Narra Vanesa
Me quede de piedra, muda, sin saber que hacer ni como reaccionar, no entendía nada, ¿Qué había pasado en este mes?, no podía parar, ahora no.....
Las lágrimas comenzaron a caer por mi cara, lentamente como si no quisieran salir de mis ojos, como si lo que estaba escuchando de los labios de Mónica fuera una broma de mal gusto, fuera mentira, pero ella estaba llorando más que yo, no sabía como expresarse si quiera, estaba totalmente rota por dentro.
Me fui a nuestra habitación, no podía seguir en el salón, me ahogaba, me moría por dentro, por verla así y por verme yo en esa situación, me estaba pidiendo algo que ahora era materialmente imposible, no podía darle más tiempo, ahora no, y cuando estuve sola en la habitación y ya dejé de llorar reflexioné un poco sobre lo que Mónica me estaba diciendo y en parte tenía razón.
Ahora había estado fuera un mes, todo el verano de ciudad en ciudad, intentando coincidir su trabajo con mis días libres que iban a ser pocos porque tenía que seguir trabajando en la grabación del disco nuevo, el videoclip y alguna cosa más, me habían ofrecido ser ayudante de coach en la voz pero todavía no había dicho que si, Ana estaba mirando a ver si mi gira por Latam me permitía estar en las grabaciones del programa.
Me dí una ducha que me relajó un poco y me metí en la cama, me dolía un poco la cabeza y al parecer me quedé dormida aunque tardé bastante tiempo en hacerlo, Mónica se había quedado en el salón, teníamos que seguir hablando pero esta noche no daba para más.
Narra Mónica
Lo solté, no podía más, si no sacaba eso de dentro de mí, nuestra relación iba a acabar en una deriva de dimes y diretes que no estaba dispuesta a ver. Nuestro amor era mucho más que eso, iba más allá de los reproches banales y gratuitos.
No quería herirnos pero era imposible, lloré sin consuelo y más cuando vi como Vanesa lo hacía también, en la pareja yo soy la más llorona, ella es muy fuerte y más dura que yo, aunque últimamente se había ablandado algo más, desde que estaba a mi lado me decía.
No sabía que hacer, si seguir hablando esta noche, si dejarlo para mañana, si irme a mi otro piso, Vanesa ya no salió de la habitación, oí el agua de la ducha correr, supongo que estará en la cama intentando dormir, opté por darme una ducha también en el otro baño y al final entré en la habitación y procuré no despertarla, me acurruqué en mi lado de la cama y me quedé quieta intentando dormir, mi mano rozó la suya un instante y ella la agarró con fuerza, no estaba dormida, no pude resistirme y la abracé por la espalda, las lágrimas intentaban salir de nuevo pero las retuve, le dejé un beso en su cabeza y ella cogió mi mano y la agarró sobre su pecho.
No necesitábamos hablar, creo que el silencio y ese abrazo lo dijo todo. Pasamos así mucho tiempo, no se cuanto, no se si Vanesa estaría dormida o no pero no pude evitar decirle al oído.
M.-Serás el amor de mi vida, toda la vida.
Narra Vanesa
Oí como Mónica se metía en la cama, no pensaba que fuera a hacerlo la verdad pero lo agradecí, la necesitaba a mi lado, hoy más que nunca, cogí su mano y la agarré fuerte, no quería tener sexo con ella, ni besarla sólo la necesitaba así a mi lado, agarrada fuerte a mí, sintiendo que estaba a mi lado.
Estaba a punto de vencerme el sueño, ya eran altas horas de la madrugada cuando me susurró en el oído la frase más bonita que me ha dicho nunca nadie. Me hice la dormida pero la escuché, no podíamos terminar mal, no debíamos terminar mal, nos lo debíamos, nos queríamos todavía, mucho, muchísimo, las dos seguíamos enamoradas la una de la otra como el primer día pero nuestros caminos se habían separado.
Amanecimos sobre las diez de la mañana, Camarón nos miraba desde los pies de la cama, preguntándose quien de las dos le iba a sacar de paseo, Mónica también estaba despierta ya, nos quedamos apoyadas en la almohada, mirándonos la una a la otra y al final sólo pudimos sonreir.
V.-Hola
M.-Hola
V.-Siempre volveré a ti Mónica para desconectar de todo
M.-Ay Martín
V.-Te quiero
M.- Y yo a ti.
V.-Hicimos lo más difícil Mónica que fue encontrarnos, hemos sido muy felices ¿Verdad?
M.- Si, no me has fallado nunca, me has mimado como nadie, cuando me besas... buff
V.- Tu me has cuidado como nadie Mónica, nadie me ha tratado como tu
M.- ¿Me haces el amor?
V.-¿Por última vez?
M.- Por última vez
Hicimos el amor con la misma dosis de ternura que de pasión, como queriendo impregnar nuestros cuerpos del aroma de la otra persona, terminamos prácticamente a la vez, seguimos besándonos un rato más pero sabíamos que era la última vez.
Mónica se levantó, se puso algo de ropa y salió con Camarón a dar un paseo.
