Bandolera

By JeseeD1004

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Una Bandolera que le dan por la cabeza y termina perdiendo en su propio juego. Unas risas + algo de drama More

Bandolera
Génesis
Pride
Ben Wa
Desmadre
Luces. Cámara. Acción
Date Cuanta Amiga
Margaritas
Reagruparse
Parker
Cliff Edge
Ensalada
Honor
Gatas
Sorpresas
La Intensidad Bolleril
La Despedida
Hay que joderse
Abrázame, Ámame, Tócame...
La Bandolera
Extra

Postres

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By JeseeD1004





Caminaban de con los brazos entrelazados por la cebra de una calle concurrida, sus ojos refugiados bajo las gafas de sol y las sonrisas resplandecientes a la vista de cualquiera. Amelia prácticamente la arrastraba con ella y Luisita siempre se dejaba llevar, estaba en su naturaleza dejarse arrastrar por su mejor amiga en lo que sea.

-Explícame porqué estamos aquí de nuevo? - Preguntó con voz monótona.

-Porque necesitas despejarte y este es el mejor lugar para hacerlo. - Le contestó la morena, sonriendo empujó la puerta de cristal que decía "Mami's" escuchando la pequeña campanilla sonar. Inmediatamente dentro el olor a recién horneado, dulces y pastelería llenó sus fosas nasales.

-Hace mucho que no veníamos aquí. - Luisita caminó con ella a una de las mesas disponibles.

-Lo sé y es una pena porque sabes que es la mejor repostería del mundo. -

-Confirmo. - Se echó a reír la rubia. - Recuerdas la torta de Amapola para tu cumpleaños? Mmmm una delicia. - Soltó un pequeño gemidito saboreándose como si pudiera sentir el dulce en su paladar.

Amelia la miró sonreída. - Podemos pedir de esa y tú pides de otra y así compartimos. -

-No hay otra manera desde luego. - Llamaron a una de las chicas que atendía e hicieron su pedido acompañando con dos tazas de café. - ¿Cómo vas con lo del evento? Tienes todo listo? - Preguntó la rubia mirando por el gran ventanal despreocupadamente.

-Sí, afortunadamente cuento con Andrea que si no. -

-Es un sol, esa chica. -

-Realmente lo es. - Sonrió pícara Amelia. - Vendrás el sábado, no? - Preguntó para confirmar levantando la vista a la chica que traía sus postres con pequeños tenedores a un ladito. Amelia miró al tag en la camisa de la chica leyendo su nombre, entonces le sonrió. - Gracias Giselle. - Bajó el tono a uno más seductor que Luisita sabía reconocer fácilmente, puso los ojos en blanco negando con la cabeza.

Giselle le sonrió de vuelta pasando una mano por el hombro de la morena suavemente. - Un placer, Amelia. - Se retiró luego de giñarle un ojo.

Amelia no le quitó ojo de encima hasta que desapareció en el local y luego volvió la vista a su mejor amiga. - ¿Qué? - Preguntó riéndose de la cara de Luisita.

-Es que no sé cómo lo haces, es como si tuvieras un imán bolleril. - Se carcajeó. - Toda mujer que ves, ¡Pum! Bollera por un día al menos. -

Amelia picó de su postre entre risas. - Yo que sé, soy sensible a las lesbianas. - Se encogió de hombros.

-Eso desde luego. - Después de su primer bocado buscó hurgar en el plato de su amiga. - Dame que se ve muy rico. - Se llevó una pequeña parte a la boca degustando la crema de Amapola con ganas.

Amelia se relamió los labios inclinándose más en la mesa. - ¿Ah sí? Te gusta? - Levantó la ceja.

Luisita se saboreó los labios sin apartar su mirada. - Mucho sí. - A Amelia le gustaba jugar y quien era ella para no divertirse un poco. - ¿Quieres probar del mío? - Preguntó sugerente con una sonrisa de medio lado.

Sonrisa que Amelia correspondió. - Sabes que sí, yo siempre quiero probar. - Le devolvió con sorna.

