Anochecer Tras El Amanecer (D...

By Dylivm

86 24 89

La historia de Louis Gerald Train sigue, pero ahora en México y no sabe si algún día para encontrar a su más... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 19: Final

Capítulo 18

2 1 0
By Dylivm

Richard no se quedó a dormir en el Four Seasons. Conoció a Fátima, Leonardo y Diego; odió a estos últimos por haberme besado y por tener sexo en la habitación de huéspedes que estaba dentro de mi departamento. Sin embargo, a pesar de haberlos odiado por ello, Richard no los trató mal en ningún momento. Se portó muy amable con ellos y siempre dejaba que yo pasara primero dondequiera que fuéramos. Se portó como todo un caballero, igual que siempre.

Richard me prometió que me seguiría a todas partes, a cualquier país donde yo decidiera filmar un video musical o donde estuviera de gira. En repetidas ocasiones, me dijo que yo era lo mejor que le podía pasar en su vida... lo mejor que le pudo haber pasado, siempre.

—Tendré que regresar a Suiza a ver unas cosas —estábamos recostados en el césped del Parque México, no era muy tarde y yo tendría que ir a una fiesta por la celebración de mi segundo disco, y el último, con aquella disquera independiente mexicana “Jingle Records”—. Te echaré mucho de menos.

—Por lo menos tengo la certeza de que no será como la primera vez que te fuiste, Richard. No me despertaré sin saber dónde estás o a dónde te habías ido. Sabré que te fuiste de mi lado y la razón por que te fuiste —encogí los hombros—. Tanto que sufrí por ti, tantas lágrimas que lloré; pero gracias a eso es que pude escribirte la mejor canción que he escrito… en años. La que lleva el título de tu nombre.

—Ya, deja de recordármelo, ¿quieres? Ya pasó, ya supéralo; vive y deja vivir en paz a las personas que te rodean.

—Lo siento —le admití mi error y eso era algo que había aprendido: necesitaba perdonarme a mí mismo y aceptar que me había equivocado, por lo menos una vez o bien sí fueron varias veces. «Es de sabios errar, pero es de grandes oerdonar», pensé—. Es solo que nunca me imaginé que tu papá al final lo tomara tan bien y solo dijera que los gustos evolucionan.

—También me sorprendió mucho —él decidió sacar un cigarrillo y encenderlo. Me encantaba cómo se veía—. ¿Qué tal está tu nuevo disco?

—¿Sabes lo gracioso de todo esto? Ni yo sé sobre el nuevo disco y ya voy a lanzarlo. Pero le prometí a Jair que lo mantendría en secreto, además, tengo que escribir otras canciones desde ya porque no quiero llegar a una nueva disquera y llegar en blanco. Por lo menos Taylor Swift no llegó en blanco cuando cambió de disquera.

—¿En qué disquera está Taylor Swift?

Universal Music, es solo que ella está en la de Estados Unidos y creo que yo iré hacia allá.

—¿Te imaginas que haya una colaboración, en tu tercer disco, con Taylor Swift?

—Todo un sueño hecho realidad —sonreí de oreja a oreja, era mi sueño y aún estoy a tiempo de cumplirlo—. ¿Me regalas un poco de tu cigarrillo, Richard?

—Te lo regalo —le dio una última calada y me lo obsequió—. Puedo encender otro, porque este cigarrillo no lo fumé tanto.

—Creo que empiezo a tener problemas de adicción al tabaco. Últimamente soy un adicto.

So am I —en ese momento, por alguna razón, me puse a pensar en el Remix de la canción de Ed Sheeran, The Joker And The Queen, cuando Ed confirmó que habría una canción con ese título, me imaginé que hablaría sobre Harley Quinn y el Joker; por mucho tiempo pensé que Richard y yo éramos como Harley y el Joker—. ¿Cuándo será la fiesta por tu nuevo disco?

—En un par de días, eso es seguro.

