—Y eso fue lo que ocurrió —terminó Xavier de contar la historia de Sentry. La mirada de Superman era de total asombro, similar a la de un niño pequeño. El profesor se vió algo sorprendido, por el porte imponente del joven, podría parecer más serio de lo que en verdad era—. Y bien, Clark. Por lo que tengo entendido, tu eres de la misma raza que Sentry, por eso comparten capacidades. Y por eso quería preguntarte, ¿Dónde has vivido toda tu vida?
—Usted me envió un mensaje por la cabeza, ¿No puede buscar en mi memoria?
—Ciertamente podría —aseguró el profesor—, sin embargo, quisiera que tú me hablaras, sabrás que información reservarte.
—¿Gracias por eso? —dijo con cierta duda el joven. Superman se quedó pensativo un momento— Me crié en Smallville. Una pareja de dos granjeros me adoptaron como su hijo. Mi... Madre me dijo que en un principio me era difícil el respirar, como si el oxígeno pesará, pero a los meses ya no me afectaría. Crecí. Nunca fui muy sociable realmente, tampoco un antisocial de esos que se encierran en el sótano y tienen complejo de superioridad por ser incapaz de hablar con alguien —bromeó Clark—, tenía unos tres amigos.
—¿Y cómo descubriste tus poderes? —preguntó Xavier.
—Es una historia algo aburrida —confesó el joven.
[...]
—Vamos Lana, no tienes que tener miedo ¿ves? —decía un menor Clark, el cual estaba al borde de un acantilado mientras daba saltos sin ninguna preocupacion.
—Basta Clark, es peligroso —exclamó Lana Lang, de las pocas amistades del muchacho.
—Vamos, estoy bi... —el borde se quebro y se separo del acantilado haciendo que el chico cayera.
—¡¡Clark!! —gritó Lana. Clark vio como es que la chica poco a poco se movía de manera lenta, volteó a ver distintos lugar y vio como es que todo avanzaba lento. Por instinto salto para llegar nuevamente al borde, lo que no se esperaba era que al separarse sus pies del suelo, era que saltaría hasta las nubes. Lana sorprendida al ver que esa acción pasó casi en menos de un segundo, miró al cielo buscando a su amigo.
[...]
—Ese día acabe llegando hasta al menos 1 kilómetro del acantilado. Descubrí mis poderes, si, pero no se volvieron a activar así de fuertes hasta ya bastante tiempo después.
—¿Qué edad tenías en ese entonces? —indagó Charles.
—Unos doce años, más o menos.
—Le dijiste a tus padres.
—Tenía qué —aseguró Clark—. Si mi madre descubría que yo era super fuerte y no le dijera, me habrían castigado, por un mes —esa mención hizo que el profesor levantara su ceja—. En ese entonces para mí era mucho —confesó algo apenado—. Una vez les dije, mis padres. Ellos me mostraron una cápsula en la que había llegado a la tierra, y que por ende soy...
—Un extraterrestre —terminó Xavier.
—Si.
—¿Y cuando decidiste ir a Metrópolis?
Clark agacharía su mirada con cierta pena —Es una historia un tanto más... Complicada.
[...]
A las afueras deun supermercado estaban Clark Kent y Lana Lang, ambos a sus 16 años, la pareja charlando mientras reían— ¿Quieres irte de Smallville? Sé que el pueblo es algo aburrido, pero es calmado y además aquí está tu novio muy guapo —dijo de manera burlona el chico.
—Eres un ejemplo de humildad —río un poco la joven Lang.
—La humildad sincera de un villano.
—Uy, si, tú el malo —respondió sarcástica Lana.
—Oye —reclamó algo ofendido Clark.
—Es verdad. Eres un buen chico. No usas tus poderes para dañar a otras personas, claro que aún así te aprovechas de ellos —Lana guiñó su ojo al decir esto ultimo, cosa que Kent entendió.
Hubo un silencio entre ambos, de pronto hubo una pequeña brisa que movió el pelo de Lana que hizo que cerrará momentáneamente los ojos y al abrirlos nuevamente, su novio seguía en el mismo lugar.
—¿Lo tienes todo? —Clark bajó el cierre de su chaqueta donde se mostraba que traía unas latas de cerveza, junto a algunas bolsas de frituras y una pequeña cajetilla de cigarrillos. Ambos se marcharon mientras se les escapaban un par de risas.
[...]
—¿Robaste en una tienda? —cuestionó Xavier con la ceja alzada.
—Tenía dieciséis, y quería impresionar a mi novia —se excusó Superman—. Aunque no estoy orgulloso de eso de todos modos.
[...]
En el granero perteneciente a la familia Kent, la pareja de, ahora novios, estaban cantando a la par de una canción proveniente de una radio que había en el lugar. Lana bailaba divertida mientras sostenía una lata de cerveza en la mano izquierda y en la derecha tenía un cigarrillo, Clark miraba fijamente el movimiento de la chica, Lana le ofreció su mano para que le acompañará a bailar pero él se negó, aunque esto no le impidió a la joven tomarlo de su camiseta para así llevarlo junto a ella.
—Vamos, guapo. Baila conmigo —le ordenó Lana con una sonrisa.
