Melodías del corazón || PJM

By CheilaAbreu_

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¡Sin corregir! Mérida, una talentosa diseñadora, decidió viajar a Corea del Sur para encontrarse con su amig... More

Prólogo
Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 7
Cap. 8
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 12
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 15
Cap. 16
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Epílogo
Extra
🌸 ANUNCIO 🌸

Cap. 9

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By CheilaAbreu_

— Los chicos te dejaron este regalo antes de irse de viaje. – mis ojos la miraron con ternura y alegría.

— ¡¿En serio hicieron eso por mí?! — ella asintió con una sonrisa. Tomé el regalo, lo puse a un lado y la volví a abrazar. — Gracias.

— Agradéceles a ellos también, no solo soy yo. — las dos reímos. — ¿Ya tienes pensado qué hacer hoy?

Moví la cabeza. — No, la verdad es que no se me ocurre nada, pero bueno ya me vendrá algo a la mente.

— Tengo una idea que sé que te gustará.

La miré con curiosidad, pero ella no dijo más nada, solo me indicó que me vistiera y salió de mi habitación emocionada. Hice lo que me dijo, me levanté de la cama, organicé todo, fui al baño d donde me di una refrescante ducha, cepillé mis dientes y me vestí. Una vez que salí de mi habitación con una pequeña mochila donde llevaba mis auriculares, mi cámara pequeña y mi celular, esperé a que Jisoo saliera de la de ella. Solo bastó unos minutos para que saliera toda arreglada, se veía tan bonita, su sonrisa resplandecía al igual que sus ojos y su cabello.

— ¿Estamos listas?

— Eso supongo.

— Hoy haremos las cosas que quieras hacer, todo el día será para ti así que aprovéchame.

Salimos de la casa bien animadas, era temprano, apenas eran las nueve de la mañana y aunque lo que quería era dormir, quise hacer aún más feliz a mi mejor amiga haciendo lo que ella quiera que hagamos.

Fuimos primero por algo para comer porque no habíamos desayunado, así que fuimos a la cafetería donde había hablado por primera vez con Jimin para quedarnos de ver y conocer Seúl. Las dos entramos al lugar, la campanilla cerca de la puerta hizo saber a las demás personas que habíamos entrado, nos sentamos en la misma mesa que la primera vez y pedimos algo para desayunar, nos tomamos una que otra foto y hablamos sobre la vez que estaba con Jimin, mencionó que se notaba a leguas lo sonrojada que estaba, sentí vergüenza porque en ese momento no pensé que se notaría, pero al parecer sí sucedió.

Luego de la cafetería, fuimos al parque de diversiones, no pensé que estaría abierto, pero era domingo, eso no importa. El hecho es que no quería subirme a la mayoría de los juegos porque le temo un poco a las alturas y soy de las que vomitan a la primera, pero Jisoo insistió y terminé subiéndome junto a ella a la montaña rusa, la ruleta y otros más de los que no pensé a montar y terminé haciendo. Estaba tan asustada pero emocionada en ese momento que no pensaba en nada más, solo divertirme junto a mi loca y divertida amiga, Jisoo sacó su celular y grabó mi reacción en cada juego, no quería que lo hiciera, le rogué, pero no me escuchó. Luego de mucha diversión, fuimos por unos algodones de azúcar, Jisoo y yo no dejábamos de grabarnos y tomarnos fotos para guardar y enviárselas a los chicos, estábamos disfrutando de los lugares y queríamos que ellos también lo supieran.

— Gracias por hacer de este día el mejor.

— Todo por la cumpleañera. — Jisoo sonrió junto a mí.

Las dos habíamos llegado a la casa, habíamos llegado a la hora de almorzar, no queríamos comer fuera así que decidimos regresar. Las dos dejamos nuestras cosas sobre uno de los muebles de la sala, pasamos a la cocina y entre las dos hicimos el almuerzo. Luego de unos treinta minutos ya estábamos sentadas frente al comedor comiendo mientras reíamos y contábamos historias de cosas que nos habían pasado durante el paseo por el parque de diversiones, estábamos felices. Todo se detuvo cuando escuché mi celular sonar.

— ¿En serio, todavía le tienes ese tono? — Jisoo me miró aburrida.