—¿Tampoco puedes decirme qué día será la fiesta? —Solté una carcajada por la expresión de Richard—. Vamos, dime cuándo será.

—En dos semanas —volví a reírme y recosté mi cabeza en su pecho—. O sea, necesito tiempo para prepararme, será mi segunda entrevista; aunque sea en televisión nacional, y tengo que estar listo para entonces.

—Entiendo, pero alégrate un poco porque Taylor Swift va a lanzar su disco 'Midnights' la próxima semana.

—Sí, estoy esperando que diga algo, siento que el nuevo disco va a ser el mejor de toda su carrera, superando a Speak Now, porque son canciones que ella se desveló escribiendo.

—¿Tú te has desvelado escribiendo?

—Sí, con la canción que lleva tu nombre; pero ya aprendí y valoro mucho mi vida como para volver a hacerlo.

—¿Por qué? —Tal vez, en ese momento, Richard se lo tomó muy personal y elegí las palabras incorrectas—. ¿No me amas? —sí, se lo tomó muy en serio o muy personal. Pero ¿por qué tenía que ser tan dramático?

—Sí lo hago —me acerqué a besar a esos sexys y húmedos labios con sabor a nicotina—. Y mucho, pero es que eso no es algo que yo suelo hacer tan seguido.

Volvimos caminando a mi departamento, Richard se puso a hacer sus maletas para irse a Suiza por no-sé-cuánto-tiempo; pero regresaría para escuchar el nuevo álbum de Taylor Swift, juntos él y yo.

—Quisiera dejar de tener responsabilidades de adulto y poder estar contigo todo lo que me resta de la vida. O quisiera por lo menos tener las mismas responsabilidades que tenía en Apple White —Richard era un romántico empedernido, y muchas veces pensé que yo jamás podría agradecerle todo lo que hizo por mí. Sí, sí supe que dije lo mismo con Logan, pero esas eran cosas totalmente diferentes—. No podré parar de pensar en ti estos días que estaré fuera.

—Eres muy dulce —se lo recordé, solo olfateó mi cabello—. Ya sé por qué Jessie y tú duraron tanto tiempo y ella tenía razón en todo lo que me dijo acerca de ti en la fiesta o despedida de Marcus Miller.

—¿Qué cosa fue lo que te dijo Jessica, Louis Gerald?

—Yo le recalqué que le robé a su novio. Ella me dijo que no porque ya no estaban juntos, después procedió a remarcar que tus ojos te brillaban cuando hablabas de mí con ella. Aunque me olvidaste en la piscina de tu mansión en Itaville; nunca lo voy a olvidar ni lo voy a superar, esa forma en la que te brillaban los ojos era la misma que cuando te brillaban por ella y que me admira por ganar tu corazón. Además de confesarme que tú sabes amar con cada latido de tu corazón —ya íbamos en camino a mi departamento mientras seguíamos platicando de todo eso.

—¿Todo eso te dijo? —Su mirada de sorprendido me confirmaba que no sabía acerca de lo que Jessie me dijo hacía un par, literalmente, de años atrás.

—Sí, lo dijo. Tal vez lo dijo con otras palabras, no la estoy citando, pero lo importante es que sí lo dijo —sentí que algo iba a salir mal por lo que dije que Jessie dijo, tal vez me arrepentí un poquito—. Mientras tú estabas con Sean, Kevin, Lemus y Graham hablando mal de mí —no supe ni por qué lo dije o por qué lo saqué a relucir en esa ocasión. Arruiné el momento, debo admitirlo.

—Sabes lo mal que me siento por decir eso, ¿no?

—Lo sé —quise pelear con él—. Ya no importa, bésame, por favor —pero me detuve y me quise fundir en un romántico beso con él, mas no lo aceptó.

—Hay que dormir, mi piloto llega por mí a las cuatro de la madrugada, ¿sí, mi príncipe? —Me acarició con ambas manos la cara, y por alguna extraña razón, sentí que esa era una de las últimas veces que iba a verlo; por ende, lo abracé con muchísima fuerza y no pude evitar llorar todo un río de lágrimas—. No llores, precioso, todo estará bien, lo prometo.