Clark no era bueno bailando, no sabía realmente si era la energía de Lana, o simple capricho de ese momento, pero él aceptó, y se levantó para acercarse a la chica. Ella envolvió sus brazos en el cuello del chico, ambos apoyaron su cabeza en la del otro.
—¿De verdad quieres irte? —le preguntó Clark.
—Si —respondió ella, tratando de evitar el contacto visual—. Siento que puedo hacer más que estar en un pueblo invisible del mundo. ¿Qué puedo tener aquí?
—A mí —Clark tosió rápido después de dar aquella respuesta—. ¡Digo, no hay que tener una verdadera razón. Puedes disfrutar la paz de Smallville solo viviendo y ya! —dijo acelerado para tratar de distraer por lo dicho antes.
—¡Clark! —detuvo Lana a la par que se detuvo la música— Quiero que vengas conmigo.
—¿Contigo? —repitió el muchacho.
—Si. Veamos el mundo juntos —la sonrisa cálida de Lana llegó al corazón del joven Kent.
—Bien. Veremos el mundo juntos —aseguró Clark, para así darle un largo beso.
Horas después. Clark veía a sus padres comer. Él se mantenía con la cabeza agachada, únicamente paseando la cuchara por la comida, actitud que notó su madre.
—¿Todo bien, Clark? —preguntó Martha Kent.
—Si... —respondió en voz baja el muchacho.
Jonathan Kent veía el televisor frente a ellos, mientras seguía comiendo, pero se detendría cuando sintió un golpe por debajo de la mesa.
—¿Qué? —preguntó el hombre al ver a su esposa, quien le dirigió la mirada a su hijo— Clark... ¿Qué tal todo?
—Bien... Solo, estoy pensando sobre mi futuro.
—¿Sobre tu futuro, cielo? —indagó su madre.
—Lana me habló sobre que ella quería en algún momento salir del pueblo, y ver el mundo, ella me pidió que fuera con ella —Clark giró la mirada con cierta vergüenza—, y estoy considerando el irme...
El silencio reinó en la mesa, hasta que se escucharon la risa de ambos padres, dejando al muchacho bastante confundido por la conducta de los dos.
—¡Ya era hora! —exclamó Jonathan.
—¡Te dije que ella lo convencería! —le dijo Martha a su esposo.
—¿Qué está pasando?
—Tu madre y yo —inició Jonathan—, habíamos apostado. En algún momento querrías salir del pueblo, yo le dije que sería por ti mismo, pero ella me dijo que sería por alguna chica, y bueno, perdí.
—¿Querían que me fuera?
—Hijo, te amamos. Pero tus habilidades, puedes hacer grandes cosas, ayudar al mundo, hacer que avance, ser un héroe.
—¿Cómo Sentry? —preguntó Clark, recordando a su héroe de infancia.
Su padre sonrió, y se limitó a responder: —Mejor.
[...]
—¿Así que saliste al viaje con tu novia?
Clark giró la mirada, y agachó la mirada antes de negar con su cabeza.
[...]
Clark estaba durmiendo plácidamente, hasta que sintió un olor, el olor a carne quemada, abrió sus ojos y se levantó rápidamente, notando que su casa estaba intacta, bajo en pijama y notó como es que sus padres estaban afuera de la casa, iría con ellos y vería como es que las llamas consumían varias casas del pueblo, pero lo peor fue cuando escucho:
—Clark.
—Lana —el chico corrió como nunca en su vida, fue tan rápido que sus ropas se iban quemando por la fricción. Ese susurro sonaba como si fuera un último aliento de vida. Al llegar, miró como es que a los padres de su novia los subían a una ambulancia, pero ninguna señal de la chica. Destruyó la entrada con su cuerpo, esperando que su novia siguiera viva, pero hubo algo que olvidó el chico; y es que el sonido demora tiempo en moverse, incluso para su audición. De entre las llamas de la casa Lang, una onda de aire salió por la entrada, y en el hospital más cercano, entraba Clark con su novia entre sus brazos, estando la piel de ella, cubierta por varias quemaduras— ¡Ayuda! —gritó Clark. Llegaron unos enfermeros rápidamente, dejaron a la chica sobre una camilla y la llevaron a la sala de urgencias.
[...]
—Lana no... Ella no sobrevivió —dijo Clark, volviendo su mirada al profesor—. No dormí esa noche, ni la siguiente, o la que venía después de esa. Solo estuve encerrado en mi cuarto. Murieron 5 personas donde se incluía Lana y sus padres. Todos fueron a su funeral, el hermano de Lana, amigos, maestros, mis padres, excepto yo. No podía presentarme después de fallarle, era faltarle aún más el respeto, y yo... No pude. Así que al mes siguiente, preparé una mochila, y salí a cumplir nuestro (su) sueño. Viaje por el mundo unos tres años, quise ayudar a las personas, lo hice desde algo anónimo, pero...
—No servía mucho, ¿Verdad? —dedujó Xavier, a lo que el pelinegro asintió— Clark, ¿Sabes por qué funde a los X-Men?
—¿Una convivencia para la humanidad y los mutantes?
—Si, pero la razón de iniciar un grupo de los llamados: Superhéroes. Fue para que la gente los viera como símbolo. Un símbolo; de paz, unión, fraternidad. Tú podrías ser un símbolo también, como lo fue Sentry antes de tí.
—¿Un símbolo de qué?
—Esperanza.