Reí. — ¿Qué? Me gusta.

Y fui por él. Cuando lo encendí noté que era una video llamada de los chicos, rápidamente me puse nerviosa.

Espera, pero ellos no están cerca, ¿Por qué diablos estás nerviosa?

Rodé los ojos por mis pensamientos algo locos y contesté. En cuanto la pantalla se abrió para cada uno, los chicos aparecieron sobre esta cantando "feliz cumpleaños", no dejaba de sonreír. Jisoo quien notó que no regresé al comedor fue hasta donde me encontraba deteniéndose detrás de mí.

— ¿Sucede algo? — me miró confundida, pero en cuanto notó que miraba a la pantalla, su expresión cambió. — Ah, ¡Hola, chicos!

Entre ellos se saludaron luego de haber terminado de cantarme la canción, las dos nos sentamos en uno de los muebles y charlamos durante veinte minutos con los chicos, habían contado que la estaban pasando bien, que estaban ansiosos por regresar a corea y que hybe había propuesto dar un concierto cuando ellos regresaran. La noticia nos emocionó a Jisoo y a mí, pero ellos mencionaron que aún no se hacía oficial la noticia así que no podíamos hablar sobre el tema con alguien más.

— Gracias por la sorpresa y por el regalo, la verdad es que no me esperaba ninguna de las dos, pero igual me gustaron.

— Es bonito saber que te haya gustado, estamos felices si tú también lo estás. — mencionó Namjoon con una sonrisa en su rostro. — Bueno, ya tenemos que colgar, tenemos trabajo mañana y necesitamos descansar, mientras, ustedes disfruten mucho por nosotros de estas tres semanas que les quedan sin nosotros.

— Sin ustedes no se siente igual. — Jisoo quitándome el celular de las manos habló. — Mérida los extraña, — me miró de reojo sonriendo. — Y a alguien más en especial.

Jisoo miró a jimin a través de la pantalla, me miró a mí y volvió a sonreír.

Lo único que pude hacer fue forzar una sonrisa ante la cámara, los chicos estaban debatiendo a quien extrañaba más en especial y Jisoo sonreía con satisfacción. Luego de colgar la llamada la golpeé con uno de los cojines que tenía cerca y nos echamos a reír, regresamos al comedor y terminamos de almorzar.

-------- ≪ °✾° ≫ --------

— ¡Mérida, los chicos están en vivo! — escuché a Jisoo gritar desde su habitación.

Yo estaba en la sala terminando de editar unas fotografías del trabajo, rápidamente dejé de hacer eso y entre a Vlive y ahí estaban ellos, todos hermosos, sin maquillaje, bajo la luz de una de las habitaciones de lo que parecía ser el hotel y sus bromas de maniquí. Como casi siempre, Hoseok fue quien terminó moviéndose y haciendo por terminada la broma, todos rieron mientras le pegaban al chico delgado.

Los chicos estaban hablando de lo agradecidos que estaban por el apoyo de army en los conciertos que han dado y dando adelantos de lo que tienen planeado para el futuro, también mencionaron lo del concierto en corea en cuanto regresaran y que se sienten muy felices de conocer culturas nuevas y diferentes a las de su nacionalidad.

Habían pasado ya tres semanas, solo quedaba una para que los chicos regresaran a corea y estaba feliz por eso, pues ya quería verlos y pasar el rato con ellos así sea en el trabajo -el cual no saben que tengo-.

En el en vivo noté a los chicos algo raros, al principio estaban todos muy felices y sonriendo, sin embargo, luego de unos minutos noté que la expresión de Jimin cambió repentinamente, de una sonrisa alegre y bonita a uña algo triste, después fue Yoongi y a este le siguió Namjoon, ¿Acaso había sucedido algo en el momento? O ¿Vieron algo que los hizo ponerse así?

Estaba poniéndome nerviosa, ansiosa por saber lo que había sucedido, los chicos unos diez minutos después terminaron el live así que rápidamente les escribí por el grupo preguntando por lo que había pasado. Ninguno quiso hablar o mencionar el tema, dijeron que no había sucedido nada cuando evidentemente pasaba algo así que no insistí, no quería que se sintieran obligados a hablar de algo que no querían y no era quien para hacer que hablen sobre la situación. Mi energía junto con mi estado de ánimo cambió, ahora me sentía algo triste y con pocas ganas de continuar con lo que estaba haciendo así que dejé todo sobre el mueble, entré a mi habitación y me tiré sobre la cama hasta dormirme.

