NO TIME TO DIE ── levi ackerm...

sugurusouls द्वारा

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𝐍𝐎 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 | 🍃📖 ⚔️ ❝ Y cuando debas empezar de nuevo, quema todos los archivos, olvida tus v... अधिक

s. ─── NO TIME TO DIE
SOUNDTRACK + graphic area
p. ─── fragile and heavy like skin
BOOK ONE. ─── RELUCTANT VISIONS
a.1 ─── just a kid
a.3 ─── poor marionette

a.2 ─── emerge

72 10 72
sugurusouls द्वारा

───⸸───

NO TIME TO DIE. article 2

emerge 

───⸸───

Annastasia estaba segura de una cosa.

Ella siempre habría aceptado los golpes por sus amigos. Sin importar cuánto le dolieran.

Pero no, aquello no provenía de un enfermizo sentido del deber, de una obsesión por salvar a todos de todo... en lo absoluto.

Annastasia sabía muchas cosas del mundo de mierda en el que vivían.

La primera: que algo sea poderoso no significaba que fuera bueno. Su padre se lo enseñó hasta el cansancio. Siempre hablaba sobre la corrupción dentro de los muros, de dejar morir al pobre porque eso garantizaba mayor poder para el rico. Incluso lo veía en las Tropas Estacionarias que cuidaban Shiganshina; muchas de ellas podían pedir vino, un trozo de pan o monedas con tal de pasar por alto una falta.

La segunda: necesitaba cuidar de los suyos porque nadie más lo iba a hacer. Otra lección de su padre. Si consideras a alguien familia, o un amigo muy cercano, valía la pena recibir los golpes. Y claro, también debías hacerlo por las personas correctas. Si esa persona no correspondía con la misma lealtad que tú brindabas, entonces no valía la pena.

Y tercera: que el puñetazo de un niño de nueve años era más fuerte que el de un adulto de cuarenta.

Porque sí, habían querido golpear a Armin y Annastasia no lo iba a permitir.

A veces no importaba si Armin se enfadaba con ella por cuidarlo. Ay no, me estoy pareciendo a Mikasa, pensó aterrada. Pero Annastasia entendía que Mikasa protegía a Eren porque era todo lo que le quedaba (también porque lo amaba).

Se preguntó si, en su caso, Armin también era lo único que le quedaba... Armin, Mikasa y Eren eran su familia ahora. Recibir los golpes por cualquiera de los tres es algo que no dudaría jamás.

—No sé si sería buena idea que despertara ahora —observó ella mirando a Eren.

Las Tropas Estacionarias de Trost habían intentado retener a Eren cuando se enteraron que había salido del titán excéntrico. Evidentemente, sus tres amigos se habían interpuesto y ahora estaban en un gran problema.

Incluso podrían estar cometiendo traición a la humanidad pero mierda, ninguno de ellos sabía exactamente lo que estaba pasando. Qué era Eren, para ser exactos. Pero, a veces valía la pena recibir los golpes por alguien. Y eso ellos tres lo sabían muy bien.

Claramente esta era la peor manera de poner a prueba su lealtad. Pero los tres estaban dispuestos a demostrar lo importante que era Eren para ellos.

—Definitivamente va a ser mejor que despierte —respondió Armin—. Solo él puede decirnos lo que está pasando.

—¿...De verdad puede? —inquirió Annastasia con el ceño fruncido.

Eren nunca les había dicho nada relacionado con ser un titán. Annastasia dudaba, en realidad, que alguien supiera lo que estaba sucediendo.

La situación no presagiaba nada bueno desde su inicio. Las Tropas Estacionarias habían intentado tomar a Eren y eso había causado una persecución. Annastasia estuvo a punto de ser separada de sus amigos, e incluso recibió un puñetazo por ello, pero se lo devolvió al soldado que la golpeó primero.

Ahora le dolía la mano, sin embargo sostenía sus cuchillas con nerviosismo mientras todo un ejército apuntaba más de dos docenas de cañones en dirección a ella y sus amigos.

—...Los mataré... —murmuró de repente Eren.

—¡Despertó! —casi gritó Armin—. ¡Eren! ¿Puedes pararte, estás bien? ¡Anda, diles lo que está pasando, todo lo que sepas!

El castaño observó a todos lados, con una mueca de sorpresa y desconcierto adornando su rostro. Annastasia se sintió mal por él. Claramente no sabía lo que estaba pasando.

