Stranger Things // Will Byers...

By una_lectora-loca

8.3K 434 56

Por el rabillo del ojo vi como se acercaba a mí y retorcía sus manos. Eso solo lo hacía cuando estaba nervios... More

⚠️ADVERTENCIA⚠️
~~~
*Presentación*
*Personajes 2º Temporada*
*Capítulo 1*
*Capítulo 2*
*Capítulo 3*
*Capítulo 4*
*Capítulo 5*
*Capítulo 6*
*Capítulo 7*
*Capítulo 8*
*Capítulo 9*
Extra#1
Extra#2
*Personajes 3º Temporada*
*Capítulo 1*
*Capítulo 2*
*Capítulo 3*
*Capítulo 4*
*Capítulo 5*
*Capítulo 6*
*Capítulo 7*
*Capítulo 8*
Extra#1
Extra#2
;)
<3
🎄
*Personajes 4° Temporada*
1
*Capítulo 1*
*Capítulo 2*
*Capítulo 3*
*Capítulo 4*
*Capítulo 5*
*Capítulo 6*
*Capítulo 7*
2
*Capítulo 8*
*Capítulo 9*
Extra#1
💜

Extra#2

93 8 2
By una_lectora-loca


ABRIÉNDOME:

Narra Ellie:

Al día siguiente...

No había mejorado nada en absoluto. Cada día estaba más irritable que el anterior. Tenían que tener siete ojos conmigo y con mi actitud. No era bueno hacerme enfadar.

Al bajar las escaleras, estaba vestida con ropa oscura. Ya ni siquiera me quería poner chándal o mi ropa frecuente como antes. Cuando cogí mi desayuno, Steve se sorprendió al verme.

-Em...¿buenos días?

Yo no le respondí, seguí a lo mío. Cuando cogí mi desayuno, le hablé.

-Hoy no quiero que me lleves, me voy en bici.

-¿Te has...te has hecho flequillo?

Yo rodé los ojos.

-¿No es obvio?

Él sonrió, ya estaba acostumbrado a mi mal humor. Y más por las mañanas.

-Te queda bien.

-Pues muy bien.

Cogí mi mochila y salí de mi casa, pegando un portazo. Llegué mucho antes de lo que pretendía al instituto, al dejar mi bici, me fijé en que a mi derecha, en un rincón un poco escondido, estaban algunos estudiantes fumando. Y no tabaco precisamente.

Me quedé mirándoles más de lo que debería.

Al final, decidí entrar al instituto por fin. Tenía algo que hacer. Dejé mis cosas en la taquilla y me fui directamente al gimnasio, desgraciadamente la puerta del trastero de los tigres estaba cerrada. Pero por suerte, yo tenía un clip y pude abrirla. Saqué una navaja de mi bolsillo y empecé a pinchar todas las pelotas que había, también estropeé otros materiales.

Me daba exactamente igual.

Cuando ya me fijé en mi reloj que era la hora en la que todos llegaban, salí del gimnasio y fui a clases normal. Después del almuerzo, fui a mi taquilla y dejé mis cosas. Desde la pelea, ya nadie me molesta. Ni siquiera me miraban o cuchicheaban. Por lo menos delante de mí. Desgraciadamente, alguien tuvo que venir a incordiar.

-Hola, Ellie- me saludó Chance.

Últimamente no había parado de acercarse a mí y de hablarme. El inútil siempre se llevaba un chasco.

-¿Por qué vienes a incordiar?- le bramé.

-Solo quería saludarte. Y ver cómo estabas.

-¿Tengo cara de querer que me saluden?

-Bueno, no sinceramente.

-Era una pregunta retórica- seguí guardando cosas en mi taquilla- No tenías por qué responder.

-Bueno...eh...yo...

-¿De verdad eres tan inútil que no sabes hablar bien?- le solté cansada.

Él se cayó y yo volví a lo mío.

-Sé que estás enfadada por lo de los tigres y eso. No te culpo, yo también lo estaría. Es una pena.

-Ya es un tema superado.

Él suspiró y me sonrió acercándose más a mí.

-Que bien, porque...pensaba que cuando me veías la cara te recordaba a todo eso.

-No, tranquilo. Solo me das ganas de potar.

Él se rió y yo le miré mal. Este no entendía que no era un chiste.

-Me gusta tu sentido del humor- se recostó poniendo una mano encima de mi taquilla.

Yo miré su mano y fui a cerrar la puerta, él casi se cayó. Menos mal que quitó la mano, sino le hubiera pillado los dedos. Aunque no hubiera estado mal.

-Oye...he estado pensando...

-Me sorprende que sepas hacerlo- le solté con brusquedad. Volví a abrir mi casillero para que entendiera que no quería hablar con él.

