Las cámaras, los invitados, su familia. Lo que pasará a partir de ese momento tomaría peso sobre sus manos el resto de su vida. Nadie tendría la culpa, pues la decisión sería solamente suya.
Cerró sus ojos, bloqueó su mente y dejo que su corazón hablara.
- Entremos...
Joong le sonrió tomando su mano, entrelazando la en su ante brazo orgulloso. La marcha nupcial hizo presencia anunciando su entrada.
Hechizados al ver su exquisita belleza todos le sonreían, Taehyung a pesar de su nerviosismo se encontraba feliz, sin embargo su sonrisa se borró de su rostro al verlo entre la multitud.
Kim Seokjin. Estaba bien vestido tomado del brazo de su esposo, el general Kim Namjoon, Jin era la única persona que no sonreía en el lugar y por ende Taehyung no fue capaz de saludarlo, la fría mirada que ambos tenían en el rostro demostraba lo disgustados que estaban con la presencia contraria.
Al reaccionar Taehyung devolvió la vista al frente situando sus ojos en la espalda ancha de Jungkook; el principe de Mónaco se convertiría en su esposo, Jungkook sería el padre de sus hijos y estarían unidos en sagrado matrimonio hasta que uno de los dos muriera.
Las manos le sudaban a Jungkook, mantenía los ojos en el suelo estaba ansioso por ver a Taehyung. Su corazón por poco se detiene al sentir su brazo ser tomado por el señor Kim; se giro encontrándose con un ángel en la tierra. Jungkook sonrió embelesado ante tan bendita imagen; para ese punto ni siquiera le importó que Taehyung se robara todas las miradas, porque realmente las merecía.
- Alteza Real... -ambos Kim se inclinan ante él- hoy tengo el honor de entregarle a mi hijo ante Dios y ante su pueblo
- Y si lo agradezco de corazón
Jeon ofreció su mano, Taehyung la tomó apretando con fuerza.
Kim Joong le estaba entregando a su hijo menor al heredero al trono con mucho orgullo, dándole una última reverencia para después tomar su lugar entre las butacas. Con su mano Jungkook guío a Taehyung junto a él, frente al altar donde prometerían sus votos.
- Yo, Jeon Jungkook, príncipe de Mónaco y futuro soberano de España -lo mira- te tomo a ti Taehyung como mi esposo, para respetarte, cuidarte y amarte por el resto de mis días
Colocó la sortija de matrimonio en su dedo sobre aquel anillo celeste que los había comprometido.
Después fue el turno de Taehyung.
- Yo, Kim Taehyung... -toma el anillo con sus dedos temblando por los nervios- te acepto a ti Jungkook como mi esposo, prometo amarte, cuidarte, protegerte en las buenas, en las malas, en la felicidad y también en la tristeza por lo que me queda de vida
Las testigos presentes se sorprendieron al no escuchar la palabra "obedecer" entre sus votos, una simple palabra que tenía mucho valor dentro de la monarquía y que a lo largo de los años se había repetido dentro de todas las bodas Reales.
Fue ahí, en ese momento que no solo España lo supo, si no el mundo entero también. Kim Taehyung marcaría un nuevo inicio para la monarquía.
- En el nombre del señor y bajo la ley española que me concierne, yo los declaro esposos, su alteza... -se inclina ante Jungkook- puede besar a su esposo
No se podía decir cuál de los dos príncipes se encontraba más nervioso. Jungkook se pudo dar cuenta como Taehyung relamía sus labios. El principe de Mónaco le daría su primer beso y juraría que se desmayaría ahí mismo al verlo acercarse a su rostro.
No dudaba que lo quería, Jungkook le daba confianza pero su timidez logro que desviará la mirada al suelo ya con las mejillas rojas. Con ternura Jeon sonrió de lado, levantó su barbilla entre una risita, que solo logro escuchar Taehyung.
- ¿Me permites?
Su cabeza se movió de arriba hacia abajo con el corazón acelerado.
El principe acunó su rostro, miro sus ojos y después sus labios, para finalmente unir sus bocas en un pequeño roce que logro estremecer a ambos. Jungkook movió su boca despacio dándole la suficiente confianza para que Taehyung le correspondiera con torpeza.
Una emoción nueva se instaló en su pecho; Jungkook sentía que los labios de Taehyung fueron hecho para ser besados solo por él, mientras que Taehyung experimentaba la nueva sensación de un beso. Un beso que los hizo vibrar y sentir que eran las personas más afortunados sobre la faz de la tierra.
Aplausos de regocijo les hicieron compañía.
Al separarse las mejillas rojas de Taehyung se intensificaron y Jungkook sonrió por su expresión, depositando un beso en su frente.
Tomados de las manos salieron de la iglesia entre las felicitaciones y aplausos de sus conocidos, al estar en la calle subieron al carruaje Real, darían su primer recorrido como matrimonio por el centro de la ciudad.
Las banderas de España se agitaban con orgullo en el aire, el principe más codiciado del mundo por fin estaba casado con alguien que merecía su apellido y ser su acompañante como Rey.