Luisita se echó a reír sin poder aguatar más y llevó un poco de su postre de chocolate a los labios de su amiga. - Eres una cabrona. -

-Me lo han dicho una que otra vez. - Amelia tiró de la silla de su amiga para tenerla más cerca. - Entonces, vendrás o no? - Volvió a la conversación que estaban teniendo antes de todo el juego de los postres.

Luisita se pasó la lengua por los labios sin inmutarse por las conductas de su amiga que eran más que normales en su relación de amistad, descubrió desde los inicios que Amelia era muy de contacto físico y con ella aún más así que terminó acostumbrándose. - Acaso tengo alguna otra opción? - Preguntó sarcásticamente.

La morena corrió el cabello de su amiga hasta dejarlo sobre sus hombros, dejando el cuello expuesto, le gustaba verle los lunares que allí residían. - En realidad no, no tienes opción. - Se rieron. - Lo vamos a pasar genial, iremos vestidas de ensueño, pasaremos por la alfombra roja, luego al after party a emborracharnos y perder el norte. -

-Tengo el outfit listo y perfecto. - Le hizo saber orgullosa. - Pero la verdadera pregunta es, estás segura de que quieres llevarme a la alfombra roja? -

Amelia frunció el ceño. - ¿Por qué no habría de querer? -

Luisita se encogió de hombros. - Yo que sé, capaz te espanto el ganado. - Dijo bromeando ocultando una risita detrás de la taza de café.

Amelia soltó una carcajada que ganó la atención de los demás comensales. - Yo no tengo ganado de ninguna clase, Luisi. - Ahora fue el turno de la rubia de reírse y bufarse. - Sabes que no me importan esas cosas, siempre eres mi acompañante a esos eventos y esta vez no será diferente. - Le aseguró dejándole un beso en la mejilla.

-Te compro esa labia. - Rodó los ojos haciendo reír a su amiga. - Voy a ir, sabes que lo haré. - Volvieron a compartir sus postres en un silencio cómodo.

Hasta que Amelia se animó a sacar el tema del que no hablaban mucho en las últimas semanas. - ¿Cómo estás? - Preguntó en voz baja dándole pequeños bocados de torta de Amapola a la rubia.

-Estoy bien, flor, de verdad. - Luisita agarró su mano mirándola con ternura. - Ya me he hecho los análisis otra vez y estoy limpia desde hace varios días. -

-Y el corazoncito como me lo llevas? -

-Bueno él sigue latiendo. - Se echó a reír pero a Amelia sabía que no podía mentirle o tratar de enmascarar sus verdaderos sentimientos detrás del sarcasmo. - Ya ha pasado un mes y estoy mucho mejor. -

Amelia asintió entendiendo. - ¿Tanto te ha dolido dejarlo con Pablo? - Quiso saber.

Luisita suspiró pesadamente. - En realidad no es Pablo lo que me duele, tenías razón es un completo imbécil. - Amelia asentía con seguridad haciéndola reír. - Es más que nada como decepción y rabia hasta conmigo misma, sabes? Me da rabia haber sido tan tonta con esta persona. -

-No eres tonta...

-Y luego es que además, estoy un poco cansada. - Siguió hablando. - Te lo dije aquel día, estoy harta de las relaciones y de seguir buscando algo que lo más probable es que no llegue nunca. -

-¿Amor verdadero? - Amelia preguntó con algo de burla.

-Ya sé que suena súper cliché y novelero, pero sí. - Confirmó la rubia. - Una persona que me cuide aun cuando no lo necesite, que me quiera a pesar de mi misma, que sea leal, que no me mienta y sobre todo que me adorne la frente. - Se quejó antes de reírse.

-Y a poder ser que no te pegue ninguna ETS. -

-Por favor y gracias. - Chocaron sus manos en medio de una risa histérica.

Cuando la risa desvaneció naturalmente Amelia acarició su mejilla. - Tal vez sea eso lo que necesitas, dejar de buscar. - Se encogió de hombros. - Esas cosas no se buscan, esas cosas se dan y ya. -

-Pues por ahora no quiero ni buscar ni que se den, estoy bien así soltera. -

-Soltera y a la orden? - Preguntó con picardía. - ¿Vas a entrar en tu Era zorra? -

-No gracias, esa se te da mejor a ti que a mí. - Le rebatió.