Si no les decían algo a aquellos que les temían en ese instante, era muy probable que fueran atacados. Eso significaba que tendría que defenderse. Annastasia soltó una maldición. Se había entrenado para luchar contra titanes, no contra humanos. Pero tendría que hacerlo si eso le daba más tiempo a Eren para recuperarse.

—¡Cadetes, Ackerman, Arlert, Läckberg, Jaeger! ¡Lo que están cometiendo es alta traición! ¿Qué tienen que decir en su defensa? Si se atreven a realizar algún movimiento dudoso, ¡la artillería abrirá fuego contra ustedes inmediatamente! ¡No dudaremos en hacerlo! Mi pregunta es, ¿qué demonios son ustedes? ¡¿Humanos o titanes?!

Las manos de Annastasia se aferraron a sus cuchillas con tal fuerza que sus nudillos se tornaron blancos.

—¡No entiendo la pregunta! —respondió Eren en un grito. El estómago de Annastasia se hundió tras su caja torácica. ¡Qué clase de respuesta era esa!

—¡Trata de volver a engañarnos y los volaremos en pedazos! —amenazaron a lo lejos—. ¡No te daremos tiempo a revelar tu verdadero rostro! ¡Todos lo hemos visto! ¡Tú saliendo de los restos de un titán!

Mientras el rostro de Eren se deformaba en una mueca de incredulidad, las tropas frente a ellos comenzaron a insistir en su traición, y en cómo debían ser eliminados si es que no les daban las respuestas que exigían.

Mikasa se alejó de sus tres amigos, y se colocó frente a ellos, encarando a las tropas que amenazaban su vida.

—Mi especialidad es cortar carne —inició con voz trémula—. No me importará mostrar mis habilidades a cualquier persona que se anime a dar un paso al frente, por favor —insistió, empuñando ambas cuchillas.

De inmediato, Annastasia comprendió la magnitud de la amenaza de Mikasa. Fue la mejor soldado de la generación y eso lo sabían todos. Sabía que si las cosas se ponían feas, Mikasa sería la primera en atacar, seguido de... bueno, de ella. A pesar de no ser tan fuerte como Mikasa, tenía la certeza que podría defenderlos con fiereza. Al menos eso fue lo que se dijo en su cabeza para calmarse un poco.

—¡Mikasa, no puedes pelear contra nuestra gente! ¿Adónde vamos a huir dentro de estos muros? —preguntó Armin con desesperación.

—No me importa quién sea mi oponente, pelearé contra todo aquel que intente matar a Eren —respondió la muchacha sin más.

—¡Todos están asustados, tienen miedo! —insistió el rubio. Annastasia perdió fuerza en sus manos.

—Armin tiene razón... no hay razón para lanzarnos directamente a pelear, primero deberíamos intentar hablarlo y...

—¡Lo preguntaré de nuevo! ¡¿Qué son ustedes?! —les apremiaron desde la distancia, callando las palabras de Annastasia. Maldijo entre dientes y se giró a ver a Eren: le dio tristeza la confusión de su rostro, pero era necesario que dijera algo o de lo contrario morirían en ese instante.

El rostro de Eren se llenó de determinación y gritó:

—¡Humanos!

El silencio posterior a esa respuesta, fue llenado por las disculpas del soldado frente a ellos. Alzó lentamente su mano derecha a la par que su mirada se ensombrecía.

El corazón de Annastasia golpeteó con fuerza y rapidez en su pecho. Soltó las cuchillas y el valor infundado desde la premisa de defender a sus amigos, se evaporó en ese instante.

Su primer instinto fue correr hacia Armin y rodearlo con sus brazos, acercándolo hacia ella y corriendo hacia atrás; misma acción que vio que Mikasa hizo con Eren.

Recordó que no estaba sola, que gracias a ellos tres nunca lo había estado, a pesar de su pasado lleno de abandono y muerte. Que podría contar con ellos tres por y para siempre.

Se aferró al cuerpo de Armin y gritó para recopilar fuerzas y escalar la gran muralla.

Su acción se detuvo al ver a Eren corriendo hacia ellos, detrás de él iba Mikasa que le perseguía al notar su cambio de ruta. Eren les rodeó con un brazo y los acercó hacia su pecho. Con el otro aferró a Mikasa y entonces, se mordió la mano, con fuerza; salpicando sangre a todas direcciones.

Una explosión de vapor cegó su campo de visión, aún así; Annastasia fue capaz de ver múltiples huesos gigantes materializarse a su alrededor. Entonces escuchó un impacto fuerte encima de sus cabezas.

Cerró los ojos y bajó la cabeza para no percibir absolutamente nada, pero al cabo de unos segundos, cuando los abrió, pudo confirmar lo que pasaba. Estaban dentro de la caja torácica de un titán.