— Te noto algo desanimada, ¿Estás bien? — Kai me preguntó con esos ojitos llenos de curiosidad.

Estaba en el trabajo terminando de arreglarle el cabello al chico cuando notó que no estaba igual que siempre. Me sorprendí porque no tenía permitido tener conversaciones con los artistas y nunca había hablado con el chico.

Lo miré. — Nada. — seguí con mi trabajo. — Y además no puedo tener conversaciones con ustedes los artistas, o eso me dijeron al entrar aquí, así que... Usted concéntrese en calentar su voz que yo me concentraré en terminar de peinarlo.

El chico con una bonita sonrisa me miró. — Es cierto que no podemos tener conversaciones con ustedes, pero tú y yo no estamos teniendo una conversación.

— Entonces, ¿Cómo le llamamos a lo que estamos haciendo?

El chico no habló más, pero sonrió. Yo lo miré disimuladamente y también sonreí.

Era la hora del almuerzo, tenía mucha hambre y ya estaba ansiosa porque terminara el día. Me dirigí a la cafetería que quedaba en el tercer piso y pedí algo ligero para comer, allá la comida era gratis así que no tenía por qué molestarme en cocinar en la casa. Fui y me senté en uno de los comedores que quedaban aislados -por así decirlo- y ahí sola empecé a comer mi almuerzo. Mientras lo hacía, contestaba algunos mensajes que mi madre y mis amigas me habían enviado, los chicos también habían escrito por el grupo, pero esta vez no había tantos mensajes de ellos como siempre. Luego de revisar y aburrirme del celular, lo dejé sobre la mesa y me puse a terminar mi almuerzo.

La mayoría de las mujeres que trabajaban en la empresa eran casadas, actualmente se ha permitido que los jóvenes que quieren un trabajo son soñadores y creativos pero que no están casados puedan tener la oportunidad de trabajar en el lugar, eso era actualizarse y ya lo necesitaban. Estaba a punto de llevar mi plato al lavadero cuando mi celular vibró (cabe destacar que pongo el celular en vibración cuando voy al trabajo) haciéndome sentar nuevamente sobre la silla frente a la mesa. Tomé el celular en mis manos y noté que era una llamada de audio de Jimin, lo encontré extraño porque mientras aquí era de día, allá era de noche.

Deslicé mi dedo pulgar sobre la pantalla encendida contestando a la llamada.

— Hola, Jimin, ¿Sucede algo?

— Hola Reyna, ¿Cómo estás?

— Estoy bien, pero tú ¿cómo estás? Te escucho desanimado, ¿Estás bien?

— Estoy bien, es solo que no me siento muy animado el día de hoy. El caso es que te llamé porque quería escucharte, tenemos casi un mes sin vernos o hablar y jeje, quería confesar que pues te echo de menos.

— Entiendo, también extraño salir contigo a caminar, conocer la ciudad y hablar sobre nosotros. Extraño ver tu carita toda tierna sonriéndome, extraño tus ojitos y caminar a tu lado, y... ya estoy hablando de más, lo siento.

— Jejeje, está bien, también extrañaba escucharte pedir perdón por cosas que no tienes porqué disculparte, también escucharte ser tan honesta y así como eres. Aaah, la verdad es que no pensé que diría estas cosas, pero creo que me gusta estar contigo, me acostumbre a ti muy rápido y no entiendo por qué, pero es la verdad.

¡¿Acaso era en serio lo que decía o me quería ver la cara de pendeja?! ¿Acaso estaba confesando en pocas palabras que le gustaba?

Miré a la nada, perpleja por lo que me había confesado el rubio a través del celular. No sabía qué decir en ese momento o cómo actuar así que pensé bien en ese momento para luego hablar.

— ¿Es-estás hablando en serio?

— Si, y ya sé que suena irreal, más viniendo de mi parte, pero es la verdad lo que te digo.