—Nunca me dejes solo, por favor —se lo pedí entre lamentos y sollozos, estar sin él era lo peor. ¿Desarrollé codependencia emocional gracias a Richard? Sí—. Por lo que más quieras, no me dejes.

—Estaré contigo, siempre y cuando tú me lo permitas, ¿de acuerdo? —Richard me dijo, en las cartas que me dio antes de marcharse a Suiza, que no podría dejarme de amar nunca; incluso aunque yo se lo pidiera, y eso era más de lo que yo podía querer.

—Ya vámonos a dormir —nos recostamos en la cama, nos dimos un cálido beso de buenas noches (el último por un rato; las responsabilidades de adulto no nos gustaban a ninguno de los dos) y decidimos dormir.

Al despertar al día siguiente, desperté aproximadamente a las ocho de la mañana y solo, Richard tenía esa habilidad de poder irse sin hacer ningún tipo de ruido. Es que ese era su talento. Tomé mi teléfono, el cual estaba debajo de mi almohada (y por buena suerte, no necesitaba programarle una alarma para despertar temprano, ese era mi talento; admito que a veces fallaba, pero la mayoría de las ocasiones, sí funcionaba), y había un mensaje de Jair para mí (también había varios de Richard).

«¿Tendrás una canción para dentro de dos o tal vez tres días?», se leía el mensaje de Jair.

¿Dos o tal vez tres días? Lo cierto es que, estando con Richard, no pude ni tuve tiempo de escribir una canción porque estuve bajo el «efecto Richard Vallaj»; era un efecto que tenía el poder de desconcentrarme de mis labores, y responsabilidades, día con día. Nunca se lo dije porque entonces habría querido darme mi espacio personal para que pudiera escribir y componer canciones (o se habría aprovechado de ello; incluso aunque eso no era digno de Richard), me importaba un carajo si no hacía nada; preferí estar en todo momento con mi novio (y el amor de mi vida): Richard Vallaj.

Pasados unos días después de que Richard se fuera, de vuelta, a Suiza, intenté escribir una canción. No tenía ideas, me sentía bloqueado (otra vez) y sin nada que pudiera servirme para escribir una maldita canción. Mejor escuché mi disco en Spotify para, de esa forma, darme un par de ideas sobre la siguiente canción que tenía que escribir. Tantas letras, rimas, sonidos, melodías. Y al final volví a donde empecé: al inicio y sin ideas sobre qué carajos escribir. Solo tenía un día o dos para terminar algo que ni siquiera había tenido tiempo suficiente de escribir.

Sí, Taylor Swift tal vez podría escribir una canción en un par de minutos (como lo hizo con All Too Well). Pero yo no era Taylor Swift y no tomé clases de composición ni de música y aun así era un excelente cantautor. Había una frase que me gustaba y era «Roma no se construyó en un día», dicha frase se refería a que todo lleva su determinado tiempo y me estaban exigiendo mucho. No me explotaban, pero sí se me exigía. Caso contrario a lo que viví en París donde sí me explotaban, pero no me exigían. En ese momento, escuché que alguien llamaba a mi puerta, ¡qué extraño! Nadie me iba a visitar y menos un miércoles.

—¿Quién es? —Grité justo un par de pasos antes de llegar a la puerta; esperé una voz, y en su lugar, mejor recibí que ahora tocaran el timbre de mi departamento. Casi como en una película de miedo—. No voy a abrir si no me dices quién diablos eres.

«Tengo una sorpresa para ti». A pesar de que no debería abrir la puerta, algo en ese mensaje me dijo que sí debería abrir la puerta. Esperaba, con todas mis fuerzas, que se tratara de Richard. Sin embargo, cualquier visita era bienvenida en mi departamento. Me acerqué y abrí la puerta, quedé en shock cuando vi a Scott y a Richard recargados en el marco de la puerta que daba acceso a mi departamento.