Efectivamente. Eren era un titán. Eren les había protegido. Estaban bajo el titán formado por Eren.

Se dejó caer sobre sus rodillas, incrédula.

—Fue Eren, nos protegió —observó Mikasa, igual de impasible que siempre. Annastasia se recargó sobre sus rodillas y bajó la cabeza hasta que su frente tocó el suelo. Quería vomitar, quería dejar de estar ahí. Estaba mareada y desconcertada.

—¡Chicos, ¿están bien?!

La voz de Eren llegó por fuera del vapor y la estructura ósea del titán. Annastasia se enderezó con fuerza.

—¡Eren! ¿Cómo... cómo hiciste esto? —inquirió ella, seguida de Armin.

—No lo sé —respondió con sinceridad—, pero se está evaporando, deberíamos alejarnos antes de que nos caiga encima —razonó.

Era cierto: los huesos crujían y parecían estar volviéndose polvo, debilitando poco a poco su protección.

—Dudo que podamos salir de esto solo hablando, tomando en cuenta el espectáculo que acabamos de mostrar —añadió, frenético—, pero recordé algo: el sótano de mi antigua casa. Mi padre me dijo que podría entender todo si iba ahí. Él es la razón por la que puedo hacer esto... si llegamos ahí, puede que también descubramos la verdad tras los titanes.

—...Debemos concentrarnos en esto primero —intercedió Mikasa al notar cómo el temperamento de Eren comenzaba a salirse de control.

—Debo irme de aquí —expuso el castaño, para sorpresa del resto—. Tendré que pasar el muro y llegar hasta el sótano. Necesitaré convertirme en titán primero.

—¿Puedes hacer eso? —inquirió Armin.

—No sé explicarlo, pero creo que sé cómo funciona —respondió—. Solo tendré que enfocarme en generar algo más fuerte. Solo así...

—¡Estás sangrando de la nariz! —interrumpió Mikasa. Eren se quedó en silencio y se llevó el dorso de su mano hacia su rostro. Un hilo de sangre oscura descendía lentamente. Annastasia se acercó a él, le tomó de los hombros y depositó una mano sobre su frente.

—¡Estás ardiendo!

—Además, tienes la respiración pesada y estás muy pálido —terció Armin. La conclusión parecía ser general: Eren estaba a su límite.

—¿Estás seguro... que podrás hacerlo? —inquirió Annastasia, preocupada. Todo su plan sonaba peligroso en realidad, pero no quería que se pusiera en riesgo de esa manera si su estado no era el mejor.

Eren se apartó del agarre de Annastasia para contradecir sus palabras.

—No me importa si estoy en mal estado —sentenció—. Escuchen: ellos no los matarán si no intentan defenderme. Ya les he causado muchos problemas, a partir de aquí, haré esto solo.

—No puedes hablar en serio —recriminó Annastasia, frunciendo el ceño—. No te vamos a dejar solo.

—Voy a ir contigo —terció Mikasa, ante la negativa casi inmediata de Eren—. No tienes que preocuparte por mí, puedes dejarme atrás si es necesario, pero yo iré contigo, no voy a seguir tus órdenes absurdas y dejarte solo.

—¡No estás pensando bien! —le respondió él enfadado—. ¡Deja de hacer eso, no soy tu hermano o tu hijo pequeño!

Annastasia le miró con indignación.

—¡Ella se está preocupando por ti y solo quiere ayudarte!

—¡Bueno, yo no se lo pedí, no tiene por qué hacerlo!

—¡Sigues siendo un idiota que no piensa!—le acusó ella, apuntándolo con su índice para remarcar su punto.

El joven Jaeger asintió ante esa afirmación. Al menos es capaz de reconocerlo, pensó la joven con ligera decepción.

—Tengo otra idea —inició, entonces se giró a Armin—. Armin, quiero que me ayudes —le pidió a su amigo, quien parecía perdido en sus pensamientos—. Sé que no es del todo probable pero... confío en que este poder será viable para colaborar con el ejército. Probablemente esté loco... pero si estás seguro de que puedes convencerlos de que no soy una amenaza, confiaré en ti y me quedaré.

Annastasia, Mikasa y Eren fueron capaces de percibir el efecto causado por las palabras del castaño.

—Tienes quince segundos para decidir y respetaré tu opinión sea cual sea —añadió Eren.

—Por... ¿por qué me confías a mí una decisión tan importante? —preguntó Armin después de unos segundos.