— Bueno, te confieso que no sé qué decir en este momento más que un "me gustas". Y ya sé que piensas que es amor de fan hacia ídolo pero es mucho más que eso, me gustas desde el primer momento en que te vi en el MV de DNA, te veías tan hermoso en ese videoclip que no pude evitar enamorarme en el mismo instante en que sonreíste y cuando te conocí por primera vez todo fue aún más profundo que a través de la pantalla, no podía dejar de admirar tu belleza ni por un instante, quería en ese momento abrazarte muy fuerte, jajaja pero no podía porque Jisoo me tenía vigilada y no podía hacer una de mis travesuras y ahora estoy diciendo más de lo que debería, lo siento.

— jejeje, no te preocupes, confesar los sentimientos hacia otra persona es bueno, así no seas correspondido se podría decir que ya no tendrás un peso más sobre tus hombros, y así también sufrirás menos porque supiste la respuesta de la persona que te rechazó, al fin y al cabo, no saliste perdiendo sino esa persona porque perdió a alguien valioso que intentaba darle amor del bueno.

Ahí recordé lo de la última noche que nos vimos; "Sí, me gusta alguien que conocen. ¿Contentos?" Ahí entendí que no sería aceptada/correspondida por su amor porque le gustaba alguien más. Puede que le agradara al chico y que por eso me extrañaba, pero era evidente que no le gustaba, que entre los dos solo habría una amistad.

Mi ánimo volvió de cien a veinticinco por ciento una vez más. Bajé mi mirada apenada por lo que había confesado y me arrepentí de hacerlo el caso es que ya no había vuelta atrás.

— Jimin, fue muy bonito hablar contigo, pero ya tengo que colgar.

— Ah, está bien, entonces hablamos después, ¿Te parece?

— Claro, como gustes.

Después de despedirnos, colgué.

Me levanté de la silla y luego de llevar el plato al lavadero continué con mi trabajo.

— Esta es la tercera vez que te pregunto qué tienes y no me respondes así que lo intentaré una vez más, ¿Qué tienes? ¿Por qué estás así de triste? —Kai al parecer era de los chicos que insistían mucho con algo y con esa simple pregunta lo tenía claro. Era seguro que no me lo dejaría de preguntar hasta que le respondiera.

Rodé los ojos candada. — ¿Quieres saber por qué estoy así? — el chico asintió todo atento. — Pues es que tengo mi periodo, ¿ahora entiendes?

El chico me miró con una expresión de desagrado en cuanto escuchó mi respuesta, torció un poco los labios haciendo una mueca.

— Disculpa mi atrevimiento, no sabía que tenías eso. Lo siento.

Me recuerda a mí pidiendo perdón por cualquier cosa que hago ya sea mala o buena.

— No te preocupes, no tienes que disculparte por eso. Mejor deja que termine de arreglarte, los demás esperan. — el chico asintió, los dos sonreímos y continué con el trabajo.

— Hey, ¿Quieres que te invite un batido? Seguro te hará sentir mejor.

Ya estaba saliendo del trabajo, eran las siete de la noche, estaba algo cansada pero no tanto. Lo pensé mucho ya que es un artista, podrían vernos juntos, pensar mal y tomarnos fotos y ahí si no sería bueno para los dos.

— Te agradezco por preocuparte, pero no lo hagas o los dos tendremos problemas. — le sonreí. Los dos salíamos del edificio, él venía hablándome desde una distancia en donde nadie se enterara de que lo hacía.

— Vamos, no seas así. Mira que nadie nos va a ver, y al lugar a donde iremos no hay paparazis ni nada por estilo.

— No, gracias.

— Mira, hagamos algo, qué tal si cogemos cada uno por un lado diferente y nos juntamos allá, ¿Te parece?

Lo estuve pensando mucho, no quería arriesgarme, pero el chico no tenía malas intenciones en su invitación, además es lindo y muy agradable así que luego de pensarlo por un largo tiempo...

— ¡Anda, acepta! Haz feliz a un chico que te está rogando.

— ¡Agh! — rodé los ojos sonriendo. — Está bien, hagámoslo. Lo que me pasa por la cabeza ahora es cómo me enviaras la ubicación porque no salgo mucho así que no conozco toda la ciudad.

