"Espera, ¿Sabes mi nombre?"
Nelle no podía evitar mirar a todos los clientes con cara de pocos amigos, no cuándo sus padres habían estado hablando a sus espaldas de ella sobre la terrible decisión que estaba tomando al dejar la escuela. Quizá el enojo sería menor si no la hubieran mandando a cubrir sus horarios para que ellos pudieran charlar sobre su hija, —eso, contando que sus padres no le estaban pagando esos parches de horarios—. Ahora tenía que estar al pendiente de tres cosas: de que no se quemara el caramelo, de la caja registradora y de entregar pedidos.
De hecho, podría decirse que era mucho peor la decisión de sus padres de dejarla a cargo por una hora a la decisión que había tomado la pelinegra sobre abandonar sus estudios.
— ¡¿Dónde se supone que está el supuesto nuevo empleado?! —expresa para sí misma mientras sin poder evitarlo, movía su pie con frenesí y mordía sus uñas esperando que su familia terminara su juicio contra ella. La lluvia continuaba y el sonido de las gotas chocar contra el piso era algo que podía distraer a Nelle; pensar en aquellas veces que disfrutaba salir sin importarle nada.
— Lo siento por llegar tarde, hubo un choque y tuve que cambiar de autobús —interrumpe sus pensamientos el chico del pedido 47. La pelinegra alza la ceja al verlo tan apurado «Solo es un cliente, no va a perder su racha de cliente frecuente» Arianelle bufa al verlo tan apurado en dejar su mochila en una de las mesas de la cafetería y entrar corriendo a la sala de Solo Personal Autorizado
— Oye, no puedes entrar... —dijo, pero no pudo terminar ya que él ya había entrado dejando a Nelle con las palabras en la boca— ... por ahí... —suspira, ese asunto definitivamente se lo dejaría a sus padres. Nelle mientras jugueteaba con su pluma y escribía cualquier cosa en la libreta de pedidos hasta que sintió un olor peculiar a quemado— ¡El caramelo! —corre directo a la puerta de la cocina viendo como todo se había pegado a la pequeña olla donde estaba el líquido marrón— mierda —susurra maldiciendose por olvidar que también estaba a cargo de ese ingrediente.
— Ou... creo que eso tiene arreglo —una voz masculina la hizo voltear para ver al chico de hace unos momentos. El ritmo cardíaco de Nelle se elevó mientras pensaba que quizá ese chico amable probablemente era alguien que quisiera lastimarla. Más palabras no podían sair de su boca, solo era Arianelle encogiendose de los nervios y no saber que hacía ese chico dentro de la cocina.
— ¡No puedes estar aquí! —dice sobre exaltada.
— Uhmm, yo creo que sí —dice con una sonrisa retadora.
— Creí que habías dejado tu mochila en las mesas de cafetería —lo mira con ojos entrecerrados— ¿Qué se supone que haces aquí?
— Oh, bueno, los dueños del local me dijeron que metiera mis cosas o me las robarían —explica mientras señalaba con su pulgar la puerta de salida— y... voy a ser tu nuevo compañero de trabajo, supongo —la pelinegra lo miró expectante hasta el punto de reir nerviosa— ¿Qué tiene de gracioso?
— ¿Qué? No me estoy riendo —vuelve a soltar una risita— no es gracioso, quiero decir... —Nelle suspira posando sus manos sobre su rostro para calmar los músculos de su cara que la estaban haciendo quedar mal— solo continúa lo que ibas a hacer, y no, no soy tu compañera —responde
— Pero si yo te vi ayer dándome mi café —contesta extrañado— que estaba mal, de hecho, pero... estabas trabajando así que soy tu compañero —concluye cruzandose de brazos.
— Yo trabajo aquí cada que mis padres se les da la gana sin un solo centavo de sueldo, así que no, no trabajo aquí, soy solo el estúpido parche laboral de mi familia así que, ¿Por qué no vas a hacer lo que tienes que hacer? —responde molesta, cosa que al castaño le extrañaba, el día de ayer parecía ser una chica amable y agradable.
— ¿Okay? suerte con el caramelo —murmura volteando sobre su propio eje para salir dejando a la pelinegra sola quien ahora, además de todo el problema, tenía que limpiar esa olla a detalle y después poner más caramelo a derretirse.