—También te da gusto vernos, ¿o no, guapo? —Preguntó Scott, yo fui directo a abrazarlo a él (Richard no se enojó porque, de una u otra forma, él sabía que Scott y yo éramos muy buenos amigos y nada más; aunque Scott y yo tuvimos historia)—. Tomaré eso como que sí extrañabas vernos, Gerald.

—Le pedí a mi papá que me diera unos días más; solo me dijo que me daba tiempo hasta que salga el álbum de tu artista favorita, después tengo que marcharme.

Estuvimos hablando entre los tres sobre qué es lo que hacían ahí, no me dieron muchos detalles; solo dijeron que se encontraron en el aeropuerto y no les creí, porque Richard volteó a ver a su derecha y eso era una clara señal de que mentía. Además de que Richard no podía estar en el aeropuerto, porque él debía tener su propio hangar en la Ciudad de México. ¿Y cuándo se encontraron si se supone que Richard estaba en Suiza?

—Da igual cómo hayan llegado, lo importante es que están aquí conmigo, y me sorprende que tú también estés aquí, Richard —hubo un momento de tensión entre nosotros tres, Richard no me respondió cómo es que llegó a verme a México al mismo tiempo que Scott, en vez de eso, decidió marcharse e ir a Perisur a perder el tiempo; teniendo tan cerca Polanco, decidió ir a explorar (y tal vez nunca fuimos a Perisur).

—¿Todo en orden, Louis? —Hades se acercó a saludar a Scott—. Bonito gatito, eres un bonito gatito —Scotty habló con voz tierna, pero comenzó a hacerle más y más caricias a Hades. Es que Hades era un gatito muy hermoso.

—Un par de minutos antes de que ustedes llegaran quise escribir una canción y me quedé bloqueado porque nunca supe cómo iniciarla e incluso pensaba en robarme la letra de la canción por una que mi fan anónimo me mandó —si le conté esto a Scott, fue porque realmente me transmitía confianza, y él también confiaba muchísimo en mí.

—¿Cómo iba esa canción?

—No es una canción, de hecho, es más bien un poema, igual nunca lo hice porque probablemente él me demandaría.

—Pero ¿qué decía dicho poema?

—Más de cien mil o algo así —aquí había gato encerrado y no, no hablé de Hades. Hablaba más bien de Scott.

—¿«Cien mil»? —O tal vez no había gato encerrado—. ¿Qué decía? ¿«Más de cien mil gracias»? —Scott se acercó hacia mí y me robó un beso, gracias a Dios que Richard no estaba ahí porque si no, le hubiera roto la cara a Scott y a mí, de paso, ya que no se lo impedí. Me alejé un poco de él para no repetir el incómodo momento en el que me robó un beso.

—Algo así —tampoco le dije algo después, sin embargo, ¿Scott era mi fan anónimo? ¿Qué otras sorpresas había? Yo deseaba que fuera Richard, pero esa etapa ya pasó y me decepcionó un poquito—. ¿Sabes algo de eso, Scott?

—Honestamente, no.

Are you sure? —hablé cantando la parte de august de Taylor Swift y vi cómo Scott se ponía un poco nervioso por lo que pregunté.

—¿Por qué te preocupa tanto encontrar a ese fan anónimo si tú ya eres feliz con Richard Vallaj? —Me estás colmando un poquito la paciencia, Scott.

—¿Por qué carajos me besaste? —Tras investigar un poco, me di cuenta de que sí era válido responder una pregunta con otra, entonces no tenía nada de malo y le solté la pregunta sin aviso previo.

—¿Tal vez porque me gustas? —No fue para nada un factor sorpresa, yo sabía que Scott sentía cierta atracción por mí; el problema era que Richard no sabía (aunque sí se lo imaginaba).