Cada uno tenía su celular en manos así que podíamos simular que estábamos en una llamada o algo parecido. El chico no dijo nada después de lo que le aclaré, sin darme cuenta sentí mis manos tocar el piso frio del lugar, ni siquiera llegué a reaccionar al instante, no supe cuándo ni cómo y mucho menos quien había hecho eso, pero lo hizo. Había caído al piso porque Kai me había empujado contra el piso fingiendo que se había tropezado conmigo para así coger mi teléfono, fingir que era el de él, agregar la ubicación en el chat y luego devolvérmelo disculpándose conmigo. Todo pasó tan rápido, tan de repente que apenas asimilaba la caída.

El chico colocó su celular sobre su oreja y fingió seguir en una llamada diciendo: "Está bien, nos vemos allá" para así "colgar", reí ante su excelente actuación y seguí mi camino.

— Si que me golpeaste fuerte, ni siquiera asimilaba bien la caída y ya habías colocado la ubicación del lugar en mi celular. — dije entre risas.

Los ojos del chico se ampliaron por el asombro. — ¿En serio te golpeé muy fuerte? Lo siento, solo hice lo primero que pasó por mi mente, lo siento. — su carita se escondió un poco, parecía tímido, su sonrisa era bonita y tierna. — Igual, debes admitir que lo hice bien, ¿Cierto?

— ¡No, man! Si eres todo un maestro de la actuación, deberías de ser actor y trabajar en alguna serie de esas que les gustan mucho a las latinas, ellas aman los dramas asiáticos.

— ¿Tú crees?

Asentí sonriendo. — Claro, tienes bonito rostro, una sonrisa muy linda, gracia y eres bueno en el drama, ¿Quién no te querría para protagonizar alguna serie? Yo sí.

Los dos estábamos charlando a gusto en una cafetería lejos de la empresa, eran casi las ocho de la noche, le había avisado a Jisoo que llegaría un poco más tarde y que no se preocupara, no estaba muy segura de dejarme regresar sola a la casa, pero insistí en que estaría bien así que aceptó.

Kai y yo estábamos sentados en una mesa alejada de la gente, estábamos comiendo unas hamburguesas con un vaso de coca cola, le había mencionado que no me gustaba ese refresco así que pidió para mí un jugo, las personas que también estaban pidiendo lo encontraron algo raro, pero igual no opinaron.

— Bueno, tal vez lo piense, eso de ser actor, ya mucho tengo con ser ídolo así que... Igual lo consultaré con la almohada. — me miró en silencio, luego volvió a hablar. — Mérida, Mérida ¿verdad? — asentí. — ¿Te sientes mejor? ¿Ya estás más animada?

Sonreí mirando la papa frita con la que jugaba mientras la sumergía en kétchup. — Si, gracias. Gracias por esto que hiciste por mí, la verdad es que no salgo mucho, solo tengo meses acá en Corea así que aún no sé andar mucho por la ciudad. El lugar es muy grande y yo muy pequeña delante de Seúl, tampoco tengo muchos amigos, solo a mi amiga y maestra que es con la que vivo y convivo, es la mejor. — reí leve, varios recuerdos de ella pasaron como ráfagas de viendo por mi memoria. — Siempre está alegre y sonriendo a pesar de lo duro que trabaja, la admiro tanto...

— Se nota que la quieres mucho.

— Así es, la quiero tanto, es la única que me ha ayudado desde que llegué a corea, es la que me ayudo a cumplir muchos de mis sueños y ha hecho muchísimas cosas más por mí, entonces ¿Cómo no quererla? — me encogí de hombros, no dejaba de sonreír, estaba feliz.

Tanto que me había olvidado de que me le había confesado a Jimin, me había olvidado de ese mal momento y me sentía más animada gracias a Kai.

— Fue bonito pasar el rato contigo, me divertí mucho.

— También me divertí mucho, gracias por subir mis ánimos y hacerme olvidar algunas cosas de las cuales no quiero acordarme.

— Siempre que me necesites, aquí estaré. — el chico me sonrió, los dos nos miramos directamente a los ojos y sonreímos una vez más. — Bueno, ya me tengo que ir, es tarde y hay trabajo mañana.