Hasta aquí mi relación con Mónica, la mujer valiente, generosa, divertida que me ancla al suelo con solo mirarme, hay separaciones muy dolorosas y esta iba a ser una de ellas, lo sabía, para las dos partes, separarte cuando todavía hay amor duele todavía más, pero vamos a anteponer otros caminos antes que el amor.
Esta separación nos iba a romper por dentro, pero podemos superarla cuando el cariño es auténtico y nuestra generosidad infinita, ahora teníamos que ser generosas, la una con la otra y dejarnos marchar. Quien sabe el amor de verdad favorece reencuentros maravillosos, que nos darán vida, alegría y felicidad.
Narra Mónica
Como separarte de la mujer a la que todavía sigues amando sin romperte entera por dentro, no se como lo iba a encajar, todavía no me hacía la idea de no estar con Vanesa pero estaba claro que nuestras vidas llevaban ritmos distintos, quien sabe si la vida nos volverá a unir o no.
Hicimos el amor como siempre, como nunca, saboreando cada rincón de nuestro cuerpo, como queriendo quedarnos con el último recuerdo de piel. No hablamos mucho más, estaba todo dicho, nos queríamos pero no íbamos en la misma dirección, nuestra guía de vida ahora era distinta.
Regresé de dar una vuelta a Camarón con la decisión de irme ese mismo día de casa, regresaría a mi antigüo piso, no lo había alquilado y estaba en perfectas condiciones para poder regresar allí, si continuaba en nuestra casa el mal rollo sería inaguantable seguramente.
V.-¿Te vas a ir hoy?
M.- Creo que es lo mejor, ¿no?
V.- Yo me voy a ir unos días a Málaga, puedes quedarte si quieres, no hay prisa para que te vayas
M.- Bueno, prefiero hacerlo, me voy a mi antigüo piso
V.-Ya, lo suponía, yo...
M.-Vanesa, quédate esta casa, es fantástica, tiene mucha luz, está bien situada
V.- Te recuerdo que la encontraste tu, es perfecta
M.- Si, es verdad......
Llené un para de maletas con ropa y cosas indispinsables, regresaría otro día a por más cosas, teníamos muchas en común pero ahora no me apetecía entrar en detalles de ese tipo, me dió mucha ternura como Vanesa estaba despidiéndose de Camarón.
V.- Sabes que siempre vas a ser mi capo favorito, ¿Verdad?, te quiero mucho camaronchi, casi tanto como a tu otra mami, te voy a echar mucho de menos
El perrete no entendía pero estaba feliz con los mimos de Vanesa y no paraba de menear el rabo, yo busqué su correa para ponérsela pero antes Vanesa se levanto y se puso a mi altura, justo enfrente de mí.
V.- Te he dicho alguna vez que tienes los ojos más bonitos del mundo
M.- Alguna vez si.... je ,je
V.-Mónica, ¿Podremos ser amigas?
M.- Lo vamos a intentar, ¿No?
V.- Si por favor
M.- Será difícil
V.- Ya... entonces hasta aquí, este es el adiós.....
M.- Sabías que en el idioma quechua no existe la palabra "Adios"...
V.-Ni idea
M.- Existe la palabra "Tupananchiskama"
V.- Tu... pa... que....
M.- Lo bonito es su significado
V.-¿Y qué significa?
M.- Hasta que la vida nos vuelva a encontrar
V.-Ay Mónica....
M.- Te quiero Vanesa Martín, deseo de todo corazón que todo te vaya genial, y que seas muy feliz porque te lo mereces
V.- Moni.... yo te quiero desde lo más hondo de mi alma, también quiero que seas feliz, mereces todo lo bueno que la vida te llegue a regalar
Nuestras manos estaban unidas, casi pegadas, no queríamos separarnos, nuestros ojos seguían conectados pero al final nos separamos y sencillamente me fui, sin malas caras, sin malos modos, sin enfados, solo me fui.
No era consciente todavía de lo rota que me iba a quedar.....no lo era.
Narra Vanesa
Mónica se despidió de mí, había sido muy honesta conmigo, no había terceras personas, no había nada sucio, nada feo, nada que hiciera que los malos recuerdos ensombrecieran todo lo bueno que habíamos vivido juntas.
Era una mujer maravillosa y siempre la llevaría en mi corazón, y siempre la recordaría en las canciones que había escrito para ella.
No quiero pensar en lo que hubiera sido mi futuro con Mónica, no puedo, estoy en el ahora, en el presente y ahora ella no estaba, ahora era yo... Vanesa Martín, reconstruyendose desde dentro de nuevo....
Sólo pude hacer una cosa....y era música, me senté al piano y me puse a cantar, a cantar y a llorar a la vez, a cantar y a reir a la vez, la música de nuevo iba a ser mi tabla de salvación pero también la principal rival de Mónica en mi corazón y eso no se si algún día me pasaría factura, nadie lo sabe, solo el tiempo.
Porque......
EL TIEMPO TODO LO CURA.......
VA.MO.NOS!!!!!