Saludaban a la multitud, sonreían emocionados intercambiando miradas coquetas que llenaban el corazón de los espectadores, haciéndoles creer que realmente se amaban.
Era como si Taehyung estuviera en su hábitat natural, la dicha no cabía en su cuerpo, estaba enamorado y para él era suficiente con eso. Jungkook no podía quitarle la mirada de encima, parecía que Taehyung había nacido para estar ahí, tomado de su mano, siendo su esposo.
- Te gusta ¿Cierto?
- Es abrumador -rie- pero está gente te admira Jungkook...
- Vinieron aquí por ti -acaricia su mano- a ver tu gran belleza
Y a pesar de no lograr creer que podría ya estar enamorado de él, Jungkook sabía apreciar su belleza nata y aquel sonrojó es una acción que jamás se cansaría de presenciar; menos al ser consciente que él era la razón.
- Esa amiga tuya que tenía el protagónico en la obra, debe de estar sintiendo mucha envidia al verte en televisión casado con el principe de Mónaco
Rieron; Taehyung le sonrió con el corazón en la mano, no podía creer que en verdad se acordara de aquel detalle.
Estaré en la cima y desde ahí, yo no podré verte.
- Justo ahorita no existe otra historia en la que quiera ser protagónico, que no sea la nuestra
Jungkook le sonrió besando su mano, el pueblo estaba orgulloso de su decisión y él en verdad pondría todo de su parte para no fallarle a Taehyung.
Bajaron del carruaje y junto antes de que entrar a la recepción se detuvieron agradeciendo a la ciudadanía.
¡Beso, beso, beso!
- Hay que darles lo que desean -Jungkook le susurra-
- ¿Harías los honores?
Jungkook no quiso saber lo que significaba ese pequeño brinco que su corazón dió al unir sus labios una vez más; le gustaba, se sentía tan correcto y tan extraño a la vez.
Su primer baile como pareja hizo presencia, bailaban al compás de la música. Los invitados estaban en silencio observando; eran la pareja perfecta. Jungkook con es porte de príncipe, bien parecido y respetable y Taehyung con esa dulce belleza que lograba ganarse el corazón de todos.
El brillo en los ojos de Taehyung sé intensificó al darse cuenta que la segunda canción que sonó era justo la misma que habían bailado en la casa de su padre, aquella tarde donde se sincero con Jungkook.
Jungkook unio sus frentes cerrando sus ojos, dejándose envolver por ese momento.
- You're just to good to be true...
Taehyung se separo mirando sus ojos; ya no tenía dudas. Hizo la elección correcta.
- Can't take my eyes offa you
Con su índice golpeo levemente la nariz de Jungkook haciéndolo reír.
Deslumbrados los veían bailar alrededor de la pista entre carcajadas sinceras; que por primera vez no solo la Reina sino la monarquía entera se cuestionó si Jungkook en verdad solo estaba ahí por obligación.
Cada uno de los presentes se acercó a felicitarlos, amigos de Jungkook, familiares lejanos de los Jeon, el padre de Taehyung, Hyunjin y su esposo e incluso Jennie volo de vuelta a España para asistir a la boda de su hermano menor. Y al final pero no menos importantes Hoseok y Jimin.
- Alteza Real -se inclinan ante Jungkook- ¿No lo permites un ratito? -Jungkook asiente- gracias...
Los tres se le quedaron viendo al príncipe al ver que no se movía de su lugar y Jungkook los miro de la misma manera hasta que logro captar la indirecta.
- Ya entendí -se levanta- yo soy él que me tengo que ir
- ¡Gracias!
Jungkook se levantó alejándose de la mesa, llendo con los que se supone que eran sus amigos, los cuales no tardaron en abrazarlo y felicitarlo, alardeando sobre la belleza de su esposo.
- Es hermoso...
Las miradas fueron directo hacia Taehyung, el aún se encontraba sentado riendo con sus amigos, una risa melodiosa que lograba hacer sonreír a Jungkook.
- Te sacaste la lotería Jungkook
Desde que supieron de su compromiso cada uno de ellos se jactaba de criticar la gran belleza de Taehyung, sabiendo que le molestaría.
- El príncipe más bello que el Reino español haya tenido
- Sin duda -agregan sin cuidado-
- Solo míralo Jungkook -señalan- es un pequeño cordero entre este rebaño de lobos hambrientos y tú mi amigo -golpea su hombro- tendrás que sacrificarlo
La mirada de Taehyung chocó con la de Jungkook y se sonrieron al instante.
- Lo moldearas a tu manera, será el esposo perfecto
Eran palabras de hombres medio ebrios, pero esas simples palabras removieron algo en su interior; una gran molestia.
- Suficiente -declara- es mi esposo
Y no, esos no eran celos, Jungkook solo quería que respetarán a Taehyung, como su futuro Rey y como su esposo que es.
- Solo disfrútalo Jungkook
La noche se acercaba, Jungkook bebió el whisky de un solo trajo sin quitarle la mirada de encima a su ahora esposo.
El cuento de hadas ya se había cumplido, ahora lo único que hacia falta era el "Vivieron felices para siempre".
Editado: 27 de febrero 2023
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