—Porque no importa qué tan mal están las cosas... siempre encuentras la mejor solución —respondió Eren de inmediato y con absoluta sinceridad—. Quiero confiar en ti.

Para reforzar las palabras de su amigo, la mano de Annastasia aterrizó en la de Armin, haciendo que éste la mirara. Annastasia intentó transmitirle toda su confianza y seguridad en un simple gesto que, esperó, él entendiera.

—Armin, puedes hacerlo. Siempre nos has ayudado, no tienes que dudar ahora.

El silencio fue lo único que recibió como respuesta, pero definitivamente sentía que era diferente la postura de Armin ante tal desafío. Porque en sus ojos ya no se vislumbraba alguna especie de temor, sino determinación. Y ella observó, con orgullo y satisfacción, al rubio incorporarse.

—Los convenceré —aseguró—. Tú haz todo lo posible para que ellos no te consideren una amenaza.

Entonces se alejó de ellos fuera de la nube de vapor que los ocultaba.

—¡Escuchen, por favor! ¡Él no es un enemigo de la humanidad! ¡Y nosotros estamos dispuestos a compartir toda la información que tenemos...! ¡Todos ustedes lo vieron, eso significa que saben que luchó contra otros titanes! ¡Los titanes lo ven como una presa, al igual que a la humanidad!

Después de un par de segundos, sin embargo, los cuatro escucharon las órdenes del soldado Felman, reclamando su ejecución. Armin volteó a verlos por una fracción de segundo. Y ninguno de ellos dudó sobre su capacidad para conseguirlo. Eren le dedicaba una sonrisa de confidencia. Eso pareció darle mayor fortaleza para intentarlo.

Se llevó su puño derecho al corazón y el izquierdo a su espalda, y gritó:

—¡Como soldado, juré dar mi vida por la salvación de la humanidad! ¡No hay mayor honor para mí que morir por ese propósito! Si añadimos su poder de titán a nuestro ejército, ¡podría ser posible recuperar esta ciudad! Por la gloria de la raza humana, ¡se los ruego! ¡Este es mi último deseo antes de morir! ¡Permítanme explicarles su importancia estratégica!

El hombre frente a ellos parecía incapaz de razonar. Los cuatro se prepararon para lo peor, observando al soldado Felman alzar la mano para dictaminar el inicio de un segundo ataque. Pero una mano detuvo su brazo a mitad de la orden, impidiendo la muerte de los cuatro.

—Es suficiente —dijo—. No has cambiado. Estás demasiado mayor y aún así eres igual de asustadizo que un ciervo pequeño.

Se trataba del Comandante Pixis, quien se acercó al lugar con una postura autoritaria e imponente, calmando definitivamente el altercado. Al acceder a escuchar lo que Armin tenía para decir, éste se dejó caer sobre sus rodillas, jadeante y aliviado.

Había sido capaz de convencerles. Lo había logrado.

En su fuero interno sentía eso como una especie de victoria. Le había dado a sus amigos y a sí mismo un día más de vida.

OOO

La noche cayó en Trost al poco tiempo de la llegada de la Legión de Reconocimiento. El trabajo más pesado ya había sido hecho por Eren Jaeger quien, de acuerdo con los informes emitidos por las Tropas Estacionarias, era capaz de transformarse en Titán y ayudó a la humanidad con dicha habilidad.

Hange Zoë se llevó ambas manos a su boca para gritar lo más bajo posible.

—¡¿Puedes imaginar?! ¡UN HUMANO CAPAZ DE TRANSFORMARSE EN TITÁN! ¡Esto es un descubrimiento fuera de serie! ¡Algo así nunca se ha visto en ningún momento de nuestra historia y...!

—Capitana Hange, respire —recomendó Fabian, divertido, mientras se llevaba a sus labios su cantimplora con vino. Virginia, recargada en el muro junto a él, suspiró con desgana.

—No le pidas imposibles a la Capitana Hange, Fabian... ella tiene razón: definitivamente es inaudito.

—El Comandante Erwin se volvió loco, ¿viste su cara? Esa cara es la que siempre hace cuando se le ocurre uno de sus planes horribles —se quejó Fabian. Olivia le dio un codazo.

—El Comandante siempre hace las cosas por una razón. Ustedes la saben: necesitamos al chico —aseveró Olivia, sentada con elegancia en un banquillo contiguo a la puerta que conducía a los calabozos del ejército.

Virginia chasqueó la lengua.

—Convencer a Zackly y a la Perrera Militar será un trabajo difícil.