Amelia la miró sorprendida con su audacia. - Pues mira razón tampoco es que te falte. - Se echó a reír ella esta vez.

-Oye qué se supone que significa eso. - Le dio un manotón en el hombro. - Te piensas que yo no puedo andar de Bandolera como tú o qué? -

-Pues no, no puedes. - Directa y sin filtro.

-Acabáramos y eso porqué, dime. - La miró desafiante.

Amelia seguía riéndose. - Eres demasiado dulce. - Se inclinó para besarle la mejilla y allí se quedó hablándole bajito. - Y serías del tipo que se queda enganchada en la primera cogida, así que no, no puedes. -

Luisita la empujó lejos de ella. - Idiota. -

-Pero tengo razón. - Se enorgulleció.

-Ñañaña. - Hizo cara de fastidio haciendo que Amelia no pudiera contener su risa, ella terminó por reírse de sus tonterías también. - Yo puedo ser mala si quisiera, eh! - Levantó el dedo índice para enfatizar.

-Claro que sí, guapa. - Se burló.

Luisita fue quien se inclinó esta vez con cara seria y mirada penetrante. - Tú sabes que puedo ser mala si quisiera. - Amelia le sostuvo la mirada. - Tu sabes que sí. - La vio tragar con una naciente sonrisa en los labios, ella sonrió ampliamente en victoria. - ¿Quieres más? - Señaló el último trocito de postre de chocolate con un cambio de tono más inocente a lo que Amelia solo asintió. Se lo puso en los labios observando como lentamente recibía el dulce en los labios. - Que buena niña. - Se burló acariciando su mejilla.

Cuando se terminaron por fin los postres y los cafés, después de unas risas contagiosas, Amelia se levantó para pagar en caja encontrándose con Giselle otra vez, se sonrieron. - De saber que vendrías con tu novia habría sido más cuidadosa. - Comentó recibiéndole el dinero.

Amelia se echó a reír. - No es mi novia, Giselle. Las relaciones simplemente no van conmigo. - Y ahí estaba, esa era su forma de dejarle claro a ella o a cualquier otra chica que conocía que su visión de las relaciones amorosas no cambiaría.

Giselle sonrió más animada. - Bueno, pues en ese caso... - Le dio la factura con un trozo de papel adicional que llevaba su número. - Llámame. - Se inclinó sobre el mostrador haciendo que sus pechos sobresalieran por encima de su uniforme.

-Lo haré... Bonito bralett por cierto. - Amelia se mordió el labio antes de alejarse y volver con Luisita. - Ves? - Le enseñó el trozo de papel. - No me espantas ningún ganado. - Le dijo con suficiencia.

Luisita puso los ojos en blanco empujando ella la puerta del local para salir. - Se te explotará la cabeza con tantos nombres. -

-Oh pero quien dice que tengo que aprenderme sus nombres? Es más fácil recordarlas por alguna característica en particular, por ejemplo Giselle tiene un muy bonito bralett blanco con borde de encaje azul. -

-¡¿Le viste el bralett?! - La rubia se enganchó del brazo de su amiga otra vez preguntando escandalizada.

-Ella quiso mostrármelo. - Se encogió de hombros como respuesta. - Era muy bonito por cierto, deberíamos irnos de compras, necesito ropa interior nueva y tú también. -

-Nada me gustaría más que desfilarte conjuntitos, pero tengo que trabajar, Marina me está esperando. -

-Ay pues que aburrida. - Se quejó en burla.

Luisita se rió. - Lo dejamos para otro día, amor. - Le dejó un beso en la mejilla antes de pasar un brazo por sus hombros y abrazarla.

Amelia volvió a dejar a su amiga en su edificio de trabajo, se despidieron con un beso y un te quiero, la rubia iba leyendo algunos emails en su celular ya que cuando estaba con Amelia el tiempo se le iba sin apenas darse cuenta, caminaba con la cabeza gacha cuando de repente se estrelló con algo o más bien con otra persona.

