Harry
Me estaba arreglando para ir al trabajo, casi siempre llegaba un poco tarde, el problema era que muchas veces me costaba levantarme en las mañanas. Una llamada entrante de Theo me distrajo. Había dos posibles opciones por las que me llamaba, iba a ir con su novia de paseo y quería que le cubra el turno, o algo había pasado en el restaurante.
- Theo.
- Hola Harry, te llamo por que el chico rubio esta aquí- estaba hablando de Draco.
- Bien, ¿Qué pasa con eso?
- Pues quería saber si vas a atenderlos tu o yo, digo, te gusta así que no sabía que hacer- me quedé callado, ¿Cómo sabía que me gusta? Al parecer era demasiado obvio, tanto que hasta Theodore se dio cuenta de mis sentimientos por Draco-. Al parecer no sabías que era obvio. Ahora solo te falta decirme que no sabías que le gustas.- Definitivamente no sabía eso-. Dios, bueno, ¿Qué hago?
- Llego en 5, de momento dales su mesa- colgué el teléfono y me terminé de arreglar rápido, desde que mi pelo era corto no tenía remedio, era imposible peinarlo, lo dejé así y salí de casa. Llegué al restaurante más rápido que otras veces, y una vez registrado me acerqué a Theo.
- Vaya, debe venir más seguido, así tal vez llegues temprano siempre- le di un golpe suave y subí para tomar la orden.
- Hola Harry- Astoria estaba muy feliz, Draco solo me dio una pequeña sonrisa.
- Hola Astoria, Draco. ¿Están listos para ordenar?- ambos asintieron.
- A mi me puedes dar un desayuno tradicional- anoté y miré a Draco, quién parecía no estar listo y buscaba rápidamente algo en la carta para ordenar.
- Dame un desayuno normal con panqueques por favor- asentí, retiré sus cartas y fui a la cocina para que realicen la orden, mientras les lleve algo para picar.
Cuando la campana sonó, vi como algunos de mis compañeros empezaban a susurrar. Voltee a ver quién había entrado, me sorprendí al ver a Dorcas ser atendida por Neville, quien parecía que se iba a desmayar. Era hermosa, su aura era imponente a pesar de la amable sonrisa que le dio a Neville. Se fue a sentar en una de las mesas cerca del ventanal, en la parte de arriba que usualmente reservábamos para personas importantes que solía llegar algunas veces.
- Theodore, tienes que atenderla tu, eres el empleado del mes- me acerqué a Theodore quien estaba igual de sorprendido.
- Pero tu la admiras Harry.
- Esto no es cuestión de quien la admire, es cuestión de quién da el mejor servicio- le di una sonrisa de aliento y fue a tomar su orden.
Yo tome la orden de algunos clientes y subí a dejar la orden de Astoria y Draco, quienes estaban hablando de Dorcas.
- Vaya Harry, no sabía que venían personas así de famosas a su restaurante.
- Pues aunque no lo creas para nosotros también es una sorpresa, tal vez el jefe no lo tenía previsto y por eso no nos informó- dejé la orden en la mesa y les di una sonrisa- disfruten su comida. Cuando bajé a la cocina, todo estaba de cabeza. Todos los cocineros estaban apurados hablando entre ellos y eligiendo ingredientes, me acerqué a Neville, era el más calmado de todos, o bueno, estaba en shock-. Neville, ¿Qué está pasando?
- Dorcas pidió lo mejor del menú en desayunos, además de que va e venir en el almuerzo, así que también debemos tener algo para la tarde.
- Ya veo, ¿Theodore?
- En el baño, estaba pálido. Dijo que era demasiado imponente su presencia.
- Gracias Neville, diles que se lo tomen con calma- salí de la cocina y fui a los baños. Ahí estaba Theodore mojándose la cara-. ¿Todo bien?
- Mierda Harry, pensé que no sería tan difícil atenderla, pero era demasiado imponente. No fue grosera ni nada, de hecho fue muy amable, pero no se si has notado cuando alguien es demasiado genial y te da miedo a pesar de su amabilidad. Sentí exactamente eso.- Se acercó y me tomó por los hombros-. Por favor Harry, debes atenderla tu ahora y en la tarde, no creo poder. Además tu la idolatras.
- Bien, lo haré, pero me debes una- Theodore asintió y salí del baño. Mientras preparaban la comida estaba atendiendo a otras personas. A pesar de que Dorcas ya era retirada del modelaje, seguía siendo reconocida, no solo por entrevistas, también por su trabajo en la fotografía. Cuando su orden estuvo lista la tomé y se la llevé.
- Su orden señorita- dejé el pedido en la mesa y le di una sonrisa. Por dentro me moría de nervios, pero tenia que ser profesional. Antes de que me pudiera retirar Dorcas habló.