—No sé —por fin se detuvo la ola de preguntas—. El único problema fue que tú me besaste y luego quisiste que te correspondiera de igual forma como yo sintiera algo por ti.

—Dijiste que te encantó cuando te pasé el humo por la boca y terminamos besándonos.

—Hace ya mucho tiempo de eso, supéralo de una vez, por favor —seguí viendo por la puerta, para asegurarme que Richard no llegara—. Tal vez fue un error decirte que me encantó y lo reconozco.

—Los errores no existen —y Scott tenía razón porque yo era fiel creyente de que todo pasaba por algo—. No creo que haya sido un error, me dijiste que te encantó y lo sentí tan sincero.

—¿Solo porque no crees que sea un error y lo sentiste tan real significa que no lo es?

—Eso espero, Louis Gerald.

—Pues no, definitivamente, no es así.

—¿Qué harías si encontraras a tu fan?

—Hablar con él, me interesa saber por qué yo, pero sobre todo me gustaría saber por qué me envió tantas cartas y nunca reveló su identidad. Todo me hubiera resultado más fácil si él me hubiera dicho su identidad y tal vez no estaría tan nervioso cada vez que me llega un mensaje a mi teléfono celular. Hace un tiempo me dijo que si yo estuviera en Itaville, me diría quién es, fui a Itaville y no obtuve ni una sola noticia de él.

—¿Fuiste por él?

—¡No! Fui por… —me callé al darme cuenta de que estuve a nada de decirle a Scott sobre los problemas en casa de mamá, decidí callarme porque no confiaba tanto en él—. Por una situación personal.

—Da igual —le restó importancia a mi «situación personal», lo cual no estuvo nada bien, pero sí estuvo bien que no quisiera indagar más en el tema—. ¿Lo odias?

—¡No! —¿por qué lo odiaría?—. Jamás, solo quiero saber su punto de vista de todo esto.

—Pues…, tengo que confesarte algo y es que soy yo —¿tú qué? ¿Escuché bien?—. Soy yo tu fan anónimo, Louis.

—Perdona, ¿qué acabas de decirme, Scott? —no sé en qué momento tomé un vaso con agua (era de vidrio ya que eran de mis vasos personales que compré y que yo mismo ocupaba) y lo tiré, ya me habían dicho eso tantas veces que de verdad no supe por qué me sorprendía tanto encontrarme a otra persona que me juraba ser mi fan—. ¿Cómo puedo saber que de verdad eres tú?

—¿La letras? O. H. R. y L; ¿ScOtt RObinsOn HamiLtOn?

—Eso no prueba nada, Abraham también sabía eso y él no era mi fan, así que no te creo —no cometí el mismo error que cometí con Marie y Graham—. ¿Qué dice el poema que me escribiste? ¿Lo recuerdas? —Scott se aclaró la garganta y comentó que sí lo haría, todo por mí.

—«Hola
Todo empezó de esa forma,
y terminó con un seco ‹adiós›
Tus besos eran especiales para mí
Me hicieron sentir mejor
Espero que te des cuenta,
pudimos darnos mucho amor.
Pudimos ser la pareja inseparable
Pero no tomaste el mismo viaje
Yo me subí al tren, tomé el primer tren,
tú te subiste a otro, a uno más de cien», ¿ahora sí me crees o me faltó algo? —me recitó el poema y yo me quedé congelado.

—¡No te pases, sí eres tú! —grité y me levanté corriendo a abrazarlo.

—¿No estás decepcionado de que sea yo y no sea Richard Vallaj, Marie Wilson o Abraham Adams? —Sí, fue raro que mencionara sus nombres y fue por eso que hice una expresión de disgusto—. ¿Todo en orden, Louis?

—¡Sí, estoy bien! Y sobre la otra pregunta: no, ¡está perfecto!

—¿Y ahora qué opinas? —lo abracé muy fuerte.

