Narrador Katherine:
La noche paso y ella no despertó.
Me mantuve yo sola en la habitación observandola desde un sofá que se encuentra enfrente de la cama en la que ella está, pérdida en mis pensamientos y torturandome al pensar en lo complicado que se volverá todo en el momento en que ella abra sus ojos.
Sobre Damon, ya se sabe que no lo encontraron y sinceramente ahora mismo no tengo humor por esa razón no hemos hecho nada pora encontrarlo. Dejaré que disfrute todo el tiempo que quiera.
Ahora lo único que quiero es recuperar a mi mujer.
Le di un trago al vaso que se mantenía en mi mano derecha, un sabor amargo del whisky paso por mi garganta. Pero tampoco la gran cosa.
Pasaron unos minutos, ella comenzó a moverse. Comienza a despertar.
Vamos Katherine...
Me acerque a ella, lentamente me senté en la orilla de la cama.
Sus ojos se abrieron, miró a su alrededor y después a mí, no puedo describir lo que me hizo sentir su mirada, solo sé que no fue algo bueno.
Katherine: Cariño... despertaste
Le dije en un tono bajo y tranquilo.
Mi error fue esperar una respuesta, pues no la obtuve. Ella solo seguía mirándome.
Katherine: ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?
Tal vez este así por el hechizo. No lo sé sinceramente.
Katherine: ¿Te duele algo?
Volví a insistir, esperando una respuesta.
T/N: ¿Qué haces aquí?
Respira Katherine.
Yo puedo ¿o no? La manera en que lo preguntó es tan seca e indiferente que duele.
Cómo siempre, lo oculte y tuve que fingir que esa indiferencia no me afecta.
Me reí levemente.
Katherine: Aquí vivo.
Le sonreí.
T/N: ¿En dónde está Damon?
Claro Damon, el imbécil que te dejo aquí en la primera oportunidad que tuvo porque sabía que era su fin, el idiota que te obligó a amarlo pues déjame decirte que se fue.
Katherine: Primero dime, ¿te sientes bien?
Nuevamente insistí, quiero escuchar de sus labios que se encuentra bien.
T/N: ¡DÓNDE ESTÁ DAMON!
Grito alterada, realmente lo ama ¿verdad? Pero tranquila amor, te ayudaré a entender que eso que sientes es falso.
Katherine: Se fue...
Lo siento, cariño.
T/N: ¡Qué!
Tal difícil es creerlo.
Katherine: En cuanto te desmayaste aprovecho la oportunidad y se escapó.
Esa es la realidad.
T/N: Mientes...
Murmuró con los ojos llorosos.
Prefiere seguir pintando a ese hombre como su príncipe azul y a mí como la villana. Algo que dicho por alguien más no me afectaría, pero... ella no es alguien más.
Katherine: ¿Por qué lo haría?
¿Qué ganó yo, cariño? Si lo único que quiero al parecer lo he perdido.
T/N: ¡Lo odias! Ahora dime en dónde está. Qué le hiciste.
Suspiré.
Katherine: Cariño...
T/N: No me digas cariño. Tú y yo no somos nada.
Lo dice por el hechizo...
Lo dice por el hechizo.
T/N: No tienes derecho a llamarme así.
Calma Katherine.
Creo que en estos últimos días, es lo único que me repito.
Katherine: Ok... Dankworth ¿te parece?
Sin respuesta, no sé de dónde sale mi paciencia, pero seguramente es por mi amor a ella.
Katherine: Hablemos, cómo siempre.
Siempre lo hacíamos, cualquier cosa que sucediera ella y yo siempre lo hablábamos, las dos sabíamos que era la manera correcta de resolver las cosas.
Sobre todo cuando mis celos por Lucía o los suyos por Nicole relucian.
Desearía no a ver aceptado regresar a Mystic Falls.
T/N: ¿Dónde está?
Yo que voy a saber, amor.
Se fue y por una parte está perfecto, me será un poco más fácil recuperarte si él no está.
Katherine: ¡No me crees! Te digo que se fue. Deja que te explique todo.
Ella siempre confiaba en mí y ahora. Suficiente Katherine, dejá de pensar en el pasado.
T/N: Está bien.
Bueno, ya por lo menos acepto eso.
Comencemos.
Le conté todo con completo detalle, ella escuchó sin interrupciones. Pero el dolor en sus ojos fue muy notorio, al igual que sus fuerzas para no mostrarmelo.
Algo que también dolió, ella es mi vulnerabilidad y yo... antes era la de ella.
Ahora se nota que no le generó ni una pizca de confianza para que pueda abrirse ante mí. No quiere mostrarme sus sentimientos.
Katherine: Cariño, yo estoy para ti.
No debí decirlo.
T/N: ¡Qué no me digas cariño!
Grito con enojo.
Estúpida Katherine...
T/N: Mira comprendo todo, Damon me hechizo, me dió unas gotas, me obligó a amarlo. Es fácil de entender.
Claro que no lo es, trato de comprenderla y sé que ha de ser duro saber que a la persona a la cual tú crees que amas pudo hacerte algo así, que te digan que nada de lo que sientes por él es real. Aún así te aseguro que yo tampoco la estoy pasando nada bien.
Katherine: Car... T/N no es tan sencillo.