— Así es, hay trabajo mañana. — el chico de pie frente a mí se giró para alejarse. — Ah, y Kai, — rápidamente volvió a mirarme. — Gracias por traerme, nuevamente debo confesar que me la pasé bien contigo.

— No hay de que, también me la pasé muy bien contigo. Bueno, ahora me voy, adiós. — movió su mano de manera tímida -como su sonrisa- despidiéndose.

— ¡Adiós!
— ¡Adiós!
— Bye!
— Bye!
— Ya, sube al auto y regresa a casa. — dije entre risas. — Y por favor maneja con cuidado, ¿Sí?
Kai con una sonrisa asintió, entró al auto y desapareció en éste.

-------- ≪ °✾° ≫ --------

— Ayer llegaste tarde, ¿con quién saliste?
— ¡¿Qué?! No salí con nadie. — bufé.
— Mérida, sabes que no puedes mentirme, además, tampoco eres buena haciéndolo. Ya dime, ¿Quién que no sea Jimin te invitó a salir y aceptaste? — volvió a preguntar.

Resoplé rendida. — ¡Ay, está bien! Te lo diré. Salí con Kai anoche, ¿feliz? — me encogí de hombros mirándola.

Las dos íbamos en el auto de camino al trabajo, anoche cuando llegué a la casa, la chica estaba durmiendo así que no se dio cuenta a la hora que llegué.

— ¿Kai? — me miró con algo de confusión y asombro. — ¡¿Kai el chico de txt?!

— Si, ¿Qué tiene de malo?

— Bueno, primero: no es Jimin, segundo; no es tu tipo, y tercero; sabes que no puedes salir con los artistas de la empresa.

— Entonces, ¿Dónde dejas a los chicos? — me crucé de brazos mirándola.

— No metas a los chicos en esto, estamos hablando de txt.

— Pero los chicos también pertenecen a la empresa, deberían también de entrar en nuestra conversación.

— Mejor olvidemos eso, solo ten cuidado de que no te noten saliendo con el chico o muy en confianza con él, sería el fin de tu trabajo en hybe si los cacharan.

Luego de haber llegado, las dos nos despedimos y yo entré al edificio. Como siempre marqué mi hora de llegada y subí al quinto piso, ahí me asignaron dos sesiones de fotos, una grabación y maquillaje en la tarde. Necesitaba mucha energía para todo el trabajo que tenía asignado para hoy así que fui por un batido en la cafetería.

Bajé al lugar y luego de pedir lo que quería noté a Kai a unos pasos de mí, al parecer también estaba pidiendo algo para comer, el chico también me notó y en cuanto cruzamos miradas me saludo como se había despedido en la noche. Yo sonreí imitándolo, alguien casi nota lo que hacíamos así que rápidamente escondimos nuestras manos detrás de nuestras espaldas fingiendo no haber hecho nada. Los dos nos volvimos a mirarnos y sonreímos disimuladamente para que no volvieran a vernos, luego de eso regresé arriba y puse acción a lo que tenía que hacer.

Las horas pasaron, estaba algo cansada y aún me tocaba la grabación junto con el maquillaje de la tarde. En realidad, lo de la grabación no era grabar un video musical, solo era grabar a los chicos haciendo cualquier cosa, hablando sobre lo que harían el día de hoy y esas cosas así que no me molestaba el hecho de tener que hacerlo, era divertido grabarlos haciendo cosas locas o viéndolos hacer travesuras y esas cosas que hacemos los jóvenes y no sabemos a veces por qué lo hacemos.

— No te muevas, necesito terminar. — dije algo molesta, me detuve dejando de hacer lo que hacía y lo miré. — ¿Puedes por favor quedarte tranquilo un segundo? Necesitan salir a escena.

— Lo siento, hoy estoy muy enérgico. — Kai me miró sonriendo, luego se detuvo. — Ya está, ya puedes terminar.

El chico estaba sentado en una silla giratoria mientras que yo terminaba de tapar las "imperfecciones" que no tenía en su rostro con el maquillaje. Él tenía la cabeza inclinada hacia atrás mirándome a los ojos, yo trataba de no toparme con ellos, pero era imposible no querer mirarlo, era muy lindo y sus ojos también.