—Pasé tantos años buscándote y al fin te encontré; no se qué hacer o qué decir al respecto —derramé una lágrima de felicidad—. Hay una canción en español de Julieta Venegas y dice más o menos algo así —comencé a cantarle el inicio de la canción (ya que eso es lo único que me interesaba y decía: «hay tanto que quiero contarte, hay tanto que quiero saber de ti; ya podemos empezar poco a poco, cuéntame, ¿qué te trae por aquí?»), la canción tenía por nombre «Andar Conmigo» y amé la voz de dicha cantante—. ¿Qué opinas?

—¿Qué opino? Opino que eres hermoso, he estado enamorado de ti todo este tiempo, debí decirte que se trataba de mí y tal vez, solo tal vez, te hubieras animado a estar conmigo. Eso es lo que opino —palabras fuertes.

De la nada, escuché cómo alguien tocaba el timbre de mi departamento, supe que se trataba de Richard. ¡Qué rápido había vuelto! Me acerqué a abrir y abrí la puerta.

—No le digas ni una palabra a Richard, tenemos que seguir hablando de esto y lo haremos… tarde o temprano, pero pasará, dalo por hecho.

—¡Hola, Louis! —Jair, ¿cómo diablos había conseguido mi dirección? Creepy! Eso era bastante psycho—. ¿Qué es lo que Richard no tiene que saber?

—Nada, no seas chismoso, ¿y qué haces aquí? —era increíble.

—Hoy es la fiesta donde vas a presentar tu segundo disco, solo lo anunciarás; llevará de nombre: Eclipse.

—Buen nombre, pensé que la fiesta era en dos días.

—Sí,yo también es lo que creía, pero hubo cambio de planes de último minuto, ¿puedo pasar? —Se me olvidó por completo que había que invitarlo a pasar.

—Adelante —entró y saludo a Scott con un cálido «buenas tardes».

—Scott, él es Jair; mi manager; Jair, él es Scott, mi… —me quedé callado, estuve a punto de comentarle que él era mi fan #1 en el mundo—. Mi amigo.

—Es un placer conocerte, Jair —Scott también notó que el ambiente se tensó un poco, y sin embargo, le extendió la mano.

—El placer es todo mío, Scott —se dieron la mano.

—Bien, ya se conocen; ¿me decías de una fiesta, Jair?

—Así es, mi estimado, ve al estudio a las ocho.

—¿Puedo llevar a Richard? —la pregunta fue un poquito tonta, pero sí tuve mis dudas, porque no estaba en condiciones de ignorar o dejar pasar cosas y quedarme con la duda.

—Sí —su mirada parecía un poco confundida—. Igual puedes llevar a…

—Yo no voy —Scott se apresuró a hablar y Jair parecía un tanto desconcertado por rechazar la invitación—. ¿Me puedo quedar a jugar con Hades en tu casa?

—¡Claro! —Alcé mis manos, gracias a Dios, Richard y Scott no iban a estar juntos. Hubiera resultado en un desastre absoluto después de haberme contado que él era mi fan. Eso era total y completamente seguro, a la vez era bueno que no fuera al anuncio de mi nuevo CD y a la fiesta después del anuncio—. Confío mucho en ti, sé que no pasará nada en mi departamento.

—Eso era todo, tengo que contar con tu presencia sí o sí.

—¿Dónde será la fiesta?

—En casa de mi jefe, pero antes iremos a un programa de farándula a presentar tu disco, ahí es donde dirás «soy Louis Gerald Train y mi segundo disco, en compañía de “Jingle Records”, será Eclipse; podrán escuchar la primera canción el diecisiete de noviembre, ¡disfrútenla!».

—¿Será una entrevista?

Kinda —¿mi segunda entrevista en vivo? Guau, esto sí me gustaba muchísimo.

—De acuerdo, ahí estaré —le sonreí y vi a Scott resoplar por lo bajo.

—Eso era todo lo que tenía que contarte; los veré, a Richard y a ti, en el estudio a las ocho.