Por otra parte estaba Peter, no le entusiasmaba mucho trabajar en una pastelería, pero era el trabajo con mejor sueldo y no moriría en el intento. La pastelería de los Dempsey era de las mejores en Queens sin exagerar, y sus precios económicos eran lo que más le agradaba a Peter. El olor a pan recién horneado le llenaba de nostalgia al recordar como cada cumpleaños su tía May lo llevaba a comprarse cualquier mini pastel de su preferencia con los ahorros que la mayor juntaba para su pequeño. Recordar aquello llenaba su corazón de dolor.
— Buen día, ¿Que desea ordenar? —saluda el castaño a un cliente que estaba llegando a la caja tratando de dejar atrás esos recuerdos, estaba nervioso, no sabía que hacer y los señores Dempsey habían asegurado que la chica a cargo le daría una capacitación, pero al parecer empezaron con el pie izquierdo.
Mientras Peter realizaba el pedido, sentía las miradas del cliente analizando lo que hacía provocando que de vez en cuando se le cayeran las cosas o empezara con su temblorina de manos para realizar las cosas.
— Aquí tiene su pedido... señor —avisa nervioso.
— Gracias —agradece mientras seguía juzgandolo con la mirada— Eres nuevo, ¿Cierto? —el castaño asiente tratando de mirarlo a los ojos por respeto pero de vez en cuando desviaba sus ojos para controlar sus nervios—. Gracias por tu atención, muchacho —responde dejándole propina apidandose del pobre chico que parecía que pronto se desmayaría de los nervios.
— Muchas gracias señor —Dice alzando la voz conforme el desconocido se retiraba de la pastelería. Peter suspira aliviado, sin embargo deseaba tener esa capacitación para no tener que pasar por aquellas sensaciones de nuevo.
— Peter, ¿Por qué estás a cargo de la caja? —la voz de la señora Dempsey hacía eco en el local— Arianelle debería estar aquí ayudándote, ¿Dónde está esa niña? —pregunta quejumbrosa mientras posaba sus manos en su cintura buscándola con la mirada, Peter sin saber si era una buena idea, decide responder.
— La vi en la cocina... —Explica dudoso señalando la puerta. La mujer camina en dirección a esta para que segundos después se escuchara una discusión tras las puertas, el castaño suspira apenado de que quizá le hizo un problema a la chica, sin embargo, tras ver que no había nadie en la pastelería decide escuchar la discusión.
— Siempre es lo mismo, Arianelle, ¡pareciera que lo haces a propósito!
— ¡No recuerdo en ningún momento que me hayas pedido capacitar a ese chico! Además, ustedes ya me dejaron con suficientes responsabilidades que normalmente hacen dos personas para que me pidas también enseñarle a otro lo que se supone que debe de hacer. ¡Y sin pagarme!
— Eres demasiado grosera, no sé de dónde aprendiste estas actitudes —Peter logra escuchar una risa sarcastica de parte de la pelinegra.
— ¿De quién será? Salí idéntica a tí, madre —el castaño ya estaba sintiendose culpable de que esto estuviera sucediendo— y no aceptaré capacitarlo hasta de verdad me den un un sueldo ¡o juro que nunca más volveré a ayudarlos! —Peter se encoge en el momento que escucha un sonido similar a una bofetada, y entonces decidió dejar de escuchar, sentía que esto se estaba saliendo de control, «¿Sería prudente que apareciera Spider-Man a comer un pastel para calmar esto?» Pero la idea se esfumó cuando nota a la pelinegra saliendo de la cocina con unos audífonos con un semblante perdido.
— Oye... perdóname por lo de hace rato... —Peter se disculpa intentando que la chica le hablara.
— No importa, de todas formas tengo que capacitarte —responde forzando una sonrisa, el castaño miraba a la chica de una forma impresionante, hace unos segundos estaba discutiendo para que de pronto actuara como si nada hubiera sucedido—. ¿Qué miras? Tengo que enseñarte a hacer bebidas —señala el mostrador molesta.
— Cierto, lo siento —sacude su cabeza intentando olvidar la discusión que había escuchado.
— Bien, Peter Parker, esta es una cafetera, ¿Sabes lo que es una, verdad? ¿O quieres que empecemos con teoría y te la desmonto para que veas sus partes? —expone con sarcasmo.
— N-no, sí se cómo es una... —baja la mirada apenado— Espera, ¿Sabes mi nombre? —el cambio de reacción fué impresionante de una mirada tímida a una de alerta, Arianelle solo se limitó a mirarlo con una ceja en alto.
— Tengo qué, además lo dice tu gafete —señala al uniforme del castaño provocando que el chico se relajara, ahora se sentía un tonto por eso.