Me corregí, si le volvía a decir cariño no me imagino el alboroto que nuevamente iba a armar.
T/N: Para mí sí, y te quiero aclarar algo más...
Prepárate Katherine, esto va a doler estoy segura.
T/N: Esto no cambia nada entre tú y yo. Nosotras terminamos. Lo nuestro se acabó. ¡Ya pasó! ¡Nuestro tiempo termino!
No duele, no duele.
Tranquila amor, te ayudaré a romper ese hechizo.
T/N: Te agradezco que me contarás la verdad, pero solo eso. Y sí tal vez amé a Damon por un hechizo, pero lo amo.
Utilicé todas mis fuerzas para que mis lágrimas no salieran, no puedo mostrarme débil, tengo que estar fuerte para ti, cariño.
T/N: Y si te soy sincera, creo que nunca deje de amarlo.
Cuando sentí una lágrima correr con mi mejilla rápidamente voltee mi rostro a un lado para limpiarla.
Yo puedo. Una vez más me lo repetí en mi mente, mi corazón se encogió aún confundido sin saber porque su amada lo rechaza.
Regrese mi vista a ella.
Katherine: Dices eso por el hechizo.
Ruego porque así sea.
Katherine: Pero no te preocupes, te ayudaré a romperlo.
Haré hasta lo imposible.
T/N: No necesito tu ayuda.
Sentenció antes de que tocaron la puerta.
Katherine: Adelante.
Una rubia bastante sonriente entro por la puerta. Estaba tan entretenida hablando que no se dió cuenta que su hermana ya había despertado.
Caroline: Katherine, hubieras visto lo que le pasó a Rebekah.
Se reía aún sin darse cuenta del nuevo acontecimiento.
Caroline: Intento ligar con un chico y la rechazó porque era gay.
Eso realmente suena divertido, una leve risa salió de mis labios al imaginarme la escena. Pero tendré que hablar con la estúpida de Rebekah es una cobarde.
Ya hablaré con ella del porque.
T/N: Hola Caroline.
Sonó tan diferente a la manera en la que se dirigió a mí.
Caroline: T/N...
Susurro con asombro. La rubia me miró.
Caroline: Katherine...
Está vez dijo mi nombre, con la intención de saber si su amiga ya lo sabe.
Katherine: Ya lo sabe...
Mencione con amargura.
Me duele el corazón...
Caroline: ¿Todo?
Pregunto aún dudosa.
Katherine: Todo.
Le confirmé.
Escuché como la puerta de la mansión se abrió y cerró. Un “no es para tanto” escuché de parte de una morena. Mientras que ambas subían las escaleras, Rebekah con prisa y Bon-Bon con calma.
No tardaron en aparecer. Primero Rebekah y unos segundos después Bonnie.
Rebekah: No le creas nada a Caroline es menti... Oh T/N.
No termino pues a diferencia de Caroline ella sí reviso la habitación al entrar, notando a T/N que aún tenía un semblante serio. En realidad parece perdida en sus pensamientos.
T/N: Hola chicas.
Creo que la única presencia que no le agrada es la mía.
Caroline: Bueno... Nosotras nos vamos.
T/N: No, no se vayan. No quiero estar con ella.
Me giré para que no me mirará, mis ojos nuevamente querían expresar su terrible dolor, pero hice hasta lo imposible para evitarlo. Y creo que pude lograrlo.
Caroline me miró, le dí una señal para que aceptará.
Caroline: Es... está bien.
Dijo en un tanto indecisa.
Me levanté y le dí la espalda a la única persona que he podido amar.
Antes de marcharme dije...
Katherine: No quieres mi compañía, no hay problema, te dejaré descansar. Adiós chicas.
Salí de la habitación.
Escuché a Rebekah decir “Te acompaño”
Bajamos al primer piso y caminé en dirección de la cocina, en cuanto entré Rebekah también lo hizo.
Escuché como cerraba la puerta.
Mientras que yo tomaba una de las tantas botellas que había. La abrí y bebí de ella. Creo que se ha vuelto costumbre beber y beber aunque siendo vampiro no genera lo mismo que a un humano y en estos momentos desearía ser humana para poder sentirlo. Y que el alcohol ahogue mis penas.
Rebekah se puso en frente de mí.
Rebekah: ¿Qué paso?
Bebí de la botella, y la miré.
Ya ni siquiera soy buena para tomar un bendito vaso.
Katherine: Despertó y le conté todo.
Traté de decirlo con indiferencia, pero no lo logré eso está clara. El dolor en mis palabras es muy visible.
Rebekah: ¿Y qué te dijo?
Es Rebekah, sé que ya se lo imagina.
Katherine: Qué no cambia nada entre nosotras, que no somos nada y ni lo volveremos a ser.
Volví a beber de la botella.
Sentí como ponía su mano en mi hombro.
Rebekah: Ey... Sabes que es por el hechizo ¿verdad?
Y por primera vez en un largo tiempo, dejé que mis lágrimas corrieran.
Katherine: Eso espero...
Susurré. Sus manos tocaron mis mejillas limpiando mis lágrimas. Para después acercarme a ella y envolverme en un abrazo.
Me apoye en su hombro tratando de controlarme pero no lo logré.
Rebekah: Desahógate cielo...
Si el karma existe, es posible que este sea el mío.