—¡La Perrera... Virginia! —casi gritó Fabian, riéndose a carcajadas.

—Solo digo lo que veo —se excusó la muchacha.

—Silencio. Los dos —instó Olivia. Hange, por su parte, continuaba especulando acerca del poder de Eren Jaeger, junto a Mike Zacharius, que fingía escucharla (definitivamente no la estaba escuchando).

Para Olivia, esta situación era muy extraña, pero sin duda prometedora. Un humano capaz de convertirse en titán... entendía el entusiasmo de Hange al respecto; y aunque no lo mostrara abiertamente, estaba segura que Virginia sentía la misma curiosidad.

Pero en Olivia era definitivamente algo más: podría ser la clave. La oportunidad para obtener lo que tanto ansiaba desde que se enlistó en el ejército, la victoria y liberación de la humanidad. Las manos le cosquilleaban con nerviosismo. Estaba muy alterada, pero siempre podía ocultarlo bajo una máscara pétrea que la hacía ver tan calmada como ella quisiera.

Erwin Smith y el Capitán Levi volvieron por esa puerta, siendo recibidos por todas las personas ahí reunidas. Levi ignoró a la gente olímpicamente, sin embargo Virginia se le acercó para preguntarle qué opinaba del joven Jaeger. Olivia se acercó, por su parte, a Erwin.

—¿Qué piensas? —quiso saber.

Erwin le dedicó una mirada cargada de determinación y asintió con la cabeza.

—Lo necesitamos —concluyó—, pero convencer a los altos mandos será difícil. Con su poder aumentan las probabilidades de cumplir con nuestro propósito.

—...Es un niño, Erwin —observó Olivia—. Pienso que si vas a tomarlo bajo tu mando, podrías ser un poco más blando.

El Comandante se llevó una mano a los labios, ocultando una sonrisa de silenciosa satisfacción.

—Para ser un niño, se encuentra bastante consciente de la situación —observó—. Entiendo tu preocupación, Olivia. Pero nuestras circunstancias son igual de preocupantes. De cualquier modo, hablaré contigo para determinar la demanda que pongamos sobre el chico, si es que obtenemos su custodia. ¿Eso está bien?

Olivia asintió, complacida por la respuesta. Le alivió ver que el descubrimiento más reciente del ejército no era motivo para cegar la razón de Erwin. La mano del hombre se colocó sobre el antebrazo de Olivia, cosa por la que se detuvo y permitió que el resto se alejara un poco. Virginia y Levi les dedicaron una mirada, sin embargo al final se dieron la vuelta y se adelantaron.

—La aparición del joven Jaeger no es una buena señal —inició el Comandante. Olivia le miró con atención—. ¿Qué piensas al respecto?

Olivia se llevó una mano a los labios, pensativa.

—Creo que es importante, totalmente. —Erwin asintió—. Pero ¿peligroso?

—¿Existen más como él? —conjeturó el rubio—. De ser así, ¿están de nuestra parte? ¿Dónde están? ¿Por qué se han mantenido en secreto todo este tiempo?

—...Crees que están infiltrados —concluyó Olivia, para satisfacción de Erwin—. ¿El joven Jaeger...?

—Es fácil decir que, al menos, busca el mismo objetivo que nosotros... Olivia, tal vez sea momento —inició—. Levi es mi mano derecha, por supuesto; pero tú eres igual de confiable para mis objetivos. Ojos muy abiertos —ordenó.

Confiable para mis objetivos.

A Olivia se le hinchó el pecho de orgullo y asintió con la cabeza.

—A la orden, Comandante.

Olivia no sabía explicar en qué momento, cómo o cuándo apareció, pero la lealtad a Erwin Smith y a su objetivo era algo inamovible de sí misma. Desde que le conoció siempre había sido así. El corazón le golpeteó en el pecho cuando el rubio le miró por una fracción de segundo antes de asentir, y adelantarse.

Lealtad, eso era, claro.

Nadie podía culparla por ello, de cualquier manera.

Sus pasos siguieron los suyos, determinada a participar en el gran juego de Erwin Smith.

Después de AÑOS finalmente retomamos NTTD!! Estoy tan sorprendida de publicar al fin esto que escribí en 2021 LIKE XDDDDDD enfin

Tengo contenido suficiente para hacer un #FebreroConNTTD así que el próximo fin de semana nos vemos con el capítulo 3!!!

Espero que les guste mucho, y sobre todo que haya valido la pena la espera, les prometo que tengo muchos planes con NTTD que quiero cumplir (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠✧⁠*⁠。

Nos vemos baiii!!!

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