la habitación.
- ¿Y ustedes de qué se rien? ¿Alec, Demetri?
Se escuchaban los gritos de Cassy.
>> Oh, perfecto. Vámonos.
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- Estaré esperándote, Issa... - besó mis manos.
- Jasper, tengo miedo... - confesé.
- Tranquila, amor, será rápido. - me empujó levemente para recostarme.
Asentí tratándo de convencerme a mí misma.
- Alec. - indicó Caius.
Una niebla oscura me empezó a nublar, ví a Cassy, sus labios apretados en una línea, estaba nervioso.
Vi a Alec, su mirada tan concentrada.
Y por último, me centré en Jasper, quien poco a poco se acercaba a mí.
Sentía la calma que me enviaba y yo trataba de absorberla toda.
- Te espero al despertar, amor mío.
Fue el susurro de Jasper lo último que escuché, antes de que dejara de sentir, de percibir el mundo a mi alrededor.
Antes de sentir algo en mi costado, antes de perder la noción del tiempo.
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Abrí los ojos.
Mi vista acostumbrandose a la luz.
Fue muy rápido.
Parpadee un par de veces.
No noté mucho cambio.
No veía las partículas de polvo ni escuchaba mejor.
De hecho no había ningún sonido a mi alrededor, todo estaba quieto.
Empecé a bajar mi mirada, Cassy, Marcus, Alec y Demetri estaban como estatuas.
Caí en cuenta de la mano que sujetaba firmemente la mía.
Jasper, así como los demás, estaba tan quieto como una estatua, pero, además, más palido de lo normal.
- ¿Jass? - hablé.
Buh, mi voz suena igual, creí que cambiaría...
Pero fue suficiente para que sus miradas se posaran en mi.
Esto no... no es normal, ¿Algo salió mal?
>> ¿Cuánto ha pasado? - pregunté.
- ... quince minutos... - respondió Jasper tenso, sin mirarme a los ojos, su mirada quedaba en mis manos.
- ¿Quince minutos? P-pero... no es posible... ¿Fue tan rápido?
Jasper negó.
>> S-sigo siendo... es decir que, no me transformaste ¿verdad?
Negó de nuevo.
>> ¿Pasó algo malo? ¿Hice algo mal?
Jasper no respondió.
>> J-Jasper... - me levanté hasta estar sentada. - ¿Cassy...? - llamé. - ¿A-abuelo...? ¿Alec, Demetri?
- ¡Desgraciado! - gritó Caius de pronto, tomando a Jasper por el cuello de su camisa.
>> ¡¿Cómo te atreviste?!
- ¡¿Creíste que lo sabría?! - gritó Jasper devuelta.
- ¡¿Cómo no pudiste saberlo?! - le reclama Caius.
- ¡¿Cómo esperabas que lo supiera?!
- ¡Caius déjalo! - me levanté y quité a Caius de Jasper, poniendome enfrente.
>> ¿Podría alguien decirme qué en el hielo pasó?
- ¡Eso pasó! - señaló Caius a Jasper.
- ¡¿Qué cosa?! - pregunté exasperada.
- No pude morder... - murmuró Jasper detrás de mi.
- ¿Qué? - giré para verlo. - ¿Cómo es eso posible?
- Y-yo... - ninguna otra palabra pudo salir de Jasper, pero su mirada no conectaba con mis ojos.
- Querida. - habló Marcus. - Será mejor que te sientes, tú también, joven Jasper.
No sentí a Jasper seguirme, así que lo tomé de la mano y, como un robot se dejó guiar.
Fuimos a la sala de estar y senté a Jasper antes de hacer lo mismo a su lado.
>> Ví un lazo extraño, saliendo de tí y del joven Jasper cuando llegamos, pero no creí que fuera importante, hasta que él intentó morderte.
- ¿Lazo? ... no entiendo, ¿Qué clase de lazo? - pensé por un momento.
>> No... no es posible. - negué con la cabeza. - no se puede, ¿Verdad, abuelo? - miré a Caius. - ¿Cassy?
Pero Caius miraba mi vientre, sin responder.
Puse mi mano en el lugar, sentí algo moverse por dentro y jadee levantandome.
- Creo que tu cuerpo impidió que Jasper mordiera, tu piel se volvió más dura para protegerte y al... bebé.
Me abracé a mi misma y miré a Jasper.
- E-estoy... - Jasper me miró. - tú y yo...
Una marea de emociones me envolvieron en un momento.
Estaba asustada, no estaba lista para esto... es decir, me había desecho de la idea hacía mucho tiempo. Me sentía aterrada pues no sabía cómo proseguir, incertidumbre y algo de tristeza porque Jasper no había salido de su estado robótico.
