— Mamá, el bebé no deja de llorar.— Tartaglia se escuchaba desesperado hablando por el celular.— ¿Que hacemos?
Zhongli estaba caminando de un lado al otro tratando de calmar el llanto del bebé, este había estado incomodo y de repente había comenzado a llorar sin razón alguna. Sus padres estaban preocupados de ello pues su carita estaba roja y se le había hinchado su pancita.
"¿Le hicieron eructar al comer?".
Ninguno de los dos recordaba que el bebé al finalizar de amamantar hubiera hecho ello.
Sucedía que cuando no repetían tras comer, provocaba que les diera cólicos, una cosa muy normal en los bebés lactantes pero que para ser la primera vez, sus padres estaban asustados.
— Deben darle un masaje en su pancita.— Explicó la madre de Tartaglia en la llamada.
Enseguida hicieron lo que sugirió y poco a poco el bebé comenzó a calmarse hasta finalmente dormirse.
Ambos descansaron al ver qué el llanto había parado, pero habían agradecido los consejos.
Los abuelos luego ayudan bastante y más cuando son inexpertos todavía.