-Ya- rió- Hemos estado hablando mucho últimamente y había pensado en...bueno, en si te gustaría salir a dar una vuelta o algo. Ya sabes, sin malos rollos y eso.

Casi me reí en su cara.

-Vaya, me encantaría salir a dar una vuelta contigo- le respondí obviamente sarcástica.

-¿De verdad?- me preguntó emocionado.

-¡Claro! Estaba esperando a que me lo dijeras porque no me atrevía.

-Pues entonces, ¿qué te parece el sábado por la tarde en mi casa? Nos lo podríamos pasar muy bien- me dijo con dobles intenciones.

-Perfecto. De hecho, ¿qué tal si luego nos casamos y tenemos cuatro hijos? Podríamos mudarnos a Hawai y tener 20 casas a las afueras.

A Chance se le cambió la cara drásticamente.

-¿No...no quieres salir conmigo?

Yo fingí desconcierto.

-¿Quién ha dicho eso? Si me muero por salir contigo.

Él bajó la mirada, apenado.

-Es más, ¿por qué no nos vamos ahora y así me haces todo lo que quieres hacerme en tu casa?

-¿De qué estás hablando?

-Son tus intenciones, ¿no?- le sonreí falsamente- Quieres acostarte conmigo y luego contarles a todos tus amigos lo que me has hecho para sentirte un machito alfa. ¿Para qué esperar a el sábado por la tarde?

-Ellie, no sé qué te pasa pero nada de lo que dices es cierto. No...te quiero para eso.

-¿Ah, no? Porque pensaba que los chicos como tú solo querían ligar para alardear después como si fuéramos trofeos.

Ahí decidí dejar de ser sarcástica y cerré mi taquilla con fuerza.

-Quítate esas estupideces de la cabeza. Yo no voy a caer rendida a tus pies. Ni hoy, ni mañana, ni nunca. Así que vas a tener que arreglártelas tú solito por la noche.

-Te estás equivocando conmigo. Yo solo quería salir contigo.

-¿Y quién te ha dicho que yo quiero salir contigo?- le espeté.

Chance se quedó callado, balbuceando sin parar.

-Nunca voy a salir contigo. Y será mejor que me dejes en paz de una puta vez. No me mires, no me hables. Para mí no existes, ¿de acuerdo? Ya es hora de que lo entiendas y hagas tú lo mismo.

Me giré sobre mis talones y me fui de su lado.

-Pero, Ellie...

Ni siquiera me di la vuelta, solo le saqué el dedo. Después de esa charla, Chance no me volvió a hablar ni a acercarse a mí. Al menos hasta antes de las vacaciones de primavera. Cuando las clases terminaron, volví a coger mi bicicleta y me di cuenta de que en el callejón, volvían a estar los chicos de antes.

Esta vez no me quedé mirándoles. Me acerqué a ellos. En cuanto el chico de la otra vez me vio, se le cambió la expresión a una de terror.

-No nos haga daño, por favor- me suplicó. Todavía tenía el rostro magullado.

Yo le miré de arriba a abajo.

-Eres un gallina de mierda- le espeté con asco.

Los demás chicos del callejón se rieron pero en cuanto yo les miré, se callaron. Me acerqué a uno y le quité la bolsa que tenía en la mano.

-¿Esto es droga?- les pregunté inexpresiva.

-Sí, Salvia para ser concretos.

Yo asentí y le tiré la bolsa bruscamente. Pasé entre medio de ellos y vi una bolsa con pastillas.

-¿Y estas pastillas qué son?

-Son marihuana y anfetaminas.

Yo sé las volví a tirar y le quité de las manos unas hojas a uno de ellos.

-Supongo que esto también es marihuana, ¿verdad?

Ellos asintieron y yo hice lo mismo. Consciente de lo que iba a hacer. Aunque exteriormente me mostrara segura, por dentro estaba muerta de miedo por mis pensamientos.

-¿Vas a chivarte?- me preguntaron cautelosos.

-Eso no me convendría para nada.

Ellos se miraron confundidos.

-¿De dónde las habéis conseguido?

Ellos volvieron a mirarse confundidos.

-De...de un tipo...

-¿Y quién coño es ese tipo?- me crucé de brazos.

Nadie me contestó y yo me enfadé.

-He dicho que quién coño es ese tipo.

-Se...se llama Eddie Munson. Estudiante de último curso.

Tenía que ser una broma. ¿Ese vendía droga?

-Sé quién es.

Uno de ellos rió.

-Pero no te dará la droga por tu cara bonita, pequeñaja.

-Vuelve a llamarme pequeñaja y a lo mejor me pienso lo de si chivarme o no.

Él se quedó callado. Yo me llevé la mano a mi bolsillo trasero.

-Por suerte para mí, me saldrá gratis.