Luisita levantó la vista dispuesta a disculparse pero las palabras no le salieron. - ¿Qué coño haces tú aquí? -

-Necesitamos hablar. - Le dijo el chico simplemente. - Llevo semanas tratando de comunicarme contigo y no ha habido manera. -

La rubia resopló. - Eso debería de decirte que no tengo intenciones de hablar contigo, no darte vía libre a que te presentes en mi trabajo, Pablo. -

-Luisita por favor, tenemos que resolver esto. -

Luisita frunció el ceño con incredulidad. - Pero tú que te piensas? De verdad crees que esto tiene algún tipo de solución? Pablo por favor usa las dos neuronas que te quedan y lárgate de aquí antes de que llame a seguridad. - Le dijo rotundamente.

-¿Es por ella verdad? - Ignoró sus palabras. - Es Amelia la que te ha llenado la cabeza en mi contra. -

Luisita enderezó la espalda instándose en guardar la calma que estaba a punto de perder. - Me engañaste en mi propia casa, en mi propia cama y además de eso me contagiaste Clamidia, explícame en que parte de todo eso encaja Amelia allí? - Escupió las palabras entre dientes.

-¿Por qué crees que lo hice? - Se encogió de hombros caminando hacia ella. - Estar contigo es tener que soportar a la guarra de tu amiga entrometerse en nuestra relación, siempre en la mitad, siempre juzgando y acaparando tu atención. -

-Cállate Pablo. -

-Es la verdad, desearía que se consiguiera otro juguete a ver si se entretiene lejos de nosot... - Su discurso se vio interrumpido cuando la cachetada de Luisita atravesó su mejilla dejándosela enrojecida y palpitante del ardor.

-No te permito que hables ni de Amelia ni de mi de esa forma. - La rubia sacudió su mano sintiendo el hormigueo.

-Señorita Gómez, está todo en orden? - Uno de los guardias se acercó apresurado junto a su compañero.

Luisita no apartó la mirada de su ex novio. - Sí Jorge, todo en orden. - Caminó hacia Pablo que la miraba todavía en shock por lo que había ocurrido. - Por una vez sé lo suficientemente hombre como para tomar responsabilidad de tus actos, mis amigas no tienen nada que ver. - Apretó los puños. - Lárgate y no vuelvas a buscarme y menos para hablarme mal de Amelia, me has entendido? - Sin esperar una respuesta chocó su hombro y se alejó unos pasos.

-Dirás lo que quieras. - Volvió a escuchar a Pablo hablar a su espalda. - Pero deberías pensar en porqué todas tus relaciones fracasan y la razón es muy simple, Amelia siempre está en medio. - Le gritó cuando ella siguió caminando sin prestarle atención.

-Caballero le voy a pedir por favor que se aleje del edificio. - Jorge fue educado pero firme.

-¡Ya volverás a mi Luisita! ¡Sabes que tengo razón! -







Amelia se quedó viendo el perfil de Luisita unos segundos en silencio después de escuchar su relato. - Ahora entiendo algunas cosas. - Dijo en voz baja.

La rubia volteó a verla. - ¿De qué hablas? -

-Algunas de las cosas que me dijiste la noche del evento. - Ella respondió y Luisita volvió a agachar la cabeza, sabía a qué se refería. - Suena muy parecido a lo que te dijo Pablo aquella tarde. -

-Ya...

-Me rompiste un poco el corazón. - Confesó la morena.

Luisita la miró de nuevo y agarró su mano. - Lo sé y lo siento mucho, Amelia. -

-Por si sirve de algo, todo lo que pasó esa noche de sábado no hizo más que abrirme los ojos. - La morena se sinceró.

Luisita le dedicó una sonrisa tímida. - A mí también, aunque no me diera cuenta sino tiempo después. -

La morena respiró profundo antes de inclinarse y besar su nariz. - ¿Seguimos? -

- Seguimos. -





___________________________________________

Hola gente bonita!

Hoy he vuelto con Bandolera, espero no me la hayan olvidado, porque yo ciertamente no lo he hecho, solo que hay veces que la vida adulta nos machaca hasta las ganas de vivirla.

Espero que les guste.

Kudos ❤️

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