En eso último, Jasper se levantó y acunó mi rostro en sus manos, abría y cerraba la boca sin saber qué decir.
Pero también sentía una inmensa felicidad, un alivio, un gozo increíble, un amor que crecía, tanto por Jasper como por quien crecía en mi vientre.
Tomé las manos de Jasper aún en mi rostro.
- I-Issa... yo-
- ¿Lo escuchas? - pregunté suavemente.
Jasper suspiró, su rostro, sus musculos se relajaron visiblemente, y sus manos en mi rostro acariciaron con delicadeza por donde tocaran.
- Lo escucho... es más rápido que el tuyo, pero a la vez más lento que uno normal.
- Es como yo... -reí y Jasper me acompañó poco después.
>> Me asustaste, Jasper, creí que... no lo querías... - Jasper rápidamente negó.
- Me preocupaba cómo reaccionarías, no estaba en nuestros planes.
- Debemos llevarte a Volterra. - habló Caius.
- ¿Qué? ¿Por qué? - pregunté confundida.
- No sabemos lo que sea-
- Cassy, ¿Qué más va a ser? - cubrí mi vientre con mis brazos.
- Thella, no entiendes, esto no debería ser posible.
- Cassy, cuando papá y mamá se quieren mucho, ellos-
- No me enseñes biología, Thella. Sé cómo pasó, pero puede ser peligroso, puedes morir sin siquiera tener la oportunidad de traerte devuelta.
Temí un poco.
- P-pero estoy bien... no me duele nada... me siento... mareada. - me recargué en Jasper.
- Vamos con Carlisle. - habló Marcus.
- Hermano, ¿No entiendes la graved-?
- Caius, si la llevamos a Volterra y sangra, será peor. - interrumpió Marcus.
- Se está moviendo mucho... - murmuro y Jasper me carga pasando sus brazos por mis piernas y espalda.
- Demetri, busca el auto, llama al jet, lo quiero en la pista ahora mismo. - ordena Caius y Demetri asiente antes de desaparecer.
>> No te atrevas a desmayarte, Thella. - me señala.
- Estoy bien, solo algo cansada... - respondo.
- Vamonos. - ordena y Jasper me lleva al auto que Demetri maneja, sentada junto a Caius.
- Cassy... - lo llamo y hace un sonido que me indica que me escucha.
>> Vas a ser abuelo. - le miro divertida.
Lo escucho bufar y pasa su brazo por mis hombros.
- No cambies, Thella. - besá mi cabeza.
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Narra Jasper
- Bienvenidos. - nos reciben Carlisle y Esme.
El rey Marcus regresó a Volterra, junto con Demetri, para notificar a Aro lo que sucedía, quedándo Alec y el rey Caius.
- Carlisle, Esme. - saludó Lissa abrazándolos, ambos dándose cuenta rápidamente de algo diferente.
Después me acerqué yo a hacer lo mismo.
- ¡Lissa, cariño! - Felix salió corriendo abrazando a Lissa.
- Hola, hermano. - bufé y Felix tomó a Lissa de los hombros empezando a caminar.
- Hay tanto que quiero mostrarte. - me ignoró. - descubrí que, ¿recuerdas aquella planta que te dije que encontré y que hacía los brownies saber chistoso? adivina, logré atontar a Emmett con bastante, quisiera ver cómo es en una neófita, claro no te sabrá a nada, puede que vomites un par de veces, pero una vez el veneno logra un tipo de fusión, harás un viaje increíble.
- Felix... - lo llamó Lissa.
- Hablando de Emmett, se fue con Rosalie poco después de su partida, ya no deben de tardar.
- Felix. - intenté yo.
- Y Alice... - suspiró con un puchero. - no he visto a mi amorcito tan seguido, ha estado muy ocupada ultimamente con la sorpresa, la cual no deberías de saber y yo debería de callarme en este momento.
- Felix, deja que nos expli-. - intentó Carlisle.
- Estoy actualizando, Carlisle, un momento por favor. - miró a Carlisle y volvió a Lissa. - Y, no lo creerás, Eddy por- Espera... - acercó su oído a Lissa y luego más abajo.
>> Lissa, querida. - se giró junto con Lissa para hablar en "privado". - ¿porqué tu corazón sigue latiendo y no es solo uno sino do- tres?
- Es lo que están tratando de decir, menso. - Edward apareció y Alice detrás de él.
- ¡Alice! ¡Mi vida! - corrió a abrazar a su compañera y luego se detuvo. - ¡Oye, me dijiste menso!
- Fe, cariño. - lo llamó Alice y tuvo su atención rápidamente. - guarda silencio, ¿si?