Como el de la paliza estaba más cerca de mí, con mi navaja en la mano, se la acerqué al cuello y lo estampé en la pared. Él y sus amigos ahogaron gritos.

-Dame todo el dinero que tengas.

-¿Qué? Pero...

-Ahora- le dije con furia.

Él se llevó las manos a los bolsillos y me entregó el poco dinero que tenía. Yo me separé de él y volvió a respirar tranquilo, tocándose el cuello.

-Esto no es suficiente.

Me acerqué a otro y le cogí de la chaqueta, acercándole la navaja al ojo.

-Dadme todo el dinero o le saco el ojo.

Ellos se miraron y después de tres segundos, tiraron su dinero rápidamente al suelo. Yo guardé mi navaja y cogí todo el dinero.

-Un placer hacer negocios.

Volví a entrar en el instituto y busqué a Eddie por todas partes. Por suerte para mí, lo encontré en uno de los pasillos solitarios.

-Tú- le dije directamente.

Él me miró.

-Me gusta tu estilo.

Ni siquiera le di tiempo a reaccionar, le cogí de la chaqueta y lo estampé contra la taquilla. Él parpadeó sorprendido.

-Quiero droga.

-Ya, claro. Cuando tengas dieciséis años, me buscas.

Él hizo ademán de irse pero yo le volví a estampar contra el casillero.

-Te lo digo en serio.

Al ver mi expresión tan enfadada, supo que estaba hablando en serio. Tal vez se sorprendió al ver que alguien de primero le pidiera tal cosa.

-Si me sueltas te la daré.

Yo le solté bruscamente y él se acomodó la chaqueta.

-Sígueme.

El me condujo por los pasillos y cuando llegamos a su taquilla, de un compartimento muy escondido, sacó una especie de maletín. Luego me indicó con la mano que le volviera a seguir y nos fuimos detrás del instituto, un lugar muy escondido.

-¿Cuánta quieres?

Yo me quedé callada. No tenía ni idea de drogas. Simplemente las necesitaba para dejar de sentir mierdas.

-¿Cuánto me recomiendas?

-Como deduzco que es la primera vez que tomas drogas, te recomendaré un cuarto de marihuana.

-Pues dame eso.

Él asintió lentamente y abrió su maletín buscando lo que quería.

-¿Qué hace una niña de 14 años tomando drogas?- me preguntó.

-¿Qué hace un tipo de 30 años todavía en el instituto?

Él no pareció dolido. Más bien divertido.

-Touché.

Eddie por fin sacó la maldita droga de su maletín y me la extendió. Cuando iba a cogerla, él apartó la mano.

-No me siento bien dándole droga a una niña.

-Créeme, te sentirás mejor cuando te pague. Dámela.

Él suspiró y me la entregó por fin. Yo saqué todo el dinero que había robado de mis bolsillos.

-No...no cuesta tanto.

-Me da igual- le solté- De todas formas el dinero no es mío.

Él abrió los ojos sorprendido.

-Vale...

Él lo cogió todo, por supuesto.

-Antes de nada, quiero decirte que la primera vez que la tomes te sentirás con mucha energía y puede que pierdas el apetito. Es más fácil si te la fumas.

Yo asentí. Era justo lo que necesitaba.

-No creo que a tu hermano, Steve Harrington, le guste esto.

Yo fruncí el ceño, enfadada y me acerqué lentamente a él.

-Tú no me has vendido droga. Tú no me has visto en la vida. Tú no sabes quién soy. Y tú no vas a decirle a nadie nada de esto. Porque como lo hagas, te juro que te mato.

Mis palabras sonaron realmente duras. Eddie tragó saliva y ni siquiera pestañeó. Si me quiso decir algo, ya no iba a escucharle porque me fui de allí en seguida. Con la maldita droga en el bolsillo.

Al llegar a mi casa, busqué un mechero por todas partes, y cuando lo encontré, me púese a fumar hierba sentada en mi ventana.

No me sentí así de bien nunca en la vida.





...




Al día siguiente, me desperté gracias al sonido del teléfono. Estaba tumbada en la cama con mi misma ropa de ayer y me dolía mucho la cabeza.

Efecto de la droga, bonita.

Fui a coger el teléfono de mi cuarto y ya estaba preparada para gritar a quien sea.

-¿Cómo está mi dormilona favorita?

Parpadeé.

-Will..

-El mismo.

Me senté en la cama y sonreí.

-¿Cómo sabías que estaba dormida?

-Soy tu novio y te conozco. No podía ser otra cosa.

Los dos reímos.

-Ayer estuve esperando tu llamada...- me dijo tímido.

Mierda. Soy gilipollas.

-Sí, lo siento. Es que...tenía cosas que hacer.