- Oye, ¿Cuál es tu nombre?- Por un momento dudé en si decirle mi nombre por el que me iba a cambiar o mi nombre actual. Aún no había podido quitarme el nombre y apellido de James.
-Harry, señorita.
- Hablo de tu nombre completo- mierda.
- Harry James Potter Evans- odiaba tener el nombre de James aún.
- Así que por eso me sonabas conocido. Eres el hijo de James Potter y Lily Evans. ¿No?
- Así es señorita- dije muy confundido-. Disculpe, ¿Cómo sabe quiénes son mis padres?
- Lily y yo fuimos compañeras en la escuela- me señaló el asiento frente a ella- por favor, toma asiento.
- Gracias- me senté en la silla muy confundido- ¿Amiga de mi madre?
- Así es, era mi mejor amiga junto a unas chicas más, mira- sacó de su bolso su libreta y en ella estaba una foto. En ella se podía ver a mi madre de joven, hermosa como siempre. Además estaba Dorcas, y dos chicas más a la cuales no reconocía. Todas estaban muy sonrientes y se abrazaban-. Tienes los ojos de ella, además de su sonrisa.
- Gracias- no me di cuenta cuando estaba sonriendo, además sentía un nudo en la garganta y ganas de llorar.
- Si quieres la puedes conservar, se ve que la extrañas- negué con la mano.
- Es su foto señorita, no puedo quitársela.
- Tengo miles de estas en casa. Vamos tómala- la tomé agradeciéndole, la vi por unos segundo hasta que preguntó-. ¿Qué tal está James?
- Prefiero no hablar de él.
- ¿Por qué?- Fue ahí cuando recordé que Dorcas solo conoce la versión falsa de lo que pasó con mi madre.
Tomé aire y le conté lo que realmente había pasado, que la muerte de mi madre fue por culpa de quien se hacía llamar su esposo. No fue una muerte natural, que él se había librado pagándole a las personas para encubrir su crimen. Mientras iba contando la historia pude ver como Dorcas miraba por la ventana, sus ojos se habían cristalizado. Yo tenía la voz un poco quebrada, pero me negué a llorar. Le conté sobre el juicio que iba a haber pronto. Le dije que si deseaba nos podía acompañar, después de todo fue amiga de mi madre y merece saber la verdad. Cuando terminé de contarle todo se quedó en silencio unos segundos.
- No creí que ese tipo era capaz de algo así, en la escuela siempre fue amable y muy lindo con Lily. Pero luego de que se casaron y se mudaron no volví a saber de ella, ahora se por qué.- Me miró y me tomó de la mano-. Lo siento mucho Harry, eras solo un niño, nunca debiste haber pasado por eso.
- No se preocupe, yo estoy bien, me he tratado durante todos estos años- le di una sonrisa.
- Por favor, llámame de tu. Si te hubiera conocido antes seguro me hubieras dicho tía- me reí un poco. Era extraño saber que la persona a la que admiraba podría haber sido mi tía.
- Lo siento, se te enfrió el desayuno, déjame te traigo otro- ella negó.
- Me gusta así, gracias Harry, perdón por robarte tiempo en tu trabajo.
- No se preocupe, merece saber la verdad, usted y todos los demás.
Me retiré de la mesa y bajé, cuando Theo me vio me preguntó si estaba bien, asentí y solo le pedí un poco de tiempo. Él me dijo que no había problema, salí para la parte trasera del restaurante y me senté en un banco, recordando todo. Cuando vi una silueta sentarse a mi lado, era Draco, me miraba preocupado, seguro me vio hablar con Dorcas.
- ¿Todo bien?- No pude soportar más y rompí en llanto, lo abracé y me permití llorar en su hombro. Draco me acariciaba el cabello. Mi llanto no era como el del cementerio, el cual era de tristeza. Este era de impotencia. Impotencia por no haber podido hacer nada ante el acto de crueldad de James, por no haber hablado antes-. Tranquilo Harry, todo va a estar bien.- Su voz sonaba dulce, tranquilizadora.
- Gracias Draco, en serio- lo abracé mas fuerte, quería sentir su olor- Draco- hizo un sonido de que me estaba escuchando- Te amo.
MI corazón latía con fuerza, pude sentir como el suyo también lo hacía, sus manos tomaron mis mejillas y esos ojos grises como la plata me vieron fijamente. Parecían brillas, se acercó a mi y me dio un beso. Este no era como el del bar, era un beso lleno de amor, dulce, su aroma me embriagaba.
Lo acerqué a mi, profundizando el beso. El sonido de la puerta hizo que nos separemos de forma rápida, ambos estábamos sonrojados. Me limpié algunas lágrimas que habían quedado.