—Ahí estaremos —se despidió de nosotros y se fue a arreglarse, o eso supuse.

—¿Por qué lo hiciste? —Le lancé la primera pregunta a Scott Robinson—. ¿Qué te orilló? ¿Cómo supiste mi horario y todo lo que hacía como si estuvieras un paso adelante de mí?

—Lo hice porque aún me gustas; después de todo ese tiempo, como en la canción de Paramore “yeah, after all this time, I'm still into you. Lo que me orilló fue que soy sumamente tímido y no sabía de qué otra forma acercarme a ti, ¿feliz? —me respondió casi todo, solo se le olvidaba algo importante—. ¿Me faltó algo por responder o tienes alguna otra pregunta que quieras saber su respuesta?

—Mi horario, ¿quién te lo dijo y cómo supiste todo lo que hacía?

—Iba a la preparatoria a resolver unos asuntos respecto a mi certificado y todo eso, sin querer te veía. Siempre te veía porque muy coincidentemente aparecías ante mí como si fueras un sueño —¡qué romántico había sonado eso! En serio—. ¿Fue un error? Tal vez.

—No es un error, es solo que me sorprende, es todo y el hecho de que me estuvieras enviando cartas, me hizo sentir que alguien de verdad me quería.

—Alguien de verdad te quiere y se trata de Richard Vallaj.

—Y ahora me va a ver presentar mi segundo disco de estudio. Es como un sueño, ¿puedes creerlo?

—Me lo imagino —sonrió—. También hay una canción que me encanta, es en español y habla sobre las posibilidades de haber estado con alguien, aunque al final no lo logra…

—¿Consejo de Amor? —Pero esa canción me recordaba a Richard.

—Sí, de TINI y…

—Morat —terminé la oración por él, porque lo necesitaba, se puso nervioso—, sí, conozco la canción.

—Ok, sí, es esa canción —se sintió mal y lo pude notar por la manera en que enfatizó las últimas palabras que dijo, pobre Scott—. ¿Algo más que quieras discutir?

—Honestamente, ¿por qué no quieres ir a la fiesta?

—Prefiero quedarme a jugar con Hades y tal vez poder ver un par de películas en tus servicios de Streaming que tienes —lo miré con cierta incredulidad—. Está bien, solo no quiero estar contigo y Richard en la misma habitación otra vez, ahora que ya sabes mi secreto y mi identidad.

—Me halagas, Scott —no le mentí—. Y si me hubieras dicho tu identidad en el baile de graduación…

—No fui a ese baile —pero ¿qué estaba pensando?—. Y además ese día te volviste novio de Logan.

—No me lo recuerdes, por favor —se lo pedí—. No le guardo ni el más mínimo rencor, sin embargo, sí fue mi relación más tóxica que he tenido. Era como estar en el mismísimo infierno bailando con el mismo diablo.

—Lo que yo hubiera dado por tomar su lugar…

—Pero no fue así —Richard llegó en ese momento y preguntó qué cosa no había sido así—. Habla de cuando fuimos a comer al Centro Comercial de Itaville en compañía de Marcus; ahí nos encontramos con Katherine y Marie, ese día Marie me besó, Scott se comportó muy amable conmigo e incluso me está reclamando que ese día lo confundí y le dije por error tu nombre.

Continue Reading

You'll Also Like

189K 14.7K 36
Her marriage was fixed which was an arranged marriage but she moved to London to pursue her career and dreams and after that, she would marry. But in...
264K 25.8K 62
Ryan and Aaruhi The story of two innocent hearts and their pious love. The story of one sided love. The story of heartbreak. The story of longing a...
2.8M 160K 50
"You all must have heard that a ray of light is definitely visible in the darkness which takes us towards light. But what if instead of light the dev...
589K 49K 23
Indian Chronicles Book III My Husband, My Tyrant. When Peace Becomes Suffocation. Jahnvi Khanna has everything in her life, a supporting family, a hi...