Felix asintió y no volvió a hablar.
- Mis disculpas, Caius, como verás, Felix estima mucho a Lissa. - Carlisle se acercó a saludar al rey.
- Lo dejaré pasar, Carlisle, necesito que revises a Thella. - fue directo. - vamos adentro. - dijo y se dirigió hacia la casa.
Una vez adentro, Lissa y yo nos sentamos, Caius en un sillón individual.
Lissa suspiró aliviada una vez nos sentamos, escucho su corazón un poco más rápido que lo usual.
>> Si es lo que piensas, has tu trabajo, Carlisle. - suspiró Caius cuando Carlisle llegó con sus instrumentos.
Edward también se acercó y, pidiendo permiso, tocó el vientre de Lissa, mientras tanto, Carlisle medía su presión cardiaca.
- ¿Qué pasa? - pregunté ante el ceño fruncido de Edward.
- Está creciendo muy rápido, ¿qué es?
- Estoy apostando por un niño, ¿Tu qué crees Jass? - me pregunta Lissa.
- No lo sé... - pienso un momento. - Una niña no sería mala idea.
- ¿Están seguros que es un bebé? - preguntó Edward, tomando la mano de Lissa. - Estás menos fría. - murmuró.
- Ah, Edward, cuando un hombre y una mujer se quieren mucho... - se burla Lissa, recibiendo un empujón de Edward.
- Su corazón está bombeando más rápido que antes. - habla Carlisle. - Parece ser que los bebés están usando la sangre de Lissa como alimento. Son-
- Híbridos..- completa Caius. - ¿Hay riesgos?
- No por ahora, solo hay que mantener a Lissa bien alimentada y, tal vez encontrar la forma de compensar la pérdida de sangre. Es bueno que su sangre los satisfaga rápidamente, pero a la larga podría debilitarla. - explica Carlisle.
Suelto el aire que, sin saberlo, había contenido.
Estaba asombrado, incluso aterrorizado por el peligro que podría suponer que Lissa llevara un hijo nuestro, al mismo tiempo, escuchar ese rápido latir, me hizo sentir tal orgullo, tal felicidad y amor por ellos y por mi esposa.
Que Carlisle haya señalado que Lissa estaría bien, quitó un inmenso peso de mis hombros.
- Espera, ¿dijiste "los"? ¿Es más de uno? - pregunto dándome cuenta de sus palabras.
Félix levantaba la mano queriendo hablar.
- Si, Jasper. - respondió Carlisle. - Son tres latidos diferentes, es por eso que Lissa se debilita de repente, si fuese uno, no sería tanta la sangre que requeriría.
Felix levantó las manos indicando que él lo había dicho primero.
Caius se levantó.
- Quédate aqui. Si le duele algo, arreglalo. - ordenó a Alec, quien hasta ahora se había quedado en silencio. - llamaré a Marcus.. - y salió de la casa.
Carlisle y Edward terminaron con Lissa, pidiendo el primero una muestra de sangre.
Fruncí el ceño al ver que la aguja atravesaba sin mayores obstáculos.
- ¿Que no pudiste morder? - me preguntó Edward llamándo la atención de los presentes.
Negué y miré a Carlisle.
- Era como querer morder una roca. - expliqué.
- ¡Familia, llegamos! - escuchamos el innecesario grito de Emmett. - ¿Por qué hay un rey Vulturi afuera?
>> ¡Copito de granito! - gritó al vernos.
- ¿Copito de gra-? ¡Ah! - la pregunta de Lissa fue interrumpida por Emmett quien se dejó caer en medio de Lissa y de mi, abrazándonos con sus brazos a cada lado.
- Em, no destruyas cosas en la casa. - Rosalie se acercó a Alice, entregándole una bolsa.
>> ... ¿Es cierto? - preguntó mirándo a Lissa.
- Oye, copito de granito, ¿Por qué se escucha raro aquí? - señaló la panza de Lissa. - ¿Tienes hambre?
- Emmett, cállate, los adultos están hablando. - dijo Félix.
- Es que- ¡Escucha! Ahí están de nuevo, son como tamborcitos.
- Está embarazada, menso. - se quejó Edward.
- ¿A quién llamas menso? Menso.
- Emmett. - llamó Félix.
- ¿Qué?
- Eres adoptado.
Emmett jadeó.
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Hola! ;D
Espero que les haya gustado!
Si... van a ser dos...
Caius de abuelo, ¿quién lo diría?
Lissa está fuera de peligro, así que creo que iremos más rápido con Amanecer I.
Y para mis Méxicos, ¡Felices fiestas patrias! ;D
Nos leemos luego, Bye.
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