- Lo siento- Neville se tapaba los ojos con vergüenza- . Perdón por interrumpir Harry, pero te necesitamos adentro.
- Bien, ya voy- Neville asintió nervioso y cerró la puerta. Con Draco comenzamos a reírnos, me acerqué para darle un beso corto-. Tengo que irme, pero podemos vernos en la noche en mi casa.
- ¿Y Sirius?
- Probablemente esté ocupado esta noche- Draco asintió. Antes de irnos nos dimos un último beso.
Toda la tarde estuvo tranquila, como lo había dicho Dorcas volvió por la tarde. Hablamos un rato. Cuando mi turno terminó fui a casa, afuera de esta estaba la moto de Sirius.
Entré en la casa, en el comedor se encontraba un hombre de pelo castaño, ojos claros que estaba leyendo un libro. Al verme me dio una enorme sonrisa y se levantó.
- Tu debes ser Harry- asentí y le extendí la mano- un gusto, soy Remus Lupin.
- Encantado Remus, Sirius me habló de ti- Sirius salió de la cocina y se acercó a Remus para darle un beso en la mejilla.
- Al parecer ya conociste a mi hijo- mi corazón dio un vuelco cuando lo escuché lamarme hijo.
- Así es. Sirius también me habló de ti Harry, estaba emocionado por conocerte.
Fuimos al comedor mientras la lasaña que Sirius preparaba se hacía. Remus trabajaba en una librería, debido a que se mudó aquí consiguió un nuevo trabajo. Me di cuenta que eran muy cercanos, siempre estaban tomados de la mano, acariciándose de forma cariñosa o dándose pequeños besos.
- Ustedes dos son dulces.
- Por cierto Harry, en la noche iremos a pasear para que Remus conozca un poco del lugar, ¿te gustaría ir?
- No gracias Sirius, esta noche tengo una cita con Draco.
-Claro, cita- Remus miró a Sirius con el ceño fruncido-. Vamos Moony, nosotros también hemos tenido esas citas.
- Sirius- comencé a reírme- no te preocupes Harry, podemos salir otro día.
- Recuerda protegerte en tu cita- me reí cuando Remus se levantó para darle un golpe suave en la cabeza a Sirius.
Draco
Estaba completamente sonrojado. Fui a la parte frontal del restaurante para reunirme con Astoria, la cual fue la que me mandó a ver que pasaba con Harry. Cuando la vi, Dorcas le estaba firmando la falda de su vestido, ella estaba muy feliz.
- Muchísimas gracias Dorcas.
- No hay de que linda, espero verte pronto. Tienes potencial como modelo- Dorcas fue a su carro, mientras Astoria parecía a punto de explotar de la emoción.
- Que suerte tienes Tori-fuimos de camino a casa, le conté todo lo que había pasado, el como Harry había confesado sus sentimientos hacia mi.
Ella estaba muy contenta, cuando llegamos a mi casa me ayudó a ver que me podía poner para la noche. Cuando dio la hora señalada toqué la puerta de Harry, estaba nervioso. Me abrió la puerta, pude ver como boqueaba un poco y se hacía a un lado para que pase.
- Te ves increíble Draco.
- Gracias- subimos a su cuarto, lo había remodelado por completo, incluso tenía otro color en las paredes-. Se ve lindo.
Sentí como Harry me daba la vuelta y me besaba, me abrazó por la cintura, me tomó unos segundos reaccionar y abruzar su cuello. La diferencia de altura no era mucha, Harry me sacaba unos pocos centímetros. Se sentó en la cama y me sentó en su regazo. Siguió besando, bajando sus besos a mi cuello, haciendo que suelte algunos suspiros y que mi cuerpo reacciones.
- No sabes lo mucho que me encantas- su voz estaba llena de deseo, me retiró la camisa con delicadeza, esperando a ver alguna reacción negativa.
- Puedes hacer lo que desees conmigo Harry.
- No me digas eso, por que no podré mantener el control- me reí un poco, su tono había sido burlón.
Nos volvimos a besar, entre caricias nos retirábamos la ropa. Unimos nuestros cuerpos, se sentía magnífico, nuestras pieles chocando, nuestras voces resonando en el cuarto. Su olor sobre mi, todo era magnífico.
Nos acostamos acurrucados, Harry acariciaba mi espalda haciendo círculos y besando mi cabeza, de vez en cuando bajaba a mi espalda baja, haciendo que mi piel se erice.
- Harry- besó mi cabeza indicando que me escuchaba- Yo también te amo.
Lo escuché reír antes de que me vuelva a besar y se ponga encima de mi de nuevo.