— Tienes razón —baja la mirada de nuevo mientras seguía escuchando a la chica explicarle cómo se hacían diferentes bebidas que pedían con frecuencia en su pastelería. Si bien, la pastelería se conocía por sus pasteles, la familia Dempsey sugirió que sería una mejor idea ampliar su negocio a una cafetería dónde pudieran disfrutar de lo que hornearan.
— Bien, ahora hazlo tu —señala Nelle mientras se recargaba en la máquina mirando al castaño— No tengo todo el tiempo, Parker, no me pagan por capacitarte
— Lo siento —carraspea sintiendo de nuevo culpa por escuchar su discusión con la señora Dempsey, además de olvidar de que ella era su hija también había olvidado su nombre, por lo tanto, había escuchado una discusión demasiado ajena dónde se veía cercanamente involucrado. Mientras hacía la bebida tal como la chica le había enseñado, veía de reojo cómo es que la pelinegra bebía el café que había preparado sintiendo intriga acerca de si era correcto. «Es hija de los dueños, claro que puede hacerlo, Parker»
— Nada mal, Parker —felicita la chica— ahora tienes que beberlo —sonríe alzando ambas cejas invitándolo a que consumiera lo que acaba de hacer.
— ¿No se supone que se entrega al cliente? —Nelle bufa
— Obvio, pero nadie te pidió hacerlo —rueda los ojos— así que bébelo —dice mientras se asamaba al mostrador para ver las galletas y donas que tenían para la venta.
— ¿No me lo descontarán, cierto? —la pelinegra sonríe por el miedo del chico a que pasaría.
— Peter... es solo un café —ríe rodando los ojos— Que lo descuenten de mi sueldo imaginario.
— ¿Por qué no trabajas aquí? —pregunta una vez que se anima a beber el café, que de hecho sabía muy bien— oh, wow... —dice para dar otro sorbo.
— Mis padres creen que sé trabajar de a gratis, y de hecho, me sorprende que te hayan contratado, nunca contratan personas que no sean de la familia porque... ¿Que crees? todos trabajamos de a gratis a excepción de mis padres —forza una sonrisa más.
— No sabía eso... —baja la mirada a su café y suspira— oye... quiero disculparme, yo... uhmmm —Nelle lo mira más relajada— las escuché a tí y a tu madre en la cocina y en verdad quiero disculparme por... —Nelle niega.
— No te preocupes por eso —se encoge de hombros— no es nada nuevo.
— ¿Perdón? —pregunta pero es intereumpido por un cliente.
— Es todo tuyo, Parker —sonríe la pelinegra dejándolo a cargo mientras regresaba a la cocina.
Para la suerte de Peter, el cliente había pedido la misma bebida que había realizado hace apenas unos segundos así que estaba relajado haciendo aquello. Por la parte de Nelle, su madre le tenía más deberes que hacer.
— Encargate de amasar la masa —le ordena la mujer molesta— hablaremos de lo que dijiste cuándo cerremos —Arianelle suspira rodando los ojos mientras obedecía, mientras esperaba a que su madre saliera de la cocina, ella no hecho a perder la oportunidad de correr a dónde estaba Peter para robarle unas galletas. Sin que el castaño se percatara de su presencia, ella ya estaba sacando algunas galletas del mostrados mientras se comía algunas.
— ¡¿Qué haces comiéndote las galletas del mostrador, Ariana?! —grita Peter sorprendiendo a la pelinegra con una galleta de arcoíris en la boca haciendo que ella trague su bocado provocado por el asombro.
— Primero que nada, me llamo Arianelle —responde mientras escondía las migajas en su mandil de trabajo—. Y tú deberías estar en la caja de mostrador, Parker.
— Y tu deberías estar trabajando en la masa —responde retador mientras se cruza de brazos.
— ¿Sigues escuchando conversaciones ajenas? —alza una ceja mirándolo con ironía. «Debería si quiero que cesen las discusiones intrafamiliares» pensó Peter.
— Oh, no, solo que las paredes parecen de papel, Arianelle —sonríe mirándola inocente provocando que los cables de Nelle hicieran corto circuito, «Es irritable» no dudó en pensar Nelle.
Peter ahora desearía ser Spider-Man para investigar si todo estaba bien dentro de la familia Dempsey, mientras que Arianelle deseaba ahora mismo estar sola en su habitación sin tener que lidiar con las cosas que estuvieran relacionadas con sus padres.
Y para Arianelle Dempsey, Peter Parker estaba muy relacionado con su familia.