Sí, como drogarme, por ejemplo.

-No pasa nada. Lo entiendo.

Yo volví a sonreír. Era muy comprensivo.

-¿Cómo fueron las pruebas para el equipo de baloncesto?

Oh, claro. No se lo dije.

-Pues...no lo sé porque no me presenté.

-¿Qué? ¿Y por qué no?

-No tengo tiempo- usé las misma excusa que con Lucas- Tenía que ayudar a Steve y esas cosas.

-Pues es una verdadera pena.

-Lo sé.

Hubo un silencio incómodo. No sé en qué momento de nuestra relación los silencios pasaron de ser cómodos a incómodos.

-¿Y...tu concurso de dibujo?

-Bien, quedé segundo.

-Deberías de haber quedado primero. Se te da de miedo dibujar.

Él rió dulcemente.

-Oye, tengo que dejarte. Se me hace tarde para ir al instituto.

Yo miré la hora.

-Sí, a mí también. Saluda a tu familia de mi parte.

-Igualmente.

Y ahí viene...

-Te quiero, adiós.

Ahí estaba.

-Adiós- me apresuré en colgar.

Siempre pasaba lo mismo. ¿Por qué no era capaz de decírselos? Era muy frustrante.

Ni siquiera me molesté en cambiarme de ropa, me fui al instituto con la misma ropa. A la hora del almuerzo, Max estaba conmigo mientras las dos elegíamos comida.

-No sé qué pedirme- dijo ella.

-Pues elige lo que sea, hay muchas cosas- exclamé.

Ella me miró y dejó la bandeja en la mesa.

-¿Qué te parece si hacemos pellas?

Yo parpadeé sorprendida.

-¿Hacer pellas? ¿Tú?

Ella asintió sonriéndome.

-¿Qué te estoy haciendo, Max?

-Nada, solo quiero irme de este lugar. ¿Vienes o no?

No hizo falta que respondiera, me entendió con solo una mirada. En menos de cinco minutos, estábamos en el parque sentadas en un banco mientras comíamos comida de verdad.

-Este momento me recuerda a California- me dijo- Cuando las dos nos íbamos a hacer el idiota después de clases.

-Es verdad.

Ella bajó la mirada.

-Echo de menos esos momentos. O cuando estábamos todo el grupo junto.

-Ya, yo también.

Ella no volvió a hablar. Volvió a ser la misma depresiva que hace unos meses. Tenía que ayudarla, porque era lo que necesitaba. Podría ofrecerle droga pero no quería meter a Max en ese mundo de mierda. No se lo merecía.

-Em...Lucas me ha dicho que le has dejado.

Ella asintió melancólica.

-Pensé que ibas a dejar de ser tan dramática y a tomártelo col calma- intenté bromear. Ella en cambio no se rió.

-No voy a volver a estar con él.

Yo asentí lentamente.

-Oye, ya sabes que últimamente me he estado juntando mucho con Lucas.

Ella asintió.

-Me...me ha dicho que te saltaste varias clases.

-No debería de haberte dicho eso.

-A decir verdad es un poco raro que lo hagas.

Ella no dijo nada.

Suspiré- Max...Lucas está preocupado por ti. Todos lo estamos. Últimamente faltas a clase, no sales de tu burbuja personal y apenas te vemos. Solo estás conmigo.

-Estoy solo contigo porque sé que tú lo entenderías.

Tenía ganas de llorar. Podía notárselo.

-¿Qué entendería, Max?

Ella me miró por fin, una lágrima rodó por su mejilla.

-Mi dolor.

Desde ese momento, me dijo todo lo que tenía dentro. Se estaba abriendo conmigo. Me contó todo lo de Billy y lo de su madre, como se sentía al respecto. Ella me pidió que no se lo contara a nadie y eso fue justo lo que hice. Y de verdad esperaba que mejorara.

Pero tuvo que llegar Vecna a joderlo todo.

Antes de las vacaciones de primavera, yo seguía en las drogas. No las toman con mucha frecuencia pero seguía haciéndolo.

Era una pena que mi vida se hubiera vuelto así de miserablemente.

Y lo que me esperaba.


————

Bueeeno.
Y con esto concluye de momento la historia, tendremos que esperar hasta que salga la última temporada
(no estoy preparada, help) para saber qué pasa. Tengo cosas preparadas para Ellie y ya veré una vez vea la temporada cómo las meteré.
Muchísimas gracias a todos por el apoyo <3

Continue Reading

You'll Also Like

518K 82.5K 34
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
118K 17.4K 35
"Sergio Pérez siempre ha sabido que no es suficiente para Max Verstappen. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que el Alfa...
468K 47.8K 120
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
319K 21.7K 94
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.