— ¿Sabes? Nunca pensé que aquí le dieran un trabajo dijo a una extranjera, pero el señor Bang se está actualizando en muchas cosas, eso es bueno, ¿No crees?

Asentí. Como había muchas personas a nuestro alrededor, me limité a hablarle para que no sospecharan de nada inusual, pero Kai no paraba de hablarme y no podía decirle que se detuviera así que lo dejé hablando prácticamente solo.

— Oye, ¿Me estás escuchando?

— Bien, ya estás listo, anda, ve a hacer lo que mejor sabes. — le animé invitándolo a ponerse de pie para que fuera a presentarse junto con los demás.

— Luego hablamos, ¡adiós!
Y se fue.

Al fin había terminado, tenía hambre y ganas de dormir así que pedí permiso para bajar a la cafetería, fui por algo y regresé luego de diez minutos. Nadie descansa en la empresa, en cuanto terminé mi batido tuve que grabar por una hora completa todo lo que los chicos habían hecho y como se sintieron después de la presentación. Luego de haber grabado por una hora a los chicos me pidieron que ayudara a los editores con las fotos que había hecho junto a otro fotógrafo, terminé aceptando porque no tenía de otra, me pasaron una memoria USB y el contacto del fotógrafo para que quedáramos de acuerdo con lo que querían los de la empresa en las fotografías.

Luego de haber terminado con mi labor, recogí mis cosas, bajé al primer piso y luego de dejar marcada mi hora de salida, tomé un taxi y regresé a la casa donde me encontré con mi compañera y la cena preparada.

— Te ves cansada, ¿Estás bien? — Jisoo preguntó preocupada.

— Estoy bien, no te preocupes. — dejé mi cuerpo caer sobre el sofá de la sala. — Es solo que tuve un día pesado, nada más. Mejor cuéntame, ¿Qué tal te fue hoy en el trabajo?

— Entiendo. — la pelinegra se sentó junto a mí y me miró. — Me fue bien hoy, no trabajé como de costumbre porque entró alguien nuevo así que todo está bien.

— Que bueno, eso me alegra.

— ¿Qué haya entrado alguien nuevo a trabajar?

— No, tonta, hablo de que te haya ido bien. — reí levantándome del cómodo y suave sillón para dirigirme a mi habitación. — La cena estuvo deliciosa, gracias por hacerla, te amo. Buenas noches.

— También te quiero. Descansa.

Caminé como zombi por el pasillo, abrí la puerta de mi recámara y luego de cerrarla detrás de mí, me dejé caer sobre la cama quedando rendida al instante.

Al día siguiente:

— Ah, se me olvidó contarte, los chicos llegarán hoy a medio día.

— Espera, ¡¿Qué?! Pero ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! — grité exaltada.

— Es que ayer te veías muy cansada así que no te lo mencioné. — informó relajada. — Y al parecer no has revisado el chat grupal, lo escribieron por ahí.

— Cierto, me había olvidado de revisar los mensajes. — dije en voz baja. — ¡Pero igual debiste mencionármelo!

— Relájate, ellos no irán directamente a la empresa, tienen que ir a sus casas, desempacar y descansar un poco.

— También es cierto. Ay, espero que no vayan a trabajar mañana.

— Creo que sí lo harán, los conozco y sé que no dejan de hacerlo ni un segundo.

— En eso tienes razón. — frustrada pasé mis manos por mi rostro. — ¿Ahora qué voy a hacer? No les dije a ellos nada sobre el trabajo.

— Tranquila, a ellos les agradará la noticia, en especial al Jimin. — me miró con una sonrisa pícara, solo la ignoré y comencé a pensar un montón de cosas.

Traté de distraer mi mente con música hasta llegar al trabajo. Las dos íbamos de camino en el auto, en solo unos minutos ya estaba allá, Jisoo siempre conoce atajos para llegar más rápido cuando hay mucho tráfico, en especial en la mañana.

— Bueno, nos vemos más tarde, ¿Sí? — Asentí. — Y ya cálmate, ni que viniera a buscarte la muerte.
Reímos ante lo que dicho.
— Nos vemos.
— ¡Adiós!

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